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Segunda oportunidad por Yusei156

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Notas del capitulo:

Hola a todos mis amados lectores! Muchas gracias a los que comentan la historia así como a los que se limitan a solo leerla. No saben lo bien que se siente. Primero que nada quiero recordarles (por si no lo sabían) que cambie el capítulo anterior y Lara quienes tuvieron la oportunidad de leer "la Orden del fenix" antes de que lo borrara pues.... tienen un pequeño spoiler de la historia, espero que eso no les haga perder el interés. Y que puedan disfrutar de este pequeño capítulo que he escrito con mucho entusiasmo para todos ustedes. Nos leemos abajo!

Capítulo 8.- Mi hogar


El frío le recorría la espalda, una gota de sudor frío caía de su frente inmediatamente seguida por otra, era la segunda carta que recibía de Snape en las tres semanas que tenía de no verse. Pero en esa ocasión algo era distinto, James estaba a lado. Estaba completamente nervioso.


Le resultaba difícil el poder expresar sus sentimientos sin que su amigo lo juzgará por ello o le criticara porque “es muy cursi”, “creo que no le dices mucho”, “esas son tus técnicas de conquista”, “hasta parece que te gusta”. Y esta última era la que más miedo le daba pues, comenzaba a creer muy seriamente que si le gustaba, que le gustaba tanto que quería mandar a su mejor amigo muy lejos ya mismo para que le tuviera más respeto a su pareja. Pero eso no paso.


-Vamos James, yo sé cómo debo de tratar a Snivellus. Además su lechuza no se irá hasta que acabe de escribir así que necesito concentrarme-era la forma más sutil que conocía para librarse de su mejor amigo.


-Vale vale, pero no te excedes en lo cursi. ¿Que tal si lo terminas enamorando al punto que se quiere acostar contigo? ¡luego me echaras la culpa! Y déjame decirte que yo no pagaré ningún psicólogo-termino de decir mientras soltaba una sonora carcajada y salía de la habitación.


Ya sin interrupciones se dispuso a escribir nuevamente. No quería escribir falsedades, no ahora que tenía en claro que sentía algo por ese Slytherin. “Algo” no estaba seguro de que, pero sabía que se estaba muriendo de ansias por un beso, por una caricia, por aspirar su aroma, por verlo a los ojos. Y justamente de eso iría la carta.


Una vez la hubo terminado la coloco en el pico de la lechuza. La cual parecía un poco desesperada por irse de allí. Aún no estaba seguro porque a Severus le costaba tanto el darle su dirección, si bien sabía que vivía cerca de donde Evans. ¡Eso era!


Salió corriendo de la habitación hasta encontrar a James, el susodicho lo volteo a ver interrogante y cuando una sonrisa triunfal apareció en el rostro de su amigo se imaginaba de que podría estar tratándose.


-Vayamos de visitar a Lili-listo, fue todo. No necesito decir más para convencer a su mejor amigo. Ahora solo debía de avisarle a la pelirroja que pronto irían en camino.


Lo que no sabían es lo tan mal que podía resultar esa “maravillosa” idea.


La lechuza de Snape había llegado a su destino tras horas de vuelo, el viaje era tan extenso y cansado que es por ello que le daba tiempo suficiente de reponerse antes de responder a las cartas. No quería molestar o hacerle daño alguno a esa criatura que era su único amigo en la casa.


Esta depósito la carta en las manos del joven de piel blanca, el cual se apresuró en regresar a su casa. Se había dado la tarea de siempre salir cuando enviará la carta y esperar afuera hasta que llegara la respuesta. La única forma que conocía para evitar que su madre se enterará de ello. Una vez las leía estás ardían en llamas.


Camino cansado hacía donde se supondría debería tener un hogar, más bien parecía el centro de reclusión al que llegaba solamente para pelear con su padre. Lo único que lo retenía en ese horrible lugar era su madre.


Abrió la puerta y no vio rastro alguno de que Tobías hubiera llegado, eso lo alivió. Cada que peleaban él siempre terminaba en su habitación sin siquiera comer, no importando que ahora él trabajará en medio tiempo para que su madre no tuviera tantas preocupaciones.
Si bien su trabajo como ayudante de cazador no dejaba mucho si le permitía tener un dinero ahorrado para la próxima vez que su madre misteriosamente perdiera el equilibrio y llegará al hospital. Claro que nadie además de su empleador sabían que tenía ese trabajo, si su padre se enterará…


-No es que le tengan miedo, pero si tenemos una pelea lo mató-se repetía a sí mismo eso una y otra vez en voz alta, sabía que si ese hombre seguía viviendo llegaría el punto en que mataría a su madre. No lo iba a permitir.


