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Contigo nunca se que esperar por dark kirito

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Notas del capitulo:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchas gracias a Yayoi, AOI SALUJA y todos los que leen.

Kouryuu estaba aterrado en los brazos de Aginis, hasta ahora entendió el alcance de sus acciones, ¿qué le ocurrió? ¿Qué le orilló a actuar de manera tan temeraria? ¿Por qué no puede dejar de llorar?

-Lo siento tanto Aginis...¡Ayudenme!!!!          

Gritó con todas sus fuerzas al tiempo que veía al inconsciente chico castaño sangrar de una severa herida en la cabeza, la hemorragia no parecía tener intención de ceder. Como no haga algo verá morir a su "mamá". Pero no puede moverse pues el pánico parece adueñarse de todo su cuerpo.

-No sé porque lo hice. ¡No te puedes morir! ¡¿Qué será de Inorah?!

~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_

Luego de ver caer a los chicos el pelirrojo estuvo a punto de saltar tras ellos, pero fue detenido por Enek que le sujetó con fuerza del brazo, ganandose una mirada hostil de parte del mayor.

-¡Suéltame! ¡¿No ves que necesitan nuestra ayuda?! ¡¿Acaso no te importa?! Creo que me equivoqué contigo. No pondrías tu vida en riesgo por alguien más.

Una bofetada que más pareció puñetazo le trajo de regreso a la realidad.

-A menos que tengas poderes mágicos y puedas volar estarías cometiendo la mayor estupidez de tu vida. Si lo que quieres es suicidarte para escapar muy tu problema pero si quieres salvarlos usa tu cerebro. A nadie ayuda el que entres en shock.

-Tienes razón, lo siento.

Corrieron rápidamente para buscar a los otros dos.

<<-No tengo derecho de hablarle así, estuve a punto de hacer lo mismo que Inorah. Lo bueno fue que alcance a recapacitar. Por favor Ryuu, Aginis resistan hasta que lleguemos, no quiero perder a ninguno. ¿Qué rayos se supone que pasó?>>

Llegaron en cuestión de minutos con los chicos y más que nada porque el rubio no dejaba de gritar pidiendo ayuda, por desgracia también llamó la atención de muchos curiosos que no hacían otra cosa más que mirar, como si eso sirviera de algo.

Inorah quedó pasmado al ver que Ryuu lloraba sin consuelo mientras sostenía a su novio que no dejaba de sangrar.

-Lo siento, no fue mi intención, tienes que salvarlo por favor.

El pelirrojo cargó a su pareja mientras Enek ayudaba a su ídolo que no salía de la conmoción. El director condujo todo el camino en silencio, no estaba molesto con su hijo pues entiende que es ese terrible problema del que no logra salvarle, pero de momento le es imposible mostrarle una sonrisa pues siente que de mirarlo recordará todo y no quiere ponerse a llorar.

<<-Tu puedes Aginis, no te rindas. Por lo que más quieras no me dejes no creo ser capaz de soportarlo.>>

El oji azulino mantenía la cabeza baja sintiéndose peor que basura y el otro no dejaba de ver a su amigo recostado en sus piernas y que le trajo recuerdos nada agradables, no es la primera vez que le ve a punto de morir.

<<-¿Cómo es que te metes en problemas Aginis?

~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_

Inicio del flash back.

Esto ocurrió cuando Enek tenía quince años, se levantó de la cama para alistarse e ir al colegio. Se arregló cuidadosamente y bajó a tomar el desayuno; Derenia tenía el rostro hundido en el cereal.

-¿Estas bien?-preguntó preocupado.

-Noup-el sonido fue líquido por culpa de la leche.

-Hermana, será mejor que saques la cabeza o terminaras estornudando queso.

-No seas idiota Enek.

-¿Entonces Yogurt?

-Puras babosadas dices.

-Es que no me gusta verte así.

-No puedo evitarlo.

-Lo sé, tu prometido fue un pátan, no debió robarte tu proyecto en el trabajo.

-No lo voy a perdonar.

-Y harás bien, alguien que traiciona de esa manera no vale la pena.

-Por eso tu debes ser diferente.

-Diferente como amable ¿o como extraño?

-Para lo segundo eres experto.

