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Nuestro ¿Secreto? por Einsamkeit1412

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Notas del capitulo:

Lo siento~ dije el domingo de la semana pasada pero...

No me anime a escribir esto y tenia que preocuparme por mi otra historia asi que... tks, ya lean y me dejo de escusas

El pequeño rubio bostezo despertándose, espero unos segundos esperando a escuchar a ver si sus padres estaban ya despiertos o tenia aun unos minutos más para poder seguir durmiendo

-¡Ya cállate argentino de…!- escucho gritar a su madre

-¿No pueden pasar una mañana sin discutir?- susurro suspirando pero sonriendo ¿Qué más da? Así eran ellos y en cierta forma le era divertido escucharles algunas veces

Se levantó con cuidado de la cama y se vistió tranquilo sin preocuparse, bajo las escaleras con cuidado pues a pesar de todo seguía algo dormido. Cuando llego al último escalón fue recibido por los brazos de su padre quien le deseaba los buenos días sonriendo sin soltarle hasta llego Manuel a golpear a Argentina con una sartén logrando que la isla pudiera tomar aire

-¡Deja de hostigarlo tanto!- le grito el castaño para luego suspirar y sonreírle levemente al menor- Buenos días

-B-Buenos días…- susurro siguiendo a Chile sin preocuparse mucho por el otro rubio pues ya estaba acostumbrado y sabía que sin importar que pasara sus padres no morirán fácilmente, después de todo, eran naciones

-¿Tienes hambre?- pregunto volviendo a su labor de hacer el desayuno con ese olor que lograba que su boca se hiciera agua

-Sí, tengo hambre- dijo mirando por todos lados sentándose en su silla

-¿Dónde está Como Tú~?- pregunto Martín entrando a la cocina con una sonrisa algo idiota

-Debería estar durmiendo en su cama- respondió Carlitos

-¡Ok~!

-Martín culiao ruidoso…- susurro el chileno suspirando

Mientras el castaño estaba terminando de freír unas sopaipillas y de poner lo que faltaba en la mesa con ayuda de la isla, el argentino estaba buscando a la oveja por toda la casa hasta que recordó de pronto donde dormía, le dio la comida y se fue directo a la cocina para poder al fin comer lo que sea que estuviera preparando su hermoso y sensual Manu~

-Pero no lo es tanto como sho~- susurro para sí mismo sentándose al lado del castaño que ya estaba comiendo y bebiendo como siempre su taza de té

-Tincho, recuerda lo que tenías que decirle  a Carlitos- le susurro Chile dejando su taza de té sobre la mesa con cuidado

-Si lo sé~- canturreo tomando de su mate encantado con el mismo sabor de siempre, uno de sus sabores favoritos- Nene~ mamá y yo debemos decirte algo importarte~

-¿Qué cosa…?- pregunto curioso en un casi susurro evitando mirar hacia afuera donde había comenzado a llover poco a poco

-Hoy vienen de visita unos países amigos con su “hijo”- dijo Manuel mirando por la ventana la lluvia perdiéndose en el hermoso sonido que hacían las gotas y las figuras que hacían en la ventana

Martín viendo lo perdido que se encontraba su chileno, pensando en la lluvia seguramente pensando en algunos versos de alguna poesía leída y/o escrita por algunos de sus autores nacionales o en una escrita por sí mismo, decidió terminar el mismo lo que debían decirle a la isla de Tierra de Fuego

-Y necesitamos que le entretengas para así nosotros poder hablar tranquilos sobre… ya sabes… temas de “adultos”- dijo cerrando los ojos sonriendo levemente

-Uhm… está bien creo… ¿Quiénes vienen son Finlandia y Suecia, no?- pregunto recordando que el día de ayer ellos le habían dicho a su padre que le verían hoy

-¡Si, mira, Manu, que nuestro nene es listo~!- grito Argentina orgulloso de que su hijo recordara lo de ayer

