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UN NUEVO Y CONOCIDO MUNDO por LILITH_HIWATARI

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Capítulo 15: El pequeño De Vil.

 

“Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido”. - George Eliot.

 

Recupero la conciencia más tarde, una suave cama se encontraba debajo de él y unos dedos gentiles acariciaban sus rizos, la extraña mujer que le sonrió al verle despertar le confundió mucho, Carlos no sabía quién era pero esta se limitó a suspirar satisfecha verlo despierto, el cayo, decidió parecer tan pequeño como podía dejar de parecer un peligro y así tener tiempo para escapar, pero esta mujer no parecía dejarle, le llamo cariñosamente ayudándole a levantarse, le entrego un vaso con delicioso  jugo que bebió en pequeños tragos un poco temeroso, pero si esta hubiera querido matarle le hubiera hecho antes.

 

Fue guiado entonces por las escaleras de lo que parecía una casa, el ladrido juguetón de un enrome perro casi le hace correr congelándole de inmediato, la mujer debió notar su miedo pues de inmediato empujo a dicha bestia horripilante lejos, una nueva chica apareció entonces jalando a la bestia y llevándola a otra habitación mientras murmuraba lo extraño que estaba su idiota hermano.

 

Carlos no entendía nada el miedo en él se hizo presente pero entonces se encontraba frente  una mesa una donde ya estaban servidos varios platos, la mujer aquella  de aspecto amable le ayudo a tomar asiento acerco un plato llenándole de comida y procedió a sentarse, la chica se sentó a su lado y empezó a comer  hablando sobre todo y nada, fue entonces que una fuerte y masculina voz hablo, se estremeció casi de inmediato, cuando aquella mano se cerró contra su hombro Carlos reprimió un grito pero este solo palmeo con suavidad  y pregunto su estado de salud, el callo, nuevamente por qué no sabía cómo actuar, no entendía nada, no sabía dónde estaba Jay o Mal, incluso buscaba a Ben a quien fuera que pudiera protegerle no estaba, estaba solo, como siempre.

 

Después de un rato Carlos comió, muy poco no quería hacerles enojar todo ante la mirada de esa mujer que simplemente le miraba preocupada, la chica entonces se levantó apurando a la mujer, la llamo madre y exigió llevarla al centro comercial como prometió, Carlos casi esperaba que aquella mujer le abofeteara por levantar la voz pero esta se limitó a suspirar y levantar su plato mientras la chica ayudaba quejándose de que era el turno de su hermano.

 

-          ¿quieres venir cariño? – llamo amablemente la mujer con aquel tono maternal tan ajeno para él.

-          Libby lleva a Maya – la voz del hombre se adelantó antes de que Carlos pudiera decir algo – Cam y yo pasaremos tiempo juntos – y ahí iba la oportunidad perfecta para escapar, pues aquel hombre le miraba sonriente, reprimió un escalofrió al verle así.

 

Cuando ambas mujeres dejaron aquel hombre se limitó a murmurar “iré a prepararme” mientras Carlos era empujado a aquélla habitación en la que despertó, el miedo le había bloqueado nuevamente olvidando su plan de escapar por la ventana se sentó entonces al borde de la cama esperando, sus hombros tensos temblando como hace mucho no lo hacían.

 

Decidió hacer algo más quitarse la ropa hasta quedar en bóxer y esperar paciente, no conocía a este tipo pero en su experiencia ningún  hombre quería pasar tiempo asolas con él solo para charlar, no sucedió en la isla no lo hacía en Auradon y este lugar tan extraño debía ser igual, así que se quedó esperando cerró los ojos para tranquilizarse, relajar su cuerpo , su mente como tantos años había hecho el sonido de pisadas le trajo de vuelta a la realidad, aquel hombre entraba a la habitación mirándole confundido, cerro entonces la puerta , muy lentamente.

 

Carlos escucho el sonido chirriante de la madera al cerrarse, manteniendo los ojos cerrados aun con fuerza, su corazón se aceleró solo un poco esperando, él podía hacerlo, no sería la primera ni última vez que le pasara esto, Carlos simplemente se dejaría usar, la puerta se cerró y aquel niño contuvo el aliento una vez más.  