-Gracias creo. Pero enserio te apoyo en tu decisión y si ese tipo te molesta no dudes en decirme que con gusto lo golpeo.

-No ensucies tus manos.

-Por ti sería todo un honor.

-Solo tienes ganas de surtirtelo.

-Lo merece.

La chica levantó el rostro y besó cariñosamente la frente de su hermano que quedó pasmado.

-¿Ahora qué?-la mayor.

-Creo que hoy pasará algo muy pero muy malo-con seriedad.

-¿Por qué lo dices?

-Acabo de descubrir que tienes sentimientos.

Apenas dijo el comentario y salió corriendo.

-¡Ven acá hijo de...!!!

~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_

El oji violeta continuó con su presuroso andar hasta que se sintió seguro a unas diez cuadras de su hogar. Entiende a la perfección que tentó su suerte y que al regresar a casa le espera casi una golpiza o algo peor como que lo ahogue con su tanga, bueno no es que lo haya hecho antes pero enojada suele ser muy creativa. Pero es solo que no soporta verla infeliz. Puede que tengan una relación exótica pero es un miembro importante de su familia y la ama con todo su corazón. En verdad tiene deseos de estrellar su puño en el rostro del sujeto ese. Pero si lo hace no causará sino dolor a Derenia. Finge no estar molesto para no preocuparla pero no le resulta sencillo. Pasa por un puente que sirve de paso por el río que le gusta contemplar. Se sienta en la orilla pues necesita tranquilizar su mente, se centra en el movimiento del agua y suspira.

-Como odio a ese sujeto. No es justo que la engañara y menos a una semana de la boda. Espero no verlo en mi vida porque dudo que pueda controlar estos sentimientos sicopatas que tengo.

Cerró los ojos y volvió a abrirlos enfocandose en ningún punto en particular, le pareció ver algo flotando.

-¿Qué será?

No tardó mucho en darse cuenta de que era una persona seguramente inconsciente y que iba en su dirección siendo arrastrada por el agua. Sin pensarselo dos veces se lanzó, por fortuna el sitio no es profundo y el puente tampoco es alto por lo que no se hirió al hacerlo, nado y llegó al objeto corroborando que efectivamente era un chico. Le llevó a la orilla y revisó su estado: no estaba respirando. Hubiese entrado en pánico si no fuera porque tomo un pequeño curso de primeros auxilios por aquello de que a Derenia se le pasara la mano y no alcanzara a llegar al nosocomio. Se colocó sobre el muchacho y empezó con la reanimación cardio-vascular. Fue exitosa y al poco la víctima escupió una gran cantidad de agua entre ligeras convulsiones de su cuerpo y luego volvió a perder el sentido. El azabache se cuestionaba severamente que hacer, tenía un importante examen pero no podía simplemente abandonarle a su suerte. Resignado le tomo en sus brazos y llevó a su casa.

-De cualquier manera no estudié y todo por andar viendo la película de ese nuevo actor ¡pero es tan genial!!!

Decidió poner atención al camino pues estuvo a nada de caer por una coladera y no quiere sacar al chico en sus brazos de un problema para meterle a otro.

-Uh se me olvidó que hice enojar a Derenia, pero ni modo en algún sitio tiene que descansar.

~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_

En casa de Enek.

La azabache revolvía por milésima vez su cereal al punto de casi convertirlo en avena, el comentario de su hermano le animó pero no lo suficiente para hacerle olvidar la traición del amor de su vida. No es una mujer que guste de autocompadecerse pero no haya la fuerza necesaria para ponerse de pie.

-¡Derenia!-escuchó el grito de alguien proveniente de afuera de su hogar.

-¿Enek?

Se cuestiona la joven y se pone de pie con gran esfuerzo, quizá le de un zape al chico para que deje de preocuparse por ella y vea que ya esta de buen humor.

-Como si fuera tan fácil llenar un vacío.

Abrió la puerta y descubrió la mayor felicidad del mundo. Se encontró a su hermano con un apuesto y empapado joven en brazos.

<<-¡Oh por! ¡¿Qué rayos estoy sintiendo?!>>

-Necesito ayuda hermana me encontré con él en el río, creo que tuvo un accidente, no creo que corra peligro pero se ha desmayado.

