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La manipulación de la serpiente. por kitsune_nya

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—Los entrenamientos comenzarán desde la próxima semana — Dijo Harry mientras seguía caminando sin detenerse, iba en el centro acompañado por Draco y Nott. Crabbe y Goyle no había aguantado él hambre y se habían ido antes al gran comedor hace unos pocos minutos.

—¡Sorprendente! Ninguno de primero a entrado en el equipo de Quidditch!.... Serías el jugador más joven en.....— Exclamó Nott totalmente sorprendido.

—En más de un siglo. Snape dijo que si lo arruino, el me arruinará a mi — Se estremeció al recordar al tétrico profesor. Draco río al escucharlo.

— El es inofensivo — Dijo Draco restándole importancia. Harry y Nott lo miraron como si le hubiera salido otra cabeza.

—¿Estás delirando? — Draco rio ante lo dicho por Harry, el cual parecía haber vuelto a recordar a Snape por lo pálido de su rostro. Los demás estallaron en risa luego de un rato de caminata. Cuando entraron por la puerta de la enfermería todos seguían riendo, esta vez por el hechizo de las piernas de espagueti qué Draco le había lanzado a Zabini.

— Hola Neville — Saludo Harry al ser el que estaba más cerca de el. Nott le hizo un pequeño gesto con la mano de forma tímida.

—Hola chicos — Neville levantó la cabeza de la camilla para mirarlos con una pequeña sonrisa tímida —¿Ya puedo irme? — Madame Pomfrey
la enfermera de la escuela asintió, aún con el ceño fruncido, señal clara de que lo había estado riñendo. Neville se paro de un salto y corrió hacia ellos —¡Vamos a comer! — Exclamó un poco más animado. Todo comenzaron a caminar de nuevo para salir de la enfermería, y encaminarse hacia el gran comedor donde los esperaba Crabbe y Goyle.

—¿Como está tu muñeca?— Le preguntó Nott en un tono preocupado. Neville miró su muñeca como si buscara algo daño o molestia.

—Todo bien. Madame Pomfrey lo arreglo en un minuto — La voz de Neville se escuchaba más relajada de lo normal. Nott echo un corto vistazo a la muñeca antes herida de Neville, antes de volver su atención a su libro con vergüenza.

—Ya casi llegamos — Informa Harry al ver las puertas. Draco paro en seco justo enfrente de la puerta enorme, que los llevaría al gran comedor.

—¿No vienes? — Pregunto Neville al verlo detenerse.

—Adelántense, ya tengo que ir al despacho de el profesor Snape— La sonrisa de Neville desapareció de sus labios de inmediato, en cuanto las palabras de Draco llegaron a él.

—Oh..... ¿Y eso? — Dijo Neville mientras fruncia el ceño. Harry lo miró curioso.

—Cierto ¿Por qué tienes que al despacho de Snape? — Pregunto Harry, Draco solo se encogió de hombros. Nott no sacaba su vista del libro, pero Draco veía la diversión en sus ojos.


— Solo quería habla conmigo de algo sobre la clase de pociones — Dijo mientras se daba media vuelta — Nos veremos en la sala común. No me esperen, pasare por la cocina por algo de comer— Harry asintió, mientras se despedía con un pequeño gesto de manos. Draco corrió hacia las escaleras para encaminarse a él despacho de su padrino, el cual seguramente lo esperaba.


Luego de correr todo el camino por las mazmorras al fin llego hasta la puerta de madera del despacho de Snape, que se encontraba al final de un largo pasillo tenuemente alumbrado por antorchas, sin ventanas cercanas que pudieran dejar entrar la luz del sol. Toco la puerta suavemente, removiéndose incómodo en su lugar al sentirse observado.

—Pase— La voz fría de Snape era como un susurro aterrador, se escuchaba molesto, quizás por la interrupción, o quizás por otra razón. Draco abrió la puerta suavemente, asomando su platicaba cabeza con una pequeña sonrisa.

Snape estaba sentado frente a un caldero, dejando caer ingredientes a una velocidad pausada y con elegancia. Sus ojos negros y profundos le dirigieron un corto vistazo, antes de utilizar su varita para hacer un suave floteo sobre el caldero.

—Cierra la puerta — Ordenó, mientras su caldero echaba chispas azules —¿Quieres pastel? — Draco asintió suavemente, algo cohibido y bastante nervioso. Ni el mismo sabía la razón de su nerviosismo—¿Qué ocurre Dragón? Te veo nervioso — El hombre mayor se levanto, caminando hasta el —No es como si fuera un castigo, solo quería ver cómo te ha ido— Acaricio sus cabellos suavemente con sus blancas y delgadas manos. Draco sonrió por inercia ante el gesto, relajarse de inmediato.

—¿Qué es? — Miró el caldero con sus ojos plateados brillando con curiosidad. Severus Snape rio, su risa era áspera y masculina, algo que no escuchabas muy a menudo y Draco se tomó el momento de apreciar .