-Lo escuche Martín… no es necesario que grites…- susurro algo triste suspirando el castaño volviendo a dar otro sorbo a su té

Los rubios se miraron extrañados, Manuel Gonzales no estaba diciéndole ni gritándole nada al mayor e incluso parecía estar fuera de sí mismo con aquel tono triste, Carlitos pensó que quizás era por algún mal recuerdo del pasado como solía ocurrirle a todas las naciones y a humanos normales casi todo el tiempo pero vaya que equivocado estaba respecto a eso

-¿Te sentís bien mi Manu?- pregunto Martín un poco más serio pasando su brazo por los hombros del castaño atrayéndolo a su pecho

-S-S-Si… Tranquilo… es-estoy bien- respondió nerviosamente tratando de separarse pero ya era tarde, Argentina lo había sentido

-¡Manu que estas temblando!- grito alarmando al chico que de solo recordar las miles de veces que su madre temblaba le hacían preocuparse no solo por su bienestar sino también por el de las personas de las zonas afectadas en cada sismo fuera del grado que fuera

-¡Q-Que estoy bien!- grito en respuesta Manuel separándose- Es… solo un pequeño temblor

-Manu, eso fue grande- le reprendió su “pareja”- ¿Y si la réplica viene más fuerte?

-¡Ya, no seai’ tan histérico weon oh! Si dije que fue chico es porque era chica la wea- exclamo molesto, él no necesitaba de la preocupación de los demás, podía hacerlo solo

Y como era de esperar por el rubio menor, los mayores comenzaron a discutir sobre los sismos que venían día y noche a “molestar” a su madre, suspiro y termino de comerse lo suyo y dejo lo que utilizo sobre el lavadero para salir afuera junto con Como Tú a ver más de cerca la lluvia para no oír a sus padres. No es que fueran de los que discuten todo el tiempo, de hecho estaba acostumbrado de ver a su madre cada dos por tres molesto por algo y/o discutiendo por algo, era su actitud el problema pero sin importar nada

-Los quiero tanto…- le susurro a su oveja la cual se había dormido sobre sus piernas cuando se sentó en el banco que se encontraba en la entrada de la casa/cabaña

Cuando al fin las naciones terminaron su discusión se dieron cuenta de que aparte de que habían limpiado lo ensuciado su isla compartida no se encontraba en el lugar, extrañados y preocupados por su hijo salieron de la casa llevándose un pequeño susto y un gran alivio cuando lo vieron sentado acariciando a la oveja escuchando la lluvia caer. Le sonrieron para indicarle que todo estaba bien y fueron los tres dentro para abrigarse y esperar a los visitantes allí afuera mientras se distraían hablando de lo que podrían hacer el fin de semana ya que era jueves

Su amena conversación familiar fue interrumpida por los recién llegados, y Sealand no se veía muy contento de tener que acompañar a Fin y Suecia cuando podría haberse quedado en casa jugando algún juego de video online junto con las demás micro-naciones

-Buenas tardes, Argentina, Chile ¿Y~~?- dijo Tino

-¡Vamos, Tino! Llámanos por nuestros nombres, che- grito Martín sonriendo

El finlandés suspiro algo apenado pero sonriente accedió a la petición del rubio argentino les llamo por su nombre, Manuel suspiro mientras le decía a la isla que ya podían irse por ahí mientras ellos hablaban de lo que debían hablar y algo inseguro Carlitos llamo la atención del otro niño para sacarlo de ahí e irse caminando al bosque en compañía de Como Tú

-¿Esto es seguro-desuyo?- pregunto Sealand observando los arboles

-He caminado por aquí más veces de las que puedo contar- dijo Carlitos sonriendo leve- ¿A que no es un lugar lindo?

