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De demonio a ángel. por DarkSweetLady

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Notas del capitulo:

Hola chuladas!! 

les traigo el tercer cap!! 

aún me falta responder sus rw >.< agradezco mucho que se tomen el tiempo de dejarlos y por supuesto agradezco que le den oportunidad a esto <3 

en este cap... bueno no sé, creo que me quedo algo como muy ooc así que lo siento por eso, no estoy muy segura, y también parece que la trama de asesinos se va dejando de lado, pero volvera cuando menos lo esperen ;) 

bien, disfruten el cap! Y disculpen las posibles faltas de ortografía

>.< 

-Señor, lo busca Aomine Daiki – anuncio la secretaria.

-Déjalo pasar – Kagami le sonrió con amabilidad y la señorita se retiró.

Instantes después entro a su oficina un alto moreno de cabello y ojos azules, de traje y con el ceño fruncido. Kagami lo saludo amistosamente y ambos se sentaron en los sillones de la amplia oficina.

-Tengo las pruebas de laboratorio que me pediste – le dijo sin rodeos Aomine – Pero primero ¿Estás seguro que fue Tetsu quien puso eso en tu bebida?

-Completamente seguro – Taiga lo miro serio, imaginando que los resultados no iban a gustarle - ¿Qué encontraste en la bebida?

-Cianuro – Daiki era pésimo suavizando malas noticias, era crudo y sincero Kagami lo sabía bien – No creo que deba decírtelo, porque de seguro ya lo dedujiste, pero al parecer Tetsu intentaba envenenarte.

Taiga se jaló los rojos cabellos mientras se sentía romper por dentro. Hacía una semana que Kuroko y el habían quedado de cancelar sus planes para pasar una noche juntos viendo películas y descansando, una tarde solo para ellos dos. Entonces Kuroko le había servido una copa de champán y Kagami por casualidad se había dado cuenta de que en el fondo una pastilla casi imperceptible se deshacía; no había querido desconfiar de su pareja pero tampoco podía beber aquello, por eso cuando el peli celeste se había parado para ir por las películas él había aprovechado para cambiar su copa por una limpia y servirse el mismo el champán.

El contenido de la otra copa lo guardo y le pidió a Aomine que lo llevara a analizar. El moreno extrañado por la petición solo había hecho lo que su mejor amigo había pedido. Los resultados le habían parecido tan sorprendentes como a Kagami.

-¿Qué harás ahora? – Pregunto el moreno - ¿Qué le dirás?

-Voy a pedirle el divorcio, no puedo seguir con alguien que ha intentado matarme – Kagami hablaba serio, pero sus ojos dejaban salir un mar de lágrimas, su pecho dolía y solo quería tomar hasta caerse de borracho – Me alegro que nunca tuviéramos hijos.

-Lo siento – el moreno le dio una palmada en la espalda – al menos te diste cuenta antes de que de verdad terminara con tu vida.

-Justo ahora siento como si mi vida ya hubiese terminado.

-Pero no lo ha hecho Bakagami ahora levanta tu gordo trasero y vamos a comer, yo invito.

-No me puedes invitar a tomar ¿cierto?

-No, mañana tengo prueba de dopaje y no puedo beber.

-Qué mal amigo eres.

-¡Soy el mejor de todos tus putos amigos!

Kagami le sonrió de forma triste, no iba a negar aquello, también sabía que lo mejor ahora no era beber, el alcohol como siempre no arreglaría nada. Su mente viajo a la noche de su infidelidad. ¿Qué habría sido de Takao Kazunari? No lo había contactado desde esa vez. Al tomar su saco también rebusco en el cajón de su escritorio llevándose la pequeña nota que Kazunari le había dejado aquella noche.

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Tooru iba al volante de su bonito Toyota y Kazunari iba en silencio a su lado en el asiento del copiloto. El castaño cantaba las canciones que sonaban en la radio, movía sus hombros con alegría y en los semáforos actuaba como si las canciones fuesen dirigidas a Kazunari, en un intento por hacerlo sonreír, cosa que había conseguido, a medias pero algo era mejor a nada.

Entraron a una plaza comercial. Takao sentía que sus piernas flaqueaban, tendría que enfrentarse a Kagami dentro de minutos, no se sentía listo.

-¿Cómo sabes que está aquí? – Pregunto buscando hacer tiempo para evitar el encuentro – ¿Acaso eres adivino? ¿O es otro de tus muchos sentidos?

-No, nada de eso, lo tengo vigilado – aclaro el castaño – Ya me confirmaron que está en el restaurante del último piso. Vamos.

Kazunari respiro hondo y bajo del auto seguido por Tooru. Recorrieron el centro comercial hasta llegar al restaurante, pero aún no se sentía listo, justo ahora quería vomitar, tenía miedo, él que destacaba entre todos los matones por ser frio y calculador y carecer de miedo justo ahora podría jurar que si entraba ahí se orinaría en los pantalones.

