Sesshoumaru/Miroku| Capitulo 2 – Regalos –
[Al parecer el gran amo y señor Sesshoumaru entendía por cortejo regalos, y no baratijas de esas que alguna vez él mismo le había dado a alguna jovencita, estos regalos eran prendas de joyería de bastante valor, anillos y collares de oro de los que solo les había visto a princesas o reyes puestos, claro que el youkai no se los había llevado él mismo, para eso tenía a Jaken, quien con expresión más que molesta le entregaba los objetos y sin esperar respuesta desaparecía de su vista, impidiéndole al monje devolverle ninguno de los regalos que no estaba dispuesto a conservar. Dos semanas de regalo tras regalo se le ocurrió una forma de devolver los obsequios al youkai]
Dile a tu amo que no pienso aceptar ni un regalo más de tu mano, y que me niego a recibir más hasta que venga a hablar conmigo- Jaken se quedó mirándolo con expresión enojada y a la vez desconfiada, el pequeño sapo demonio no sabía qué diablos le veía su amo a ese humano que se creía monje, pero no podía decirle nada a su amo, quien a la menor provocación se lo daría a comer a alguna bestia-
[Vio a Jaken marchar en la misma dirección por la que había aparecido, sabía que el demonio iba enojado, pero no podía más con esa situación o los demás de iban a dar cuenta de que estaba siendo más que cortejado por el youkai que les ponía los pelos de punta a todos, el hermano mayor de Inuyasha que incontables veces le había pateado el trasero al hanyo, quien había atentado contra sus vidas más de una vez, ¡Que quería que tuviera un hijo suyo! Y quien sabe, lo más probable es que quisiera más de uno. Pensaba que después de pedirle romance al youkai este se olvidaría de esa idea, lo que no sabía era que este estaba más que dispuesto a darle ‘amor’, claro que amor en el diccionario del gran Lord Sesshoumaru eran regalos, de muy cara procedencia que le enviaba cada día, tenía catorce presentes, y dos de ellos eran túnicas de seda de las que nunca había tenido sobre su cuerpo, y obviamente las tenía escondidas junto a los otros en lo más profundo de sus cosas]
[Dos días sin ver ni la sombra de Jaken lo tranquilizaron un poco y a la misma vez lo entristecieron, ¿Sería que el gran Lord Sesshoumaru se habría cansado de él? ¿Habrá reconsiderado el gran youkai? ¿No planeaba perder su tiempo para hablar con él? Esas dudas se habían quedado en su cabeza esos dos días, no sabía si tenía o no que esperar a Sesshoumaru, esos días se le habían hecho eternos, más por la reciente tranquilidad que rodeaba la zona, parecía como si los demonios se hubieran quedado quietos durante un tiempo para darle tiempo para pensar en el youkai y en sí debería o no aceptar su propuesta, a la cual ya tenía respuesta pero si el youkai no venía para que aclararan ciertos parámetros de su relación, cambiaría de opinión y lo mandaría a freír espárragos, aun a sabiendas de que la reacción del youkai no podría ser la mejor]
No deberías bajar tanto la guardia- Casi se le sale el corazón al escuchar la voz de Sesshoumaru tan cerca de su persona, al abrir los ojos el youkai estaba justo a su lado, sentando con todo su porte al lado de su cuerpo- ¿Qué quieres hablar conmigo?- Y como siempre, eso vino con una carga de inexpresividad solo digna del youkai que le pretendía, este le observaba con sus dorados y fríos ojos, casi pensó que le estaba leyendo el pensamiento por la intensidad con la que le miraba-
No quiero regalos Sesshoumaru, cuando te dije que quería que me enamoraras no me refería a que me enviaras obsequios de gran valor, solo que te esforzaras un poco en conocerme. Quieres que sea la ‘madre’ de tus hijos y ni siquiera me conoces, ¿Qué tal si tenemos un hijo juntos y después no te agrado? Y matarme no es una opción- El youkai lo miró sin cambiar su expresión, haciendo que el monje se asustara un poco por lo intensa de su mirada, hasta ese momento se percató de lo cerca que estaban los dos, y se acercaban más y más- Sesshoumaru ¿Qué haces?- Sin prestarle atención a lo dicho por el monje, Sesshoumaru siguió acercándose hasta rozar ligeramente sus labios. El sonrojo que se esparció por su rostro con solo ese pequeño toque fue más de lo que realmente creía posible, más este se intensificó al sentir como los mismos labios estaban bajando lentamente hasta posarse en su cuello-
Lo que me pediste- Y así sin más se alejó, dejándole sonrojado, excitado hasta la medula y eso que no le había tocado de forma sexual. Levantó su rostro, mirándole directamente a los ojos, se acercó nuevamente a los labios del monje, besándole esta vez con más rudeza, mordiendo suavemente el labio inferior del monje, quien solo había atinado a regresar el gesto con la misma fuerza. Una vez que se separaron el youkai se levantó, aun mirando fijamente al humano y como si nada hubiera pasado le dijo en tono serio- Los regalos te los quedas, son tuyos y no los voy a coger de vuelta, y otra cosa, Jaken no es tu jefe, si ese demonio insolente de baja clase te habla irrespetuosamente espero que me lo digas- Y sin más que decir, desapareció de su vista tan rápido como había aparecido en primer lugar-
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