Capítulo 5: El yo que odio tanto.
“Un día alguien te va abrazar tan fuerte que todas tus partes rotas se juntaran de nuevo”- -Alejandro Jodorowsky.
- Pero madre yo quiero bailar - suplicante aquél niño miraba a su madre.
- Cariño esta oportunidad es única – y aquella mujer acaricio con verdadera ternura su mejilla, un simple gesto de amor - debes tomar una decisión hacer la audición para la escuela de danza y perder tu gran oportunidad o aceptar lo que podría realmente lanzarte a la fama- le miro tratando de hacerle entender, de enseñarle lo que era bueno para su vida.
- Soy buen bailarín – replico haciendo un tierno gesto.
- Y también lo eres jugando Básquet pero esto es tu futuro hijo, no tontos juegos, no digo que dejes el baile podrás seguir pero ahora esta película es más importante, eres joven Cameron debes aprovechar ahora – insistió ella.
- Si madre – y como siempre acepto aquel pequeño.
Ese día Cameron perdió su oportunidad para adicionar para la más prestigiosa escuela de danza del país, en su lugar obtuvo aquel papel en una película totalmente aburrida y con fuertes criticas.
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Como todas las mañanas desde que despertó ahí y había empezado aceptar su destino de quedar atrapado en ese mundo momentáneamente Cameron se dirigió a tomar sus clases, todas ellas incluso las avanzadas en las que prácticamente no entendía nada, enserio ese Carlos debió vivir entre libros por que eso era lo que tenía que hacer si quería salvar el semestre.
Suspiro por milésima vez esa mañana ignorando la clase, se pregunto donde diablos estaba Jay tenían la misma clase y bueno el no iba a prestarle sus apuntes, no cuando después de la ultima vez dijo algo sobre el extraño cambio de escritura, el no era Carlos era obvio que no sabía escribir como el por lo que tener que explicar por qué repentinamente su escritura había cambiado no fue fácil, el no iba a ayudarle, no importa lo agradable que era con él.
La clase termino y al fin suspiro aliviado dirigiéndose al comedor, donde para su sorpresa no estaba Jay, de hecho la mesa que había reclamado como suya no había rastro de él, no recordaba verlo en toda la mañana, ahora que lo pensaba cuando despertó Jay no estaba ahí.
- Hey chicas, Ben – saludo dejando caer su bandeja a la mesa donde sus amigas y aquel rey ya estaban ahí - ¿alguna ha visto a Jay? – trato de parecer casual pero Mal simplemente se limito a levantar una ceja en su dirección pues definitivamente que el preguntara por Jay era algo nuevo.
- ¿Otra nueva pelea Carlos? – cuestión la peli azul comiendo con verdaderos modales reales.
- No que yo sepa – Cameron comenzó a juguetear con sus verduras pensativo – no lo eh visto desde anoche, ¿podrías usar tu espejo? – pidió a la chica que se limitaba a seguir comiendo.
- Tal vez mas tarde – mas aquella chica le ignoro olímpicamente.
- Vamos Evie- frunció la nariz molesto estirando la mano decidido a tomar el espejo de su bolso el mismo.
- Dije que no – la reacción tan violenta de la chica no fue esperada por Cameron quien de inmediato retrocedió - no vueltas a intentar tomar mi bolso – dijo realmente enfadada, sus ojos se habían torneado a rojo dándole a su rostro un sombrío aspecto recordándole nuevamente a Cameron la extraña naturaleza de esos niños de la isla.
- Solo ve en tu espejo Evie – tanto Mal como Ben parecían totalmente tranquilos ante lo sucedido, aquel rey parecía acostumbrado comiendo tranquilamente, el realmente ya estaba acostumbrado a ver el cambio de Evie algo que había pasado tantas veces junto aquellos chicos que simplemente no causaba el mismo efecto en el, por lo que pidió para el más joven – por favor – termino con cortesía y a Evie no le quedó otra que obedecer.
- Esta en…. Oh – Evie de malagana reviso su espejo, al parecer en este mundo no necesitaba rimar ni nada solo debía pedir y el espejo lo concedía – viene para acá – termino volviendo a guardar su espejo no sin antes revisar su maquillaje.