******************

La  última noche que planearon aquel golpe, la caída de Auradon en la coronación, aquel niño finalmente hablo.

 

-          ¿Y si fallamos? – pregunto dudoso aquél niño, Carlos no quería ser aquél que negativo les hiciera enojar  pero tenía miedo, estaban a punto de traicionar a sus madres, a los reyes de Auradon, las cosas definitivamente se iban a poner mal.

-          ¿Mal? – Evie de inmediato miro a la hada con aquélla mirada dándole la razón a Carlos.

-          Nos mantendremos juntos – Jay hablo al fin, luego de estar en silencio durante todo aquel plan, donde Mal ordenaba la caída de Auradon, donde se apoderarían de la varita y tomarían el trono para sí.

-          Evie tiene razón – Mal miro directamente   a Carlos a ese niño que siempre temía por cualquier cosa, aquel que dudaba a cada minuto  – somos una familia ahora no abandonaremos a nadie.

 

Y ahí estaba la promesa sin sentido para Carlos, aquella que dejaba en claro que si fallaban y eran devueltos a la isla ninguno de ellos se abandonaría, se protegerían incluso de sus padres, Jay miro fijamente a Mal de aquélla forma en la que siempre se comunicaban sin palabras, ella asintió entonces y volvió a su lectura en su libro, un permiso, la vía libre para que Jay cortara la garganta de sus padres, él iba a deleitarse con eso, destronar a sus padres en la isla era el único modo de asegurarse de sobrevivir, pues no confiaban  en que ellos tuvieran clemencia, Evie pareció notarlo dudosa nuevamente ella no quería ver a su madre muerta pero sabía que un castigo horrendo le esperaría si fracasaban así que lo dejo pasar.

 

Mal dejo la habitación poco después, regreso con una caja pequeña donde un postre se guardaba, Evie recostada en las piernas de Jay  intentaba no pensar en todo lo que sufrirían si algo fallaba pues no estaban seguros que su castigo seria simplemente regresar, entonces ella se paró frente a ellos y les ordeno ir a dormir, Carlos parecía contento por esto se arrastró a su cama cuando la voz molesta de Mal le gruño, iban a dormir juntos, todos ellos en su última noche en Auradon ya fuera para bien o para mal ellos necesitaban confort.

  

-          Si algo sale mal corre -  Mas tarde cuando la noche ya había entrado lo suficiente Jay susurro seguro de que Mal aun despierta le escuchaba – quiero que tomes a Evie y Carlos y corran – repitió presionando con más fuerza su pecho contra la espalda de Mal donde el ejercía de la cuchara grande – no vuelvan por mí –termino.

-          No – Mal gruño intentando girarse pero solo logro que Evie se aferrara más a su pecho donde  aquella chica dormía con tranquilidad – no voy a abandonarte – susurro más despacio no queriendo despertarles.

-          Lo harás – Jay se aferró a las caderas de Mal con fuerza para detener su intento de moverse – no van a regresar oyes, ninguno de ustedes – enterró su nariz contra los cabellos de Mal  inhalando su aroma queriendo grabarlo en su memoria – mantén a nuestra familia segura – y aquello era totalmente una despedida, porque Jay aun temía que algo malo sucedería, Carlos tenía razón había altas probabilidades de fallar y sus padres no estarían nada felices de tenerlos en la isla, y ahora que Jay descubría había conocido esta clase de comodidad, sus sentimientos por ellos no podía simplemente perderlos, no podía arriesgarse a que sus padres les torturaran por su fracaso.

-          Idiota – murmuro Mal abrazando con más fuerza a Evie – tú también formas parte de esta familia – termino pero ella no agrego más, entendía el punto de Jay y sabía que tenía razón, Jay era fuerte si era enviado a la isla tenía muchas más posibilidades de esconderse y sobrevivir el solo que ellos cuatro juntos quienes serían cazados, sin la protección de su madre, sin la magia recién descubierta.

