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La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Ni Yugioh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen


 


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—Los hanyou marcamos a nuestros compañeros en el cuello —Bakura parpadeó, asimilando aquello y, con algo de miedo, miró de nuevo las feroces perforaciones en el cojín y tragó duro. Ryou luchó por no reír al olfatear su temor —no te preocupes, te prometo que no duele —presionó con sus dedos índice y medio en un punto específico —justo aquí, una zona libre de venas y tendones, es donde debe reposar nuestra marca —miró la zona con ojos nublados.

Bakura tragó en seco — ¿por qué no lo hiciste entonces?

Ryou lo miró directo a los ojos —porque no eres mi compañero —expuso con sencillez.

Bakura sintió que se le clavaba una daga caliente en el pecho. La respiración se le fue por unos instantes, incluso sintió como su ritmo cardiaco disminuía.

— ¿Qué…?

-o-

— ¿Cómo dices? —alcanzó a pronunciar de forma dolorosa, la garganta se le había secado de repente — ¿Yo no soy tu compañero? ¿Cómo me dices eso ahora? —Luego de quedar atónito, Bakura rápidamente pasó a la ira. Ryou ladeó la cabeza sin comprender su reacción —escúchame Ryou —le tomó del mentón de forma un tanto brusca mientras se erguía levantándolos a ambos. Ryou no pudo evitar jadear pues el miembro de su amante seguía enterrado en su interior —eres mío, aún más después de esto —expresó, con una seriedad de tumba —no dejaré que nadie más te toque de la manera en la que lo he hecho yo, nadie más puede poseerte, nadie más puede hacerte gemir o complacerte como lo he hecho yo —le plantó un furioso beso —me perteneces.

—Lo sé —respondió como si nada, para luego soltar una risilla ante la tez confundida de su amante —oh Kura, creo que me has malentendido —negó suavemente —quise decir que aún no eres mi compañero oficialmente —explicó —no puedo marcarte si no es así.

—Ahh…Pero… yo he usado tu collar antes ¿eso no cuenta? —tartamudeó esta vez, apenado por su arrebato de posesividad.

—No, porque no te la he ofrecido de manera formal —negó —además, tampoco puedo darte mi marca sin antes explicarte todo lo que conlleva eso.

La expresión apenada de Bakura no pudo ser más adorable. Desvió el rostro —lo siento, yo… eh, me pasé con lo que dije antes.

—Descuida Kura, fue mi culpa por no decírtelo apropiadamente —Ryou le acarició la mejilla —eres tu… la persona que es para mí y sólo para mí —recitaba con voz cálida —la persona a la que amaré como nadie más en el mundo —se acercó lentamente a su rostro —tu eres mi otra mitad.

—Me gusta cómo suena eso —sus labios se juntaron de forma tierna, acariciándose lenta y amorosamente. Al separarse para respirar el mayor notó la pesadez en los parpados del hanyou y la debilidad en su cuerpo, que se apoyaba casi por completo en él — ¿Ryou, estás bien?

— ¿Eh? —Ryou se enterneció ante la preocupación del chico —sí, descuida, solamente estoy algo cansado —sonrió apenas —en el primer apareamiento al estar en celo, el clímax drena casi toda nuestra energía —explicó algo apenado —creo que debo dormir un par de horas.

—En ese caso, descansa —lo acostó de lado, acomodándole una pierna de modo que no tuviese que salir de su interior, y lo acunó entre sus brazos —mi lindo conejito.

—Oye —le llamó en un susurro, con los ojos cerrados.

— ¿Qué? —respondió en un murmullo igual de bajo.

—Quiero… —Ryou se forzó a abrir los ojos para mirarlo, aunque sus mejillas se sonrojaron —ne-necesito que te quedes aquí… conmigo, mientras... ya sabes, estoy en celo —soltó — ¿no te pondrán problemas en casa?

Con una sonrisa coqueta, Bakura negó con la cabeza —Akefia estará varios días fuera de la ciudad así que no tengo ningún problema y no me importa faltar unos días a clase… aunque creo que, al menos, debería ir a casa por algo de ropa y algunas cosas.

Ryou sonrió suavemente —deberías aprovechar e ir ahora… porque te prometo que en cuanto recupere energías no vamos a salir de aquí, a menos que sea estrictamente necesario —expuso ahora con una expresión traviesa.

