Capítulo 6:
James Potter leía los documentos que le había pedido a su padre, (si bien fue difícil convencerlo al final lo logro) los pergaminos hablaban de la familia Morrison, en especial de la chica que actualmente acosaba y coqueteaba a Tom. Empezó a leer y releer la información, hasta que encontró el motivo (o él pensaba que era el motivo) del porque Riddle buscaba tanto a la joven. Frunció el ceño algo divertido, mañana tendría que cobrar algunos favores, guardo bien los papeles en su baúl, sin embargo, al abrirlo se encontró con una nota que llamo su atención, la tomo y sonrió recordando como había llegado a él.
Flash Back.
Se podría decir que era de noche, pero todavía no era el toque de hora, el oji-café veía a su hijo molestando a su padre, este lo único que hacía era tratar de cansarlo para que se durmiera de una vez y no hechizarlo por las ocurrencias que le decía, aunque él no podía escucharlas. James estaba sentado recargando su peso en su mano, pestañaba cada cierto tiempo o se pellizcaba para no dormirse, pero era imposible, ¿hace cuánto que no dormía una noche entera? Se preguntó antes de caer dormido sosteniéndose en su propia mano. Al despertar pudo ver que estaba en su habitación, de cobija tenía una túnica de la escuela, se extrañó, él no había tenido la túnica ayer en la noche, rápido empezó a buscar el escudo y observo con una sonrisa la serpiente cosida en la túnica, a lado de su mesa había una nota:
- “Harry está conmigo”
T.M.R.
Su sonrisa se agrando más, checo la hora y se dispuso a dormir unos minutos más, aunque una pregunta rondaba en su cabeza ¿Cómo pudo entrar Tom Riddle a la torre de Gryffindor?
Fin Flash Back.
Se rio en voz baja recordando como vio a Tom esa mañana, definitivamente Harry no lo había dejado dormir.
Flash Back.
La carcajada del castaño se escuchó por todas las mazmorras al ver a un Tom cayéndose de sueño.
-Vamos Riddle, no es para tanto- los ojos verdes del Slytherin lo fulminaron, riendo se encogió de hombros -No me mires así, yo no te obligue a dormir con él- el moreno suspiro algo cansado, el león tenía razón, pero mínimo tendría que agradecerle que pudiera dormir una noche entera -Gracias Tommy- dijo con burla la última palabra, sacando un tic en el ojo a su futuro esposo.
-Potter- advirtió, una cosa es que le agradezca y otra que le ponga diminutivos estúpidos.
-Esta bien, está bien- acepto sonriente, tomo a Harry, quien los miraba divertidos para en seguida dirigirse a su clase -Nos vemos Tommy- le grito cuando estaba a unos cuantos metros de distancia para luego salir corriendo al ver los ojos rojos de Tom.
Fin flash Back
James adoraba molestar a su futuro esposo, era algo natural, también le agradaba los momentos que pasaban juntos desde hace unas semanas, sus amigos ni cuenta se daban que desaparecía en las noches para ir a encontrarse con Tom, era algo que le fascinaba, si bien nunca acordaron no decir nada a nadie, para el castaño era algo que quería mantener en secreto, un secreto familiar.
Flash Back.
-Harry ¿Por qué quieres estar aquí? Hace mucha calor- le pregunto el castaño mientras ayudaba a su hijo a caminar.
-Quiero jugar en el claro, papi- James sonrió al escuchar la palabra “papi”, adoraba a su pequeño niño.
Al entrar al claro se dieron cuenta que no estaban solos, el castaño quiso retroceder y decirle a su hijo que vendrían más al rato, pero al parecer el niño tenía otra idea ya que importándole muy poco que la otra persona estuviera leyendo fue a hablarle.
-Hola papá- el oji-verde recibió como contestación un par de ojos idénticos a los suyos.
-Harry, ¿te volviste a escapar? - pregunto con algo de diversión al pensar que el Gryffindor lo estaría buscando por todo el castillo, mientras amenazaba a todo Hogwarts por robarle al enano.
- ¿Por qué siento que eso te divierte, Riddle? - hablo algo molesto el Potter.
