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Contigo nunca se que esperar por dark kirito

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Notas del capitulo:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo :3.

Algunos días después en la universidad.


-Esta vez si que me sorprendiste Enek.


-¿Eh por qué Aginis?


-Y todavía lo preguntas. ¡Pusiste atención a toda la clase!


- Ojalá hubiera respondido correctamente las preguntas que me hicieron.


-Si caray, cuando no sepas quédate callado o por lo menos no digas una tontería. ¿Cómo está eso de que George Washington descubrió América?


-¡Oye! Cualquiera puede tener un pequeño error.


-¿Y Benito Juárez promulgó la constitución?


-Uh~. A mi defensa vi un programa muy gracioso que te muestra los acontecimientos históricos de forma interesante. Confundí capítulos, es todo.


-Seguro que entre un programa y otro te echabas las películas de Ryuu.


-¿Tan transparente soy?


-Tanto que es ilegal-sonrió.


-Bueno, al menos me pidieron hacer resumen de un libro que conozco y ya leí.


-Oh si, La Divina Comedia. Nah, si te soy sincero reprobé ese examen en secundaria.


-¿Eh? ¿De verdad?


-Si.


-Que raro, no es por nada pero de los dos eres el más aplicado.


-Pero no es lo mismo leer por gusto a que te enjareten algo a la fuerza.


-Eso si. ¿Entonces no es de tu agrado?


-La temática en sí no es un problema, de hecho me parece muy original. ¿Quién no querría conocer el infierno?


-¿El cielo?


-Eso viene después~. El punto es que tengo dificultades con el texto demasiado narrativo y decorado.


-Te aburre.


-Me confunde.


-¿Eh?


-Si bueno. Es como cuando dice: "El muchacho se asomó por la gran ventana, apartando con sus blancas manos las delicadas cortinas que hasta hace un par de segundos eran mecidas por la cálida brisa un tanto húmeda del verano."  Para cuando llego a esa parte ya olvidé si se asomó por la ventana o el balcón. Si, pueden ser detalles sin importancia pero cuando te avientas textos complejos como la Divina Comedia nada más no. Aunque curiosamente El Infierno lo entendí a la perfección, solo por eso no me fui en cero, aunque igual no fue suficiente para pasar.


-¿Y qué ocurrió?


-Bueno, mi profesora estaba confundida por el resultado así que me interrogó. Le conté lo mismo que a ti y me pidió leer Las llaves de...uh olvidé si era cielo o reino.


-Me suena de algo-pensativo.


-Oh trata de un padrecito que al principio de la historia tiene "malos modales" y no es precisamente apuesto pero luego te enteras de su pasado y que se la rifó en bien de otros.


-¡Ah si! Creo que su nombre es Chisholm, ¿verdad?


-¡Si ese es!


-¡Es de mis favoritos!


-También de los míos.


-Oh, tenemos algo más en común.


-No por nada eres mi mejor amigo.


-¡Genial!


-Mmm tengo un poco de hambre. ¿Te parece ir con la señora de las gorditas?


-A que compras una de chicharrón prensado con harta salsa verde.


-No puedo evitarlo, son mi debilidad. Nada más ver como se sale la grasa y mancha el papel de estraza ah, y ese vapor que te quema si no le soplas. El quesito que se gratina y atora en tus arterias y tripas.


-Vale, no quiero que me pegues una mordida.


-Ey que todavía no soy un zombie. Mmm...


-¿Qué?


-Si una gordita zombie muerde a otra, ¿también se hace zombie?


-¿Eh? Mmm no creo.


-¿Y eso?


-Bueno depende de la historia pero por ahí leí que puede ser culpa de un virus mutado.


-¿Y?


-La salsa de la señora pica tanto que seguro los mata.


-¿Y si fuera con drogas o algo similar?


-Ya nos fregamos.


-Ja ja ja ja.


-Bueno es ficción en todo caso. Cosas como esas no ocurren...con frecuencia.


-Si, hay muchas leyendas urbanas por ahí. A saber que tan reales o no son. ¿Vamos?


-Ah si.


Salieron de la institución y a solo un par de pasos Aginis giró abruptamente.


-¿Qué ocurre?-el de ojos violeta.


-No, nada. Es que por un instante sentí que alguien...nah, no me hagas caso. Quedamos en que no seríamos paranoicos. Estoy nervioso es todo.


-Es natural, yo también. Ayer pensé que uno de los hombres de Alannis estaba escondido detrás de un arbusto.


-Es posible.


-Ah, era de como quince centímetros. Tendría que ser un buen contorsionista para eso, ¿no crees?


-Ja ja ja o muy, muy chiquito.


-Je je je je.


"No le dieron más importancia al asunto" puesto que de cualquier manera buscaron algo sospecho en la zona, al no hallarlo fueron con tranquilidad al famoso puesto de gorditas, donde Enek pidió una de papas con chorizo y Aginis cuatro de chicharrón prensado.


~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Una vez llenos, fueron a una biblioteca pública por un par de enciclopedias de matemáticas. Tomaron el camión y llegaron a casa del director de cine.


-Bueno princesa Aginis, le he dejado en su castillo.


-Muy gracioso, al único que seduces con ese tipo de comentarios es a tu novio.


-Por fortuna, no quiero que te enamores de mi.


-Que menso. De todos modos no eres mi tipo, me atraen más varoniles.


-Uh directo a mi autoestima.


-Ja ja ja ja, ya enserio. ¿No quieres que te acompañe o al menos te pida un taxi? Me quedo con el pendiente de que vas solo.


-Estaré bien, gracias a las precauciones que tomo con Derenia tengo identificadas múltiples vías de escape, te las diría pero no cabrás por la mayoría.


-Anda estoy gordo.


-Alto, me dan envidia esos diez centímetros que me sacas.


-Je je je.


-¿Qué?


-Sonó bien puerco.


-Mal pensado je je je.


-¿Y tu no?


-Al menos aún soy virgencito.


-Ryuu se ha medido mucho más de lo que pensé.


-No así Inorah.


-Ah bueno-se ruborizó-eso fué en realidad mi culpa. Pensé que el no...


-No me digas, hay cosas que solo se deben compartir en pareja. Aunque algo si me preocupa, ¿es amable?


