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Destinados por MAGG1827

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Notas del capitulo:

Me tarde pero es que no sabia que escribir una ceremonia fuera tan dificil.

¿Quien quiere lemon? Yooo! xD

Disfruten!!

Suspiro con molestia nuevamente, desde aquella interrupción no había podido visitar nuevamente a Genos por claras razones, ahora su pobre cachorro esta terriblemente custodiado, horrendamente custodiado en opinión del Alfa, los padres de su pareja no sabían la razón y nadie quiso decirla, no porque les diera miedo acusar a Saitama de sus actos indebidos y verlo tener una penitencia por ellos, Atomic, Tatsumaki, Sonic, Bang y secretamente Mumen quisieron con mucho ahínco verlo es esa situación pero  no.

Se tragaron los hechos porque la vergüenza en el rostro del Omega rubio, el rostro bermellón del pobre Genos era suficiente para no querer causarle más mortificaciones al pobre cachorro.

Pero ahora, ahora, el Legendario Rey de Oriente se vengaría por la interrupción (Después de mucho pensarlo llego a la conclusión de que fue bueno, quizás hasta oportuno que lo interrumpieran porque no era correcto en ese momento consumar aquel acto, pero eso era algo que nunca diría en voz alta y que jamás le agradecería a nadie, mucho menos a esos Alfas infelices con baldes de agua helada)

Saitama se entero, gracias a su olfato que fue Mumen quien lo había acusado.

Oh ese búho infeliz.

El pobre Mumen, fiel sirviente y devoto a las tradiciones de cualquier reino al percatarse de que el olor de su Rey se había colado a la habitación del príncipe decidió recurrir a los Alfas más cercanos para aliviar los ánimos de Saitama, cosa que por supuesto a la Leyenda no le agradó. Mumen no había querido que Atomic le lanzara un balde de agua helada a su Rey, no, el preferiría que hubiesen llamado su atención de otra manera menos abrupta pero había funcionado al final, eso era lo que importaba. Había funcionado.

Pero Saitama no tomo eso como un éxito.

Desde ese día el Alfa calvo decidió qué, como Mumen lo había interrumpido, el también tomaría como una especie de deporte interrumpir a Mumen. Por eso no tuvo ningún remordimiento cuando al comenzar a escuchar los gemidos entrecortados de Panic viniendo de la habitación del Búho Cambiaformas, no lo pensó dos veces antes de levantarse, caminar hasta allá e irrumpir en la habitación encontrado a Panic mordiendo la almohada y a Mumen dándole desde atrás.

A los Betas se les incendió el rostro de un escarlata intenso, los gritos, maldiciones y objetos volando no se hicieron esperar, Saitama solo salió de la habitación sintiéndose realizado y desde ese día se dedico a interrumpir a su sirviente y a su pareja cada vez que detectaba los ánimos subidos de tono.

Y como premio, por la interrupción, también lo envió a su castillo a hacer rondas de exploración (Que normalmente era el trabajo del calvo) alrededor de los reinos que estaban bajo la tutela de la Leyenda, cosa muy engorrosa y demorante ya que Saitama tenia a casi todo un continente bajo su protección.

Así el Búho no cometería el error nuevamente de interrumpirlo cuando él estuviera excitado con Genos.

Mumen se lo había buscado. A él nadie lo había mandado a interrumpirlo, interiormente reconocía que lo que Mumen había hecho estaba bien pero nuevamente, jamás, nunca y ni en lo que le quedaba de vida aceptaría que Mumen hizo un buen trabajo, no, para Saitama el Búho Cambiaformas había cometido sacrilegio.

Mumen volvería cuando faltaran dos días para la boda, por lo que Panic había mirado con mucho odio al Cambiaformas Dragón por haberlo separado de su pareja, Genos era ignorante de todo el asunto y Saitama prefería que así se quedara, su lindo cachorro solo necesita ponerse al día con esos bailes que su madre y dos profesoras le estaban reforzando.

Saitama, evidentemente, trato de espiar, aunque fuera un poquito para tener una idea más clara de lo que tendría en su noche de bodas pero parece que esos Alfas de mierda no tenían nada mejor que hacer que interrumpirlo en sus misiones secretas y terminaban arrastrándolo a la arena de combate, simplemente para tener algo que hacer, por otra parte para Saitama era fastidioso.

El moría por hacer sufrir y quizás dejar muy mal herido a alguno de esos infelices, más a Atomic que le había lanzado el balde de agua fría pero no podía matarlo porque entonces Lairon tendría un aborto y Genos se entristecería y luego se molestaría.

En realidad Genos se molestaría si algo le pasaba a cualquiera de esos Alfas que se habían vuelto sus amigos desde que comenzaron a enseñarle a combatir y si algo le había quedado claro al Rey de Oriente con el pasar de los años es que nunca, jamás y de ninguna forma tenías que hacer molestar a un Omega.

No era porque la reacción del hormonal Lairon le hubiese dado una lección por las acciones de Atomic. No, él ya tenía experiencia viendo a Omegas furibundos con sus parejas y desde muy pequeño, supo que jamás, si es que llegaba a encontrar a su Destinado, haría enojar a su Pareja.

Saitama podría parecer insensible y tonto pero no lo era.

Además tampoco podía matar a esos imbéciles con tantos testigos viéndolo, desde que el pueblo supo que, efectivamente, él era una leyenda se hicieron muy aficionados a ver cualquier combate donde el calvo estuviera inmerso, Cambiaformas inútiles, no lo dejaban cometer homicidio.

