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Contigo nunca se que esperar por dark kirito

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Capítulo 29 El destino no es sutil.

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En la guarida.

El castaño frunce el ceño contemplando a su antes captor, posteriormente al egipcio.

- Es difícil de creer Edgar. Es raro pensar que lo hace por buenas razones. Aunque parece adorar a su hermana y sobrina, tal vez podría entenderlo mejor si... Nada que, me la pasé muy mal por su culpa y mi ex novio no quiere saber más de mi.

- Aginis - su amigo - no me digas que Inorah...

- Ni te preocupes. Me va a doler pero voy a superarlo. Salvaste mi vida, mis padres no querrían verme derrotado.

- Estoy seguro de que se sienten orgullosos donde quiera que estén. Después de todo eres un gran estudiante.

- ¡Que se irá a extraordinario por culpa de este miserable! ¡¿No podías esperar a que terminaran mis exámenes?!

- ¿Quieres que le haga una visita a tus profesores?

- ¡Ni loco! ¡Capaz que no vuelvo a saber de ellos! ¡Ya no voy a depender de otros! ¡Si consigo o no algo será por mis medios!

- ¡Esa es la actitud mami! - el actor sonríe con tristeza al tiempo que niega - También llegó la hora en que deje de escudarme en otros, de hacer las cosas como se deben. Jamás olvidaré que fuiste como una madre para mi pero... me gustaría más ser un amigo que pueda protegerte, al que corras cuando estés en problemas como lo haces con Enek.

- Sé que cuento contigo e independiente de lo que ocurrió con Inorah, soy la orgullosa madre de un gran chico.

- Ahí se ven - Alannis.

- ¿Y Nizzah? - el abogado.

- Está más segura si no sabe la verdad.

- ¿Te vas a sacrificar?

- No soy un santo. Dije que está más segura si no sabe la verdad pero igual se la contaré. Ella me educó y merece conocerla. Aunque primero debo atar los cabos sueltos.

- ¿Dejarás de molestar? - el castaño.

- Si te angustia repetir la experiencia...

- Ya no hay motivos para ello.

- Te equivocas. Enserio eres interesante, espera mi visita un día de estos bebé. Hasta entonces no te dejes raptar por otros. Adiós.

Se va caminando tranquilamente, como si paseara por un parque.

- ¿Estás bien Aginis? - le coge por los hombros Enek al notar el temblor en su cuerpo.

- Oh si, muy bien - sonríe maliciosamente - Me alegra saber que podré vengar mi dolor.

- Será mejor que vayan a casa. No deben involucrarse más con el caso.

- Mami...

- Tengo la de mis padres.

- Podrías venir conmigo y Derenia. Tenemos mucho espacio.

- Gracias pero debo aceptar que aún si no vuelven me dejaron una valiosa herencia fruto de su trabajo. Sería un malagradecido si no le doy mantenimiento.

- Me alegra saber que estás decidido.

- Hoy sentí de cerca la muerte. Debo cuidar la vida que me dieron y como bien dicen, la tercera es la vencida. Solo entonces y muy viejo me iré... Edgar...

- ¿Si?

- Si Alannis es el líder de la nueva policía, ¿qué hay con los diamantes de Ryuu? ¿Aún se encuentra en peligro?

- No. A eso se refería con cabos sueltos.

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Por la noche sentado en el muelle, un hombre con unas copas de más, agita una botella en dirección a la luna.

- ¡Por fin me liberé del usurpador! ¡La organización es mía como debió ser desde siempre!

- ¿Es así?

El sujeto gira en seco, las palabras se le atoran en la garganta, no da crédito a lo que sus ojos muestran.

- Alannis... - dice en un murmullo - Deberías estar muerto.

- Pues no soy un alma en pena. Estoy más vivo que nunca. Vaya ambición, ¿no te bastó con vivir con normalidad? Tenías que seguir el mismo camino de tu estúpido padre, no cabe duda de que heredaste esa sangre.

- Misma que tienes en las manos y ahora, vienes por más. ¿Nunca estarás satisfecho?

- Es tu culpa.

- No es que me interese pero si lo asesinaste es porque eres un monstruo deseoso de poder que buscaba ocupar su posición.

- En absoluto.

- ¿Eh?

- Lo que conseguí con él pude obtenerlo de otra persona, de mil maneras distintas.

- ¿Entonces por qué... ?

- Si he de dar una razón, digamos que su sentencia fue ser el más estúpido de los mafiosos.

- ¡El no era... !

- Los diamantes no llegan solos al estómago de un niño.

- ¿Y qué si fue así?

- Debió notar que alguien más operaba bajo sus narices, debió eliminarle aún si... - rodea el cuello ajeno con una soga, lo tensa con una fuerza que parece sobrehumana - Un hijo no debe pisar tu sombra.

- ¡Yo no... !

- Esos diamantes tienen tu sello. Pudiste lavarte las manos y rechazaste mi generosa oferta, no te quejes.

