Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Contigo nunca se que esperar por dark kirito

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

# 32 contigo #
Capítulo 32 Si no es demasiado pedir.
.
.
En el hospital
El actor mira interrogante a su pareja.
—¿A qué te refieres con fugarnos Enek?
—Bueno, es que mis padres por fin regresan de su viaje y… pues no voy a esconder que tengo novio aunque no creo que ello les haga gracia. Y no es porque me dé pena, vergüenza o algo por el estilo, estoy bastante orgulloso de lo que tenemos pero, ellos son bastante tradicionales, demasiado… ni siquiera te dejan mira tele durante las comidas. ¿Te imaginas lo que pasará cuando se enteren de que su hijo les salió gay? Me da igual si me matan, tuve una buena vida al compartirla contigo pero si me alejan, si ya no puedo verte… y también… al final son mis padres, no quiero pelear con ellos. Tengo claro que tenemos que hablar, que no voy a huir pero… al mismo tiempo no… no sé qué hacer — baja la cabeza apesadumbrado, tiembla, el otro le coge de las manos.
—Es poco común verte así, confundido y exaltado con tus sentimientos. Yo no voy a decirte qué hacer porque a final de cuentas es tu decisión pero yo, tengo una vida aquí, seré un actor reconocido porque ese es mi sueño. No voy a escapar, si tus padres quieren matarme porque es culpa mía que seas así, lo aceptaré. También estoy orgulloso de lo que tenemos, soy afortunado por haberte conocido y pelearé tanto como sea necesario y no podré estando lejos.
—¿Estás seguro? Podría ser una década o más de constante amargura, yo no te pediría un sacrificio como ese.
—No me estoy sacrificando. Tu me das el valor que nunca tuve, contigo tengo el coraje de enfrentar lo que sea. Es por eso que si decides escapar yo te daré refugio y te cubriré del mundo pero, si no deseas renunciar a tu vida, te protegeré. Sea cual sea tú elección, no me iré de tu lado, somos un equipo, ¿cierto? — sonríe.
—Kouryuu… — los ojos se le llenan de lágrimas y asiente — Es verdad, todo saldrá bien.
—Ahora vamos con mami — le seca las lágrimas con un pañuelo — seguramente te hará sentir mejor.
El trío platicó un rato de tonterías, después de todo no iban a molestar a Aginis que recién se recuperaba de ser apuñalado, cuando el cansancio se apoderó del paciente, la pareja volvió cada quien para su morada.
.
.
Por la tarde en casa de Enek.
Al llegar su hermana le recibió extrañamente amable, demasiado al grado de ser espeluznante. Se conoce demasiado bien a la chica como para no olerse que algo se trae. Durante un buen rato estuvo meditando, hizo una lista de los pros y contras de enfrentarse a sus progenitores y si bien las cosas estaban bastante parejas, no terminaba de convencerle el que Kouryuu quedara tan expuesto. Enek no tiene un mal concepto de sus padres, todo lo contrario, realmente los ama pero enfrentarlos, decepcionarlos o no coincidir en su manera de ver al mundo es algo para lo que no estaba preparado, no quería decidir entre uno y otro miembro de la familia porque si, aunque solo sea su novio, Kouryuu ya es parte de su círculo más cercano. Suspira. Que difícil. Esto es como ver a un hermano apuñalando a otro, le recuerda un poco a Caín y Abel, niega violentamente con la cabeza. Esperaba que el asunto no fuera para tanto pero con las personas uno nunca sabe. El imaginar el pecho de su madre, padre o amor de su vida atravesado le resultaba devastador, podía soportar muchas cosas, arriesgase estúpidamente si así se quiere ver pero jamás el odio y repulsión mutuo en los seres que más deseaba proteger. Y de pronto una idea le atacó. ¿Y si presentara a Ryuu como su esposo y no su novio? Consumado el hecho ya no habría mucho que sus progenitores pudieran hacer, aunque mentir no le convencía del todo era la solución más diplomática que había encontrado. Volteó a mirar el reloj de pared, las seis y media de la tarde, el sol comenzaba a meterse en el horizonte, el nerviosismo le invadió. ¿De verdad sus padres no podían hacer nada una vez se enteraran del matrimonio? Además siendo tan precavidos, ¿no intentarían averiguar en el registro civil? Había mil maneras de encontrar el archivo después de todo. Cogió el móvil y se dispuso a investigar, tenía que firmar un formulario, llevar la documentación y a un par de testigos… era demasiado trabajo para una horas pero si al menos tuviera el formulario… a lo mejor eso ayudaba un poco y para conseguirlo solo había que pagar en la tesorería cierta cuota. Cogió la cartera y llaves para salir disparado a toda velocidad de su habitación más cuando llegó a la planta baja descubrió horrorizado que la puerta estaba cerrada con llave.
«—¡Derenia!»
—¿A dónde hermanito? ¿Se te olvida que pronto llegarán nuestros padres? ¿Qué crees que piensen si no te encuentran?
—No tardaré.
—No voy a arriesgarme.
—Déjame pasar.
—No.
Generalmente Enek saldría corriendo, pues sabe lo peligrosa que puede llegar a ser la chica, aún si, el futuro y no solo suyo está en riesgo.
—Quítate — dijo está vez molesto.
—No.
—No me obligues a hacerlo.
—Quiero ver que lo intentes.
Vaya que al muchacho le invadió la furia, tenía ganas de recetarle de menos una bofetada pero a fin de cuentas es su hermana y Derenia ha intentado cuidarle muy a su manera. Respira hondo y emprende carrera en dirección a su alcoba, es todo o nada. Ella le observa sorprendida.