Subió las escaleras hasta su habitación, seguía sin gustarle lo desordenado que era. Deseaba poder salir de ese lugar, matar a ese hombre y que su madre viviera, quería poder salvar a Lili de su horrible destino y sabía que anhelaba con ansias el que Sirius lo amara loca y profundamente así como era su amor por él.


Una vez en su habitación conjuro un hechizo para que nadie pudiera entrar. Se dispuso a abrir la carta. Aunque no lo admitiera le gustaba esa sensación, le gustaba el sentirse amado por aquella persona especial.


“Sev:
No se como decírtelo, no sé cómo expresarlo, solo quisiera tener las palabras para decirte cuánto te extraño, lo mucho que deseo tomar uno de esos besos y entrelazar nuestras lenguas como cada vez que combatimos, me encantaría poder abrazarte toda la noche y quedarme con tu aroma impregnado a mi piel.
Pero quiero que sepas que no es simple deseo lo que siento por ti, creo que es un “algo” más fuerte de lo que imagine. Me da miedo pero creo que es amor.
Atte: S.B.
PSD: Si tu no sientes algo así por mi, dime. Me esforzaré para cambiar las cosas.


No sabía cómo reaccionar, si todo eso era cierto. Si a esas alturas Sirius estaba así de dispuesto a amarlo y si tan solo fuera sincero podía hacerlo pensar en que no era más parte de la broma. Que las palabras escritas en el papel eran verdad.


Estaba al borde de las lágrimas. Pensar en aquel hombre cuando lo había dejado le dolía tanto que instintivamente llevaba su mano hasta su pecho. Odiaba recordar todos esos bellos momentos a su lado para después terminar llorando.


Solo quería que en esta ocasión las cosas fueran diferentes, que fueran mejor. No soportaría tener un bebé y perderlo nuevamente. Por ello se esforzaría. Ahora estaba convencido no quería renunciar a Sirius, pero si este lo volvía a dejar sin duda esta vez no le tendría la más mínima piedad.


~o~OoO~o~


Había pasado ya una semana de ello, estaba muy emocionado, ese sería el día en que visitarían a la chica Evans alias “la intocable” por lo mucho que le gusta a James. Como amigos tenían un código para respetar a la chica que le gustaba al otro. En el caso de Sirius jamás lo había ocupado, todas sus novias llegaban como se iban de su vida, rápido y conciso.


Ambos jóvenes se arreglaron, le habían dicho a Lili que necesitaban con urgencia hablar con ella. Y sin explicarle más fueron para Cokeworth, el viaje era relativamente largo y al ser en tierra muggle ambos estaban nerviosos al punto en que habían decidido invitar también a Remus, por si algo se acontecía.


Habían tardado un día entero en llegar, simplemente porque a ese lugar no llegaba ningún portal del cual conocieran al dueño. Y también porque se habían entretenido durante el camino de ida.


Ahora se encontraban frente a la puerta de entrada de los señores Evans, por una extraña razón estaban nerviosos de tocar la puerta. Tras un juego para decidir quién sería el desafortunado Sirius decidió que debía de ser el, a final de cuentas habían ido todos allí para descubrir dónde vivía su actual novio.


-Dime cornamenta ¿que se siente saber que conocerás a tus futuros suegros?-le dijo mientras se burlaba de él. Con mano firme y aunque nervioso tocó tres veces la puerta de madera, no tuvo que esperar mucho para que está se abriera por una chica de su misma edad pero sin duda alguna no era Lili, esta chica era rubia y los miraba de forma extraña.


-¿Que hace por aquí un chico tan lindo como tú?-Preguntó mientras posaba a un lado de la puerta y le guiñaba el ojo. No todos los días un chico como ese iba a su casa, tan solo esperaba que no estuviera saliendo con su hermana eso si que seria el colmo.


-Pues…-respiro hondo, no tenía mucha experiencia rechazando a las hermanas de sus amigos-vinimos a ver a Lili, somos compañeros de la escuela y…


No le dejó siquiera terminar, tan pronto escuchó el nombre de su hermana le cerró la puerta en la cara. No quería saber nada de esa mugrosa bruja de la familia, mucho menos de sus amigos. Pasaron un par de minutos antes de que alguien más abriera la puerta para recibirlos.


-Perdonen chicos, me acabo de enterar de lo que hizo mi hermana. Fue muy grosero de su parte-se disculpó la pelirroja mientras hacía ademán para hacerlos entrar a la casa.


