Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando la venda cae por KuroAshi_ZxS

[Reviews - 97]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Marvel, así como sus personajes e historias, no me pertenecen.

Hola a todos! Finalmente logré actualizar el fic. Este cap será un poco emotivo, y sin duda tendrá algo de drama, pero es el momento definitivo en que la relación de Tony y Steve de un nuevo giro.

Menciones especiales a: JoshuaST, natsu5, alex luna, kahyra26 y Damocles. Muchas gracias por comentar!

Pero mientras intentaban arreglar la situación, siempre podían mimar al chico un poco más. No sabían lo que pasaría en un futuro, cuando Steve volviera a la normalidad, pero siempre cabía la posibilidad que recordara lo ocurrido. Y si eso era así, tenían que esforzarse para ganarse su confianza desde ese instante.

De demostrarle que era más que Capitán América, que todos amaban a la persona bajo el traje. Que Steve Rogers era importante e irreemplazable, para todos y cada uno de ellos.

xxxxx

Los inversionistas reunidos en ese salón no podían evitar mirar asombrados al gran Tony Stark, pues si bien era sabido por las personas que el hombre podía ser excéntrico, eso escapaba de todo lo que habían imaginado. Y es que nunca habían esperado verlo sonriendo alegremente mientras jugaba con el pequeño niño sentado en sus piernas.

Estaban al tanto que el chico era sobrino de su CEO, Virginia Potts; y que si bien sabían que el castaño estaba dispuesto a cumplir con cualquiera de sus peticiones, verlo con un infante era casi irreal.

Algunos, sobre todo los que llevaban más tiempo trabajando con él, sabían que el genio no soportaba a los niños. Pero al parecer Steve era la excepción a la regla.

Ni siquiera aunque supieran que Pepper hubiese dejado encargado al chico bajo su cuidado, debido a una reunión de emergencia en California, podía resultar creíble esa situación para ninguno de ellos.

Al menos Steve había logrado que el castaño prestara un poco de atención, regañándolo cada vez que empezaba a dormitar. Era muy educado, y conociendo quien era su tía, no era de extrañar.

Tony, por su parte, por primera vez en su vida estaba disfrutando de una reunión. Ya habían pasado casi seis días desde que Bruce había regresado a la Torre y había empezado el tratamiento para su gripe, y debido a que gracias a sus indicaciones había mejorado bastante rápido, Pepper y Wanda le habían sugerido que le llevara a pasear.

Era una apuesta arriesgada, pero más de una semana había pasado desde lo ocurrido y no parecía que ocurriría otro ataque pronto. Además, habían optado por no dejarlo salir en un inicio al creer que la situación se resolvería pronto; pero al ver que se habían equivocado, habían decidido que no podían seguir privándolo de su libertad más.

El resto del equipo se encontraba muy ocupado, y como el rubio prácticamente pasaba gran parte de su tiempo con él, no había sido extraño que lo eligieran para cuidarlo ese día. Solo tendría que asistir a una junta antes del mediodía, y luego tendría algunas horas para disfrutar con el chico.

-¿Listo para irnos?- murmuró Tony en el oído del menor, sonriendo con diversión al notar que el resto de sus empleados abandonaba la sala. Habían decidido hacer un receso antes de seguir con su reunión, y el castaño ya tenía pensada una ruta para escapar de sus responsabilidades. No por nada el había construido su torre llena de pasadizos que nadie más conocía-

-No deberíamos hacer eso, tu trabajo es importante- el rubio frunció el ceño, una mueca que el genio conocía bastante bien. Era el mismo gesto que hacia su versión adulta cuando él intentaba saltarse sus responsabilidades- le señorita Potts me pidió que impidiera que hicieras eso, y no quiero decepcionarla-

El castaño suspiró audiblemente, sabiendo que algo así podría pasar. Su amiga seguro no perdería la oportunidad de tratar que no huyera de la reunión. Pero para el enfado de Pepper, él siempre tenía un as bajo la manga para salirse con la suya.

-No pasa nada, Steve. Por una vez que esto ocurra no creo que ella se enfade- una pequeña mentira piadosa junto con una sonrisa brillante. Esperaba que la chica no hubiese ahondado en el asunto y le hubiera contado sobre los problemas que le daba en la empresa- iremos a pasear, y podemos comer un helado. Te vi emocionado cuando Clint mencionó Central Park ¿Qué dices? ¿Quieres ir?-

Tony esperó pacientemente por la decisión del pequeño, a pesar que dentro de pocos minutos el resto volvería, y su oportunidad de escapar podría perderse. Esperaba que su rostro no expresara su nerviosismo, cuando vio con alegría que el pequeño asentía aun dudoso ante su propuesta.