Y así como lo dijo Evie minutos después Jay entro por las puertas de la cafetería ignorando la comida para dirigirse de inmediato a la mesa donde tras sentarse junto a él coloco un par de papeles sobre la mesa acercándoselos, corrección un par de boletos para… oh joder para el evento de motocross, Jay le había conseguido entradas, entradas que si bien no eran de primera fila fue simplemente impactante.
- ¿Jay? – Cameron lleno de confusión aun miro al joven quien simplemente se limitó a parecer totalmente desinteresado robando sus uvas.
- ¿Entonces quieres ir? – comento casual como si aquello se tratara de cualquier cosa, tal vez lo era pero no para Cameron.
- ¿Vas a llevarme a ver un aburrido evento de motocross? – el aun no lo podía creer, de hecho no había levantado los boletos pues pensaba que eran alguna clase de ilusión que se desvanecerían en sus manos.
- Dijiste que querías asistir – rodo los ojos Jay mientras terminaba con aquellas uvas – romperemos el toque de queda e iremos esta noche – sentencio.
- Al menos podrían no discutir romper reglas frente a mí – murmuro Ben ya acostumbrado también a eso.
- Tranquilo Benny Boo el rey nunca se enterara –Mal bromeo a su novio mientras Ben se limitaba a rodar sus ojos.
- Creí… a ti no te gusta el motocross – susurro confundido pues recordaba como durante su salida, no cita claro que no Jay parecía de muy mal humor.
- No pero a ti si - explico estirándose mas para robar un pastelillo de Evie.
- Gracias – Cameron sonrió ante aquél gesto, cuando pensaba que empezaba a conocer aquel joven este le sorprendía nuevamente y aquel calor que sintió en su pecho definitivamente no tenía nada que ver con el hecho de que Jay le guiñara un ojo al sonreírle de vuelta.
- Awww tendrán una cita – Emocionada Evie empezó a planear el atuendo de Cameron en su mente para la ocasión.
- Lo sé son repugnantes – Mal termino la frase de Evie sonriendo cuando Jay le lanzo el envoltorio de dicho postre a la cara.
- Solo asegúrense que no les atrapen – Ben aconsejo alegre por que nuevamente aquellos jóvenes empezaban a actuar más normal como antes.
Entonces Doug llego corriendo disculpándose por el retraso hablando sobre la banda y cosas que solamente Evie presto atención, Ben volvió a comer tranquilamente, Mal lanzo una mirada a la mesa para después levantarse y asegurar que tenia cosas que tramar por lo que debía estar sola, Jay por su parte se dedico a robar bocados de la comida de Cameron, y él, aquel viajero de otro mundo se lo permitió, no entendía por qué no podía dejar de sentirse de aquella manera.
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La noche había sido perfecta, bueno más o menos, ok fue un total desastre, primero Evie le arrastro a su habitación para probarse miles de atuendos para su ”cita” aun cuando le repitió sin descanso que no lo era, después llegar al lugar fue toda una faena, no había autobuses de noche y nadie pensó en eso y en tercera bueno a mitad del espectáculo les sacaron por que Jay discutió con un hombre, ok tal vez se gritaron un poco y bueno tal vez este les insulto y Jay reacciono violentamente.
A quien engañaba Jay rompió la nariz de aquel sujeto y le hubiera roto algo mas si no fuera por los guardias, así que solamente vieron la mitad del espectáculo y tuvieron que regresar caminando nuevamente pero al menos había sido completamente divertido, Cameron no se había divertido en años y se lo hizo saber a Jay entre risas tras recordar el rostro del sujeto que no creyó ser maltratado por un niño.
Esa noche Jay tomo su mano todo el camino a la escuela y Cameron se aseguró de dejarlo, pensó que tal vez este chico merecía ser tratado con mas consideración, después de todo había visto la forma en que tanto Mal como Evie actuaban y hasta ahora él había sido muy respetuoso con su persona, así que si Cameron se repitió que solo debería seguir actuando.
Así que Jay estaba mostrando ser una gran persona, era divertida y alegre y aun que aun le asustaba su mirada especial, aquella con la que veía a Chad principalmente estaba demostrando ser alguien totalmente inesperado, sobre todo por aquél extraño tatuaje que aun no lograba ver completamente pero el punto es que Jay era nada a lo que él se esperaba del ladrón que describía el libro.
