Riley miro con detenimiento el techo de su habitación mientras yacía recostado en su posición boca arriba, mantenía también las manos entrelazadas mientras sus dedos indice no paraba de moverse en señal de un tic nervioso. Desde que habían bajado del barco -y después de que el rubio vomitara el desayuno- se habían mantenido en un tenso silencio por el resto del día, ni siquiera cuando se sentaron a comer el uno frente al otro se habían dirigido la palabra, e incluso ahora que se encontraban con las luces apagadas, la puerta cerrada y compartiendo la misma cama como normalmente solían hacerlo, ambos seguían manteniéndose dentro de un asfixiante silencio, aun cuando ambos estaban conscientes de que el otro estaba despierto.
Finalmente fue el mismo rubio quien termino con el silencio, recostado sobre su lado derecho le estaba dando la espalda a Riley y sus ojos se encontraban fijos en la pared.
-¿Cuanto tiempo crees que tenga?-
Trago saliva cuando escucho la pregunta, el movimiento nervioso llevado a cabo por sus dedos se detuvieron de forma inmediata mientras intentaba procesar la pregunta.
-¿Que?-
El silencio invadió de nuevo la habitación por un instante, el ruido de los resortes del colchón no se hicieron esperar cuando Jun comenzó a moverse, movimiento que fue acompañado por Riley quien abandono su posición boca arriba para ponerse de costado y ambos quedar frente a frente, la vista de ambos ya se había acostumbrado a la oscuridad para ese momento por lo que ninguno tuvo dificultad alguna para ver el rostro del contrario, dispuestos en ver la reaccion del otro por la conversación que por alguna razón les daba pena.
-Ya sabes, el embarazo...- intento explicar el rubio, si la luz estuviese encendida seria facil ver el sonrojo aparecer en sus mejillas- ¿De cuanto estaré? Es decir... Estaría bien saber para calcular... No se
El de los ojos azules no sabe como responder, y siente un ligero bochorno subirle por el cuello a la vez que sonríe nerviosamente. Viene a su mente el momento en el consulto cuando el doctor les da los resultados de los diversos análisis y el como también tuvieron que enfrentar la pregunta que ninguno de los dos supo como responder en su momento.
-¿No te acuerdas?- pregunta también en un susurro, como si fuese a ser posible que alguien los fuera a oír- Digo, la ultima vez que lo hicimos fue como...
Riley se detuvo cuando sintió la mirada del rubio totalmente fija en el, aun cuando la oscuridad le dificultaba verlo puesto que no sus ojos no estaban adaptados a la oscuridad, al parecer Jun tenia la esperanza de que el mayor recordara cuando fue la ultima vez.
-Emmm... ¿Septiembre?... A mediados si es que la memoria no me falla tanto -finalizo Riley en un tono pensativo a la vez que pasaba a abrazar al rubio-
-Estamos en noviembre- continuo Jun a la vez que se acurrucaba contra el mayor y usaba una de sus manos para hacer cuentas- Nueve meses... ¿Para Mayo?
-El doctor dijo que debido a tu edad existía la posibilidad de un parto prematuro- contesto el de ojos azules mientras dejaba un leve beso en la coronilla del menor- Así que no hay garantía de que nazca a ese tiempo.
El silencio regreso una vez mas, volviéndose ligeramente mas reconfortante que el resto del día.
-Eso me recuerda- soltó Riley en un tono ligeramente mas alto que las veces anteriores- ¿Hikari no dijo algo sobre una fiesta en diciembre?
Jun alzo la cabeza lentamente para llegar a un intento de mirar fijamente a Riley en la oscuridad.
-Tomando en cuenta la situación, el hecho de que en menos de un mes debo subir casi 2 kilos o mas si es que el doctor lo dice y que ademas es muy probable que mi padre asista- comenzó a reclamar el rubio que miraba como el mayor tenia la atención puesta totalmente en el- Ademas de que van a estar todos mis conocidos, que tal vez incluya a los lideres de gimnasio y...
-Pero Byron ya lo sabe- interrumpió Riley improvisadamente como si aquello fuese a ser de alguna ayuda-
-Si claro, al pobre al que hicimos cómplice de esto- respondió secamente Jun y con un ligero deje de molestia en su tono de voz por haber sido interrumpido- ¿Hace falta que te recuerde que nadie sabe que salimos juntos?
-¡Oh vamos!, no creo que el mundo sea tan ignorante como para no empezar a suponer cosas- señalo el guardián del aura como si aquello tuviese todo el sentido del mundo.