-¿Quieres que te acompañe?

Kazunari negó con la cabeza, debía enfrentarlo solo, de otra forma Taiga podría malinterpretar la compañía de Tooru, y él solo era un gran amigo que trataba de ayudarlo.

-Voy a esforzarme.

Entro al restaurante y busco con la mirada a Kagami, este se encontraba comiendo junto a un moreno. Le sonrió a la señorita que estaba en la entrada, y le dijo que quería sorprender a su novio, la señorita ingenua ante las mentiras de Takao lo dejo pasar sin preguntarle nada más.

Camino con decisión hasta la mesa del pelirrojo y cuando estuvo lo suficientemente cerca le cubrió los ojos con ambas manos.

-¿Quién soy? – Pregunto con voz cantarina, guiñándole un ojo al peli azulado que lo miraba sorprendido - ¿Quién soy Kagami Taiga?

La cabeza del pelirrojo tardo en hacer clic, para luego recordar aquella voz.

-¿Takao Kazunari? – Pregunto todavía dudando - ¿Sí?

El peli negro retiro las manos y le dedico una sonrisa.

-Tardaste mucho ¿Te habías olvidado de mí?

-No, para nada, de hecho, hoy pensé en ti.

Taiga sonreía pero lo hacía con infinita tristeza, Kazunari pudo notarlo enseguida.

-Me alegra escuchar eso, estuve esperando tu llamada – Kazunari le sonrió y luego volteo a ver al moreno – Disculpa, soy Takao Kazunari, un… amigo de Taiga.

-Aomine Daiki, un placer – el moreno le devolvió la sonrisa – ¿Por qué no nos acompañas?

-Gracias, pero en realidad quisieras que me prestaras a Taiga un momento, necesito hablar con él a solas.

-¿Hablar a solas? – pregunto confundido el pelirrojo.

Daiki asintió con la cabeza.

-Está bien, pero me lo devuelves enterito.

Kazunari rió y le pidió a Kagami que lo acompañase un momento. Al salir del restaurante le guiño un ojo a la señorita que solo le dedico una sonrisa. Caminaron juntos hasta llegar a una zona apartada donde había pocas personas.

-¿De que querías hablar?

-Estoy embarazado – Kazunari espero unos minutos, pero el otro no le dio respuesta alguna – Es tuyo Kagami.

-¿Estás seguro? – Pregunto  el pelirrojo contrariado – quiero decir ¿estás completamente seguro que es mío y no de otro? Puede ser de otro que ha estado contigo en los últimos meses.

Kazunari lo miro con la boca abierta ¿Estaba insinuando que mentía? ¿Qué su hijo era de otro? Ni que fuera zorra, Kazunari no había tenido relaciones sin protección con nadie más. Estaba ofendido, se sentía como un idiota.

-No soy una zorra Taiga, este bebé es tuyo, si no quieres creerlo no me importa – le dijo con seriedad – Yo solo he venido porque tenías el derecho de saberlo. Y que algo te quede bien claro, sino estuviese seguro de que es tuyo, jamás te habría buscado.

Se dio la media vuelta y se fue. Kagami no lo siguió. Camino rápido hasta donde había dejado a Ôshima y este solo tuvo que mirarlo a los ojos para saber que no había ido bien.

-¿Es momento de partir madres? – Pregunto serio, recibiendo una negación como respuesta - ¿Te llevo a casa?

-Por favor…

-¿Qué te ha dicho?

Kazunari suspiro y mientras caminaban al estacionamiento le conto con lujo de detalles la pequeña conversación que habían tenido. También aprovecho para quejarse, para maldecirlo y para llorar, odiaba que las hormonas lo tuvieran tan sensible.

-Ya, ya, tranquilo – le consoló Tooru – Oye no creo que sea normal que tengas tantos cambios de humor así, apenas tienes dos meses deberíamos ir con un obstetra.

-Tú quieres que vaya a un montón de lugares, ni siquiera es tu bebé y te preocupas más que yo.

-Es porque tú eres un mocoso que no toma el peso de las cosas. Justamente por eso tengo que andar detrás de ti como mamá gallina.

-Voy a dejar la mafia – Kazunari bajo la vista – No puedo cuidar de un niño, dar clases y matar gente todo al mismo tiempo.

-En eso tienes razón, ya había previsto tu baja, no te preocupes – Tooru le sonrió – Acepte el trabajo de profesor en la universidad.

-¿Qué? Creí que habías dicho que solo aceptarías de ser necesario.

-Es que ahora lo necesitamos, para cuidar del niño o niña, espero que sea niña sería adorable. Aunque un varoncito también sería perfecto.