-Ah-se ruborizó aún más-es muy gentil. Todo un caballero.


-Menos mal, habría tenido que romperle la cara si no. A mi mejor amigo nadie lo lastima.


-Gracias Enek.


-A ti por la paciencia, antes de que llegaras a mi vida creí que jamás podría entenderme con alguien. Somos casi almas gemelas.


-Ni que lo digas. Siempre me pareció curioso que no se diera algo más entre nosotros.


-Es que juntos de esa manera podríamos destruir el mundo.


-Ja ja ja.


Sonó el móvil del menor, lo sacó y contestó.


-¿Diga?


-¿Acaso olvidaste que tenías que pasar al trabajo para ayudarme con un paquete? Iré a la cafetería a tomar algo y más te vale aparecer en máximo media hora.


Finalizó y guardó el aparato.


-¡Santo dios!


-¿Qué ocurre?


-¡Derenia!


-¿Eh?-arqueó una ceja-¿Qué tiene tu hermana?


-Me pidió un favor y lo olvidé.


«-Bueno ni tanto es solo que Aginis parecía muy nervioso y se me fue el tiempo. Nah, no me arrepiento me gusta mucho estar con el.»


-Nos vemos en la Universidad, siempre si tomaré ese taxi-silbó y le hizo la parada a uno que iba transitando.


-¿No quieres uno de sitio?


-¡No hay tiempo para eso!


-Bueno, si notas algo sospechoso me llamas o usas lo que nos dió Edgar.


-De acuerdo. Y tu ve a tomar una ducha. Sirve que si Inorah se pone galán-sugerente.


-Enek.


-¿Si?


-Deja de perder el tiempo.


-¡Muy cierto! ¡Hasta otra!


Se subió al vehículo como alma que lleva el diablo. El castaño suspiró.


-Eres todo un caso, sigue siendo tu por siempre.


Entró a la mansión y cerró tras de si.


-¡Ya llegué!-silencio.


«-Ah si Kouryuu, Inorah y Esmeralda están en el set para recibir los nuevos trajes de la película. ¿Neyran? Supongo que en el restaurante. Así que estoy solo. ¡Podría bailar desnudo! Que flojera, además ¿como para qué si Inorah no está? Uy creo que ya tengo una idea genial para seducirlo, en caso de que no me gane la vergüenza.»


Subió a su habitación, dejó las cosas, tomó una ducha, hizo la tarea que terminó en una hora y bajó a la cocina.


-Justo como pensé, no hay nada. Ya comí pero ellos llegarán con hambre y de aquí a que preparan algo...¿qué sería bueno?


-¿Aginis?-tocaron su hombro.


-¡Wah!-viró-¡¿Neyran?!


-Lo lamento, no fué mi intención asustarte.


-Pensé que no estabas.


-Ja ja ja es que me quedé dormido.


-¿A esta hora?


-Ya vez-sonrió.


-¿Te sientes bien?


-Cansado nada más, simple anemia.


-Deberías ir a que te revisen.


-Tengo cita a las tres.


-Se te pasó la hora.


-Que mal, se lo prometí a Jared. Lo haré mañana.


-Y será igual. No señor, vamos ahora mismo.


-No tengo cita.


-Descuida, iremos con un conocido.


-Oh eres influyente.


-Para nada. Es hijo de la señora que vendía cueritos, papas a la francesa y nachos por donde vivía. A veces le hacía compañía porque me preocupaba que la asaltaran además estaba solo y así al menos podíamos platicar. Por si fuera poco de vez en cuando me regalaba algo. Luego me presentó a su hijo y el resto es historia.


-¿La señora aún vende?


-Oh no. Es bastante mayor, se retiró poco antes de que me mudara con Inorah, si no fuese el caso seguiría acosandola.


-Eres un buen chico.


-¡Waf!-sonrió.


-Y muy simpático.


-Dejaré una nota en la nevera, es un clásico que siempre quise intentar, luego nos vamos ¿de acuerdo?


-Gracias.


-Eres mi cuñadito. Si no te cuido, ¿quién?


-Ja ja ja.


Aginis fue por su cuaderno y se dispuso a escribir el recado: "Estaré fuera, si tienes hambre ordena a domicilio. Se me antoja comida china o italiana, o algo muy grasoso, ya conoces mis gustos. Te quiero mucho, dale un abrazo a Kouryuu de mi parte."


Una vez lo hizo se encaminaron al sitio en taxi, llegando de esa manera a una clínica privada.


-Es aquí-el castaño-por el dinero no te preocupes.


-No, ¿cómo crees? Si tengo para pagar, ya me hiciste el favor. Es solo que no me gusta andar sobornado a la gente para que te atiendan. Seguro hay personas de verdad graves y voy y les arrebato su turno por una anemia, eso si que no.


-Me da la impresión que eres de esos que golpean a los que se meten en la fila de las tortillas.


-No soy tan histérico pero si me cabrea.


-Ja ja ja, lo tendré en cuenta.


Caminaron hasta la recepción.


-Buenas tardes, vengo a...-el de ojos miel.


Una señora dejó de lado la computadora y le encaró.


-¡Aginis, que sorpresa!


-¡Lo mismo digo! Pensé que se había retirado.


-Es muy aburrido. Eso de cambiar el canal de la tele es un fastidio. Así que ahora soy la recepcionista del hospital.


-¡Que bien! Aunque es una lastima que ya no venda sus productos.


-Claro que si-señaló la cafetería-Encontrarás lo clásico, ya sabes sandwich, pastel, café, tortas, etc. Y mi línea de lujo, papas a la francesa y fritas, plátanos machos, cueritos, pepitas, y lo mejor de todo: nachos de cinco sabores, jalapeño, chipotle, habanero, carne molida y tabasco.


-Me sorprende que le dejen vender esas bombas, aunque lo cierto es que ya me antojó.


-Ja ja ja. El director del hospital tiene debilidad por esas cosas, si por el fuera incluía tacos de suadero y al pastor.


-Uy, ¿con salsa, piña y cebollita tostada?


-Bien tostada.


-Ja ja en verdad te gusta la comida-el pelirrojo.


-No me gusta, la amo. Es parte de mi estilo de vida~. Ah cierto, ¿está su hijo?


-¿Te pasó la factura tanto refresco?


-Aún no-sonrió-necesito que revise a mi amigo, Neyran.


