Capítulo 14:
Los días pasaron y para cuando se dieron cuenta, ya era treinta y uno de diciembre, las serpientes felicitaron a su amigo de manera discreta, sabían que al moreno no le agradaban ese tipo de cosas, por lo que solo dejaron los regalos y felicitaciones en su cuarto, sin embargo en todo el día no vio al castaño, Alice Longbotton les aviso que los chicos (Potter, Black, Lupin y Pettegrew) se levantaron muy temprano para ir al callejón Diagon por las cosas que hacían falta para la fiesta, eso significaba que a él le tocaba cuidar de Harry, vio también como Bartemius y Lucius tenían a sus hijos, parecían algo molestos por no ser conscientes de la salida de su pareja.
Pasado el mediodía, vio llegar al castaño con muchas bolsas las cuales dejo en la cocina y salió apresurado hacia el jardín. Luego de eso no lo vio hasta que fue a avisarle que la cena seria en la cascada.
-Tom- espero a que el castaño dijera algo, pero al parecer se había arrepentido -No nada, recuerda es en la cascada de flores- salió de ahí directo a la cocina donde sus amigos le llamaban.
Cuando dieron la siete en punto, volvieron a tocar la puerta de su habitación, la abrió olvidando por un momento que tenía su camisa desabrochada encontrándose con un par de ojos avellanas y otro de color verde esmeralda. Los dejo pasar, dejando al niño en la cama, el castaño abotono la camisa del Slytherin, sin hacer mucho caso a las cicatrices en la piel del mayor, luego sacaría la información.
-Dudo que hayas venido para vestirme, James- a pesar del comentario no alejo al menor quien sonrió divertido.
-Bueno, no me parece mala idea- susurro mientras acomodaba los puños de la ropa. El otro alzo la ceja, quería saber que estaba haciendo en su habitación -Feliz cumpleaños Tom- felicito al tiempo que Harry le alzaba una caja forrada de plata y rojo -Es un regalo de parte de Harry y mía- explico James cuando el chico lo tomo -Úsalo hoy- ordeno para luego salir de la habitación con su hijo, aunque luego se regresó para rozar sus labios con los del Slytherin en un corto beso -Mas te vale hacerme caso, bastardo- el Riddle solo lo miro salir, algo entretenido.
Cuando estuvo solo abrió la caja, mientras analizaba el reclinatorio de Slytherin, él lo había estado buscando por años y el pequeño Potter venia y se lo daba de cumpleaños, “¿Cómo lo habrá conseguido?” pensó, quien debía de tenerlo era la familia Morrison, por eso hacia seducido a la joven para conseguir la reliquia de su familia, pero al parecer no era cierto o el castaño lo había robado. Vio una nota en la caja y lo leyó.
-Antes de besarte con una zorra me hubieras preguntado por el, bastardo.
J.C.P.-
Termino de vestirse, al tiempo que seguía pensando en la frase, “¿Cómo sabía que buscaba eso?” Tenía que hablar con el mocoso para aclarar algunas cosas. Bajo las escaleras, con elegancia, junto a Lucius, platicaban de cosas sin sentido caminando al lugar de la fiesta, al llegar no pudieron quedarse embobados por unos segundos al ver los jardines con lo que parecía luces, agua, nieve, parte de la decoración de los Gryffindor, la cascada estaba cubierta de escarcha blanca, simulando la nieve, pero en algunos momentos brillaban revelando imágenes como un león, una serpiente y luego un gran pino de navidad, así como más cosas referentes a la época.
-Vaya sí que se lucieron ahora, chicos- alago Arthur Weasley hacia los merodeadores quienes sonrieron agradecidos, aunque cargaba a un niño de un año, se parecía algo a él.
- ¡Tito James! - grito un pequeño de dos años, en los brazos de un joven de cabellos negros y ojos castaños.
-Hola Bill- saludo el castaño cargándolo amorosamente, Tom pudo ver como su hijo arruga el ceño molesto al ser ignorado por su papá.
- ¿Teodoro Nott? - llamo Regulus mirando a su compañero de curso y casa.
-Regulus- saludo con una pequeña sonrisa -James comento algo acerca de otras personas, pero no pensé que eran ustedes-
-Si bueno- empezó el Black -Pasaron muchas cosas-
-Bueno ya que están todos, les presentare al nuevo integrante de la familia- hablo Arthur mientras mostraba al bebe que traía en brazos -Él es Charlie Weasley Nott, es mi segundo hijo- la mayoría de las serpientes no sabían que Nott se había tenido hijos con el Weasley.
-Felicidades- dijeron los Gryffindor. Lily se acercó a Arthur y tomo al bebe en sus brazos.
-Realmente llevaba todo el año queriendo conocerlo- al verlo no pudo evitar sonreír abiertamente mientras Rebastan se colocaba atrás de ella.
-Se parece mucho a ti Weasley- alego -Imagínate que tuviéramos un hijo tú y yo, Evans, ¿Cómo sería? - le susurro en el oído luego de que le pasaran el niño a su padre.
- ¿Tu y yo con un hijo? - al ver el chico asentir, la joven se colocó del color de su cabello -Deja tus bromas de una vez Lestrange- ordeno la pelirroja algo molesta mientras se iba a sentar dejando al chico con la palabra en la boca.
