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Destinados por MAGG1827

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Notas del capitulo:

Lo sé, tarde bastante (En realidad no, pregúntenle a las personas de mi otro finc, puedo llegar a tardar hasta tres meses en actualizar) Pero como se me hace extrañamente fácil escribir esto y me fascinan sus comentarios (También me fascinan los de mi otro finc, no piensen mal) Aquí estoy, dándoles una nueva entrega de Destinados

Ya tenía el capitulo escrito. De hecho, tres días, más o menos, después de que actualice el segundo ya estaba listo pero algo no me gustaba, le faltaba algo o quizás tenía mucho. Gracias a un review me di cuenta de que estaba muy Occ (más de lo normal) por lo que quise arreglarlo.

Y bueno, aquí esta. Aun esta Occ (Imaginen como estaba antes de la edición) Pero creo que ahora está más aceptable. ¡Pregunta! ¿Soy la única que piensa que el Ending de OPM es demasiado subliminal? “Espero que te des cuenta de mis sentimientos” “Mi amado es el más fuerte, y aun así me preocupo” “Solo a mi me demuestra sus debilidades” “Vuelve a casa conmigo” Y da la casualidad que aparece el departamento donde se sabe que viven son ellos dos… ¿Soy solo yo la que lo piensa demasiado?

Y también! Publique la historia en Wattpad, y hasta le hice una portada, extrañamente cuando entro a la historia la imagen no se ve completa. Quiero colocarla aquí también pero no sé cómo subir la imagen a internet para que tenga un link (Perdón, soy torpe para esas cosas) así que… quien quiera ayudarme por favor, bienvenido sea

Advertencias: Si eres diabético no leas esto porque es simplemente demasiado adorable.

 

 

 

 

Genos no podía recordar haber tenido las mejillas rojas por tanto tiempo, trataba de controlar su sonrisa y la mantenía lo más pequeña posible para disimular su siempre rostro serio pero su felicidad era evidente, cuando un omega estaba muy contento todos los sabían, desprendía un olor rico y agradable pero cuando un omega estaba siendo cortejado, ese olor se multiplicaba 10 veces más. Si, Genos estaba muy feliz. Estar con su alfa destinado ya no era solo un sueño que tuvo desde pequeño. Era realidad.

Y amaba su realidad.

Al enterarse sus padres de que aquella Leyenda era la pareja destinada de su hijo no pudieron caber en su felicidad. Tener a tu pareja destinada era casi solo un cuento de niños en esos tiempos, sus padres tenían muchos años de haber dejado de escuchar que algún Cambiaformas había encontrado a su destinado, e incluso se sentían culpables de haberle contando esas historias a Genos, ilusionando a su pobre cachorro con solo cuentos, no pensaban que su hijo encontraría a su pareja pero tal parece que se habían equivocado.

Y qué bueno que se habían equivocado.

Los demás alfas del salón felicitaron como era debido a la pareja manteniendo su distancia prudencial de ellos, las feromonas que exudaba el cuerpo de Saitama eran más que una advertencia. Eran una amenaza.

Ya que al fin había llegado el príncipe Omega y había hecho su anuncio ellos al fin serian libres de poder irse a sus tierras sin que nadie se sintiese ofendido, al fin podrían respirar libremente y no tendrían la presencia de Saitama a su alrededor, no tendrían que sentir su potente olor asfixiándolos. Era un alivio poder irse.

 La feliz pareja quedo de pie  mientras se observaban el uno al otro, reconociéndose con timidez, uno con vergüenza, admiración y curiosidad y el otro con ternura y ansiedad, si ansiedad, Saitama jamás había sentido la necesidad de tomar a alguien y llevárselo, esconderlo, ocultarlo para que nadie pudiese tocarlo, nunca se había sentido tan posesivo. Su rostro pétreo no demostraba todas aquellas ansias que tenia de tomar al joven príncipe y hacerlo suyo. Tenían que cortejarse primero un tiempo y se casarían después, tanto el rey como el príncipe deseaban saltarse el cortejo y pasar de una vez al vínculo.

Genos jamás había sentido esas ganas de querer estirar su cuello y mostrárselo a alguien ¡Se estaba ofreciendo! Y se contenía con toda su fuerza de voluntad sonrojándose por sus instintos más bajos, quién sabe qué pensaría de él Saitama si se le ofrecía así sin más sin siquiera conocerse.  La expresión de Saitama era bastante difícil de leer para Genos pero el olor tan atrayente y agradable que captaba del Rey de Oriente evitaba que tuviese alguna duda con respecto a su Destinado. Era definitivo, Genos estaba centrado en lograr una buena impresión a su pareja de sí mismo para así no decepcionarlo, en ningún aspecto. Odiaría decepcionarlo.

Por supuesto que él nunca decepcionaría a Saitama, si fuese por el Cambiaformas adulto ya estarían anudados.