Este se ruborizó.


-Ahora que lo dices si está un tanto pálido. Enseguida le digo. Mientras pueden tomar asiento.


-Muchas gracias.


Fueron a un sillón de considerable tamaño y esperaron a que les llamara. Estuvieron unos tres minutos en silencio hasta que el mayor decidió hablar.


-Es curioso que me presentaras como tu amigo.


-¿Eh? No veo que tenga de malo. ¿Qué esperabas entonces?


-Tu cuñado, un conocido, vago, no sé.


-Ja ja ja, vamos somos familia, y me agradas. Cuñado es buena opción pero creo que aún soy algo tímido para ello.


-Ya veo.


-N-no...


-¿Eh?


-No me digas que me ves distinto-preocupado.


-Bueno si mi hermanito baja la guardia haré mi lucha-guiñó.


El menor se puso bien rojo y no supo que decir. Fue entonces que llegó la recepcionista.


-Dice mi hijo que pueden pasar.


-¿Tan rápido?-el pelirrojo.


-Hoy no hay mucha gente-sonrió.


-Gracias-al unísono.


-Un placer, los chicos guapos son buenos para la publicidad-se retiró.


-Anda que lanzada-el de ojos rosas.


-Supongo que no es de las que pierden el tiempo.


-Debería aprender de ella.


-Sin duda.


-Ah, no nos dijo a donde ir.


-Sé donde es así que no te preocupes.


-De acuerdo.


Se pusieron de pie y llegaron al consultorio donde tocaron la puerta.


-Adelante.


Pasaron y el de ojos miel cerró tras de si.


-Tomen asiento por favor.


-Ah, si-el mayor.


El médico emitió un largo suspiro.


-Te dije que tarde o temprano te haría mal tanto refresco.


-¿Quieren dejarlo por la paz? No soy el paciente es Neyran.


-¿Ah si?-le miró-Disculpa-a este-que modales los míos. Soy Gabriel Dominico.


-¿A que tiene un apellido delicioso?


-Chistoso, no es mi culpa ser tocayo de los plátanos. Te recuerdo que tengo maestría y dos doctorados.


-¿Y? No es la razón de que me agrades.


-Me sorprende que no hayas subido de peso.


-¿Qué te digo? Tengo un cuerpo privilegiado.


-Eres raro.


-Uh~. Y tu un amargado, todavía no tienes sentido del humor.


-Lo tenía pero murió cuando te conocí.


«-Me recuerda un poco a Edgar pero sé que es bastante bueno en su trabajo.»


-¿Qué síntomas presentas?


-Sueño y cansancio.


-Además está un tanto pálido-el castaño.


El médico arqueó una ceja.


-Es evidente.


-¿Que voy a saber? Igual y piensas que es su color natural.


-¿Me estás diciendo idiota?


-Como que andas de un genio.


-Mi esposa me gritó esta mañana porque olvidé bajar la tapa del excusado.


-Así que eres de esos.


-A todos les pasa alguna vez, el que diga que no, miente.


-Muy cierto-Neyran.


-Te pasará, ya te pasará.


-¿Por qué parece presagio de mala suerte?


-Tu imaginación. En fin-le extendió un formulario al de cabello rojo-necesito que lo llenes, será de gran ayuda.


-Si claro.


Lo cogió y se centró en la tarea.


-¿Qué tal te va con tu amigo?


-Oh, ¿Enek? Muy bien. Aún nos frecuentamos. Además ni que tuviera tanto que nos dejamos de ver.


-La vida pasa muy rápido.


-En eso tienes razón. ¿Aún tienes tu colección de cactus?


-Si.


-¿Como van?


-Creciendo.


-Ah.


-Te ves más animado. Me da mucho gusto.


-¿Eh?


-Sabes que agradezco el que hayas cuidado de mi madre, siempre estaré en deuda contigo. Pero me preocupaba que...da igual. No es asunto mío de cualquier manera.


-Tengo pareja.


-Oh-sorprendido.


-Y bueno Neyran es su hermano. Si ocurre algo, haré lo que esté a mi alcance.


-Igual yo, pero no se ve tan mal.


-Oh muchas gracias, me hacen sentir mejor-el aludido irónico-Hubiese sido perfecto sin el tan, es como cuando te dicen: no eres tan pobre o tan idiota.


Entregó el formulario al médico que lo leyó y abrió los ojos sorprendido.


-¿De verdad tienes esa edad?


-¿No es contraproducente mentir?


-Así es pero...te ves muy joven.


-Muchas gracias~.


-Supongo que hay cosas que ni la ciencia moderna puede explicar-desplazó sus ojos por el papel-Nada fuera de lugar.


«-¿Demasiado perfecto?»


Necesito que te sientes en la cama, te haré una revisión de rutina solo por las dudas.


-¿Necesito ponerme una bata o algo así?


-No.


-Bien.


Neyran siguió la indicación. Pronto el otro apuntó una pequeña lamparita a sus ojos, le metió un abatelenguas en la boca que llegó hasta la amígdala, le pegó con un pequeño martillo en las rodillas y escuchó su corazón y pulmones con el estetoscopio.


-Nada-arqueó una ceja.


«-No, el color de su rostro es anormal, estoy convencido.»


-¿Una anemia tal vez?-el paciente.


-Anemia, ¿eh?-poco convencido.


-B-bueno...ah...


Se tambaleó un poco y hubiese caído al piso si no fuera porque el médico le cogió.


-Me mareé.


-Y no es la primera vez según el formulario.


-No, pero me ocurre hace poco.


Le recostaron en la cama.


-Me gustaría tomar una muestra de sangre.


-Adelante.


Ponto una jeringa sacó una considerable cantidad que fué contemplada por Gabriel.


-Es de un color ligeramente menos intenso de lo normal. Mmm...


-¿Qué significa?-Aginis.


-Como dice, es probable que sea anemia.


-Ah-respiraron aliviados a la vez.


-De mientras te recetaré algunas vitaminas y suplementos. Aún así mandaré la muestra a análisis. Algo en todo esto no me gusta. A lo mejor es mi imaginación, soy algo paranoico.


-Muchas gracias-el castaño.


-Dalas cuando se recupere por completo.


Gabriel les dió la receta y extendió otro formulario para que pusieran sus datos de contacto.