Conforme con aquella ‘amenaza’ Bakura besó su cuello —de acuerdo, iré en cuanto te duermas —empezó a deslizarse cuidadosamente hacia atrás para salir de su cuerpo.

Ryou se mordió los labios ante la sensación de vacío que lo embargo —las llaves están en una mesita cerca de la puerta, la de la entrada está marcada con una cinta azul —le explicó —lo que me recuerda ¿cómo entraste a mi cuarto? —recordó recién.

—Me salté el portón hacia el patio trasero —explicó.

— ¿subiste por el árbol?

—Exacto —el somnoliento hanyou sólo negó con una sonrisa—Anda, duerme, mi Ryou.

Amodorrado, el menor se movió para darle un último beso antes de caer dormido.

Al notar su respiración acompasada Bakura se permitió apreciar cada aspecto del hanyou durmiente: la sutil forma en que sus orejas se movían apenas cada tanto, el pequeño sonrojo que desaparecía lentamente de sus mejillas, su alborotado cabello que le cubría los hombros y parte de su espalda, unas cuantas gotitas de sudor que perlaban su cuello, el cual estaba -a su parecer, hermosamente- marcado por varios besos y chupones suyos, igual que su pecho, sus pequeños pezones sonrosados lo llamaban fuertemente a lamerlos y chuparlos pero se abstuvo para no perturbar el sueño de Ryou, su plano abdomen, sus caderas algo rojizas por los apretones y mordidas que le había regalado y luego sus estilizadas piernas, una de las cuales se encimaba gustosa sobre su cadera, impidiéndole la vista de su entrepierna, finalmente la larga cola blanca yacía inmóvil sobre la cama, con una forma parecida a un signo de interrogación.

Bakura sonrió plenamente al ser en verdad consiente de su puta buena suerte ¡Ryou le quería! ¡Era suyo y serían compañeros!
Pensó que, en su vida pasada, debió haber hecho algo jodidamente bueno en el mundo como para recibir tal recompensa. Es decir, estaba emparejado con un hanyou lindo, tierno, amable y adorable además de jodidamente sexy y caliente.

¿Qué más se podía desear en la vida? 

Soltó un suspiro ominoso dejó un suave beso en la frente de su dulce hanyou a la vez que le retiraba la pierna de su cadera para poder salir de la cama, cuidando claro de no despertarlo. Una vez en pie se subió el bóxer y acomodó su pantalón, dándose cuenta de que ni siquiera se había tomado el tiempo de quitárselo. Tomó su camisa, se la puso y guardó la chaqueta en su olvidada mochila; salió de la habitación de Ryou y bajó por las escaleras hasta la sala, mirado todo a detalle, recordando que la vez pasada apenas si había podido dar un pequeño y rápido vistazo.

Tal como había dicho Ryou, cerca de la puerta había una mesita pequeña con un llavero encima, dudó si debía llevárselo o solo tomar la llave de la puerta, pero resolvió que no había problema pues no tardaría mucho. Agarró el llavero y salió, procurando no hacer mucho ruido al cerrar la puerta y asegurarla; finalmente se encaminó a su casa.  

El sol estaba un poco fuerte para cuando salió así que nada más llegar a su casa tomó un baño y se cambió de ropa. Vació su mochila para guardar algunas prendas más allí, dudaba seriamente que necesitara más que un par de conjuntos tomando en cuenta cómo iba a pasar ese fin de semana, guardó su neceser y algunas cosas más y se planteó regresar enseguida. A ser sincero él también estaba un poco cansado así que se tumbó en su cama y se permitió dormirse un rato.

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—Bakura… Bakura —el albino se removió en su lugar al sentir que lo llamaban —Bakura.

—Mn ¿qué? —se dio la vuelta en la cama y se frotó los ojos, viendo a Akefia frente a él, lo que lo hizo espabilar de golpe —hermano… ¿qu-qué haces aquí? ¿No te habías ido?

—Ya me iba, estuve la mañana haciendo algunas diligencias —se explicó — ¿Qué haces aquí? No me digas que te saltaste las clases —dijo en tono de regaño, cruzándose de brazos con tez seria.