Y así se fueron pasando las pocas semanas que aun quedaban para poder ¡Al fin! Tener en brazos a Genos.

Como venia dado desde tiempos ancestrales en el Reino Costero la ceremonia se llevaba a cabo en el altar de piedra tallada de la montaña más alta que hubiera en el Reino en medio del crepúsculo, casi al anochecer para así rendir tributo al sol, la luna y las estrellas. Los Dioses que bendecirían la unión.

Originalmente el ritual se llevaba a cabo con la pareja caminando desnudos desde la entrada del palacio hasta el altar en la montaña con tambores armonizando su trayecto para, de parte del Omega, demostrar sus tributos fértiles y para el Alfa demostrar su virilidad pero ya que Genos estaría a punto de entrar en celo, el pobre rubio era demasiado penoso, los padres de Genos no querían y Saitama mucho menos, el ritual se llevaría a cabo con ropa puesta, mucha ropa puesta.

Igualmente caminarían desde la entrada del palacio hasta la montaña, tendrían los tambores, también al sacerdote caminando frente a ellos, detrás caminarían los padres de Genos con unos pocos guardias y a todos los Cambiaformas pueblerinos que quisieron ver la ceremonia estarían con lámparas de aceite en mano iluminando el ritual una vez que la noche caiga, bendiciendo con sus pequeñas luces la unión y para también poder bajar sin problemas del altar de la montaña.

En los pocos momentos que tuvo para compartir con Genos antes de que el cachorro tuviese que irse a practicar su baile de nuevo le confesó que la parte que más le gustaba era cuando la noche caía, la luces se encendían y todo se veía como un montón de luciérnagas pululando a su alrededor, nunca había presenciado una ceremonia real pero los escritos en sus libros tenían imágenes muy bellas, decía que le parecía mágico y Saitama estaba seguro de que haría todo lo que estuviese en su poder para hacer de esa ceremonia mil veces mejor a cualquier ilustración que Genos hubiese visto en libros.

Sería verdaderamente mágico.

Solo esperaba que el olor a celo de Genos no lo volviera loco a él y a muchos betas en el proceso de la ceremonia. Genos le había asegurado que Lairon lo había ayudado a preparar un té que podía aplacar temporalmente los síntomas del celo y que lo bebería antes de la ceremonia para evitar inconvenientes, solo esperaba que el pequeño gato preñado tuviese razón.

Y así Mumen volvió de hacer el trabajo de su Rey y como el Búho era demasiada buena persona y estaba firmemente en contra de la violencia declino cualquier oferta hecha por Sonic para matar a Saitama mientras dormía, no, Mumen nunca atentaría contra de la vida de su Rey.

Pero a Saitama si le pareció, aunque fue algo muy vago y casi sin importancia que Mumen parecía estarle ocultando algo, algo que, muy en el fondo de seguro sería importante, pero como él prefería seguir en sus frustrados intentos de espionaje al baile de Genos no le prestó atención.

Aunque no lo pareciera, Mumen quería venganza.

°°°°°°

Y el día de la ceremonia al fin llego, como también era parte del ritual Saitama había dejado de ver a Genos desde el día anterior para así, cuando se vieran nuevamente la unión espiritual se terminara de formar en ellos, ya era tan fuerte que Saitama desde donde estaba, aun en su habitación retocando su indumentaria con ayuda de Mumen podía sentir los nervios, ansias y mas nervios de Genos.

Por fin se casarían.

Por fin seria oficial.

Por fin estarían juntos y no habría ningún balde de agua de por medio que los interrumpiera.

Como dictaba la tradición solo se podrían ver cuando comenzara la ceremonia, al ocaso, en el crepúsculo, Saitama trataba de tranquilizar a Genos mediante su unión espiritual porque podría jurar que el rubio príncipe estaba que se lanzaba por el balcón de la desesperación y así, poco a poco el sol fue cayendo llenando el escenario del celestial naranja que los acompañaría durante la ceremonia.

La vestimenta del Rey de Oriente era casi la misma que usaba todo el tiempo con el único detalle de que ahora si era absolutamente negra, demostrando no solo su alto estatus sino también su irrefutable poder y dominancia, su capa era un poco más larga y su expresión facial era la misma desinteresada de todo el tiempo, expresión que no le hacía justicia a las ansias que sentía en sus entrañas, su estomago se retorcía y calentaba.

Todo porque creía estar sintiendo las oleadas de excitación repentina del celo de Genos.

No era que lo creyera, a una hora del comienzo de la ceremonia el príncipe estaba sintiendo los síntomas de su celo llegarle en forma de un calor sofocante en oleadas pero gracias al té de Lairon, los síntomas se sosegaban poco a poco calmando no solo al Omega sino también al Alfa.

Seria simplemente desastroso hacer la ceremonia si Genos solo pensaba en entregarse a su Señor y Saitama solo tuviese en la cabeza matar a cualquiera que se acercara.

La indumentaria de Genos era distinta a su habitual ropaje azul, ahora era blanco, simbolizando su pureza, unos pantalones y camisa blanca para ser exactos pero a eso se le agregaba un gran mantón blanco un poco transparente que el rubio llevaría puesto sobre su cabeza en todo el trayecto hacia el pico de la montaña, ese mantón cumplía el simple propósito de no dejar ver el rostro de Genos a los aldeanos, el único que podría verlo sería Saitama y eso ocurriría solo cuando la ceremonia de consumación comenzara.