-Si tengo noticias les hablaré sin falta.


-Hasta luego-Neyran.


-Nos vemos-Aginis.


Gabriel asintió y salieron. Caminaron unos cuantos pasos hasta que Neyran se dejó caer de lado sobre la pared.


-¿Estás bien? Si quieres te cargo.


-No es eso. Es que pensé que diría que me quedan pocas semanas de vida. Tenía mucho miedo.


-Te entiendo, no es agradable estar enfermo.


-¿Puedo pedirte otro favor?


-Por supuesto.


-No le digas a Inorah.


-¿Eh? Eso sería...


-Te lo suplico. Le conoces, irremediablemente se pondrá histérico o algo similar. Estamos en una complicada situación y ese se distrae hasta por que pase la mosca. Debe estar tranquilo para cuidar de Ryuu, de ti y principalmente de si mismo. Y no ocurrirá si se entera. Según Gabriel podría ser simple anemia. No quiero preocuparlo por nada.


-¿Así que lo mantendrás en secreto?


-Tu lo sabes, además Jared fue quien me sugirió ir al hospital. Me sacará la verdad de una u otra forma. Así como le ves de calmado es muy intenso.


-Siempre lo creí. En lo personal me asusta un poco, es como asomarse a un pozo sin fondo.


-Ni yo lo hubiese descrito mejor. Ahora pasemos a la recepción que debo pagar la consulta y quiero agradecer a la señorita.


-Pues vamos.


Una vez ahí Neyran dió su tarjeta de crédito y le invitó algunas frituras a Aginis por su valiosa compañía.


«-Me alegra no haber estado solo. De verdad me asusté.»


Fueron a la parada de autobús y antes de subir Aginis miró hacia atrás.


«-Caramba la conciencia que no me deja tranquilo.»


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


En la mansión del director.


Este, Kouryuu y Esmeralda arriban luego de recibir los paquetes en el estudio de filmación.


-Bien chicos, ¿qué se les antoja para cenar?-el hombre-Pidan lo que quieran y voy a comprarlo en lo que toman una ducha, seguro están cansados.


-Ni te molestes hermanito. Todo esta servido y caliente así que vayan a lavarse las manos, ¿quieren?-sonrió.


-¿Ordenaste pizza?


-Algo mejor~. Quesadillas de flor de calabaza, cochinita pibil, picadillo, carne deshebrada y tinga de pollo.


-Alguien salió a comprar con mi novio~.


-Je je je que bien lo conoces.


-¡A cenar se ha dicho!


-¡Si!-Esmeralda.


Ambos se alejaron rumbo a las escaleras.


-¿Todo bien tío?


-¿Por qué no lo estaría?


-Está mañana no te veías muy enérgico y ahora...


-Me faltaba un poco de sueño, estoy como nuevo.


-¿Enserio?


-Sip.


-Iré a dejar mis cosas entonces.


-Adelante.


«-Vaya intuición más aguda. Intenté no cruzarme con el porque supuse que se daría cuenta. Imagino que me vió al bajar por la tasa de café, sin embargo me fue imposible advertir su presencia.»


Llegó un mensaje a su móvil.


-Mmm, ¿a ver?


-Me alegra saber que estas bien, gracias por cumplir tu palabra. Jared.


«-Ja ja ja ja, es que con esa manera de pedir me dejaste pocas opciones.»


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Al día siguiente (martes) en la Universidad.


-Ja ja ja ja.


-No es gracioso Aginis.


-¿Cómo no? Solo tu te vas de cuernos por las escaleras tirando archivos. Me alegra que lo único que saliera herido fuera tu orgullo.


-Pensé que Derenia me mataría.


-Eso si fue extraño.


-Supongo que disfrutó el verme arrodillado levantando y ordenando los papeles. Creo que incluso sonrió raro un par de veces.


«-¡Ya entiendo porque! Seguro le inspiró para una de sus historias...¿por qué mi hermana es así? De acuerdo, me gustan los chicos pero es muy incómodo que escriba cosas así de mi, ahora que si fuera con...»


-Kouryuu...


-¿Eh? ¿Lees la mente?


-¿Ah? ¿De que hablas? Decía que Kouryuu tiene nuevos trajes para la película.


-Oh, ¡¿de verdad?!


-Si.


-¿Como son?


-Ni idea, no fui con ellos ayer. Estaba en la escuela y por la tarde tuve cosas que hacer.


-Vaya días ajetreados.


-Ni que lo digas. Ah, ¿entregaste el resumen?


-Sip, soy un niño bueno.


-Esperemos que te deje una enseñanza.


-Ambos sabemos que no. Después de todo fue un descuido, más bien confusión. No ayudará a mi pobre cerebro a centrarse en lo que debe.


-Te hará falta mucha dedicación para convertirte en escritor.


-Oh, para eso mis dedos vuelan solos...casi, de vez en a cuando se me va la inspiración.


-¿Finalizaste la historia que quieres regalarle a Kouryuu?


-No. Pero no importa. Es algo hecho con mi corazón, debe ser especial. ¿Sabes? A estas alturas da igual que la filme o no, creo que es algo personal, íntimo.


-Te creo pero estoy convencido de que si Inorah decidiera firmarla estarías más que feliz.


-Me conoces a la perfección. Aún así, me falta práctica. Los textos de Jared son verdaderas joyas. No tengo idea de como lo hace.


-Siendo psicólogo tiene ventaja.


-¿Lo crees?


Se encogió de hombros.


-No siempre se tienen todas las respuestas, ¿cierto?-Enek.


-¿Como si existe Nessy?


-¿Eh? Claro que si, es un jugador de fútbol muy famoso.


-Ese es Mesi, yo me refiriero al monstruo del lago Ness.


-Oh lo vi en una dibujo viejo, es lindo. Ojalá pudiera volar.


-A veces siento que consumes cosas extrañas.


-Es el amor amigo mío, el amor. Por cierto, ¿quieres ir a mi casa? A Derenia le regalaron como cinco kilos de alitas búfalo. Y si bien están muy ricas pican un buen.


-Suena tentador pero tengo que realizar una investigación para mañana. Si me distraigo no me dará tiempo.


-Que mal. ¿Por qué a últimas fechas les ha dado por cargarte la mano?


