Capítulo 4:
La carcajada de Harry se escuchó por toda la sala común, Rebastan detuvo a su hermano para que no cometiera homicidio.
-Vamos Rodolphus, solo es un niño- le tranquilizo Regulus.
-Eso no es un niño es un demonio- susurro con odio, él pequeño solo le enseño la lengua divertido.
-Maldito mocoso- gruño de nuevo el primogénito de los Lestrange.
-¿Qué pasa aquí?- pregunto Tom entrando, casi al instante Harry coloco una carita de un angelito, sus padres siempre caían con esa mirada.
-Nada papa- contesto él bebe -¡Papa, ¿Cuándo llega papi?!-
-No lo sé, Harry- le respondió Tom.
-Es un maldito mocoso endemoniado- volvió a susurrar Rodolphus.
-¿Qué esperabas? Es pariente de Potter- le murmuro su hermano.
-¿Qué tanto dicen ustedes?- les hablo Narcisa mirándolos con una ceja alzada.
-No es de tu incumbencia, Black- los hermano fueron observados minuciosamente por los demás Slytherin.
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-¡Harry Potter!- gritaron Narcisa y Andrómeda al mismo tiempo.
-¡¿Dónde está ese endemoniado niño?!-grito Narcisa con su varita afuera -¡Voy a castrar a su padre antes de que vuelva a tener otro mocoso endemoniado!- todos los hombres tragaron en seco mientras se encogían en sus sitios protegiendo sus partes íntimas, puesto que a pesar de que no eran James Potter (aunque nadie sabían que era su padre) les daba miedo esa faceta de la rubia.
- ¿Por qué gritan tanto? - pregunto Regulus mirando a sus primas.
-Pasa que ese mocoso nos acaba de dejar el cabello de colores- contesto enfurruñada Andrómeda.
-Pero si nos queda bien- consoló Bellatrix, viéndose en el espejo.
-Vamos Bella, no nos vemos bien, TÚ te ves bien, mínimo es rosa con negro, el de nosotras es naranja con verde y azul con guindo- observo Andrómeda todavía enojada.
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- ¡Harry! - regañaron Regulus y Lucius al pequeño niño, puesto que les había quitado su varita y les había estropeado la tarea, manchándola de tinta. De repente sintieron una comezón demasiado intensa, voltearon a ver al oji-verde el cual tenía una bolsita de polvos pica-pica en su mano - ¡Harry Potter! -
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Harry estaba en los brazos de un desinteresado Barty Crouch, el niño sonrió malicioso al ver a su tío Peter Pettegrew caminando en dirección contraria a la de ellos.
-Vamos allá- ordeno el pequeño a su otro tío, el rubio obedeció ya que no quería que hiciera una de sus rabietas, sorprendentemente llegaron a una especie de colina en los jardines del castillo –¡Tío Peter! - saludo el oji-verde, moviendo su manita, al verlo recargado en un árbol.
-Harry- dijo nervioso al ver al hijo de su mejor amigo en los brazos de su enemigo - ¿Qué pasa? ¿Estás bien? - pregunto siendo observado por Bartemius.
-Si- contesto.
Peter no sabía qué hacer, Harry movía su manita frenéticamente dándole a entender que se acercara, pero él no quería, era pésimo con los niños y la mirada de Bartemius sobre el no ayudaba en absoluto. Ya estaba pensando en alguna excusa para huir cuando la voz irritada del rubio lo sacó de sus pensamientos.
-Pettegrew acércate de una vez, sino este enano no dejara de moverse- Peter dudo un poco más, pero la mirada fulminante que recibió por su lentitud lo hiso casi correr para acercarse, de tan nervioso que estaba no se dio cuenta de un pequeño desnivel en la tierra por lo que tropezó, cerró los ojos esperando el impacto el cual nunca llego.