—Adivina— Le hizo una señal para que tomara asiento, mientras convocaba con su varita 2 tazas de café con leche y 2 rebanadas de pastel de chocolate. Draco obedeció, sin despegar su mirada curiosa del caldero.

—Por el color y el aroma — Su respirada nariz se frunció suavemente por el aroma desagradable. Snape volvió a reír, mientras desaparecía el aroma con un floteo de su varita — Es poción crece huesos — Snape acaricio su cabello suavemente.

—¡Muy bien Dragón! — Draco sonrió. Tomó el platito de porcelana con la rebanada de pastel, cortando un gran pedazo con su tenedor antes de metérselo a la boca.

—Padrino — Snape tomó un trago de su café con crema antes de mirarlo.

— Draco — Draco vio con nerviosismo como su padrino dejaba su taza sobre la cómoda. La postura de su padrino se volvió rígido y sería. Los ojos onix lo miraban directamente, ahora llena de seriedad, hizo que el nerviosismo volviera a abordarlo. El estómago de Draco se contrajo por un segundo, y una enorme inseguridad lo hizo encogerse en su lugar, sintiéndose como un crío de nuevo, demasiado pequeño —Quiero que me explique qué ocurre — Hizo una pausa corta, como si escogiera las siguientes palabras con cuidado — ¿ahora eres amigo de Potter y Longbottom? y además estás siendo aislado por tus demás compañeros, peleas con Zabini que siempre a sido tu amigo y la mocosa Parkinson a venido a molestarme más de una vez para pedirme que hable contigo — Eso último lo dijo con desagrado. Draco suspiro pesadamente.

—Harry y Neville son.... ¿Mis amigos? Y realmente no me importa que digan los Slytherins. Padrino, tú me contaste una vez como era el padre de Harry, pero él no es como su padre, de verdad él me cae bien— Dejó el pastel hasta la mitad sobre la cómoda. La mirada de Severus Snape se ablando al verlo tan encogido y nervioso. Por un segundo, Snape se sintió culpable —No quiero que te enojes conmigo, ni tú, ni padre — Apretó sus puños suavemente. Snape dejó salir un suspiro pesado.

—Entiendo eso. Trataré de no opinar sobre eso, y aunque no lo apruebo, no quiero que te sientas de esa forma — Snape le dirigió una dulce mirada, mientras volvía a pasar sus manos por el cabello rubio de su ahijado —Hablare con tus padre sobre esto, no creo que pongan ningún pero en las circunstancias de hoy en día — Dijo eso último en tono distraído, como si lo dijera para el mismo.

—¿Cuáles circunstancias? — Pregunto Draco. Snape parpadeó bobamente, algo muy extraño en el. Parecía algo desconcertado por sus propias palabras.

—No es nada — Snape recuperó su compostura. Su expresión de volvió rígida y fría a una velocidad increíble. Draco volvió a tomar su rebanada de pastel suavemente, tratando de guardar su compostura para no reírse de su padrino en ese mismo momento.

— Así que..... ¿Harry estará en el equipo de Quidditch? — Snape suspiro pesadamente.

—A tu amigo le falta un tornillo, pero tiene mucho talento. Slytherin a ganado la copa por 4 años consecutivos, y quiero que se mantenga así en lo que dure mi periodo como jefe de casa — Su sonrisa se volvió socorrante. Draco asintió suavemente.

—¿Cómo se lo tomó el director? — Pregunto en tono distraído Draco.

—Se a puesto verdaderamente decepcionado.... Las cosas no le han salido bien últimamente, han ocurrido algunas cosas que se han salido de su control. Que esto quede entre tú y yo.... Hace poco 2 libros de magia negra de alta seguidas fueron robados de su despacho. Sin huellas, sin señales de magia visible o rastreable. Es su peor pesadilla, luego Potter terminó en Slytherin. Amablemente señaló su error al sombrero como por 1 hora, pero este no se retractó. Su pequeño palacio se derrumba — Hablo distraído Snape. Una sonrisa bailaba burlonamente entre sus pálidos labios —No es que me alegre por su fracaso, pero es divertido verlo tan alterado. Aunque solo sea por momentos y después vuelva a ser el mismo de siempre — Se encogió de hombros —No debes contarle a nadie de esta conversación Draco — Señaló en un tono más serio. El rubio asintió suavemente, mientras sonreía de forma traviesa.

—Lo juro padrino — Draco hizo una exagerada señal solemne. Snape río por la ocurrencia del joven.

—Solo ten cuidado. Potter se nota que es un idiota irresponsable y hasta puede llegar a ser un peligro para el mismo y para los que lo rodean — Draco negó ante lo dicho por su padrino — No quites tus ojos de encima de él, o hará una estupidez—.

—Padrino. Harry no es un idiota irresponsable, y no creo que sea un peligro para el mismo — Dijo en tono seguro — No creo que haga alguna estupidez si no tengo mis ojos en el. Yo confío en el — Snape suspiro pesadamente, mientras asentía..


