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Feliz graduación por Lauui

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Notas del fanfic:

*Los personajes no me pertenecen*

Notas del capitulo:

Muy feliz dia KiKasa para todos!
No podía dejar pasar el día sin dedicarles algo a éste par~
Asi que lo dejo por acá <3 

 

 

Los rayos del sol chocaron de lleno contra mi rostro cuando abandoné la sombra del establecimiento, y un amplio cielo color azul claro se amplió frente a mí en cuanto pude enfocar claramente.


Nunca antes había apreciado ése paisaje, quizá por que normalmente no iba prestando atención en los pequeños detalles de la vida.


Con la mente aún perdida en el espacio vi acercarse a aquel rubio que tantos problemas así cómo buenos momentos había causado en tan solo un año.


Una sonrisa triste se reflejaba en su rostro y no pude evitar devolverle el gesto algo conmovido.


–Sempai... muchas felicidades –supe que sus palabras eran sinceras a pesar de que su amplia sonrisa parecía forzada, y una vez se detuvo al frente mío le alcance para revolver sus rubios cabellos intentando animarle.


–Cuento contigo para que cuides al equipo de ahora en adelante.


Sus dorados ojos se ampliaron levemente, y un brillo pareció bailar dentro de ellos mientras su sonrisa desaparecía por completo.


–¿Podemos jugar... una vez más? –su voz pareció enronquecer levemente, y su mandíbula se tensó esperando por una respuesta.


Sentí como si un gran peso se dejara caer sobre mi pecho y un nudo se apretujo en mi garganta.


Aclaré la garganta y contesté con algo de dificultad –claro...


Jugamos durante un largo rato.


Mi mente se perdió durante varios momentos, y el peso de la despedida taladraba a cada segundo que pasaba recordando las cosas que ya empezaba a extrañar de Kaijo.


Sin embargo eso no impidió que lograra realizar un par de buenas jugadas, tomando en cuenta el genio que tenía cómo contrincante.


Llegó el momento en que ambos caímos exhaustos a un costado del gimnasio en el qué había pasado tanto tiempo durante los últimos tres años.


Sin poder evitarlo mis ojos empezaron a examinar cada rincón del lugar que lucía tan grande y vacío ante nosotros, hasta que sentí una suave caricia sobre mi mejilla que me saco enseguida de mis pensamientos.


Sorprendido me giré dispuesto a protestar, pero mis palabras se esfumaron cuando mis ojos chocaron con los suyos.


Su semblante apacible, y las yemas de sus dedos rozando lentamente en mi rostro ahuyentaron mi profunda ansiedad y le dejé continuar sintiendo cómo el palpitar en mi pecho aumentaba su ritmo poco a poco.


Me acerqué intentando facilitar el toque de su piel contra la mía, el cual de pronto no deseaba desapareciera jamás.


Su rostro confuso a escasos centímetros del mío parecía inclinarse cada vez hacía mi, y sentí su aliento chocando contra el mío.


Era totalmente consciente de él en esos momentos.


Miré sus ojos y sus labios mientras inclinaba levemente el rostro completamente dispuesto a lo que se venía y su mano se acomodó en mi cuello guiándome con delicadeza hacía el.


–Sempai... –su susurró chocó contra mis labios y suspiré extasiado.


Casi podía sentir el rose de sus labios contra los míos...

 

Y una vez más desperté estrepitosamente y con el corazón latiéndome a mil.


–Ugh... –fruncí el ceño y dejé descansar mi mano sobre la frente.


¿Porque tenía nuevamente aquel sueño después de tanto tiempo?


Aquellas imágenes, aquellos recuerdos estaban en mi cabeza desde hacía dos años exactamente.


Pero... ¿aquello realmente había sucedido?


Me puse de pie resignado de poder dormir más, y coloqué al fuego el agua para preparar café como cada día.


Hoy más que nunca lo necesitaba ante la ansiedad que me había provocado el tener aquel sueño, justo hoy...


Traté de ignorarlo toda la mañana. Calmadamente recogí el papeleo de un semestre más concluido en la universidad, y fue ahí que me di cuenta.


No podía ignorarlo por más tiempo.


Salí de la institución, y corrí sin detenerme en ningún momento.


Dejé atrás rápidamente aquellas calles que transcurría día a día; hasta aquellas calles que casi tenía por seguro no volvería a pisar jamás, pero que tan bien conocía.


La edificación se dejó ver ante mis ojos, y frene mi andar para apreciar el lugar que tantos buenos momentos me había dado.