-No te preocupes, no fue nada. Solo pensé que tu hermana sería tan linda como tú-comentó James mientras le guiñaba el ojo. Haciendo sonreír a la pelirroja al instante.


-Quien diría que será tan susceptible tu hermana-bromeo Sirius mientras le sonreía a Remus para que esté le apoyara. Aunque más que querer apoyarlo se sentía incómodo en la situación actual. No tenía ni idea de porque la rubia había actuado así pero tampoco tenía muchas ganas de descubrirlo.


-Si, bueno. A ella sigue sin gustarle que no estudiemos juntas, le cae mal el saber que yo tengo poderes y ella no-les dijo con la mirada triste mientras iba a la cocina por unas tazas con té, el clima era frío, al punto que se encontraba nevando pero para ella era totalmente normal.


Todos guardaron un incómodo silencio al sentir una fuerte mirada por una de las ventanas que daba a la sala. Petunia estaba completamente enojada de que su hermana recibiera visitas, sobre todo porque eran tres hombres y sus padres no estaban en casa. Sin duda alguna usaría esa oportunidad para meterla en problemas.


-Y bueno ¿Que es tan importante que tenían que venir todos hasta acá?-Preguntó Lili ya cansada de ese silencio incómodo.


-Lo que sucede es que Sirius te quiere pedir un favor-contestó James mientras aprovechaba para cambiar su lugar en la sala y sentarse junto a la susodicha.


-¿Un favor? ¿De qué tipo?-La curiosidad le invadía, sabía que esos cuatro (en este caso tres) podían ser unos completos idiotas pero también sabía que el más idiota de ellos sin duda era el Black. Se creí irresistible y hacía las bromas más pesadas de todos, además era el que peor trataba a Severus. Aunque eso cada vez le importaba menos, mientras más se acercaba su amigo a las artes oscuras más se alejaba de ella.


-Pues…-estaba pensando con detenimiento, como se suponía que debía de pedir la dirección de Snape sin que ella se rehusara sin darle tregua alguna-yo solo tenía curiosidad por saber dónde vive Snape.


Pudo notar como casi se ahogaba la chica con el té, no le creí y si lo hacía seguro sospechaba de que se trataba de algo malo. Sabía muy bien la clase de reputación que se cargaba pero en esta ocasión sus intenciones eran buenas.


-¿Para qué quieres saber eso?-Pregunto a la defensiva mientras dejaba la tasa en la mesa de centro y le miraba a los ojos, por más que se estuviera llevando mal con Snape eso no quitaba que fuera su primer amigo y aquel que siempre la defendía de su hermana.


-Pues…-respiró hondo, tenía que hacerlo y esa sería la primera vez que lo diría a alguien más que no fue de sus amigos-La verdad es que me le declare hace poco y me ha dicho que sí, ahora como su pareja pretendo darle una pequeña sorpresa-era cierto, cada una de esas palabras. A James le había parecido arriesgado el decirlo tan directo pues ella podía sospechar del plan pero para Sirius las cosas iban un poco en serio.


En realidad aún no se declaraba como era debido, hasta ahora todo era parte del juego. Pero sabía en su interior lo mucho que deseaba saber qué era ese sentimiento suyo que le impedía pensar en otra persona. Mientras tanto la pelirroja se levantó de su lugar y tomó a Sirius de la mano, conduciéndolo a la cocina. Este se extraño por los actos pero igual la siguió.


-Digamos que te creo-Le miró dubitativa-tienes que ir solo y prometer que no les dirás a los chicos donde es-espero un momento y obtuvo un asentimiento de parte del Black. Después y con unas cortas instrucciones abrió la puerta trasera de su casa para dejarlo ir.


Sirius salió extrañado por el comportamiento de la chica pero no dijo nada, era suficiente con saber a dónde debía de dirigirse, y así lo hizo. Camino unas cuantas calles antes de llegar a la Hilandera, en el camino encontró varias casas vacías, la gente lo miraba como si se tratara de un ser extraño.


El venía vestido con un pantalón de mezclilla oscuro, una camisa blanca y una gabardina que lo tapa de color negro. Llamaba la atención tanto por la vestimenta como por la calidad de la tela, era difícil ignorar a alguien así, además de que era bastante atractivo a pesar de ser tan joven.


Pronto visualizo la casa a la debía de ir, se veía vieja y pobre. Por un minuto dudo sobre si acercarse más a aquel lugar. Quizá era por ello el que Snivellus no quería que fuera a verlo, quizá se trataba de la vergüenza del sitio en que vivía. Pero ya era demasiado tarde. Ya se encontraba allí y tenía que intentar tocar al menos. Justo cuando iba ingresando a lo que supondría sería el patio sintió como una mano lo tomaba por el hombro.


