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La decisión correcta por McAki08

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Capítulo 1

¿Por qué se encontraba tan nervioso y ansioso de llegar a juntarse con sus compañeros de trabajo? A decir verdad, era innecesario que James se hiciera esa pregunta una y otra vez porque sabía muy bien la respuesta: se debía a Michael. Había pasado toda la noche pensando en cómo sería su reencuentro, y debido a eso tenía unas notorias ojeras bajo sus ojos al no haber logrado descansar como quería.

Un profundo suspiro salió de sus labios una vez que aparcó en el estacionamiento del recinto en donde debían encontrarse, dejando caer su cabeza en el respaldo de su asiento y permitiéndose cerrar sus ojos unos momentos al tratar de normalizar su respiración. ¿Desde cuándo se colocaba tan nervioso con las entrevistas? No, la pregunta correcta era: ¿desde cuándo se colocaba tan nervioso con la presencia de Michael? Posiblemente, desde que se había percatado de los sentimientos que nacían en su interior. Un pequeño golpe en el vidrio hizo que saliera de sus pensamientos, y dirigió su vista hacia un lado para encontrarse con su buen amigo Nicholas Hoult, quien le mostraba una radiante sonrisa, a la cual el ojiazul correspondió con un poco de torpeza. Sacó la llave de su auto y se dispuso a abrir la puerta, saliendo de la comodidad de su asiento para colocarse frente al más alto y dar una palmada sobre su espalda a modo de saludo.

¾     Hey Nick, ¿cómo has estado?

¾     James, me da gusto verte. Estoy bien, aunque con un poco de nervios, ya sabes, se vienen varias entrevistas por la película. ¿Y tú? Te noté un poco distraído hace poco.

¾     ¿Distraído yo? Sólo son imaginaciones tuyas, mi buen amigo. Vamos adentro, nos están esperando.

Y sin más que añadir, junto a una amigable sonrisa, salieron de allí no sin antes haber puesto seguro a su auto, hablando de trivialidades mientras caminaban con tranquilidad. Se sentía por demás agradecido de haberse encontrado con Nick allí, ¿qué hubiera pasado si era Michael? No, no lo quería ni imaginar, sin dudas ya traería una idiota sonrisa y quién sabe, quizá hasta se pondría nervioso al hablar, aunque en verdad esperaba no ponerse así frente a él, eso probablemente lo delataría ¿no? De seguro que sí, y no quería que su amigo pensara cosas erróneas acerca de él, suficiente tenía con reprenderse mentalmente él mismo. Además, el irlandés tenía novia, se veían felices juntos. Sí, en definitiva el contrario no tenía ningún sentimiento más que amistad por él, y aunque se repitió aquello infinitas veces, no podía evitar sentirse un poco triste por eso. Si debía ser sincero consigo mismo, en un lugar muy escondido de su ser esperaba ser correspondido, aun cuando sabía que estaba mal dado que estaba casado, y tenía una familia la cual amaba.

Se encontraba tan distraído en su mundo de pensamientos que no se percató cuando llegaron a los camerinos, encontrando allí a Evan Peters, Sophie Tumer, Tye Sheridan, Jennifer Lawrence y Alexandra Shipp. Saludó a todos con su característica sonrisa, más sin embargo, no le pasó desapercibido el hecho de que no se encontraba su preciado amigo. Por eso se giró hacia un costado, permitiéndose observar a Nick con duda, y él le devolvió el mismo gesto, sin entender qué pasaba por la mente del más bajo:

¾     ¿Qué pasa, James?

¾     Michael… ¿Dónde está? Me dijo que vendría porque tendría libres unos días —Maldición, había sonado como si estuviera desesperado por verlo, pero ya no podía hacer nada, sólo esperar que el hombre a su lado no se diera cuenta de aquello.

¾     Oh, ¿vendrá? No lo sabía, pero si te dijo que lo haría así será, sólo espera un poco.

Y dicho eso se marchó para ir a platicar con los chicos que se encontraban reunidos en el centro de la sala, sentados en unos cómodos sofás, tomando un café o eso creía. Definitivamente aquello no le vendría nada mal, quizá así estaría más despierto, ya que no podía negar que se sentía un tanto somnoliento. Pero no, su vista no dejaba de recorrer la sala para después llevarla al celular que sostenía en su mano, percatándose de la hora; aún era temprano así que tenía tiempo para llegar, pero quería verlo, platicar hasta nunca acabar. Quería a su amigo allí, ahora. Dejó escapar un suspiro y se dirigió a una de las esquinas donde se encontraba la máquina para hacer cafés, esperando que esta bebida caliente pudiera tranquilizar sus nervios.