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Dormitorio de Slytherin.
8:35.

—¡Eres un idiota irresponsable! ¿¡Qué acaso no piensas!? — Grito totalmente rojo de la rabia Draco. Harry que estaba frente a él frunció el ceño, mirando al rubio con desafío — ¡Eres un peligro para ti mismo y para todos los que te rodean ! ¡Solo te quite los ojos de encima por 2 horas y terminas metiéndote en un estupido duelo con Zabini en la sala de trofeos a 12:00! ¡Y además metes a Neville a esto! — Harry se levanto de la cama de Draco en un salto, encaminándose a la suya con paso apresurado. Su rostro estaba teñido de un rojo suave por culpa del enojo, su cara estaba levemente deformada por la ira. Neville se mantuvo callado, escondido atrás de un libro en su cama, con miedo de que comenzara una pelea física entre ambos.

—¡Entiendo si no quieres acompañarme! ¡Pero voy a ir! — Exclamó en un grito Harry . Draco tomó una bocanada de aire grueso para no arrojarse sobre Harry y golpearlo hasta que entrará en razón.

—¡No seas tan crédulo Potter! ¡Es obvio que es un trampa!—

—¡Cállate Malfoy, ¿¡y si no es así!? No puedo arriesgarme—

—¡No, tú no irás! — Grito Draco. Harry le arrojó una almohada, la cual impactó contra su rostro.

—¡No pienso quedar como un cobarde frente a Zabini! ¡iré y punto! — Grito Harry. La mirada gris de Draco se oscureció de pura furia, sus ojos parecían apuntó de lanzar rayos de lo enojado y frustrado que se sentía.

—¡Has lo que quieras Potter! ¿¡Neville!? — Neville se sobresaltó como un conejo asustado ante el grito de Draco.

—Yo también iré — Dijo en tono nervioso. Draco los fulminó con enojo. Neville soltó un alarido de puro terror ,escondiéndose atrás de la cama como un conejo asustado. Draco se regocijó un poco ante la reacción.

—¡Hagan lo que quieran! — Cerro las cortinas de su cama en un brusco movimiento de varita, para no seguirlos viendo. Respiró hondo, tratando de disipar su enojo, el cual parecía no querer abandonar su cabeza. Sacó un libro grueso de la biblioteca, y comenzó a leer el material de estudio para años próximos (5to curso). Así, las horas pasaron y antes de que se diera cuenta ya eran las 11:30.

Escucho a Harry levantarse, listo para irse a su ridiculo duelo. Soltó un hondo suspiro, mientras corría las preciadas y se levantaba.


—Pensé que no querías venir con nosotros — Pregunto Harry al verlo caminar hacia ellos. Lucia aún enojado, pero el color rojo ya había abandonado su rostro. Eso tranquilizaba a Draco.

—No estoy de acuerdo, pero iré — Harry asintió.

—Entonces en marcha — Salieron por la puerta, mirando a ambos lados por el interminable pasillo lleno de otras puertas a ver si había alguien cerca. Todo estaba solo y casi a oscuras, la sala común parecía más lúgubre y fría de lo habitual, a través del vidrio trasparente que había en el techo, por un segundo pudieron ver pasar a una camada de criaturas extrañas , las cuales parecían que perseguían algo.

—Andando— Salieron por la puerta, para encontrarse de frente con que el barón sangriento descansando sentado en las piedras.

—Tengan cuidado jóvenes, Peeves está cerca del tercer piso — Fue todo lo que dijo el tétrico fantasma, antes de salir volando por uno de los muros de piedra.

Los 3 estudiantes se miraron con nerviosismo, antes de continuar su camino. Silenciosamente se movilizaron por los solitarios pasillos desiertos del castillo, hasta llegar a la sala de trofeos.

—Zabini ya debe estar cerca— Dijo Harry. Draco rodó los ojos con exasperación. Voces se escucharon a la lejanía, voces que Draco conocía muy bien y lo hicieron estremecer.

Draco tomó la muñeca de Harry y Neville, dando media vuelta para comenzar a andar por el otro pasillo.

—Olfatea por ahí, mi tesoro. Pueden estar escondidos en un rincón —Era Filch, hablando con la su asquerosa gata. Draco arrastró a los otros 2 niños silenciosamente hacia la puerta más alejada de la voz de Filch. Neville acababa de pasar, cuando oyeron que Filch entraba en el salón de los trofeos—Tienen que estar en algún lado —Su murmullos desquiciados hicieron que Draco tuviera ganas de hechizarlo, pero no podía hacerlo frente a Neville y Harry —Probablemente se han escondido—.

—¡Por aquí! —Señaló Harry a los otros y, aterrados, comenzaron a atravesar una larga galería, llena de armaduras. Podían oír los pasos de Filch, acercándose a ellos. Pasaron por el quicio de la puerta y corrieron de un pasillo a otro, Harry delante, sin tener ni idea de dónde estaban o adónde iban, Draco lo había dejado guiarlo en un descuido, ya que el corría más rápido.

