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Contigo nunca se que esperar por dark kirito

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Notas del capitulo:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchas gracias a AOI SALUJA por todos el apoyo, a Yayoi y a todos los que leen :).

Las últimas dos semanas tanto Inorah como Kouryuu han estado muy ocupados haciendo promocionales de la película llamada "El rey que salvó al mundo sin renunciar al amor" y que dicho sea de paso fue donde el rubio le quitó la virginidad a los labios de Enek. Así que por cuestiones de trabajo ellos y de la universidad por parte de Aginis y el azabache no han podido verse durante poco más de dos semanas, más que nada por giras al rededor del país, por fortuna hoy ha sido la última. Así que padre e hijo ya duermen en sus cómodas camas esperando un nuevo día, mejor aún mañana es sábado. Harían planes pero están hechos polvo, ya verán después que hacer.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


El sol se colaba por la ventana de manera hermosa y dando de lleno en los ojos escarlata de cierto director de cine, este se puso de pie y fue a lavar su cara para luego vestirse con ropa presentable pensada en seducir a su víctima favorita. Esta consiste en un pantalón elegante negro y una camisa de tono vino que dejó desabrochada hasta la altura de la clavícula intencionalmente. Se puso un poco de colonia y fue en busca de su móvil.


7:00 Buenos días mi amor-envió a su novio.


7:01 Hola, ¿Qué tal te fue con la promoción?


7:02 ¿Te preocupa que te haya sido infiel?


7:02 No importa, en caso de que fuera así ya me adelanté, así que estamos a mano.


7:03 Esta bien, yo me lo busqué y si, nos fue genial. Ryuu y yo tenemos libre el fin de semana, ¿te parece bien si tenemos una cita doble?


7:04 ¡Orales! Una cita con padre e hijo, ¿te interesan los tríos?


7:05 Ja, ahora no caí, se que entiendes que hablo de Enek. Me agrada y mi hijo se divierte mucho en su compañía. ¿Crees que podrías invitarlo?


7:06 Uy ya me habías ilusionado, y no te preocupes yo le aviso. Estoy seguro de que dirá que si, así que ¿en dónde te vemos?


7:07 ¿Qué te parece en tus sueños y hacemos cosas divertidas?


7:07 ¿Y para que en sueños? Aprovechemos la vida real.


El castaño se quedó mirando su móvil sin recibir un mensaje de su novio. No entiende que sucedió, según él están bromeando como de costumbre, ¿y entonces?


7:15 ¿Todo bien Inorah?


7:16 ¡No hagas volar mi imaginación! ¡¿Sabes lo malo que es eso para alguien de mi edad?!


7:17 Pues no te vez grande, no creo que me ganes por más de cinco años.


7:18 Oh no te confies mi amor, soy tan viejo como el tiempo. Lo que pasa es que soy traga años.


7:19 Con que asalta cunas, ¿eh?


7:19 No negaré lo que soy.


7:20 Me agrada esa sinceridad, ¿y bien? ¿En dónde nos vemos?


7:21 Paso por ustedes a tu casa a eso del medio día, por cierto lleven trajes de baño que iremos a la playa, nos vemos amor.


El oji miel se quedó pegado al teléfono leyendo la última palabra más de quince veces, sonríe con ternura y guarda ese mensaje en particular. Con todas las cosas que le han pasado hubo algo que nunca imaginó y eso era encontrar a alguien que le hiciera sentir especial, al que pudiera entregarle su corazón y que fuera correspondido. Y ha llegado a su vida sin siquiera pedirlo. Y parece tan acosador en ciertas ocasiones que le da risa. Todo en ese hombre se le hace tan predecible y sorpresivo al mismo tiempo. Ingenuo y apasionado.


-Para mi que solo es bipolar.


Pero si lo es o no, no es el punto. ¿Quién en el mundo no tiene una personalidad cambiante? Lo único que interesa es que Inorah lo quiere tanto como Aginis a el.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


Luego de mandar un mensaje a Enek, este llegó a casa de su amigo en solo media hora, con todo y maleta con varias cosas para la playa.


-Cuando te interesa si que eres rápido-el mayor.


-¿De que hablas? Soy bastante confiable.


-Bueno la mitad de las veces si, la otra te la pasas en la luna por culpa de Kouryuu.