–Ha... –suspiré al notar los vacíos alrededores. Había llegado a tiempo.


Entré con calma y me dirigí hacia el auditorio dónde sabía se estaba llevando a cabo la ceremonia de clausura de la última generación que podía atarme con recuerdos a Kaijo.


Entré silenciosamente y lo busque con la vista.


Fue fácil ubicarlo con su llamativa figura prácticamente brillando entre todos los demás estudiantes.


Había pasado demasiado tiempo desde que no lo veía, así que tenerlo ahí, de pié a tan sólo unos cuantos metros de distancia me hizo sonreír muy seguramente cómo un idiota.


Las palabras de despedida fueron revividas una vez más frente a mí, pero lejos de invadirme la nostalgia del tiempo qué había dejado atrás, fui incapaz de apartar la vista de su rostro.


De aquéllas sonrisas que le dedicaba a saber a quién de vez en cuando, o su cara sería cuando parecía realmente concentrarse en los discursos que se estaban desarrollando en frente nuestro.


Una vez todo estaba por finalizar salí al exterior para evitar el quedar atrapado en medio de la multitud, y busqué un lugar en el cual me fuera posible localizarlo de nuevo fácilmente.


Mentiría si dijera que estaba relajado, porque no era así.


Decidirme en venir para averiguar de una vez por todas cuales de aquéllas imágenes que se recreaban en mi cabeza una y otra vez, habían ocurrido realmente...


Si sólo eran obra de mi confusión ante todo lo vivido aquel día...


Pero aunque no me sentía completamente seguro o preparado para enfrentarme a los hechos era mi última oportunidad.


Dejé mis pensamientos a un lado cuando vi a los primeros uniformados desalojando el lugar y con eso la necesidad de oprimir fuertemente mis puños se hizo presente. Como si el detonante de mi nerviosismo hubiera sido activado.


Un grupo aún más bullicioso que el resto salió del lugar e inmediatamente supe que se trataba de él.


Inhale profundamente antes de lograr avanzar. Con paso seguro me cole entre algunas de las chicas que parecían formar una escolta alrededor suyo.


–Kise-sempai~


–Kise-sempai~


Las voces agudas aclamándole se arremolinaron a mi alrededor.


Pensar en el hecho de terminar uniéndome a ellas provocó un revuelo en mi estómago, pero luego de avanzar inútilmente entre sus persistentes fans, y al verlo alejarse cada vez más de mi terminé llamándolo espontáneamente.


–¡Kise!


Mis ojos se abrieron sorprendiéndome de mi mismo, pero ver su rostro extrañado girándose en mi dirección hizo que perdiera el aliento por un instante.


Sus doradas pupilas buscaban desorbitadamente entre la multitud que más alborotada que antes gritaba intentando recibir su atención.


–Kise –volví a llamarle luego de aclarar mi garganta un poco y avanzar un par de pasos en su dirección intentando colocarme al alcance de su visión.


Quizá fue mi imaginación, pero pude ver un ligero brillo encenderse en su mirada antes de venir aceleradamente hacia mí.


–¡Sempai! –un nudo se atravesó en mi garganta al escuchar su voz llamándome de nuevo en mucho tiempo, y cuando finalmente se puso de pié exactamente frente a mi sentí que perdía toda capacidad de pensar de sólo ver su sonrisa tan de cerca. –Sempai, ¿has venido a mirarme graduar?


Estaba expectante esperando por una respuesta que demoré en lograr articular, sin embargo aquél gesto de alegría en su expresión no desapareció en ningún momento.


–Estaba cerca, así que vine –improvisé tratando de sonar lo más normal posible.


Su sonrisa se extendió aun más y me sentí aturdido con todo el griterío que entro de lleno a mis oídos.


–Y bueno... felicidades –le dije intentando sonreírle de vuelta, pero la tensión en mi rostro no me permitió hacerlo naturalmente. –¿Qué te parecería ir a comer... o algo, para celebrar? –solté apresuradamente para no perder la oportunidad de expresar mi oferta que ya de por sí había sido difícil de decir.


Su boca se abrió levemente, y me observó en completo silencio.


Ante su falta de respuesta me pregunté si había escuchado claramente mi invitación, pero igual no fui capaz de repetirlo o romper con cualquier cosa aquel incómodo silencio que empezaba a hacer estragos en mi pecho que latía con impaciencia.