Mientras agregaba azúcar a su bebestible no podía evitar pensar, ¿y si el mayor le había jugado una broma? ¿O si había sufrido un accidente? ¿Si estaba en el hospital solo? ¿Alguna lesión grave? A medida que iba agregando otra absurda posibilidad en su mente, su rostro se iba tornando más y más preocupado, por lo que al fin decidió llamarle, quizá realmente le había pasado algo, uno no sabía ¿no? Sin embargo, una vez que tomó el celular para disponerse a llamar, escuchó cómo abrían la puerta. De inmediato llevó su vista hasta allí para observar al susodicho entrar llevando unas gafas oscuras, unos jeans de color negro, sudadera gris y una chaqueta de cuero, sin ningún raspillón o indicio de haber tenido algún accidente. Sí, definitivamente había exagerado en cuanto a las posibilidades de por qué llegaba “tarde”. Su mirada en ningún momento se alejó de su cuerpo, observando este con detalle y percatándose enseguida de que al parecer había estado haciendo ejercicios; se notaba, y el maldito seguía irradiando tanta sensualidad a pesar de la simpleza de su ropa. ¿Cómo lo hacía? Frunció sus labios hacia un lado, chasqueando la lengua mientras llevaba la vista a su café, dando una rápida mirada hacia abajo para así ver lo que traía puesto él. Observó sus jeans negros, sus zapatos bien lustrados, la sudadera roja con una chaqueta del mismo color de los jeans. ¿Luciría igual de bien que el otro? Se preguntaba mientras le daba un sorbo a su bebida, y al instante se sobresaltó al no haberse percatado de que el contrario ya se encontraba a su lado, apoyando su mano sobre el hombro del ojiazul y dedicándole aquella sonrisa que le hacía derretirse como un idiota, a la cual correspondió sin pensarlo un segundo.

¾     ¡James! Qué gusto verte. ¿Cómo has estado, hombre?

¾     Michael, mucho tiempo sin verte. He estado bien, sintiéndome un poco ansioso de las entrevistas que se nos vienen en Londres y EE.UU. ¿Y tú? ¿Cuánto tiempo estarás con nosotros?

¾     Bien aunque cansado con todas las grabaciones que he tenido últimamente. ¿Por qué preguntas? ¿No podrías soportar todas las entrevistas sin mí, James? —diría con una sonrisa pícara en su rostro, rodeando la espalda del más bajo con su brazo para atraerlo a su propio cuerpo.

¾     ¿¡Eh?! N-No, qué tonterías dices, Michael. Sólo tenía curiosidad —¿Había tartamudeado? Oh dios, quería que la tierra lo tragara. Además, estaba el hecho del ligero rubor que cubría sus pómulos, y al percibir esto llevó el vaso hasta sus labios, pensando que quizá así este se notaría menos.

¾     Sólo te estaba molestando, James. Estaré en todas las entrevistas de esta semana, ya el próximo miércoles comienzo nuevamente con las grabaciones.

¾     ¿Entonces estarás todos estos días con nosotros? Vaya —Ahí estaba, una estúpida gran sonrisa con sólo saber que estaría con ellos por una semana, viajando a diferentes lugares para las entrevistas. No podía evitar preguntarse si su alegría era tan obvia en esos momentos.

¾     Así es, por lo tanto, tendrás que aguantarme por todo este tiempo, cariño —Dejó escapar una risa, depositando un casto beso sobre la sien del más bajo para después disponerse a ir con sus demás compañeros actores.

¿Aquello había sido un beso? ¿No estaba soñando, cierto? Maldición, ahora estaba más que sonrojado, sentía sus mejillas arder, y a causa de esto dio la espalda a todos sus compañeros, respirando profundo para tratar de tranquilizarse. No había esperado esa acción, por eso se encontraba en ese estado. Sabía que era uno más de los juegos que ambos tenían; era esa cercanía que los caracterizaba la que ocasionaba que los fans siempre mezclaran las cosas entre ellos, creando nombres como “McBender” o “Fassaboy” pero, aunque sabía él mismo que eran sólo un juego, ¿por qué sentía su corazón latir de esa forma? Algo debía estar mal en él, eso era seguro.