El padre de Genos se dirigió con ellos a la mesa para así hablar un poco mientras que el príncipe comía rápidamente pero luciendo sus buenos modales, con una postura recta y bocados pequeños. Saitama solo tomo una manzana. Les explico o al menos para Saitama refrescó su memoria con respecto a las reglas del cortejo, solo podían tomarse de las manos, solo podían darse besos y abrazos, nada de toqueteos de ningún tipo, nada de visitas nocturnas y ya tenían a su chaperón designado: Sonic.

Al Dragón no le agradaba tener a otro Cambiaformas cerca de su Destinado, de nuevo aquella posesividad, de solo pensar en otro ser vivo cerca de Genos era… inconcebible, inaudito, le molestaba la idea y la práctica la odiaría.

El padre de Genos se retiro porque ya era más que evidente que el cortejo había comenzado.

Genos por primera vez no sabía que decir, estaba nervioso, emocionado, ilusionado, era un gran revoltijo de emociones que juntas volverían loco al pobre Omega, se quedo viendo la vajilla del plato mientras apretaba sus manos por los nervios, su corazón no dejaba de bombear sangre como loco y juraría que ya sus mejillas se habían quemado de tantos sonrojos que llevaba y ni siquiera eran las 10 de la mañana.

¡Se sentía tan extraño! ¡Él no era así! ¡Siempre fue recatado, con mente fría y analista y ahora…! ¡Parecía una mocosa enamoradiza! Suspiro para tomar valor y serenarse, tenía que, a como diera lugar, quitarse ese vergonzoso sonrojo de sus mejillas.

Saitama tampoco sabía qué hacer, quería reclamar a su cachorro pero también quería tratarlo con cariño, con calma, darle el cortejo que se merecía, mostrarle todo lo que Genos quisiera ver quería… quería forma una relación con el príncipe, que no fueran solo sus instintos exigiéndoles aparearse, podría jurar que su corazón estaba latiendo más rápido de lo normal, solo la idea de hacer al Omega feliz lo alegraba a él también.

Saitama quería que Genos lo amara.

Nunca se había sentido tan extraño. Era algo tan nuevo. Solo con ver a joven muchacho algo dentro del calvo se encendía. Como una chispa.

-No estés nervioso-Le hablo Saitama con un poco de inseguridad, si, podía tener 2823 años pero nunca había estado con su Destinado, de alguna forma se sentía nervioso y con el sonido del corazón de Genos latiendo en sus oídos no le ayudaba para nada a mantener la calma, escuchó un ruido detrás y solo con inhalar un poco supo que el Cambiaformas azabache estaba en la sala con ellos, lejos, sí, dándoles “Privacidad” pero aun estaba ahí-¿Quieres salir?-Soltó sin pensar, quería alejar a su pareja del Leopardo Beta.

-¿Salir? ¿A dónde?-Al fin el rubio había levantado su mirada del plato y miraba a su alfa con expectación, lo más lejos que Genos había salido era al jardín así que estaba muy emocionado con la idea. Ver de frente a su Alfa lo puso nervioso de nuevo, el hombre permanecía serio pero el olor que Genos captaba mostraba tranquilidad y felicidad, hasta un poco de nerviosismo, pero su rostro no mostraba nada, era difícil de interpretar.

-No lo sé, a donde tú quieras-Saitama se sentía mucho mejor, ya al menos habían establecido una comunicación aceptable. Quería conocer a su cachorro, quería ver lo que le gustaba y lo que le molestaba, también lo que anhelaba y lo que más quisiese hacer en ese momento el dulce muchacho era su primera prioridad.

-¿Podemos ir al pueblo?-Soltó esperanzado el Omega, jamás había ido, quería ver a la gente, quería ver como se movían entorno a su vida diaria, quería recorrer las calles y entrar a las tiendas, quería conocer el exterior del castillo. Pero solo la mención de un pueblo lleno de gente, lleno de Cambiaformas, lleno de otros seres vivos hizo que Saitama frunciera el seño y detestara la idea de inmediato. Su disgusto se hizo evidente en su olor por lo que Genos de inmediato quiso arreglarlo-Lo siento, no fue mi intención molestarlo, es que…

-Está bien, podemos ir solo… no te alejes de mi-Accedió tomándose el puente de la nariz con los dedos y apretándolo ¡Detestaba la idea! Pero su Omega se había emocionado, era evidente, sus ojos azules habían brillado con avidez por lo que no podía decepcionarlo así sin más.

-No, no, si usted no quiere no debemos…-El rubio de inmediato quiso de alguna u otra forma arreglar lo que sea que haya hecho mal, lo último que quería era que Saitama se molestara con él.

-Vamos, no te pongas así, además nos vendría bien un poco de aire fresco-El calvo se levanto de su asiento y le ofreció la mano al príncipe que con reticencia y nerviosismo acepto.