—No —mintió lo mejor que pudo —es que nos dejaron salir antes por una junta de maestros. Akefia arqueó una ceja pero optó por dejar el tema en paz —por cierto… —murmuró, llamando de nuevo la atención del moreno —voy… voy a pasar el fin de semana en casa de un compañero… porque tenemos un proyecto en parejas para la próxima semana… así que, si necesitas llamarme por algo mejor lo haces al celular —avisó.

— ¿Un proyecto? —Bakura asintió —de acuerdo, pórtate bien y no molestes en la casa ajena —advirtió, revolviéndole el pelo con una mano —yo me voy, cuídate mocoso —añadió con una sonrisa de lado.

—Tú también, idiota —le respondió con una sonrisa similar, dándole un suave golpe en el brazo derecho antes de levantarse para acompañar a su hermano a la puerta.

—Hey, Bakura —está vez lo sorprendió una voz femenina que venía cruzando por la esquina.

—Ah Izzy, hola —saludó a la pelinegra que le dio una sonrisa — ¿cómo estás? ¿Dabas un paseo? —se llevó las manos a los bolsillos del pantalón.

—Bien, gracias. En realidad estaba comprando algunos libros que me hacían falta —movió sus brazos, enseñando un libro escolar de química, otro de inglés y otro de historia; la pelinegra luego desvió sus ojos chocolate a la puerta abierta de la casa tras el albino — ¿visitas a alguien?

—Ah no, yo vivo aquí —aclaró, señalando con el pulgar derecho —mi hermano es quien se va de viaje —aclaró, al verla voltear hacia la motocicleta. Izzy se mordió el labio inferior al escucharlo.

—Bueno, me voy —justamente se escuchó la voz del moreno saliendo de la casa —ya sabes que hay comida para calentar en el refrigerador… oh, buenas tardes —parpadeó un poco al ver a la chica junto a su hermano.

—Bu-buenas tardes —tartamudeó la azabache, tratando de no sonrojarse —m-mi nombre es Isabella Shimizu.

—Akefia Thief —correspondió —es un placer —sonrió cordial.

—Sí que lo es —susurró.

—Disculpa las prisas, pero debo irme —el moreno se subió a su moto.

La pelinegra negó —n-no importa, yo igual debo ir a casa.

—Bien nos vemos después —se colocó el casco —hasta la otra semana Bakura, pórtate bien.

—Sí, lo que sea, largo —rodó los ojos en respuesta y vio la moto alejarse —bueno… ¿quieres que te acompañe a casa? —ofreció.

—Eres muy amable, pero no tienes que molestarte —le dio un guiño y se giró para regresar a su camino —salúdame a Ryou y los demás, nos vemos —sacudió su mano antes de desaparecer de su vista.

Bakura correspondió —bien, de ser así, será mejor que regrese con Ryou —se sacudió un poco el pelo mientras regresaba a su habitación para coger sus cosas e irse.

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Cuando volvió a casa del hanyou todo estaba tan silencioso como lo dejó, colocó de vuelta el llavero en la mesita y subió a la habitación esperando ver a su conejito durmiendo en la cama, pero esta estaba vacía, cosa que lo extraño — ¿Ryou? —no estaba dentro de la casa, eso era un hecho, porque de ser así habría ido a recibirlo ¿o quizás su pequeño travieso estaba jugando a escondérsele?

Sonrió al pensar en eso último y dejó sus cosas en el piso junto a la cama que ya estaba perfectamente arreglada, luego bajó de vuelta, revisó algunas habitaciones sin dar con Ryou y finalmente se le dio por salir al patio trasero; allí se encontró al hanyou flotando tranquilamente en una alberca que antes había pasado por alto al estar cubierta.

Caminó lentamente a la orilla de la alberca y se sentó de piernas cruzadas, contemplando con una sonrisa las pequeñas marcas rojizas que alcanzaba a distinguir en la blanca piel. Silenciosamente se subió las botas del pantalón hasta las rodillas para meter las piernas en el agua. Al más ligero movimiento Ryou se irguió con las orejas levantadas en su dirección.

— ¡Kura! ¿Hace cuánto llegaste? —exclamó, avanzando hacia él.

—Unos cinco minutos a lo mucho —respondió sencillamente, dándole una sonrisa y acariciándole los cabellos mojados una vez el menor apoyó ambos brazos a un lado suyo.        