- Ja ja ja nunca vas a vencerme... sabrán... si me hundo tu...

- Sé nadar muy bien. Esta será la ciudad más segura así tenga que matar a la mitad de la población - la víctima se pone roja, luego azul y finalmente adquiere un grotesco morado a la vez que la lengua hinchada sobresale de la boca - empezando contigo - le tira al mar.

Alannis siquiera se molesta en disimular el cadáver, a ese cualquiera pudo asesinarle. Una de sus múltiples amantes, las tres esposas no reconocidas por la ley, decenas de hijos regados por el mundo, miembros de otras bandas delictivas. En fin que hay una gama rica para escoger, aunque un ser así no le interesa al mundo.

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En la casa del director.

Aginis guarda sus pertenencias en una maleta, el ex novio le contempla cruzado de brazos desde el umbral.

- ¿Enserio te vas?

- Oh cuidado Inorah, van a pensar que estas loco porque hablas con los muertos.

- Tu no...

- Para ti si y es lo único que importa. No me quedaré en una relación donde no hay confianza, donde a un segundo dices amarme y al otro me deseas lo peor. Querer a alguien no debería ser así. No puedes insultar y tratar como basura a alguien a quien le diste y te dio lo mejor, no tengo idea de como se llame pero estoy seguro de que no es amor.

- ¿Me detestas?

- ¿Te preocupa? - silencio - Descuida, nunca mentí con mis sentimientos. No fue a mi lado pero en verdad deseo que encuentres aquello que te haga feliz desde el fondo de tu corazón.

- Aginis... lo siento.

- Oh por favor, ni lo digas que me dan ganas de propinarte un buen puñetazo. Las cosas no finalizaron como esperé pero pase gratos momentos que me niego a olvidar. Me dejaste cosas positivas, no todo fue malo. La próxima vez que me enamore de alguien me daré el tiempo suficiente para conocerlo. Seguiré el gran ejemplo de Enek que prácticamente lo sabe todo de Kouryuu. Más importante, no es aquí donde debes estar.

- Supongo que por tu salud mental será mejor que no volvamos a vernos - expresa con gran amargura.

- Eres tu quien pretende que estoy muerto. La verdad es que no soy tan frágil como para desmoronarme con un intercambio de palabras. Si en un futuro necesitas algo, ahí estaré.

- No merezco tu bondad.

- Pues no pero así soy ja ja ja ja.

Ya muy tarde Inorah se da cuenta de la gran oportunidad que dejó ir con el que quizá es el chico con el alma más bella del mundo.

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En un hospital.

Un par de ojos rosas se abren lentamente, contemplan a su alrededor confundidos hasta que al dueño cae en cuenta de la cálida mano que estrecha la suya.

- Jared...

- Buenas noches. Si que me asusté esta vez. Estuviste inconciente durante horas.

- ¿Aginis... ?

El psicólogo le sonríe con dulzura, pasa la mano para hacer a un lado algunos mechones de cabello que cubren su rostro, le da un inocente beso en la mejilla.

- No me sorprende que preguntes eso antes que por tu condición. Tranquillo. Aginis apareció, por curioso que parezca nunca estuvo en peligro, es complicado. Y con respecto a tu salud. Tu hígado tiene un daño irreparable por lo que tu sangre no logra limpiarse.

- ¿Cuánto tiempo me queda?

- Toda la vida.

- No comprendo.

- Un transplante de hígado puede salvarte. Por fortuna es un órgano que se regenera así que se puede intentar con un donante vivo. Lo ideal es que un pariente cercano se ofreciera.

- Ja ja ja - se carcajea con nulo entusiasmo, desganado - dudo que mi hermano tome un riesgo como ese, ya no es la clase de persona que recuerdo.

- No lo sé pero al llegar pedí que me hicieran los estudios. Mi compatibilidad no es tan alta como podría serlo con él pero si lo quieres yo...

- No, ni loco.

- Neyran... por primera vez en la vida deseo ser egoísta. Lleva en tu interior una parte de mi.

El mayor se sonroja exageradamente, toda expresión no hace sino reflejar la gran sorpresa que se ha llevado.

- No me queda la menor duda de que quiero hacerme viejo a tu lado. Ansío proteger al chico que pregunta por otros cuando está al borde de la muerte.

- ¡Tu también! Si las cosas no salen bien en la cirugía...

Los labios de Jared sobre los suyos le dejan pasmado.

- ¿Q-qué hay de tu fobia a otros hombres?

- No voy a decir que me curaste, dar un diagnóstico apresurado es negligente - toma su diestra y repasa la boca con suavidad en cada dígito - me inspiras muchas cosas pero no terror mi querido ángel.

- Oh~.

- Únicamente lo arriesgaría todo por ti. ¿Me das la oportunidad?

- ¿Cómo voy a negarme si lo pides así? Jared.

- ¿Si?

-¿Me das un beso?

- Todos los que quieras.

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Al día siguiente en una de las salas para interrogario en la estación de policía.

