Capítulo 13:
Tom observo el diario que James le había dado, si bien el castaño no esperaba nada a cambio no pudo evitar sentirse mal por no comprarle nada, aunque su excusa era que el no festejaba la navidad sin embargo en lo más profundo de su ser, había una vocecita que le decía que eso no era una excusa convincente.
Se dispuso a bajar las escaleras, olvidando esos pensamientos, en dirección al jardín junto con sus cosas, ya era hora de partir al colegio, vio salir al Potter, y juntos se encaminaron al lugar antes mencionado.
-Ya mero son las diez- dijo Lily - ¿Dónde está Sirius? - James se encogió de hombros, sin preocuparse, faltando dos minutos, el oji-gris hiso su aparición.
-No sé para qué te preocupas pelirroja si siempre llego- hablo mientras esquivaba el golpe de la chica, antes de poder replicar, los jóvenes sintieron un jalón en su ombligo y a los pocos segundos estaban en el despacho del director.
- ¡Oh! Feliz navidad, señores- saludo el director.
-Feliz navidad Director- contestaron el saludo los Gryffindor.
-Espero que su viaje no haya tenido problemas-
-No hubo ninguno señor- respondió el Potter.
-Bueno, entonces los espero el treinta a las diez- despidió el director al ver salir a sus alumnos, parecían algo cambiados.
Los Gryffindor llegaron a su torre fue cuando Frank no pudo aguantarse la curiosidad.
-Oye Peter- el chico lo miro - ¿Quién te dio esa esclava? - todos miraron al león, quien se sonrojo, aunque Remus también pudo apreciar que Hermione llevaba una parecida.
-Crouch- confeso algo avergonzado.
-Quítatelo, esta hechizado- le dijo serio Sirius.
-No seas paranoico Sirius- objeto el prefecto.
-De hecho, si lo está- todos miraron a James quien tomaba la muñeca de Peter -No es nada malo, son hechizos de localización y protección-
- ¿Cómo lo sabes? - pregunto Alice.
-Mi padre me dio una hace años, era y es un paranoico desde que paso lo de mi madre-
- ¿Cuándo te la dio? - pregunto Lily -Yo estaba a lado tuyo y nunca te dio nada- arrugo el ceño tratando de recordar, Peter se sonrojo al recordar cómo se la habían dado.
-Eso… bueno… creo que iré a desempacar- contesto el chico saliendo de ahí a prisas.
-Eso fue raro- los demás asintieron, obviamente había ocurrido algo y Peter no les quería decir.
-Yo lo descubriré- dijo James a la nada mientras subía su maleta y la de Peter, al muy torpe se le había olvidado -Peter, voy a pasar- aviso para ver a su amigo con su hija en brazos recordó que tenía que ir por Harry a donde su padre, pero luego iría -Vas a decirme qué pasó- pregunto cruzándose de hombros, el chico pareció haber dicho algo, pero el castaño no le entendió - ¿Qué dijiste? -
-Dije que bese a Crouch- el oji-café abrió los ojos sorprendido.
-Pero eso es bueno ¿no? ¿Te correspondió? - pregunto luego de unos minutos, el joven de la cama asintió con la cabeza - ¿Entonces? -
-Salí corriendo nada más reaccioné a lo que hice- repuso acariciando los cabellos de su hija.
- ¡¿Qué hiciste qué? - grito James - ¡¿Qué diablos pasos?!-
-Antes de dormir fue y me entrego el regalo para mí y para Hermione, luego lo bese y al final lo empuje fuera del cuarto para luego cerrarle la puerta en la cara- contesto a punto de estallar en lágrimas.
-Vamos Peter, cualquiera reacciona de esa manera- el castaño no sabía que hacer siempre estaba Remus y Lily para este tipo de cosas -Solo necesitas hablar con él, nada del otro mundo- vio como el otro león negaba con la cabeza varias veces.
-No quiero hablar con el- acepto el joven -Le dije que no quería volverlo a ver, como si el tuviera la culpa de lo había pasado- antes de que Cornamenta pudiera opinar, Lunático llego y miro a Peter.
-Crouch, quiere hablar contigo- al ver el estado de su amigo prosiguió -Le diré que no estás en condiciones-
-Espera Lunático- hablo James al tiempo que tomaba de la mano a Peter -Tú vas a hablar con él, le vas a decir lo que sientes y vas a esperar su respuesta- le limpio las lágrimas que caían para luego tomar a Hermione (quien miraba preocupada a su papá) y pasársela a Remus. Bajo arrastrando a Peter, quien le gritaba:
- ¡James ¿Qué haces?! ¡Suéltame! ¡Eso no es justo! - el Potter ignoraba los comentarios del otro castaño y no lo soltó hasta que estuvo afuera de la sala común, vio a Bartemius, parecía un poco molesto, luego miro a su amigo quien se escondía atrás de él.
-Aquí traigo a Peter- señalo a su compañero -Muy bien Colagusano, vas a hablar con él, así que trata de que te escuche y tu escúchalo, sabes que las serpientes son obstinadas- le susurro mientras le volvía a limpiar las lágrimas -Si cuando lo vea está llorando por tu culpa voy y te castro- le amenazo mientras se retiraba en busca de su hijo.
-Ven, lo más seguro es que tus amigos estén de chismosos- empezó a caminar, pero al ver que el Gryffindor no se movía, lo tomo el de la muñeca para jalarlo hacia el interior del castillo.
- ¿Por qué no hablamos aquí? - pregunto nervioso.