Entonces tuvo la brillante idea de limpiar la habitación porque aun cuando Jay era en general agradable, apestaba en términos de orden y así fue como descubrió algo más del árabe.
- ¿Jay que es todo esto? – pregunto observando el montón de baratijas escondidos en el baúl.
- Cosas – rodo los ojos, él sabía que esto de la limpieza no era una buena idea, pero Carlos se seguía quejando de un aroma extraño.
- ¿Eso es pizza? – frunció la nariz el menor – esto no sirve amigo – empujo el pedazo de comida echado a perder con cuidado a una bolsa donde tenía basura – espera conozco esto - aparto el montón de celulares para tomar entré sus manos un reloj – un chico en mi clase perdió esto hace tres días, tiene sus iníciales y todo – reviso el dichosos reloj confundido- Jay donde lo…. Tu lo robaste – sus ojos se abrieron ante la verdad.
- Es lo que hago – rodo los ojos el mayor arrebatándole el preciado reloj – ¿terminaste? Quiero volver a dormir. – molesto por ser levantado de su siesta.
- Pero… estas en Auradon no debes robar- dijo entre confundido y alarmado- no tienes por qué hacerlo… Jay – llamo cuando el joven se limito a ignorarlo.
- No pudo evitarlo – al fin luego de varios minutos en silencio hablo – solo veo algo que me gusta y cuando me doy cuenta está en mis manos –suspiro dejándose caer en la cama – se supone que somos buenos pero- aquel chico miraba sus manos frustrado consigo mismo – Jafar me educo para hacerlo, no sé hacer nada mas, el dijo que no tenía valor de otra forma.
- Mentía – Cameron vio frente si un niño totalmente destrozado, vio a un joven tan frágil que había tenido que hacer cosas horribles para mantenerse con vida, para conseguir la aprobación de su padre, en aquel momento Jay era como un pequeño niño asustado – tú no tienes que robar para ser útil Jay – susurro sentándose a su lado – los viejos hábitos tardan en morir pero puedes dejarlo – sonrió animándole – se que puedes –termino dándole una enorme sonrisa Jay entonces le miro y el corazón de ambos latió con fuerza.
Cameron vio frente si por primera vez desde que llego aquella débil pero honesta sonrisa y Jay por primera vez en su vida vio a alguien que realmente creía en él, compartieron un silencio cómodo solo ahí mirándose ambos, sus respiraciones podían escucharse por la habitación, entonces Cameron lamio inocentemente sus labios, un gesto que fue interpretado por Jay quien inclinándose muy lentamente dándole todo el tiempo para evitarlo acerco sus bocas.
El no se movió y cuando sus labios se prensaron uno sobre otro casi contuvo el aliento, se dijo que esto era total y únicamente para no seguir levantando sospechas porque eso tenía que ser, porque él era Carlos de Vil y Jay era su novio besarse estaba permitido, el no entendía que estaba dando pie a algo más grande, ni que su corazón había dejado de ver aquello como una simple actuación.
Se quedaron ahí simplemente compartiendo el momento, Jay no empujo el beso mas allá de lo inocente y Cameron lo agradeció en silencio, pues el recuerdo de aquel hambriento beso durante el breve hechizo de Evie aun le hacía incomodo, le molestaba debido a la falta de albedrio que tuvo en el asunto más que nada.
Horas más tarde ambos chicos llevaron los objetos a la dirección de la escuela donde los objetos perdidos eran reclamados, claro que la mirada llena de sospecha de la secretaria del Hada madrina no paso desapercibida por ninguno de ellos, pero luego de que Cameron declara haberse topado con el escondite secreto de alguien tras una banca cerca al bosque les dejaron ir.
- Amigo no soy idiota como para delatarle – argumento el luego de que Jay le preguntara su razón por mentir causando solo otra risa del chico, y si la mano de Jay se apretó de la suya después de aquello, si cada vez que sentía el impulsó de robar el árabe se aferraba a él, ninguno lo menciono.
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- Carlos necesito que... ¿qué diablos haces? – aquella chica entro por la puerta abierta deteniéndose de inmediato al ver al chico sobre la cama.
- HmCmomiendmmho… mgcereahml – hablo con la boca abierta donde la leche parecía escurrir tras haber tomado una cucharada, se encontraba en su cama sentado con las piernas cruzadas comiendo desde un cuenco sobre estas.