-Tooru-chan, no tienes que hacerte cargo de esto, no eres el padre, no estás obligado a hacerlo.

-Claro que no lo soy, pero soy tu amigo y los amigos se apoyan siempre en las buenas, en las malas y en las peores. No creas que hago esto porque quiero ocupar un papel paterno en la vida de tu hijo, más bien quiero que me vea como el tío buena onda ¿vale?

-¡Eres el mejor amigo de la vida! – Kazunari se lanzó a abrazarlo mientras lloraba de la felicidad - ¡Gracias por todo Tooru-chan!

-Ya, tranquilízate, te has vuelto un llorón.

Kazunari rió, era cierto. No estaba seguro de que tan normal era eso con tan solo dos meses de gestación, una vez más tendría que hacerle caso a su amigo e ir al doctor.

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Aomine se atraganto con la limonada que bebía al escuchar todo lo que su amigo le había contado. Demasiada información para su pobre cerebro que era lento para procesarla. Es que simplemente no podía creerlo. Jamás habría imaginado que Kagami, el correcto de Kagami, podía serle infiel a Kuroko, y ahora incluso sería padre ¡Padre!

-Maldición Bakagami ¿Por qué lo dejaste ir así? – Le regaño el moreno - ¿Eres bastardo? Piensa en tu hijo joder.

-¡Ya lo sé! ¡Mierda! – Kagami se jaló los cabellos – Son demasiadas cosas en un día, ni siquiera sé cómo haré para enfrentar a Kuroko hoy en la noche, Tengo que decirle lo del divorcio, y ahora también tendré un hijo. No puedes culparme que me quedara en shock, es demasiado para mí.

-Es que eres bien idiota Bakagami – Aomine se sobo las sienes – Mira por ahora vayamos donde tu amigo Kiyoshi, su esposo es abogado ¿no? Que te haga los papeles del divorcio y se los das a firmar a Tetsu, luego buscamos a Takao Kazunari, hablas con él y te haces cargo de tus acciones.

-Es más fácil decirlo que hacerlo – Kagami ni siquiera quería ver a Kuroko, era demasiado dolor – Hazlo tú.

-No fui yo quien embarazo a ese chico, que por cierto no está nada mal, al menos tienes buen gusto.

-No puedo creer que jodas con eso en este momento.

-Ya, perdón – Daiki se rasco la nuca – Qué te digo, Tetsu siempre me pareció algo falso, lo sabes, pero bueno tú lo querías y yo no soy nadie para decirte que hacer por eso apoye su boda. Lo siento, pero no te puedo decir que estoy triste porque te hayas enterado de ese intento de traición, en el fondo estoy feliz de que abrieras los ojos y vieras que no te conviene. Y de tu hijo, pues nada, ya te lo cogiste, ya lo embarazaste ahora pues hazte cargo y punto, eso te pasa por andar de calenturiento y borracho

-Eres un pésimo amigo.

-Solo soy sincero. Si te puedo decir algo es que te vayas a beber, que te emborraches, llores y grites todo lo que tengas que sacar luego enfrenta la realidad. Eso sí, nada de peli negros sexys por favor, que ya no necesitas más mocosos.

-Ya cállate Ahomine, no me animas para nada. Ni siquiera quieres beber conmigo.

-No voy a dejar que me despidan solo porque tú quieres beber, lo siento pero al menos que me mantengas no beberé. El jefe me advirtió que no podía dar positivo ni al alcohol si quería seguir en la comisaria.

-Lo sé – Kagami jugueteo con la comida en su plato – déjame quedarme contigo un tiempo.

-Si como quieras, solo se ordenado.

-Me lo dices como si fueras tu alguien limpio.

-Hey una cosa es ver mis calzones regados por el suelo y otra muy distinta y desagradable sería ver los tuyos.

-Eres un asco Aomine… Pero gracias.

-Si como sea.

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-¿Por qué estamos en la casa de Tatsu-chan? – Pregunto Kazunari frotándose los ojos pues apenas había despertado – Creí que iríamos directo a mi departamento.

-Ah es que mi instinto de cupido me dijo que Tatsuya necesitaba ayuda.

-Tus “sentidos” comienzan a asustarme – Kazunari se bajó del auto – Veamos que tan buenos son tus intuiciones.

-A mí también me asustan de vez en cuando – reconoció el castaño – como sea, ahora sabrás que no puedo estar equivocado cuando se trata de intuición.

Tocaron el timbre de la bonita casa y esperaron un par de minutos hasta que el del lunar les abrió la puerta. Ni siquiera los había saludado, solo los jaló del brazo y los hizo entrar. Tatsuya lucía nervioso, algo claramente raro. Sobre la mesa había una hoja de papel con el dibujo de un chico.

-Necesito su ayuda – Les dijo desesperado – Creo que estoy enamorado.