—Lo siento, estaba distraído —agachó las orejas con una pequeña sonrisa.

—No importa, Ryou —Bakura le acarició la mejilla con una mano — ¿Dormiste bien? —el hanyou asintió, disfrutando de los suaves cariños de Bakura.

—Ven. Nada conmigo —tiró un poco del brazo ajeno.

—Amm, yo, no traje bañador.

— ¿Que importa? Solo sácate el pantalón —con una sonrisa pícara el menor deslizó lentamente sus manos al cierre de dicha prenda.

Bakura tembló, si Ryou seguía por ese camino...

—Ryou, para —dijo serio y Ryou no tuvo más remedio que obedecerlo, bajando las manos a los muslos ajenos.

El hanyou hizo un puchero — ¿No quieres nadar conmigo?

Bakura suspiró —está bien, ya voy —empezó a sacarse la playera, a lo que Ryou no perdió detalle de sus músculos tensándose y de su exquisito torso al descubierto. Otro poco más y el agua a su alrededor empezaría a burbujear.

—Kura —murmuró, apartándose cuando el otro hizo amago de levantarse.

Bakura se puso en pie para sacarse el pantalón y, tras quedarse en bóxer, saltó al agua. Nada más salir, sintió la cola del hanyou enrollarse en su cintura y el tibio cuerpo del mismo acurrucándose en su pecho. 

— ¿Ryou? ¿Te sientes bien?

—Por supuesto —ronroneó, acomodando su rostro en el hueco el cuello y el hombro de Bakura, a lo que el mayor sonrió, tomando un poco de agua en sus manos para dejarla caer sobre el cuerpo de su querido hanyou.

-o-

— ¿Entonces dices que se fue de emergencia? —preguntó Marik.

—Eso es lo que me dijo —respondió Yami, mostrándole el mensaje de Bakura en su teléfono —tiene algo que ver con que Akefia se fuera de viaje.

—Ya veo… bueno, tú le pasarás las lecciones —le dijo el moreno burlesco, llevándose las manos tras la cabeza.

Yami gruñó en respuesta —como sea, Yugi ¿nos vamos? —miró en dirección al hanyou tricolor que estaba hablando con Malik.

—Ah, sí, un momento —se excusó —lo siento —miró a Malik con ojos tiernos.

—Está bien, no te preocupes —le restó importancia el de ojos lavanda —ve y diviértete —le guiñó un ojo —yo me iré a mi casa —se acomodó la mochila a las espaldas.

—Bien, ten cuidado —le dijo con una sonrisa.

— ¿Te parece si te acompaño? —se ofreció Marik, llegando para rodearle los hombros con un brazo.

Malik se mordió el labio inferior mientras Yugi le dirigía una sonrisa felina con esa mirada de “tenemos que hablar” —e-está bien, gracias —sintió las mejillas enrojecer cuando notó que Yugi trataba de ahogar sus risillas —hasta mañana Yugi.

—Hasta mañana Malik —el kitsune se inclinó para dejar una ligera lamida en mejilla del tricolor antes de separar sus caminos, dado que Yami se lo llevaba a un centro comercial cercano.

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—Aun me sorprende un poco que a mi hermano le guste tu hermana —le dijo Marik divertido.

—Lo sé, lo mejor del caso es que a ella le interesa él —le regresó el menor.

— ¿Qué? ¿Lo dices en serio? —Marik lo miró con los ojos desorbitados, esa información era oro puro que le serviría para burlarse o manipular a su hermano mayor — ¿crees que debamos hacer algo al respecto?

—Sí ambos están destinados, eventualmente sucederá —dijo Malik con calma, para luego dibujar una sonrisa traviesa en sus labios —pero… puede que sea divertido jugar un poco a ser los ángeles de Charlie.

Marik rio con ganas ante esa respuesta, definitivamente ese chico le encantaba —Ne, Malik —el aludido volteó a mirarlo — ¿te apetece hacer algo? —dijo con voz insinuante.

— ¿Algo? ¿Cómo qué? —se mordió el labio inferior.

— ¿Jugar o ver películas, podríamos ir a mi casa, o tal vez a la tuya? —dijo en tono normal para luego encogerse de hombros —no sé, es viernes y mañana no hay clase.