-Potter- saludo sin intenciones de contestar.
-Ven Harry, vamos al castillo, tengo que terminar mi tarea- suspiro al pensar que su hijo sabría que está mintiendo, pero lo único que quería era dormir, desde que su hijo había llegado no tenía tiempo para él, algunas noches, el oji-verde despertaba llorando porque extrañaba a su papa o tenía una pesadilla.
- ¡Mentira! - grito el niño acusándolo con un dedo –¡Ya la terminaste desde el viernes! ¿O es que acaso ya no quieres pasar tiempo conmigo? - realmente odiaba cuando lo hacían hacer mal, por lo que, escondiendo su cansancio, le sonrió a su niño.
-Entonces ven, vamos a jugar, deja a Riddle leer- le tomo de la mano y lo llevo unos metros más alejado.
Tom observaba todo desde su lugar, el mocoso era muy energético pero mimado, algo normal teniendo en cuenta que era pariente de Potter, pero de alguna manera era muy tierno, en cambio el oji-café se veía algo cansado, pero mantenía una sonrisa por el enano, sin darse cuenta se la paso todo el día viéndolos jugar.
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-Venga ya Riddle, dámelo- le pidió risueño el castaño.
-Ven por él, Potter- contesto el otro- ¿Aparte por qué te interesa tanto ese pergamino? - examino el papel, pero no encontró nada interesante en él.
-Es muy importante, es la fuente de mis bromas- acuso el chico mientras trataba de quitarle el pergamino viejo.
- ¿Un pergamino viejo, Potter? ¿En serio? - al ver que el chico afirmaba con la cabeza no pudo evitar sonreír divertido, vio de reojo como Harry miraba entretenido, ese niño era un completo Slytherin.
-Tom, es enserio, ya dámelo- James resbalo ocasionando que el Slytherin cayera y el encima de él, dejándolos en una posición un poco comprometedora.
El castaño encima del moreno, las piernas del moreno estiradas y las de castaño a cada lado de su cadera, el oji-verde se sostenía con un brazo mientras James los posaba, uno en un hombro y el otro en la mano donde estaba su pergamino, sus caras más cerca que de costumbre provocaron que el oji-café se colocara de color rojo, pero como si de un imán se tratase, ambos se fueron acercando, más y más, tanto que sus labios se rozaban de manera exquisita, Tom poso su mano ya sin el pergamino en la cintura del Gryffindor acariciándola lentamente mientras se besaban, estaban sincronizados, sus lenguas conocían cada rincón de la boca del contrario, James paso sus mano por el cuello y cabello del perfecto, hasta que el grito de Harry los saco de su ensoñaron.
- ¡Papás en frente de mí no! - ambos voltearon a ver a niño quien se tapaba los ojos y hacia muecas de asco con boca, se pararon con rapidez, el moreno mayor le revolvió los cabellos a Harry y sin dirigirle una mirada al león salió apresurado de ahí.
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Después del suceso, tardaron como dos semanas en volverse a encontrar, a pesar de que Harry pedía a gritos a su papá, James lo entretenía con otras cosas y ponía como excusa tener mucha tarea acumulada, entrenamientos de Quidditch (aunque el primer partido ya estaba muy cerca) o tener detenciones, las cuales no eran excusas, realmente tenía muchas detenciones.
Todavía recordaba cómo había descargado toda su furia hacia unos alumnos de Slytherin (incluido Tom) la noche anterior había ido a que su hijo conviviera con su padre y este no apareció ni por asomo, cuando checo el mapa vio que el perfecto estaba con una joven llamada Mónica Morrison, tomando a su hijo se dirigió a su torre sin decirle el por qué no había llegado su papa, lo dejo pasar, pero ya llevaban dos semanas y el moreno no daba ni la hora, enojado planeo la broma.
-Potter- siseo el Slytherin bañado en una sustancia pegajosa de dudosa procedencia.
-Yo solo pensé que necesitabas un baño Riddle- se defendió soltando una risa, Sirius también rio burlón –Haces los honores Canuto- el chico asintió y luego empezó a caer lodo y otros desechos, como plumas de colores, confeti y demás objetos.