 

Ellos se quedaron ahí, escuchado las respiración, Mal fue la primera en dormir el suave latido del corazón de aquellos dos la arrullo hasta la inconsciencia, para Jay el calor de Mal era como una dulce manta, al otro lado de la cama dándoles la espalda Carlos dormía tras escucharles, su mano colgaba de la orilla desde donde podía acariciar las orejas de aquél perro que velaba su sueño.

 

Al día siguiente eligieron el bien, Mal encontró otra salida, una en la que todos estarían a salvo y libres.

 

Al día siguiente Maléfica irrumpió en el castillo amenazando su efímera libertad.

 

Al día siguiente Jay se paró frente a ellos ordenándoles correr sin  importarle ser embestido por un enorme dragón.

 

Al día siguiente Carlos murió.

 

*************************

 

 Un minuto diecisiete segundos fue el tiempo en que Carlos estuvo muerto la primera vez, en cuanto el niño se desplomo entre gritos de los presentes los para médicos que vigilaban el evento corrieron a auxiliarle logrando traerlo a la vida.

 

Dos minutos quince segundos  fue el tiempo en  que Carlos murió por segunda vez, pues sus heridas parecían a las de ser arrollado por un camión, el hada madrina sin saber cómo currarle de aquella magia tan poderosa le dejo la vida de ese niño a los doctores, los paramédicos le llevaron entonces con rapidez, Carlos murió  nuevamente en el helicóptero que le llevaría al hospital, ninguno de los chicos pudo acompañarle porque no había espacio suficiente , en cambio Ben les llevo en limosina hasta el lugar.

 

Carlos fue ingresado en la ala exclusiva para la realeza, Ben dio instrucciones directas para que fuera así, él ni siquiera miro a sus padres, sabiendo bien lo importante que era ese niño para Mal no se arriesgó a dejarlo morir, el hijo de Cruella fue estabilizado e intubado para mantenerle con vida. Ben tuvo que marcharse ante la necesidad de reaparecer en la celebración de su coronación dudoso se despidió prometiendo volver mientras Mal apenas si le miraba.

 

Cuando regreso Evie estaba sentado a la orilla de la cama de Carlos, sus manos sosteniendo la pálida mano del niño que aún no despertaba, más allá Mal se paseaban por toda la habitación leyendo el libro de su madre, al tratar de dar un paso dentro de la habitación una cuchilla sobre su cuello le detuvo, Jay aquel que parecía ausente estaba justo al lado de la puerta, oculto protegiéndoles, ya había asustado a tres enfermeras que intentaron acercarse a Carlos, Mal levanto la mirada deteniéndose reconociendo a Ben y haciendo una señal a Jay quien de inmediato le dejo pasar regresando a su posición.

 

Ben intento asegurarles que todo estaba bien, que nadie les atacaría pero ninguno de esos niños parecía querer escucharle, no cuando su familia, aquella que se suponía debía darles seguridad espesaba a resquebrajarse.

 

El nuevo rey vio entonces como aquellos chicos eran embargados por la desesperación, Mal se detuvo entonces mirando fijamente el libro murmuro una maldición apenas audible hacia su madre.

 

-          Dreno su vida – murmuro ella – debió buscar una manera de sobrevivir y dreno la energía vital de Carlos- apretó los dientes con fuerza – si no hacemos algo morirá.

 

El silencio mortal invadió la habitación, el pitido de la máquina que mantenía monitoreado a  Carlos era el único sonido, Evie soltó un débil “Mal” y entonces el silencio se rompió, ella nuevamente empezó a caminar buscando en su libro Jay regreso a recargarse en la pared y Evie acomodaba los cabellos sedosos de Carlos.

 

Cuando el hada madrina se negó a ayudar alegando de no poder despertar a Carlos, ellos no dijeron nada de su descubrimiento pues sería entonces el fin del pecoso, estaban seguros que nadie gastaría energía en ese niño no cuando esta debía venir de algún lado, todos ellos se negaron a asistir a clases Mal arrastrándose a la biblioteca en busca de libros de magia, Evie sin querer despegarse de Carlos y Jay amenazando de muerte a cualquiera que intentara separarlos de él.