«—No sería tan estúpido como para… pero es Enek…»
—¡ENEK VEN PARA ACÁ! — le ignora por completo — ¡QUE REGRESES MALDITA SEA!
La chica le dio persecución pero el joven agarró una velocidad casi sobre humana, una vez él llega a su habitación abre la ventana, Derenia llega al umbral de la puerta.
—¡ENEK!
Este se lanza sin más, impulsándose con la barandilla, casi llega a la rama del árbol, está tan cerca, estira la mano pero se precipita al vacío. No está muy alto, solo saldrá algo herido, por reflejo mira hacía el piso, contiene el aliento debido a la impresión.
—¡PAPÁ!
—¿Eh?
Lo único que alcanza a vislumbrar el aludido son estrellitas y luces, de esas que uno ve cuando se marea. Derenia y la madre escuchan claramente la colisión de ambas cabezas y el par masculino queda tirado en el pasto.
.
.
Minutos más tarde, en la sala.
Enek abre los ojos de a poco, todo parece borroso, se lleva la mano a la sien derecha.
—¿Dónde estoy? — interroga confuso.
—En el sillón por fortuna pequeño idiota — responde su hermana que limpia con un trapo húmedo el rostro de alguien — ¿en qué diablos estabas pensando? Enserio — suspira.
—Bueno yo… — ni hablar, era demasiado tarde para tomar cualquier medida — Papá, mamá, necesito hablar de algo muy serio con ustedes.
—¿Si? — interroga el hombre con una sonrisa, con la cara escurriendo de sangre.
—¡Oh por! ¡Papá lo lamento! — intenta pararse de golpe pero se marea.
—Estoy bien, solo es una zona algo escandalosa.
—¿Estás seguro padre? — pregunta Derenia — Considera que te ha golpeado la dura cabeza de este asno.
—Estoy seguro.
Se hace un silencio en el que Enek piensa en la manera de hallar aún una salida, finalmente la herida del progenitor deja de chorrear.
—Ha pasado mucho tiempo desde que pudimos estar juntos — dice la madre con nostalgia — Han cambiado tanto, han crecido bien. Eso me hace muy feliz, estoy orgullosa de todo lo que han hecho.
—Probablemente no lo estén de mi en unos minutos pero… mamá, papá, tengo novio.
—Aginis — interrumpe Derenia, el chico le mira furioso.
—Kouryuu, ¿no es así? — el padre.
—¿Qué? — perplejo, casi en un susurro.
—Derenia — la mujer — Nos ha contado todo, además después de tantos años, ¿pensaste que era un secreto lo mucho que te gusta? Aunque ciertamente no esperaba que lo fueras a conocer en persona ni mucho menos.
—Mamá… — es más como una queja, tiembla — ¿Y qué piensan? Yo sé que son muy tradicionales con…
—Hace muchos años tuve al que puedo llamar mi mejor amigo — le interrumpe el padre — Todo lo hacíamos juntos, pensábamos igual, realmente nos divertíamos. Un día lo invité a pasar la noche en mi casa, jugamos videojuegos hasta muy tarde, cuando íbamos a dormir me dijo que estaba muy enamorado de un chico, me pidió que le ayudará con la declaración. Imaginarás mi reacción, yo crecí en un hogar muy estricto, donde se tenían que obedecer todas las reglas y, una de ellas era que un hombre solo puede amar a una mujer. Perdí la razón, lo golpeé porque me dio asco, sentí que solo buscaba divertirse con el sexo, con algo que estaba prohibido y que eso no podía ser amor. Lo saqué a patadas de mi casa, en plena madruga y sin importarme su seguridad. No supe de él hasta una semana más tarde, cuando estando en clases, su madre nos avisó del funeral. Dijo que vagaba en la calle y un coche lo arrolló pero yo sé que estaba pensando en demasiadas cosas, en que su mejor amigo le había fallado… y por eso no vio ese auto. Ese mismo día, el chico del que estaba enamorado mi amigo… se suicidó y lo entendí, los sentimientos de ambos eran correspondidos. Si yo no hubiera sido tan cerrado, si hubiera hecho lo que debí… mis acciones le quitaron la vida a dos inocentes personas que no le hacían daño a nadie, cuyo amor no me afectaba. En ese entonces no podía entender cómo fui capaz de reaccionar de manera tan vil. Mi amigo recurrió a mi porque confiaba a pesar de conocer a mi familia, debió tener sus dudas, temor y ¿cómo se lo pagué? Al conocer a tu madre entendí lo que era el verdadero amor y confirme el daño que hice… puede que con el pasar de los años aún conserve muchas de las tradiciones con las que fui educado pero Enek, yo no planeo repetir ese error, especialmente con mi preciado hijo.
—Papá… — conmovido.
—Y ese chico — su madre — ¿Vale la pena? ¿En verdad te corresponde? No quiero que te lastimen.
—Él… — llaman a la puerta, Derenia abre y rápidamente un chico rubio llega a la sala.
—Buenas tardes señor, señora. Mi nombre es Kouryuu y soy el novio de su hijo. Si van a odiar a alguien que sea a mi, Enek no ha hecho nada malo.
—¿Estás dispuesto a aceptar cualquier castigo? — la hermana que viene con un cuchillo más no recibe respuesta — ¡Te estoy hablando! — Rápidamente se abalanza sobre el, poniendo a todos de nervios, más antes de herirlo, el actor le sujeta con fuerza de la muñeca donde empuña el metal.
—Había decidido que aceptaría cualquier castigo pero casi, no puedo morir. No le haría llorar a la persona a la que más deseo hacer feliz. Pueden intentar darme una golpiza pero me voy a defender, no permitiré que Enek sufra si es posible.