-Llevalo a tu cuarto iré por una jarra de chocolate caliente para que le des en cuanto despierte, te aconsejo que le cambies de ropa o podría coger un resfriado.

-Gracias.

Enek subió y colocó al castaño sobre el lecho, revisó sus cajones e inicio la labor de cambiarle.

-Mmm.

Un sutil gemido que escapó de los labios de la víctima, parecía que tenía alguna pesadilla o algo por el estilo.

-¡Achú!

El oji violeta metió velocidad al asunto pues parece que los síntomas de la enfermedad comienzan a mostrarse. Una vez terminada la labor le cubrió con las sábanas y se propuso cambiar la propia pues también se ha mojado hasta lo que no.

La víctima abrió los ojos de a poco. Le dolía todo el cuerpo sobre todo la cabeza por lo que tenía un leve mareo y náuseas terribles. Frotó su orbe en cuanto pudo más o menos mover la mano. Miró confuso su alrededor, no reconocía el lugar. Había muebles elegantes, ventanas grandes, un chico medio desnudo, una portátil sobre el escritorio...volvió la vista un poco...un chico medio desnudo...¡Desnudo!!!!! ¡Encuerado pues!

-¡Waaaaaaaaaaaaa!!!!!-el oji miel.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaa!!-el otro por el susto.

-¡¿Q-qué me hiciste?!

-¡¿Yo?!

-Es que tu y luego yo y ¡TU!

-¡Tranquilizate!-grito histérico.

-¡Hazlo tu!

-Para rápido, te caiste a un río, te salve, nos mojamos y cambie de ropa.

El mayor miró su cuerpo notando que no era la propia, no pudo evitar sonrojarse por la vergüenza.

-Eso quiere decir que, ¿Me viste desnudo?

-Oh no te preocupes, lo hice con los ojos cerrados-orgulloso.

-Ah eso explica porque me pusiste el pantalón al revés.

-Que mal, creí que lo había hecho bien.

-Ja ja ja ja ja ¡que fácil caes en una broma!!

-Uh.

-Muchas gracias por salvarme y no es que sea un maldito patán pero...

-No querías que lo hiciera.

-¿Cómo?-sorprendido.

-Tu tono-se sentó a un lado suyo en la cama-si no quieres platicar no hay problema. Pero si tienes deseos de desahogarte estaré disponible.

Guardaron silencio por espacio de cinco minutos, cuando este fue interrumpido por un sonoro y pesado suspiro del castaño.

-Mis padres murieron hace unos meses. Desde que ellos se fueron siento que cambie mucho, me volví amargado. Perdí amistades, aunque nunca fui muy sociable. Tienden a decirme que soy extraño. Yo digo que no, en fin. Con cada día que pasaba más los extrañaba, así que decidí ir con ellos. Pero no quería suicidarme. Después de todo es la valiosa vida que ellos me dieron, en lugar de ello me metí en problemas, bastante peligrosos en su mayoría. Como podrás ver estuve a punto de conseguir mi objetivo.

-Ya veo-seriamente-no es mi intención juzgarte, ¿Pero no te parece que lo que haces es lo mismo? Solo no usas tus manos para ello.

-Lo sé.

-No conocí a tus padres y a ti tiene minutos que lo hice. Pero no me pareces alguien odioso. Me agradas.

-¿Enserio? Sería la primera vez que me dijeran algo así.

-Si, se ve que eres una buena persona y disfrutas de hacer bromas como hace rato. Para mi no tienes deseos de morir, sino miedo a vivir.

-Pero yo no...

-¡Vean la segunda película de Kouryuu...!-se escuchaba por el alta voz de un auto que iba pasando. Acto seguido Enek se pegó a la ventana y volvió apenado con el otro.

-Lo siento, no era mi intención ignorarte.

-No te disculpes. Te gusta mucho ese actor ¿verdad?

-¡Yo lo amo!

-Debe ser muy bueno.

-Te aseguro que no hay igual-frunció el ceño-no desvies el tema.

-Oh no fue a propósito, es solo que tiene mucho tiempo que no veo una cara tan feliz.

-¿De verdad?

-Si, no convivo con la gente más amistosa.