En primer acto reflejo tomó la mano del adversario y lo intentó lanzar al suelo, sintió como la otra persona oponía resistencia. Su fuerza era tal que solo pudo ponerlo frente a él y fue entonces cuando lo vio. Allí estaba con una clara mueca de enojo, ese era su novio quien lo veía tan sorprendido como enojado. Con mucho cuidado lo soltó, sus miradas se encontraron, parecía eterno el momento.


Con un poco de duda el joven Gryffindor colocó una de sus manos sobre el rostro del menor, quería asegurarse que no le estuvieran jugando una mala broma pero antes de poder tocarlo recibió un golpe en su mano. Seguido de esto Snape lo jaló de la gabardina haciéndolo seguirlo de forma apresurada, tenía que alejarlo de su casa y evitar que su padre se enterase o eso podría significar la sentencia de muerte hacia su madre. Por más que intentaba cambiar las cosas parecía que todo le salía mal.


Lo llevo a una de las casa abandonadas cerca del río congelado, odiaba tener que ir allí si no tenía una buena razón pero en esta ocasión valía la pena. Entraron por la parte trasera donde la puerta era madera podrida que pronto se caería, tuvieron el mayor cuidado para no romper nada más de lo que ya estaba hasta que llegaron a una habitación que parecía haber sido limpiada recientemente.


-No digas nada-le dijo con su típico tono enojado, deseaba que Sirius se largara de allí pero una parte de el estaba tremendamente feliz de verlo.


-Me vas a decir ¿porque no podemos ir a tu casa?-preguntó mientras se le acercaba, de menos quería un beso o dos, era imposible el haber ido hasta allí solo para que lo trataran mal y más cuando estaba aclarando sus sentimientos hacia ese Slytherin.


-Mi padre odia a todos los magos, si te ve...-respiro hondo, no podía soltar todo-si te ve seguro me meterás en problemas-su mirada trataba de evadir la del mayor quien se había comenzado a acercar “disimuladamente”.


-Entiendo, entonces no me volverás a ver por aquí. Pero vine porque tenía unas enormes ganas de ver a mi novio-su mirada buscaba aquellos tímidos ojos color ónix que se le ocultaban, deseaba poder hacer su jugada, estar más cerca de él y poder respirar su aroma. Un beso era poco a comparación de lo que quería.


-Ya me viste-trataba de ser cortante pero de manera automática al oír sus dulces palabras sus mejillas se tornaban color rojo. Pronto sintió como la suave mano del Black acariciaba su piel, estas lo tomaron de imprevisto y lo acercó a sus labios. Pronto un dulce roce comenzó entre ellos haciéndolo perder la noción del tiempo.


Al inicio todo era tranquilo, para después sentir la lengua del mayor introducirse en su cavidad, se sentía la desesperación de su miembro por jugar en aquel lugar apretado y húmedo. Esos tersos labios comenzaron a apretar de forma provocadora los contrarios.


Snape lo sabía, deseaba tener más de aquel contacto, cada beso le traía recuerdos de lo sucedido antes y lo llevaban a un ahora glorioso donde se podía dar el lujo de disfrutar nuevamente de aquellas caricias. Sabía que el Sirius de ese momento lo querría devorar, que probablemente todo fuera parte de un juego. Pero también estaba convencido que durante el tiempo que estuvieron juntos el Gryffindor mostró sinceridad en sus sentimientos, en sus actos.


Sin darse cuenta estaba sumergido entre los besos y las caricias del Black, parecía que no iban a parar. Pronto y con más cuidado del que solía tener Sirius acorraló a su novio contra una de las paredes, sabía que no debía de apresurar sus actos pero era imposible desde que tenía el aroma de esa serpiente impregnada en él, le volvía loco y no estaba seguro de la razón.


Sus manos parecían moverse solas y en poco tiempo ya tenía su gabardina en el suelo y los botones de aquel suéter negro que lucía la pálida piel del menor estaban por terminar de abrirse. Una de sus manos estaba atenta a desprenderle cada vez más ropa mientras la otra lo acercaba a su cuerpo desde la cadera. Desvergonzado bajo su mano masajeando su trasero, era más firme de lo que creía y me moría de ganas por apretarlo pero decidió dejarlo para otro momento.


