Capítulo 15:
Las vacaciones pasaron, por lo que cada joven volvió a su rutina diaria, los alumnos de Hogwarts todavía no se acostumbraban a ver a Peter con Bartemius o a Lucius con Remus, pero lo que nunca iban a superar era la relación que mantenían Tom Riddle y James Potter.
Draco, Hermione y Harry, se veían un poco decaídos, la razón era que extrañaban a sus papás y a sus amigos, cuando el oji-café lo descubrió, solo pudo abrazar a su hijo y prometerle que pronto estaría en su tiempo.
-Tenemos que devolverlos- le comento el león a su pareja -Harry nos extraña-
-Tu no pareces muy feliz con eso- le respondió el joven.
-No, no lo estoy, pero no puedo dejar que mi hijo sufra por un capricho mío- replico con un suspiro.
-Eso fue muy maduro para un Gryffindor como tú- le pico con burla, Tom.
- ¿Te dije que el sombrero quería mandarme a Slytherin? - pregunto con malicia.
El oji-verde solo lo miro con algo de asombro, su león nunca dejaría de sorprenderlo y al ver esa sonrisa supo que todavía muchas cosas con las cual el Potter lo impresionaría.
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-Bueno Harry, tomate esto- le pidió James dándole una poción para dormir, los otros dos niños ya estaban dormidos en los brazos de sus papás.
-No quiero- dijo berrinchudo.
- ¿Quieres ver a Ron y a Neville? - pregunto el castaño a su hijo quien asintió efusivamente -Tomate esto y cuando te lo termines vas a ver a Ron y a Neville, te lo prometo- el oji-verde tomo la botellita empezando a tomar todo su contenido -Te amo mi niño- le susurro cuando el pequeño caía dormido en sus brazos.
-Si el hechizo no funciona ¿que pasara con los niños? - pregunto Peter, acunando a su Hermione.
-El peor de los casos es que estén en una especie de limbo entre el tiempo y el espacio- contesto Dumbledore, mientras veía al joven Crouch junto a Frank hacer las runas para el hechizo.
- ¿En el mejor de los casos? - cuestiono ahora el oji-café.
-El hechizo los dejaría en este tiempo-
Aliviado el león suspiro, tenía que confiar en que el hechizo estuviera bien y que su pareja lo dijera de manera correcta, porque lo mata si a su niño le pasa algo.
-Muy bien, comencemos- dijo Lily mirando a los tres niños en el centro de las runas.
Tom recitaba las palabras en voz baja y poco a poco la magia encendía las runas una a una, cuando la última estuvo en su punto más brillante, se empezó a formar una especie de agujero que trago a los niños, James pudo jurar que los ojos de Harry se abrieron asombrados antes de desaparecer completamente de su vista, las runas dejaron de brillar y el moreno termino exhausto, respirando entrecortadamente, ese encantamiento había absorbido la mayoría de sus fuerzas, “Era mucha magia” pensó antes de caer desmayado siendo sostenido por James, quien lo dejo reposado en la tierra.
-Jóvenes- llamo el director -Duerman- ordeno con una sonrisa. Los alumnos miraron a su profesor extrañados, ¿Qué le pasaba por la mente? -Lamento tener que informales que ustedes no podrán recordar nada de lo sucedido- la mente de todos empezaba a trabajar tratando de encontrar una explicación lógica, hasta que Remus hablo.
-Si nosotros hubiéramos recordado, nuestros yo del futuro hubieran venido por los niños, ellos tienen la magia más desarrollada-
-Pero no lo hicieron- continuo Rodolphus entendiendo la explicación -Eso significa que no recuerdan, más bien no recordamos a que época viajaron-
-Es para mantener la línea del tiempo y espacio, estable y no crear paradojas- completo Dumbledore, mientras veía los cuerpos de sus alumnos caer al suelo -Obliviate- apunto al cielo, el hechizo creo una nube que se esparció por todo el castillo, ocasionando que los alumnos olvidaran cada momento que pasaron con los niños, también ocasiono que las parejas formadas, escondieran sus sentimientos de nuevo, la historia tenía que seguir su curso de manera de la que estaba escrita.
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En el futuro
Los niños se despertaron en medio de la sala, veían a sus padres discutir, o bueno, los leones se gritaban entre ellos mientras que los demás los observaban algo cansados, Harry vio los ojos de su padre, estaban de color carmín, parecía estar a punto de matar a su padrino, se paró y corrió hacia el tirando de su túnica para que le pusiera atención.
- ¡Papá! - grito alegre mientras alzaba los bracitos, los Gryffindor se mantuvieron callados, y en menos de un segundo, James Riddle cargaba a su hijo dándole besos en las mejillas mientras le repetía una y otra vez lo mucho que lo había extrañado.
Remus abrazaba a su niño luego de darle un regaño por haber agarrado cosas que no eran suyas, el niño lo miraba avergonzado, el solo quería jugar con ese objeto, él no sabía que lo mandaría al pasado junto a su amiga Hermione.
Peter abrazaba a su hija mientras que Bartemius le limpiaba las lágrimas a la niña puesto que lloraba de felicidad al ver que habían vuelto a su tiempo, aparte de que sus padres ya no se odiaban como en el pasado, abrazo el cuello de su papi feliz.
-Mi hermoso niño, recuérdame ya no dejarte con el irresponsable de tu padrino- el moreno asintió con la cabeza -Y eso me recuerda- le paso el niño a su esposo quien solo lo miro con una impredecible sonrisa ese gesto era totalmente peligroso -Corre Black- el nombrado trago en seco.