Se metieron a través de un tapiz y se encontraron en un pasadizo oculto, lo siguieron y llegaron cerca del aula de Encantamientos, que sabían que estaba a kilómetros del salón de trofeos.

—¡No te lo dije! — Draco lo fulminó. Harry y Neville bajaron la cabeza al mismo tiempo. Draco se sonó el puente de la nariz con desesperación — Ahora solo debemos ver la forma de volver a las mazmorras sin toparnos con nadie — Exclamó totalmente enojado.

—Ya lo perdimos .....— Pero las palabras de Harry murieron en su boca cuando vieron como la puerta de un salón se abría suavemente y algo salía de el. Era Peeves. Los vio y dejó escapar un grito de alegría.


—¿Vagabundeando a medianoche, novatos? No, no, no. Malitos, malitos — Draco dio un paso hacia el horrible fantasma, frunciendo el ceño.

—¡No te atrevas— Draco le lanzó una mirada desafiante.


—Debo decírselo a Filch, debo hacerlo —dijo Peeves, con voz de santurrón, pero sus ojos brillaban malévolamente— Es por su bien — Draco puso los ojos en blanco. Tomó la muñeca de sus 2 amigos y miró al fantasma con enojo.


—¡Me cobraré esta después! — Comenzó a correr de nuevo.


—¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA! —gritó Peeves— ¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA, EN EL PASILLO DE LOS ENCANTAMIENTOS! —.

Pasaron debajo de Peeves y corrieron como para salvar sus vidas, recto hasta el final del pasillo, donde chocaron contra una puerta.


—¡Está cerrada! — Exclamó Neville pálido. Draco movió los dedos en un movimiento rápido, hasta que escucho como la puerta se abría en un chirrido peligroso.

—¡Entren! — Grito Draco, empujando con brusquedad a los otros 2.

—¿Adónde han ido, Peeves? —decía Filch— Rápido, dímelo — Draco trago saliva suavemente, mientras sentía como los latidos en su corazón martilleaban sus oidos—.


—Di «por favor» — Draco rodo los ojos con fastidio, mientras comenzaba a calmarse un poco.

—No me fastidies, Peeves. Dime adónde fueron—


—No diré nada si me lo pides por favor —dijo Peeves, con su molesta vocecita.


—Muy bien... por favor— Draco pudo sentir como su corazón explotaba en ese momento, o quizás fuera su imaginación jugando con el, pero la sensación de malestar no lo abandonó hasta que escucho lo siguiente.

r32;—¡NADA! Ja, ja. Te dije que no te diría nada si me lo pedías por favor. ¡Ja! —Y oyeron a Peeves alejándose y a Filch maldiciendo enfurecido. Draco dejó salir un suspiro largo de total alivio.


—Él cree que esta puerta está cerrada —susurro Harry muy cerca de su oído. Draco no pudo evitar estremecerse.


—Draco— La voz asustada de Neville llamó su atención.

— ¿Qué pasa, Neville ? — Pregunto en tono distraído, mientras intentaba escuchar del otro lado de la puerta.


—Voltea — Como por inercia Draco y Harry se dieron vuelta hacia el otro lado al mismo tiempo. Y vieron claramente lo que pasaba. No estaban en una habitación, como él había pensado. Era un pasillo. El pasillo prohibido del tercer piso. Y ya sabían por qué estaba prohibido.


Estaban mirando directamente a los ojos de un perro monstruoso, un perro que llenaba todo el espacio entre el suelo y el techo. Tenía tres cabezas, seis ojos enloquecidos, tres narices que olfateaban en dirección a ellos y tres bocas chorreando saliva entre los amarillentos colmillos.

Draco tragó saliva, mientras sacaba su varita de su bisabuelo entre los pliegues de su túnica suavemente. Estaba apunto de matar a la criatura, cuando Harry abrió la puerta.

—¡Harry! — Exclamó Draco. Harry los jalo a ambos sacándolos del pasillo prohibido. Filch ya no estaba, para su alivio. Draco se recuperó de inmediato —¡Vamonos! — Grito en tono enojado, mientras guardaba su varita de nuevo. Neville, que había permanecido en el piso, lo miró con los ojos empañados en lágrimas. Draco tomó su mano y la de Harry para guiarlos a ambos, Harry solo lo siguió sumisamente.

Llegaron a las mazmorras unos minutos después. Debían ser como las 12:15 a.m. El barón sangriento los esperaba sentado sobre la misma piedra, con una copa fantasmal de algo rojo que parecía sangre entre sus dedos.

—Han vuelto— Fue todo lo que dijo, antes de volver a irse a través del muro de piedra.

Draco se sentía cansado. Su cuerpo entero dolía, sus piernas estaban acalambradas y su espalda estaba recta y tensa. Cuando entraron a la sala común Theodore Nott los esperaba sentado, leyendo un libro grueso.