—¿Así que nos harás daño? — Derenia.
—Pensaba más en algo como esquivar y correr — confiesa — si los lastimo o ustedes a mi, Enek la pasará mal — le libera.
—Tu en verdad — la madre que se acerca hasta tomarlo del rostro — has escuchado a mi hijo, estás pensando en él al grado a venir a enfrentar a su familia.
—Sabiendo que te odio — la hermana.
—Bueno, honestamente me da igual lo que piensen de mí siempre que no afecte a Enek, un poco de odio y rencor no me van a matar pero si estar lejos de él — se libera y coloca al lado del novio, de manera protectora.
—Ryuu… — se toman de la mano en señal de apoyo.
—Es suficiente — el padre — es más que evidente lo que sienten, ninguno de nosotros va a oponerse. Ahora que está todo resuelto, ¿cenamos?
—¡Si! — la esposa — el viaje fue demasiado largo y ya tengo hambre.
—Vamos a la cocina a ver qué hay.
Los dos mayores les dejan a solas, Ryuu se deja caer de rodillas, aliviado.
—¡Qué miedo! Creí que me iban a linchar, pero tus padres son muy agradables.
—Esa manera de detener el cuchillo — la joven — quizá no seas un desperdicio de alfa después de todo — va rumbo a la cocina también.
—¿Que, qué? — confuso.
—Parece que toda mi familia te acepto formalmente como mi pareja.
—¿Enserio?
—Si.
—Que bueno, no quería estar lejos de ti.
—¡¿Qué esperan muchachos?! — la mujer — ¡Si no se apuran los dejaran abajo con la comida!
—¡Eso está frío mamá!
—¡Está delicioso! — el hombre.
—¡Papá!
La joven pareja sonríe, se toman de las manos y dan un tierno beso.
—Tuvimos suerte Enek.
—Si, somos muy afortunados.
Se besan de nuevo y caminan en dirección al resto de la familia.
.
.
Dos semanas más tarde
Aginis recibe la visita de todos sus amigos durante el tiempo que está hospitalizado pero no hay señal alguna de Alannis, lo que lejos de ponerle triste, le alegra de sobre manera, aunque si sorprende. Luego del primer día no le volvió a ver, ¿será que por fin se había aburrido? Qué voluble. Se pone los zapatos y espera sentado en la cama, contempla el reloj de pared. Por fin le han dado el alta, la enfermera dijo que esperara, que la persona que iba a recogerle llegaría pronto. ¿Sería Enek? No, la chica dijo que era un hombre muy apuesto, hace un gesto de desagrado.
—No será Alannis, ¿o si? — llaman a la puerta — Adelante — queda completamente perplejo al ver la identidad de la visita.
—¿Inorah?
—Hola Aginis. Enek y Kouryuu están ocupados con algunas cuestiones y me han pedido venir por ti… también les pedí que me dejaran verte, estaba preocupado.
—Gracias.
—¿Puedes andar o quieres que te cargue?
—Estoy bien.
Caminan hasta salir del hospital, Aginis se tambalea al marearse un poco, el pelirrojo le coge por la cintura.
—¿Seguro estás bien?
—Si, solo estuve mucho tiempo encerrado, espero no visitar el hospital nunca más.
—También lo espero.
Ambos suben el auto del director, van en silencio, no incómodo pero tampoco es como que tengan de qué hablar, llegan a su destino, Inorah le deja en la puerta de su hogar.
—Aquí nos despedimos — el mayor.
—Gracias por todo lo que hiciste por mí.
—Gracias a ti.
—¿Eh?
—No tiene significado en particular, solo estoy feliz por conocerte, espero que siempre seas muy feliz y si necesitas algo, no dudes en decirme.
Se retira. El castaño se mete a su hogar bastante confundido, pareciera que Inorah realmente ha cambiado, ya no insiste con que lo ama ni pretende obligarlo a estar a su lado, se nota el amor en sus ojos y sin embargo no va más allá porque es consiente del daño que ha hecho. Se lleva la mano al pecho.
—Inorah idiota, si hubieras sido así entonces, todavía estaríamos juntos.
Va a su habitación y se tira en el lecho, está demasiado cansado y se queda dormido. Varias horas más tarde le chillan las tripas, baja a la cocina porque le da hambre, de pronto le parece escuchar la voz de una niña que ríe, palidece. ¿Acaso ahora tiene fantasmas? Camina rumbo al sonido y queda clavado al piso, en el lugar donde solía estar la pared de la habitación de huéspedes hay otra habitación, ¿su casa se hizo repentinamente más grande? Se adentra y nota que no es lo único, es como si hubieran dos casas juntas.
—¿Pero qué?
Finalmente llega a una alcoba con la puerta cerrada, abre y ve a una niña corriendo de un lado a otro, jamás la había visto.
—Deja tranquilo a tu tío, necesita reposo — una mujer que pela una jícama.
—Ah… — es lo más inteligente que se le ocurre al castaño decir.
—Oh Aginis, por fin llegaste, no te escuché, disculpa. ¿Tienes hambre? — le interroga la mujer — Oh es cierto, mi hermano me habló demasiado de ti pero no debes saber quién soy. Mucho gusto, me llamo Nizzah.
—¿Eh?
—Al fin puedo conocer al prometido de mi hermano.
—¿Que cómo?
Solo entonces la infante voltea.
—¡Tío Aginis! — y se lanza a sus brazos, tirándoles a ambos.
—Cuidado amor, recuerda que acaba de salir del hospital — coge y carga a la niña — Voy a preparar algo de comer, mientras puedes hablar con mi hermano pero se durmió hace un rato.