El tiempo en los camerinos había pasado más rápido de lo que hubiera deseado, y eso no le gustaba. ¿Por qué? Porque ni siquiera había podido hablar demasiado con el mayor, este pronto se había unido a la conversación con los demás, quedando McAvoy en la esquina, sólo observándolos algo alejado y sin unirse a la conversación. Sólo reía de vez en cuando ante las cosas que decían, o acotaba una que otra cosa, pero nada más allá de eso. En verdad no sabía qué estaba pasando con él, su mirada siempre terminaba yendo hasta donde se encontraba su amigo irlandés, observando cada uno de sus detalles, aquellas sonrisas y carcajadas que dejaba salir. Sin darse cuenta, deslizó su lengua por su labio inferior, en lo que no podía evitar preguntarse “¿cómo será besar al mayor?” Lo cierto era que le causaba bastante intriga la respuesta. Al cabo de unos segundos se percató de lo que estaba pensando, reprendiéndose mientras daba unos pequeños golpes sobre su frente con la palma de su mano, con la idea de que quizá así alejaría esa clase de pensamientos, aunque bien sabía él que aun haciendo eso, esa interrogante seguiría rondando su mente.

Finalmente llegaron las maquilladoras, y aunque no le agradaba demasiado que lo maquillaran, sabía que era necesario, por lo que había terminado acostumbrándose a esto. Una vez todos estuvieron listos, salieron del camerino, y le sonrió a su amigo Nick cuando lo vio, devolviendo este el mismo gesto. Sintió un pequeño golpe de puño en su hombro y se giró para ver de quién se trataba, sonriendo de medio lado al ver a Michael. Antes de salir al “escenario” del matinal, se acercó al más alto y susurró cerca de su oreja, con voz juguetona “me la vas a pagar, Michael Fassbender”, y sin más que añadir salió entre los primeros cuando le llamaron, no sin antes haberle dedicado una sonrisa al contrario.

El tiempo pasó realmente rápido allí arriba, hablaron sobre sus personajes, de sus experiencias trabajando con los actores que traía ahora esta película, de los “juegos” que tenían, siendo ese el momento indicado para “vengarse” de su buen amigo, dado que tocaron por un momento el tema del “punching game”. Amaba ese jodido juego, y debido a eso, les tocó demostrar de qué iba. Llevó su mano un poco más abajo de la altura de sus rodillas, haciendo la señal con sus dedos, siendo Michael quien cayera, por lo cual debía ser él a quien golpeara. Ambos se pusieron de pie, colocándose McAvoy en pose de lanzar un golpe, tipo boxeo, dando un puñetazo en el brazo del mayor, sin arrepentirse de haber sido más fuerte de lo normal. Todos los presentes emitieron un sonido como de que eso debía de doler de seguro, y claro que lo hacía, pero realmente había disfrutado aquello. Por eso, una vez que su mirada se encontró con la del más alto, le guiñó un ojo con una sonrisa ladeada, y fue a sentarse otra vez, sintiéndose bastante complacido con su “venganza”.

La entrevista debía haber durado una hora y media aproximadamente, y pensaba ahora ir a comer algo antes de dirigirse al aeropuerto, ya que debían viajar a EE.UU por más entrevistas. La producción tenía una van para todos, de ese modo llegarían juntos y todo sería mucho mejor. Aun así, no pudo evitar preguntarse qué haría con su auto, decidiendo al fin llamar a su esposa para que lo pasara a buscar, ya que ella tenía una llave de repuesto, lo que le permitió estar más tranquilo. Luego de haber hecho aquella llamada se dirigió hacia donde estaban todos, pero no encontró a nadie allí, lo cual le había parecido extraño. Sin embargo, una vez que salió de ahí, se encontró con Michael a unos cuantos metros de distancia hablando al parecer por teléfono, y se escondió casi por reflejo, permitiéndose escuchar un poco de su charla. No porque fuera una persona entrometida, es sólo que… Al diablo, no tenía excusa, simplemente le picaba la curiosidad.