Una mezcla de electricidad con un calor indescriptible se apodero de ambos con solo el rozar sus manos, era todo tan nuevo, Genos  sonrió con nerviosismo  con la vista clavada en el suelo y Saitama aparto un poco la mirada tragando con dificultad, Genos era muy tierno, tenía un rostro serio y estoico como el suyo pero con solo un poco de convivencia ya se había dado cuenta que debajo de esa caparazón había un joven inocente. El príncipe sentía algo como mariposas en el estomago, algo extraño, como un vacio pero placentero, sonrió por las sensaciones tan nuevas y raras que le hacía experimentar el mayor.

Enfilaron su camino a la salida con calma tomados de la mano.

-¿Y… qué edad tiene?-Genos quería aprender lo mas que pudiera del calvo, quería conocerlo más que cualquier otro ser vivo en la tierra. Si fuese por él sacaría su cuaderno de notas pero sería demasiado extraño, quizás hasta obsesivo.

-Soy-Saitama se rasco la cabeza pensando en sí responder-Un poco mayor que tu-

-No debe ser tan viejo-El príncipe sonrió sin darse cuenta, exudaba felicidad y ni el mismo sabia de donde venia, comenzó inconscientemente a balancear su mano junto a la de su alfa como niños, no era un balanceo muy notorio, solo uno pequeño y agradable. Sí casi tres siglos no era estar viejo Saitama se preguntaba que sí lo era-Dígame, guardare el secreto-

Hablo bajito el rubio poniéndose de puntillas cerca del oído del mayor, eran muy raras las ocasiones en donde Genos se dejaba llevar por su naturaleza Omega amable e inocente. Y esas acciones inconscientes tenían al calvo con la asfixiante necesidad de aprisionar al rubio contra la pared y devorar su boca a besos.

Se acerco un poco con esas intenciones pero entonces los pasos detrás de ellos se hicieron más pronunciados, demonios, el maldito chaperón seguro tiene límites de acercamiento para el primer día, no, ese beta no arruinaría su día.

Y hablando de Betas… ¿Dónde estaba Mumen? Cerró los ojos aun caminando y se enfoco en conseguir el tenor de la voz del búho… estaba en la cocina tal parece que comiendo si el sonido de su boca mascando con insistencia era alguna señal.

-Entiendo que no quiera hablar de algunas cosas conmigo-Abrió los ojos al instante y cuando miro a su Omega este tenía el rostro serio, calmado pero ese brillo opaco y triste en sus ojos era demasiado evidente. Esa expresión hizo que sintiera como se apretaba su corazón. Era doloroso.

-No, no, no-Se detuvo de pronto llamando la atención del joven muchacho-Solo estaba distraído, puedes preguntarme lo que quieras-Trago grueso y se sintió tan extraño… era doloroso ver al rubio triste. Desde hacía muchos años que había perdido las ganas de explicarse bien ante las personas. Desde hace mucho que le importaba muy poco si los que estaban a su alrededor mal interpretaban sus acciones pero… ¡Maldición! ¡Todo con el rubio era distinto!

-¿Su edad?-Hablo bajito.

-Tengo 2823-Genos abrió los ojos lo mas que pudo hasta que soltó una risita y se tapo la boca con la mano.

-No sabía que salía con un viejito-Saitama no pudo evitarlo, una necesidad extraña nació en su pecho y de pronto soltó un bufido que al instante se convirtió en una risa discreta. El Omega lo hacía sentir miles de cosas que creyó jamás volvería a sentir-Si se ríe-Volteo a ver a Genos y este sonreía viéndolo con emoción. El brillo en esos hermosos ojos azules era bellísimo.

El Rey de Oriente toco sus labios con su mano libre y si, tenía una sonrisa.

Genos no necesito mas, esa sonrisa lo había emocionado. Jalo al Alfa hacia la salida y juntos caminaron hasta las grandes rejas que eran la entrada del castillo, querían ir caminando a pesar de que el pueblo quedaba un poco lejos y por supuesto sin escolta, no importaba, solo un suicida se acercaría a un Alfa con un olor tan potente como el de Saitama sin mencionar que así también tendrían más posibilidad de pasar desapercibidos y además así tendrían más tiempo.

En el camino Genos con más confianza hizo sus preguntas, lo mas metódico posible, reteniendo la información y guardándola en su cerebro como si se tratara de un libro parlante. Saitama le hablo de su madre, una magnifica reina Omega Tigre Blanco, vigorosa y justa, le hablo de su padre un Rey Dragón vinculado y de cómo se habían conocido, hizo un pequeño recuento de toda su vida omitiendo las partes más sangrientas.

Con cada palabra Genos sentía más admiración, atracción y respeto hacia el Alfa, era increíble a sus ojos. Un ser único, y ahora con total confianza le deba todo el crédito de ser una leyenda. Y también le impresiono mucho saber que Saitama había conocido a su tatarabuelo y no pudo evitar volver a mencionar que era un viejito, un viejito muy sexy pero eso nunca lo dijo en voz alta.