-No es así, lo que sucede es que tengo que emparejarme. Falté cuando caí de aquel acantilado, ¿lo recuerdas?


-Vaya, parece que fue hace tanto. La vida ha dado muchas vueltas.


-Si...


-¿Qué sucede?


-Normalmente diría que es divertido pero, me gustaría que todo se quede tal y como está. Ya no quiero que la realidad sea modificada. Me aterra que el tiempo se lleve a alguien que aprecio. Antes solo te tenía a ti pero ahora me preocupo por Inorah, Kouryuu, Esmeralda, Edgar, Jared, Derenia, tus padres, no acabaría de nombrarlos.


-Tienes un corazón muy grande.


El mayor se ruborizó.


-E-es vergonzoso que lo digas así nada más.


-¿Eh?-hizo puchero-¿No te gustó mi cumplido?


-Soy un tanto tímido en esas cuestiones.


-Ja ja ja bueno, estamos a mano por la burla de hace rato. Mi amor-guiñó.


-¡Enek!-bien colorado.


-¿Te parece si para compensar traigo algunas alitas mañana?


-¡Si!-sonrió ampliamente.


-Je, si tiene que ver con comida se te olvida lo demás.


-A veces, soy muy convenciero.


-¿Se supone que estés orgulloso?


-Sinceridad ante todo.


«-Por eso eres tan especial Aginis, en el mundo ya hay demasiadas razones para preocuparse, contigo todo es directo y transparente. Te quiero mucho.»


-¿Enek?


-Me voy para no molestar. Me saludas a Ryuu-con seriedad-Mmm momentos como este hacen que me sienta celoso. Tu ves su carita cuando va a dormir.


-Y de vez en cuando le arropo. Soy consciente de que no es un mocoso pero esto de ser la madre es muy divertido.


-Pero no le des pecho, ¿quieres?


-¡Por dios santo Enek!


-Por favor.


-Uh~ d-de acuerdo.


-¡Genial! Nos vemos mañana.


-Cuidate mucho.


-Tu también.


Aginis se recargó en la barda frontal de la institución.


«-Como que Inorah ya se tardó. Dijo que pasaría por nosotros, ah Enek se me escapó. Siempre me he preguntado de qué manera lo consigue. Es como si la corriente me arrastrara, que curiosa personalidad. A veces no lo entiendo es tan frágil y a la vez tan confiable.»


-¿Eh?-miró a su alrededor-No hay nada sospechoso.


«-¿Será mi imaginación otra vez? Siento que alguien me vigila, ¿los hombres de Alannis? Los pocos transeúntes que hay son personas que he visto con anterioridad. Estudiantes, profesores, los de los puestos y el par de señoras de uniforme que trabajan en la fabrica de cosméticos de la calle de atrás. Nadie raro, momento ¿es así? ¿Cómo sé que ese bastardo no tiene secuaces en la universidad? Alguno podría ser mi compañero y yo en la luna.»


-Aginis-el director que venía corriendo-lamento llegar tarde.


«-¿Inorah? Ah, fue la mirada que sentí.»


-No te preocupes hasta hace nada platicaba con Enek.


-¿Uh, en dónde está?


-Se dió a la fuga.


-Ese niño.


-Ya no es tan joven je je. Ah, ¿y el auto?


-Ah b-bueno.


-¡¿Intentaron secuestrarte?! ¡¿Estas herido?!


-Oh no, tranquilo.


-¿E-entonces? Hoy circula y me trajiste con el por la mañana?


-Hubo un pequeño accidente en la avenida principal. Un camión de sandías se quedó sin frenos, por fortuna el conductor es bastante hábil así que logró orillarse pero se volteó y con ello se salió la mercancía y pues...un par de autos derraparon y golpearon a otros, el mío uno de ellos. Tuve que esperar al seguro, y el deportivo se lo llevó una grúa para el taller, en unos días me lo devuelven.


-¡Me vale el puto coche!-molesto-¿Y tú? ¡Pudiste llamarme para que fuera por ti al hospital! ¡Vienes disculpándote luego de tan terrible percance y...!-se escondió en el pecho de su novio, temblando y llorando-¿Qué haré si te pasa algo?


El mayor tocó con suavidad su cabello a una mano y con la extremidad libre le abrazó.


-Los paramédicos ya me revisaron, salvo un chichón diminuto en la frente estoy bien. Incluso dijeron que mi cabeza es demasiado dura.


-¿De verdad?


-Te lo juro. Mira-se agachó y señaló el diminuto bulto-Espero que no se haga más grande, justo en el centro que tino. Ya me siento unicornio.


-Oh.


El castaño le cogió con suavidad de ambos lados de la cara, acercó el rostro y besó con ternura y cierto deje de sensualidad. El otro pudo captar la calidez e inocencia de sus labios. Aginis sonrió.


-No interesa cuantos defectos puedas tener, para mi siempre serás muy apuesto.


-Entonces permítame ser un poco atrevido-le cogió de la muñeca y paseó la boca por la mano, de manera galante. Inspirando su aroma.


-I-I-I...


-¿Tienes hipo?


-Inorah...estamos en la universidad.


-¿Te avergüenza?


-Si pero no como te imaginas. Odio poner cara de imbécil y seguro la tengo.


-Jamás vi a alguien tan hermoso-le liberó-Pero lo que menos deseo es que te molesten por mi culpa.


-Si lo hacen solo tengo que arreglar mis asuntos.


-Oh mi amor, la violencia no es la solución.


-¿Está mal herir a la gente? Si, no hay excusa.


-En parte pero principalmente porque si alguien deja la más mínima marca en tu cuerpo me veré en la penosa necesidad de asesinarlo así me envíen a prisión.


-Wah, frase clásica de psicópata. Pero...je je je pero se siente bonito que te digan cosas así.


-¿Nos vamos?


-Claro.


-Dame tu mochila, yo la llevo.


-Está bien así, tengo tres libros de más de mil páginas, pesa.


-Más razón para no dejar que tu bellísima espalda se marque.


-B-bueno.


Se la entregó y una vez el otro se la echó al hombro.


-¡Wah!


-¡¿Qué ocurre?!


-Me encajé algo.


-¿Uh?


Aginis miró encontrando rápidamente la razón.