¾     Alicia, te dije que hoy empezaban las entrevistas con los chicos del elenco… sí, te lo mencioné… ¿Qué? No, no puedo… Ah, vamos Alicia, no te molestes, es trabajo… No seas dramática, ayer nos vimos… No, no es que me de igual verte, pero siempre buscamos la forma de vernos, así que no pongas drama ahora ¿sí?... Ya nos veremos, ahora debo irme, así que debo cortar, ya hablaremos luego… Sí, yo igual te quiero, cuídate. Adiós.

Una vez que el mayor cortó la llamada se giró, topándose con la mirada del otro, que sólo atino a mostrarse sorprendido, no sabiendo dónde meterse; de seguro que había parecido un entrometido escuchando conversaciones ajenas. No obstante, trató de dejar de lado ese tipo de incomodidad al haber sido descubierto, para dirigirse hasta donde el otro se encontraba, caminando con pasos seguros y sonriendo de forma divertida, dando unas palmadas sobre su espalda una vez que estuvo a su lado.

¾     Vaya, parece que alguien reclama que estés a su lado, eh —Mierda, sin pensarlo había remarcado más de lo que hubiera deseado al decir “alguien”.

¾     ¿Ah?... Oh, lo dices por Alicia… ¿Es que no te han dicho que no está bien escuchar conversaciones ajenas, James? —Dijo con una sonrisa ladeada, acercándose peligrosamente al ojiazul.

¾     ¿Quién dice que estaba escuchando? Sólo pasaba por aquí en busca de los demás y justo me topé contigo hablando por teléfono, conversación que estaba finalizando, que no interrumpí porque me parecía inapropiado —Se justificó con seguridad de sus palabras, mientras se cruzaba de brazos, manteniendo así cierta distancia, ya que de ese modo sus cuerpos no chocarían si es que el otro pensaba acortarla en algún momento.

¾     Mientes, James —Una sonrisa aún más grande se posaba sobre sus labios, mientras que se acercaba más al cuerpo del otro, logrando con esa acción que la espalda del contrario chocara contra la muralla, además de posar su mano al costado de su rostro, para que de ese modo no huyera.

¾     ¿Mentir yo? Jamás, y vámonos ya, que de seguro nos están esperando —Definitivamente los nervios comenzaban a aparecer ante la cercanía que ejercía el otro, pero logró salir pasando por debajo de su brazo para así caminar unos pasos con torpeza y aún con los brazos cruzados. Fue cuestión de segundos hasta que sintió la mano ajena posarse sobre su hombro, haciendo que se detuviera para después colocar su cuerpo otra vez contra la muralla—. Pero… ¿qué demonios pasa, Michael?

¾     Más bien yo debería hacerte esa pregunta a ti. ¿Qué pasa, James? Te he notado raro hoy, apenas me miras a los ojos —Llevó su mano hasta el mentón del más bajo, a fin de que lo mirara directamente, sin desviar la vista en ningún momento, y mostrando una radiante sonrisa a medida que se iba acercando y notaba el pequeño rubor que comenzaba a nacer en los pómulos ajenos—. ¿Por qué te sonrojas, James?

¾     ¿S-son-sonrojado yo? Por favor… deja de molestarme y apártate por favor —Ahí estaba de nuevo, había tartamudeado.

Con toda la fuerza que tenía en esos momentos se alejó del enigmático cuerpo de Michael, humedeciendo sus labios con su lengua al sentir estos bastante secos. Otra vez volvió a caminar para alejarse lo más rápido de allí, sabía y sentía que esto podría ir por un peligroso camino si seguía aquel juego, porque estaba seguro que para el otro no era más que un juego y no quería caer en sus redes; aunque, muy en el fondo, McAvoy sabía qué hace mucho tiempo había caído, sin siquiera darse cuenta. Sintió cómo le tomaban la mano para ser esta jalada con fuerza hacía atrás, girando su cuerpo para ser estrellado su pecho con el mayor, y cerró unos momentos sus ojos ante el golpe, alzando su rostro luego para verle con el ceño fruncido.

¾     ¿Qué diablos te pasa, Michael?