Aunque Saitama no lo haya dicho, con todo lo que hablaban Genos se iba percatando del por qué su alfa parecía no tener emociones. El rubio siempre fue inteligente, de rápido aprendizaje y deducción por lo que no fue tan difícil llegar al meollo del asunto. Saitama había sufrido tantas perdidas y la vida se había convertido en algo tan banal que el Omega comprendió bien la situación a la que se enfrentaba. Pero no se preocupo por eso, ya era más que claro que Saitama sí tenía emociones. Un poco enterradas en el fondo pero las tenia.

Y Genos no tenía ningún problema con desenterrar esos sentimientos.  

No supieron cuando pasaron a tener los dedos entrelazados mientras caminaban y hablaban, se perdían por instantes en la mirada del otro y se sonreían, la sonrisa de Genos mucho más grande y la de Saitama era una curva que no se notaba mucho pero ahí estaba. Ya hasta la presencia de Sonic era algo sin importancia, aunque a Saitama seguía molestándole.

Solo había una palabra para describir lo que ocurría, era natural. Era natural que se sintieran bien con la compañía del contrario, era natural que los silencios que tuvieran no fueran incómodos, era natural que sin darse cuenta se acercaran al cuello del contrario a aspirar un poco de esa magnífica fragancia.

Era simplemente natural que estuvieran juntos.

También fue natural que al llegar al pueblo Saitama frunciera el seño por todos aquellos Cambiaformas que observaban con insistencia a su adorable príncipe, ya todo el pueblo sabía que el príncipe era un Omega y no un Beta como se pensaba, a quién el día anterior lo habían visitado todos los Alfas disponibles.

Ya habían rumores sobre a quién había escogido, solo unos pocos acertaban pero al instante desechaban la idea, después de todo el Rey de Oriente era una leyenda. Dado su encierro los Cambiaformas del pueblo nunca habían visto verdaderamente bien a Genos, sabían que era rubio, si, sabían que era atractivo, si, pero fácilmente podían confundirlo pensando que ese Omega que estaba ahí con el calvo era otro y no el príncipe y lo que era peor podían tratar de insinuársele sin saber que ya tenía una pareja en cortejo, Saitama quiso sacar al rubio de ahí de inmediato pero Genos lo jalo con una sonrisa más evidente, como si fuese algo nuevo lo que ocurría, como si el príncipe nunca hubiese visitado el mercado.

Era tanta la felicidad que sentía por estar en ese mercado por primera vez que no le prestaba atención a todos aquellos Cambiaformas que lo observaban de forma insistente.

Para Saitama el mercado era normal. Bastante cambiado desde la última vez que estuvo ahí, habían nuevos olores y nuevas construcciones pero no tenía nada de especial.

Para Genos era totalmente distinto, le parecía un lugar maravilloso, ver como los Cambiaformas se movían de un lado a otro, comprando, vendiendo, regateando precios, algunos hablando mientras reían y bromeaban, el olor de las frutas recién cortadas y lavadas, los collares brillando a las luz del sol,  los niños corriendo haciendo bromas a los dueños de los puestos, era magnifico, esplendido, el mercado tenia vida propia.

-Te ves muy emocionado-No pudo evitar mencionar lo evidente, el Omega parecía un niño que por primera vez visitaba un parque o una dulcería. Su comentario hizo que Genos menguara el paso, el mismo rubio se percato de que se estaba comportando como un niño. Su expresión grave volvió a su rostro de marfil. No quería que Saitama pensara que era un bebe.

-Sí, lo siento es que…-No quiso continuar su explicación, era tonto decirle que nunca había salido del castillo, el calvo no le creería. Saitama frunció el seño viendo fijamente al rubio, se habían quedado de pie en medio del atareado mercado pero no le importaba estar atravesado, parecía que había llegado a un punto de conversación que incomodaba o quizás avergonzaba a Genos.

-Dime-Insistió pero el rubio desvió la mirada huyendo de sus ojos-Soy tu pareja destinada Genos, estas hecho para mí y yo estoy hecho para ti-Se sintió extraño decir eso, jamás fue bueno con las palabras por lo que opto por las acciones, tomo en su palma el rostro del rubio que se había sonrojado-Puedes decirme lo que sea-El Omega miro fijamente a los ojos cafés del calvo y asintió sintiéndose bien consigo mismo.

La atención de su Alfa lo hacía sentirse especial e importante. Nunca había estado tan dichoso.

-Nunca había salido del castillo-El calvo subió una de sus cejas sin creer lo que le decía-Lo más lejos que he llegado es aquí con usted. Por mi condición Omega mis padres me sobreprotegieron desde muy temprana edad, prohibiéndome el contacto con el exterior por mi bien.

Y fue ahí que Saitama comprendió la emoción con la que los ojos de Genos brillaban y caminaba con la espalda recta pero con rapidez en ese mercado, el chico no había experimentado nunca el exterior de la fortaleza en la que siempre había estado.

-¿Nunca habías salido?-Aunque entendía completamente las razones de los reyes padres de Genos aun era algo difícil de creer. Nunca. En 18 años. Era casi una barbaridad.