— ¿Me estás invitando a una cita? —preguntó el menor entre coqueto y burlón.

Marik lo miró a los ojos con una sonrisa ladina —puede —respondió sencillamente.

—Mmm, vamos a tu casa —le dijo de una forma coqueta en que Marik supo, que si hubiese estado en su apariencia hanyou, le hubiese acariciado el rostro con la cola. Empezaba a conocer mejor a Malik y eso le encantaba.

Marik sacó sus llaves y abrió para dejar pasar primero a Malik y cerró tras de sí —deja tus cosas en el sofá —indicó mientras se sacaba la chaqueta del uniforme — ¿quieres tomar algo?

—Sí, gracias —dijo, imitándolo.

Marik entró a la cocina por lo que mientras, el menor se dispuso a curiosear la casa, dando con la puerta al patio trasero, por donde salió. La brisa fresca lo recibió meneando su melena ceniza a lo que el kitsune sonrió, cerrando los ojos para disfrutar mejor ese sencillo acto.

—Te encontré —le susurró Marik al oído, estando a pocos centímetros de su espalda y estirando una brazo frente a él donde le ofrecía un vaso con jugo de uva.

Malik lo tomó, girando la cabeza hacia él para darle una suave sonrisa —Gracias —tomó un sorbo —Tienes un aro de básquet —cabeceó hacia dicha estructura, colocada contra una de las cercas que delimitaban el patio.

—Sí, los chicos vienen a jugar a veces —respondió sin dejar de mirarlo — ¿sabes jugar?

Malik asintió —me gustan los deportes.

Marik sonrió en respuesta —bien, ya tenemos algo más en común —le guiñó un ojo, tomando de su propio vaso —el balón tiene que estar en algún lado de mi habitación ¿te apetece un partido uno a uno? —a Malik le brillaron los ojos —tomaré eso como un sí, ya vuelvo —se excusó, dejando su bebida en una mesita de jardín de madera clara rodeada de cuatro sillas.

Malik asintió y tomó asiento en una de las sillas, observando el cielo mientras terminaba su jugo. En un par de horas oscurecería... Aún tenía un buen rato hasta que su hermana saliese del museo.

—Lo encontré —Malik volvió la cabeza al escuchar el repique del balón —aunque le falta un poco de aire. Atrapa —con sus desarrollados reflejos, Malik sujetó el balón antes de que impactara en su pecho y vio a Marik acercarse con una bomba de mano —sujetalo un momento, por favor —Marik insertó la boquilla en un lado del balón anaranjado para luego empezar a bombear la manivela, hasta que consideró estaba suficientemente inflado —parece que ya est- ¡ah, rayos! —en un mal movimiento, Marik se tiró encima el resto del contenido de su vaso, que había dejado antes en la mesa, manchado parte de su playera. Malik trató de ahogar unas risillas —oh sí, muy divertido —rodó los ojos mientras maldecía internamente.

—Jeje, lo siento, pero admite que fue gracioso —le dio una inocente sonrisa.

Malik se tensó cuando vio a Marik llevar sus manos al espaldar de su camiseta y sus ojos no perdieron detalle de como el chico se la quitó. Si bien en la excursión había visto al otro en traje de baño, no pudo apartar la vista del trabajado abdomen; el jugo había traspasado la tela por lo que el vientre de Marik estaba algo húmedo y despedía olor a uvas.

Y a Malik le encantaban las uvas.

No pasó más de un segundo cuando las orejas y cola de Malik saltaron a la vista. El hanyou notó como sus garras y colmillos empezaban a alargarse.

Se relamió los labios, sabía lo que quería.

—Mmm ¿Malik? —el mayor lo miró algo extrañado por el cambio repentino. Estaba por pasarse la playera, ya arrugada en su mano, por el vientre para limpiarse, cuando el menor lo tomó de las caderas, dándole un suave jalón para que recostara la espalda al filo de la mesa a su lado. El balón cayó, rodando bajo la misma — ¿Qué haces, lindura? —añadió en un bajo tono juguetón.

Sin embargo, no pudo reprimir un jadeo cuando Malik se inclinó con los ojos entrecerrados y empezó a lamer suavemente cada parte de su abdomen que estaba humedecido, recorriendo a detalle sus abdominales con su tibia lengua.