—¿Theo? — Pregunto Neville. Nott se levanto de un salto, dejando caer el libro al suelo.

—¿Están bien? — Todos asintieron cansados —Vine a advertirles sobre el duelo con Zabini, pero ya se habían ido cuando llegue — Draco negó suavemente. Nott dejó de hablar para mirarlos con intensidad.

—Draco — Harry lo llamo —Mi mano — Todavía los tenía a ambos de las muñecas fuertemente apretado. Draco los soltó de inmediato.

—Lo siento — Draco sonrojó levemente .

—No importa.... Vamos a dormir, estoy muy cansado — Dijo Harry —Hablamos después Theo — El muchacho solo asintió suavemente. Todos fueron a sus respectivos cuartos con paso lento y cansado.


—Harry— Susurro ya sobre su cama Draco.

—¿Hnn? — Pregunto adormilado Harry .


—¿Viste la trampilla bajo el perro monstruoso? — Harry subió la cabeza para mirarlo .

—¿Trampilla? ¿Una trampilla bajo ese perro? Ese perro quizás vigila algo— Harry se mantuvo pensativo.

—Durmamos, hablaremos de eso después— Dijo en un susurro Draco, mientras se quedan dormido.

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Después de eso Draco, Harry, Neville (Que no estaba muy de acuerdo) y finalmente Nott, se dedicaron a hablar sobre qué había bajo el perro gigante de 3 cabeza, y sobre todo, que hacía ese perro en Hogwarts.

Cuando bajaron a desayunar al día siguiente era todo de lo que hablaban. Nott, después de que Harry le había contado todo lo ocurrido con el paquete de Hagrid, había insistido en que, seguramente lo que estaba bajo la trampilla era eso y que era algo muy valioso y peligroso. Crabbe y Goyle no querían saber nada sobre un perro gigante de 3 cabeza, así que se habían mantenido lo más alejado que podían de ese tema. Solo se dedicaba a escuchar mientras comían en silencio.

Mientras las lechuzas volaban por el Gran Comedor como de costumbre, la atención de todos se fijó de inmediato en un paquete largo y delgado, que llevaban seis lechuzas blancas. Harry parecía tan interesado como los demás en ver qué contenía. Draco rio al ver la sorpresa cuando las lechuzas bajaron y dejaron el paquete frente sobre Harry. Se estaban alejando, cuando otra lechuza dejó caer una carta sobre el paquete.


Harry abrió el sobre para leer, decía con la caligrafía de Snape:

“De parte de un patrocinador muy generoso. Considérate afortunado Potter, dentro está tu nueva nimbus 2000, si quieres saber quién lo patrocinó, fue la ilustre Narcissa Malfoy. Disfrútala mucho. Y no me decepciones. Marcus Flich te espera esta noche, a las 7:00 p.m, para tu primera práctica en el campo de Quiddich, no llegues tarde"

Severus Snape.


Harry rasgo el papel, dejando a la vista una hermosa escoba totalmente nueva. Dentro había una pequeña tarjeta blanca, con caligrafía dorada que decía «buena suerte» Draco parpadeó al ver la caligrafía de su madre.

—Es la letra de mi madre— Harry le pasó la nota de Snape, mientras inspeccionaba la escoba con ojos brillantes.

—Esta muy linda — Exclamó Neville, un poco alejado por la situación traumática que pasó en el entrenamiento de vuelo.

—Quizás no debí abrirla aquí— Dijo Harry, mientras se mordió el labio inferior. Las miradas de envidia llegaron a él de inmediato . Draco vio con diversión como McGonagall le lanzaba una mirada enojada a Snape, el cual solo sonreía.

—Así son los patrocinadores — Dijo Nott — Aveces solo tienes suerte — Le sonrió.

— Vamos a guardarla — Dijo Draco, mientras volvía a poner el papel con un floteo de su varita. Harry asintió, se levantaron de la mesa para ir a las mazmorras

Caminaron un corto trayecto, hasta que chocaron con alguien en su camino.

—¡Fíjate Potter! — Era Weasley.

—¡Tú eras el que venía corriendo, Weasley! — Grito Harry, sosteniendo un poco más fuerte su escoba. El pelirrojo vio el paquete con interés.

—Es una escoba, ¡No puedes traer escobas si eres de primero! — Exclamó con celos. Draco sonrió de forma socorrante.

Antes de que Harry pudiera contestarle, el profesor Flitwick apareció detrás de Draco, el cual se sobresaltó un poco al escucharlo decir:


—No se están peleando, ¿verdad, chicos? —preguntó con voz chillona.


—A Potter le han enviado una escoba, profesor —dijo rápidamente Weasley, mientras miraba a Harry de forma retadora.


—Sí, sí, está muy bien —dijo el profesor Flitwick. Draco rio ante la situación hilarante, la cual ya había vivido, pero con otras circunstancias —El profesor Snape nos habló de las circunstancias especiales de Potter. ¿Y qué modelo es?. Veo que este año Slytherin tuvo una buena contribución —.