¾     Tú, tú eres lo que me pasa. No estás siendo igual que siempre y eso me está jodiendo más de lo que puedas pensar. Quiero que seas como siempre has sido conmigo, quiero tu cercanía. Mierda, James, no te imaginas cuánto te he extrañado durante todos estos meses —Apoyó su frente sobre uno de los hombros del más joven, permitiéndose descansar allí unos segundos para después alzar su cabeza de nuevo y buscar su mirada.

¾     ¿De qué estás hablando…? Aquí nadie ha cambiado, soy igual que siempre contigo, pero tú… diciéndome estas cosas de la nada… ¿Qué ocurre contigo? ¿Te das cuenta de lo mucho que significan? —Sí, sentía que en cualquier momento su corazón saldría de su pecho y empezaría a correr como un loco, sin saber cómo poder controlarse.

¾     ¿Qué tiene de malo lo que digo? ¿Un amigo no puede decirle al otro lo mucho que lo ha extrañado durante estos meses? ¿Qué extraña la cercanía que ambos tenían siempre? —Ahí estaba, “amigos”, Michael sólo estaba hablando como amigos y era eso lo que de cierta forma le dolía.

¾     No me jodas, Fassbender —Habló con dureza, mostrando cierta frialdad en su mirada.

La verdad es que no quería ser así con el otro, pero tan sólo le nacía, era algo que no podía controlar y es que en verdad el haber escuchado esas últimas preguntas le había dolido. Le dolía que sólo pensara en él como un amigo, pero, ¿qué más podían ser? Nada, Michael tenía su novia y él su familia, por lo tanto, tenía que dejar de andar haciendo el tonto al pensar cosas imposibles. Tenía que matar de alguna u otra forma aquellos sentimientos que comenzaban a crecer más y más en su interior, sabiendo que sería lo mejor para él, dado que no quería sufrir, porque sí, sabía que si seguía con esta estupidez probablemente sufriría.

Una vez que el mayor no dijo nada pasado los segundos de haber hablado, soltó su agarre con brusquedad y comenzó a alejarse otra vez. Estaba aburrido ya de todo, del bromance que había entre ellos y de las extrañas palabras que el más alto decía, ya que estas sólo lograban que albergara algo de esperanza de que, quizá, algo sentía por él. Pero ahí estaba de nuevo, el agarre alrededor de su muñeca, pareciendo no querer soltarle ante la fuerza que estaba ejerciendo. Suspiró unos momentos, llevando su mano libre hasta su sien para masajear allí con insistencia, tratando de tranquilizarse.

¾     Dime, Michael… ¿Qué qu…?

Ni siquiera pudo terminar su pregunta pues el accionar ajeno se lo impidió. De repente y sin previo aviso, sintió sus delgados labios sobre los propios y él solo estaba allí, sin mover ningún músculo de su cuerpo, y sin poder procesar lo que en ese preciso momento estaba ocurriendo. En la mañana se estaba preguntando cómo sería besar a su compañero, y ahora estaba experimentado dicha sensación, algo inimaginable. Después de haber pasado unos segundos, los cuales le parecieron eternos en su fuero interno, se atrevió a mover sus propios labios en acción de corresponder, zafándose de su agarre para así deslizar las manos con lentitud por su pecho hasta llegar a su cuello, entrelazando los dedos tras su nuca. Ladeó su rostro hacia un lado para permitirle a su compañero más espacio, sintiendo cómo poco a poco en su vientre se posaba un intenso cosquilleo, el cual se iba expandiendo más y más por su cuerpo, así como podía percatarse de sus aceleradas palpitaciones, lo que le provocó cierto terror ante la posibilidad de que el contrario las escuchara. Comenzó a dar unos pasos hacia atrás guiado por los pasos del más alto, chocando finalmente McAvoy con una pared, y fue Michael quien se encargó de que la distancia de sus cuerpos fuera ahora por completo nula, chocando ambas hombrías, lo cual había logrado sacar del más bajo un ligero gemido en respuesta. “Hermoso” sería el pensamiento del mayor al saber que él era el causante de esa clase de sonidos. En nada se parecía aquel beso a las fantasías que había tenido de su primer beso; porque sí, desde hace mucho tiempo deseaba besar aquellos rojizos labios del escocés, pero por obvias razones jamás lo había admitido. Sin embargo, esta vez no se había podido resistir, ya no podía ocultar más el deseo que sentía por el menor, le era imposible.  

