Capítulo Dos:
Al fin todo volvió a la normalidad, los reyes habían vuelto a Cristal y retomaron sus vidas con bastante felicidad, pues al fin su hijo estaba a salvo. A los días el pequeño Camus retomó las lecciones de magia/hechicería y se unió al grupo “Diamante”, el cual había abandonado hacía alrededor de unos 6 meses atrás por su repentina enfermedad, en el colorido grupo de estudiantes se hallaban algunos de los hijos de importantes miembros Vigías y Veteranos de magia del ejercito real, como Hyoga e Isaac, quienes eran hermanos, Mü,, Shun, quien tenia un hermano mayor que se encontraba en el Reino del Fuego estudiando la magia del mismo, pues su padre era un soldado maestro fuego del ejercito “Ceniza”, y su madre una maestra del hielo, pero por desgracias de ambos tenían que mantener un matrimonio a distancias, ya que ambos tenían sus obligaciones en cada reino, y Milo, su mejor amigo.
En el ultimo tiempo no se habían podido ver mucho o hablado, pues Camus siempre se encontraba en reposo absoluto, y el rubio solo lo había podido ver un par de veces en los últimos meses, se escribían constantemente, pero no era lo mismo que hablar personalmente cara a cara, y ambos se extrañaban, desde que se conocieron ambos se hicieron inseparables y se querían mucho, además se ayudaban mutuamente, si alguno hacia un hechizo mal, o si una técnica no les salía, ambos se alentaban y practicaban juntos hasta lograrlo, como en este momento:
Se encontraban en una lección especial con el rey, quien había creado la técnica de la rotación y control de la energía, que básicamente consistía en hacer girar sobre su eje al agua, a la vez que se canalizaba la energía de la persona en el agua mientras giraba, haciendo que el agua cobrara un poder bastante peculiar, ya que con cierta energía fluyendo en el agua, ésta cobraba características curativas, y si se aumentaba la energía canalizada y la fuerza de rotación, el agua podía desarrollar características explosivas, pero para poder lograrlo, tenían que concentrarse y dejar fluir la energía de sus cuerpos a través de los “puntos de control”, que son lugares en el cuerpo que permiten dejar pasar la energía a través de todo el cuerpo, estos puntos se encontraban en los hombros, muñecas, rodillas y pies, pero los mas importantes estaban en el pecho, específicamente en el corazón, que es donde toda la energía nace, y en la cabeza, donde el cerebro controla la energía, en pocas palabras, la energía iniciaba en el corazón, se dirigía al cerebro, donde esa energía se transformaba en magia, para así viajar al resto del cuerpo a través de los demás puntos de control y así la persona lograba hacer magia y hechicería.
-¡Vamos chicos, ustedes pueden! -dijo Kardia alentando a los chicos. Solo deben relajarse y concentrarse, ya lo hicieron una vez, ahora pueden seguir haciéndolo.
Talvez no al primer día lo lograron, pero conforme los días avanzaban, los pequeños iban lográndolo poco a poco, pero el pequeño Camus tenia un pequeño problema, su cuerpo se cansaba rápido, pero lo iba logrando de a poco.
-Vamos Camie, ¡tu puedes! -decía Milo a su lado mientras ambos practicaban dicha técnica.
-L-lo sé. -dijo con un poco de dificultad. ¡Ya c-casi lo l-logro!
-¡Tu puede, tu puedes, tu puedes! -decía Milo con alegría mientras miraba como la pequeña esfera de agua que estaba controlando Camus empezaba a llenarse con una luz celeste muy claro en el interior, pero de pronto la pequeña esfera se deshizo y Camus se tambaleó algo mareado, Milo lo sostuvo para que no cayera.
-¡Waaa! ¡estuvo increíble Cam, lo lograste! -le dijo mientras lo abrazaba.
-¡Si, estuvo genial! -dijo el pequeño Shun, que estaba junto a ellos practicando también.
Después de recuperarse del mareo, Camus correspondió el abrazo de su mejor amigo y cuando se separaron les sonrió a los dos niños que estaban junto a él, un momento después Kardia fue junto a los pequeños y felicitó a su pequeño hijo, pues sabia lo mucho que se estaba esforzando.
-¡Ese es mi niño! -dijo Kardia mientras lo levantaba. ¡Sabia que lo lograrías! Te lo dije ¿no? -y luego le besó la frente y lo bajo.
-Si papi. -Dijo algo avergonzado porque ahora tenia la atención de sus demás compañeros en él.
Unos segundos después todos sus amigos y compañeros lo felicitaron, pues los demás ya habían logrado canalizar la energía en sus esferas de agua, ahora se encontraban practicando y perfeccionando, para mas adelante aprender a desarrollar la cualidad curativa.
-Sigue practicando, ¡vas muy bien! -le dijo Kardia y luego volvió a supervisar la clase.
Así siguieron practicando, los días pasaban y Camus, aun que cierta dificultad, iba logrando mejorar su técnica y Milo no podía estar mas contento, al igual que sus padres, y sus demás compañeros.
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El soberano del Reino Elíseo era un noble joven, de unos 30 años de edad, llamado Zeus, quien tenía dos hermanos menores, Hades, quien le seguía, con 26 años de edad y comandante del gran ejercito del reino, y Poseidón, el menor, con apenas 20 años de edad, quienes habían perdido a sus padres, y ex gobernantes, en un accidente de en el mar del norte donde a causa de una fuerte tormenta su barco volcó y no hubieron sobrevivientes. Todo el reino sufrió la pérdida, y Zeus, con la supervisión del consejo real, se hizo cargo del reino hasta que cumplió la mayoría de edad, tres años después de la muerte de sus padres. Fueron tiempos difíciles para el reino, pero habían logrado seguir adelante.