-Nunca-El muchacho sonrió triste, si, el mismo sabía que no tenía experiencia de ningún tipo en nada. A veces se sentía tan extraño, todos sus conocimientos eran teorías, nunca había  pasado a la práctica.

-Entonces necesitamos a un guía-Esa información abría una nueva ventana de ideas para el Rey de Oriente-¡Panic!-Grito sabiendo que el Beta estaba cerca, las personas a su alrededor lo miraron extraño un momento pero el olor a Alfa y mas su ropa elegante gritaba por todas partes que era alguien importante por lo que era mejor no meterse con aquel calvo y mucho menos con el chico que lo acompañaba. Una sola mirada demasiada insistente al rubio hacia que Saitama liberara sus feromonas asfixiantes.

-¡Es Sonic!-Apareció de entre las sombras Panic con el ceño fruncido en un claro disgusto.

-Guíanos-Declaro sin prestarle atención al reclamo del azabache, el Beta no entendía a qué se refería con esa solicitud-Hace años que no he estado aquí, ya todo cambio y Genos nunca ha venido. Deja de vaguear y muéstranos el mercado.

El Beta con molestia por las palabras del Alfa comenzó a caminar. ¡¿Cómo se atrevía a decir que vagueaba?! ¡Estaba vigilándolos! ¡Hacia su trabajo! ¡Maldito Alfa de pacotilla! ¡Solo porque se creía el más poderoso! ¡Él le enseñaría quien era el más poderoso! ¡Maldito calvo!

Sonic al ahora ser el guía sabía muy bien que lugares evitar y cuales le gustarían a Genos, no quería admitirlo pero nunca había visto al Omega tan contento, se notaba a distancia su felicidad, no solo por su olor sino también por la forma en la que su piel parecía brillar a la luz del sol, alguien con una piel de porcelana como Genos era fácilmente un foco de atención para cualquiera que lo viera.

La primera parada fue un paseó por las panaderías y dulcerías.

El Omega como naturalmente estaba en su forma de ser era amable con las personas a pesar de que se mantenía con una mirada seria pero sin querer, a veces, al ver o probar algo demasiado bueno se le escapaba un poco de ese niño reprimido que llevaba dentro, terminaba siendo dulce con las personas de cada tienda provocando celos en Saitama, no eran unos celos tan evidentes pero sus ganas de poseer a Genos aumentaban con cada Cambiaformas que quedaba embelesado por su pareja.

Esos miserables no sabían con quien se estaban metiendo por eso había oportunidades como la que se  dio en la dulcería por ese Beta vendedor demasiado entusiasta en la que no aguantaba sus instintos.

Y a Genos tampoco lo molestaba ni le molestaría nunca que Saitama mostrara sus instintos aprisionando su cintura al abrazarlo por la espalda, sentir la presencia de su pareja envolviéndolo con seguridad y cariño. Era magnifico. Y cuando Saitama beso una de sus sienes con tanto cuidado Genos no pudo evitar darse vuelta abrazando como era debido al mayor además de también ocultar su rostro encendido como farol en ese amplio pecho por la vergüenza.

Sonic rodo los ojos cuando Saitama sin ninguna vergüenza le mostro el dedo medio al vendedor.

La segunda parada fueron las tiendas de sastres y artesanías. Las esculturas eran bellísimas y las telas tenían una suavidad envidiable. Comieron en un lugar pequeño pero cómodo y sin notarlo la pareja cada vez se complementaba mas, mientras Saitama sostenía el vaso con jugo Genos aprovechaba para limpiar ese poquito de salsa que se había quedado en la comisura de los labios del Alfa, como si fuese una esposa cuidadosa. Era casi doloroso ver como se miraban, pidiendo y rogando un solo beso.

Sonic llego a la conclusión de que un beso en el primer día no estaría mal.

Siguieron caminando saliendo del pueblo y recorriendo los puentes que habían, viendo como los ríos caían y se perdían entre las tuberías, los viajeros con sus carretas remolcadas por caballos y cuando un olor salado invadió las fosas nasales del Omega, Sonic decidió que les daría verdadera privacidad. Después de todo Genos siempre quiso conocer el mar.

El Omega había soltado la mano de su Alfa y había corrido como nunca en su vida, corrió y corrió, el sonido de las olas rompiendo contra las rocas de la costa llegaron a sus oídos y el olor salado se hizo cada vez más fuerte, Saitama sin ningún problema le seguía el paso a Genos de cerca, parecía que el cachorro estaba muy emocionado por ver el mar.

Llego a la arena y sin pensarlo se deshizo de sus zapatos, quería sentir la arena entre sus pies y le pareció tan extraño y único, era nuevo, era increíble. Troto con más calma hasta quedar en la orilla del mar y cuando el agua toco sus pies fue como un sueño hecho realidad. Estar en el mar, viendo el sol ocultarse poco a poco en aquel inmenso azul, ese brillo naranja que había, la brisa chocando contra su cara.