Aginis mira al aludido, recostado en la cama, con un suero conectado a la vena del brazo.
—¿Qué le pasó a Alannis?
—Se peleó con unos bandidos y perdió mucha sangre, aún así hizo una donación… fue tan imprudente. Pero estará bien, solo unos días más con suero y estará como nuevo. Debe a amarte mucho y no lo dudo, eres un increíble muchacho. Aunque no deberías entrar e edificios en llamas para salvar a un desconocido… sin embargo fue una manera muy romántica de conocerse — ríe y se retira.
—¿Ah?
El castaño se coloca al pie de la cama, vaya, es la primera vez que Alannis se mira tan vulnerable, tan pálido, frágil y podría jurar que ha perdido peso.
—Esa donación… fue a mi, ¿verdad? No recuerdo si estaba consiente, lo escuché entre sueños o fue mi imaginación pero tengo la impresión de haber oído que no lograría llegar al hospital — toma asiento a su lado — ¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué incluso has juntado tu casa con la mía? Y ya no hablemos de lo acosador e impositivo que eres. Alannis, no estoy del todo seguro con respecto a lo que sientes por mi pero yo, no puedo corresponderte. Sé que me has salvado la vida muchas veces, aunque igual pareces ser la causa y solución de todos mis problemas… aún así, aunque parezca tonto e incomprensible, aunque tal vez en muchos sentidos seas mejor partido que Inorah, es de él de quien aún estoy enamorado, no puedo cambiar mis sentimientos como si nada, para mí todo eso no fue un juego. Es por ello que no puedo amarte, lo lamento.
—¿Qué tan patético te piensas que soy Aginis?
—Estabas despierto, tan ruin como siempre.
—Ey, si me hablarás como hasta hace un momento, has de cuenta que sigo dormido.
—Pero sé que no lo estás — molesto.
—Bueno, como dije antes, ¿qué tan patético te piensas que soy? Si crees que necesito que me ames, que te lances a mis brazos y me mires con ojos de borrego, no me conoces en absoluto. Es divertido estar a tu lado, son agradables los momentos que pasamos juntos aunque sean tan simples como mirar una película y dios, incluso me has contagiado tu extraño régimen alimenticio.
—¡Ey! — se queja ofendido.
—Eso está bien para mí. Por mucho tiempo me cerré en lo que sentía por mi hermana, por todo lo que le debía y eso no ha cambiado, pero más que verte como a una pareja, me gustaría ser tu amigo.
—¿Mi … amigo?
—Así es. Si hay algo que me agrada de ti es tu increíble simpleza, no es difícil saber lo que piensas, lo que te hace feliz y así mismo no juzgas. A tu lado puedo ser tal y como soy, aunque te quejes en verdad no te alejas, contigo puedo tener la paz que no sabía necesitaba, eres tú quien hizo me diera cuenta y por eso mismo no voy a perderte.
—¿Eh? — se sonroja.
—Si hace falta salvarte, donarte alguna parte de mi cuerpo, incluso que veas al inútil aquel que todavía amas, que así sea, porque yo no estoy pidiendo migajas, porque yo no estoy esperando como la víctima de un amor no correspondido, para mí estar aquí y ahora ya vale toda la pena del mundo.
—No… no sé qué decir…
—No es necesario, ahora que vivimos juntos, igual no tienes opción, serás mi amigo por la fuerza — sonríe.
—Vaya que eres astuto — suspira profundamente — con todo lo que has dicho y hecho, sería un gran patán si rechazo tú oferta, además, honestamente no me desagradas del todo.
—Oh vaya, eso sí que es una sorpresa. Pensé que llamarías a la policía por allanamiento de morada.
—Y me lo dice el jefe — irónico — si que lo tenías planeado. Pero, ¿para qué tomarte tantas molestias? ¿No te convenía más el solo vivir en mi casa? Esto obviamente es ilegal como todo lo que haces.
—Para visitarte y jugar un poco está bien pero a fin de cuentas es un recuerdo valioso de tus padres, ¿o no? Yo entiendo muy bien lo que es atesorar a la familia y por ello quiero respetarlo.
—Vaya, si que eres todo un caballero… más bien eres raro.
—Serás la primera persona que me lo diga abiertamente.
—Y a todo esto, ¿cómo te sientes? No luces nada bien y antes de que mientas de nueva cuenta, los amigos se hablan con la verdad, ¿o no?
—No siempre pero está bien. Solo tengo una ligera anemia.
—No me parece que sea tan ligera.
—Solo no estoy acostumbrado, rara vez me enfermo y eso pero pronto pasará, el médico lo dijo, lo prometo.
—Ah~ supongo que habrá que creerte.
—Empezamos está amistad con el pie derecho.
—Luego de muchos baches al conocernos.
—No hay vínculo más fuerte que aquel que sobrevive a los defectos.
—Supongo — se rasca la nuca — Por cierto, ¿por qué dice tu hermana eso de los incendios?
—Le dije que me habías salvado de uno y que así nos conocimos.
—Mentiroso.
—No podía admitir que solo te secuestré — declara sínico — sin embargo hay parte de verdad. Le diste sentido a mi vida en ruinas. Hay muchas cosas que no he visto en el mundo y tú provocaste la curiosidad en mi, hazte responsable.
—Waaa~ eso suena tan mal, siento que me terminaré arrepintiendo por el resto de mi vida.
—Siempre eres tan gracioso — cierra los ojos lentamente — dormiré un poco Aginis.
—Ah… eh… mmm… si. Dulces sueños Alannis — no hay respuesta — Gracias — susurra tan débilmente que aún si el otro hubiese estado despierto, no le habría escuchado.
