Capítulo 6.- Remus J. lupin
Al momento de su muerte lo único en lo que podía pensar era en ese hermoso niño que había dejado atrás, si hubiera algo de lo que se arrepentía era no poder ver crecer al pequeño Edward, después de tantos años ese niño había cumplido al fin su sueño de tener una familia.
Después todo fue negro y cuando abrió los ojos pudo ver frente de sí su antiguo cuarto, se encontraba en su casa en el mundo muggle donde vivía con sus padres. Se podía oler claramente la carne a medio cocer que su madre le preparaba cada desayuno antes de poder partir a Hogwarts, fue entonces cuando lo entendió.
Su vida había pasado como un gran recuerdo en su mente, quizá el haber regresado a ese punto era cuestión de un milagro. No sabía ni quería saber que lo había traído allí, pero estaba seguro de que esta vez sería diferente, él se encargaría de ello. No solo iba a proteger a James y a Lily, también ayudaría a uno de sus más fieles amigos a encontrar y no perder al amor de su vida.
La solución no sería nada fácil pero lo iba a lograr, fue así como con ese pensamiento en mente tuvo la grandiosa idea de no interferir entre el creciente romance de su amigo, claro que noto varias diferencias con respecto a -la primera vez- pero pensó que se había debido al cambio que él mismo había hecho en la historia, pero todo marchaba bien; Sirius confuso enamorándose de Severus mientras lo conocía más y más, James intentando interferir sin lograr nada y claro su curiosa relación con Lucius Malfoy. Podía sacar provecho de eso, al menos si jugaba bien sus cartas.
Sabía muy bien que a Lucius no le importaban sus sentimientos pero eso no había evitado que se sintiera extrañamente atraído hacia aquel hombre por demás atractivo, el baile de invierno era la excusa perfecta para quizá hacer algo con esa pseudo relación destinada al fracaso y claro para ayudar a su amigo, aunque si bien recordaba su relación con Severus no había avanzado sino hasta el baile de invierno.
Como se trataría un baile de disfraces decidieron disfrazarse de lo más obvio posible, es por ello que los merodeadores estaban ahora disfrazados todos como hombres lobo, lo cual a Remus le pareció una mala broma pero Canuto argumentó que era un buen modo de mostrarles a todos quién era y se sintiera seguro sin decir nada.
Fue así como los tres llevaron a la fiesta llevándose una tremenda sorpresa, pues había más gente de la que esperaban para un típico baile de Slughorn. “Sorpresa” que preparó y planeo Lupin convenciendo al profesor que sería interesante analizar a sus mejores alumnos mezclados con el resto y fue así como se terminó invitando más gente de la habitual.
-Supongo que iré a buscar a mi cita-dijo con una sonrisa pícara James mientras miraba a sus amigos-¿no se preguntan quién es?-dijo con un fingido tono de tristeza.
-¿Quién es tu cita?-preguntó Canuto mientras disimulaba su búsqueda.
-Romina Barrow, esa hermosa chica morena. Esta noche no lleguen temprano odiaría que nos descubrieran-finalizó mientras guiñaba un ojo y se iba en búsqueda de su cita.
Remus cruzó mirada con Sirius y al percatarse de la presencia de Snape no hizo más que darle a su amigo la señal. Este sin pensarlo dos veces fue tras de su presa que quien lo viera diría parecía muerto por lo blanco que estaba.
Lunático siguió a quien quería conquistar esa noche, aunque fuera solo una vez quería saber qué hubiera pasado si las cosas fueran diferentes entre ellos dos. Su presencia no fue desapercibida por el Slytherin que de inmediato le siguió con la mirada hasta el balcón y poco tardó para unirse en la velada.
-Es una noche muy bella, ¿verdad?-preguntó Lucius mientras se acercaba al rostro de su compañía observando fijamente aquellos deliciosos labios color durazno que parecían brillar con los finos matices de luz.
-Es verdad-aunque fuera uno de los factores de su sufrimiento la luna menguante era realmente bella-siempre me he preguntado que se sentirá
-¿Un beso bajo la luna?-preguntó mientras se acercaba más y más. Si esa no era la pregunta que quería hacer poco importaba ya, sus labios se estaban rozando tiernamente, tanto que casi se le parte el corazón a Remus por tan dulce acto, cosa de la cual jamás creyó capaz al hombre que tenía enfrente.