Era el mejor día de su vida. Era tanta su emoción que sin notarlo libero su cola y orejas. Era una transformación media que solo se hacía cuando estabas en la intimidad otorgando mas placer en el vinculo con tu pareja, no en una playa con cualquier transeúnte mirando.

-Me alegra mucho que estés feliz pero me gustaría que ocultaras esa cola-El susurro de Saitama lo saco de su ensoñación y de inmediato sus partes animales desaparecieron al instante, volteo a ver al Alfa dándole la espalda al mar y la vergüenza lo invadió, no supo que decir para disculparse. El abrazo que le dio el calvo lo tranquilizo, se quedaron ahí, escuchando sus respiraciones, las olas rompiendo, las gaviotas. No querían seguir esperando por ese estúpido cortejo. Eran el uno para el otro.

Se separaron viéndose y fue inmediato, ya no podían aguantar más.

El beso fue lento, torpe y delicioso. Sus labios se acariciaban entre si y el contacto hacia que una mezcla electrizante los recorriera, podían sentir como los vellos de sus cuerpos se erizaban, como sus corazones latían desbocados y maldición, no querían separarse.

La necesidad de mas contacto se hizo cada vez más fuerte, el mordisqueo tímido de Genos en los labios de Saitama lleno al Alfa de euforia, el calvo tomo con posesividad aquella hermosa cintura y atrajo si es que era posible aun más cerca al rubio, Genos tomo los hombros del Alfa y los apretó poniéndose de puntillas e inclinando a Saitama para que no se separara del beso, parecían querer fundirse en un solo ser.

Y cuando Saitama acaricio la lengua de Genos con la suya tocaron el cielo. Era un beso desordenado, un poco mal coordinado y con dientes chocando entre sí pero no les importaba, nada importaba, el mundo a su alrededor se había detenido y solo existían ellos en ese espacio especial que habían formado. Necesitaban respirar pero se negaban a separarse, aspiraban como podían por la nariz y el olor a necesidad era demasiado evidente.

-Búsquense un hotel-La voz de un niño los saco del transe en el que estaban y cuando se separaron fue que vieron al pequeño niño Beta castaño con un morral en la espalda viéndolos con desaprobación. Genos enrojeció como un tomate maduro y Saitama observo al niño con odio. El pequeño Beta no pareció intimidarse para nada con esa mirada-Exhibicionista-Murmuro mientras se retiraba de la playa y dejaba a la pareja a solas.

Entre la mezcla de vergüenza y emoción Genos comenzó a reírse cubriéndose la boca con las manos, si, le daba mucha pena el espectáculo que habían montado en plena playa pero de alguna forma era gracioso, su risa tranquilizo todos los pensamientos oscuros que estaba teniendo Saitama sobre destripar al niño Beta por haberlos interrumpido y no pudo evitar también soltar una pequeña risita.

Se sentaron en la orilla del mar viendo el baile de las olas, con su vaivén tranquilizante, el sol ya casi estaba oculto y podía distinguirse a la luna comenzando a aparecer.

-Siempre quise conocer el mar-El príncipe comenzó a hablar sin quitar la mirada del frente-Solo podía verlo desde lo lejos en el balcón de mi habitación y me preguntaba hasta donde llegaría, a que sabría, si era frío o si estaba caliente el agua. Siempre he querido conocer el mundo-Volteo a ver al calvo que lo escuchaba en silencio- Por eso muchas preguntas rondaban por mi cabeza todo el tiempo ¿Qué habrá más allá? ¿El mar tendrá final? ¿Qué creaturas vivirán en el fondo?

Saitama sonrió ya sabiendo que su pareja era un aventurero desde el corazón.

-Hay que comenzar entonces-El Alfa se levanto y sacudió la arena de su ropa, al terminar le extendió una mano al Omega que no entendía que pasaba-Ven, te mostrare lo que hay mas allá-Genos tomo su mano con incredulidad.

-Para eso necesitamos alistar un barco-Explico lo evidente el rubio, le hacía feliz que el calvo quisiera complacer su curiosidad por los misterios que tenía el mundo. Volteo de nuevo hacia el mar, viendo como el sol ya había terminado de ocultarse y la luna se presentaba iluminando todo con su resplandor.

-¿Quién necesita un barco cuando tu Destinado es un Dragón?-Tomo ambas manos del rubio como lo había hecho esa misma mañana-¿Confías en mi?-No hubo nada que pensar, Genos asintió de inmediato-Cierra los ojos.

Genos obedeció cerrando sus ojos de inmediato, Saitama soltó sus manos al tiempo que una ventisca levantaba la arena, el Omega sacudió un poco de la misma que había caído en su cabello aun sin abrir los ojos. Sintió una respiración más grande de lo normal sobre su cabeza y cuando abrió los ojos estos brillaron con felicidad al ver la transformación de Saitama ¡Era un Dragón! No cavia en su felicidad, solo había visto imágenes en libros y ahora tenía a uno de carne y hueso frente a él.