Los ojos de Nizzah brillan por culpa del llanto contenido una vez Alannis que se encuentra sentado al otro lado de la mesa, le ha contado la situación. El no muestra aflicción alguna en el rostro, ella en cambio respira agitada.

- Me cuesta creen que no lo noté.

- No permití que lo hicieras.

- No es excusa. Se supone que soy tu hermana mayor, la que debía protegerte y al final me convertí en una carga.

- Eres más que mi hermana, una madre que me educó y a la que debo todo.

- Que tonto...

- ¿Estás enojada? ¿Decepcionada? Bueno, ¿y qué si no?

- Orgullosa.

En este instante la cara de Alannis asemeja a la de un niño que recibe un obsequio inesperado.

- El método es poco ortodoxo pero, haces esto por mi hija y por mi. Por si fuera poco es mucha la gente que se beneficiará por tu acciones. Si fuera incapaz de ver el sacrificio que has hecho, no sería digna de pertenecer a tu familia.

- Eso significa...

- Las cosas no tienen porqué cambiar, no quiero perderte. Aunque si me gustaría que confiaras un poco más en mi. Es de esperar que no me cuantes todo en tu trabajo pero aspiro a ser quien te anime cuando te sientas agotado.

- Cuenta con ello Nizzah.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Por supuesto.

- La razón de que te involucras tanto con ese hombre al que terminaste asesinando fui...

- Es un secreto que me llevaré a la tumba.

- Dijiste que...

- Podías hacer una pregunta, no que la iba a responder. Aunque te ame no voy a satisfacer todos tus caprichos.

La mujer hace una infantil rabieta. Alannis estalla en carcajadas. Comprende que todo en la vida se paga y más temprano que tarde recibirá el castigo pertinente. Pero agradece que ese precio no halla sido su hermana porque sin ella, nada sería igual. La mujer que le ha guiado en la vida, su fortaleza, alegría y debilidad. La única arma que tendrían para chantajearle y hacerle caer a un mundo al que no le daría el gusto de verle hundir. Del que saldría victorioso y que le llevaría a asesinar al que osó meterse con lo más sagrado, su familia.

«- Si anhelara algo más no sería más que una basura, estoy satisfecho. »

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En casa de Aginis.

Este abre la puerta que cierra tras de si, sonríe y alza los brazos entusiasta.

- ¡Ya regrese! - se estampa contra un abrumador silencio - Vaya, supongo que me acostumbré al ruido con los chicos. Pero no por eso me voy a deprimir - busca el interruptor con la mano para encender la luz, palidece - ¡Waaaaaah!

Justo al lado de su diestra se halla ni más ni menos que el jefe de la policía.

- ¡¿Pero qué rayos haces aquí Alannis?!

- Digamos que tengo un poco de tiempo libre en lo que Edgar arregla su situación con mi hermana, sé que les irá bien porque se aman. Y si bien es cierto que mi cuñado no me cae tan bien no hay mejor candidato para mi querida Nizzah.

- Bueno, ¿y qué pinto yo en todo esto?

- Por favor, ¿no me digas que no sentiste un vínculo especial durante el secuestro?

- No soy fan del síndrome de Estocolmo, gracias.

- Pues que mal. No tengo a donde ir, me da flojera buscar un hotel y eres interesante.

- Me niego a darte asilo.

- Traje bufett chino para comer.

- No me comparas tan fácilmente, te odio.

Se da la media vuelta solo para ser esposado de una mano al cinturón del mayor.

- Lástima, estas arrestado.

- ¿Bajo que cargos? - le mira con hastio.

- Por mezquino. Mira que no darme un techo cuando traje alimentos. Ahora no te dejaré ir hasta mañana.

- ¡No es un arresto! ¡Me secuestras otra vez y en mi propia casa!

- En mi caso no es muy distinto lo uno de lo otro.

- ¿Qué tan descarado puedes ser?

- Ni te lo imaginas ja ja ja ja.

Vaya suerte la de Aginis. La fortuna no tiene misericordia. ¿Hasta cuando le tendrá un poco de piedad? Porque es seguro que en su descripción de tranquilidad no figura el ser privado de la libertad de nueva cuenta. Lo que desconoce es que aunque el destino se confabule para brindarle alegría, no es precisamente sutil.

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Notas finales.

De inicio tenía planeado que Nizzah no perdonara a su hermano así que no querría verlo más, en esta versión Aginis sería quien le apoyara al sentir pena por él al identificarse por verle sólo en prisión (en el mundo alterno donde la policía le ofrece un trato) por lo que Alannis y Aginis forjarian paulatinamente una gran amistad que más tarde les llevaría a estar enamorados. En la versión final, es decir, esta. Alannis hace lo que se le da la gana y escribe solo (?. ¿Están el y Aginis enamorados en la actualidad? Nop. Aginis le quiere bien lejos, al otro lado del mundo de ser posible y para Alannis realmente es divertido joderle la existencia. Nos vemos en la continuación y muchas gracias por seguir leyendo :D.


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