El castaño le observa, no negará que Alannis es apuesto y mucho más que eso, fácilmente le imagina con un séquito de admiradores locos de lujuria, y aún así ese hombre que fácilmente podría atraer a las masas prefiere estar solo, es como si aborreciera a la humanidad. Alannis es un hombre confiable en muchos sentidos e inesperadamente cortés, sutil y considerado. Aginis siempre se imagino casado en un futuro con una dulce chica a la que le gustaran los animalitos, las cosas esponjosas, bueno, de alguna manera deseaba vivir en una especie de rosado y tonto sueño, con una esposa a la que siempre pudiera proteger, pero terminó enamorándose profundamente de un hombre que de cierta manera era así, le necesitaba para apoyarlo, pero no porque le viera de manera romántica o al menos no en ese entonces y ahora, hay alguien que ni le pide amor o protección pero si ofrece y planea dar algo que nunca había considerado, la existencia de ambos, ni más ni menos, lo que no es mucho y a la vez, lo es todo.
—Con que amigos, ¿eh?
Enek es su mejor amigo pero también es cierto que es su salvador, es también más como familia y por ello jamás ha querido fallarle. ¿Qué se sentirá tener un amigo con el que a pesar de los más grandes errores siempre se quede a tu lado? Y no es que Enek no fuera a hacerlo, ese chico si que es un ángel o le falta sentido común pero, sin saber a bien como explicarlo para si mismo, Alannis es como algo desconocido, emocionante, divertido. Y lo único que hay que hacer, es ser.
.
.
Una semana más tarde, en una cafetería, afuera de la Universidad.
Un par de jóvenes brindan con sus tasas de café.
—¡Al fin somos libres Aginis! ¡Terminamos el semestre!
—¡Ni que lo digas! Con todo lo que pasó, creí que no la libraba, pero ahora sí puedo gozar de unas necesitadas y merecidas vacaciones.
—Oh si, al fin tendremos mucho tiempo libre.
—¿Y qué tienes en mente?
—De inicio quizá dormir, me desvelé demasiado con los exámenes finales pero nada que ver contigo, tu casi ni pegaste ojo Aginis, y aún así luces fresco como lechuga.
—También es un misterio para mí.
—¿Qué tal te va con Alannis?
—¿Todavía te preocupa? Bueno, no es tan mal chico, ¿sabes? Tiene sus detalles como todos pero al menos no es un hipócrita… conmigo. No busca hacerse el interesante, inteligente, poderoso, perfecto o qué sé yo, de verdad creo que con el tiempo podremos ser muy buenos amigos. De hecho es bastante simple, me contó que jamás se dio el tiempo para ver películas, así que ponemos de distintos géneros y en especial con las comedias le entra un buen ataque de risa que es demasiado contagioso y a media película siempre me duele el estómago, lo peor es que el muy desgraciado siempre me hace reír más con sus comentarios.
—Suena muy divertido.
—Te aseguro que lo es pero también peligroso, un día me va a matar así… o de un susto porque a veces sale de la nada y cuando vemos películas de terror me pongo nervioso. Supongo que se queda preocupado pero sería más fácil que lo dijera y no solo estuviera acosando o lo que sea que haga.
—Imagino que no debe ser sencillo para él acercarse, y no solo por lo que hizo sino que es bastante evidente que no suele tratar con las personas más de lo necesario.
—Si… — pensativo — ¿Y qué me cuentas Enek? ¿Qué tal todo con Kouryuu?
—Bien, bastante bien al grado en que no tengo derecho de quejarme de absolutamente nada en lo que me quede de vida.
—Me da mucho gusto por ambos.
—A mi también, la verdad es que fue la primera vez en toda mi existencia en que me sentí acorralado y perdido, pero mis padres, Ryuu e incluso Derenia han puesto tanto de su parte que ciertamente me sorprende, todo es tan perfecto que luce sospechoso.
—Bueno, a veces la vida también puede ser un poco amable.
—Y tú… bueno… es que no sé si debería tocar el tema…
—¿Respecto a Inorah? Aún es demasiado pronto como para decir que lo he superado y aún si Alannis sintiera algo más que amistad por mi, no planeo sacar un clavo con otro clavo, nos debo respeto a ambos. Inorah me duele y posiblemente lo haga para el resto de mi vida pero prefiero quedarme con los buenos momentos, las cosas positivas que dejó en mi vida como a Kouryuu. También gracias a él aprendí que no debo apresurar las cosas. Si alguna vez me enamoro de nuevo, lo que espero, deseo hacerlo disfrutando el proceso de conocer a esa persona, de aprender de ella y saber aspectos que solo a mi me haya confiado porque ambos somos especiales el uno para el otro. Soy consiente de que pido demasiado pero me volví quisquilloso y si no voy a tener algo como lo de Ryuu y tú, no quiero nada — le guiña el ojo.
—Gracias Aginis, siempre ha sido muy importante para mí el que tengas a Ryuu en tan alta estima.
—Ey, que haya conocido la versión idiota de Inorah no quiere decir que no pueda ver al grandioso chico que es “mi hijo” y enhorabuena, no hay nadie mejor que él para mí mejor amigo.
—Lo mismo pienso, el universo te dará a alguien único porque te lo mereces Aginis.
—Ay para o me harás llorar — bromea.
—Sabes que secaría cada una de tus lágrimas — sonríe.
Platican un rato más mientras beben sus cafés y el castaño come tres rebanadas de pastel.
—Bueno, será mejor que me vaya, tengo que pasar por algunas cosas para la comida — el de ojos miel.
—¿Quieres que te acompañe?
—Oh no, está bien. No es como si fueran a secuestrarme ja, ja, ja, ja. Además seguramente quedaste de verte con Kouryuu.
