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Segunda oportunidad por Yusei156

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Notas del capitulo:

Una disculpa por la tardanza, comenzare a actualizar más seguido. No me odien, yo amo a todos mis lectores. Este capítulo es algo corto y está dedicado a Sirius. Espero les guste.

-¡Sirius escúchame por favor!-la voz de James sonaba desesperada, llevaba más de 20 minutos persiguiendo a su mejor amigo porque este no le quería dar la cara, no entendía qué diablos estaba pasando solo sabía que había tomado el mapa y seguía caminando sin hacerle caso.


-¡Déjame James o no te gustara lo que encontrarás! ¡Te lo juro amigo, déjame en paz!-sus gritos parecían gruñidos, a veces ni él mismo podía controlarse, comenzó a correr esperando perderlo en algún pasillo, se maldijo al notar que lo estaba siguiendo. Como odiaba que fuera así de decidido pero ya sabía que no podría evitarlo, era su mejor amigo.


-¡Solo te hago un favor maldito desagradecido!-apresuró el paso corriendo tras de él hasta lograr derribarlo. Ambos cayeron rodando por las escaleras, una de las peores ideas de James y aún así, el daño no había sido suficiente como para que dejara de correr. De ninguna manera, no lo haría, no ahora que las cosas se habían puesto así de difíciles.


Sirius corrió como alma que se la lleva el diablo, por un momento quizá transformarse para ir más rápido pero la poca sensatez que le quedaba se lo impidió, decidió seguir hasta llegar a su destino. No podía creer lo que estaba pasando. Hace apenas unos minutos su mejor amigo y hermano del alma le había dicho que ya no tenía que preocuparse más por Snivellus.


Si tan solo el joven Black se hubiera molestado en decirle a su amigo lo que sentía nada de eso estaría pasando. En tan solo unos minutos caerían un montón de carteles en el comedor en donde diría que solo había jugado con Snape, que la supuesta relación que tenían era a causa de una broma, y claro, que no entendía cómo había sobrevivido todo ese sufrimiento. Eso era lo peor de todo. Necesitaba llegar a Snape antes de que este fuera al gran comedor, lo necesitaba. Se mente, su corazón no lo resistiría, estaba desesperado y es que aún no le había dicho que lo amaba.


-¡Estás loco hermano! ¡Si querías decírselo de frente me hubieras dicho! ¡Yo solo quería acabar con tu sufrimiento!-los gritos de James se escuchaban cerca, pero no lo suficiente, por un momento espero que este dejara de seguirlo, que por fin se rindiera. Igual ya se encontraba a tan solo dos pasillos del salón de adivinación, pronto lo vería, tenía que decirle, era ahora o nunca.


Al momento de abrir la puerta Sirius paró en seco su carrera, temió terminar chocando con su “novio” o con cualquier estudiante, pero no contaba que su amigo se estamparía en su espalda, ambos se quedaron quietos observando pasar a los Slytherin y Ravenclaw, poco a poco vio salir a un estudiante tras otro. Hasta que por fin lo vio, estaba claramente sorprendido de verlo allí.


El Gryffindor miró a su amigo, pienso con la mirada que se quedara allí, este decidió obedecer, tenía mucha curiosidad de que era lo que había planeado su amigo para este momento. Por un momento se arrepintió por los carteles sobre todo si lo que hacía aquí su amigo resultaba ser brillante.


-¿Que demonios haces aquí Black?-el enojo de Snape no era del todo sincero, es verdad que no le gustaba que lo buscara de tal manera en los pasillos, sobre todo cuando llamaba la atención de los allí presentes, ya que varios se habían quedado sólo para ver qué sucedía.


-Tranquilo precioso-le dijo mientras se acercaba a él y le susurraba al oído, tenía que hacerlo, tenía que salvarlo-tienes que dejarme, aquí y ahora, di que lo descubriste, que soy un tonto que solo jugó contigo. Dile a todo el mundo que soy de lo peor, que te use. Después yo me aseguraré de que no te moleste nadie-Sirius quería contener el dolor en sus palabras pero no podía, lo había decidido en el camino, era la única forma de que Snape saliera bien parado de ello.


-Dime que me amas-entendía perfectamente porque le estaba pidiendo eso, y le sorprendió lo maduro que podía actuar aquel pulgoso, sobre todo lo que iba a hacer por el. Lo miro a los ojos, esperando su respuesta.


-Te amo Severus-Sirius se acerco a el y trató de besarlo, le sorprendió un poco cuando este lo rechazó, se acercó a él y de igual manera le susurró una dirección y una hora. Debía seguir con su plan.


-Es lo que quería oír-una sonrisa de superioridad se instaló en sus labios-Era lo que necesitaba escuchar. No sabes lo cansado que es estar contigo siguiendo tu estúpido juego, me di cuenta desde mucho antes de tu intento de jugar conmigo, espero que ahora te arrepientas. Porque yo nunca te amé, ni siquiera sé cómo es que creíste que podía hacerlo con todo lo que me has hecho sufrir. Eres una basura Black, escoria, peor que eso, no eres nada para mí. Así que lárgate con tu estúpido juego y tus estúpidos amigos.


Todos se quedaron helados, parados, observando el rostro que había puesto el Gryffindor el cual solo se alejó con la frente en alto, sin cruzar miradas con nadie, ni siquiera con su mejor amigo. No al menos hasta que lo vio como James se volteaba preparando su varita.


-¡No creerás que te vas a salir con la tuya Quejicus!, es obvio que el no te ama, solo está esperando-James estaba a punto de atacarlo cuando se vio desarmado por nada más ni nada menos que su mejor amigo quien le señaló que no lo volviera a intentar.