- ¿De dónde sacaste eso a esta hora? – Evie le miro confundida pues eran las tres de la tarde y el cereal solo era servido en el desayudo.
- HpmJaymah – respondió pues aun no había tragado su bocado.
- ¿quieres pasarte eso? – frunció la nariz la princesa sin corona mirándole con reprobación y en cuanto aquel chico lo hizo su brillante sonrisa regreso de inmediato - cuando creí que tus modales empezaban a mejorar –suspiro – en fin necesito que vengas conmigo hora de la prueba de vestuario – aplaudió emocionada dando media vuelta.
- bien – suspiro el niño levantándose con dicho tazón en la mano.
- Baja ese tazón Carlos –en cuanto noto sus intenciones Evie le ordeno con suavidad.
- Pero las hojuelas se van a poner aguadas y así no me gusta – frunció la nariz caminando unos pasos aun con dicho plato.
- dije que lo dejaras – ordeno nuevamente, y aun que no utilizo su voz para hechizarle, no lo había hecho desde el incidente del beso, Cameron obedeció de inmediato pues empezaba a notar como en ojos una chispa carmín se destacaba, Evie sonrió al verlo dejar dicho tazón y se encamino por la puerta, en cuanto el la vio salir aquel niño aprovecho para meterse unas cucharadas mas de dicho cereal a la boca – ¡Carlos!- grito Evie desde el pasillo al ver que no era seguida.
- HfVoysmpf – intentado no ahogarse respondió para de inmediato salir a buscar a dicha princesa.
Luego de varias tortuosas horas, porque ahora que Carlos había decidido al parecer usar pantalones en lugar de short, Evie tenía que tomar nuevas medidas y ajustar el largo de dichas prendas que nunca antes habían sido impedimento, entonces cuando Cameron empezaba seriamente a arrepentirse de abrir su boca y retractarse de los pantalones para poder regresar a su habitación y terminar su dichoso cereal o comer un nuevo plato porque seguramente aquellas hojuelas estarían desintegrándose en la leche a estas alturas, un teléfono sonó, más bien el celular de Evie, el ruido que parecía no molestar a la princesa que simplemente le ignoraba.
- ¿No vas a contestar? – pregunto luego de que aquel celular sonara por largos minutos.
- No – fue toda la explicación que parecía aquella chica iba a dar mientras colocaba los alfileres en la bastilla del pantalón.
- Parece urgente – insistió tras escuchar sonar a dicho aparato por quinta vez consecutiva.
- Ignóralo es Doug – descarto como si nada concentrada en su trabajo.
- El te hizo algo porque sabes que podría golpearlo por ti- trato de animarla al notar el cambio de humor de la joven.
- Voy a terminar con él, simplemente no sé cómo hacerlo - siguió hablando como si aquello no importara ni un poco, Cameron sabia que algo andaba mal, muy mal pues había visto la alegría de Evie con aquel chico pero si ella no iba a decirle nada el tampoco quería empujarle – tienen razón merezco algo mejor.
- ¿Qué? - aquello lo descoloco, Cameron no entendía lo que sucedía Evie y Doug parecían tan bien juntos y ahora ella venia y le decía de la manera más frívola que existía que merecía algo mejor, joder esta chica realmente era hija de la reina malvada puesto que no pensaba en otra cosa más que el estatus, seguramente pensaba regresar a la búsqueda de un príncipe.
- Tú sabes un príncipe – continuó ella levantándose para mirar desde lejos la simetría del conjunto.
- ¿Creí que Doug te hacia feliz? – realmente tenía que callarse y dejar a esa chica hacer lo que le viniera en gana después de todo ellos no eran amigos, no se caían bien y definitivamente no le importaba.
Pero entonces la mirada de la princesa sin corona se ensombreció y pequeñas lágrimas se acumularon en sus ojos negándose a caer.
- ¿Evie? – pregunto dudoso pues a esas alturas ya no sabía que sucedía con la chica.
- No sé qué te sorprende tu no parabas de repetírmelo, Doug es un don nadie, merezco algo mejor, un príncipe – ella se alejo aun mas abrazándose a si misma dejando caer su máscara por primera vez delante de Cameron – bueno deberían estar felices les hare caso.