Tampoco podrían hablar ni tomarse de la mano en el trayecto, era insoportable no tocarse estando tan juntos y mas sino se habían visto desde el día anterior pero debían seguir las malditas reglas, una última vez, un último esfuerzo.

Una última vez.

Los tambores comenzaron a resonar y las puertas de las habitaciones, tanto del Omega como del Alfa se abrieron dejándolos salir de su encierro, bajaron las escaleras desde diferentes alas del palacio y solo cuando estuvieron en la puerta del palacio fue que pudieron verse.

Los corazones de ambos zumbaron en sincronía y cualquiera que tuviera un bueno ojo vería la casi imperceptible sonrisa en los labios del Cambiaformas Dragón. Al príncipe no podía vérsele bien el rostro por aquel manto blanco que portaba pero era seguro que también estaría sonriendo.

Se reverenciaron mutuamente demostrando el mutuo respeto que había en su relación y caminaron afuera con unos dos metros de distancia entre los dos, sin poder tocarse, aun no podían tocarse. El sacerdote ya había encendido el fuego en la vasija de mármol que llevaría en las manos y con el que encendería el altar de piedra tallada en lo alto de la montaña.

Avanzaron al enorme portón de la entrada del palacio y emprendieron la subida a la montaña por el pequeño camino que había marcado por la grama del suelo.

Gracias a los murmullos de la gente y los tambores que tocaban los guardias del palacio el camino no era un silencio absoluto.

Saitama estaba bastante preocupado de si llegaba a aparecer el celo de Genos de un momento a otro por lo que cada cierto tiempo aspiraba fuertemente registrando los olores que habían alrededor y se aliviaba al reconocer que ciertamente el olor a celo de Genos estaba ahí pero era algo casi inexistente, mientras él no se acercara tanto a Genos no incitaría al organismo del rubio a entrar en celo de forma abrupta por lo que, aunque le molestara tenía que mantener la distancia con Genos mientras la ceremonia se llevaba a cabo.

Llegaron a la cima justo cuando el sol se hacia uno en el horizonte con el mar y el sacerdote lanzo el fuego de la vasija de mármol directo a aquel altar prendiéndolo en segundos, los tambores se detuvieron todos al mismo tiempo y las personas callaron sus murmullos y se dispersaron quedando a los alrededores viendo fijamente lo que ocurría en el centro. Frente al altar solo debían estar los implicados en la unión y el sacerdote que ofrecería su vínculo ante los dioses.

El anciano sacerdote comenzó a hablar un idioma antiguo con sonidos extraños y mucha modulación en sus labios y manos, Genos habría aprovechado el momento para aprender lo que se supone que era el “Idioma del sol, luna y estrellas” Pero estaba demasiado inverso en el hecho de que se estaba casando.

¡Se estaba uniendo a su Alfa!

Sus manos temblaban y sudaban profusamente de todos aquellos nervios que lo venían azotando desde hace cinco días, trato de respirar hondo para encontrar calma pero simplemente estaba demasiado ansioso y el agregado de casi estar entrando en celo no le ayudaba para nada. Fue en una de sus búsquedas de oxigeno desesperado por querer calmarse que las feromonas con un olor calmante de Saitama llegaron a sus fosas nasales.

Bajo la vista y con discreción, ya que se supone que tenía que estarle prestando atención a lo que decía el sacerdote, observo por el rabillo del ojo los movimientos de su Señor y se alegro mucho cuando sus ojos conectaron con los de Saitama, se sintió más seguro y tranquilo.

Solo por ese momento ya que de pronto sintió como el sacerdote se acercaba a él.

El anciano los acerco uniéndolos con una gran enredadera marina simbolizando que su enlace sería tan abisal como el mismísimo mar y estaban tan cerca que casi estaban pegados, era la penúltima parte de la ceremonia, el reconocimiento de olor.

Aunque la marca de unión se hacía en privado durante el apareamiento cuando estuviesen consumando su unión debían acercarse al cuello del contrario he inhalar la fragancia reconociéndose entre sí como pareja y demostrando ante el público que aceptaban y les agradaba el olor del contrario.

Para Saitama fue como tocar el paraíso poder inhalar el olor de Genos pero que ahora por entrar en celo no eran los exquisitos frutos rojos, no, ahora era la más deliciosa miel que hubiese probado en su vida, era una total sensación poder sentir tal olor, demasiado atrayente, demasiado perfecto, demasiado único, tanto así que no pudo evitar tomar por los hombros a Genos y acercarlo aun más hacia sí mismo ¡Dios! ¡Necesitaba marcar a ese cachorro ahora o moriría de abstinencia!

Y cuando Genos se preparo para sentir el aroma concentrado de Saitama percibió no el normal aroma a tierra mojada y madera quemada, no, Saitama olía a menta, a la más fresca y refrescante menta. Sus sentidos se impregnaron de inmediato del olor de Saitama nublando todos sus sentido y fue gracias a que el calvo lo tenía sujeto de los hombros que Genos no cayo desmayado, el Dragón se asusto un poco por lo que paso pero cuando el rubio subió la vista y lo observo con aquellos ojos brillando de Lujuria supo que el celo estaba a nada de comenzar.

La reina se percato de ello y rápidamente bajaron aquella montaña con Genos dando pasos un poco descoordinados y para que hubiese mas control separándolo de Saitama y poniéndolo a caminar entre sus padres, gracias a eso los ánimos prendidos del rubio bajaron un poco pero ya el celo estaba por llegar, ya no podían hacer nada para detenerlo.