Después de eso salió corriendo, no tenía el coraje para eso. No quería seguir repitiendo las palabras de Snape en su mente, no quería porque dolía, dolía como los mil infiernos el recordar que hace tan solo unos meses él había hecho sufrir a un ángel, a la persona más pura y hermosa que había conocido.


Dolía cada una de esas palabras, más por temor a que fueran ciertas. En realidad nunca habían hablado seriamente sobre su relación, siempre habían dicho que se querían, que se amaban, pero no sabía cuánto de eso había de cierto. Además aún faltaba que viera todos los carteles del comedor, quizá no querría volver a hablarle en su vida y tendría que aceptarlo.


Llegó a la torre de Gryffindor, entró a su alcoba y cerró la puerta. Gritó tan fuerte sin importarle quien pudiera escucharlo. Aquel grito espanto a Remus el cual solo miraba a su amigo sin entender qué había pasado. Se acercó y por inercia lo abrazo, no entendía porque pero en vez de traerle paz parecía herirlo, las lágrimas comenzaban a desbordarse de sus ojos, no lo podía creer. Sirius estaba llorando. Antes de cualquier otra cosa Remus cerró la puerta y la insonorizó lo último que quería era que alguien más lo viera así, nadie debía de hacerlo.


-¡Lo hice! ¡El me dejo! ¡Me dejó frente a todos!-no estaba triste, estaba orgulloso por lo que acaba de hacer, acababa de sacrificar todo, su popularidad, su fama de rompecorazones, incluso había acabado con su orgullo al dejarse tratar así. Las lágrimas seguían y ni él mismo se lo explicaba-Estará bien, creerán que me regreso la broma. Será alabado en su casa y nosotros no tocaremos el tema así que estará a salvo.


-Entiendo, fue un gran sacrificio el que hiciste, pero no entiendo ¿Porque no pueden estar juntos? Si se aman deben estar juntos no importa lo que piensen los demás, solo sean felices e ignórenlos a todos-ese era uno de los momentos por los que había regresado, Remus estaba seguro de ello. Tenía que convencer a su amigo de pelear por quien amaba o se arrepentiría toda la vida, como lo había hecho antes.


-Porque solo yo lo amo-pronunciar aquellas palabras había dolido más de lo que esperaba, incluso no había podido evitar hacer una mueca de dolor, cada que recordaba esas palabras su corazón se encogía y aunque quisiera creer lo contrario nunca había sentido un “te amo” sincero de Snape. Se moría por oírlo, por saber que todo lo que hacía estaba valiendo la pena, que quizá ese no era el momento de estar juntos pero que lo harían, que sucedería y sería algo maravilloso.


-Eso no lo sabes, no lo sabrás si no se lo preguntas-tenía que ayudarlo, tenía que lograr que fuera feliz, no solo eso, quería que al menos esta vez pudiera disfrutar de la vida, de todo lo que había perdido en esos años en Azkaban. No lo iba a dejar allí otra vez.


-Quedamos de vernos en la torre de Astronomía a las 12-le dijo un poco más animado, aunque temía que ahora después de haber visto los carteles ni siquiera se molestara en aparecerse en aquel lugar.


-Dile


-¿Y si no aparece?


-Ve a buscarlo


-¿Y si me odia?


-Enamóralo


-¿Y si no puedo?


-Eso nunca ha sido un problema para ti, ¿o me equivoco?


Aquellas palabras le regresaron a Sirius la confianza que necesitaba, y vaya que lo necesitaba. Tenía que decirle, si Snape aparecía entonces significaba que podía corresponderle, si no lo hacia igual intentaría enamorarlo hasta que no tuviera aliento porque ahora ese era su nuevo propósito en la vida, nada sería nunca igual si no podía tenerlo a su lado.


No era solo un capricho adolescente, no era solo porque Snape fuera una aparición divina caída del cielo y puesta únicamente para sus brazos, no. Aquel amor iba más allá de lo físico, se había enamorado de esa sonrisa torpe que ponía cuando pensaba en algo gracioso sin decírselo a nadie, de aquello ojos curiosos que se interesaban por un mundo infinito a su alcance, de sus manos prodigiosas cuyo talento en pociones nadie igualaba, se enamoró de aquella expresión que hacía arrugando su nariz al momento de oler la comida buscando no estuviera envenenada.


Amaba como caminaba sin darle importancia al resto del mundo, a nadie a excepción de él, quizá por eso lo había molestado todos esos años, solo quería llamar la atención de alguien tan inalcanzable cuyos pensamientos desconocía. La única persona en todo Hogwarts que no le miraba en secreto de vez en cuando, el único que no lo veía solo como el hombre atractivo que era.


Sabía mejor que nadie que Snape conocía cada una de sus imperfecciones y si aún así este elegía quedarse con él, se sentiría dichoso. Tendría a la persona que amaba con el.


Decidido se metió abañar, iba a prepararse para su encuentro en la noche bien o mal era ahora o nunca, le declararía su amor y se quedaría con él para siempre o lo conquistaría en busca del mismo resultado. A partir de ese momento el antiguo Sirius Black había desaparecido.


 

Notas finales:

Hola y gracias a todos lo que llegaron hasta aquí, no sé cómo les haya caído el capítulo, estoy ansiosa por saberlo. Pronto revelaré los planes de Reg y claro comenzarán los intentos de homicido a Sirius ¿lo matara? 

 

Tambien le daré más importancia otros personajes, espero les guste cómo irá la historia. Y la sigan apoyando, muchas gracias a todos los que han comentado, ustedes me animan a seguir igual que todos aquellos que lo leen. 

 

Asi que, hasta luego!


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