-Felicidades – Tooru le dio una sonrisa

-Bien por ti Tatsu-chan – Dijo Kazunari después de unos instantes sin poder creer que era como Tooru había dicho - ¿Quién es la desafortunada persona?

-Hey yo sería un gran novio.

-Lo siento Tatsu-chan pero no creo eso, eres lo opuesto a romance.

-Eso es mentira ninguna persona se ha quejado al estar conmigo.

-Estas confundiendo términos Tatsuya – el castaño se sentó tomando el dibujo entre sus manos – Que seas bueno en la cama no quiere decir que seas el mejor partido para algo serio, eres demasiado promiscuo.

-Bueno si estás enamorado yo no le veo problema – continuo Kazunari – para que necesitarías nuestra ayuda.

-Él es ayudante de maestro en un kínder que esta por aquí, también trabaja en un club para madres primerizas donde le enseñan a hacer cosas de madres, supongo, por eso necesito tu ayuda Kazu.

-No entiendo para que quieres mi ayuda si al parecer ya te has acercado tanto al chico – replico Kazunari.

-No me he acercado nada a él, mucho les digo que solo le he hablado una vez mientras le ayudaba con algunas compras, eso lo sé porque lo he estado siguiendo.

-Eres peor que un acosador, das miedo – le dijo Tooru con el ceño fruncido – Simplemente acércate y ya ¿qué no eres experto en eso de la seducción?

-En las seducciones de una noche, esto es distinto es como… amor a primera vista, es tan lindo…

-Es una tontería Tatsu-chan – Kazunari lo miro serio – Ni siquiera lo conoces tan bien como para decir que es amor.

-Kazunari eres el menos indicado para decir eso, te recuerdo a tu amado Kagami con el que solo hablaste una vez.

Takao se levantó de golpe, lo empujo y se fue al baño a encerrarse.

-Eres un idiota Tatsuya, Kazunari habló hoy con el susodicho y no salió bien, bueno tampoco mal, pero Kazunari está más sensible de lo normal – Le regaño Tooru – Por otro lado también tiene razón, primero deberías conocerlo, lo del club de madres primerizas suena interesante, intentare persuadir a Kazunari para que vaya, pero tú debes hacer tus propios avances.

-Vaya lo siento, yo como iba a saberlo ¿Qué paso con el tal Kagami?

-En resumidas palabras insinuó que Kazunari era una zorra y dudo de la paternidad, ya sabes cómo es Kazu se fue sin darle tiempo a nada, está muy ofendido.

-Entonces… ¿Es hora de ir a partir madres?

Ôshima soltó una carcajada negando con la cabeza.

-Mejor prepara algo sabroso a ver si así sale Kazunari del baño.

-¡Ok!

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Kuroko miro asombrado las hojas sobre la mesa de centro. Hizo una expresión de horror y corrió a su habitación solo para comprobar que todas las cosas de su esposo habían desaparecido. Maldijo para sus adentros. Golpeo y tiró todo cuanto había a su paso.

Su teléfono sonó anunciando la llamada de su enamorado.

-Tetsuya ¿pudiste conseguir las pastillas que te recomendé? – Le dijo una masculina voz al otro lado de la línea - ¿Tetsuya?

-Me pidió el divorcio, se dio cuenta y ¿sabes lo que pasara si no firmo el divorcio?

-Se irán a juicio, vale está bien, déjalo; nos las arreglaremos, dale el divorcio y todo en paz, ya encontrare otra persona a la cual sacarle dinero.

-Gracias por tu comprensión, te dije que era mala idea intentar sacarle dinero a alguien tan joven. Son mejores los viejos que no tardan en morir.

-Lo sé, ya encontraremos algo cariño, ahora porque no aprovechas y vienes a pasar una noche de consuelo a mi lado

-Voy en camino.

Kuroko colgó y se dispuso a empacar todas sus cosas junto con algo de dinero que Kagami había dejado en casa, que más daba, sabía que el pelirrojo no lo buscaría por eso, es más estaba seguro que no lo buscaría porque aquello sería muy doloroso. Pobre imbécil, eso le pasaba por enamorarse.

Antes de irse, se tomó un baño relajante, extrañaría aquella casa llena de lujos y comodidades, la casa de su pareja real no estaba mal, pero no tenía tanto como esta. Bueno al menos se tenía que ahorrar la incomodidad de acostarse con alguien que no amaba y fingir que sí. Esa noche si tendría pasión… 

Notas finales:

No se preocupen Kuroko malvado reaparecera en algun momento ;) 

Espero que les haya gustado!! 

Por cierto no sé cada cuanto podré actualizar este fic, espero pueda ser semanalmente o cada tercer día, depende de cuanto tiempo tenga, disculpen que no les tenga un plazo fijo >.< 

Gracias por leer!! 

Nos leemos!! 

 


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