 

Aquellos niños estaba tan obsesionados con la fantasía de tener una familia que se habían aferrado unos a otros en un amor enfermizo, ninguno de ellos iba a dejarlo ir, Ben derrotado entonces les ayudo sabía que esos niños no se rendirían y que Mal no volvería a quererle si algo malo le pasaba a ese chiquillo, así que la llevo a su biblioteca personal, aquella en su castillo donde todos los libros de magia real, los más peligroso de todos eran guardados por qué no había lugar más seguro que en la biblioteca real.

 

Evie acompaño a Mal entre las dos devoraron libro tras libro en busca de una respuesta, Jay no dejo el lado de Carlos por ningún momento  y un día simplemente lo encontraron, la manera de regresarle la energía a su Carlos, era peligroso, magia  prohibida pero valía el riesgo, aquellos chicos asintieron a lo que realmente sería una forma de desterrarse.

 

Ellos necesitaban robar la energía de alguien más, pero Carlos era humano, no había pisca mágica en él, aun cuando supiera hablar en perro no había magia, esta nunca paso por sus venas a diferencia de Mal o Evie, incluso Jay la tenía, pero Carlos era un simple mortal por lo que robar la energía de alguien al azar no funcionaria, debía ser una que tuviera la misma huella, una que se sintiera como suya para que su cuerpo no la rechazase, Carlos  debía tomar la vida de otro como el de un universo diferente.

 

Ellos lo hicieron, Mal recito el hechizo, Jay robo las cosas  necesarias para lograr la magia, Evie se quedó vigilante a  Carlos en su sueño, y Ben él se limitó a mirar para otro lado aun cuando sabía que esos niños harían algo ilegal.

 

Carlos despertó minutos después de que el hechizo se realizara, le dolía el cuerpo y no recordaba mucho  pero entre abrazos de Evie el miro interrogante a Ben, Mal y Jay llegaron después, ambos le llamaron idiota, ella empujo su hombro y Jay revolvió sus cabellos, ninguno le hizo saber a Carlos lo cerca que estuvo de morir.

 

En otro universo, un  chico con las mismas facciones de Carlos se desmayaba por primera vez, gran parte de su energía fue drenada entonces.

 

********************

No funciono.

 

La próxima vez Carlos estaba en clase con Mal mientras resolvía un ejercicio en el pizarrón él se desmayó frente a todos, ella no dudo de inmediato le llevó a la enfermería, Evie llego después acompañada de Doug quienes habían convencido a su profesor de dejarles salir, Jay llego justo detrás de ellos jadeante corriendo desde el otro lado del campus donde sin molestarse a pedir permiso salió corriendo tras recibir el mensaje de Mal.

 

Carlos no despertaba nuevamente y Mal se dio cuenta que  en definitiva su energía volvía a desvanecerse, no tenía idea de cómo pasaba o porque, no cuando Maléfica ya no era un amenaza más y su estatua estaba en un ala del museo custodiada, todos había sido temerosos de romperla creyendo que liberarían a la hada malvada.

 

Así que lo intentaron de nuevo, Mal volvió a usar el mismo hechizo despertando nuevamente a Carlos.

 

La tercera vez el hada madrina comenzó  a hacer preguntas pues así con la rapidez que Carlos se desvanecía, así sus fuerzas regresaban nuevamente, lo descubrieron por accidente Doug comento lo desganado que Carlos era, lo poco  entusiasma por el club de robótica, las pocas ganas de vivir del niño y entonces Mal lo supo.

 

Carlos se estaba dejando morir, su vida era mejor ahí, pero aquel niño no entendía la diferencia. Carlos estaba tan acostumbrado a un solo propósito que al perderlo su vida dejo de tener sentido, él no tenía a Cruella mas.

 

-          Un nuevo propósito – murmuro Mal tras reunirse nuevamente con su familia – es lo que necesita.