-Pero debes admitir que tiene como tres semanas que soy completamente normal.


-Eso es verdad. Aunque ahora no te ves precisamente así-mirando el temblor en las piernas ajenas-ya lo extrañas ¿verdad?


-Si, fueron más de dos semanas sin verlo. Le mande mensajes de vez en cuando pero no es igual. Tu hiciste lo mismo con Inorah ¿o no?


-Me abstuve de ello. No quería distraerlo.


-Vaya que eres considerado. Ojalá pudiera aprender de ti.


-Pero si tu eres la persona más desinteresada que conozco. Lo que pasa es que Kouryuu te hace actuar diferente.


-Como un maniático, no se ni porque me sigue hablando.


-¿No crees que exageras un poco?


-¿Te parece?


-Si, si hay alguien obsesivo en este grupo ese sin duda es mi novio y me gusta mucho.


-Uy creo que te estas haciendo masoquista.


-Lo soy desde que me volví tu amigo.


-¿Cómo es que siempre me devuelves los comentarios?


-Es la magia del amor~.


-Dame un poco por eso, haber si así logro que Ryuu se convierta en mi pareja.


-Oh amigo que más me gustaría que fuera transferible, pero me temo que no es así. No te rindas, estoy seguro de que tarde o temprano logran tener algo. Después de todo tienes la bendición de los padres.


-¿De quién?


-De Inorah y mío pues.


-Ah si.


-¿Estas bien? Me parece que andas un poco distraído.


-Es el estrés de no poder llegar a nada.


-¿Seguro?


-Si. ¿Qué te parece si preparamos algunos bocadillos para el camino?


-¡Magnífica idea! Sirve que pasamos el tiempo en lo que llegan.


-¿Te has fijado que nuestra vida gira en torno a ellos?


-Si, el amor es muy absorbente.


-Ni que lo digas.


-Pero me hace muy feliz.


-Oh si.


El par estaba tan emocionado que no tardaron ni quince minutos en terminar los preparativos, y sin nada que hacer decidieron ver una película romántica. Por fin tocaron el timbre y Aginis fue a abrir. Apenas lo hizo fue tomado rápidamente de la cintura y besado con ternura por el pelirrojo que le sonrió sin soltarle.


-Ya llegamos~.


-Ja ja ja ¿Qué maneras son esas de saludar? ¿Qué tal si era Enek?


-Uy no se me ocurrió, por suerte eres tu.


-Ejem-el rubio molesto que se aclaró la garganta.


-¡Ah hola Kouryuu! Disculpa la escena, debe ser incómodo ver que hago esto con tu padre.


El oji celeste se escogió de hombros y le miró con apatía.


-¿Y Enek?


-Llorando.


-¡¿Qué le pasó?!-esta vez si se vio expresión en el menor.


-Estábamos haciendo algunos aperitivos y...


-¡¿Se cortó?!


-No, nos emocionamos y acabamos demasiado rápido. Entonces decidimos ver una película y terminó poniendo una tuya, esa donde te mueres al final. El muy masoquista no ha dejado de repetir el final mientras llora. Me harías un enorme favor si lo animas, no me gusta verlo así y capaz de que se queda ahí por horas.


El chico se adentró dejando a los dos mayores confundidos.


-¿Acaso le hice algo a Kouryuu?-el castaño.


-¿Por qué lo dices?


-Se ve molesto.


-¿Tu crees?


-No me hagas caso. Seguramente es mi imaginación, y en caso de que no, hallaría la manera de que me perdonara. Después de todo quiero tener una buena relación con el hijo del hombre que amo.


-Oh Aginis, eres tan lindo. Tanto que seguramente es un crimen.


El peli rojo le tomo del mentón y depositó un casto beso en su boquita que se curvó en una divertida sonrisa. Entraron y se dirigieron al sillón para platicar un rato en lo que les daban espacio para hacer lo propio a los otros dos.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


Cuando Aginis le dijo al rubio lo ocurrido este sintió algo curioso en su corazón, sin duda alguna preocupación, pero es distinto, no es parecido a la que tiene por su padre, Edgar o Jared. Apenas entró en la habitación del castaño que era donde veían la película y quedó paralizado al verlo de espaldas. Se miraba tan frágil, parecía que podría romperse con una suave brisa. Dio algunos pasos en silencio para no perturbarle.