Mientras Zeus fue coronado, su hermano Hades entrenaba para el ejercito, mejorando cada vez mas su hechicería de la tierra, y con el tiempo, a causa de su perfeccionamiento, fue nombrado Capitán Real del Ejercito Tierra de Elíseo, y Poseidón, quien era en ese entonces un pequeño de cinco años, continuó con su labor de aprender y entrenarse, y en la actualidad era miembro del Consejo Real y mano derecha de su hermano Zeus.
Los malos tiempos habían sido predichos tiempo atrás, una vieja vidente y médium, que había fallecido hace algunos años, había predicho la llegada de la nueva batalla espiritual de los espíritus gemelos Iustitia y Vitium, todos, los cuatro reinos fueron alertados, pues en cualquier momento el sello de Iustitia acabaría y Vitium saldría de su “prisión” para vengarse una vez más de su hermano.
La anciana mujer predijo que en cualquier momento, dentro de los siguientes veinte años, Vitium estaría libre nuevamente, y ya habían pasado 16 años…
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Hades se encontraba caminando por los extensos jardines del Palacio Real, usualmente disfrutaba de la calma de ese lugar y la fresca brisa que había en el lugar, era un lugar realmente lindo, con extensos pastizales, arboles de todos tamaños, formas y colores, al igual que las flores, con uno que otro lago y tenia varios kioscos los cuales en ocasiones los tres hermanos se reunían para tener una amena charla.
Él se encontraba ahí, absorto en sus pensamientos y contemplando tranquilo paisaje, caminando sin ningún lugar fijo, llegando a uno de los lagos que habían en el lugar, se quedó de pie contemplando su reflejo en el agua por un momento y cuando iba a seguir su camino…
-Hades. -escuchó su nombre en un suave susurro, miró en todas direcciones pero no había nadie alrededor suyo, las únicas sirvientes que habían estaban muy mejor de él haciendo sus quehaceres. Pensando que solo era producto de imaginación, se dispuso a retomar su camino nuevamente.
-Hades… -escuchó nuevamente.
-¿Quién está ahí? -preguntó pero no tuvo respuesta.
-Ayúdame a salir de mi prisión Hades.
-¿Q-quien eres? ¿Qué es lo que quieres? -respondió algo nervioso.
-Quiero que me ayudes a salir de aquí.
¿De dónde? ¿Quién eres? -volvió a preguntar. Muéstrate. -ordenó.
-Aquí estoy… en el agua… -le dijeron en un suave susurro.
Hades miro hacia el lago que estaba cerca de él y ahí mismo vio el reflejo de una sombra negra con forma de un cuerpo humano. Se acercó precavidamente.
-¿Cómo llegaste ahí si hace unos momentos no había nada? ¿Quién eres? -volvió a decir, esta vez manipulando dos rocas de tamaño promedio que sacó de la tierra, en posición de alerta.
-Soy solo un pobre e inocente espíritu que esta aquí atrapado, por favor ayudame. -volvió a pedir la sombra. Solo debes tocar el reflejo de mi mano y así me liberaras de aquí, te devolveré el favor.
-¿Y qué gano yo con liberarte?
-Te daré lo que siempre has querido, poder, poder ante tus hermanos, poder entre tu pueblo, y poder entre los cuatro reinos. -dijo de forma tentativa.
Con bastantes dudas lo pensó fugazmente durante unos segundos, se acercó con dudas a la orilla del lago…
-¿Sólo… sólo debo tocar tu mano? -preguntó dubitativo.
-Así es, solo un pequeño toque y listo.
Hades aun no se decidía, tenia sus dudas, pero la oferta era tentativa, tener poder antes los cuatro reinos, sonaba bien…
-Si lo hago, deberás darme lo que prometiste, quiero poder, poder ante todos tos reinos.
-Y lo tendrás, lo prometo, solo debes sacarme de aquí.
Con dudas, se acercó un poco mas a la orilla del lago, se arrodilló en el suelo y con una mezcla de ansias y nervios extendió su brazo hasta casi tocar el reflejo de la mano de la sombra, pero se detuvo antes de tocarla.
-Poder. -dijo mas como una orden que una pregunta.
-Todo el que quieras.
Y con esa afirmación fue mas que suficiente para cortar el poco espacio que había entre su mano y el reflejo, cuando al fin su mano tocó la de la sombra, esta sonrió de forma maquiavélica y un símbolo extraño se pintó de rojo en el pecho de la sombra para segundos después desvanecerse junto con la sombra.
Hades, en un rápido movimiento se puso de pie nuevamente, y sintiéndose estafado se dio media vuelta dispuesto a retirarse del lugar, pero cuando dio el primer paso escucho como algo a sus espaldas se movía, se dio la vuelta nuevamente hacia el lago y vio como del lago salía la sombra del agua, un humo extraño de tonos oscuros le rodeaban y una carcajada que le erizó la piel de inmediato se escuchó, y en un abrir y cerrar de ojos la sombra se dirigió hacía él, pero antes de que pudiera hacer nada siquiera, la sombra entró en su cuerpo, sintió una sensación extraña recorrerle, como si su cuerpo quemara, luego frío, para unos momentos después marearse y su vista tornarse negra y luego caer al suelo inconsciente…
Continuara...