-          ¿Quieres que lo golpeemos como Cruella? – Jay le miro dudoso ante eso – eso no estará bien.

-          Tal vez otro tipo de propósito – Evie argumento – uno amoroso, darle la esperanza de vivir.

-          Buena idea Evie – Mal la felicito sonriente – eres la única con cerebro a parte de mi, Jay encárgate de eso.

-          ¿Le busco una novia o qué diablos? – confundido dijo.

-          Preferiría que esto no salga de nosotros – Mal hizo una seña con su mano refiriéndose a ellos, algo claro para Jay.

-          No voy a salir con él, que lo haga Evie – gruño molesto el árabe porque si estimaba a Carlos pero por primera vez empezaba a librarse de esa obsesión nada saludable  lo cual había admitido al fin.

-          Yo estoy con Doug y Mal con Ben, eres el único libre – Evie tarareo feliz mientras miraba sus uñas con total indiferencia sabiendo que Jay lo terminaría haciendo.

-          Ella tiene razón, aun cuando no me gusta Doug ya hablaremos de eso después  - dijo eso ultimo mirando a Evie  quien se limitó a ignorarla como siempre - tú y Carlos tenían algo desde la isla – entrecerró los ojos mirándole dándole aquella mirada  con la que siempre le obligaba a hacer su voluntad -  vas a ir con  él y le darás un propósito.

-          No teníamos “algo” – hizo comillas con los dedos sarcásticamente – solo jodiamos ocasionalmente no era exclusivo y lo sabes – señalo lo obvio, el solo quería  vivir algo normal, una amor como el de las chicas pero no, tenía que mantener esa familia unida, tenía que cumplir las órdenes de Mal y salir con Carlos aun cuando sabía que ese niño no le quisiera, Carlos no sabía amar, ninguno de ellos, pero para Carlos era diferente ese niño solo seguía a Cruella y realmente quería una relación sana por primera vez en la vida.

-          No me importa si te lo coges tres veces al día Jay, vas a salir con Carlos, mantendrás unida esta familia y es mi última palabra – gruño ella mostrando sus brillantes ojos verdes.

 

El hijo de Jafar accedió en silencio cruzándose los brazos realmente molesto, a su lado Evie bufo feliz al verlo sometido  guiñándole un ojo aumentando su ira, Mal volvió a leer su libro recostándose en la cama sobre  las piernas de Evie y golpeando el colchón para que Jay se uniera, termino acostado a su lado en completo silencio despertándose horas más tarde con la nariz enterrada en el cuello de Mal aferrándose al  delicioso calor de su cuerpo y con los fríos dedos de Evie acariciando sus cabellos esa  tarde acorralo a Carlos contra una pared, tras preparar un argumento para convencerle.

 

-          Carlos  - llamo el acunado su mejilla  buscando delicadeza – desde hoy estás conmigo – soltó totalmente posesivo empujando su cuerpo a un más contra el menor quien le miro extrañado por un segundo para luego asentir con algo de miedo -  eres mío entiendes – termino besándole, el niño accedió por  miedo dejándose llevar a cualquier parte desde entonces por él.

 

Era común entonces ver a ambos juntos, a donde quiera que fuera Jay Carlos le seguía como un perrito perdido, él no dejo de coquetear aun sin importarle que Carlos estaba detrás de él, sonreía a las chicas tomaba sus cosas y se divertía con quien quisiera asegurándose de que Carlos estaría unido a él.

 

Carlos volvió a desmayarse dos semanas después, Mal le grito por ser un idiota, Evie le recrimino por no prestarle suficiente atención, debía hacer que lo amara no que lo viera como una obligación, en cuanto Carlos despertó nuevamente Jay le cogió  contra el colcho entre palabras de amor y promesas vacías.

 

La fría y muerta sonrisa de Carlos regreso,   se aseguró entonces de mantenerlo contento, de aun en contra  de sí mismo asegurarse de que ese niño fuera feliz, Carlos se perdió simplemente en el placer de la carne, porque eso era lo normal para él, porque estaba acostumbrado solo a eso, a que lo usaran porque eso lo ponía feliz, se sentía nuevamente necesitado, porque Jay había tomado gusto por él y eso solo significaba protección y ventajas para Carlos

 

Carlos simplemente se dejó llevar.