-¿Cómo es que no me di cuenta antes?


El comentario del oji violeta dejó clavado en el sitio a Ryuu que no se atrevió a caminar más.


-Siempre digo que te entiendo y no pude ver tu dolor. Durante el final de la película rogaste para que tu amada acabara con tu vida. Pero eso no fue actuación, ¿es así como te sientes Ryuu?


El azabache se volteó encarando al rubio que abrió los ojos desmesuradamente debido a la sorpresa.


-¿Sabías que estaba aquí? ¿Me escuchaste?-el mayor negó con la cabeza.


-Pero tenía la impresión.


El rubio se devolvió un par de pasos y cerró la puerta. Se acercó lentamente al otro mientras le miraba con intensidad.


-Siempre he puesto una barrera para ocultar la persona que soy, pero no funciona contigo, ¿por qué?


-Tal vez porque te amo-emitió con su carita llorosa.


-¿Por qué siempre has de ser tu el que me cause incomodidad?


-¿De que hablas?


El oji celeste se acercó y le tomó de las muñecas recostandole sobre la cama, uno sobre otro, en ese momento Enek sintió miedo, no reconoció al chico que parecía querer asesinarle con la mirada.


-Dices que me quieres, ¿Que tanto?


Pero su víctima fue incapaz de responder, no es el joven al que entregó su corazón, no es el quien ocupa cada uno de sus pensamientos. No importa que Kouryuu tenga mil y un personalidades, las amaría a todas, pero este no es el.


El menor besó los labios ajenos con pasión y mucha, quizá demasiada fuerza, intentando hacerse paso en el interior, pero no le fue permitido, no es de el de quien Enek quiere un beso. Furioso con la negativa bajo besando el cuello ajeno, sin embargo esto hizo enojar al azabache que haciendo uso de toda su fuerza se giró sobre la cama para terminar sobre Ryuu.


-¿Qué te sucede? Actuas extraño.


-Así que te da miedo mi verdadero yo. ¿No se supone que me quieres?


-Si pero...


-En ese caso no acepto un no.


El rubio volvió a girarse y quedó sobre el mayor que intentó repetir el movimiento con el que se vio libre pero le fue imposible. Su amado adquirió una fuerza sobrehumana. No había nada que pudiera hacer. No quería que Ryuu hiciera lo que tenía en mente y que más o menos podía adivinar por la forma que tenía este de mirarlo. Aunque tampoco es que pudiera hacer algo. Para fortuna suya Aginis entró al cuarto para preguntarles si ya estaban listos para el viaje. Al presenciar la escena le fue innecesaria cualquier explicación. Sujetó al rubio de los hombros y le puso de pie. Este le miró molesto.


-No se que rayos te pasa hoy pero estas muy raro. No tengo intención de causar problemas ente nosotros porque no quiero herir a Inorah. Pero si te dejo algo bien claro, no voy a permitir que te pases de listo con Enek. Si el te dice que no es no.


-Así que serás una molestia ¿eh?


Dijo el oji celeste saliendo del lugar para ir a ver a su padre, y ante el par de muchachos que la admiraban confusos. El mayor se acercó y tendió la mano a su amigo para ayudarle a reincorporarse.


-¿Estas bien?-el oji dorado.


-S-si, es solo que me tomó por sorpresa.


-No hay necesidad de protegerlo. Si algo ocurre deberías decirme. Puede ser malo que guardes un secreto. Podría ser de vital importancia.


-Lo sé-se removió el cabello frustrado-pero esta vez yo tampoco entiendo lo que pasó. Casi estoy seguro de que si no hubiera sido por ti el...


-Ya no pienses en eso, te hace mal. Necesito hablar con Inorah.


El castaño se giró pero antes de marcharse fue tomado de la muñeca por su amigo que en realidad tenía un agarre bastante flojo y no podía dejar de temblar.


-N-no.


-Lo que hizo no está bien.


-Lo sé.


-No creo que pase más allá de una discusión con Inorah.


-Pero si algo así sucede, te sentirás mal y no quiero causarles problemas.


-¡No le causas problemas a nadie! ¡Esto no es tu culpa! ¡¿Por qué siempre aceptas responsabilidades que no te corresponden?!