-No soy quien para obligarte a cambiar de opinión. Pero en verdad me caes muy bien. Dame una oportunidad para hacerte disfrutar de la vida. Sino te parece yo mismo te asesino.

-Que gracioso.

-No es una broma.

-¿Irías tan lejos por mi?

-Claro.

-¿Por qué?

-Porque sé que morir no es lo que deseas.

-¿Y si lo fuera?

-Entonces me haría responsable.

-Esta bien tu ganas-suspiró-no quiero enviar a un inocente a prisión, lo intentaré.

-Entonces seamos amigos-sonrió.

-¿Eh?

-Si vas a confiarme tu vida y yo la mía, ¿no es lo más normal?

-¿Hasta ese punto creeras en mi?

-Si.

-Eres bien raro.

-Y me lo dices tu.

Comenzaron a reír con fuerza, el oji violeta extendió la mano animadamente.

-Mucho gusto, soy Enek.

-Yo Aginis.

Estrecho la mano ofrecida notando la calidez de esta. Hace tanto que no siente algo parecido. Le reconforta y desea sentir más. Así que jala al menor hasta tomarle en un abrazo, aunque es el a quien en realidad le hace falta. El peli negro se sorprende mucho por la acción pero corresponde el gesto.

-Todo estará bien Aginis, ya no estas solo.

El mayor se aferró con cada vez más fuerza al chico.

-Gracias Enek.

Emitió en un susurro sin dejar de temblar. Acto seguido entró Derenia con esa jarra de chocolate viendo la escena a detalle. Ese día nació su afición. En esa ocasión se salvaron dos vidas.

Fin del flash back.

~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_

Llegaron rápidamente al hospital. Los médicos y varias enfermeras le dieron atención inmediata.

Inorah estaba en recepción arreglando la documentación necesaria mientras los otros estaban sentados en la sala de espera. Separados por varios asientos el uno del otro, incluso el oji violeta le daba la espalda a su ídolo que estaba nervioso. Se debatia entre hablar y no con el mayor. No quiere que lo odie pero considerando lo que hizo no es que pueda esperar lo contrario. Se armó de valor, se acercó y toco su hombro con delicadeza.

-Enek-dijo con voz apenas audible.

-¿Qué ocurre?-sonaba tan dolido que no pudo evitar sentirse peor de lo que ya estaba. Decir que se creía a si mismo basura era poco.

-Yo-tembló-no era mi intención. No sé lo que me pasó.

-¿Por qué no te lastimaste tanto como Aginis?-su tono fue imposible de identificar, no era un reproche, ¿oh si?

-Yo...le lance al vacío, dijo que no podía dejarlos con alguien tan peligroso como yo. Pero poco después de caer me protegió con su cuerpo. Dijo que no era mi culpa lo sucedido y que lo sentía. Además que si lograba sobrevivir tenía que cuidarme de esa persona.

-¿A quien se refería?

-No lo sé...¿que haré si mamá no despierta?

El azabache estaba tan deprimido que sentía un enorme cansancio. Aún así miró pasmado al otro.

-Aginis, ¿es tu madre?

-¿No? Tiene una relación con Inorah que es mi papá.

El mayor dio un suave beso en su frente.

-Creo que ya entiendo lo que Aginis intentó decir. No cambiaste sin razón. Hay un culpable y es de esa persona que te tienes que cuidar...¿por qué querías asesinarlo?

-Porque pensé que quería lastimarlos a ti e Inorah.

-¿Qué te hizo pensarlo? O más bien ¿Cómo llegó a tu mente esa idea?

-Luego de leer el libreto de la nueva película.

-No hay una. Inorah nos dijo que planeaba darte unas pequeñas vacaciones.

-¿Enserio?

-Si, por lo que las grabaciones de esta serán las últimas por un rato. ¿Recuerdas quien te lo dio?

-Una chica.

-¿La has visto antes?

-No-pensando-si, el día que se quemaron las grabaciones.

-Tenemos que decirle a tu padre, estoy seguro de que ella es la culpable de todo.

-Enek.

-¿Si?

-¿Me odias por lo que hice?

-Si Aginis no lo hace no tengo porque. Además no es tu culpa. Pero lo que te sucede no es algo bueno. Tenemos que luchar contra ese problema. Pero no estas solo, estoy dispuesto a ayudarte.