-Uy ya se rompió, tiene rato que no la cambio. Se salió el compás, deja lo arreglo-se puso pálido al ver que la puntilla de grafito no está.


«-Oh por...¿se le quedó adentro?»


-¿Todo bien?-el director.


-Se le cayó el grafito creo que...


-Te aseguro que fué la de metal.


-¿La sensación te es familiar?


-A-algo. Digamos que hice enojar a Edgar y...ja ja ja no miento cuando digo que bien podría matarme. No le des importancia, mejor vamos a comprar una nueva.


-Ah, no tengo suficiente dinero.


-Yo la pago. Tomalo como el obsequio de un admirador.


-Uh, me siento tan encajoso.


-Ese en todo caso soy yo, porque todos los días me enamoro más del ser más inocente en el universo.


-Ja ja ja, si Kouryuu te escucha se pondrá triste.


-Para nada, es bastante maduro y tierno pero no inocente.


-¿Eh?


-Lo has notado, ¿o no? En su interior hay un poco de maldad.


-Es natural.


-¿Lo crees? Ya una vez atacó a Enek.


-¿Te preocupa?


-Antes, llegué a pensar que era peligroso pero ahora...le sentó bien tener una familia tan grande. Por fin puede aceptar al ser en su interior sin reprimirlo. Quiero ser el padre que necesita pero soy irremediablemente estúpido.


-Anímate, si lo fueras no sería el muchacho que es hoy. Tiene novio porque logró abrir su corazón y Enek es uno en un millón. Si, es fan de tu hijo pero si al conocerle su personalidad fuese desagradable siquiera se hubiera tomado la molestia. Mi amigo no es de los que piensen con el pantalón.


-Estamos de acuerdo, aunque no aseguro ser como él.


-Je, lo hicimos una vez y ya te sientes todo un semental.


-Que feo suena.


-Ja ja ja, será mejor ir por esa mochila.


-¿Tienes prisa?


-Algo, demasiada tarea.


-Puedo ayudar, por hoy no más labores en el foro.


-¿Cuándo inician las grabaciones con el nuevo vestuario?


-Mañana.


-Así que no podrás pasar por mi otra vez.


-Si te da miedo...


-Para nada, confio en Edgar. Solo un poco de nostalgia. Me gustaría estar a tu lado más tiempo. Ni modo.


-¿Te parece si de camino te invito un helado?


-¿Un banana split?


-Por supuesto, me fascina tu siempre sano apetito.


«-En realidad no tengo mucha hambre, pero así me tardaré un poquito más.»


Se tomaron de la mano con fuerza, como si temieran el que alguien viniese a separarlos.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Al otro día (miércoles). Camerino de Kouryuu.


-Vaya Esmeralda-él-de verdad tienes mucho talento para esto del maquillaje.


-Oh, pues muchas gracias. Que el cumplido venga de ti lo hace mucho más especial.


-Je je je. Ahora que caigo en cuenta jamás te pregunté qué estudiaste.


-Tampoco yo. ¿Cómo es posible?


-Han pasado muchas cosas. Tenemos la cabeza en otro lado, a veces casi literal-frunció el ceño.


-¿Hermano?


-Olvida ese comentario, es irrelevante.


-Bueno, si te es incómodo podemos dejarlo pasar.


-¿Eh?


-Bueno, es que no vas a la universidad así que imagino que Inorah no te envió al colegio y eso...


-Estudié en casa debido a...los problemas de personalidad que tengo pero realicé los exámenes, para certificarme. Y con la universidad me ayudó un amigo de Edgar que es rector en una.


-¿Eso significa que tienes un título?


-Sip.


-¿En?


-Mmm...-apenado-educador.


-¿Ah?


-Sé a la perfección que con el terrible problema que tengo acercarme a los niños es lo peor que podría hacer. Pero me gustaría mucho ser profesor de preescolar si es que algún día dejo la actuación. Quiero estar para ellos cuando estén confundidos o asustados, para que no les suceda lo que a mi. Para ayudar también a los tutores, si papá hubiese tenido alguien con quien hablar, no...


-Que sueño tan lindo. Me das un poco de envidia. Jamás tuve objetivos como ese. Siempre pensé en ti y alejarte de Inorah porque pensaba que te retenia en contra de tu voluntad. Que tonta, ¿no? Por mi culpa casi te mueres e involucre al imbécil de Enek y Aginis.


-Y lo agradezco como no tienes idea. Por ti recuperé parte de mi familia. No solo Enek me mantiene tranquilo, saber que estas aquí también-sonrió.


-¡En tu cara galán de quinta!


-¿Bajó de rango?


-¡Y lo hará siempre porque se robó tu corazón!


-Je je je. Pero la verdad es que comienza a agradarte.


-No tengo idea de si llega a tanto pero es muy divertido molestarle, hace caras muy graciosas.


Llamaron a la puerta.


-Adelante-él.


-La filmación iniciará dentro de poco-Jared-será mejor que se den prisa.


-Ah si, gracias.


El de ojos verdes caminó por los corredores y luego de informar al director que en poco estarían listos fué a su oficina por algunos documentos, sonrió al encontrarse a Neyran sentado sobre el escritorio, con una gran sonrisa en el rostro.


-Comenzaba a preguntarme si no fue mala idea visitarte sin avisar.


-Para nada. ¿Cómo te sientes?


-Mucho mejor, las vitaminas y suplementos que me recetó el médico hacen maravillas.


-¿Ya tiene el resultado del estudio?


-Aún no, esas cosas llevan tiempo, fui el lunes apenas. Pero en cuanto los tengan voy por ellos, no te preocupes.


-De acuerdo, tampoco es mi intención hostigar.


-¿Cómo te pinta la vida?


-No me quejo. Tengo trabajo, dinero y una persona interesante con quien hablar.


-¿Enserio?


-Si.


-Es extraño ver que no hay ojeras en tu cara.


-Ja ja ja no siempre están ahí.


-Que mal, te dan un toque elegante.


-¿De verdad?


-Oh si, como un perverso hombre de negocios.


-Ja ja ja.


-¿Cuándo te acercarás más a mi?


-¿Eh?


-Se supone que te llamo la atención, ¿o no? Y dudo que no estés enterado de que es igual a la inversa pero parado frente a la puerta no lograremos nada. Con gusto me acercaría pero creo que ja ja que cosas, mis piernas no quieren cooperar~.