Sentir la lengua del mayor jugar con la propia era algo bastante delicioso, la suavidad y maestría de esta sólo conseguían hacer el beso más apasionado de lo que ya era, pero pasados los minutos, la necesidad de respirar se hizo presente, siendo el más bajo el primero en cortar el beso. Respiraba con cierta irregularidad, y tenía una ligera tonalidad rojiza sobre sus pómulos, pero aun así le dedicó una mirada lasciva a la persona que tenía frente él, sin poder ocultar una ladeada sonrisa.

¾     ¿Y eso qué ha sido, Michael?

¾     Te he querido besar y lo he hecho. Siendo sincero, desde hace bastante tiempo que he deseado hacer esto y ahora que he podido, no se compara a las fantasías que tenía. Es muchísimo mejor —Vale, eso había logrado en el ojiazul que lo sonrojado que se encontraba se incrementara, desviando su mirada de la contraria con rapidez.

¾     Idiota, no digas esas cosas. Además… no sabía eso, que me desearas, o más bien, a mis labios —Se atrevió a alzar la vista otra vez para así permitirse observar directamente a los ojos del irlandés, y mordió su labio inferior como reflejo, siendo éste pronto atrapado por los dientes contrarios, ante lo que dejó salir un bajo quejido—. ¿Y eso por qué fue?

¾     Porque no te imaginas lo mucho que me jode que te muerdas, cuando deseo ser yo quien lo haga y poder dejar marcas, no sólo en tus labios, sino que en cada rincón de tu cuerpo —Hablaría en un susurro, como si fuera un secreto todo lo que conversaban.

¾     Eso no lo sabía, pero… es bueno saberlo, realmente muy bueno —Volvió a sonreír en respuesta, mientras acercaba más su cuerpo al contrario, posando sus manos sobre sus hombros y colocándose en puntas para así alcanzar su oído y susurrar allí en voz baja, no sin antes haber deslizado la lengua por su lóbulo—. Haré que te arrepientas por no haberme dicho todo esto antes.

Y sin más que añadir se apartó del contrario. Aquello había dejado a un Fassbender sorprendido para después mostrar una expresión de lo más juguetona, le divertía en cierta forma el cómo se estaba comportando James. Pensó en acercarse nuevamente hasta el más bajo para exigirle más explicaciones, o sólo para provocarle un poco más, pero se contuvo una vez que vio al más bajo hablar con Nick, el cual al parecer recién había llegado allí. Se veía bastante agitado, como si hubiese estado buscándolos por todas partes, y movió su cabeza a modo de saludo una vez que la mirada del chico alto se topó con la suya. Se decidió por seguirlo hasta donde sea que se dirigiera, no prestando atención a su alrededor, ya que su mente sólo pensaba en una persona y esa persona era James McAvoy. Pensaba en lo que hace escaso minutos había pasado, y es que, ¿acaso el otro sentía algo o sólo se había dejado llevar por el momento? La verdad es que no sabía, y la curiosidad le estaba matando lentamente; necesitaba saber qué era lo que pasaba por la cabeza de ese actor, y también necesitaba aclararse, pensar bien las cosas y saber qué era lo que iba a pasar con ellos de ahora en adelante. ¿Es que actuarían como si nada pasara? Eso sin dudas no le gustaría en lo más mínimo, pero lo que Fassbender no sabía es que McAvoy pensaba igual que él, no deseaba que lo que había pasado minutos atrás sólo quedara ahí. Además, el más bajo tenía muchas preguntas sin respuesta, preguntas que necesitaba responder cuanto antes, pero suponía que todo llegaría a su tiempo, o al menos eso rogaba. Bajó la cabeza y giró despacio hasta encontrarse con el mayor, alzando su vista hasta llegar a su rostro, sonriendo inevitablemente en cuanto se vio pillado por el otro. Le dedicó un guiño junto con morderse su inferior; sabiendo ahora a la perfección lo que esto producía en el actor irlandés. Llevó la vista hacia el frente, pensando en lo divertidas que se pondrían las cosas ahora, sin dudas haría pagar a Michael por no haberle dicho nada, y vaya que lo disfrutaría.

Notas finales:

Perdón si he tardado en actualizar, pero aquí está el primer capítulo, espero que realmente les gusté y agradecería mucho si me dejaran algún review.

 

¡Nos vemos!


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