Malik paseaba lentamente su lengua, degustando el dulce sabor del jugo junto con el de la cálida piel que se erizaba bajo su boca. Marik no dijo nada y simplemente lo dejó hacer, cerrando los ojos para disfrutar plenamente la deliciosa sensación que le provocaba ligeros espasmos y suspiros de placer a los que las orejas de Malik reaccionaban sacudiéndose, esperando oír más.

El mayor se mordió y relamió los labios, encontrándose a sí mismo deseando que Malik moviera esa traviesa lengua un poco más abajo, a una parte suya que amenazaba con despertar.
Sin darse cuenta llevó una mano a la cabellera del mismo color de la suya, pero, sin querer presionar al menor, la dirigió a la base de una de sus orejas, donde empezó a acariciar de forma suave con la yema de sus dedos.

Malik se estremeció ante las caricias, que propiciaron una respuesta directa en su cola, la cual se irguió repentinamente para luego empezar a balancearse con suavidad de un lado al otro.

Marik quiso reírse ante esa reacción, pero justamente las garras de Malik se presionaron cuidadosamente en sus caderas, provocándole a él también un nuevo escalofrío.

Recién entonces Malik se separó un poco del cuerpo ajeno, habiendo lamido ya todo rastro de la bebida derramada, miró hacia arriba con las mejillas apenas sonrosadas sólo para toparse con la ansiosa boca ajena que reclamaba la suya. No supo en que momento Marik tomó su mentón con una mano, pero sí sintió el tirón de su dedo pulgar que le obligó a abrir la boca para dar paso a una lengua igual de traviesa que la suya, que se dedicó a recorrer su cavidad antes de enredar a su compañera en una batalla sin tregua.

Marik soltó el mentón del menor para llevar las manos a sus costillas y levantarlo de la silla a la vez que se sentaba por completo sobre la mesa, para poder sentarlo a horcajadas sobre sí.

—Eres delicioso —le susurró lascivamente, cuando se separaron para respirar —y tan apetecible para mí —le lamió el labio inferior mientras bajaba una mano para acariciar la base de su cola.

Malik se relamió los labios con una expresión similar, soltando un pequeño gimoteo de gusto cuando lo sintió amasar con curiosidad y deseo su trasero mientras dejaba a sus garras resbalar suavemente por el atractivo torso expuesto —Marik…

—Mira como me has dejado, ángel —Marik lo embistió de forma contenida, presionando su trasero hacia abajo para que sintiera el bulto que había despertado en sus pantalones.

Malik se sonrojó ahora sí —tú te… por lo que yo hice? —tartamudeó un poco apenado.

— ¿Y cómo no? —Marik alternaba sus caricias entre la cola afelpada y las suaves carnes bajo el pantalón a lo que Malik solo podía jadear de gusto, removiéndose de a poco sobre él —esa lengua —le mordió el labio inferior —me provoca como no te haces una idea —le susurró, sabiendo que el menor podía escucharle a la perfección.

—Marik —susurró su nombre, mientras empezaba a lamer y mordisquear esta vez los hombros del mayor.

En respuesta, Marik movió la cabeza lo suficiente para atrapar una de las tiernas orejitas entre sus labios, la cual empezó a besar con devoción —Malik… ¿podrías… —tomó una de las manos del menor, arrastrándola entre sus cuerpos para dejarla justo sobre su erección.

El menor sufrió un sobresalto cuando sintió el falo duro y tibio bajo la tela del pantalón, empezó a frotarlo con timidez mientras soltaba jadeos al sentir la boca de Marik alternando sobre sus orejas, cosa que solo excitaba más al mayor. Cuando el kitsune soltó un gemido, sintió como el miembro de Marik palpitaba bajo su mano y supo que probablemente estaría doliendo ya de estar aprisionado bajo las capas de tela.
Se hizo un poco para atrás, lo suficiente para fijar la mirada en el pantalón y desabrochó el cinturón, sin atreverse a mirar a los salvajes ojos ajenos; bajó el cierre y, mordiéndose los labios, bajó el bóxer color crema, dejando libre la erección del otro.

