Capítulo 2:
- ¡Lily! - grito James corriendo hacia la pelirroja que lo miro con una interrogante.
-Mande, James- contesto dejando de hablar con un par de perfectos.
-Necesito tu ayuda- hablo con rapidez el joven.
- ¿En qué problema te metiste? - el castaño se sonrojo, ¿En tantos problemas se mete para que su mejor amiga lo mirara de manera sospechosa?
-No me he metido en ningún problema, no te preocupes- contesto sonriendo avergonzado, cosa que muy poco sucedía, ya que siempre llevaba una sonrisa socarrona.
- ¿Entonces? - James iba a contestar hasta que se dio cuenta de que la pelirroja estaba muy ocupada hablando con otros perfectos, dos de Ravenclaw otro de Hufflepuff y uno de Slytherin, maldiciéndose mentalmente, observo como los ojos verdes de Tom se posaban en él, como si esperara alguna broma, si supiera que ese año no podría hacer ninguna broma por tener que cuidar a su pequeño hijo.
-Busca a Alice cuando termines, necesito la ayuda de ambas, es urgente. No es ninguna broma y tampoco me voy a escapar del castillo, si eso es lo que piensas. Mierda nunca debí haber dicho eso- comento viendo a Tom quien lo miraba con una ceja alzada, aunque no lo admitiera, ese Gryffindor le divertía.
-Al grano, James- le ordeno Lily sin paciencia.
- ¡Ah sí!, Dumbledore ya sabe de esto; Sirius, Remus y Peter también están involucrados, así como Frank y Arthur, ¿Algo más? Lilian- contesto antes de que la pelirroja lo asaltara con preguntas sin embargo eso no evito que se preguntara ¿Qué era tan urgente e importante para que James le haya dicho “Lilian”? si bien era su nombre, él nunca se lo decía a menos de que fuera muy serio el asunto.
- ¿Dónde? - James se quedó pensando, hasta que solo sonrío, la oji-verde asintió con la cabeza.
-A las 2- fue lo único que dijo el castaño, moviendo la cabeza en señal de saludo a los otros jóvenes, y dándole un sonoro beso a Lily en la mejilla, se retiró de ese lugar.
- ¿Qué será tan importante? - dijo la pelirroja a la nada.
-Evans- llamo Riddle, sin mirarla, estaba más ocupado viendo al castaño tratando de saber que travesura haría, sin saber que él estaría dentro de ella tarde o temprano.
- ¡Oh, cierto! Disculpen- dijo avergonzada - ¿En que estábamos? - sin más siguió discutiendo acerca de los horarios de vigilancia que le tocaba a cada quien.
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Lily Evans y Alice Longbotton se encaminaron a paso rápido al séptimo piso en específico a la sala de los menesteres, aquella sala que solo aparece si realmente lo necesitas.
- ¿Qué pasa James? - pregunto Alice, al entrar a la sala.
- ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué pasa?! ¡Pasa que James es padre, eso es lo que pasa! - contesto alterado el Black presente - ¡Y no solo eso! ¡No! ¡Al muy idiota se le ocurre casarse con Tom Riddle! ¡Eso es lo que pasa! - Todos miraron al castaño que traía a Harry en brazos mientras le contaba una historia ignorando de plano a su mejor amigo.
-Vamos Sirius no es tan grave- Respondió Arthur Weasley un pelirrojo muy amigo suyo.
- ¡Es muy grave! - grito de nuevo - ¡Este imbécil no parece disgustado! -
- ¿Qué?, Sirius...- dijo Frank extraño
-No te habías dado cuenta, ¿verdad canuto?, a James le gusta Riddle desde finales de cuarto- contesto Remus leyendo su libro.
-A mí no me gusta ese imbécil- se defendió el nombrado causando que sus amigos lo miraran incrédulos
-Solo que está en etapa de negación- dijo Remus mirándolo burlón.
-No estoy en ninguna etapa porque él no me gusta- rebatió enojado.
-Entonces como explicas a Harry- observo con una sonrisa de victoria, al ver como el chico se quedaba callado.
-Es una buena observación mi querido Lunático- contestó luego de mucho tiempo de silencio.
-Vamos cornamenta, acepta que te gusta Riddle- le pico divertido el perfecto.
- ¿Que está pasando?, ¿Quién es el niño? - volvió a hablar Alice –Remy tiene razón, James, acepta que te gusta Riddle- termino
-Básicamente mi hijo del futuro… No me gusta Riddle- eso desató muchos gritos, golpes y maldiciones.
-Pero es básicamente imposible, solo se puede viajar al paso unas cuantas horas, máximo días o unos dos años, ¿pero más de diez o veinte años? - explicó Lily sorprendida.