 

Hasta que no fue suficiente, que el anhelo por ver a su madre regreso, la tristeza le inundo  y la inconsciencia le abrazo.

 

La próxima vez  que Carlos despertó lo hizo por si solo pero esta vez no era Carlos.

 

*****************************

 

-          ¿Vamos póntelo? – el hombre tras cerrar la puerta se limitó a tomar  lo que parecía un uniforme del gancho en ella lanzándole de inmediato a sus piernas – sé que te mueres por usarlo – sonrió aquel abriendo nuevamente la puerta de hecho ahora que lo notaba  sus ropas eran parecidas al uniforme que le había lanzado – rápido Cam o empezare a anotar sin ti – y aquel hombre desapareció por el pasillo.

 

Carlos confuso se quedó mirando un rato la ropa recomponiéndose de inmediato pues aun no le quería hacer enfadar, al salir aquel hombre le esperaba con un balón en la mano sonriente, balón que fue arrojado hacia él y el cual no fue atrapado.

 

-          Lo siento - murmuro Carlos cuando noto que dicho balón debió ser atapado corriendo a buscarle.

 

Entonces pasaron cosas muy extrañas, el hombre boto dicho balón lanzándole a un aro, Carlos le miro confuso hasta que el balón fue pasado a él y el hombre señalo el aro, intento lanzarlo pero este nuevamente golpeo lejos.

 

-          Hijo parece que ahora si fue grave tu golpe – la voz del hombre no parecía enojada incluso fue él quien busco dicho balón, lanzo de  nuevo entonces contra Carlos quien estaba vez lo lanzo con más fuerza solo para que este rebotara y golpeara al automóvil cercano causando que sonara la alarma.

-          Lo siento – murmuro nuevamente Carlos- cerrando los ojos cuando aquel hombre se acercó a él cerrando los  ojos listo para el impacto, para el castigo merecido pero aquél hombre volvió a palmear su espalda con delicadeza reconfortándole.

-          Tranquilo, iremos despacio.

 

Y entonces algo más extraño paso, Carlos descubrió así que eso era un deporte muy fácil, solo debías encestar el balón en el aro, esquivando a tu rival y si lo hacías desde una distancia más larga contaba mucho más, lo intento un par de veces fallando desastrosamente pero cuando al fin lo logro le sorprendió escuchar al hombre animarlo, alabar su victoria, en ninguna ocasión este le gruño por su falta de habilidad.

 

Un par de horas después Carlos fue enviado al baño, porque según el hombre debía estar aseado para la cena, al parecer aquí también tendría cena, animado ante la promesa de comida caliente corrió al baño desvistiéndose de inmediato teniendo mucho cuidado al guardar su ropa pues no quería tentar la buena fe de esas personas, extrañamente había sido una tarde agradable suspiro entre el baño de burbujas, algo que amaba mucho, desde que descubrió las bañeras en Auradon donde podía usarlas sin arriesgarse a ser castigado por su madre había adquirido dicha necesidad de poder pasar un rato relajado ahí.    Recordando entonces la promesa de la comida Carlos salió de inmediato de  la tina, tomo una de las toallas deleitándose con su suavidad tanto como en Auradon y procedió a secarse el cabello, fue ahí donde lo vio, su reflejo mirándole desde el espejo casi empañado.

 

Algo estaba mal, su cabello era completamente negro sus ojos no eran tan profundos y cuando abrió la boca noto que sus dientes no eran afilados, miro entonces sus manos, notando que efectivamente no había quemaduras, ninguna cicatriz, no se había dado cuenta, estaba tan distraído manteniéndose alerta temiendo por su seguridad que no notaba que su cuerpo era totalmente diferente, temeroso  busco más marcas, en sus brazos, deslizando sus dedos por sus hombros,  trazo con sus manos lo más que podía en su  espalda encontrándola lisa, no había marcas de la fasta de su madre, su espalda baja también parecía libre de cualquier cosa, con algo de miedo miro sus muslos, era pálidos, uno que otro lunar pero definitivamente lisos, no había marcas, ni rastro de las garras de Jafar, ni rastro de las cicatrices del cuchillo de Gastón, él era definitivamente alguien más.