Un suspiro cerca de su oreja lo hiso abrir los ojos y voltear en esa dirección. -Realmente Pettegrew eres un torpe idiota- Crouch lo sostenía de la cintura evitando la caída con un brazo y con el otro sostenía a un inquieto Harry, el cual sonriendo maléficamente y aprovechando que estaban muy cerca los rostros de Peter y Barty, empujo la cabeza del rubio ocasionando que este besara al castaño.
Los dos estaban sorprendidos, esta demás decir que Peter parecía querer desmayarse en cualquier momento, pero ¿Quién no lo estaría en una situación así?, mientras que Barty no sabía qué hacer, ¿Por qué siempre ese estúpido Gryffindor le metía en situaciones extrañas? Los labios del otro se le hicieron inusualmente suaves y estaba pensando en profundizar ese beso cuando un grito interrumpió sus locos pensamientos.
- ¡Peter perdón por el retraso! - Lily venia corriendo hacia donde ellos se encontraban.
Instintivamente los dos se separaron rápidamente ocasionando que el Gryffindor cayera al suelo tartamudeando cosas sin sentido, levanto la vista para observar al Slytherin, pero este ya estaba caminando en dirección al castillo, con un Harry haciendo puchero en sus brazos.
Lily venia en la misma dirección en la que Crouch, y cuando llego junto al castaño le pregunto:
- ¿Se pelearon? Crouch estaba muy rojo del rostro, ¿se enojó contigo, te hiso algo? - Peter solo atino a negar con la cabeza mientras tocaba sus labios distraído.
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Bartemius Crouch se encontraba caminando por los pasillos del castillo, buscando al que era su amigo y prefecto de Slytherin, tenía que entregarle a ese mocoso antes de que decidiera asesinarlo, llego a su sala común antes de lo previsto, entro y busco con la mirada a Tom al no encontrarlo, le pregunto a Severus:
- ¿Dónde está Riddle? - el moreno lo miro extrañado “¿Estará enojado?” pensó viendo a su amigo a punto de asesinar a alguien.
-En su habitación- contesto con simpleza, sin decir nada el rubio se encamino a su destino.
Entro sin tocar, para la molestia del Prefecto, sin importarle la mirada fulminante que le daba, tomo a Harry del cuello de la camisa y se lo tendió de manera brusca.
-Cuídalo tú, ya tengo suficiente de este enano- le dijo de manera irritada. El oji-verde miro al niño minuciosamente.
- ¿Qué hiciste esta vez Harry? -
-No hice nada papá, yo no tuve la culpa de que tío Barty besara al tío Peter, él se cayó solito con esa piedra, aparte como si fuera culpa mía que estuvieran de melosos en frente mío-
Tom miro sorprendido a Barty quien estaba más rojo que un tomate y fulminando al pequeño demonio salió dando un portazo.
-Harry, sabes que es la cuarta vez que te regresan- le respondió con algo de diversión.
-No importa, yo quiero estar contigo- respondió con un puchero –No me has hecho caso desde que estoy contigo- el niño estaba a punto de llorar por lo que el oji-verde solo pudo suspirar y mirar su reloj esperando que James Potter llegara por el mocoso.
- ¿Qué quieres que te cuente? -
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James se encontraba escribiendo en el aula de encantamientos, pensando en cómo su hijo le hacia la vida imposible a su padre, pero también tratando que su incomodidad no se notara, el profesor no dejaba de verlo, parecía que lo quería desnudar cuando la mirada. Vio el reloj solo había pasado media hora, y solo tenía escrito treinta centímetros, sin embargo, ya se quería ir.
- ¿Cuánto tengo que escribir profesor? - Su mano pedía descanso, era muy tedioso tener que hacer eso todos los días.
-Lo que usted considere, Sr. Potter- respondió relamiéndose los labios, el castaño se puso nervioso.
-Entonces, ¿Qué le parece treinta centímetros? - le mostro el pergamino con esperanza de ya irse.
- ¿En serio, Potter? - pregunto acercándosele de manera lenta.
-Bueno… usted dijo que lo que yo quisiera, me parece perfecto treinta centímetros- contesto sonriendo incómodamente, al ver a su profesor sentado enfrente de él.