-Jimmy, vamos cariño- sintió un escalofrió al ver los ojos de Tom, pero siguió -Harry está bien, no hay nada de qué preocuparse-
-Dije que te iba a matar, Black, así que lo voy a hacer- James saco la varita y lanzo el primer hechizo siendo esquivado, arrugando el ceño, lanzo dos más - ¿Por qué diablos te defiendes, Black? -
-Me estas apuntando a la cara, mi cara no se toca Potter- gruño Sirius molesto.
- ¡Oh no! - grito el castaño -No te escondas a tras de Severus, sal de ahí perro inservible de mierda- el otro negó efusivamente con la cabeza.
-James están los niños- regaño Lily.
- ¡Sal de ahí, Canuto! - le grito lanzando un hechizo, la puntería de James era buena lo que evito que Snape saliera herido, pero Sirius no corrió la misma suerte, más bien se estrelló contra la pared -Mira lo que hiciste, Black- acuso James mirando la pared de su casa -Mas te vale arreglarlo y pobre de ti sino lo haces- guardo su varita, luego cargo a su hijo quien se reía del sufrimiento de su tío.
“Tan pequeño y tan condensamente Slytherin” pensó Sirius al escuchar la risa de su ahijado, se paró lentamente mientras sacaba su varita, arreglaría la pared y se largaría a su casa, ya tenía suficiente en la casa de su amigo.
- ¡Oh no, Canuto! - la voz de James solo significaban problemas para el mayor de los Black -Lo haces de manera muggle. Accio- lo último apunto a su varita -Te la daré cuando termines de arreglar mi pared- solo daba gracias a Dios por que Tom no se hubiera vengando, pero al cruzar mirada con el oji-verde, se dio cuenta de que el también lo haría sufrir. “¿Por qué diablos te casaste con el rey de Slytherin, James?” pregunto en un murmullo, sin ser escuchado por nadie, eso era lo que se preguntaba por años.
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En la actualidad
Luego de que Dumbledore hubiera borrado la memoria a los alumnos, la mayoría se encontraba reunido en el Gran Comedor, platicaban de sus tareas, clases, cosas que se le dificultaban, algunos se retiraban para pasar una agradable tarde en los jardines ya que era sábado y no había clases. De repente un grito se escuchó, todos voltearon a ver a la puerta del comedor, donde se encontraba un James Potter enojado gritándole a Tom Riddle, perfecto de Slytherin.
- ¡Eres un maldito bastardo sin corazón! - algo había hecho enojar al Gryffindor, o tal vez era la falta de decirle cosas a la serpiente, pues hace más de dos horas que no se le veía insultando a alguien. Sin embargo, el moreno no le contestaba, simplemente se le quedaba viendo - ¡Estúpido, Imbécil, Idiota! - le volvió a gritar el castaño, y con cada maldición lanzaba un hechizo que el perfecto paraba con un simple Protego.
Antes de que James pudiera decir algo más se abrió un agujero muy familiar para el director, del cual empezaron a caer tres personas, una de ellas le grito a la otra, quien solo se tapaba los oídos.
- ¡Maldición Riddle! - se escuchó, la mayoría volteo a ver al perfecto - ¡¿A dónde mierda nos trajiste?!- pregunto alterado un joven de cabellos rubios y ojos gris con toques miel, se parecía de alguna manera a Lucius Malfoy un alumno de sexto grado de Slytherin.
-Tranquilo Draco, ahorita matas a Harry, primero hay que saber en dónde estamos- apaciguo una castaña de ojos marrones, quien estaba sentada en el suelo, pero al intentar pararse tropezó, siendo sostenida por un muchacho idéntico a James Potter solo que con los ojos verdes.
- ¿Estas bien, Hermy? - la chica asintió sonrojada. A los Gryffindor de cierta manera le recordaba a Peter, igual de torpe que el chico.
- ¡Oh Mierda! - gimoteo el rubio - ¿Por qué de nuevo? - pregunto mirando a un Remus de quince años.
-Draco, creo que estas exagerando- hablo el moreno oji-verde, abrazándolo por los hombros.
- ¡¿Exagerando?!- la castaña ignoro la pelea que se desarrollaba en sus amigos y volteo a ver a Dumbledore.
-Puede decirme, por favor ¿Qué año es este, profesor? - el nombrado asintió con una sonrisa.
-Mil novecientos setenta y cinco- contesto.
-¿A dónde mismo?- pregunto con una sonrisa un tanto irónica.
- ¡Esto es tu maldita culpa, Riddle, siempre es tu estúpida culpa! - le grito de nuevo el rubio, siendo callado por los labios del moreno quien al terminar el beso le dijo a su pareja.
-Ve el lado bueno, Dray-
-No hay ningún lado bueno, Harry- contesto Hermione por el rubio -Nosotros apenas vamos a iniciar quinto año, vamos a tener que repetir año cuando volvamos a nuestro “hogar”-
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!- cuestiono el oji-verde, él no quería volver a cursar los TIMOS.
-Ese será tu castigo por traernos de nuevo al pasado- la oji-marrón le sonrió de manera perversa.
-Recuérdame ya no dejarte a solas con Nicholas, Mione- la joven sonrió divertida mientras Draco asentía con la cabeza.
Los alumnos se encontraban confundidos, los tres chicos nuevos parecían acostumbrados a ese tipo de “excursión” y el director parecía divertido. ¿Quiénes eran esos chicos y Por qué se parecían tanto a ciertos alumnos? Se preguntaban la mayoría de los estudiantes.
¿Fin?