-Por que tus amigos se meten en donde no les llaman- volvió a decir Barty, algo molesto, el león no solo le había besado, sino que lo ignora por todo un día y más aparte no quiere aclarar las cosas con él.
-Pero ¿Por qué vamos tan lejos? - cuestiono de nuevo, luego de unos segundos de silencio. El rubio no le contesto, realmente no le apetecía estar contestando preguntas innecesarias -Crouch, contéstame- le pidió el Gryffindor. A pesar de la insistencia del joven, no le contesto hasta llegar al claro donde se habían besado por primera vez - ¿Qué hacemos aquí? -
-Dime Pettegrew ¿Estás enamorado de mí? - el castaño se sonrojo furiosamente y bajo la mirada.
- ¿Qué cosas estas diciendo? ¿Cómo podrías gustarme? Somos enemigos, nos odiamos, no puedes gustarme, que vayamos a tener a una hija, no quiere decir que me gustas, y que quisiera pasar el resto de mi vida contigo, tampoco quiere decir que amo cuando eres atento conmigo, pero adoro tu lado sarcástico y algo violento- empezó a decir el oji-marrón con rapidez. Al darse cuenta de lo que estaba diciendo cerro la boca abrutadamente, sentía su cara arder de vergüenza y sus lágrimas acumuladas en sus ojos. No iba a llorar enfrente del Slytherin nunca jamás.
-Eres un torpe idiota, Pettegrew- opino Bartemius mientras le revolvía el cabello, en un gesto cariñoso.
-Te odio- admitió sin rencor el león al tiempo que le miraba.
-El sentimiento es mutuo- contesto para luego ser jalado de la corbata por Peter, quien junto sus labios con los del rubio, era un beso tímido y tierno, que transmitía todos los sentimientos de ambos, pero la serpiente quería más, por lo que empezó a profundizar el beso, acariciando con su lengua los perfectos labios del de menor estatura quien paso sus brazos por el cuello del rubio y lo atrajo más hacia él, poco a poco se fueron separando.
-Te sigo odiando, Bartemius- respondió el Gryffindor.
-Yo también lo sigo haciendo Peter- volvió a juntar sus labios con el menor en un suave y casto beso. “Te amo” le susurro el rubio, en su oreja como si fuera un soplido, que fue escuchado correctamente.
-Yo también-
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James saltaba de felicidad, por fin su Peter estaba con la persona que amaba, el castaño había decidido ir por su hijo Harry, pero cuando los vio pasar en dirección a los jardines no resistió la curiosidad de ver qué pasaba y arrastrando a su futuro esposo y a su hijo, los siguió.
- ¡Sí! - susurro alegre el castaño con una sonrisa victoriosa -Ahora solo me faltan cinco- le susurro a Tom quien lo miraba algo molesto, para eso lo había arrastrado el oji-café, realmente iba a matarlo algún día, tenía cosas más importantes que hacer, que estar husmeando en la vida amorosa de su amigo -Vamos Tom, no te molestes, admite que es divertido- el oji-verde lo observo con una ceja alzada.
-Ilumíname James, ¿Dónde ves lo divertido? - el castaño hiso un puchero.
-Verdad que es divertido ¿Harry? - el niño asintió efusivamente -Ahora solo nos faltan cinco, mi niño-
-Vámonos ya- pidió el moreno al no soportar ver más muestras de afecto.
- ¡Oh! Pero si fueras tú con otras zorras, hasta mano ya le meterías ¿o no Riddle? - acuso el menor molesto.
- ¿Celos, Potter? - pregunto con malicia mientras acercaba su rostro inconscientemente.
- ¿De ti? ¡Ja! No me hagas reír- el chico también se acercó. Con una sonrisa perversa, Harry tomo las corbatas de sus padres y tiro de ellas para que sus labios chocaran. Tanto el Potter como el Riddle abrieron sus ojos con sorpresa, para luego separarse rápidamente.
- ¡Harry! – alzo la voz James o eso intento ya que el perfecto le puso una mano en la boca acallando el grito mientras que con la otra ponía un hechizo disillusion que los oculto por un tiempo, mando a callar a su hijo con una sola mirada, mientras veía a los otros dos tortolos buscando el ruido, al ver que ambos se iban quito el encantamiento mirando al castaño. Se dio cuenta que no solo le había puesto la mano en la boca, sino que también lo había sentado en su regazo de espaldas a él, aunque podía admirar el pequeño sonrojo que cubría sus mejillas.
- ¿Disfrutando, Potter? - al ver que inconscientemente, el Gryffindor se había recargado más en él.
-Idiota- insulto sonrojado luego de que su mano viajara de la boca del chico a su cintura.
-Papá, siempre se enoja cuando los hombres que se te quedan viendo, papi- informo el moreno menor -La mayor parte del tiempo los mira con sus ojos rojo-
- ¡Oh! Así que el celoso aquí es otro ¿No crees Riddle? - el nombrado miro hacia otro lado, el castaño era suyo nadie tocaba ni veía lo que es suyo.
-No te creas tanto, Potter-
-Bueno, ¿cuidas de Harry el próximo fin de semana? Voy a salir con Jack, un Ravenclaw- era mentira solo quería ver como reaccionaba, dibujo una sonrisa de victoria al ver como apretaba el brazo en su cintura - ¿Celos Riddle? - aunque no eran nada, ninguno soportaba la idea de ver al contario con otro hombre o mujer, y esa vez no era la excepción.
-Nunca- contesto el otro, mientras escuchaba la risa del castaño.