-Supongo…está bien- un pequeño rubor brilló en sus mejillas, seguro avergonzado por su decisión- ¿podría ser un helado de chocolate?-

-por supuesto que sí- la sonrisa en su rostro era cada vez más amplia- doble o triple, si quieres-

Consciente que su tiempo estaba por acabar, tomó al niño en sus brazos y se escabulló por una puerta escondida. Tony había diseñado con minuciosidad su torre, desde su ático hasta el sector de oficinas. Después de escabullirse por un par de corredores más, un ascensor escondido le esperaba para dejarlo en el primer piso. Saldría por la parte trasera de su torre, cerca del estacionamiento donde nadie podría verlos.

Menos de unos minutos después estaban ya en la calle, sosteniendo firmemente la mano del rubio para evitar perderlo. Como había prometido llevó a Steve a una de sus heladerías favoritas, sintiendo que su interior difuso y cálido al ver la sonrisa maravillada en su rostro.

Durante esos días había tomado en serio su promesa, dando todo de sí para hacer feliz al pequeño. Cada vez que lograba hacerlo sonreír, sentía que por una vez en su vida, estaba haciendo las cosas bien.

Se había divertido muchísimo con Steve, olvidándose de sus problemas por un par de horas. Su último recorrido había sido Central Park, tal y como le había prometido, donde se había permitido sonreír una vez más al ver jugar al chico con evidente alegría.

Debido a su delicada salud y frágil condición física, no podía divertirse al igual que el resto de los niños. Pero ese no parecía ser un problema para el rubio, quien estaba disfrutando con una enorme sonrisa en su rostro. El propio Tony había reído como nunca, pues su entusiasmo bastaba para hacerle desear que ese momento no se acabara nunca.

Pero para su desgracia, esa no era una decisión que estaba en sus manos.

De un momento a otro, mientras se encontraban descansando en una banca a la sombra de un árbol, se habían visto rodeados por reporteros. No sabía que había estado esperando, pero era obvio que en algún momento ellos les encontrarían. Quizás su problema era que había deseado con demasiado fervor poder estar tranquilo al menos ese día, disfrutar de una tarde en el parque como una persona normal, y había sido esa esperanza la que le había jugado en contra.

Intento mantenerse sereno ante el flash de las cámaras, consciente que esa sería una primicia para todos los noticieros. Verlo con un niño solo podía significar que él era su hijo, uno ilegitimo; por lo que intentó responder de la forma más sincera que pudo.

Necesitaba que la prensa lo creyera, pues si hubiese dado un comunicado antes y hablado ante los medios que Steve era, supuestamente, el sobrino de Pepper, habría levantado sospechas en las personas. Mientras no se mostrara nervioso o preocupado, las especulaciones morirían rápidamente hasta que su CEO pudiese confirmar su versión cuando volviera a la ciudad.

Lo único que se arrepentía, era poner al pequeño en una situación como esa. Nunca lo había visto tan feliz, y ahora todo se veía arruinado por su culpa.

Steve se mantenía a su lado, de pie completamente quieto. Su rostro tenía una expresión de aburrimiento, pero solo para él era visible el brillo de incomodidad en su mirada. Salir corriendo de allí no era una opción, no sin su armadura, por lo que debía improvisar: contestar lo más rápido que podía sus preguntas, cambiar el rumbo de algunas para evitar que se centraran en el rubio, hacer bromas para distraerles.

Parecía que su plan estaba funcionando, o eso fue hasta que algunos intentaron aprovechar esa oportunidad, intentando interrogarle sobre otros temas. Estaba solo, acompañado tan solo de un niño que no sería problema para ellos. Sin nadie que pudiera rescatarle de esa situación, los reporteros eran casi buitres que tenían una apertura para arremeter contra una deliciosa presa.