-Por favor.


-Me pones en una difícil situación.


-Por favor.


El mayor suspiró y le miró un poco molesto.


-Ve a lavarte la cara, te vez mal. En un rato salimos, iré a decirle a Inorah.


-Gracias.


Cuando Aginis se retiró su amigo aún continuaba sentado al borde de la cama. Se notaba bastante sacado de onda con lo ocurrido. Al bajar se sorprendió de no ver al rubio.


-¿Y Kouryuu?


-Fue a comprar algunos jugos que le encargue para el viaje.


-Ya veo.


-No creeras que no escuche todos esos gritos, ¿verdad?


-No puedo decirte nada sin tradicionar la confianza de mi amigo.


-Pero Ryuu es mi hijo, si hay algo mal con el debo saber.


El menor le observó con intensidad y se paró justo enfrente de el para amenazarlo con la mirada.


-Pues si es tu hijo vigilalo bien, estuvo a punto de lastimar a Enek, y es lo único que diré.  Si quieres hacer algo comienza por pedirle perdón.


-¿A Ryuu?


-¡A Enek idiota!


Una sonrisa en el oji escarlata le hizo ver que solo estaba bromeando.


-Lo sé amor, pero no importa lo que ocurra entre ellos. No quiero pelear contigo. Te lo dije Aginis te amo y voy muy enserio con mis sentimientos.


-Lo siento, no era mi intención hablarte de esa manera, pero Enek es un importante amigo, y salvó mi vida hace años. Es una persona a la que no me gusta ver llorar.


-Lo entiendo, pero yo tampoco quiero ver como te destruyes por otro. No tienes que cargar con todo solo, para eso me tienes a mi.


El de pelo carmín dio una suave caricia en las hebras de chocolate y subio a ver al amigo. Cuando llegó este ya se había lavado la cara y sonreía como toda la vida.


-¡Hola Inorah!


-Hola Enek. ¿Todo bien con Ryuu?


-¡Claro! ¿Por qué no habría de estarlo?


El mayor analizó su voz, su expresión y movimientos corporales. Para el no hay problema alguno. Enek no se ve distinto a otros días, parece que es tan buen actor sino que mejor que su hijo. Pero de algo si esta seguro y es de que confía en el juicio de su pareja.


-¿Fue uno de los cambios de personalidad de Ryuu? Le pregunté a Aginis pero se niega a decirme algo. No quiero obligarte pero si ocurre algo malo con mi hijo me gustaría saberlo.


-Ryuu esta raro.


-Me pareció lo mismo hace rato que saludamos a Aginis...o más bien eso cree el, pero no sé que pudo haberlo causado.


-A mi me encontró viendo una película. Estaba viendo el final donde suplica a su amada que lo asesine...me dio la impresión de que lo decía muy enserio, le pregunté y creo que se enojó. Me preguntó como era posible que me hubiera dado cuenta, y...¡es mi culpa! ¿qué voy a hacer si me odia?


El mayor se acercó y lo cogió paternalmente entre sus brazos.


-No es tu culpa, yo soy el único responsable de lo que ocurre a Kouryuu y sin embargo los he metido a ti y Aginis en esto, lo siento.


-¡No es así! ¡Somos un grupo! Estoy seguro de que algo podemos hacer, debemos salvarlo.


-Lo quieres mucho, ¿verdad?


-Con toda mi alma.


-Gracias por todo. Ustedes son chicos muy buenos, todo debe salir bien. Tiene que.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


El oji escarlata y los dos chicos estaban en la sala debatiendo si aún irían al paseo o no, cuando alguien tocó la puerta del lugar. Aginis fue quien se levantó a abrir. Tenía una actitud precavida en caso de que su "hijo" tuviera la intención de irsele a golpes o algo por el estilo. Pero le sorprendió al verlo con una enorme sonrisa.


-¡Oh gracias por abrirme Aginis!


-No...fue nada. ¿por qué no tocaste el timbre?


-¿Cuál timbre? No lo vi.


-¿Pero no lo hizo Inorah cuando llegaron?


-¿Enserio? ¿Lo hizo?-ladeó la cabeza-no recuerdo, cuando me di cuenta ya estaba en la puerta y solo llamé-colocó su mano sobre su frente- no puede ser ¿qué pasó?