Llegaron de vuelta al palacio adentrando de inmediato al rubio en los aposentos reales y cuando Saitama ya se estaba preparando para entrar a la habitación (Ya que el llego un poco después) y hacerle sentir a Genos muchas delicias el sacerdote lo detuvo.

-Discúlpeme su majestad pero la ceremonia aun no ha acabado. Falta la ultima parte-El alfa frunció el ceño de inmediato ¿¡Ese vejete le estaba tratando de decir que aun no podía llenar a Genos de bebes!?

-¿Qué quieres decir con eso anciano? No tengo tiempo para ninguna otra de tus ceremonias, mi Omega me está esperando-

-Reconozco su urgencia pero esto es primordial, yo solo fui un puente de conexión entre los Dioses y su unión con el príncipe, ahora ellos decidirán si usted es digno de estar con él-¡¿Digno?! ¡¿Qué parte de que eran Destinados ese viejo aun no entendía?! Sus ojos se tornaron rojos y su mandíbula trono de cólera, el viejo tosió sintiendo la atmosfera atestada de feromonas pero muy campante pudo resistir-Debe ponerse esto-

El anciano con ayuda de otros tres Betas saco unas enormes cadenas de un cofre viejo, habría bufado por eso, el rompería cualquier cadena que le pusieran pero al ver que esas malditas tenían runas de aprisionamiento en cada eslabón no le vio nada de agracia al asunto, no sería fácil romperlas.

Su furia llego a nuevas alturas.

¡¿Ese maldito estaba queriendo decirle que él estaría amarrado con eso sintiendo el olor a celo de su pareja mientras Genos probablemente estaría haciendo su sensual danza y hasta que no se quitara las cadenas de encima no sería digno de aparearse con Genos antes los ojos de esos malditos Dioses de mierda?!

¡¿Es que acaso lo querían torturar?!

-Además-El anciano se alejo un poco tosiendo con dificultad por las feromonas amenazantes del Alfa-Usted sabe esto, no debería de molestarse tanto su Eminencia, su concejero debió habérselo informado antes de la ceremonia.

Todo estaba más que claro ahora.

Mataría a Mumen.

Lo volvería rodajas y usaría sus plumas de Búho para escribir cartas.

Gruño reconociendo que por eso había tenido esa leve sensación de que Mumen le estaba ocultando algo, ese sucio y tramposo animal ¡Y se hacía llamar concejero fiel! ¡¿En dónde estaban las enseñanzas del viejo y difunto Rider?! ¡¿A dónde se habían ido los genes de Búho servicial que tenia?! ¡Era culpa de Panic! ¡Había convertido a su leal sirviente en un traidor!

Suspiro y se dejo colocar las cadenas en su cuerpo no sin gruñir a cada momento y cuando los grandes cerrojos se cerraron alrededor de su cuello, muñecas y tobillos estuvo listo para entrar a la habitación. Se abrieron las puertas dejando ver lo levemente iluminada que estaba y el olor lo golpeo como un tsunami, sus pantalones se apretaron y sus sentidos se nublaron, fue tanto su deseo que quiso correr olvidando por completo sus nuevas restricciones por lo que cayó dentro de la habitación de rodillas en el suelo con la puerta cerrándose detrás de él.

Subió la vista observando todo buscando como loco a Genos, la habitación tenia velas por todas partes y cuando fijo su vista cerca de la cama pudo verlo, aun estaba cubierto por aquel manto pero entonces la tela comenzó a caer dejando ver como el príncipe solo llevaba puesta una minúscula bata transparente blanca de tirantes que llegaba a cubrir precariamente sus hermosas nalgas.

La boca del Rey de Oriente se volvió agua y estuvo a punto de babear pero entonces Genos movió sus caderas al ritmo de una canción inexistente y fue ahí cuando Saitama juro que Genos terminaría matándolo.

El chico era más que hermoso, era etéreo, sublime.

Perfecto.

Detallo su rostro y ver sus mejillas de tan intenso carmín, sus ojos tan nublados por el celo y su rostro tan implorante de placer lo hizo soltar un ronco gemido bajo.

El rubio príncipe comenzó a moverse con sensualidad, todos aquellos movimiento sugerentes de cadera unidos a la sensualidad natural del celo hacían delirar a Saitama, el joven muchacho se acerco a él moviendo sus caderas y brazos lentamente pasándolos por detrás de su cabeza echándola hacia atrás mostrando el cuello ofreciéndose, mordiendo sus labios con lujuria lentamente y terminando el recorrido de sus manos en sus pezones sobando sobre su piel.

Saitama comenzó a babear.

Llego con lentitud frente a Saitama que estaba embobado por el espectáculo y en el momento que la mano del príncipe hizo contacto con la piel de la mejilla del calvo el Rey de Oriente se volvió loco, necesitaba marcarlo, anudarlo, preñarlo ¡Necesitaba hacerlo suyo!

Comenzó a hacer fuerza pero las runas se iluminaban de naranja demostrando la buena calidad de la que estaban hechas, tendría que esforzarse más pero estaba tan distraído al mismo tiempo, Genos comenzó a dejar caer de sus labios suaves jadeos, su olor se ponía cada vez más intenso, sus movimientos se hacían más sugerentes, separaba las piernas, movía la cadera adelante y hacia atrás con lentitud, poniendo mucho énfasis cuando la movía hacia atrás, sacando el trasero y acariciándose a sí mismo. Desde donde estaba arrodillado en el suelo podía ver el miembro duro de cachorro pidiendo atención.