Cuando sintió el pie de su profesor en su pierna subir lentamente, abrió los ojos sorprendido.
- ¿Profesor? - llamo extremadamente nervioso.
-Cincuenta centímetros, Potter y puede irse- rápidamente James los escribió, pero era difícil si tenías a tu profesor acosándote y más cuando este estaba de lo más tranquilo. “Maldición, que algo pase ¡ya!” al terminar de decir eso una explosión se escuchó por lo que solo pudo pararse abrutadamente.
-Harry- corrió saliendo del aula, necesitaba ver que su hijo estuviera bien. En el camino choco contra una persona la cual reconoció como su futuro esposo, el cual estaba hablando con una chica de su misma casa, quien le coqueteaba descaradamente - ¡¿Dónde esta Harry, ¡¿maldito Bastardo?!- el chico levanto la ceja extrañado, los ojos del castaño se llenaron de enojo y preocupación, al no ver a su hijo con su padre –¡¿Dónde está?!-
-Esta con Severus, en las mazmorras- le informo molesto al ver como el estúpido león le hablaba.
-De donde viene la explosión- completo en un susurro mientras salía corriendo, siendo observado por Tom, quien sin saber por qué lo siguió después de despedirse cordialmente de la joven, aunque claro el nunca correría.
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Minutos antes de que algo explotara.
Después de que Tom se hartara de Harry, fue y se lo entrego a Severus sin ninguna explicación, por lo que este sin saber que hacer lo llevo con él al laboratorio de pociones.
-No toques nada Harry y juega con esto- Severus le entrego un carrito de juguete muggle, con el cual el niño se divertía y se dispuso hacer la poción que le habían encargado.
- ¡Severus! - se escucharon las voces de los Slytherin, luego de que una explosión se hiciera sonar en todo el castillo.
-Estoy bien- contesto tosiendo un poco y verificando que él niño no haya salido herido - ¿Estas bien Harry? -
-Si padrino- contesto en un murmullo.
-Es culpa de ese niño otra vez ¿verdad? - pregunto Barty enojado.
-No, no ha sido él, el ingrediente estaba echado a perder, ¿Por qué Harry seria el culpable? - pregunto extrañado, Harry era un ángel y nunca se portaba mal.
-No preguntes- contestaron todos, suspirando y arrugando el ceño, molestos.
Justo en ese momento llego James seguido, a los pocos minutos, de Tom, el castaño no dudo en acercarse a su hijo para tomarlo en brazos y cerciorarse de que estuviera bien.
- ¿Qué diablos pasó? - pregunto mirando a las serpientes, enojado, y dejando de nuevo a Harry en el lugar para que siguiera jugando y poder pelearse a gusto.
-Un ingrediente en mal estado- contesto con simpleza Snape.
Asintiendo, el Gryffindor miro a su alrededor.
- ¿Qué hace Harry en el laboratorio de pociones? -pregunto viendo acusadoramente a Tom.
-Quería estar con Severus, así que él lo trajo aquí- respondió con simpleza –Aparte de que yo no podía cuidar de el-
- ¡Eres un padre irresponsable, Tom Riddle! - le grito furioso el castaño - ¡Mira que dejar a tu hijo en un laboratorio de pociones! ¡¿Cuántos años crees que tiene?! ¡No está en edad para estar en un laboratorio con pociones peligrosas! - le volvió a regañar.
-Un momento- le paro Barty Crouch –¿Hijo, padre? ¿De que estas hablando, Potter? -
-No es de tu incumbencia, Crouch- contesto algo pálido pero enojado, por lo que tomando a su hijo salió del salón, siendo observado por los alumnos de Slytherin.
-Sí que tiene carácter- contesto Rebastan algo divertido.
-Aunque se ve lindo enojado- hablo Rodolphus, recibiendo a cambio la mirada fulminante de cierto oji-verde.
-Es demasiado complicado entenderlo- murmuro Tom.