- ¿Deberíamos? – pregunto confundido - ¿Quiénes exactamente?
- Tu, Mal y Jay por supuesto – dijo enojada – siempre repitiéndome lo mucho que desperdicio mi tiempo en alguien como Doug - mordió su labio suavemente en nerviosismo – puedo tener a quien quisiera – susurró bajito con mucho dolor.
- En primera Evie eres la chica más inteligente que conozco, y definitivamente podrías tener a quién quisieras, un príncipe, un lord, un rey… pero no lo hagas por que definitivamente Ben no apreciaría que fueras su nueva madrasta – bromeo un poco para aligerar el ambiente – y segundo yo no creo que debas menos preciar a Doug solo porque no es un príncipe.
- Pero Mal y Jay dicen que debo dejarlo – insistió ella como aun tratándose de convencerse de sus palabras.
- Así que vas a hacer lo que ellos dicen – Cameron ya estaba a su lado mirándole un poco molesto por la actitud tan pasiva de la joven.
- Somos familia Carlos y debo escucharles – dio como explicación.
- La familia no te obliga a hacer cosas que odias Evie – continuo el - sino todo lo contrario te apoya aun cuando te hayas embarrado hasta el fondo.
- ¿Creí que tampoco te gustaba Doug? – contra ataco ella un poco confundida.
- El no es un mal chico – admitió mirándole fijamente.
- Mal y Jay creen que puedo encontrar algo mejor – insistió pero ahora ella no le miraba pus sus ojos estaban en el suelo - Un príncipe.
- Príncipe o no lo único que importa es que te quiera a ti y te haga feliz – hablo él con voz calmada ante el miedo de asustar a la peli azul.
- Dicen que solo me quiere por cómo me veo – ella volvió a hablar jugando con el dobladillo de su falda totalmente nerviosa - cuando nos conocimos fue mi belleza lo que le atrajo y…
- Mira no voy a mentirte todo el mundo se fija primero en la belleza, yo lo hago, sus ojos, lo hermosa que una chica es pero lo que realmente enamora, y digo enamorar a tal punto de desear estar con esa persona todo el tiempo está aquí – señalando su pecho – o aquí –ahora su cabeza – eres inteligente y bella, la chica perfecta Evie, puedes tener literalmente a quien desees y si ese es Doug no le veo el problema, que importa que diga Mal, que importa Jay si Doug te hace feliz, si es la razón por la que sonríes entonces sigue con él – termino cruzándose de brazos para hacer el punto – la cosa es que si el te valora por quien eres realmente eso es lo único que importa – le sonrió con calidez esperando transmitir su punto.
- ¿Cuándo te volviese un experto en estos temas? – pregunto Evie tras largos segundos angustiosos de silencio para al fin mirarle.
- El internet ayuda mucho – volvió a sonreírle para hacerla reír.
- ¿Un Rey eh? – continuo ella luego de que efectivamente Cameron le hiciera reír.
- Te lo dije a quien quieras – asintió nuevamente dando su poyo.
- No creo que Mal este feliz de que yo sea su suegra – bromeo ahora la joven de mucho mejor humor sacando una nueva carcajada del chico.
- Se pondrá furiosa – respondió entre risas - Evie debo advertirte que si Doug resulta ser un idiota voy a golpearlo y no detendré a Jay de hacerlo – concluyo mirándole fijamente para demostrarle que no bromeaba sobre eso.
- Lo sé Carlos – suspiro ella agradecida - Gracias.
Y entonces ellos volvieron a lo suyo, Cameron no pensó mas en el tema pues nuevamente el teléfono de Evie sonó, esta vez ella contesto para inventar escusas por evitar a su novio quien no estuvo enterado de lo cerca de ser un ex que estuvo.
Cuando llego a su habitación su cereal ya no estaba, Jay lo había devorado por que “lo abandonaste, conoces las reglas” y no Cameron no las conocía pero al parecer si dejabas un alimento abandonado cualquier otro podía venir y comerlo, algo que solo era exclusivo entre ellos cabe mencionar. El no le menciono a Jay su conversación con Evie ni el papel fundamental para evitar su ruptura, no quería escuchar a aquel chico que empezaba agradarle despotricar sobre lo posiblemente inútil que era Doug para la peli azul, Cameron solo recordó a su novia, la chica que le esperaba en casa, aquella por la que también haría lo que fuera y no podía imaginar dejar solo porque su familia se lo pidiera, su abuela lo había intentado cuando la conoció pero simplemente desistió cuando Cameron le aseguro que no iba a dejarle nunca.