—Una Nimbus 2.000, señor —dijo Harry, tratando de no reír ante la cara de horror de Weasley, el cual parecía totalmente desconcertado. Weasley se dio media vuelta, y se fue sin decir nada más. El profesor se despidió. Harry y Draco continuaron su camino a su cuarto.

A partir de esa noche, Harry comenzó a tener las prácticas de Quidditch, tres noches a la semana, con toda la tarea y las tardes enteras que pasaba en la biblioteca con Draco, el cual se dedicaba a que de verdad estudiarán, las redacciones y prácticas, el tiempo había pasado volando.

Draco había notado como su poción había comenzado a hacer una diferencia sobre Neville. El muchacho había mejorado considerablemente, y con todas las horas de estudio extra con Nott o Draco, había comenzado a sobresalir en Herbologia y encantamiento. Harry, que no quería ser dejado de lado, había comenzado a tomarse en serio sus materias y con las prácticas con Draco había logrado obtener notas placenteramente altas, en especial en pociones, donde había sido muy asesorado por Draco.

La poción secreta de Draco ya estaba lista, y Draco había planeado utilizarla para comienzos de enero, antes de que volviera a clases después de Navidad.

Cuando menos lo esperaron, habían pasado 2 meses desde que habían entrado a Hogwarts.


En la mañana de Halloween se despertaron con el delicioso aroma de calabaza asada flotando por todos los pasillos. Pero lo mejor fue que el profesor Flitwick anunció en su clase de Encantamientos que pensaba que ya estaban listos para empezar a hacer volar objetos, algo que todos se morían por hacer; desde que vieron cómo hacía volar el sapo de Neville. El profesor Flitwick puso a la clase por parejas para que practicaran ( Nota: Gryffindor y Slytherin comparten todas las clases aquí).

Nott como siempre estaba con Neville, Zabini con Parkinson, Harry y Draco estaban juntos, y Weasley y Granger habían terminado juntos en una pareja.

—Y ahora no se olviden de ese bonito movimiento de muñeca que hemos estado practicando —dijo con voz aguda el profesor; subido a sus libros, como de costumbre—. Agitar y golpear; recordad, agitar y golpear. Y pronunciar las palabras mágicas correctamente es muy importante también, no se olviden nunca del mago Baruffio, que dijo «ese» en lugar de «efe» y se encontró tirado en el suelo con un búfalo en el pecho — Draco rio un poco. El maestro lo ignoro .

—Puedes hacerlo— Le Susurro Draco a Harry. Harry asintió.

—¡Wingardium leviosa! — La pluma de Harry no se movió. Draco le enseño la página.

—Recuerda la pronunciación, tú puedes hacerlo — Le dijo Draco.

—¡Wingardium leviosa! — Esta vez la pluma de Harry voló suavemente. Draco le sonrió, y como de costumbre Granger lo miró con envidia.

—muy bien señor Potter — Exclamó el hombrecito. Harry le dedicó una sonrisa a Draco como agradecimiento.

—Lo estás diciendo mal. —Draco oyó que Granger reñía a Weasley, Harry rodo los ojos con fastidio —Es Win- gar-dium levi-o-sa, pronuncia gar más claro y más largo — Draco hizo volar su pluma, y fue felicitado por el hombrecito, Granger esta vez lo ignoro.


—Dilo, tú, entonces, si eres tan inteligente — Escucho como gritaba Weasley. Granger se arremangó las mangas de su túnica, agitó la varita y dijo las palabras mágicas. La pluma se elevó del pupitre y llegó hasta más de un metro por encima de sus cabezas.

—¡Oh, bien hecho! —gritó el profesor Flitwick, aplaudiendo— 3 alumnos ya lo han conseguido — Exclamó alegremente. Granger parecía querer replicar que ella lo pudo haberlo echo primero, pero callo de inmediato.


Al finalizar clase, Weasley venía de mal humor. Harry, Draco y Neville iban caminando cerca.

—No es raro que nadie la aguante —Escucho mascullar a Weasley, cuando se abrían paso en el pasillo—Es una pesadilla, te lo digo en serio —Le susurraba a otro Griffindor que Draco no reconoció.

Alguien chocó contra ellos, era Granger. Harry pudo ver su cara y le sorprendió ver que estaba llorando.

—Estaba llorando — Le susurro a Draco y a Neville, los cuales no tuvieron tiempo de detallarla. Neville se giró hacia Weasley.

—Eso fue descortés — La voz de Neville salio sin vacilaciones. Weasley lo miró enojado —No tenías que ser tan malo— Draco lo tomo de la muñeca para que caminara con ellos.


—¿Y qué? No es asunto tuyo —dijo Weasley, aunque parecía un poco incómodo—. Ya debe de haberse dado cuenta de que no tiene amigos — Neville lo fulminó, antes de continuar su camino sin decir nada más.