–Kise-kun~ es hora de irnos todos juntos a la fiesta, ¿vamos? –interrumpió una chica castaña ignorando mi presencia por completo, y fue ahí que caí en cuenta.


Sentí el calor instalarse levemente en mi rostro y volví a fijarme nuevamente en Kise qué parecía como si nunca hubiera apartado la vista de mi para prestar atención a su compañera de curso.


–Umm... perdón, me olvide por completo de tú fiesta de graduación... –rasqué mi nuca apenado tratando de disimular el bochorno, y sobre todo la gran decepción que sentí al notar que no había pensado bien las cosas, y que mi oportunidad de hablar sobre el tema se había perdido desde hacía ya mucho tiempo... –dejémoslo para otro momento, que te diviertas.


Antes de dar la vuelta le sonreí una vez más e intenté memorizar aquellos rasgos que en sus fotos no podían apreciarse, y que como en los últimos dos años iba a perderme quizá para siempre.


–¡Lo siento, iré más tarde! –su voz se elevó al tiempo que su agarre se envolvió fuertemente alrededor de mi muñeca, y giré con duda sólo para percatarme que sus palabras no iban dirigidas hacia mí.


Aquélla chica se marchó a regañadientes y con un gesto de inconformidad le reproche a Kise el retenerme de aquella manera.


–Sempai, venga conmigo también.


–¿Perdón? –pregunte exageradamente cómo si fuera la peor idea que haya escuchado en la vida.


Aunque por supuesto que era así.


–¡Será divertido!


–Por supuesto –le sonreí con sarcasmo recordando mi propia experiencia. La primera y peor borrachera de mi vida. Y sobre todo la razón de que mi mente este hecha un lío aun hasta la fecha. –Diviértete –palmee su hombro y me dispuse a retirarme una vez más.


–¿Ehh? está bien, está bien. ¿Entonces a dónde vamos?


–...

 

 

Una gran puerta se presentó ante nosotros, desde dentro podía escucharse la música sonando fuertemente.


Al cruzarla un montón de luces parpadeantes nos recibieron, y una vez más noté el motín que se arremolinaba alrededor de mi rubio acompañante.



"Kyaa, Kise-kun, por favor baila conmigo" fue la frase que se escuchaba claramente y a coro aún con el bullicio del lugar y suspiré pensando que definitivamente no debí dejarme convencer de asistir a un lugar donde claramente no iba a encajar.


–¡Sempai! ¿nos sentamos por allá? –escuché cerca de mi oído, y asentí mientras avanzaba en dirección donde había indicado.


Llegamos hasta un par de sillas a un costado de la pista, y lejos de la gran mesa de alimentos y bebidas. Aún así me entregó uno de los vasos que llevaba en sus manos y que a saber de dónde había sacado.


–Valla, esto es más grande que lo qué organizó mi generación hace dos años –dije casi gritando, y aún así apenas y había logrado escuchar el sonido de mi voz.


–¿En serio? –su boca se abrió exageradamente para articular sus palabras, y enseguida removió su silla más cerca de la mía para continuar –las chicas se esforzaron mucho en esto, por eso les prometí que vendría, pero creo que tenías razón,  ¡quizá hubiera sido una mejor idea ir a un lugar más silencioso!


Por supuesto, ¿cómo se supone que podré hablarte sobre hace dos años aquí? –pensé dándole un sorbo a mi bebida, que aunque poco, pude sentir la presencia de alcohol en ella.


–Oh, ¡ellos llegaron! –dijo de pronto con efusividad, y algo sobresaltado observe hacia la dirección donde sus pupilas se hallaban concentradas.


Se puso de pie y prácticamente se lanzó hacía el grupo que iba entrando para recibirlo con su característica alegría.


Una pisca de inconformidad se instaló dentro de mí, intentando con todoque no se reflejara en mi rostro.


Sus antiguos compañeros de secundaria, y uno que otro acompañante extra caminaron hacia nosotros en cuanto ubicaron sus nada discretas señales de brazos.


No pude escuchar el intercambio de saludos que compartieron entre ellos, y sólo sonreí levemente en cuanto alguno de ellos saludaba desde la distancia.


El espacio que compartimos por sólo un instante de pronto se llenó por aquél excéntrico grupo que hizo que el sonido fuera nada a comparación de sus voces discutiendo, hablando, o riendo entre ellos.


–¡Kasamatsu-sempai! –el primero en dirigirse a mi fue Takao –ha sido un tiempo, ¿qué tal le ha ido a strky últimamente?