Sorprendentemente el Slytherin no oponía resistencia como muchos creerían, sus manos estaban entrelazadas en su nuca, acercando sus rostros tanto como se podía, estaba concentrado en comérselo a besos. Saborear esa boca y esa lengua, era sin duda la persona a quien amaba. No importaba en ese momento lo que pasaría o lo que hubiera pasado. Todo era solo ese momento.


-Ven conmigo para Año Nuevo-le susurró al oído el mayor mientras le abrazaba de una forma tan tierna y firme que no creería quien los viera que estaban a punto de hacer cosas indecentes.


-No me iré a quedar a casa de Potter-cada que pronunciaba ese apellido se escuchaba como si fuese a vomitar, trató de disimularlo pero no pudo. Jamás pisaría la casa de James si podía evitarlo. No importaba que fuera Sirius quien lo invitara a ir, eso no sucedería-a todo esto, ¿cómo sabes dónde vivo?


-Pues jeje te parecerá algo raro pero vinimos a casa de Lili y ella me dijo dónde vivías-estaba un poco nervioso al revelarle eso a su novio, no quería sonar como un acosador pero vaya que lo parecía al llegar hasta ese punto sin una invitación-es solo que te extrañaba y me impacienta no saber nada de ti.


-¿Vinimos? ¿Quienes?-trataba de disimular el temor que tenía en sus palabras, comenzó a sentir de nuevo el clima frío y como no hacerlo si su suéter estaba en el piso junto con la bufanda que tenía. Se encontraba solo con una camisa negra que también tenía ya varios botones desabrochados, ni se había dado cuenta cuando todo eso había sucedido y solo recapacitar le hacía sonrojarse.


-James y Remus están con ella, pero no te preocupes. Solo me dijo a mi y ellos siguen en su casa es imposible que nos hayan visto-trataba de calmarlo, por un momento sintió que había hecho algo malo cuando su novio comenzó a arreglar su ropa y volver a vestirse. En ese momento entendió que no podría retomar lo que estaba haciendo.


-Entonces ponte bien la ropa, te iré a encaminar a su casa para que se vayan de aquí-se notaba que estaba enojado, y vaya que lo estaba. Si cuando había venido solo el pulgoso se había hecho un desastre no quería ni imaginar que pasaría si esos tres pasaban mucho tiempo en el pueblo. Al menos agradecía que no estuviera pettigrew, cada que lo veía quería matarlo.


-¿Se acabó? ¿Así nada más? Cariño debes saber que no puedes encender el boiler y no meterte a bañar-con paso certero se acercó a él para plantarle un beso profundo y apasionado. Curiosamente no fue rechazado pero tampoco le había seguido el juego, solo estaba disfrutando del contacto.


-Quizá un día me bañe contigo, pero necesitas más que solo eso-seguido de esta declaración se acercó para morderle de forma sugerente el labio inferior, cuando notó que le iban a corresponder esos labios tan seductores se hizo hacia atrás, saliendo de la casa vieja donde se habían ocultado.


Sirius salió del lugar ya bien vestido siguiéndolo de mala gana. Odiaba que le dejarán con ganas pero agradecía enormemente haber traído la gabardina en lugar de una chamarra ya que está era lo suficientemente larga como para ocultar la molestia que tenía en los pantalones. Esa sería la primera vez que caería en que le excitaba cada que besaba a Severus, aunque no lo fuera a decir nunca.


Tardaron poco para llegar a la casa de Lili, se podía ver a tan solo una calle. Pero Snape se rehusó a acercarse más de lo que ya había hecho y sin beso ni nada se despidió de su actual pareja prometiéndole que trataría de escribirle más seguido.

Notas finales:

Hola otra vez!

Quiero hacerles nuevamente otras preguntas, podríamos considerarlo un regalo de navidad dependiendo de los votos así que díganme:

 

¿les gustaría que Severus y Sirius tuvieran un hijo? ¿Niño o niña? (Si, por eso lo había preguntado antes)

¿les cae bien Lili? (A mi no jeje)

¿Remus x Lucius? ¿Lucius x Remus?

¿Reg se merece que le rompan el corazón? ¿Les gustaría que terminara emparejado con alguien más?

 

¿Que les gustaría por el especial "día de reyes"? Estaba pensando en dedicar tres capítulos a tres ganadores y desarrollarlos de acuerdo a sus ideas pero que se adapte al fanfic. Claro que con las parejas de su preferencia y así... o algo por el estilo ¿les gusta la idea?

 

En fin, espero estén disfrutando de las fiestas. Creo que nos leeremos de nuevo, más pronto de lo que creen (o no) depende de si se me quita esta nadita gripa de una vez por todas! >~<

 

atte: Yuu


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