-Pues yo no sé cómo, pero Harry se las arregló para viajar al pasado- contesto viendo a sus amigas.
-Lo más seguro es que estuvo al cuidado de Sirius y este al descuidarlo se le haya escapado- comento enfadada Lily mirando a su perruno amigo.
-Todavía no sabemos pelirroja, no me regañes antes de tiempo- contesto sin darse cuenta de que lo estaban insultando.
-Mínimo no niegas que vas a perder a Harry- susurro Remus observando a su amigo.
- ¡Ay canuto! - dijeron al mismo tiempo James y Peter –Deja de decir tonterías- termino el castaño, acunando a su hijo.
-Por cierto, ¿Qué haremos con Harry? - la voz de Pettegrew sonaba curiosa –Digo ¿Realmente podremos llevarlo a las clases? -
- Bueno, sobre eso…- paso sus manos sobre su cabello y sonrojado admitió –Realmente no sé qué vamos a hacer- todos lo miraron con los ojos muy abiertos –Por eso le llame a Lily para que me ayudara-
-Claro yo soy la de las ideas ¿o qué? - gruño enfadada la joven, al ver como sus amigos asentían.
-Bueno tenemos diferentes horarios- dijo Arthur mirándolos –Podemos turnarnos a Harry-
-También está la capa de invisibilidad- comento Frank –Así Harry estará con nosotros-
-La capa es mejor- observo Lily –Creo que Harry estará mejor contigo James-
-Sí eso suena mejor-
-James el profesor Dumbledore dijo que él se encargaba que, tu podías lleva a Harry a cualquier lado, sin esconderlo- le recordó suspirando Remus.
-Cierto- acepto avergonzado.
-Tengo hambre- comento Sirius, luego de unos minutos de apreciar como regañaban a su amigo.
-Tú siempre la tienes canuto- todos rieron y se encaminaron a la salida.
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Todos sintieron que el comedor descendía unos cuantos grados cuando vieron al perfecto prefecto y premio anual de Slytherin, bañado en una sustancia de color vómito, sus ojos, ahora carmín, miraban a la mesa de los leones en busca de un chico de cabellos castaños y ojos avellanas, si bien sus bromas le divertían, eso no significaba que ese mocoso podría hacerle lo que quisiera cuando quisiera.
- ¡Vamos James, déjame cargar a Harry! - fanfarreo Alice enojada, mientras que el nombrado negaba con la cabeza y alegaba.
-No, es mío, si quieres cargar a un bebé ten uno-
-Teóricamente tú todavía no lo has tenido, Jimmy- rebatió la chica triunfalmente.
-Pero sigue siendo mío- le enseño la lengua, no fue hasta que Lily tosió que ambos voltearon.
-Señores Potter, Black, Lupin, Pettegrew- llamo furioso el profesor de encantamientos y jefe de la casa de Slytherin –Todavía no llevan un mes y ya quieren ser expulsados- siseo enojado.
- ¿De qué mierda está hablando, profesor? - rebatió Sirius enojado.
-Hablo de la broma que acaban de hacer, señor Black-
- ¿Qué broma? - pregunto ahora Remus, extrañado, “No me han dicho nada”.
- ¿Qué acaso han perdido la memoria? - el profesor estaba enojado, esos chicos le caían mal, siempre molestando a los alumnos de su casa, sin razón aparente.
-Profesor McCain, le puedo asegurar que nosotros no fuimos- James coloco en los brazos de Alice a Harry mientras que se ponía enfrente de sus amigos.
- ¿En serio, Señor Potter? Usted no tiene una buena fama- los ojos del joven se obscurecieron.
-Puedo ser una persona grosera, traviesa, irresponsable, pero nunca me tache de mentiroso, porque eso no soy y nunca lo seré- sus ojos se conectaron con los de su profesor -Ni mis amigos ni yo vamos a responder por una broma que no hicimos- le contesto seguro o bueno eso hasta que escucho cierta voz en el gran comedor, “¿Por qué yo?” se preguntó gimiendo de frustración.
- ¡¿Qué está pasando aquí?!- grito la profesora McGonagall, al ver al perfecto de Slytherin, quien se estaba limpiando con un movimiento de varita, miro a su mesa buscando a sus cuatro alumnos problemáticos - ¡Potter, Black, Lupin, Pettegrew! -
-Aquí estamos profesora- contesto Peter.
- ¿Qué hicieron ahora? - pregunto suspirando.
-Nosotros no hicimos nada- contesto con fastidio James, tomando a su hijo para salir de ahí.
-Joven Potter, no huya- regaño el profesor McCain.