-¿Por qué haces tanto por mi?

-Ya te lo dije, te amo.

-¿Aún ahora?

-Mis sentimientos por ti son muy intensos.

-Yo...

-Lo sé, tu no me ves de esa manera. No pasa nada.

-No...es que...en verdad tenía miedo de que no volvieras a dirigirme la palabra y...me di cuenta de la razón...no sé como ni cuando pero...me enamoré de ti.

De pronto Enek sintió que se quedaba sordo o le hacia falta un diccionario, casi podría jurar que Ryuu dijo las palabras que tanto ha querido escuchar.

-¿Eso quiere decir que...puedo besarte?

De acuerdo hasta el sintió que sonó urgido con ese comentario, pero luego de tantos años de amor unilateral es entendible, ¿o no? Mejor aún, es el Ryuu verdadero quien se le ha confesado. Del que ansiaba oir ese comentario. El oji celeste asintío con la cabeza, se tomaron de las manos y estuvieron a punto de unir sus labios pero fue el mayor quien detuvo todo movimiento en su cuerpo.

-No, así no. El primer beso que nos demos.

-Sería el segundo.

-Bueno si, pero este es de común acuerdo. En el otro me agarraste de sorpresa.

-Ah.

-Bueno debe ser especial. Cuando te sientas feliz y no culpable por lo ocurrido con Aginis. ¿Me esperarás?

-Claro que si.

Se apoyaron el uno en el otro y luego de algunas horas de esperar el resultado se quedaron dormidos.

~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_

El director estaba fastidiado cuando menos. No esperaba que el papeleo fuera tan complicado y más porque tuvo que declarar ante la policía. Por suerte Jared acudió a su llamado. Y todo terminó como un simple accidente. Estaba ansioso y de mal humor. Preocupado en demasía por su pareja. Temiendo a cada segundo que le dijeran que todo había salido mal. La única razón por la que no lloraba era para no verse débil ante su hijo. No quería que se sintiera más culpable de lo que seguramente ya está. Suspiró al firmar el último formulario y se despidió amablemente del otro que de cualquier manera estaba hecho polvo con el exceso de trabajo. Se dirigió a la sala de espera y ahí se encontró con el par que dormía placidamente.

<<-Supongo que fue difícil para todos. Me alegra que Enek lograra perdonarlo. En definitiva es un buen chico. Espero que algún día logre formar una relación con mi hijo. Le hace tanta falta...aún no entiendo que pasó. Nunca se había comportado de esa manera. Tenía ganas de pedirle ayuda a Jared pero se ve tan cansado. De por si ya fue un abuso decirle que viniera al hospital, no quiero que tenga un accidente en el camino. Creo que yo también dormiré un poco. Lo siento Aginis pero ya no tengo energía, sería genial que decidieras despertar por la mañana. Como debería ser.>>

Antes de entregarse a los brazos de Morfeo llegó el médico a cargo, le informó que la operación había sido un éxito y que solo faltaba esperar que se le pasara el efecto de la anestesia. A duras penas mantuvo la atención, luego de que se retirara el hombre cerró los ojos.

Tiempo después sintió que alguien buscaba algo en sus bolsillos y abrió sus orbes apenas.

-¿Aginis?

-Lo siento no era mi intención despertarte.

-Es un lindo sueño. Quisiera quedarme así para siempre.

-Eso si que sería aburrido.

-¿Necesitas algo?

-Tu cartera. Tengo hambre y no encuentro la mía. Iré a la cafetería, por suerte aquí funciona las veinticuatro horas.

-Claro-la buscó medio inconsciente, se la dio y volvió a quedarse dormido.

Tuvo la impresión de un beso sobre sus labios y un "estoy bien" no pudo evitar llorar en su interior. Tenía tantas ganas de ver la sonrisa de su novio que su mente le jugaba una broma muy cruel. Su corazón duele con intensidad e incluso respirar se ha vuelto complicado, pasó con la misma sensación una cantidad de tiempo imposible de calcular. Cuando no pudo dormir más. Se sentó correctamente mientras miraba el techo del lugar, todo se veía borroso pues además de estar oscuro no podía contener el llanto.