- ¡Potter, Black! - grito la profesora McGonagall enojada.
Ambos Gryffindor se vieron y soltaron una carcajada, pero el Slytherin pudo ver que no lo hacía por diversión sino por venganza, vio como la pelirroja cargaba a Harry quien miraba a su papá, sin un rastro de diversión, solo anhelante de estar con él. Fue la primera vez en dos semanas que Tom asistió a las reuniones nocturnas.
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Delicadas notas se escuchaban por todo el castillo, “Un violín, ¿Quién lo tocara?” pensó James, se encamino al aula donde había quedado con Riddle, ya que el traía a su hijo, y para su sorpresa de ahí salía el hermoso sonido, se dio cuenta, al entrar, quien tocaba.
Harry yacía en un banco aplaudiendo feliz, Tom, tocaba con una armonía perfecta, parecía sereno y relajado algo diferente a lo usual, las notas eran certeras y melodiosas, era como transportarse a algún lugar tan maravilloso, esas emociones expresadas no podían de ninguna manera ser dichas con palabras.
Por un momento creyó que eran parecidos, la música para él era un escape de todo, la música era su forma en la que su corazón expresaba lo que el callaba a diario, tal vez para Tom era lo mismo, vivir en un mundo tan cruel y prejuicioso te hace cambiar y muchas veces esos cambios te destruyen poco a poco por dentro, el entendía de cierta forma el sufrimiento de callar lo que sientes solo para sobrevivir en un mundo así.
Se quedó ahí, escuchando la melodía, sintiéndose parte de un pacto secreto, apostaba todo el dinero de su bóveda a que nadie de los Slytherin sabía de esta habilidad del Riddle y de hecho así era.
-Papi- llamo Harry señalando un mueble atrás del moreno, quien paro suavemente al escuchar al oji-verde llamarle a su papá.
-Lo siento Harry, hace mucho que no toco el piano- le explico al ver el mueble que le señalaban, con algo de tristeza.
-Pero…- el puchero de Harry se hiso presente.
- ¿Por qué…? - empezó el moreno mayor, analizando a su compañero el cual termino la frase.
- ¿Por qué deje de tocar el piano? - el joven se encogió de hombros –A la única que le tocaba era a mi madre, pero ella falleció hace cinco años- comento pasando sus manos por la tecla del elegante instrumento, recordando una melodía que su madre le había enseñado. Tocaba inconscientemente cada nota, se sentó sin darse cuenta, y siguió esa melodía que cada tarde se escuchaba en su casa, aunque algo era diferente para su oído, la melodía no solo salía del piano, también venia del violín que su compañero tocaba, sonrió levemente, recordaba como su madre lo acompañaba con su arpa y a su padre viéndolos con una gran sonrisa relajada.
-No tocas tan mal Riddle- alago el castaño llamando a su hijo, coloco al pequeño en sus piernas al tiempo que sus manitas estaban en las teclas.
- ¿Qué haces? -le pregunto el Slytherin.
-Voy a enseñarle la melodía de ahorita- explico sonriente –Mi madre me la enseño a mí y quiero que Harry la sepa- la emoción del castaño no era para nada disimulada, Tom solo pudo sonreír, dándose cuenta de eso ¿Desde cuándo sonreía? Luego poso su vista en el castaño que corregía las manos del oji-verde, quien escuchaba atentamente lo que su papi le decía, ¿Será a causa de ese estúpido Gryffindor?
Fin Flash Back.
Feliz, se acostó en su cama, esos momentos no los cambiaría por nada en el mundo.
Al día siguiente, se despertó con rapidez y escribió una pequeña nota, llego lo más pronto posible a la lechuceria, tendría que mandar esa carta para que le dieran el objeto que él quería y que necesitaba. Solo esperaba que su queridísimo destinatario no se tardara tanto.
“Más te vale hacerlo imbécil” pensó viendo a su lechuza partir en dirección a Paris, Francia.