- ¿Que ahora soy un cobarde? - sus ojos avellanos se volvieron negros –Primero mentiroso, ahora cobarde ¿Qué sigue?, ¿Asesino? Cosa irónica, porque, si mal no recuerdo, los cobardes, mentiroso y asesinos siempre salen de Slytherin-
-James- la voz de Lily hizo que sus ojos volvieran a su color natural.
-Encárgate de Harry, Sirius- el nombrado asintió tomando al niño en sus manos –Ya que no voy a convencerla Profesora, le puede decir mi castigo a Remus, el me lo hará saber- todos pudieron observar como el chico murmuraba maldiciones y hacía gestos con su cara hasta que por fin dejo el gran comedor.
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Se encontraba en el inicio del Bosque Prohibido, no tenía ganas de ver a alguien, aparte de que si lo hiciera explotaría.
- ¿Ahora soy un maldito cobarde? - se preguntó enojado y caminando al interior, sin ser consiente de dos ojos que lo observaban detenidamente - ¿Cómo se le ocurre decirme cobarde? - gruño más enojado –y no solo cobarde, sino que también mentiroso- sintió movimiento atrás de él y rápidamente saco su varita - ¿Quién anda ahí? - en su voz no había ni un rastro de miedo, solo un poco de curiosidad.
- ¿Sabías que la curiosidad mato al gato, Potter? -
-Riddle- más que pregunta fue afirmación - ¿Qué haces en medio del Bosque Prohibido? ¿No deberías de estar encerrado en la biblioteca haciendo “tarea”? -
- ¿Y tú no debería estar cumpliendo un castigo? - el oji-café rodo los ojos consiente de que esquivo su pregunta.
-Yo no te hice esa broma- confesó caminado, adentrándose más al bosque.
- ¿No tienes miedo? - eso le molesto a James, “¿Acoso tengo pinta de un chico miedoso y asustadizo?”.
- ¿Y tú? - luego de andar caminado unos momentos, advirtió -Ten cuidado no pises esa rama, es en realidad…-
-Un lazo del diablo, no soy idiota Potter- termino la oración el prefecto.
-Yo no dije que lo fueras, tal vez haya pensado que eras un maldito bastardo que no merece vivir, ¿pero un idiota? Nunca, no soy tan despistado como la gente cree- contesto saltando un desnivel, y volteándose a verlo –No por nada tu casa te teme y te respeta, ¿O me equivoco? Tom Riddle-
-No del todo, Potter-
-Es por eso que no te hago muchas bromas, y sé qué tipo hacerte, nunca te bañaría con vomito de Troll (por más que quisiera) pero quien lo hizo mis condolencias y respetos, lo mataras cuando lo descubras-
- ¿Acaso me tienes miedo, Potter? - preguntó, tratando de olvidar que lo que el chico le dijo acerca de la sustancia que le cayó encima.
- ¡Ja! Miedo nunca, respeto probablemente- contesto –Creo que hay que volver, de noche este bosque es más peligroso y realmente no tengo ganas de que me culpen si cierto prefecto muere- el otro no dijo nada simplemente siguió en silencio al chico.
Al llegar a la entrada del Bosque Prohibido, ambos chicos se miraron, no era muy tarde, tal vez las cinco o seis de la tarde, suspiro y a su mente llego la imagen de su pequeño hijo y con eso la información de que el apuesto joven a su lado era el padre y su futuro esposo.
-Vaya que rara se volvió mi vida- pensó en voz alta al darse cuenta solo se sonrojo muy levemente –Bueno nos vemos Riddle- se despidió moviendo la mano a modo de despedida y camino directo al castillo.
Llego a su torre y gruño la contraseña, lo único que quería esa darse un baño, jugar con su hijo e irse a dormir, eso haría, con una gran sonrisa se adentró a la sala común y busco con la mirada a su amigo.
-Sirius ¿Dónde está…? - el grito de Lily lo interrumpió
- ¡¿Cómo pudiste?, ¿Cómo diablos perdiste a Harry, Black?!- la sonrisa se borró de la cara de James, “Eso era una broma, ¿No es así?, Sirius no perdió a Harry ¿Verdad?” era en lo único que podía pensar.
- ¿Acaso perdiste a MI hijo, Canuto? - todos en la sala padecieron notablemente “James no los mataría ¿Verdad? Todo era culpa de Sirius, ellos no sufrirían ¿Verdad?” esos eran los pensamientos de los chicos de quinto año al ver al castaño quien tenía una mirada que prometía dolor, sufrimiento y una muerte lenta. Él no era temido por solo hacer sus bromas, la mayoría del alumnado (en especial Gryffindor) sabían que James era un tipo sádico si se lo proponía, y ahora sus amigos estaban a punto de confirmarlo.