El se quedo ahí, pensando mucho sobre el tema, sobre todo el tiempo que ya llevaba en aquel mundo y aun no encontraba la manera de regresar, sobre el miedo de ser descubierto y tal vez reprendido por suplantar a un chico villano, entonces miro a Jay quien nuevamente en camiseta paseaba por la habitación, casi se distrae al notar lo que parecía tinta al contorno de la camiseta, el tatuaje misterioso, pero de inmediato regreso a lo importante en lo furioso que se pondría al haberse engañado y dios no quería pensar en lo que Mal le haría.
Jay había estado hablando desde que vio entrar a Carlos habitación pero este definitivamente no le respondía notando entonces que se había perdido en sus pensamientos, algo que hacía mucho últimamente al igual que parlotear sin sentido lo cual era nuevo pero de alguna forma adorable por lo que aprovechando su distracción se acerco hasta estar cerca de aquel niño y le robo un suave beso de sus labios. Cameron despertó de sus cavilaciones cuando sintió aquellos labios contra los suyos, sus ojos se abrieron cómicamente ante el acto causando la risa del mayor que se alejo alegando lo adorable que lucía, él de inmediato cubrió sus labios molesto pero totalmente sonrojado por aquél acto.
El árabe no lo supo pero Cameron se durmió aquella noche tocando sus labios, ahí justo donde Jay le había besado, cualquier pensamiento de su novia fue borrado aquella noche por un pequeño beso.
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Mal tenía un par de teorías por el extraño comportamiento de Carlos, pero en cuanto Jay menciono la coronación algo dentro de ella se contrajo, el miedo parecía inundarle.
- Si esto es algún efecto por lo de Maléfica - hablo no queriendo admitir que su madre tuviera algo que ver no después de tanto tiempo de derrotarla - el lago encantado disolverá cualquier rastro de magia en el – sentencio asegurándose que Jay entendiera el punto, Evie a su lado solo callo pues no estaba muy segura había empezado a gustarle este nuevo Carlos, sobre todo después de su ultima platica, no hay que mencionar que ella no menciono este asunto con Mal pues no quería tentar su suerte y verla mas furiosa.
Horas más tarde cuando se reunieron con el menor quien cuando no estaba en práctica de Ballet se encontraba en la biblioteca y vaya que lo necesitaban sus notas habían bajado mucho últimamente, no estaba reprobando pero tampoco era el brillante genio de siempre.
- Despeja tu sábado por que iremos al lago encantado, necesito algo de sol – Soltó Evie nada más verlo llegar a la mesa donde comerían.
- ¿No es ese el lugar donde Ben te llevo a una cita la primera vez? – Cameron soltó sin pensar mirando a Mal que tomaba un bocado de una manzana.
- ¿Cómo sabes eso?- aquella dejo su alimento para entrecerrar los ojos y mirarle entre confundida y sospechosa, pu<es no recordaba decirle a ninguno de los dos sobre aquello.
- Mmmm… tal vez Evie lo menciono – mintió pateándose mentalmente por ser tan descuidado.
- Si, tal vez lo hice en fin iras y no es negociable – por suerte Evie salió a su rescate, ella no lo había mencionado, no cuando Mal se lo conto tras mucha insistencia por parte de ella, pero no quería causarle más problemas al chico por lo que apoyo su mentira.
- Descuida Evie ya sabes lo mucho que le encanta nadar a Carlos – Mal menciono sin importancia pero secretamente esperando la reacción del chico.
- Tienes razón estoy extasiado y lleno de gozo por la idea –lamentablemente la respuesta de Cameron llena de sarcasmo no pudo decirle nada.
Mal volvió a morder su manzana sin dejar de mirar fijamente a Carlos, aquel chico que comía sin ganas y se miraba tan cansado de tanto estudio, ella se prometió que descubriría lo que pasaba, ella iba a arreglar a Carlos, no iba a permitir perder a su familia.