-De nada sirve que me sienta así. Aginis, Ryuu y Enek me necesitan. No puedo venirme abajo.

Se puso de pie en dirección a la cafetería. Necesita un café bien cargado para recuperar ánimos. Una vez estuvo ahí notó a un joven que le resultó familiar, este comía algo bastante animoso. Frotó sus ojos no muy convencido de que fuera la realidad, con un poco de miedo temiendo que no estuviera ahí una vez lo mirara de nuevo. Pero ahí estaba, caminó rápidamente hasta quedar parado justo delante de él.

-¿Aginis?

-¡Oh Inorah!-articulo al tiempo que bajaba el tenedor con un pedazo de pollo.

Sin más el pelirrojo se arrodilló para darle un fuerte abrazo.

-Todavía me duele-dijo emitiendo un leve quejido.

-Lo siento, es solo que creí que...

-Estoy bien.

El mayor alzó su rostro encarandole.

-¿Me dijiste lo mismo hace rato?

-Ah si, necesitaba dinero para comprar comida.

-Siempre con ese apetito.

-¿Es extraño?

-Es muy sensual.

-¡Tú!-llegó una enfermera furiosa señalando al castaño-¿cómo se te ocurre abandonar el cuarto mientras estoy ocupada con otros pacientes? ¡¿Tienes idea de lo mucho que me asusté?!

-Fue mi culpa-el director que se levanto con intención de acercarse a la mujer-me dijo que tenía hambre y...

Tuvo que esquivar una bofetada que casi le agarranca la cabeza.

-¡¿No se supone que deben cuidar y proteger a los pacientes?!-Aginis aterrado.

-¡No me digas como hacer mi trabajo mocoso irresponsable! ¡Llevo cuatro días sin dormir, no estoy del mejor humor posible! ¡Ahora levantas tu trasero de esa silla o te llevo a la fuerza!

El oji escarlata le cargó para llevarle a su cuarto, acercando sus labios al oído de su pareja.

-De verdad creí que te perdería.

-Yo también pensé que no saldría de esta.

Se aferraron con tal fuerza uno al otro que casi parecía que se formaba un nuevo ser. Inorah colocó a su novio en el lecho y cubrió con las sábanas en lo que la histérica mujer iba a informar al médico encargado que ya le había hallado.

-Aginis.

-¿Si?

-¿Le guardas rencor a Ryuu?

-No, más bien estoy preocupado. Esto no pasó porque si ni de la nada. Estoy seguro de que alguien metió esa extraña idea en su cabeza. Es de esa persona de quien debemos tener cuidado. ¿Cómo están el y Enek?

-Parece que ya hicieron las pases.

El oji miel suspiró aliviado.

-No tienes remedio, casi te mueres y vas y te preocupas más por otros.

-No puedo evitarlo, los quiero mucho.

-Mmm.

-¿Qué sucede?

-No me convence la idea de que te vayas a casa. Vives solo, ¿cierto?

-Pues si.

-Me preocupa que en tu estado puedas sufrir un percance. Entonces-se sonroja-¿qué te parece ir a vivir con Ryuu y conmigo?

-¿No crees que pueda ser un inconveniente?

-No tiene porque, y pondré de mi parte para que estés lo más cómodo posible.

-¡Aginis!/ ¡Mamá!

Llegaron los otros dos gritando luego de haber escuchado a la enfermera refunfuñar en el camino, se acercaron emocionados al verle despierto.

<<-¿Acaso me dijo mamá? ¡¿Yo?!>>

-¡Lo siento tanto!-el oji azulino.

El mayor tocó con suavidad su cabeza pues se había tirado sobre su regazo, en ese instante no pudo evitar el mirarle como un niño. Uno del cual se han aprovechado y que no podrá proteger de estar lejos.

-Inorah-dijo con seriedad.

-¿Si?

-Acepto tu ofrecimiento.

Si, sin importar lo que haya pasado o los acontecimientos que aún le depare el futuro, tiene una familia que proteger y no podrá hacerlo si se detiene por culpa de las dudas y el miedo. Alguien le ha hecho enojar de verdad por primera vez en la vida.

 

Notas finales:

Nos vemos la próxima ♥♥♥♥


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