—Es un idiota — Fue todo lo que dijo Neville , mientras entraban en la siguiente clases, Harry y Draco asintieron al mismo tiempo.

Granger no apareció en la siguiente clase, parecía que la tierra se la había tragado. Draco escucho murmurar que estaba llorando en el baño de las niñas y que quería que la dejaran sola.

—Cuanto compañerismo — Dijo Draco en un resoplido. Neville se veía incomodo, seguramente se sentía mal por Granger. Draco recordó que ese día debía mandar su carta su padre con su alias. Se despidió de los chicos con la excusa de haber olvidado algo, y se fue a las mazmorras rápidamente.


Mientras caminaba tranquilamente por los pasillos desiertos, pudo escuchar claramente unos extraños pasos que venían detrás de él. Volteo lentamente a mirar hacia atrás, topándose de frente con una montaña gris de carne que resultaba ser un troll, el cual parpadeo bobamente.

—¡Mierda! — Comenzó a correr. Él troll apenas se dio cuenta de su presencia comenzó a perseguido con su enorme garrocha en su mano derecha. Al final del pasillo pudo ver que había una puerta, para su completo alivio. Entro sin mucha prisa, mientras sacaba la varita de su bisabuelo.

Tan pronto como pasó por la puerta, pudo escuchar claramente los sollozos de una niña.

—¿Granger? — Corrió hasta unos de los cubiculos del baño para abrirlo. Se encontró de frente con la niña, que se encontraba sola, llorando acurrucada sobre ella misma.

—¡Largo! — Exclamó Granger con los ojos llenos de lágrimas. Draco cerró el cubiculo atrás de él, mientras tapaba la boca de Granger duramente.

—¡Cierra la boca! — Siseo, mientras escuchaba los pasos del troll al entrar al baño. Granger se sobresaltó al escuchar los pesados pasos de la criatura —¡Mierda! — Exclamó. La criatura destruyo los cubiculos alrededor, dejándolos totalmente expuestos. El troll sonrió de forma malvada, mientras alzaba su garrocha con intenciones de golpearlos. Draco tragó saliva, la adrenalina en su cuerpo corria demasiado rápido. Sacó la varita que no era de su pertenencia, apuntando hacia la criatura

—Cruccio — Fue el primer hechizo que se le ocurrió, no pudo controlar bien cuando las palabras escaparon de su boca en un susurro, como si fueran dichos por otra persona. Se arrepintió de inmediato al recordar que el Crucio dejaría huellas y secuelas visibles en el cuerpo la criatura. El desagradable troll se encogió con dolor sobre el mismo, mientras chillaba con sufrimiento.

Draco suspiro, mientras sentía como una repentina corriente de magia invadía su cuerpo de forma violenta. Saturándolo de poder. Una necesidad compulsiva de libertar todo ese poder invadió su mente, y señales de alarme se encendieron en su cabeza. La varita crujió entre sus dedos, exigiendo descargar todo ese poder, o de lo contrario explotaría en ese mismo momento. Pensó en el hechizo más fuerte que el Crucio, aquel único hechizo que podía deshacerse gran parte de ese sobrecargo.

— ¡Avada Kedavra! — La criatura callo fulminada cuando el has de luz verde lo impactó. Ahora tiesa y sin vida sobre el sucio piso de baldosas del baño de chicas, con una expresión lúgubre y de terroríficas en su desagradable rostro.


Escucho como Granger dejaba salir un gritito de horror. Pero su mirada de horror no iba dirigida a esa criatura muerta, sino que iba dirigida a él. Tendría que borrar su memoria y escapar en ese mismo momento .

—¡Utilizaste un imperdonable! — Su voz salió horrorizada. El rostro de la muchacha se mantenía pálido y reacio, mientras parecía tratar procesar la nueva información —¡Eres un asesino! — Exclamó.


Los hábiles oidos de Draco captaron un sonido. Para su completo horror, pudo escuchar claramente como voces y pasos se acercaban sin detenerse en su dirección. El acababa de usar 2 maleficios imperdonables, los cuales no dejaban firma mágica (Por la poción) , pero si evidencia física. Además de todo, no estaba utilizando su varita, sino una que Snape conocía que era la de “el oscuro ”. Tenía que salir de hay en ese mismo momento.

—Ni modo— Exclamó con frustración. Tomó a Granger por el hombro, y la arrastró hacia una de las paredes libres de lavados. La muchacha soltó una exclamación, lista para gritar a todo pulmón de puro horror, pero sus labios fueron tapados por las manos pálidas de Draco. Draco clavo su varita en la pared, la cual se quedó suspendida por unos segundos sobre la piedra.

—Durry im tany — Una puerta apareció entre la piedra. Draco empujó a Granger dentro, antes de entrar tomando su varita.

La puerta desapareció atrás de ellos. Draco de encorvo sobre el mismo con cansancio. Cuando levantó la cabeza se topó con la punta de la varita de Granger, la cual miraba a todas partes con terror.

