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Segunda oportunidad por Yusei156

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Notas del capitulo:

Hola a todos! He editado este capítulo, seguí escribiendo desde donde marque la segunda parte y me di cuenta de que merecían más que eso, necesitaban respuestas para lo que vendría y es por ello que me esforzaré para que vean cómo llegamos a ese punto. 

 

Espero que disfruten este capítulo. Como regalo especial y por las festividades mi siguiente actualización será mañana lunes, espero les guste. Nos leemos abajo.

 

Un agradecimiento especial a todos aquellos que han comentado. Como la vez anterior todos aquellos estarán en los agradecimientos al final del fanfic. ¡Felices fiestas!

Capítulo 7.- Cambio de estación


¿Qué era lo que se necesitaba para hacer desistir a uno de los hombres más orgullosos y necios de todos? ¿Qué se necesitaba para detener a dos? No había forma de ignorar la manera en que se trataban. Siempre se encontrarán donde se encontrarán terminaban peleando, viendo quién era el mejor en que o bien; en algunas ocasiones el mayor de ellos terminaba dedicándole dulces palabras e incluso algunas caricias atrevidas, robando un beso o dos.


Y muy a pesar de todo ello seguían sin ser nada.


Sirius estaba caminando en su habitación, dando vueltas de un lado para otro, no podía creer que a pesar de todo su esfuerzo de todos sus avances y de sus increíbles “sacrificios” siguiera sin salir con Snivellus. ¡Nada de eso tenía sentido! Nadie jamás se había resistido de esa manera a sus encantos y sabía que Snape sentía algo por él, pero no podía sacárselo ni a besos.


Su desesperación acrecentaba conforme pasaban los minutos, ese era el último día que estarían allí antes de irse por las vacaciones de invierno. No tenía nada, no sabía dónde vivía ni si podría llamarle, ni una estúpida carta podría escribirle. Se sentía frustrado, no quería perder su avance con el pero por más que lo intento no había conseguido su dirección.


-¡Ya basta Canuto, o harás que me duela la cabeza!-su mejor amigo llevaba ya 45 minutos haciendo eso sin comentarles que le sucedía, pero estaba seguro de que podría ayudarlo de alguna manera-¿Que necesitas? Ya me harté de verte en ese estado.


-Quiero saber dónde vive Snivellus, necesito su dirección y estoy desesperado, por más que lo intento no me quiere decir-frustrado era poco para describir cómo se sentía en ese momento. Odiaba no, detestaba saber que si no tenía forma de comunicarse con él seguro moriría de la ansiedad, no podría jamás sacárselo de la cabeza.


-Pues…-pensó un poco antes de decírselo-sé que su cumpleaños es el 9 de enero, quizá puedas darle algo por la fecha y quizá te de su dirección-no estaba seguro si sería lo correcto pero estaba consciente que para esas alturas Snape ya estaba (o debería estar) enamorado de su amigo.


-¡Eso es excelente! Le daré un bello regalo y le robare un beso o dos


-No hables de esas cochinadas frente a nosotros, se que ustedes se han besado antes pero no es una imagen que quiera tener en mi cabeza-su mueca de asco desconcertó un poco a Sirius, pero este sabía muy bien que a su amigo jamás se le quitaría el asco frente a esa idea.


-No creo que sea tan malo, nunca he visto a Sirius hacer cara de asco tras besar a Snape, ¿o si?-si, ese no era un intento de hacer que aceptara más sus sentimientos, sabía que si su amigo podía admitir frente a James y a Peter podría hacerlo con cualquiera.


-Es porque es un gran actor, el mejor que he visto-concluyó James sin dejar contestar la pregunta, para alivio del Black, era difícil negar que los besos de Severus lo enloquecían cuando un simple roce podía hacer que no dejará de pensarlo ni un solo minuto en un día.


Agradecido por eso y a toda prisa tomo una caja pequeña de entre sus cosas y terminó por vaciarla, tenía la idea de cuál sería un regalo perfecto para Severus y tenía que ver con lo bien que convidaba con sus ojos.


Salió corriendo de la habitación dejando a sus amigos con la boca abierta, jamás lo habían visto tan desesperado. Corrió por los pasillos hasta llegar a la biblioteca, el único que estaría allí a solo una hora antes de partir de Hogwarts seguro sería aquel que lo tentaba con darle el sí, pero siempre era un no.


-Pensé que no nos veríamos-le dijo el Slytherin tan pronto lo vio entrar al lugar, el ya iba de salida con un libro en el brazo. Por el grosor de este podían asegurar que pesaba alrededor de 1.5 kilos. Más de lo que leería esas vacaciones seguro.