—Marik —ahora con más curiosidad que pena, Malik rodeó el sexo ajeno con su mano, la cual empezó a mover suavemente de arriba a abajo.

—Ah, Malik —Marik se mordió los labios, era diferente sentir la mano de Malik trabajando sobre él que hacerlo por su propia mano, pero se sentí bien —yo… deseo que lo hagas con tu lengua —se atrevió a pedirle.

El menor se sonrojó con fuerza. Lo miró un segundo a los ojos y luego desvió la mirada, mordiéndose el labio inferior, de forma que dejó sus colmillos a la vista —yo… es que… nunca he… ah —empezó a balbucear rápido y apenado, sin darse bien a entender.

—Oye, no voy a obligarte —le dijo con voz suave, acariciando de nuevo sus orejas con una mano, dándole una sonrisa tranquilizadora.

—No, yo… amm, s-si se trata de ti… podría intentarlo —bajó la cabeza la cabeza, para que no viera sus mejillas arder.

Malik agitó su cabeza para luego empezar un camino de besos por su cuello, bajando por su pecho y abdomen hasta llegar a donde su mano aún sujetaba y acariciaba con ligereza el miembro duro, cuya punta empezaba a humedecerse. Marik apretó los puños tensos a la vez que veía a Malik volver a sentarse y, dudosamente, sacar la lengua, dando una pequeña lamida a modo de prueba.

Se estremeció con fuerza.

—Tiene un sabor peculiar —murmuró bajito, al sentir la gotas de líquido precum en su lengua, sin dejar de masturbarlo.   

—Malik, si no quieres hacerlo está bien —besó su frente.

—No he dicho que sea desagradable —le dirigió una mirada traviesa, y sin apartar sus ojos de los ajenos, abrió la boca para empezar a cubrir con esta el miembro de Marik.

— ¡Oh, Malik! —gimió el otro al sentirse acogido en la humedad y tibia cavidad.

Las orejas de Malik se agitaron, definitivamente quería oír más su nombre en ese tono de boca de Marik.

Aun sin saber muy bien cómo debía hacerlo, Malik probó a mover su cabeza de adelante hacia atrás en un suave vaivén, teniendo sumo cuidado con sus colmillos y adentrando de poco en poco más del miembro de Marik en su boca, ya que hasta ahora solo había cubierto la mitad.

El mayor, por su parte, trataba de contener el movimiento instintivo de sus caderas que lo incitaba a coger la cabeza de Marik y embestir fuerte contra su boca. Su pequeño kitsune estaba tratando de complacerlo y el hecho de que sus lindos ojos no dejaran de mirarlo en ningún momento solo lo hacían perder más y más la cordura... Por un momento se preguntó si el hanyou esperaba que él dijese algo.

—Ahhh... Así Malik, lo haces muy bien —lo felicitó con su voz ronca por el placer, llevando ambas manos a acariciar dulcemente las orejitas que se sacudían a cada palabra o exclamación suya —mueve la lengua, pequeño —indicó.

Malik ladeó un poco la cabeza — ¿Mmm? —su sonido de curiosidad hizo vibrar su garganta, haciendo a Marik temblar, al igual que la nariz de Malik al sentir una nueva ráfaga del aroma de su deseo golpear su olfato. Él también estaba excitado y empezó a acariciarse a sí mismo por encima del pantalón mientras trataba de hacer lo que Marik le había pedido, rodeando con su lengua el miembro ajeno a la vez que movía su boca.

— ¡Oh... Justo así! Mhg —Marik cerró los ojos con fuerza al sentir como el placer se acumulaba en su vientre bajo, listo para estallar en cualquier momento —ya casi —murmuró en un jadeo.

Malik empezó a emitir unos pequeños sollozos caninos, un quejido particular de los zorros que hizo vibrar su garganta, pues había notado que aquello parecía gustarle al mayor.

Y eso le hizo perder la cabeza a Marik — ¡Ahggggg! —con cuidado apartó la cabeza del kitsune al sentir su orgasmo inminente.

Malik lo miró curioso por su acción, pronto cerró un ojo al sentir la cálida sustancia blanquecina caer en su rostro y cuello, por la sorpresa incluso detuvo su propia mano — ¿eh? —con sus dedos recogió gran parte de aquello, mirándolo con curiosidad.