Jared inspiró hondo, se armó de valor y sentó al lado tomando la mano del pelirrojo.


-¿Suficiente?


-Por ahora-sonrió.


«-Me siento tan apoyado y protegido a su lado. Que vergüenza, soy mucho mayor, el que debería velar por su bienestar pero...no sé, me gusta ser consentido por Jared, creo que es la primera vez en la vida que me doy una oportunidad como esta. Ojalá algún día pueda curar el trauma que tiene hacia el género masculino. Vivir así es terrible y el imbécil que lo provocó seguro que ni vale la pena. ¿Cómo rechazas a alguien como Jared? Tienes que ser un completo idiota.»


-Neyran...


-¿Si?


-Gracias.


-¿Ah?-desconcertado-¿P-por qué?


-Solo gracias-cerró los ojos y guardó silencio.


-Que hombre tan complicado-hizo lo mismo y a su olfato llegó un agradable aroma.


«-Lavanda, que sabroso je je. Supongo que tengo un nuevo olor favorito.»


«-Tengo que ir al set para ver como marcha la grabación y asegurarme de que no habrá algún percance con Kouryuu pero un rato más así no le hará daño a nadie.»


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Al concluir con las escenas Kouryuu fue al camerino para cambiarse. Se quitó el maquillaje y alguien abrió un poco la puerta asomándose.


-¿Se puede?


-Claro Enek, pasa.


El aludido cerró tras de si.


-Estuviste magnífico.


-¿Enserio? Creo que la última frase la dije sin fuerza.


-Oh no, créeme. Estuvo bien, si lo hubieses hecho así entonces si que se habría arruinado. Supongo que cosas como esas no ocurren por tu intuición de actor.


-¿Intuición de actor?


-¿No?


-Je je je, supongo. ¿Cómo te va con la universidad?


-Muy bien. Aunque extraño estar contigo. Hasta hoy tuve oportunidad de verte en acción. Ni poner tus películas en casa pude.


-¿Las tienes?


-Todas y cada una incluida la versión extendida de La maldición de la aceituna. Aunque como es de terror me da algo de miedo.


-Mmm no lo pensé en el momento pero si es algo perturbadora.


-Ja ja ja además tengo uno de tus autógrafos.


-¿Eh? P-pero no recuerdo haber hablado contigo hasta el día en que...te robé ese beso. ¿Acaso me...olvidé de ti?


-Oh no, tranquilo. Solía asistir a muchas de tus filmaciones pero siempre me quedé lejos porque me ponía nervioso. Me reía como menso y me asustaba un poco lo que pudieras pensar. El autógrafo me lo gané en un concurso de radio en el que también participó Aginis y un par de conocidos. Así pude acercarme un poco a ti-se sonrojó.


-¿Tienes idea de lo irresistible que eres cuando pones expresiones como esta?


-¿Eh?


El rubio se acercó galante y le corraló entre su cuerpo y la pared, le sujetó de las muñecas para colocarlas a ambos lados de la cabeza, sin liberarle y unió sus labios con dedicación, entregando todo su cariño. Tomó distancia y sonrió.


-Enek, soy yo el que debería agradecer y rogar por una oportunidad de estar a tu lado. Eres mi héroe, caballero, todo-sus labios bajaron por la mandíbula y cuello.


-Mmm R-Ryuu...


Este se apoyó en su pecho para escuchar el potente y acelerado latido.


-Eres el más grande tesoro.


-Y tu el mío. Por eso quiero escribirte una gran historia que te haga tan feliz como lo soy. Aún me falta habilidad y estoy un tanto inseguro pero...


-Lo espero con ansias. Estoy convencido de que tus manos pueden crear como pocos.


-Ja ja ja, eso sonó algo comprometedor.


-¿Ah, si?-sugerente.


-Pero yo quiero que seas tu quien cree sentimientos nuevos en mi piel.


-Oh Enek.


El actor se hizo paso entre la playera y sus dedos dibujaron sueños en la espalda del otro que se estremeció de placer y cerró los ojos apenado. Más aún cuando pasó a su vientre y alzó un tanto la tela para dejarle al descubierto.


-Ah ah ah...


Y luego dar un suave beso al ombligo que le tiró de sentón. El de zafiros extendió la mano para ayudarle a reincorporar.


-Aún no estamos listos-emitió Ryuu-pero algún día seré una parte de ti.


-Y muy...importante.


-Je je je-con timidez-V-vamos con los demás o se preocuparán.


-Claro.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Jueves por la mañana, en la universidad.


Aginis va con algunos documentos en las manos.


-No puedo creer que el centro de copiado de la universidad esté cerrado. ¿Mantenimiento? Debieron esperar al fin de semana pero ya que. Al menos el profesor dijo que por ofrecerme a ir por las copias no me haría examen je je. Es una suerte que a mis compañeros les pese tanto el trasero. Aunque a decir verdad no me esperaba tanta bondad. Me supo mal que el profesor lo hiciera cuando se lastimó la pierna la semana pasada.


-Oh, así que eres de los niños buenos.


-¿Eh?


Se giró al escuchar una voz remotamente familiar tras de si. Apenas lo hizo lo miró amenazante mientras retrocedía un par de pasos por seguridad.


-¿Qué rayos haces aquí?


Tomó los documentos a una mano para dejar libre la otra en caso de considerarlo necesario.


-Oh vamos, estoy seguro de que estas al tanto de la situación-sonrió-Déjame imaginar lo que Edgar les dijo: "Somos sus únicos objetivos, es un hombre discreto. Se dará prisa porque teme que las aleje de él. No se dará cuenta porque enviará a sus hombres."


-¿C-cómo lo...?


-Edgar es un digo rival, lo admito. Pero siempre voy un paso o dos delante de él. Mis cómplices son unos idiotas que no prestan atención a los detalles, los usaría para otras cosas no para secuestrar. Por ejemplo, tienes un lindo brazalete pensaría que le tienes algún tipo de apego si no fuera porque antes no lo usabas y los demás tienen uno idéntico. ¿Un rastreador? ¿Un botón de pánico?


El castaño le contempló consternado, abriendo desmesuradamente los ojos para luego casi apuñalarle con ellos.


-Estuviste espiandonos.