-Es inevitable mi amor, no puedo dejarte ir sin al menos un beso de despedida-le guiño un ojo pero lo que menos esperaba era que al acercarse recibiría ese beso, rápido, como al momento de ver caer una estrella fugaz, pero igual de intenso que las últimas veces, no podía evitar sentir un deseo interminable por continuar ese beso.


-Si es todo lo que querías creo que puedo irme-Snape tomó ventaja de lo despistado que estaba el joven Black para salir de aquel lugar, se había prometido darse una oportunidad con él, solo si sus sentimientos eran sinceros. Pero evitar el querer recibir un beso suyo sin duda alguna era difícil.

 


-No es todo, Remus me contó que tú cumpleaños es el 9 de enero, para entonces aún no regresamos a Hogwarts así que decidí adelantar tu regalo-Le dijo amablemente mientras sacaba de sus bolsillos una cadena de oro blanco, tenía un dije con un bello grabado que decía: Sirius Black III, Snape no se lo podía creerlo era imposible que pasara lo mismo dos veces, no sabía cómo iba a aceptar semejante regalo. La última vez que había visto ese collar fue cuando lo enterró junto al cadáver de su bebé, de su hijo.


-No puedo, es tuyo-declaró devolviendo aquel objeto le traía muy malos recuerdos, solo venía a su mente cuando lo había abandonado sin darle explicación alguna, sin embargo su réplica fue inútil.


-Justo porque es mío puedes aceptarlo, piensa en mi cada que lo veas. Nos veremos hasta regresando de vacaciones, será una eternidad mi estar lejos de ti-confesó mientras le podía la cadena. Esta solo lograba resaltar sus ojos tal y como lo había predicho, amaba como se le veía. Quería verlo feliz. Sin más Snape no pudo objetar, sobre todo por lo similar que había sido en esta ocasión al recibir aquel valioso regalo.


-Es una lástima que no podamos vernos, ni nada-vaya que en verdad lo era, pero no sería lo suficiente idiota como para darle nuevamente su dirección y que todo saliera mal como la vez pasada.


-Dame tu dirección, te lo suplico. Escribiré para ti, ni siquiera necesito salir corriendo a verte. Solo…-solo deseaba saber si estaba bien, si en serio le echaba de menos, también debía admitir que extrañaría la textura de esos labios y el aroma que emanaba de su cuerpo. Ese enervante aroma que solo lo enloquecía más y más.


-Eso no sucederá Sirius, entiéndelo-no sabía cómo librarse de él, en verdad que no lo sabía-¿Qué puedo hacer para que desistas de la idea?-lo único que se le ocurrió fue apelar a ofrecerle otra cosa, la que fuera. Sabía que si las cosas salían como la vez pasada pelearía con su padre, lo correrían de la casa y después este mataría a su madre.


-Entonces quiero un “definitivamente si” de tu parte, así que…-se hincó de rodillas y abrió la caja que traía en sus bolsillos. Con toda la prisa olvidó poner el collar en la caja pero eso no importaba ya-Severus Snape, ¿me harías el honor de ser mi novio?


-Supongo que no sería tan malo-suspiro, allí iba de nuevo. Saliendo con él exactamente en la misma fecha, parecía que aunque lo intentara el destino no podía cambiarse. Ni siquiera podía evitar salir con aquel hombre que le rompería el corazón.


-Ahora que somos novios no esperaras que este este mes y medio sin saber absolutamente nada de ti, o si?-Le daba miedo descubrir que Snivellus en realidad no querría saber nada de él, sobre todo ahora que sabía lo loco que lo ponían esos labios.


-Te enviaré un carta tan pronto tenga oportunidad, pero sin dirección. Mi lechuza llegará a tu casa y esperara la respuesta-si iba a hacerlo no había otra opción. Tomaría las medidas necesarias para no ser descubierto. Y fue así como consiguió la dirección del pulgoso.


El tiempo empezaba a correr para Sirius Black, ahora ya tenía a Severus en sus manos o al menos eso creía. Solo debía de esperar un “Te amo” sincero de su actual pareja para después romperle el corazón. Ya daba inicio la cuenta regresiva. Una cuenta que si llegaba al final esta vez sería el fin para ambos chicos que no aceptaban lo enamorados que estaban.

Notas finales:

Es algo corto, pero el siguiente será más largo. También (puede haber) quizá haya un especial por fin de año. Me encantaría escribirlo.

 

atte: Yuu


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