-¿Lindo? ¡Es genial! ¡Nunca había visto este árbol!- grito acercándose al tronco de una Araucaria

-Araucaria- dijo sonriendo acercándose él igual acariciando con cuidado y cariño la madera- Es uno de mis favoritos…

-Si… es hermoso- suspiro riendo leve

-E-E-Ehh… ¡S-S-Sigamos caminando!- grito de repente Tierra de Fuego sonrojándose por pensar en juntar su mano con la del otro y se separó del árbol para seguir caminando

Comenzaron a hablar de la flora y fauna del sur de Chile, que era en donde se encontraban, mientras miraban y el isleño le señalaba algunas que otras explicando su significado o la leyenda si es que la tenía, ignoro a propósito todas esas criaturas mágicas que les miraban curiosas para no asustar al otro que parcia maravillado escuchando el sonido de los animales cuando al fin la lluvia había cesado. Se detuvieron cerca de un rio donde la oveja se puso a beber un poco del agua y sintieron un leve temblor que para Sealand fue un casi terremoto

-¡No quiero morir~!- gritaba aferrándose al tronco de un árbol escuchando las risas de Carlitos

-¡Sí que eres weon! Eso con suerte fue un temblor- grito riéndose- Estos Europeos se asustan con nada~ ¿Verdad?- pregunto dirigiéndose a su oveja que como si le hubiera entendido “asintió” con su cabeza

-¡Oye!- grito ciertamente ofendido Peter soltándose del árbol- ¡Solo dices eso porque tú estás acostumbrado a estos movimientos-desuyo!

-¡Claro que lo estoy po’! Con una madre tan sísmica como la mía –dijo comenzando a camina devuelta a su casa

-Eso no es justo…- susurro Peter siguiéndole de cerca pensando en algo que podría decirle al otro

-Creo que ya debieron haber terminado de hablar…- susurro Carlitos mirando al cielo

-Yo al menos no me pongo nervioso al estar con mucha gente- dijo con una sonrisa que se agrando al notar el salto que dio el otro

-Tks, no es mi culpa- se defendió sin darse la vuelta- No es como si me interesara conocer gente, soy una isla compartida después de todo, no necesito eso si mis padres pueden hacerlo por mi ¿Verdad?

-Uhm~ yo solo decía~ ¿Es que acaso no tienes deseos de libertad?- pregunto acercándose hasta quedar a su lado

-¿”Libertad”?- repitió levantando una ceja confundido

-¡SI, libertad! Ser tú mismo la nación y poder hacer lo que quieras~ ¿No suena hermoso?

-Para mí no…- susurro recordando unas de las pocas veces que su madre o su padre habían accedido a contarles cómo fue que se convirtieron en países libres del mandato español por sus propias personas y no como lo contaban en los libros

-Lo dices porque para serlo tendrías que luchar contra ellos, ¿Verdad? Temes tener que dañarles- pregunto pasando su brazo por el cuello del otro que ciertamente, era un poco más pequeño que él mismo

Pero Carlitos no le respondió nada, se había quedado en blanco pues no negaba que él nunca había pensado en rebelarse en contra de Chile y Argentina por partes iguales pero… eran las dos personas que le habían cuidado y protegido cuando Arthur quería acabar con la gente de su isla, cuando era un asqueroso y sucio pirata con sed de conquista y ganas de destrozarlo todo a su paso… Aún recordaba las veces que tuvo que esconderse, las veces que lloro, las veces que grito, las pesadillas, la sangre, la gente, no quería volver a vivir todo aquello en una inútil guerra contra sus padres que lo habían cuidado y protegido de las garras de ese cejón malvado e incluso arriesgándose en irse a guerra… si… les debía mucho como para pensar en ser independiente… además, no iba a negar que disfrutaba los días con esas dos personas cerca porque a pesar de las múltiples discusiones diarias lo trataban como si fuera si hijo, ellos eran una familia que se fue uniendo con el paso de los años y Tierra de Fuego no era capaz de destruirlo, no con todos esos sentimientos de por medio…

Notas finales:

Y esto sera actualizado una vez a la semana, todos los domingos

Y~ si~ quieren~ podrian~ dejar comentarios para ver que tal les parece esta cosa ¿No?

Bueno, adios~


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