-No te preocupes, todo esta bien, pasa. Deja te ayudo con las bolsas.


-Gracias.


Fueron con los otros dos que aún discutían si ir o no. Y también de como iniciar la conversación con el rubio pero Aginis negó con la cabeza en cuanto hicieron acto de presencia para advertir sobre la situación.


-Parece que Kouryuu no recuerda lo que ocurrió hace rato.


Su padre se acercó preocupado.


-¿Estas bien?


-S-si, lamento si cause alguna molestia...otra vez.


-No te preocupes, no es tu culpa. Ya veras que encontraremos una manera de solucionar tu problema.


-Así es tu confía-el castaño.


Enek no le quitaba la mirada de encima. ¿En verdad está bien? ¿Esta siendo sincero? Porque a el le parece que miente. Niega levemente con la cabeza. Seguro es por lo ocurrido hace rato, no puede quitarse la imagen de ese Ryuu perturbador. Y quizá no lo haga en un buen rato. Pero sabe que no es el, ser injusto es lo que menos desea. Se acercó a ellos y abrazó al chico.


-Todo estará bien Ryuu, encontraremos una solución.


-Eso espero.


Le miró con sus ojitos acuosos y mejillas sonrojadas, si no cabe duda de que es su querido actor.


-¿Iremos o nos quedamos?-el castaño.


-Parece que ya esta bien, ¿tu que dices Ryuu?


-S-si no es molestia me gustaría visitar la playa.


-¡Genial pues vamos!-el hombre.


Después de tomar sus cosas subieron al auto del director que esta vez decidió conducir de manera responsable, ya habían pasado demasiadas cosas como para ir y agregar tensión con sus tonterías. Llegaron poco después y corrieron a los vestidores. Los primeros en salir fueron Enek y Aginis que se felicitaron por la buena elección del otro, el siguiente fue Inorah que nada más de ver el hermoso abdomen de su novio casi se derritió.


-Oh Aginis-dijo este-no puedo creer el cuerpazo que tienes con tanto pozole que comes.


-Eso sonó tan pervertido. Voy a tener que conseguir una orden de restricción en tu contra.


-¿Y privarme de ti?


Deslizó un par de dedos en el abdomen del chico que bajaron de forma sensualmente peligrosa para ser detenidos por el manotazo del sonrojado joven.


-¡Idiota no hagas eso en público!


-¿Eso quiere decir que en privado si?


-No, estas castigado hasta nuevo aviso.


-Al menos valió la pena. Tu piel es muy suave.


-Si voy a pedir esa orden de restricción.


-Ja ja ja ja ja.


Luego llegó el actor, se veía muy tierno; Inorah tiene un traje tipo bermuda que le llega un poco arriba de la rodilla en color rojo, Aginis igual solo que un poco más ajustado de color negro, Enek también en color blanco y Ryuu en color azul con una camisa blanca pues le dio vergüenza pasearse por la playa medio desnudo, eso a consideración suya. El oji violeta quedó embelezado con tanta inocencia. Le tomo de la mano y se fueron corriendo para hacer castillos de arena mientras los dos mayores les miraban divertidos.


-Parece que tu hijo ya esta bien.


-Si, me alegra.


-Siempre estas muy alterado con ese asunto, cuando necesites hablar con alguien confía en mi.


-Lo hago. Desde que estas a mi lado me siento con más fuerzas y animos para enfrentarlo todo.


-Ja ja ja ja.


-¿Fue gracioso?


-Oh no, me dio pena.


-¡Que lindo eres!


-¡Y tu sexy! Ahora vayamos a dejar las cosas que esos dos irresponsables se fueron sin más.


-Ja ja ja es verdad.