–Hey –le saludé de vuelta aunque nada comparado con su animosidad característica –al equipo le ha ido bien, hemos calificado para los nacionales –dije orgulloso de los logros que el equipo había alcanzado recientemente, y busqué con la mirada a la razón de mi presencia en ésa fiesta que nada tenía que ver conmigo, hablaba completamente sonriente con el grupo de Seirin que parecían seguirle la corriente.


Suspiré sintiéndome derrotado.


Durante todo el rato desde que nos encontramos Kise no pareció incomodarse en lo más mínimo... ¿era necesario ir más lejos? ¿necesitaba realmente preguntar directamente, cuando todo parecía ser únicamente obra de mis deseos jugando conmigo?


Inhale profundamente intentando serenarme, una vez más en el día, y una vez más en los años que llevaba tratando de expulsar todas ésas ideas de mi cabeza.


–Genial, los estaré apoyando... –respondió el de los ojos de halcón y continuó hablando, sobre cosas triviales, graciosas o cualquier cosa que se le ocurriera.


Fue un alivio que más personas se unieron a la conversación, así mi falta de atención no quedaría al descubierto por seguir respondiendo al azar.

 

 

El tiempo pasó rápidamente, incluso aunque no quisiera admitirlo una vez terminé mi tercer vaso me sentí realmente relajado y cómodo.


Pero igual no tenía sentido quedarme más.


Peor que mi sentido de la discreción se fue al olvido, y las miradas fugases pasaron a ser descaradamente obvias viéndome descubierto más de una vez, e incluso notando la incomodidad en mi víctima que disimulaba terriblemente mal el no darse cuenta.


Me puse de pié sin decir nada a nadie, no estaba ebrio, pero a pesar de estar completamente consiente sentía que lo mejor era alejarme ante los deseos de hacer alguna locura que mi subconsciente sugería a gritos.


Salí por la gran puerta por la que habíamos llegado, y el aire frío chocó contra mi cara refrescándome al instante.


La vista nocturna ya había terminado de instalarse en la ciudad, y sentí como si el obscuro de la misma describiera mi estado de ánimo.


–Al final no logré... hablar con él una vez más... –dije con voz queda para mí mismo y avance lentamente un par de pasos.


Me detuve al dudar una vez más.


¿Por qué razón había ido hasta ahí?


Es difícil aceptarlo, pero de alguna manera tenía la esperanza de...


Apreté la mandíbula con fuerza, mis pensamientos eran peor ahora que antes. De pronto todo se había vuelto insoportable. De pronto me sentía incapaz de dar un paso más y alejarme de él, no por obtener una respuesta de su parte cómo planeaba en un principio,  si no para confesar todo lo qué... acepto: siento por él.


Doy la vuelta estrepitosamente decidido a regresar.


–Ngh... perdón... –me disculpo al sentirme chocar contra alguien.


Antes de lograr levantar la mirada para comprobar con quien estaba tratando, logro sentir un suave toque posándose lentamente sobre mi mejilla.


Mis ojos se abren sorprendidos cuando el tacto me parece familiar y mi rostro explota en calor cuando los recuerdos llegan nuevamente, reproduciéndose en cámara rápida frente a mí.


Encuentro sus ojos dorados exactamente frente a los míos.


Mi garganta produce un ligero jadeo cuando la corta distancia se cierra aún más, e intento retroceder, completamente sorprendido.


Hasta que de un segundo a otro…


…nuestros labios se unen.


El ansiado tacto, que ni siquiera en mis sueños lograba concretar se dio al fin y una explosión se dispara desde el centro de mi estómago recorriendo ferozmente por cada centímetro de mi cuerpo que se estremece ante la sensación.


 Me veo en la necesidad de apretar los párpados y aferrarme con un puño a sus ropas, desestabilizado por completo.


Romper el contacto ni siquiera paso por mi cabeza.


El calor de sus labios me es embriagante, así que busco más de ellos en un movimiento que correspondió por un leve instante, hasta que para mi sorpresa se aleja bruscamente dando un paso atrás.


–Lo… ¡lo siento! –dice con el horror dibujado en cada rasgo suyo, y me quedo inmóvil. –No quería… aprovecharme de ti, perdón…


Intento decir algo, pero las palabras no salen por más que lo intento.


Le miro darse la vuelta con la cabeza gacha, y no es si no hasta ése momento que logro reaccionar.


En un rápido movimiento recorro la distancia hasta él y me engancho a su camisa –Kise, espera… –el tono de mi voz parece turbado, aún así continuo –n-no te vallas...