Saitama era negro, grande, con unos cuernos un poco curvados saliendo de su cabeza, un hocico largo y elegante al igual que sus orejas, estiro las alas mostrando su amplitud y Genos no supo qué tocar primero, su rostro o sus patas o sus cuernos o quizás las alas. Abrazo al Dragón por el pecho, era tan grande que no podía tocar las patas con sus manos a pesar de tener los brazos estirados, las escamas eran duras y brillaban a la luz de la luna. Era una criatura increíble.

El Dragón movió la cabeza y olio el cuello de Genos, el rico sonido que salió del interior del reptil hizo reír a Genos. Una larga cola tomo con cuidado al rubio por la cintura y lo elevo hasta dejarlo caer sobre la espalda del animal antiguo. Genos busco algo de donde sostenerse ya que Saitama abrió sus alas con toda la intención de emprender vuelo. Por suerte el Omega pudo arrastrarse hasta quedar por el cuello del Dragón, tomo los cuernos del animal y al instante estaban comenzando a elevarse.

Genos nunca pensó que alguna vez en su vida volaría, si, era aterrador, cada vez que se alejaban mas del suelo pensaba que si caía moriría en el acto pero estar con Saitama lo llenaba de seguridad, no, su Alfa nunca lo dejaría caer y si llegaba a darse el caso, no dejaría que tocara el suelo, estaba seguro de que lo salvaría. Y una vez ya superado su miedo a las alturas se dio el lujo de disfrutar.

Era extraordinario, hermoso, espectacular, podía ver el castillo a lo lejos, el pueblo, la brisa fría chocaba en su cara, estiro los dedos al notar que pasaba cerca de una nube queriéndola tocar, la masa gaseosa se desvaneció entre sus dedos y los mojo un poco. Era tan nuevo, su sonrisa ya estaba haciéndole doler las mejillas, todo era irreal, un sueño, una asombrosa fantasía hecha realidad. Saitama no iba rápido, estaba dejando que Genos admirara todo desde la altura.

El Omega miro al frente y vio como el mar se extendía por miles de kilómetros, observo al otro lado y vio otro reino, otra playa, otro pueblo, no había palabras para describir lo que sentía, ya felicidad no englobaba todo el gozo que lo recorría. El Dragón comenzó a tomar más velocidad y llego a un punto donde Genos tuvo que tomarse fuerte de aquellos cuernos. La brisa en su rostro se hizo más fluida y la adrenalina en su sistema lo hacía temblar de la emoción.

Se sentía libre.

-¡Sí!-Grito soltándose y estirando los brazos, se sentía completo, como si estar sobre el lomo de ese Dragón hubiese sido lo que había esperado toda su vida. Tomo de nuevo los cuernos cuando la criatura se fue en picada hacia el mar. Genos sonrió de la emoción, un vacio extrañamente agradable se había apoderado de su estomago y cuando estuvieron casi llegando al gigante cuerpo de agua Saitama estiro las alas estabilizándose. Volvió a subir y comenzó a dar vueltas, no muy rápido pero tampoco tan lento-¡Es increíble! ¡Eres increíble!-Abrazo el cuello del reptil ya sin poder describir todas las emociones que lo hacía sentir el Dragón-¡Me encantas!

Y así pasaron unos 40 minutos en el aire, dando algunas vueltas, pasando cerca de la superficie del mar, Genos pudo estirarse lo suficiente para tocarla mojándose los dedos. El recorrido de vuelta fue tranquilo, solo con el sonido del aleteo de Saitama escuchándose, el príncipe se sentía realizado. Podría morir en ese mismo momento y estaría bien… no, pensándolo mejor no. Quería tener a los cachorros de su pareja primero.

°°°°°

En el castillo se hizo una gran conmoción cuando Sonic volvió solo y sin la pareja en cortejo, los reyes se habían alterado pero el azabache pudo convérselos de que no pasaría nada malo. Les dijo que Saitama era lo suficientemente confiable y que además ni aunque hubiese querido se habría podido montar en ese Dragón con Genos.

El príncipe llego montado en la espalda de esa gran criatura y nadie tuvo el corazón para regañarlo por haberse escabullido de su chaperón, el príncipe estaba más allá de lo feliz, el olor que desprendía nunca lo habían captado los Betas del castillo, era un olor que iba más allá de solo “feliz”, nunca habían visto una sonrisa tan resplandeciente en el príncipe como la que tenía en ese momento. Se bajo de Saitama con agilidad, como si tuviese años subiéndose a la espalda del Dragón y abrazo de nuevo al reptil, cerró los ojos y suspiro enamorado. Solo un día había bastado para saber que quería estar con ese calvo por el resto de su vida.

Acompañarlo. Ir a donde sea que él fuera.

Sintió como las escamas desaparecían y se iba reduciendo hasta un tamaño humano, no quiso abrir los ojos sabiendo que el Rey de Oriente estaba desnudo, se avergonzaría así que prefirió quedarse ahí, abrazando sus hombros y apoyando su cabeza en el pecho. Unos brazos lo rodearon y Saitama beso su mejilla avergonzándolo.