—Eso fue delicioso, ángel —le dijo con la respiración agitada — ¿Qué pasa? ¿No me dirás que nunca te habías masturbado o sí? —dijo al verlo mirar con insistente curiosidad su semen.

—No es eso... Pero, cuando lo hago es en el baño, así que el agua se lo lleva de inmediato —explicó antes de relamer sus labios, recogiendo un poco que había en la comisura de los mismos; Marik fue testigo de cómo los tiernos ojos lilas se nublaron un poco antes de empezar a lamer lo que había en su mano, cosa que lo hizo sonrojar.

—Ven aquí —Marik lo instó a ponerse en pie.

— ¿Qué pasa? —preguntó el menor, antes de sentir una de las manos de Marik forzando su pantalón mientras que la otra le acariciaba los glúteos.

—No es justo que solo yo me haya corrido —le dijo con voz traviesa, besando una de sus orejas mientras terminaba de remover las prendas lo necesario para dejar el sexo del hanyou al descubierto.

Malik tembló al sentir la brisa fresca rozar su piel caliente —Marik… no es —estaba avergonzado, nunca antes nadie le había tocado de forma tan íntima.

—Claro que sí —Marik besó su mejilla antes de lamerla, como el chico había hecho más temprano con él; al mismo tiempo que buscaba juntar sus miembros para empezar a frotarlos juntos, pues él aún seguía semi-erecto —ven aquí, mi lindo angelito.

— ¡Mgh, Marik! —el menor se sobresaltó al sentir las caricias ajenas, sus mejillas se sonrojaron más mientras se inclinaba, en busca de los labios de Marik.

—Eso es lindura, disfruta del placer —Marik esperó a que el kitsune le lamiera los labios tímidamente para apropiarse de su boca mientras con la mano libre le acariciaba al cintura, incitando a que dejara sus caderas moverse libremente al ritmo que su cuerpo deseara —no te contengas —buscó su oreja en cuanto se separaron para respirar —deja que te dominen tus instintos… no creo que eso sea nuevo para ti.

—Baka —le regresó en un jadeo. Marik tomó su mano para hacer que volviera a rodear su mano mientras que él hizo lo mismo con el menor — ¡Agh! Más rápido… —susurró.

—Así Malik, pide lo que te gusta —Marik meció sus caderas contra la mano de Malik mientras aceleraba el ritmo de la propia.

El menor cerró los ojos, agachando un poco la cabeza —puedes… acariciar mis orejas de nuevo —le pidió, inclinando las orejas hacia él.

Marik soltó la cintura del kitsune para llevarla a su cabellera y hacer lo pedido, acariciando la oreja izquierda a la vez que succionaba con su boca la punta de la derecha.

Malik aulló de placer.

—No puedo… más —y con ese ahogado jadeo se corrió en la mano de Marik, temblando por los espasmos de su orgasmo a la vez que se reclinaba para apoyarse en el mayor, quien terminó pocos segundos después —Mmmm —gimoteó suavemente, complacido.

—Ven, anda —Marik se acomodó la ropa y movió a Malik entre sus brazos para sentarlo de lado sobre su regazo, permitiendo que reposara y se acurrucara en su pecho — ¿te gustó lo que hicimos? —preguntó contra su pelo, respirando pausadamente el delicado olor a caramelo del mismo.

—…Sí —admitió algo sonrojado, pero con una sonrisa complacida en el rostro, a la vez que movía su cola algo despeinada para colocarla sobre su regazo y dejar que las puntas acariciaran tenuemente un brazo de Marik —nunca había hecho algo como esto.

—Bueno… a partir de ahora, cada vez que quieras jugar recuerda que me tienes a mi —besó su frente.

Malik se revolvió un poco, para mirarlo a los ojos — ¿Marik?

— ¿Quieres ser mi novio?

El menor le dedicó una bella sonrisa —sí quiero —y lo besó.   

Continuará….

             

Notas finales:

Listo, ya puedo concentrarme en mi -horrorosa- semana de parciales sin preocupación alguna con este cap subido.
A todas las que estaban con el corazón en la garganta tras las palabras de Ryou, espero que hayan descansado un poquito xD -soy malota, lo sé-

Feliz Semana!!!

Los quiere mucho, Dany Neko

Ja ne~nya! 


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