Cuando gira su rostro para examinarme puedo ver que su expresión había cambiado a una en la que denotaba tristeza.


Tal y como aquél día.


–No es así... –mis ceño se frunce y me acercó un poco más. –Yo realmente quería... –incapaz de soportar sus ojos puestos en mí, me aferró aún más y apoyo mi cabeza en su espalda, totalmente fuera del alcance de su vista. –Queria besarte...


Cuando se da la vuelta mi rostro parece estar en llamas, pero ignoro la sensación al notar un sonrojo pintado en el suyo también.


Dejando la timidez a un lado apoyo mi mano en uno de sus hombros, y me elevo vergonzosamente con las puntillas, pero que importa. Mi deseo de sentirlo es más grande que la cordura que jamás tuve.


Entre cierro los ojos para no perder ninguna de sus expresiones, y cuando estoy por alcanzar mi meta...


su mano me sostiene desde la cintura, y termina de cerrar la distancia inclinándose levemente.


Suspiro sobre sus labios y me abrazo a su cuello con el otro brazo.


–Sempai... gracias por venir... –dice en un susurro apenas separándose unos milímetros de mi rostro, sus ojos parecen brillar en la obscuridad viéndome incapaz de romper el contacto visual.


–Gracias... por invitarme... –le respondo igualmente con la voz queda, y volvemos rozar nuestro labios suavemente.


–He soñado con esto... desde hace mucho tiempo... –susurra de repente luego de un momento de silencio, y le miro atentamente ante su semblante serio–cuando te vi... me sorprendí mucho, creí que no querías verme de nuevo...


Sonrío ante lo equivocado de sus palabras.


–Bueno, no podía dejar pasar la ocasión sin decir "feliz graduación" a un kouhai, por más problemático que sea.


–¿Eh? ¡qué cruel! –dice con aire infantil –pero definitivamente... no pude haber pensado en algo que pudiera hacerme más feliz de lo que fuí hoy –sus ojos se encuentran con los mios una vez más, y no puedo evitar el sonrojarme de nuevo.


Joder Kise, ¡realmente me gustas! –pienso y doy medía vuelta.


Ha sido demasiado para un día, definitivamente permanecer por tanto tiempo a lado suyo no era bueno para mi corazón.


–Yo... pienso igual. –digo y emprendo mi marcha.


Puedo imaginar su estúpido rostro sonriente quedando en la distancia detrás de mi.


Es verdad... tampoco puedo imaginar nada mejor...


Aunque seguramente, a partir de éste día podremos descubrirlo juntos.

 

~Fin~

 

 

**Extra**


–Kise... hace dos años en el gimnasio... –digo decidido, definitivamente vivir con ésa duda no me resulta posible, mas cuando recuerdo aquellas palabras dichas tan solo unos días atrás…


“Cuando te vi... me sorprendí mucho, creí que no querías verme de nuevo
...”


Sacudo levemente la cabeza para salir de mis pensamientos, y le observo detenidamente.


Le noto tensarse, lo qué me da el valor de encararlo más firmemente.


–¿Nos besamos?


Su boca se abre no pudiendo creer lo que escuchaba, y una expresión similar se coloca en mi rostro ante su reacción.


¿Eran realmente cosas mías?


Todas aquéllas escenas tan vividas, que se repetían constante y tortuosamente en mi cabeza ¿eran solamente mi subconsciente jugando conmigo?


Siento mi cara arder y me arrepiento enseguida de haber hablado.


–L-lo siento, no es nada –desvío la vista.


–¿En serio no lo recuerdas? –dice finalmente, después de un largo momento de estupefacción por su parte. –Aquél día... –lo piensa por un momento, y continúa con voz desanimada –sempai me rechazó...


Siento atragantarme con mi saliva y retrocedo un paso para intentar recuperarme de la exagerada tos que amenazaba con ahogarme.


–Sempai, ¿te encuentras bien? –escuchó su voz cerca de mi oído, y le observó de reojo.


–¿Cómo es eso...? –cuestiono.


A parte que no recordaba más que el gran deseo por desaparecer la distancia entre sus labios y los míos, ¿cómo pude haberlo rechazado después de todo?


–Bueno... cuando Moriyama-sempai vino a buscarte, me pateaste para alejarme y te fuiste...


–...


–...


Bueno, aunque no éstoy muy seguro de que éso sea un "rechazo" creo... que realmente algo así paso...

 

 

Notas finales:

Gracias por leer~ ^^)/


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