El Omega tocaba su cintura mostrando lo estrecha que era, sus pezones denotando lo duros que ya estaban pero cuando le dio la espalda a Saitama inclinándose casi hasta llegar al suelo con la piernas separadas y con sus manos apretó sus redondas nalgas viendo por encima del hombro al calvo mostrándole descaradamente su agujerito rosa goteando líquido Saitama no pudo seguir estando encadenado.

Las cadenas se reventaron de la fuerza que había usado al liberarse y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a Genos entre sus brazos, alzo al príncipe y los besos desesperados comenzaron, cayeron en la cama y la lucha para quitar la ropa comenzó, la indumentaria del rubio fue arrancada con salvajismo, el prínci… no. Ya Genos no era un príncipe.

Era su Reina.

Su Emperatriz.

Su Hembra.

El pensamiento lo volvió loco, tomo sus propias ropas y él mismo las destrozó, Genos acariciaba lo que podía del pecho y brazos del Alfa en medio de su bruma de excitación y gemía de gozo con cada caricia que el calvo le regalara, cada beso, cada toque, Saitama fue a sus pezones rosados chupando con fuerza, sus caderas se molieron entre sí juntando sus excitados miembros duras y frotándolos con placer, el contacto de  pieles los hacía arder a ambos, las piernas del rubio se enredaron en la cintura de su Alfa con fuerza y el olor era tan fuerte que Saitama sentía que necesitaba entrar en Genos como fuera.

Metió tres de sus dedos de golpe y a pesar de toda la lubricación natural Genos se quejo soltando un sollozo tembloroso quedadamente y solitarias lágrimas comenzaron a salir de sus hermosos ojos azules.

Todo se detuvo de inmediato.

Las lágrimas rodando con lentitud por esas tersas mejillas lo hicieron entrar en razón.

Saitama quiso golpearse de inmediato.

¡Era un bruto!

No podía tratar a su pareja de una forma tan brusca ¡Genos era virgen!

Con su mano restante comenzó a quitar aquellas gotas salinas y se sintió mal por haberlas provocado. Era difícil, eso estaba claro, el olor, la necesidad, el momento, todo era para volverse loco de excitación pero primero debía tratar bien a su Omega, era su pareja, su tesoro, su adorado cachorro.

Su amado esposo.

No podía tratarlo como una cualquiera. Debía demostrarle a su Reina lo especial que era para él tratándolo con amor y cariño.

Los próximos cuatro días de celo si serian desenfrenados pero hoy no, hoy debía darle el trato que se merecería su esposo.

De nuevo la razón sobre el instinto se presentaba. El Rey de Oriente al menos tenía los años suficientes de aprendizaje para controlarse un poco, si fuera un puberto como Atomic habría metido el pene de golpe lastimando a su Genos.

Pobre Lairon seguramente su primera vez con el gorila descerebrado fue terrible.

Saco sus dedos y Genos se quejo por la falta de estimulación, si, era doloroso pero el rubio estaba drogado, el celo lo incitaba a darse placer sin importar lo doloroso que fuera y si ese dolor era otorgado por su amado Alfa no tendría ninguna queja, el olor y el calor lo tenían jadeando desesperado soltando gemidos entrecortados. Es esos momentos Genos solo quería ser llenado, marcado y anudado sin importar la forma que fuera ni cuanto doliera, lo único que deseaba con fervor era que al finalizar el encuentro un pequeño cachorrito estuviera creciendo en su vientre. Un cachorrito como su Alfa.

Por su mente jamás paso la idea de sentir placer, nunca había experimentado el placer del sexo con un Alfa, no sabía cómo era, ni que tanto le podía gustar porque masturbarse durante sus celos en solitario no le daba mucha gama de experiencia al Omega, solo sabía que sería doloroso por ser virgen, también sabía que el calor del momento nublaría los sentidos de Saitama imposibilitándolo de ser gentil con él y que por lo tanto su Alfa se volvería un animal en todo su esplendor, que lo haría suyo con desenfreno y locura. Ya Genos antes de la ceremonia se había preparado mentalmente para sufrir. Era una bendición que el calvo se supiera controlar.

Saitama ahora sí que le veía la ventaja a ser tan viejo.

No era fácil controlarse, eso estaba claro, pero no se perdonaría si al final del celo Genos no hubiera disfrutado su primera noche y las demás del celo juntos, se sentiría no solo culpable por haberlo tratado mal lastimándolo sino también poco hombre al no haberle dado placer y si algo tenía claro el calvo es que él era muy hombre.

Suspiro y he hizo su respiración mas acompasada para no inhalar tanto de la esencia de Genos, soltó una risita porque jamás pensó que su primera vez con su Destinado seria luchando contra sus instintos más básicos.

Solo a él y a Genos les pasaban estas cosas.

Clavo su vista en el rubio y se maravillo totalmente de verlo tan vulnerable y entregado, desnudo y retorciéndose con su piel tan clara, tersa y suave esperando que con sus dientes dejara marcas proclamándolo como suyo, era delirante.

Saitama subió sus manos y empezó a estimular con sus dedos los pezones de Genos sin poder evitar acercarse y fundirse en un nuevo beso, ahora haría todo lo posible para que fuera placentero para ambos, sus lenguas se danzaban y la saliva se mezclaba, sus manos comenzaron a recorrer el pecho de su Reina, subiendo y bajando, acariciando y amasando su piel y volviendo a los pezones nuevamente, se maravillaba de lo caliente que estaba la piel del rubio, del sonrojo que lo hacía ver tan virginal, de su pecho subiendo y bajando erráticamente con desespero.