—No quedamos en una hora en especial.
—Ey, voy a estar bien, ¿si? Ya deja de preocuparte tanto por mi pero, gracias por hacerlo.
—Esta bien — suspira — supongo que es fastidioso el insistir pero igual sabes que si algo se te ofrece, puedes llamarme a la hora que sea, incluso en la madrugada.
—Lo mismo digo, tenlo presente.
Y así el par se despide. El castaño camina admirando todo a su alrededor, de esa manera llega a un parque, se acerca y sienta en un columpio. Vaya, hace tanto que venía con sus padres, antes sus pies no lograban alcanzar el suelo por lo que el hombre le empujaba.
—¿Te sentiste nostálgico? — una voz a su espalda.
—Y hablando del rey de Roma. No esperaba encontrarte aquí, Inorah.
—¿Puedo sentarme a tu lado?
—Es vía pública — se encoge de hombros.
—La verdad es que por casualidad escuché a Ryuu hablando con Enek, y que se verían por aquí.
—¿Qué querías decirme?
—Solo deseaba felicitarte por acabar el semestre.
—Gracias.
—No hay nada que pueda hacer pero te extraño, solo quería que lo supieras.
—Si… también yo.
—Ya veo. Aginis, no creo que no lo sepas pero eres un chico increíble y por mucho que me pese… Alannis… para serte franco lo odio pero no parece ser tan mal sujeto. Digo, al final quién soy para opinar en un asunto ajeno a mi pero eres demasiado importante… me habría gustado mucho el no haber arruinado las cosas pero lo hecho, hecho está. Es solo que de alguna manera, aunque no sea el quien te aleja, aunque no quiera perderte… ya lo hice. No sé ni porqué te cuento esto, no quiero tu lástima ni simpatía… solo que entiendas que hay demasiadas personas que lo darían todo por ti, yo con gusto moriría por ti pero hay dos personas que literalmente se jugaron la vida y aunque no quiera compararme, siquiera merezco estar es tus recuerdos o corazón que tan bondadoso me ofreciste. Si, aunque en un futuro no seamos más que dos extraños, siempre estarás aquí — se lleva la mano al pecho — Al final supongo que sonaba mejor en mi cabeza. Yo… ah~… en realidad quería despedirme.
—¿Eh? — atónito.
—Mi hermano se está recuperando así que al menos por ahora no puede viajar, además parece que encontró el amor con Jared así que… venderá los restaurantes que tiene en otros países para sentar cabeza y quedarse aquí… también fue culpa mía el que Neyran se marchara… es por ello que quise tomar la responsabilidad y me ofrecí a realizar las negociaciones en su lugar. Me iré algunos meses si todo va bien.
—¿Qué hay con las películas de Kouryuu?
—Tomara unas vacaciones, con todo lo que pasó ni tiempo ha tenido de convivir con Esmeralda. Jared también está de acuerdo en que lo necesita, en que todos necesitamos una pausa para poner nuestro itinerario en orden. Aún así estaré trabajando en ello, ya me han mostrado los guiones de cinco películas, quiero hacer todo como se debe, ahora que por fin finalizó la grabación de este filme. Sin duda voy a lanzarlo con todo, pero para eso el equipo debe estar al cien. Jared también está recuperándose y al pendiente de mi hermano y Edgar, bueno, no todo es tan perfecto como lo hace ver, tiene un montón de cosas que compensarle a Nizzah.
—Ya veo, tiene sentido. Pues buena suerte Inorah, te lo digo de corazón.
—Lo sé, muy buena suerte para ti también Aginis.
El pelirrojo se pone de pie con intención de marcharse.
—Espera Inorah…
—¿Qué sucede?
—Te amo.
—También yo te amo.
—Entonces deja de castigarte. ¡No hay una sola persona en el mundo que jamás se haya equivocado o no haya herido a alguien! ¡No eres un criminal! ¡Deja de actuar como si estuvieras cumpliendo una condena!
—No lo hago. Es solo que me di cuenta de que… al igual que Iris eres el amor de mi vida, yo tuve dos pero no pelearé por ti, no porque no te ame, yo no soy el amor de tu vida.
—¡¿Cómo te atreves a decidir por mi?!
—¿Volverías a mi lado?
—Ah yo…
—¿Ves? Tu no mereces dudar, cuando te des cuenta, cuando lo encuentres, esa persona jamás te dejará ir o hará sentir inseguridad. No lo olvides. Adiós mi dulce niño — se va dándole la espalda, sin mirar atrás.
—¡Hasta el final eres un desgraciado! ¡INORAH!
El castaño cae de rodillas, golpea el piso una y otra vez, frustrado. Ya lo estaba superando, lo estaba haciendo bien, se estaba esforzando tanto, ¿porqué tenía que aparecer de nueva cuenta para hacerle daño? No hay suficiente optimismo en el mundo como para no agonizar ante la daga espiritual recién incrustada en lo profundo de su ser. Qué rabia, que coraje, cuanta frustración. Qué patético debe verse ahora. Un chico universitario llorando y jadeando cuál bebé, tan indefenso, tan inútil.
—¡WAAAAAAAAAAAAAH!
Grita como si ello aliviara su espíritu más es en vano, el sufrimiento no se va. Qué ganas de vengarse y arruinarlo todo en el mundo pero, ¿qué culpa tienen los demás? Qué horrible sensación, que mal se siente, es como si nada bueno fuera a pasar nunca más.
.
No muy lejos de ahí, Inorah entra a su auto, coloca la llave para arrancar pero antes de hacerlo, siente el frío metal sobre su cuello a manera de un cuchillo amenazante.