Poco a poco el beso se fue convirtiendo de uno tierno a uno verdaderamente apasionado, sus lenguas recorrían una danza incesante de necesidad y satisfacción mientras pedían cada vez más una de la otra. El beso fue tornándose cada vez más agresivo hasta que Lupin en un impulso de sus más bajos deseos mordió el labio inferior del Malfoy obteniendo así un contraataque igual de hábil y sobre todo lleno de lujuria.
No podía creer lo que estaba haciendo, sabía que estaba mal y no debía permitírselo pero allí estaba entregándose con todo lo que tenía a una persona que estaba destinada a hacerle más daño de lo que jamás pensó permitirle a nadie nunca.
Quería detenerse pero su cuerpo no reaccionaba con sus pensamientos, quería correr de allí y no volver a topar su vista con tan hipnotizantes ojos. Pero todo acabo cuando al fin cruzaron unas palabras.
-Te espero en el tercer piso, en el ala oeste. Hay algo que quiero mostrarte, además yo sé que quieres tanto como yo seguir con esto-dijo insinuando lo que sucedería si le acompañaba a aquel lugar.
Sin esperar siquiera a que le contestara volvió a entrar a la dichosa fiesta, sabía que su encanto nunca fallaba o al menos eso creía.
Remus miró al horizonte analizando lo que podría pasar esa noche, quizá tendría una mágica noche con el chico del que se había enamorado cuando joven, del que estaba enamorado. Pero este seguro lo dejaría aunque en el fondo quería creer que si le seguía, si se entregaba estaba la remota posibilidad de que éste correspondiera a sus sentimientos.
Comenzó a caminar rumbo a la salida sin percatarse que una mirada curiosa le seguía desde hace rato. Justo antes de salir de aquel lugar fue jalado por Snape quien le veía con indecisión. Si bien Lucius era su amigo no podía negar que sentía algo de empatía por Lupin, a final de cuentas había sido el único que lo trataba bien de los merodeadores y además necesitaba de un aliado y sabía muy bien que James no lo sería.
-Remus-le susurró, lo último que quería era que alguien se enterara de ello, pero estaban encerrados en un armario y con la estridente música de afuera era difícil que lo hicieran-se que no somos amigos pero en serio, Lucius no te conviene, sé que es atractivo y puede ser bastante convincente pero solo te usara y te abandonará, piénsalo mejor yo sé…-no continuo, no quería decirle que estaba pasando por su mente.
-Lo se, lo sé Severus ¡lo sé! Y aún así quiero ir con él, siento algo por él pero sé que me hará daño…-respiro un momento, jamás se imaginó que quien lo detendría de tremenda estupidez sería aquella persona. En el fondo sabía que no era tan malo que estuviera junto a su amigo.
-Tranquilo, sé que alguien mejor vendrá para ti-quería ser amable y dulce por una vez. Si ayudaba a alguien en ese momento sería solo porque necesitaba de aliados que le ayudarán a cuidar de su amada amiga.
-Gracias…-respiró hondo y tomo valor para lo que iba a hacer-Sev, sé que seguro ya lo sospechas pero aunque suene raro en serio quiero que le des una oportunidad a Sirius, es un gran chico y aunque él todavía no lo sepa se enamorara perdidamente de ti y tú eres el único que puede hacerlo feliz. Dete esta oportunidad con él o te arrepentirás el resto de tu vida ¡te prometo que jamás te arrepentirás!
-Pero…-”no quiero que me lastime” se repetía una y otra vez en su cabeza no quería pensar en volver a perder a sus hijos, no podría soportarlo nuevamente-Yo...no podría soportarlo..no otra vez-susurró para si mismo que para que lo escucharan.
-¿Otra vez? ¿Severus no me digas!-casi grito alarmado Lupin por la loca idea que tenía en mente, ¿Y si ambos habían regresado al morir? ¿Y si murieron al mismo momento y algo los regreso a ese punto de partida?
Antes de que pudiera insinuar lo que creía estaba pasando la puerta se abrió de golpe mostrando a un muy enojado Sirius Black quien los miraba de forma interrogante. No sabía que había pasado para que su amigo estuviera encerrado en un closet con su pareja pero no podía ser tan malo, si se tratara de James si podría pensar mal.
-Espero no me quieras robar a mi pareja-dijo mientras tomaba a Severus de la mano sacándolo de aquel lugar, este se supo evidentemente rojo. No quería admitirlo pero aunque no lo hiciera él ya lo sabia. Jamás había dejado de amar a ese saco de pulgas.
-Yo jamás-contestó para después ver partir a aquella pareja que quien se fijará notaría lo felices que eran juntos.