Las preguntas no tardaron en llegar, cayendo como cascada sobre su cabeza. Variaban desde el desastre de Nueva York, sus problemas en la empresa con las armas y, por supuesto, su tiempo en cautiverio. A cada interrogante que se cernía sobre él, recuerdos y experiencias horribles nublaban su mente. Tony temía acabar teniendo un ataque de pánico frente a todos, no ser capaz de controlarse, pero apenas podía mantenerse erguido y evitar acabar gritando de terror ante sus memorias.

Ni siquiera él estaba preparado para soportar tanto, creyendo que estaba todo perdido y finalmente su máscara caería ante los medios. Pero para su sorpresa, quien lo rescató fue la persona menos esperada.

La situación dio un giro en cuestión de segundos, cuando Steve se puso delante de él y lanzaba la botella de agua que le había comprado a uno de los reporteros. Su tiro había sido casi perfecto, empapando al hombre y la cámara que tenía en sus manos. Pero a pesar de la mirada fulminante que le dio al chico; este se mantuvo de pie firme, sin vacilar.

-¿Qué creen que hacen? ¡Déjenlo en paz!-la furia brillaba sin control en sus ojos azules, un semblante que él había visto muchas veces cuando su Capitán se enfrentaba a cualquier enemigo- ¿es que acaso no les da vergüenza? ¡No son mejores que un montón de matones! ¡Métanse en sus propios asuntos!-

Repentinamente, el silencio reinó en el lugar. Todos se habían quedado callados ante sus palabras, atónitos de ver a un niño con tal personalidad y decisión. Ahora tenían más sentido las historias que les había contado Bucky sobre su infancia, como Steve siempre se enfrentaba sin miedo a los matones, defendiendo a las personas aunque él muchas veces fuera más débil que el resto.

Su corazón latía con inusitada fuerza, conmovido ante tal acto. No, enternecido ante todas las ocasiones en que Steve había hecho lo mismo por él, defendiendo al equipo completo y dando la cara como su líder, siempre con la frente en alto.

Le había salvado sin darse cuenta, dándole unos momentos para calmarse y evitar un desastre mucho mayor. No podía decirlo en esos momentos en voz alta, pero estaba muy orgulloso de lo que había hecho, de tener el valor necesario que él muchas veces había deseado poseer.

Creía que finalmente podría escapar de ese lio, de volver con el rubio a la Torre de una buena vez. Pero antes que pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando, el mismo reportero al que había enfrentado el niño, había golpeado su rostro.

Tony se puso rápidamente en pie, tragando saliva asustado al ver la horrible marca que había quedado en su mejilla. El hombre, aún furioso, seguía despotricando por Steve y el estado en que había acabado su cámara. Producto del fuerte golpe, el rubio había trastrabillado y caído sobre su tobillo, jadeando por el dolor y empezando a hiperventilar.

Rápidamente el genio se dio cuenta que se trataba de un ataque de asma, renunciando a todos los protocolos y tomando al chico entre sus brazos. Lo cubrió con su saco, acunándolo protectoramente entre sus brazos antes de abrirse paso entre los atónitos reporteros.

Ni siquiera le importó que pudieran grabarlo, insultándolos e incluso empujando a algunas personas para correr hacia la Torre. FRIDAY ya estaba al tanto de la situación, por lo que Bruce le estaría esperando para estabilizarlo.

-¡Tengan más cuidado!- gruñó con impotencia, mirando de manera asesina a todo aquel se cruzara con él en la calle-

Los que se atrevían a detenerle para preguntarle que ocurría les iba mucho peor, ganándose incluso un puñetazo de su parte. El tiempo no estaba a su favor, si las mejillas enrojecidas y la mirada dolida del pequeño era algún indicio.

Temía que la fiebre hubiese vuelto, o incluso algo peor, por lo que simplemente apresuró el paso todo lo que pudo. Todo por su idea, su maldita idea de ir solo con Steve sin tomar precauciones antes.

El infante había sido golpeado frente suyo cuando había intentado defenderlo, no se sorprendería si acababa por odiarlo. Ya no solo como adulto, sino que acababa de arruinar su relación con el pequeño Steve. No podía dar más asco ni lastima, no se merecía nada.

Lagrimas empañaban sus ojos, sin permitirse llorar hasta que el niño estuviera a salvo. Una demanda sería lo menos que se llevaría ese imbécil por lo que había hecho, además del odio del equipo de los Vengadores.