—Aparece ante Aginis para hacerlo llorar de nuevo y considerarte hombre muerto.
—Vaya, hasta que conozco en persona al famoso Alannis.
—Quisieras, no te daría tal honor. Para mí es como estar solo pero todo lo relacionado a Aginis me importa. Supongo que podrías considerarte como un charco que no quiero que pise.
—Un comentario bastante hostil para alguien que se metió a mi auto, podría llamar a la policía.
—Yo soy la policía — retira el arma que guarda con elegancia en el saco — Por tu bien más te vale no herirlo más, de preferencia muérete.
—¿Y qué si no quiero?
—No estás en posición de elegir. Una vez mueras te desapareceré, para Aginis será como si jamás hubieras existido.
—Me ama.
—No tanto como me amará a mi.
—Que triste, esperanzado en ser el plato de segunda mesa, aún si se queda contigo serás mi sustituto.
—Anda, sigue engañándote. No vengo a competir con un fantasma, no tengo cuatro años, ya madura hombre, del resto, tu opinión me importa un bledo. Advertido estás — sale del vehículo.
Inorah respira hondo y sonríe con tristeza
—Si, ya sabía que aún si fui su primer amor, mi oportunidad ya había pasado, no debo interponerme ante algo increíble. Qué frustración, quiero pelear pero… ya no sería justo para él. Nos vemos Aginis, espero que si nos volvemos a encontrar, sea un hombre digno de ser… al menos no demasiado odiado por ti. Soy terrible hasta el final pero yo ya tuve a Iris, es tu turno de ser feliz.
.
El castaño aprieta la mandíbula con rabia, se pone de pie furioso, quizá Inorah esté demasiado lejos a estás alturas pero esto no va a quedarse así. Le va a decir unas cuantas verdades porque no puede ir y descomponer su vida como si de un juego se tratara, quebrarle la quijada no suena mal. Tan lleno de sentimientos negativos que queda perplejo al casi estrellarse con Alannis, de pura suerte se detiene y no se lo lleva de cuernos. Intenta ocultar su rostro con las manos, no quiere que le vea en un estado tan lamentable aunque sea imposible disimular. Es vergonzoso e incómodo.
—Con este calor y tú dando un paseo Aginis.
—¿Eh?
—Aunque ya no recuerdo la última vez que vine al parque, Nizzah siempre me empujaba en el columpio, sin ella no tenía gracia. ¿Hacemos una competencia de quién llega más alto? El que pierda invita la cena.
—No estoy de humor para…
—¡Quiero caviar! — se adelanta.
—¡¿Estás loco?! ¡¿Quieres que venda un riñón?! — le sigue.
Para bien o para mal compiten en los columpios, de inicio Aginis está más preocupado por no perder pero luego se queda atónito mirando, tanto así que deja de impulsarse, Alannis es demasiado elegante incluso en situaciones como esa y sonríe con una honestidad e incluso inocencia que no le imaginaba.
—Bien, parece que soy el vencedor — se detiene.
—¡Ay no puede ser!
—Un trato es un trato pero ya que el caviar es un poco difícil de encontrar, quiero otra cosa a cambio, algo de ti.
El castaño traga duro y palidece, ¿acaso planeaba pedir un beso? Esperaba en que no fuese algo más subido de tono.
—¿Y qué sería?
—Una foto.
—¿Solo eso?
El mayor sonríe, seguramente adivinando los pensamientos del otro que se sonroja.
—Justo así, no te muevas.
Alannis saca una foto del muchacho ruborizado, con una linda sonrisa inspirada por los nervios y los rojizos rayos del sol dando ciertos toques al cabello.
—Listo, ya tengo nuevo fondo de pantalla.
—¡No! ¡Borra eso!
—Lo gané limpia y honestamente.
—¡Pero no sabía que lo ibas a usar para eso! Si te preguntan, ¿qué vas a decir?
—Nadie tiene porqué verlo pero si fuera el caso contestaría con la verdad, es una imagen de mi mejor amigo.
—Dudo que los mejores amigos lo hagan, ¿y si se burlan?
—Les doy un plomazo y asunto resuelto.
—Tan típico de ti — ríe suavemente — ¿Vamos a casa? Como que ya me dio hambre.
—Claro.
Aginis no lo notó en ese instante pero por la noche cayó en cuenta de que gracias a Alannis no había llorado más por Inorah, de nuevo estaba en deuda con él porque no solo le había aliviado un poco de dolor, ni menguado la furia sino que, le había puesto genuinamente feliz, le había hecho sentir valioso para alguien, le había recordado que debía amarse a si mismo porque no era el juguete de nadie.
.
.
Dos semanas más tarde, en casa de Kouryuu.
El rubio cepilla el largo cabello de su hermana.
—Si que Inorah se ha tomado enserio esas vacaciones — dice ella.
—Tiene muchos asuntos pendientes, además de una gran herida en el corazón. Me habría gustado que las cosas salieran bien con mamá, con Aginis. Ellos en verdad se aman, es un poco triste.
—¿Quién lo manda a ser tan idiota?
—El amor es complejo, si Enek no fuera como es, estaría igual.
—Aun no lo acepto, sigo pensando que podrías tener a alguien mejor pero al menos sé que ese despistado haría todo por ti, eso se lo reconozco.
—Gracias — sonríe.
—Supongo que llegó la hora de ir buscando un departamento, no puedo vivir para siempre con Inorah y contigo, después de todo cuando te vayas ya no tendré razón para quedarme en este lugar, aunque igual me gustaría visitarte.
—Falta mucho para eso, Enek aún debe terminar su carrera, yo seguiré con mis películas y tampoco dejaría a Inorah tan vulnerable, seguramente se sentirá solo — le amarra un listón — Terminé.
