En casa del director, habitación del actor.
Este se encuentra en compañía del novio, esperando algún indicio del paradero de Aginis, ambos sumidos en un pesado silencio que se ha prolongado por treinta y seis minutos.
- Todo esto ya me da asco - declara con total simpleza el mayor.
- ¿Qué quieres decir?
- Todo, literal. La confusión de Inorah, el que usara a Aginis, que este le diera lo más importante por temor a perderlo. Que Alannis sea un desgraciado sin consideración, que me fuera imposible evitar que lo secuestrara. Y ese rollo romántico que se traen Inorah, Edgar y Neyran, es más creo que a últimas fechas se sumó Jared.
- Mmm creo que mi tío y Jared lo están intentando.
- Espero que por las razones correctas.
- También yo.
- ¿Sabes? Es por momentos como este que me siento tan afortunado de estar a tu lado.
- Tengo defectos terribles.
- Como todos pero, aún con los graves problemas de personalidad, que dicho sea de paso me tienen sin cuidado. Buscas el bienestar de otros antes del tuyo. Estoy convencido de que una vez logres superarlo serás un gran hombre, bueno mucho mejor de lo que ya eres.
- M-muchas gracias - se sonroja - espero llenar tus expectativas.
- Ay no por favor.
- ¿Eh?
- No quiero que seas el Ryuu de mis sueños o la personificación de mis fantasías. No seas la persona que los demás esperan que seas sino el que tu ansias ser.
- ¿Yo?
- Si. A la goma Inorah y su complejo de héroe, Esmeralda y su "necesidad" de protegerte. Incluso mi admiración al actor. Solo sé tú.
- Vaya... solo yo. ¿Y si no te... ?
Enek colocó el índice sobre sus labios, invitandole a guardar silencio, sonriendo.
- Si nos convence o no es algo que sabremos con el tiempo. No tengas miedo. Nadie dijo que tu personalidad debe ser la misma desde el nacimiento. La gente cambia con las experiencias e interacción con otros, es algo que se aplica a mi también.
- Gracias.
- Gracias a ti por siempre escuchar con paciencia.
Unieron sus labios en un dulce beso, tomándose de las manos.
«- Resiste Aginis. No puedes morir así, debes conocer el amor de verdad. Ah, si solo tuvieras a alguien como yo a Ryuu... »
~_~_~_~_~_~_~_~_~_~
...
Domingo, en la guarida.
Aginis en verdad está sorprendido con la amabilidad de su captor. Resulta que el baño tiene regadera y agua caliente. Le proporcionó productos para la higiene y ropa nueva. Caray que hasta parece adivinar y predecir los antojos de su sofisticado paladar. Aunque vaya que se siente solo, una oportunidad para escapar es todo cuanto pide. Es más, se conforma con quitarse la estúpida cadena. Escucha la puerta lejos de su radio de visión y se emociona. ¿Con qué le sorprenderá hoy? Frunce el ceño.
«- ¿Acaso soy su mascota? »
El hombre se presentó con paso firme y decidido, con una expresión ligeramente aterradora que lo admita o no, preocupó un poco. ¿Se habría cansado? ¿Se desharía de él al notar que sus demandas no eran escuchadas? Agachó la cabeza contrariado.
«- Puede prescindir de mi en cualquier momento. ¿No veré a Inorah? »
- ¿Por qué esa cara princesa Aginis?
- ¿Vas a seguir?
- Te diré así hasta que sepa que no te importa. Para entonces habrá perdido la gracia.
- Eres un enfermo... ah...
- Edgar y compañía no se han comunicado.
- Vaya.
Alannis le extendió la bolsa.
- Traje el desayuno.
«- No ha cambiado su actitud hacia mi. Lo que le tenga de mal humor no tiene relación con esto. »
- ¿Qué es?
- Cruji pollo picante.
- ¡Qué bien!
El castaño desempacó las cosas lleno de alegría hasta que le embargó la desilusión al hallar un agua mineral.
- ¿No tenían refresco de cola?
- Ah si, es tu favorito. Se me olvidó.
- ¿Es alguna clase de tortura?
- Pasatiempo. Créeme, no quieres ser una de mis víctimas.
- Ah si... supongo que el ser tu prisionero no me convierte en una.
- Invitado.
- ¿De verdad? ¿Puedo ir al parque?
- No.
- Eres un pésimo anfitrión - silencio - Oye, ¿y tus hombres? ¿No deben reunirse para hablar de negocios o algo por el estilo?
- No les di vacaciones por si te lo preguntas. Arreglamos esos menesteres en otro lugar.
- ¿Temes averigüen tu debilidad?
- Que me obligues a cometer una masacre. Mis hombres no son precisamente buenas personas pero alguien podría tener el absurdo impulso de ayudarte. Prefiero mil veces asesinar a decenas que perder la oportunidad de recuperar a mi hermana.
«- Y lo dice con una calma. Que sujeto tan despreciable. Ahora recuerdo porque me cae tan mal. »
- ¿No piensas comer?
- Me quitaste el apetito.
- Y a mi las ganas de traer alimento por las próximas dos semanas.
- No estaré aquí por tanto.
- ¿Te arriesgarías?
- Bastardo.
~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~
...
En algún lugar.
Un grupo de sujetos habla de las inconformidades con los trabajos de los últimos días.
- Estoy aburrido. El jefe se la pasado metido con ese nuevo negocio del que no nos ha dicho nada.
- Y a nosotros nos da otros que ni los principiantes aceptan.
- Si, extorsionar por teléfono no es para mi.
- Quiero hackear un banco o jugar con las acciones de una compañía en la bolsa.
- Por desgracia el jefe es el único con el talento para ello.
- ¿Lo es? - un sujeto de orbes rojos.
- ¿Qué quieres decir?
- Bueno, siempre he creído que Alannis nos ve como entes estúpidos, incapaces de tomar decisiones. Lo de ahora es una clara muestra de ello. No sé ustedes pero ya me cansé de seguir órdenes.
Los demás se contemplaron entre sí con recelo, sin animarse a confesar el sentir que comprarte la mayoría.
- Un buen rey escucha a su pueblo, ¿o no? Estoy seguro de que tienen sugerencias, ideas más innovadoras que las de él.
- B-bueno, las drogas sintéticas son...
Ese y más comentarios se dieron al por mayor, el sujeto en cuestión les engatusó con suma facilidad.
- ¿Por qué no le hacen una visita a la guarida?
- ¿Y tú?
- Bueno, estoy conforme con el sistema. Si las cosas cambian o no, acepto cualquier veredicto.
- Cobarde.
- Ja ja ja prefiero fluir con la corriente y no en contra. Ahora que si el grupo precisa de mis servicios.
- Primero muertos.
El grupo salió ignorandole.
- Conque muertos, ¿eh? Es casi un hecho. ¿Qué harás Alannis? Tu "princesita" no era un secreto tan bien guardado, ¿o si? Sufre. Me la debes, no por asesinar al inútil de mi padre sino por arrebatarme mi posición como líder de su organización. Es una suerte que sea idéntico a mi madre y no al cerdo ese porque, incluso alguien tan brillante como tu cayó.
«- Y te hundirás mucho más, te lo aseguro. »