Unos pasos corriendo se acercaron y cuando abrió los ojos vio al sirviente de Saitama dándole un capa para que se cubriera, desvió la mirada separándose para que el calvo pudiera cubrirse y después volvió a abrazarlo, no quería separarse pero cuando su madre tomo su oreja jalándolo no tuvo otra opción. No le importo el pequeño regaño que le dio su madre por haberse escapado volando con su prometido, aun estaba entre las nubes, aun se sentía libre.

La pareja ceno con los reyes, Genos narro los lugares que habían visitado de formas sistemática, como un informe pero con una sonrisa en los labios resaltando cuando lo llevo a volar y también omitió con mucha maestría el beso en la playa.

Ese informe desespero bastante a Saitama por lo largo que había sido y la forma de decirlo de Genos casi sin respirar. Juro que envejeció un año escuchando a el príncipe diciendo su informe.

Se fue a dormir pero al pasar unas horas, tal vez dos, se escucharon unos toques en la puerta de su balcón, el olor se filtro solo bastando un respiro para saber quién era, se levanto corriendo y al abrir las puertas Saitama se lanzo a sus labios, se devoraron entre sí de nuevo con esos extraordinarios besos, llegaron hasta la cama entre caricias y muchos más besos.

Genos cayo de lleno en la cama con Saitama encima, era una sensación más que increíble, era maravillosa, sus cuerpos parecían encajar a la perfección, las manos de Saitama comenzaron a hacer un recorrido acariciando todo lo que podían del cuerpo de Genos sobre la ropa, acariciaba su cintura con esmero y trataba de mantener el control  sobre sí mismo, si lo perdía podía llegar a reclamar al príncipe y eso aun no era posible.

El Omega con cada caricia sentía que se formaba un calor cada vez mas y mas potente, era casi idéntico a cuando estaba en celo pero mucho mejor, más tranquilo y menos desesperante, Genos se concentraba, mas por la vergüenza y el respeto que cualquier otra cosa en acariciar el pecho del Alfa, sus hombros y también su rostro.

Los besos eran cada vez más intensos, más duraderos, el omega soltaba suspiros etéreos que provocaban una revolución en el interior de Saitama, no podían evitarlo. Estaban violando otra de las reglas del cortejo pero era inevitable. Era simplemente natural que no pudieran separarse.

El mayor se separó de los labios rojos de Genos y atacó su cuello, besando y aspirando el olor de su cachorro, como una droga, y fue entonces que los instintos más primitivos de Genos sin poder evitarlo salieron a flote, quería de una vez por todas que Saitama clavara sus colmillos en él, que lo reclamara, que se vincularan pero su raciocinio le gritaba que aun era muy pronto.

Si, solo llevaban un día conociéndose.

-Uhh mierda…-Saitama maldijo en el cuello de Genos aspirando de nuevo de esa fragancia antes de comenzar a separarse, tenía que contenerse o acabarían haciendo algo que insultaría no solo a los padres de Genos sino a sus tradiciones y posiblemente a todo el reino, se separo levantándose para irse, tenía una urgencia creciendo entre las piernas.

-No, no…-Genos sujeto fuerte a Saitama de las manos, no quería que se fuera-Por favor no se vaya-Tenia sus manos agarradas pero ya Saitama estaba de pie por lo que el rubio tuvo que sentarse en la cama para poner más énfasis en su agarre-No me deje-

-No podemos dormir juntos, Genos-El calvo no podía ceder, el olor de su excitación quizás aun no era tan evidente pero si seguía acariciando a Genos su bulto en la entrepierna ya no podría bajarse manualmente, seria definitivo, necesitaría vincularse a Genos y no, para su maldita suerte, aun no era el momento, aun no-Debo irme.

El rubio bajo la mirada con resignación, apretó más las manos del calvo y tuvo una idea, más bien, una solicitud.

-Quédese conmigo hasta que me duerma, por favor-Por el resplandor del balcón Saitama pudo ver como las mejillas de Genos estaban rojas y sus labios no estaban mucho mejor ¿Cómo podría contenerse así? No podía. Pero tampoco podía negarle algo al cachorro.

La anciana tenía razón, Genos lo volvería loco.

Saitama se recostó del lado opuesto de la cama y rápidamente Genos estuvo acomodado de su propio lado, quería mas besos y mas caricias pero no era posible aun, cerró los ojos y con una mano sujeto una de las de Saitama, eso era todo lo que podían hacer por ahora.

Maldito cortejo de mierda.

Cuando los tres meses se cumplieran Saitama devoraría al cachorro rubio. Eso estaba más que seguro.

CONTINUARA…

  

 

 

 

Notas finales:

Tan! Tan! Taaaan! xD

Espero que haya valido la espera.

Si quedo Occ diganmelo para ver si puedo mejorar mas en el proximo capi.

Ya saben!Sus reviews son mi gasolina!


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