Todo era perfecto.

Las caricias fueron registrándose en la conciencia de Genos y eso hizo que su animal interior se retorciera de gozo, sintiéndose mimado y adorado, la estimulación como corrientes eléctricas en ese hormigueo delicioso que recorría su piel de arriba a abajo lo estimulaba a secretar más lubricante en su entrada, tanto que comenzaba a manchar las sabanas y Saitama tenía que verse obligado a aguantar la respiración en bocanadas porque el olor a miel concentrado en el trasero de Genos era extremadamente dulce y atrayente, lo incitaba a meter su lengua ahí y saborear los jugos de su Omega como un perro sediento.

Como un Dragón sediento en realidad.

Pero debía controlarse, tenía que controlarse un poco, al menos hasta el principio del coito cuando ya su Reina estuviera acostumbrada a la invasión. Los brazos de Genos rodearon sus hombros atrayéndolo para mas contacto ya que el animal interior del joven muchacho necesitaba estar en constante contacto con su Alfa, se sentía tan protegido, a salvo, a la espera de algo inolvidable, no quería soltar a Saitama. Y el Dragón del Rey se regocijó al sentirse tan solicitado y querido, si estuvieran transformados serian un pequeño Leopardo acariciándose y acicalándose contra un gran Dragón.

El miembro del rubio estando tan erecto, duro y necesitado en todo su esplendor también secretaba liquido como una cascada, llenaba su estomago de aquella transparente esencia y lo enloquecía, cada caricia, cada toque, cada suspiro, cada contacto, Genos jamás había sentido tanta estimulación, jamás había tenía unas manos ajenas recorriéndolo por lo que le era imposible controlar el orgasmo, sentía como se construía rápidamente en su interior, los vellos de su cuerpo se erizaban y espasmos lo azotaban, como si algo fuese a explotar dentro de él y fue tan maravillosa la manera en que se retorció con sus musculosos tensándose y teniendo sacudidas en oleadas devastadoras mientras se ahogaba en su orgasmo.

-¡Ahh! Mmm…ngh-Nunca había sentido un orgasmo así, nunca había tenido uno tan abrasador. La vista de Genos manchando su pecho con hilillos blancos hizo gemir a Saitama alentándolo a hacer a Genos tener más placer.

Genos se toco sintiendo como su miembro seguía igual de duro y observo a su Señor presa del anhelo que lo azotaba por necesitar más placer, Saitama de inmediato unió de nuevo sus labios con desespero y hambre.  

Los besos del Alfa fueron más intensos comenzando a bajar por aquel cuello y fue imposible no empezar a marcar la piel que había bajo sus labios, chupaba creando cardenales morados, lamia el semen del rubio con parsimonia llenando sus sentidos del delicioso sabor, succionaba los pezones rosados y duritos pareciendo que quería sacarles leche, deslizaba la lengua por cada superficie angulosa de piel saboreando el sudor, mordisqueaba cada rincón, con sutileza arrastraba de a poco los dientes con lentitud teniendo cuidado de no marcar tanto sus colmillos escuchando a Genos gemir y jadear, sintiéndolo estremecerse, bajaba y bajaba y Genos se desesperaba cada vez más, el rubio ansiaba ser llenado.

-Ah… ah ¡Ah!-Era música, todos los sonidos que hacia Genos eran música-¡Mi Señor! Mi… Al-faaaaa-

Jamás nadie lo había tocado de manera tan atrevida y apasionada como lo hacía su Alfa pero sus bajos instintitos lo alentaban a como diera lugar a pedir ser reclamado, a exigir ser anudado.

-Mi Alfa… mi Alfa-El tenor excitado del Omega se abrió paso en la quietud de la noche llamando la atención de Saitama-Lo necesito… llé-lleneme ¡Mmm! Lléneme-El Omega se retorció abriendo mas las piernas y ofreciéndose con total descaro-Deme cachorros ¡Lléneme!-

Bueno, el no podía negarse a una solicitud así.

Se arrodillo en el suelo enseguida quedando frente a ese agujerito rosado, podía ver como el fluido transparente chorreaba con lentitud de aquella entrada fruncida, abrió mas las piernas de Genos apoyándolas de sus hombros con adoración y fuerza, el contacto de piel era maravilloso parecía que esas piernas habían sido hechas a medida para reposar sobre los hombros de Saitama.

Todo el cuerpo de Genos estaba hecho para encajar con el de Saitama, acaricio las largas extensiones de piel de esas piernas amasando la carne de los muslos y estremeciendo al contacto a su esposo, adorando cada hendidura y con cada caricia se acercaba cada vez mas y mas a esa tierra fértil, a ese lugar inexplorado que él tenia el derecho y privilegio de conquistar, necesitaba saborear ese agujero.

Saco la lengua y cuando su musculo húmedo y caliente hizo contacto con la entrada el sabor dulce invadió todos sus sentidos saturándolo al instante, Genos se retorció y fue magnífico ver como el rubio desesperado por querer satisfacción se comenzó a masturbar rápidamente soltando gemidos entrecortados y moviendo la cadera con un erotismo brutal.