-Bueno tomemos asiento- invito Remus.
La cena paso entre risas y comentarios, algunos se mantenían callados, pero al final terminaban comentando algo, a excepción de Tom, el nunca opino nada, simplemente se entretenía analizando a su león. No se le había olvidado el regalo, realmente ¿Dónde lo había conseguido?
Tiempo después James se paró y se dirigió al piano mientras se sentaba en él, todos lo observaban, ninguno de los presentes a excepción de los dos oji-verdes, sabían que el chico tocaba el piano.
La melodía era armoniosa y fantástica, relajante pero fuerte, tenía un sonido único que te hacia prestarle atención, sin duda la canción no era conocida, lo más seguro es que el chico la hubiera escrito, las intensidades de las notas eran certeras, en ningún momento hubo alguna equivocación, en si la interpretación era perfecta. Al terminar miro con una sonrisa a los presentes, quienes aplaudieron luego de reaccionar.
-No sabía que tocabas piano, Cornamenta- dijo Remus.
-Se te olvido contar esa parte de ti- acuso Sirius.
-Podría decirse- contesto el oji-café.
-Vaya Potter, fue una melodía perfecta, pero ¿Cuál es? - pregunto Rodolphus algo curioso.
-Gracias. La melodía no tiene nombre, la escribí hace mucho tiempo, pero nunca le puse nombre- arrugo el ceño al recordar el nacimiento de la melodía.
Pocos minutos después los fuegos artificiales marcaron el inicio del año, todos se pararon y se colocaron en el inicio de la colina viendo los fuegos mágicos crear diversas criaturas. James se acercó a Tom con un muy entretenido Harry.
-Esplendida actuación, señor Potter- alabo el moreno.
-Viniendo de usted, señor Riddle, no puede ser más que verdad- contesto el joven con una sonrisa divertida -Feliz año nuevo- concedió en un susurro recargando su cabeza en el hombro del mayor.
La fiesta siguió y no paro hasta que James, mando a todos a dormir, alegando que ya estaban demasiado borrachos, y que era suficiente para una noche, por lo que cerca de las cuatro de la mañana los jóvenes estuvieron en sus camas, durmiendo pacíficamente, de hecho el oji-café debería de estarlo, sin embargo no le apetecía hacerlo, no hasta que aclarara todo lo que había vivido con Tom Riddle, reflexiono y reflexiono, hasta que sin más se paró de la cama en busca del moreno, entro en la habitación del contrario sin llamar antes, quien levanto la mirada enojado por la intromisión.
- ¿Qué quieres, Potter? - y otra vez volvía a ser el Riddle que conocía.
- ¿Cuándo vas a admitir que me amas? - cerro la puerta tras de sí, observándolo con el ceño fruncido.
- ¿Disculpa? - pregunto el otro.
-Siempre te molestas si alguien está a menos de un metro de mí, te molesta que sea amable con todos, te molesta que Sirius me abrace y que me bese, solo te ríes de mis estupideces, a pesar que las de Canuto son más chistosas, te enoja que le diga “hermosa” a la pelirroja, también cuando te digo que voy a salir con otra persona que no seas tú, por no decir que cuando te beso pareces disfrutarlo- el castaño le estaba reclamando todo, pero al ver que el contario no decía nada, continuo -Realmente eres muy complicado, primero actúas grosero conmigo pero otras hasta te das el lujo de sonreírme, ¿Crees que no siento? ¿Acaso piensas que soy de piedra? ¿Crees realmente que no me ilusiono cuando te veo en esa faceta conmigo? - las lágrimas empezaron a bajar - ¿Cuándo vas a entender que te amo y que me duele que seas tan malditamente bipolar? Maldito bastidor sin corazón- se acercó a él y lo beso desesperadamente.
Tom, estaba en blanco, no sabía qué hacer ni que decir, solo reacciono cuando James estaba encima de él, besándolo con desesperación, lo único que atino a hacer fue regresarle el beso, lo beso con la misma intensidad con que era besado. Al separarse el oji-café escondió su cara en el hueco de su cuello.
- ¿Por qué siempre te alejas de mí? - le susurro en el oído al tiempo que mordía el lóbulo de su oreja.
-Puedes conseguir algo mejor que yo, James- murmuro el otro al tiempo que colocaba una mano en su hombro, alejándolo de él, quería verlo a los ojos.
-Pero yo te quiero a ti- objeto arrugando el ceño -Aparte yo no te quiero dar a una zorra cualquiera- replico enojado -Eres mío- Tom levanto la ceja, estaba cansado de tantas emociones, sin embargo, el león venia y le metía más leña al fuego.
-No soy una buena persona, James- suspiro masajeándose la sien, este idiota lo estaba estresando.
-Ya lo sé, y eso no cambia nada- tomo al oji-verde de la cara - Ya que me fije en tus demonios y los amo, al igual que te amo a ti y no me importa lo que digan los demás- confeso el menor mirándolo a los ojos -Aparte mejor para mí, solo serás “bueno” conmigo- sonrió amablemente, Tom gruño algo que no se entendió.
-No te arrepientas luego, Potter- lo beso con ferocidad, pasión y amor, él no estaba acostumbrado a decir lo que siente, por lo que el oji-café tendría que conformarse con lo que le daba.
-Nunca- murmuro para disfrutar del beso que su pareja le daba.