—Vaya, eres mejor que yo, si me descuido me dejaras sin trabajo — ambos ríen con suavidad.
—Pero hay una razón aún más fuerte para no dejarte ir.
—¿Ah si? ¿Y cuál sería?
—Anhelo estar con mi amada hermana, ya estuvimos separados por mucho tiempo.
—¿Lo dices enserio? — ilusionada — Pero… tampoco me gustaría interponerme, pasarías valioso tiempo que podrías invertir en él, conmigo. No soportaría obligarte, si te pierdes un momento único solo por mi, me sentiría muy mal.
El joven la toma del rostro, le mira directo a los ojos.
—Tengo mucho amor para dar, especialmente a mi familia, soy muy afortunado porque esta sea numerosa. Más bien eres tú la que se terminará hostigando de mi.
—Lo dudo.
—Si no lo harás tú, tampoco yo. No hay de qué preocuparse. Mmm y para tener un poco de convivencia familiar, ¿qué te parece ayudarme a preparar la cena?
—Esta bien.
—Y más tarde te muestro el último guion que me envió Inorah, parece que es una historia de ciencia ficción — pensativo — quisiera intentar algo con magia en un futuro.
—¿No hay libretos de ello?
—No que yo sepa.
—¿Porqué no le dices a Inorah que contrate a un escritor?
—De alguna manera lo siento forzado, soy de la idea de que la historia nace y el actor se acopla, aunque también hay casos en donde una historia se desarrolla en base a los actores ya existentes, me siento un poco confundido al respecto, tengo sentimientos encontrados pero quizá ya tenga la solución, eso sí hay suerte.
—¿Ah si?
—Puedo contarte mientras hacemos los preparativos para la cena.
—Muy bien, lo cierto es que tengo curiosidad.
.
.
Durante la madrugada, en casa de Enek.
Este mira el protector de pantalla de su móvil, es una foto de su novio en una de sus muchas películas. Suspira al ver la hora, 3 am. Seguramente su pareja duerme pero él no ha podido pegar el ojo ni cinco minutos, está demasiado emocionado por saber que no habrá problema alguno con sus padres y el asunto de Kouryuu, todo ha sido tan perfecto que teme de un segundo al otro ocurra la peor catástrofe. Niega con la cabeza y se recrimina el ser tan negativo. Llaman para su sorpresa y responde, tal vez aquello que le angustia ha ocurrido.
—¿Ryuu? ¿Qué sucede?
—Lo lamento Enek, seguramente te desperté.
—En lo absoluto pero dime, me preocupas.
—Lo siento, es que no puedo esperar. Lo estuve considerando un tiempo y, ¿crees que me iría bien en una película de fantasía?
—Todo te va perfecto.
—Mmm, más bien, ¿me imaginas como un personaje que usa magia?
—Y uno muy poderoso, aunque sería interesante verte de villano alguna vez, bueno no como tal pero es un personaje algo complejo, bastante creo, uno que odias pero te terminas identificando y al final deseas que triunfe — silencio — ¿dije algo malo? No fue mi intención… se que aún tienes problemas con…
—Soy consiente de que aún no acabas la carrera pero, ¿podrías escribir esa película para mí? — silencio — Entenderé si estoy pidiendo un imposible — sin respuesta por varios minutos — ¿Enek? ¿Estás bien? Me estás asustando — nervioso.
Y es así como uno de nuestros protagonistas murió, su corazón no pudo con semejante emoción y alegría infinita.
—¡WAAAAAAAAAAAAAH!
Y volvió a la vida dando un alarido que despertó incluso a los vecinos.
—¡CÁLLATE MALDITA SEA!
La hermana entró rápidamente a la habitación del muchacho para propinarle un par de bofetadas, furiosa porque había interrumpido su momento de máximo placer nocturno, cuando escribe sus historias románticas protagonizadas por su hermano con el ahora trío que conforma este con Aginis y Kouryuu.
—¡Ah qué molesto eres!
La fémina se retira.
—¿Estás bien? — le interroga la pareja al otro lado de la línea.
—Si, disculpa Ryuu. Es solo Derenia que me golpeó. Respecto a tu propuesta — ambos se pusieron colorados, como si estuviesen hablando de otra cosa — Sinceramente no estoy listo y dudo tener lo necesario para un actor como tú pero al mismo tiempo las ideas que ya tenía comenzaron a fluir y no estaré tranquilo hasta que logré terminar está historia, es un hecho que no voy a estar al nivel de las que escribía Jared o las que Inorah te ha enviado de sus nuevos prospectos pero sin duda pondré todo de mi parte. ¡Te lo prometo!
—Respecto a eso… no me has mostrado mucho de tu trabajo pero me encanta… yo… es que… si estás de acuerdo… — se hace un silencio.
—¿Ryuu?
—¿Podrías asomarte por la ventana?
El joven hizo lo dicho.
—Ey, es muy tarde para que estés en la calle, espera.
El de ojos violeta baja rápidamente las escaleras y le abre a su novio, invitándole a pasar, más este se queda en el umbral.
—Enek… si no es demasiado pedir, yo… quisiera que fueras mi escritor, el único.
Sobra decir la cara de estupefacción que puso el muchacho al que hasta el aire se le fue, así como la conciencia yendo directo al piso ante la sorpresa del actor. Enek siquiera sintió el golpe, justo ahora, sin duda estaba en el cielo.
.
.
Notas finales
Ese Enek si que es raro XD pero qué se le hace a alguien enamorado de su ídolo que también lo ama con tanta fuerza? Ay que bonito >\


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).