-Mm mm… ¡Mm! Ahh-Chupo con intensidad ese néctar cerrando los ojos y disfrutando porque mientras más chupaba del lubricante dulce  de Genos mas el cuerpo del cachorro lo secretaba haciendo que empezara a chorrear por el mentón de Saitama-¡Mmm! ¡Aaah!... ¡Ngh!-Algunas gotas solitarias cayeron al suelo, aquel sonido húmedo que se producía en cada unión de su lengua con aquella abertura lo enloquecía. Era un elixir, un manjar, una total ambrosia caída del cielo-Ahh… Mi Alfa-

-Mi Omega…-Beso la rosada abertura y también las nalgas, mordiendo con bastante rudeza uno de aquellos globos de carne dejándole la piel roja, volvió a la ranura y adentro la lengua con fuerza preparando con mas desesperación el terreno porque sentía que si seguía bebiendo de Genos no podría controlar su lado animal más tiempo-Mío. Mío-Metió tres dedos en su boca ensalivándolos para ayudar aun mas a la fácil penetración y diferente a su brutalidad del principio esta vez metió solo un poco de su dedo índice, empujando y teniendo que morderse la lengua para no caer en sus institutos básicos al sentir la facilidad con la que su dedo entraba y el calor apretado y húmedo que lo recibía, solo pensar en su pene enterrado ahí lo haría querer terminar.

Sus pantalones jamás le habían apretado tanto, sentía su miembro pesado, macizo, rígido y totalmente dispuesto para la ocasión. Metió un segundo dedo y comenzó a darle vueltas y abrirlos como tijeras, Genos se arqueo de placer masturbándose más fuerte y él sentía que también necesitaba atenderse por lo que tomo con su mano restante su pene y se masturbo disfrutando la vista, el olor y el sentido de conquista que le daba Genos al saber que ese cachorro se le estaba entregando porque quería ser suyo.

Al calvo corrientes eléctricas recorrieron desde su espalda hasta su cabeza subiendo en hormigueos deliciosos por su columna vertebral, apretaba con más fuerza el agarre en su pene porque ansiaba replicar la estrechez que sentía con sus dedos enterrados en Genos, agrego un tercer dedo y fue fabuloso haber encontrado la próstata de su cachorro, el rubio se retorció, arqueo, estremeció y de pronto se estuvo masturbando más rápido de forma errática con delgadas líneas blancas viscosas saliendo de la punta de su miembro demostrando el nuevo orgasmo alcanzado para el pequeño.

Pero por supuesto, al estar en celo, el miembro de Genos siguió duro y firme aclamando por más estimulación. A Saitama le pareció que ya era hora, había aflojado la entrada y había suficiente lubricación. Tomo al cachorro cargándolo con Genos enredando en seguida sus brazos y piernas alrededor como un koala y los alineo a ambos en el centro de la cama.

-Necesito más…-El joven vigoroso se comenzó a masturbar nuevamente con desesperación-Métala mi Señor, por favor, métala-

-Libera tu cola Genos, te hare mío-Era tiempo de demostrar su poderío y dominancia, los sentidos de Genos se volvieron totalmente sumisos al reconocer a su Alfa como el macho dominante que lo preñaría.

-Sí, mi Alfa-Acatando la orden dejo salir sus bellas orejas de Leopardo y su larga cola moteada en esa transformación parcial para aumentar el placer y fue un total deleite a sus ojos azules ver como a Saitama le aparecían sus largas y puntiagudas orejas de Dragón en la cabeza, su cola larga y escamosa se hacía presente, sus alas se abrían paso en su espalda y sus ojos tomaban un tinte rojizo.

Era todo un depredador.

El Omega tembló de excitación ansiando ser devorado enseguida.

Genos subió lo mas que pudo su cadera y la enredo en la cintura del calvo y Saitama se fue agazapando hasta que sintió como la punta de su miembro se molía contra aquella bella entrada, se acerco al cuello de Genos y al momento de mover la cadera penetrando de forma gloriosa al rubio sus dientes también se clavaron en el cuello de Genos formando la mitad de vinculo.

El placer fue desbordante con solo unirse pero Saitama se mantuvo inmóvil, escuchando la respiración acelerada de Genos, sus latidos erráticos, mordió más fuerte clavando aun más sus colmillos saboreando la sangre en su lengua, esperando. Cuando Genos se sintió lo suficientemente a gusto con aquel pedazo de carne abriéndose paso en su cuerpo soltó un suspiro relajándose, su cuello ardía con su Alfa aun teniendo sus colmillos enterrados en su piel y su entrada también ardía pero debía moverse, se acerco como pudo al cuello de su Señor abriendo la boca y clavando sus dientes en Saitama y por fin concretando el vinculo.

Oficialmente se pertenecían mutuamente.     

Y la danza comenzó, Saitama entraba y salía con fuerza y rapidez, el sonido de la unión de la piel como bofetadas se hizo presente, la Reina con sus manos parcialmente transformadas en garras se sujeto con rudeza de la espalda blanca de Saitama y el Rey de Oriente clavo sus garras en la cama destrozando de a poco el colchón que los sostenía, la cama comenzó a rechinar y los besos, jadeos, sudor y desenfreno no se hicieron esperar.

-¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!-El vinculo unificado los hacía reconocerse como pareja legitima, sus cuerpos se entendían y aceptaban, la entrada de Genos se relajaba cuando era apropiado y se ajustaba alrededor de ese miembro viril cuando era el momento, el olor se hacía pesado, sus esencias se mezclaban, los movimientos erráticos, la cadera del calvo se estrellaba con furia enterrándose en el interior de Genos mandando al muchacho de nuevo al éxtasis-¡Mmmmm…! ¡Mi Señor!