Casi exclamó de alivio cuando finalmente llego a la Torre Avengers, dejando que Banner se encargara de la situación. Explicó entre tartamudeos lo ocurrido, dejando que Clint hiciera las denuncias correspondientes. Les gustara o no incluso ellos no podían saltarse los procedimientos básicos, pero sin duda harían la vida imposible del reportero que se había atrevido a hacer eso.

Espero durante casi media hora fuera de la habitación donde se encontraba Steve, suspirando un poco más tranquilo cuando Bruce le dijo que además de un moretón en su mejilla y el ataque de asma, lo más grave era el tobillo que se había torcido. La fiebre había vuelto durante unos momentos, pero ya estaba mucho mejor. Y si descansaba un poco, sería capaz de acompañarles a cenar.

Apenas tuvo un informe completo de su estado, se dirigió a su ático y se encerró en el laboratorio. No tenía ánimos de inventar, ni mucho menos de seguir con sus proyectos, pero quería estar solo. Enfrentarse a sus compañeros o a Steve no era una opción, no soportaría ver sus miradas decepcionadas en ese momento.

Se suponía que tenía que cuidarlo, que protegerlo, ser su héroe. Pero había arruinado todo una vez más.

No supo cuánto tiempo paso, hasta que repentinamente la puerta de su taller se abrió. Vio asombrado a Steve en el umbral, sintiendo como su corazón se encogía al ver el hematoma en su rostro y su tobillo vendado. Una nueva oleada de culpabilidad amenazaba por ahogarlo, pero cuando reunió el valor suficiente para verlo a los ojos no vio nada de lo que esperaba, solo un inmenso cariño y preocupación.

-¿Tony?- Su voz le sacó de sus cavilaciones, sonando dudosa y llena de incertidumbre, recordándole la primera vez que habían hablado esa noche en su taller: la primera vez en que se había dado cuenta de sus errores y que había deseado arreglar su relación con él-

-Oh, ven aquí, pequeño-murmuró con la voz tan cargada de dulzura, que incluso el mismo se sorprendió- ¿no deberías estar descansando? ¿Eh, Stevie?-

-Estoy cansado de estar en cama. Además, no planeo dejarte solo-un pequeño puchero apareció en sus labios, sintiendo como sus pequeños brazos le rodeaban en un cálido abrazo- lo que ellos te hicieron fue horrible, nadie tiene que pasar por eso sin ayuda-

A pesar que hasta hace pocos minutos había deseado aislarse por completo y desaparecer, que no podía negarle nada al chico. Mucho menos cuando le estaba dando esa lastimera mirada, cuando mostraba tanta preocupación a pesar que era quien se encontraba herido.

Oh, Santo cielo ¿Cómo era posible que su actitud hacia Steve hubiese cambiado tanto en solo dos semanas? Lo sabía, lo peor es que sabía que se había empezado a dar cuenta de sus errores al notar quién era el rubio en realidad. Su dolor, su fragilidad: esas no eran debilidades, eran sus mayores cualidades. Le demostraban que era tan humano como ellos, y cuanto se había equivocado al juzgarlo precipitadamente.

No había sido capaz de entender los motivos tras sus decisiones, de respetarlo siquiera. Él había dado todo de sí para protegerlo, siempre lo había hecho. Incluso ahora estaba dispuesto a brindarle comodidad cuando debía ser él quien le estuviera abrazando en esos momentos.

Había estado tan ciego que no había visto que su héroe, al que tanto había admirado, se encontraba frente a él incluso bajo la figura de un niño. Ni siquiera las historias de su padre le hacían justicia a quien era verdaderamente Steve Rogers. Ni las películas, ni sus numerosos reportajes podían describir fielmente a la increíble persona que se encontraba ahora frente a él.

Era cientos de veces mejor de lo que había creído, y eso le había abrumado. Tanto, que había optado por ocultar su felicidad a través del odio sin darse cuenta.

Ahora podía ver, sin vendas cubriendo sus ojos, que desde que le había conocido había caído en sus redes. Que se había enamorado no de su ídolo infantil, sino que había caído en el amor con Steve Rogers, la persona tras su máscara.

Notas finales:

Espero les haya gustado, porque en este punto, finalmente Tony se dio cuenta de sus sentimientos hacia Steve. En el siguiente cap profundizaré un poco más lo que pasará de aquí en adelante, pero no se que diá podré actualizar. Intentaré que sea a más tardar este fin de semana.

Cuídense, hasta entonces!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).