-Mi estimado, es algo más que evidente.


-No te lo pondré fácil, me caes mal. Y aún si logras secuestrarme se darán cuenta de que eres el responsable.


-En primera, es el punto. Se necesita ser muy imbécil para no saber que fui yo y en segunda hay algo en ti que se me hace increíblemente divertido, eres como un gran reto. Si, es la impresión que me diste el día que me lanzaste aquel refresco.


-Pues que masoquista.


-Ja ja ja. Deberías considerarlo un halago. Bien, no me gusta perder el tiempo. ¿Vendrás por las buenas o las malas?


-¿No tienes ya la respuesta? Anda, dile a tus cómplices que salgan de donde quiera que estén.


-¿Para que me de la vuelta y presiones ese botón? No gracias. Para casos de vida o muerte trabajo solo. Es una gran lección de vida que te doy gratuitamente.


-Que pena me das y quédatela porque no la necesito.


-Ja ja ja, que sea un uno contra uno.


-Me parece justo.


Alannis se quedó parado, da la impresión de que no quiera mover un dedo. Aginis se acercó rápidamente y lanzó un puñetazo al rostro solo para probar dando posteriormente  un salto hacia atrás. El golpe no llegó a su objetivo porque lo evadió con facilidad grotesca.


-Se nota que has tenido buenos maestros de artes marciales-el de orbes miel.


-Todo lo contrario. Mis habilidades se han pulido en las calles luego de muchas golpizas. Incluso temí volverme loco.


-Tus miedos están bien fundados.


-Ja ja ja, hablas mucho.


-¿Y? Si querías a alguien callado te hubieses llevado a Edgar.


-Ese no merece respirar.


-Si, claro-con ironía.


-¿No darás un nuevo golpe? ¿Una patada tal vez? ¿O un proyectil de refresco?


-Tentador, muy tentadora la última opción. Desgraciadamente no traigo mi mochila.


-Deberías tirar esas hojas. Así no serás un rival interesante.


-¿Quieres que me reprueben?


-Muy cierto. Uno debe aplicarse en los estudios.


-¿Verdad?


-Pero ya que son los tuyos y no los míos me vale por completo-sonrió de lado.


Ahora fue Alannis el que acortó la distancia y lanzó una patada al abdomen ajeno, pero este le bloqueó con la espinilla y tuvo que soltar los documentos para no perder el equilibrio.


-Nada mal, si pegas duro-el castaño.


-¿No que esos papeles eran muy importantes?


-Nah, le diré al profesor que un vago me asaltó. Entenderá.


-¿Qué no me tienes miedo?


-¿Me dejarías ir si digo que si?


-No.


-¿Para qué tenerlo entonces?


El menor se abalanzó contra el oponente para propinarle un buen puñetazo pero Alannis le sujetó de las muñecas.


-Esperaba más de...


Un cabezazo provocó que el agresor le liberara.


-Esa no la vi venir.


-No te pienses que soy débil.


-Me quedó claro, poco más y me rompes la nariz. Aunque sospecho que el labio si porque advierto el sabor característico de la sangre-lamió la zona-no soy adicto a el.


-Al menos no eres un vampiro. Mmm, ¿no estamos demasiado solos?


-Oh hay algunas chicas regalando billetes de baja denominación, te sorprendería lo que la gente hace por uno de ellos.


-Eres una basura.


-Dime algo nuevo.


Aginis alzó la muñeca que tiene el brazalete y estuvo a punto de presionar el botón cuando se vió en la necesidad de bloquear una patada de Alannis.


-Es de mala educación ignorar a la gente, la próxima te arranco la cabeza.


-Entonces no te seré de mucha ayuda.


-No tienen porque enterarse.


«-Rayos, este sujeto es más hábil de lo que imaginé. No creo ser capaz de vencerle de frente, no me agrada la idea de jugar sucio, ¿qué opción me queda? ¿Huir?»


-Tchi...-frunció el ceño.


-¿Algo te molesta?-divertido.


-Muchas cosas en realidad, la principal tu horrible cara.


-¿Enserio? Siempre me consideré apuesto.


-Necesitas un mejor espejo.


«-Este es el momento decisivo, todo o nada.»


Aginis respiró hondo para luego aproximarse a su agresor, cuando le tuvo cerca le dió un potente golpe con el puño en el abdomen que fue exitoso y provocó que este emitiera un sonido perturbador, como si le hubiese quebrado un hueso. Alannis se dobló sobre si mismo así que el castaño se giró aprovechando la situación. Jamás imaginó que le tomarían del cuello y estrellarían brutalmente contra el pavimento. Atontado el de ojos miel se quedó en la misma posición. El hombre le volteó y tomó asiento en su vientre.


-Seguro dolió-se burló-pero esto aún no acaba.


-¡WAAAAAAAHHHH...!


El mafioso colocó la mano sobre sus labios para silenciarle.


-No grites, llamaras la atención. Te dije que irías por las buenas o las malas. Si hubieras aceptado mi invitación no habrías sufrido.


Guardó un aparato que emite intensas descargas eléctricas y que empleó sobre su pecho. Todo le dió vueltas a Aginis que sin poder evitarlo perdió el sentido.


-Ya no necesitarás esto.


Le quitó el brazalete que tiró y pisoteó hasta romper.


-Nos vamos, no hay más reclamos ¿cierto?-silencio-Así me gusta.


Sonrió como total desquiciado y se lo echó al hombro para posteriormente lanzarle al asiento trasero de su auto estacionado no muy lejos, sitio que empleó para vigilarlo desde el lunes. Cogió como si nada el volante y se puso en marcha.


-Aginis, Aginis, Aginis. Enserio que no planeaba lastimarte pero no hay vuelta atrás. Más le vale a Edgar devolver lo que robó.


-I-Inorah...


-Será mejor que olvides ese nombre porque sin importar lo que suceda te dejaré escapar. Desde hoy eres un lindo adorno que dejaré encadenado a la pared ja ja ja ja.

Notas finales:

Mmm Alannis cada día es más hijo de su...pero no sé, por alguna razón me agrada así XD. Por qué quiere a Aginis como algo parecido a un trofeo? Para joder a Edgar XD (?. Nos vemos en la conti y muchas, muchas gracias por seguir leyendo :).


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