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Salió de su clase en dirección al aula de encantamientos era hora de cumplir su detención, beso la frente de Harry, luego se lo dejo a Remus puesto que ya iba tarde, no que quisiera llegar, pero era mejor llegar temprano para terminar pronto y poder pasar su tarde con su hijo.
Toco la puerta y escucho un “Adelante” entro y se sentó en un pupitre.
- ¿Ahora qué me pondrá a hacer profesor? - remarco la última palabra para recordarle donde estaban.
-Lo mismo de siempre, Potter- James simplemente asintió, sin embargo, estuvo al pendiente de cada movimiento de su profesor y el golpe definitivo fue cuando entrego el pergamino, solo sintió que era jalado y besado, las manos de su profesor yacían bajo su camisa, acariciándolo, su lengua se abría paso en su boca. Asqueado mordió la lengua del contrario, luego lo empujo, saco su varita mientras lanzaba el primer hechizo que se le vino a la mente.
- ¡Depulso! - grito - ¡Expelliarmus, Incarcerous! - ataco antes de que, el profesor, tuviera una oportunidad para hacer algo, después corrió en dirección a la oficina del director, tendría que decirle a Dumbledore, o tal vez esa basura les haría lo mismo a otros alumnos, ignorando el temblor en su cuerpo y las lágrimas acumuladas en sus ojos que se quitó a toda prisa.
Corrió y corrió todo lo que sus piernas le permitían, solo trataba de alejarse de la sala de encantamientos, tan alterado y asustado que venía, no se dio cuenta que chocó contra una persona, levanto la vista cuando sintió un torso cubriendo su vía de escape, al reconocer los ojos de Tom, retrocedió unos pasos, tratando de ocultar su situación.
-Potter- saludo cordial el Slytherin, arreglándose su túnica algo destruida por el golpe que acaba de recibir.
-Riddle- sonrió o eso intento, se dio cuenta que solo había llegado al final del pasillo, no estaba muy lejos para poder estar tranquilo -Me retiro- camino a su lado a paso rápido.
- ¿Asustado, Potter? - pregunto volteándolo a ver, con algo de preocupación impropia de él, el nombrado se detuvo en la vuelta del pasillo para luego regresarse y gritarle enojado.
- ¡Cállate, bastardo! - le grito golpeando su pecho - ¡¿Dónde estabas, imbécil?! – las lágrimas se acumularon de nuevo en sus ojos y su miedo se reflejó - ¡¿Dónde estabas cuando me intentaron violar?! - no se dio cuenta que los ojos de la serpiente ya estaban al rojo vivo, la información lo había molestado, el castaño era suyo y nadie tocaba lo suyo. - ¡Apuesto a que estabas revolcándote con esa maldita zorra! - los golpes eran más fuertes.
-Potter- llamo al ver que la magia del chico se descontrolaba.
-Maldito infeliz, no sabes cuánto te odio- hiso una pausa para seguidamente irse, tendría que alejarse de ahí.
Hablo rápidamente con Dumbledore y este asintió a cada palabra que le decía para luego llamar a los aurores entre ellos su padre que al saber lo que casi le sucedía, refundió en Azcaban a ese profesor, lo que ningún auror se esperaba es que al llegar al aula de encantamientos, era ver el cuerpo del señor McCain en un estado deplorable, se demostraban claras señales de tortura, James juro y perjuro que el solo lo había noqueado y encarcelado que él no era capaz de usar la maldición cruciatus, porque en efecto, había estado bajo la maldición imperdonable.
- ¿Te topaste con alguien al salir de aquí? - pregunto Charlus Potter.
-No me topé con nadie y no le he dicho a nadie- trato de no mostrar algún signo que revelara que estaba mintiendo.
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Luego del incidente, James jugaba con Harry en los jardines, a pesar de eso no se podía quitar de la cabeza la escena de McCain, negó con la cabeza, tenía que aclarar algunas cosas con Tom antes de que el estúpido pensara en asesinar a alguien, porque si él lo sabía, fue el único que al que se topó, y era el único alumno capaz de torturar en Hogwarts. Suspirando espero a que la noche llegara pronto tenía que hablar con Riddle a solas.