El semen de Genos salpico de entre sus pechos satisfaciendo el placer del Alfa por apretarlo con tanto gusto y también el ego de Rey por haber logrado otro clímax en su esposo en los primeros cinco minutos del vinculo sin siquiera haberlo masturbado, era un pecado delicioso ver a tan tierno Omega sumido en tanta lujuria desenfrenada, era un gozo infinito aparearse con su hembra.

-Mi señor…-Genos tomo entre sus manos gatunas el rostro de Saitama atrayendo su atención-Más profunda, métalo más adentro-Los movimientos de Saitama se ralentizaron un poco haciendo movimientos circulares divinos para luego  comenzar a ser embestidas duras, cortas y firmes, el miembro de Genos se molía entre sus cuerpos con una fricción deliciosa, el cuerpo de Genos se bamboleaba como un juguete a voluntad de las embestidas de su viril esposo y su rostro tan rojo y sudoroso excitaba mas al Alfa-Así, así-

-Te ves hermoso-Saitama ataco de nuevo el cuello del rubio mordiéndolo dejando nuevas marcas de pertenencia para después ir directo a los labios rojos de Genos, ya les hormigueaban los labios a ambos, cada beso y cada embestida los enviaba a la luna y las estrellas-Eres maravilloso.

Saitama se separo y se salió de Genos dejando al muchacho vacio y enseguida las quejas se hicieron presentes, le dio vuelta dejándolo a cuatro patas y volvió a penetrarlo tomando con cuidado por sus garras la cola de Genos, jalándola un poco hacia atrás pegándolo más a su pelvis, al Omega aquella posición le otorgaba más profundidad, podía sentir el miembro de su Alfa estrellándose contra su punto dulce y cada vez le daba la sensación de que se hacía más grande dentro de él.

Inconscientemente supo lo que pasaba, su Señor estaba a punto de anudarlo. Estaba a punto de llenarlo.

De darle crías.

Saitama no quería tocar la piel de Genos con sus garras, podría lastimarlo por lo que se sujeto del cabezal de la cama y con ayuda del nuevo apoyo dio rienda suelta a sus duras embestidas, era un deleite a sus ojos ver su miembro perderse en el trasero de su esposo, ver como entraba y salía, las nalgas formadas y redondas de su esposo, escuchar el sonido húmedo de su piel al juntarse de forma ruidosa y Genos ¡Oh! ¡Genos era lo mejor! Agazapado, aruñando fuerte las sabanas entre sus manos, gimiendo entrecortadamente casi sin poder respirar del cansancio con su espalda sudorosa.

La entrada del rubio lo apretó mas y embistió con mas fulgor sintiendo como su verga formaba el nudo que lo pegaría temporalmente a su cachorro, sintiendo como se hinchaba en el interior del rubio, el muchacho soltó un gemido y con descaro comenzó a empujar su cadera hacia atrás con renovadas fuerzas para satisfacer con las embestidas del Rey.

-Anúdeme ¡Mmm! ¡P-Por ahh…  favor!-El Rey rompió la madera de la cama de la fuerza con la que apretó sus manos y su nudo se completo comenzando a llenar de semen el interior de Genos, el simple hecho de sentir su interior siendo llenado mando al joven muchacho al clímax nuevamente llenando las sabanas de su blanca esencia y sin poder resistir cayó en la cama con el peso de su Alfa en la espalda.

El rey se dejo caer junto a su cachorro sin poder salirse y sin moverse mucho, sin decirlo ambos sabían que ninguno de los dos querían que una sola gota se escapara, no podía escaparse nada, querían tener hijos y no desperdiciarían ni una sola oportunidad, sus transformaciones desaparecieron poco a poco y ya sin filosas garras en sus manos el calvo abrazo fuertemente a su chico desde atrás.

-Te amo Genos-Susurro en su oído y Genos sonrió con felicidad, no solo por esas bellas palabras sino también por saberse anudado y quizás, con ya un pequeño formándose en su interior, quiso darse la vuelta para devolver aquel abrazo pero aun no podía, no hasta que el nudo se desvaneciera.

-Yo también lo amo, mi Señor-

-Di mi nombre Genos, somos esposos-Genos puso mala cara por faltarle el respeto al calvo pero bueno… por una vez en la intimidad no le haría daño a nadie.

-Yo también te amo, Saitama-Genos no lo vio por estar de espaldas a él pero el calvo sonrió como no lo había hecho desde hace años, con todos los dientes y sus ojos poniéndose chiquitos, verdaderamente feliz. Se quedaron así hasta que el nudo se desvaneció 15 minutos después y Saitama se levanto saliendo de Genos para recostarse sin ninguna delicadeza tirándose en la cama, no debió hacerlo, la cama crujió y termino rompiéndose asustándolos a ambos haciéndolos verse con los ojos grandes de la impresión-Mi señor, destruyo mi cama.

-Fue un accidente, Genos-Suspiro y se molesto por la pésima calidad de la cama, ahora tendrían que seguir consumando el celo en un colchón sobre el piso, Genos se acurruco entre las sabanas listo para tomar su siesta y recargar fuerzas para la segunda ronda y el calvo lo siguió abrazándose junto a su esposo, él también debía recargar fuerzas para complacer de la mejor manera a su esposo.

A su Omega.

A la madre de sus hijos.

CONTINUARA…         

 

   

Notas finales:

Gracias por leer!! xD


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