 

Investigo, reviso la habitación de pies a cabeza en busca de una explicación a lo que fuera que estaba pasando, algo que le dijera dónde estaba y porque su cuerpo no parecía suyo, encontrando una identificación.

 

Cameron Boyce decía dicha identificación, la credencial de una escuela, su rostro estaba ahí pero no era él, busco aún más y encontró el ordenador portátil en el cual tecleo el nombre sin dudarlo, fue una verdadera sorpresa lo que descubrió.

 

Aquel chicol era un actor y bailarín, tenía fans y esas personas parecían ser su padre, madre y hermana, la dichosa bestia era su perro pero lo que más le sorprendió fue ver su última película,  aquella en la que había participado una cosa llamada Descendientes. Jay, Mal, Evie todos estaba ahí pero sin ellos, Jay parecía mucho menos atemorizante, Mal sonreirá de manera más normal y Evie ella lucia soñadora en las fotografías, entre más buscaba más se confundía, eran actores de una película, personas que representaban a un mundo ficticio del cual él era presente.

 

La mujer, la madre de Cameron, su madre al parecer ahora ya que estaba en ese cuerpo le llamo para cenar, algo renuente acepto por qué no podía negarse una cena, y por qué no quería hacerles enojar, paso la cena en completo silencio asintiendo solamente cuando se dirigían a él, por ese nombre, por Cameron, él aun trataba de asimilarlo sucedido pero sobre todo fingir, mintiendo para no ser descubierto, para no recibir castigo, pues aun cuando su cuerpo estuviera libre de marcas aun podía ser castigado y en su experiencia podría ser lastimado no solo físicamente, había marcas que no dejaban huella en la piel y esas eran a las que más le temía.

 

Más tarde esa noche Carlos miraba aquella película negando ante cualquier tontería, riendo ante las situaciones tan poco creíbles y las canciones tan raras, cuando Mal empezó a cantar en el lago encantado reprimió una risa pues realmente no sabía que pensar de la Mal de su mundo, entonces el día de la familia paso y fue muy diferente a lo que recordaba, cuando la coronación se hizo presente y Maléfica entro en escena el apago dicho computador, no quiso ver el final no quería saber cómo aquí terminaba todo, aunque al parecer por toda la información de antes aquí todo terminaba bien.

 

Paso el resto de la noche leyendo el libro, la precuela de aquella película tonta llorando ante cada maldito detalle equivocado, porque en ese libro seguían insistiendo en que su madre no le amaba  y eso estaba mal Cruella le amaba, era su madre, ella simplemente tenía una rara forma de demostrarlo, y Jay ese no era Jay, esa no era Mal, esa no era Evie, Carlos aventó el libro con tanta fuerza furioso porque todo ahí era una mentira, porque esos chicos no estaban bien y por qué definitivamente Mal era la peor de todos, por su culpa ahora estaba lejos de su madre y si la magia fue lo que le trajo debió ser culpa de Mal, de ella y esos chicos obsesionados con su familia feliz.

 

Carlos se durmió esa noche pensando como regresar.

 

Los días pasan se acostumbra al ritmo, va a la escuela pasa exámenes, no hay grabaciones pendientes así que está tranquilo, ignora a Kate la que al parecer es su novia según la hermana de Cameron, ignora a todo aquel que simplemente no le agrada y se la pasa encerrado en la habitación con la computadora investigando, aprendiendo de este nuevo mundo, se acostumbra a la bestia peluda Cienna, juega o intentar jugar Basquetbol con el hombre, Víctor padre de Cameron y acepta gustoso los motes cariñosos de la madre de Cameron.