Y así llevaron los aperitivos, una sombrilla y unas toallas para sentarse. Vigilaban a los más jóvenes que hacían esculturas modernas que prentendían ser castillos de arena; mientras Aginis estaba recostado en las piernas de Inorah que le hacia cariñitos en el cabello y de vez en cuando se desviaba para acariciar la espalda de su pareja que en más de una ocasión le regaño por aprovechado. Se metieron a nadar un rato y un cangrejo pellizco el trasero del pobre Enek ante las burlas de todos incluido su querido ídolo. Luego se pusieron a comer los aperitivos y tuvieron un juego de voleibol de playa, donde Enek y Aginis eran un equipo y padre e hijo el otro; la jugada más compleja fue una donde Inorah saltó lo más que pudo y lanzó la pelota directo al oji violeta que se distrajo con su actor, pero que logró evadir el golpe...con su bello rostro para caer al suelo, el esférico sin control fue interceptado y desviado de manera torpe por Ryuu, y devuelto con maestría por el castaño el que la valió pisar a su amigo caído con tal de conseguir la victoria e impactando de lleno el estómago del pelirrojo al que se le fue hasta el aire. Al final quién sabe quien fue el vencedor porque se les olvidó llevar un marcador. Acalorados tomaron algunas bebidas y se sentaron a ver la puesta de sol que sería en al menos una hora, pero estaban cansados para algo más.


-Oh sería bueno encender algunos fuegos artificiales en la noche-dijo el rubio.


-¡Oh muy cerca hay una tienda que los vende! Así que voy por ellos-el oji violeta.


-¿Te acompañó?-al unísono su amado y su amigo.


-Oh no, descansa Ryuu, y tu pasa tiempo con tu novio Aginis.


El castaño se puso colorado y su amigo se fue más animado que nunca.


-Enek es muy amable-emitió el oji celeste nervioso y ligeramente rojo.


-Si, es una muy buena persona-el de hebras avellana.


-¡Ah!


-¿Qué sucede?


-Olvidé que quería regalarle alguna concha para recordar este día, pero no vi ninguna.


-Oh, no te preocupes yo te ayudo. ¿Me harías el favor de esperar a Enek mi amor?


-Claro, vayan con cuidado.


-Estoy más seguro cuando no estoy contigo.


-Eres perverso.


-No más que tu.


-Ja ja ja ja ja.


Y así los dos jóvenes se pasearon buscando alguna concha linda por la playa, el rubio alzó la mirada.


-¡Ah!


-¡¿Qué pasó?!


-Hay una pequeña a la orilla del acantilado, ¡no es seguro estar ahí!


-¿En dónde? No la veo.


-¡Ahí!-señaló con su dedo-¡voy por ella se puede lastimar!-y corrió.


-¡Espera Kouryuu!!!


Aginis le siguió temeroso de su seguridad. Cuando llegaron el rubio miraba asustado hacia la nada.


-¿En dónde esta?


-Se cayó.


-¿Eh?


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


Luego de diez minutos el oji violeta volvió. Se sorprendió de no ver a los otros dos.


-¿A dónde fueron?


-Creo que a buscar algunas conchas.


-¿Y eso?


-Parece que Ryuu quería regalarte algunas.


-Pero si le dije que en mi casa hay muchas porque a mi hermana le facinan y eso que le dije que es ilegal.


-¿Entonces por qué?


El azabache perdió todo color en el rostro, soltó la bolsa con las cosas y se echó a correr.


-¡Vamos a buscarlos Inorah, Aginis está en peligro!


No hizo falta que repitiera el comentario, el otro ya le seguía de cerca.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


El castaño se acercó más a la orilla para buscar a la niña pero nada.


-Creo que deberíamos pedir ayuda porque no...


El rubio le miraba con hostilidad.


-No dejaré que lastimes a mi padre o te interpongas en mi relación con Enek.


-Ninguno te pertenece.


-Eso es lo que crees.


-¡Aginis, Kouryuu!


-Vaya, no pensé que lo notaran tan rápido. Pero es demasiado tarde.


-¿No te importa que te odien por esto?


-Si están a salvo no.


Y de un empujón arrojó al castaño, pero no contaba con que este le tomaría de la muñeca.


-No los voy a dejar con un peligro como tu. Lo siento por el dolor que les voy a causar pero te vas conmigo.


Y así ambos cayeron al vacío.


-¡Aginis! ¡Ryuu!


Se oían los gritos desesperados de los recién llegados. En la mente del azabache se repetía la misma pregunta. ¿Cómo es posible si Kouryuu se veía normal? Y entonces recordó ese extraño presentimiento que tuvo cuando volvió de hacer el encargo de Inorah. Y se dio cuenta de que había pasado por alto algo muy importante. Que ese chico es el mejor actor.

Notas finales:

Gracias por leer!!!!!!!!!!!!!!! >/////<


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