—¡Tú! — Grito en tono desesperado, callando a los pocos segundos, como si no supiera que era lo que quería decir al comienzo.

—¡Quieres bajar eso! — La chica entrecerró los ojos con desafío. Draco podía sentir como un dolor enorme martilleaba sus oído —¡Ven! — Grito exasperado, su elfo doméstico apareció con una reverencia.

—¿Me a llamado, amo? — Pregunto en tono sumiso. Sin prestar real atención a Hermione.

—Poción para el dolor de cabeza. Con una tarta y té, para nuestra invitada también — El elfo desapareció. Draco se levanto con algo de dificultad, mientras tomaba una bocanada de aire —¡Quieres bajar eso! — Grito exasperado al ver como la Gryffindor Seguía apuntándolo con la varita. Granger soltó el aliento, guardando la varita de mala gana, pero todavía mirandolo desconfiada. El elfo apareció de nuevo, traía consigo una charola de plata con todo lo que le había pedido.

—Tomemos el té Granger— Draco se sentó en la mesa donde el elfo había dejado todo. Granger solo se quedo con la boca abierta sin saber qué hacer —¿Situación en la casa? — Le preguntó al elfo.

—El amo Malfoy se encuentra con la señora Malfoy en los patios tomando el té, la señora Malfoy se encuentra malita. Le mandaran una carta en las próximas horas, y la señora Malfoy a preparado caramelos de mariposas para mandarle algunas. Su carta anterior los a dejado muy nerviosos — Draco asintió.

—¡Siéntate! — Exclamó exasperado hacia la muchacha. El elfo desapareció, y Granger se sentó suavemente. Destapó el vial que le había traído el elfo, y se lo tomo de un solo trago.

—¿Qué ?! — Pregunto Granger. Draco se acaricio las sienes, mientras sentía como el malestar lo abandonaba suavemente, señal de que la poción cumplía su cometido.

—Nada — Corto cualquier explicación, mientras apoyaba la cara a la mesa — Borrare tu memoria en unos instantes, así que solo calla y come.... Y no intentes escapar, tampoco desarmarme o hacer cualquier cosa, puedo matarte si quieres — Granger permaneció con la boca abierta, mientras temblaba levemente.

—¿Qué es todo esto Malfoy? — Trago saliva de forma nerviosa. Los ojos de Draco centellearon al verla, antes de suspirar pesadamente.

—Puedo contártelo.... Después puedo borrar tu memoria — Se encogió de hombros — Yo.... Vengo del futuro Granger — La muchacha abrió los ojos de forma violenta —Hace algún tiempo estaba en mi lecho de muerte..... Luego de cerrar los ojos, desperté aqui. Tenía 3 años— Granger hizo una señal.

—Espera..... ¿Qué!? — Parecía apuntó de tener un colapso nervioso. Con la varita, Draco atrajo un vial de su enorme almacén.

—Tomate esto, te calmara — La chica lo tomo sin preguntar nada más. Draco comió de su pastel, mientras sentía como la chica dejaba de respirar con violencia.

—¿Sabes quién es Voldemort? — Ella se estremeció, como si ese nombre fuera una condena a muerte —¡Quieres calmarte!.... Se supone que, tú y Weasley y Potter serían mejores amigos. Claro que tú y Potter morirían en la guerra, y Weasley se volvería una remitaño por todo el dolor de la guerra y mucha gente inocente moriría — Exclamó, ella asintió algo ida. La poción cumplía su cometido y no la hacía que le diera un colapso mental en ese momento.

—¡No debes cambiar el futuro Malfoy! — Exclamó. Draco golpeó la mesa con ambos puños.

—¡Si es para salvar su vida....Si! ¡Incluso estoy salvándote a ti Granger! ¡Si puedo evitar que tanta gente muera! — Sus manos temblaban — ¡Es lo mejor! ahora come y calla — Su mirada fue a parar a otro lado. Granger bajo la cabeza, mientras tomaba el pastel con nerviosismo.

—Me estás robando la única posibilidad de tener un amigo Malfoy— Draco se tensó ante las duras palabras de la muchacha, la cual había comenzado a llorar.

—Si es así.... Entonces yo seré tu amigo Granger— La muchacha lo miró con los ojos invadidos en lágrimas.

—Borraras mi memoria, solo quedara en palabras— Exclamó con dolor.

—Quizás tengas razón — Bebió un sorbo de su té — Quisiera poder ser tu amigo de verdad — Le tendió un pergamino en blanco que había convocado con su varita. La muchacha pestañeo —Yo tengo el otro par, solo escribe en el y llegará a mi. Sé que no es lo mismo, pero puedes contar conmigo— Ella tomó el papel con dulzura —Solo te quitaré los recuerdos parcialmente — Saco su varita.

—Malfoy — Susurro.

—Te volverás alguien muy grande, Hermione Granger — Ella cerró los ojos, sosteniendo fuertemente el trozo de pergamino.

—Gracias Malfoy—

— ¡Obliviate!

 

 

 

 

 

 


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