 

Pero Carlos tenia costumbre difíciles de romper cosas como el miedo, la primera vez que fue reprimido el pánico se aferró a él, se levantó en madrugada para tallar toda la casa y dejarla reluciente solo para no recibir castigo, la siguiente vez el anhelo de su madre le inundo robo los cigarros de alguien más, el no recuerda y fumo hasta perderse cuando la madre  de Cameron lo encontró se limitó a mirarla y sonreír pidiéndole guardar el secreto, fue reprendido duramente, entre llamadas de atención de aquel hombre solo iniciaron las pesadillas.

 

Volvió a recordar su vida en la isla, los miles de hombre que le tomaron y le hicieron daño, Carlos grito y lloro en medio de la noche solo para ser sostenido por alguien extraño, se durmiente sollozos entre palabras tranquilizadoras de ese hombre que le prometían estar a salvo, solo que no lo estaba realmente el día que es llamado a  una entrevista, no quería ir no sabría cómo actuar pero su madre, no la madre de Cameron le empuja al auto y le dice que debe ser responsable.

 

Era un completo error, pues en cuanto ve a aquellos todo el color en su rostro desaparece, Carlos salió corriendo ante la mirada de todos, pues ahí frente a él aquellos chicos le miraba, Jay quien aun cuando sabía que no era el parecía mucho más atemorizante en persona, Mal que simplemente no quería correr el riesgo y Evie la sonriente princesa mortífera parecía helarle con una mirada. Carlos salió corriendo ignorando los gritos de todos, corrió más allá de lo que sus piernas pudieron dar.

 

Estuvo perdido tres días, un policía le encontró un enorme ojo morado ya se marcaba en su piel, tenía raspones y  heridas defensivas, nunca hablo de lo que paso pero todos sospecharon de un asalto sexual, se negó a cualquier examen , grito y pataleo cuando los médicos trataron de revisarle, horas más tarde descubrieron que solo fue herido físicamente, ningún asalto sexual para alivio de sus padres, pero aun así siguió en silencio, si hubieran buscado más, si los policías no fueran tan flojos le hubieran encontrado a él, el hombre que intentó robar a  Carlos pues debajo de   un árbol en aquél parque el cadáver de  un hombre se pudría.

 

Tres días más tarde Carlos no podía soportarlo más, el anhelo de ver a su madre fue mucho más grande que la tranquilidad y felicidad de este mundo, entonces mientras miraba por una ventana sintió ahogarse, completamente mareado se tambaleo, el aire le hacía falta.

 

Entonces todo se volvía a negro, la voz llamando de aquella mujer se hacía más insiste, cambio entonces, solo un segundo pero podía apostar que se trataba de Jay, entonces solo hubo dolor.

 

Carlos cayó desde aquella ventana quedando en coma casi al instante.

 

Notas finales:

Un poco de lo que le paso a Carlos espero quedara clara cualquier duda no duden en preguntar.

 

No sé si lo notaron pero Ben está dispuesto a hacer cualquier cosa por Mal, en el próximo capítulo se darán una idea más grande.

 

Jay estaba empezando a superar su obsesión por Carlos, él aun lo veía como una parte importante de su familia pero definitivamente no quería nada sentimental o sexual con él ya que se dio cuenta tras ver a Ben que eso no era normal, él quería una relación totalmente estable, algo normal por eso cuando empieza a tratar a Cameron y descubre que no es el sigue tratándole como su novio por que se da cuenta que siente algo.

 

Lo siento pero creo que este será mi peor Carlos. 

 

Por si no ha quedado claro Carlos se desmaya justo en el momento en que Cameron casi se ahoga en el lago encantado, la magia del lugar iba a regresarlos más que nada porque Carlos quería regresar con su madre y como hay un vínculo entre ellos, el lago lo reconoció eh iba a traer a Carlos pero entonces Cameron quiso quedarse con Jay y revirtió todo, por eso Carlos se marea y cae de la ventana y como aún hay efectos del lago no sufre gran daño pero queda en coma porque es él quien quiere regresar.

 

 

 

 


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