-¿Quieres apostar?- pregunto Jun ante la anteriormente dicho por Riley a la vez que alzaba una de sus cejar con incredulidad.- Aparte de la gente de Ciudad Canal, que por cierto debieron de habernos visto algunas veces, y de los marineros, no creo realmente que alguien mas siquiera haya pensado en la mínima posibilidad en que tu y yo estamos saliendo desde hace poco mas de dos años.
El mayor se ríe al escuchar el tono de molestia que el rubio suele usar cuando se desespera -algo que ocurre muy seguido puesto que en el fondo de su ser, le fascina hacer enojar al adolescente- con la sonrisa tatuada en el rostro decidió ignorar al rubio para comenzar a moverse en la cama en busca de otra posición, obviamente el rubio no se iba a quedar así solo porque si.
-¿Que crees que estas haciendo?- se remueve inquieto cuando siente como el cabello de Riley le cosquillea en la zona del cuello.- Quítate... Hablo enserio Riley, si no te quitar...
Finalmente se quedo quieto y en silencio cuando los labios del mayor se encargaron de comenzar a repartir algunos besos en su cuello, de forma suave, breve y descuidada, no paso mucho tiempo cuando finalmente se dejo abrazar por el mayor y el mismo comenzó a acariciar los cabellos del mas grande que no le soltaba por nada del mundo.
Riley continua su trabajo de besar amorosamente el cuello del menor en un intento de ayudarlo a relajarse y en forma de distracción tras todas las emociones que debieron de inundarlo desde el día anterior, aun así no puede evitar sentir nuevamente la emoción y la felicidad florecer una vez mas en su pecho, la necesidad de gritarle al resto del mundo que "va a ser papa" se adueña de sus pensamientos casi en su totalidad, se ríe contra el cuello ocasionando que el menor se contraiga entre sus brazos, no puede evitar rememorar cuando salieron de la consulta y el como le dijo a todo el mundo que iba a ser papa -recuerda también el rostro sonrojado del rubio cuando todo el mundo comenzó a darle la enhorabuena- también recuerda cuando bajaron del barco y el como todos les felicitaron ante la noticia -y si lo pensara un poco mas se daría cuenta de que la vergüenza del rubio y la razón de su silencio de casi todo el día, en verdad venían por las felicitaciones que recibió- pero si de lo que se estaba dando cuenta mientras continuaba con su tarea de besar esporádicamente el cuello de Jun-quien poco a poco se va relajando- fue la realización de que en realidad no era la primera vez que se sentía así de feliz, recuerda -con una sonrisa- que hace tres años tuvo el mismo sentimiento de felicidad inundar todo su ser.
Recuerda entonces -como si hubiese sido ayer- el día cuando el rubio arribo por primera vez en la isla de hierro para entrenar donde permanecería durante medio año -si le preguntaban al rubio diría que fueron los seis meses mas largos de su vida- aproximadamente unos ciento ochenta días donde tuvieron que convivir, conocerse, soportarse -porque Riley parecía amar hacer enfadar a Jun, mientras que Jun parecía tener un gusto por dejarlo atrás- pero que a fin de cuentas les termino sirviendo a ambos para darse cuenta de dos detalles muy importantes.
Jun noto la soledad que solía rodear a Riley la mayor parte de las veces.
El guardián del aura vio la carencia de amor y comprensión en la vida del rubio.
Por eso, y a pesar de todas las cosas y/o discusiones que habían pasado al principio, el día en que el rubio tenia que marcharse de la isla Riley simplemente hablo sin pensarlo, en menos de un instante y antes de que el rubio pusiera tan siquiera un pie encima de la tabla que le ayudaría a subir al barco, le ofreció quedarse con el en la isla de hierro.
La primera respuesta llego en forma de un adorable sonrojo que se extendió hasta las orejas el -para ese entonces- niño de trece años se detuvo en su camino para abordar el dichoso barco y miro fijamente al que se había quedado con la ultima palabra.
-¿Me estas pidiendo...?- comenzó con duda y un deje de nervios- Ya sabes.. Vivir... Vivir juntos ¿Como novios?
Riley -de diecinueve años en aquel momento- no pudo evitar copiar el sonrojo cuando noto la forma en que sus palabras terminaron por ser interpretadas, se lo piensa un poco antes de responder -no puede evitarlo, los nervios le quieren ganar a toda costa- se da cuenta entonces de la curiosa forma en que el de ojos naranja le respondió, en ningún momento le había dado señales de negación. Y entonces sonríe, sonríe como idiota cuando ve/nota la ansiedad creciente en la mirada de Jun que espera -desesperadamente- la respuesta de el único residente de la isla hierro.
-Claro- responde como si no fuera la gran cosa, la sonrisa no le abandona en ningún momento- ¿Porque no?