Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Ni Yugioh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen

 

 

 

.

 

 

 

.

 

 

 

.

 

Enjoy

—Bueno… a partir de ahora, cada vez que quieras jugar recuerda que me tienes a mi —besó su frente.

Malik se revolvió un poco, para mirarlo a los ojos — ¿Marik?

— ¿Quieres ser mi novio?

El menor le dedicó una bella sonrisa —sí quiero —y lo besó.

-o-

—Tenías razón, las hamburguesas aquí son deliciosas —le sonrió Yugi a Yami. Ambos caminaban tranquilamente por los pasillos del centro comercial luego de haberse ido de la plaza de comidas.

—Me alegra que te gustara Yugi —le sonrió de regreso — ¿qué quieres hacer ahora?

—Mmm, no sé —el hanyou recorrió con sus ojos amatistas las tiendas a su alrededor, hasta que vislumbró un grupo de gente amontonándose afuera de una tienda de electrodomésticos, hacían tanto ruido que no podía entender ni una frase completa — ¿qué será eso?

— ¿Vamos a ver? —sugirió Yami.

—Sí —el neko se sobresaltó un poco cuando el otro tomó su mano para acercarse a la multitud.

— ¡Pásele, pásele, adelante! ¡La pareja que sea capaz de completar el reto serán los afortunados que podrán probar los juegos de 'One, Two, Switch' para la nueva consola de Nintendo que saldrá a la venta el próximo mes!   

— ¡¿La Switch?! —exclamaron a coro los tricolores, con los ojos brillantes. Luego se miraron entre sí y rieron por sus reacciones. Realmente a ambos les gustaban mucho los juegos.

— ¿Quieres intentarlo? —ofreció Yami, llevándose las manos a los bolsillos.

— ¡Sí, vamos! —Yugi lo jaló del brazo y se acercó al hombre que estaba promocionando el evento — ¿podemos entrar?

—Claro que sí, hijo ¡ya tenemos dos participantes más! —anunció el hombre —creo que ya podemos dar comienzo al juego.

Los participantes que estaban esperando celebraron y los espectadores curiosos se arremolinaron más. A los tricolores los llevaron a unas mesas ya preparadas donde había una base de aluminio y una caja.  

El hombre explicó de qué iba de juego, tenían 40 minutos para armar un complejo rompecabezas tridimensional en la base que tenía tan solo una pieza, la cual les permitiría empezar a encajar las demás, que estaban en la caja. Cada caja tenía un rompecabezas diferente, pero todos tenían la misma cantidad de piezas. Las parejas se sentaron frente a frente en las pequeñas mesas y se colocó un cronometro, esperaron a que sonara una pequeña chicharra para abrir la caja y comenzar a armar el rompecabezas que les tocaba.

Los bordes peculiares de las piezas le recordaron a Yami a las líneas que adornaban la pirámide que era el collar de Yugi y sintió un ligero pálpito en su pecho, pero lo apartó para concentrarse en el reto que tenía en frente, recibiendo la tierna sonrisa del pequeño neko.

—Podemos hacerlo —lo alentó el oji-amatista.

—Claro que podemos, tú y yo —le miró el mayor con ternura en los ojos.

-o-

—Mghhh, Bakura… ah! Basta —Ryou no podía controlar los espasmos en su cuerpo mientras Bakura lo tenía acorralado contra una de las paredes de la piscina, sujetándole las manos contra la misma, y lamiendo su cuello como si fuera su dulce favorito.

—Calla —Bakura había notado lo sumiso y obediente que se había vuelto Ryou desde esa misma tarde, parecía ser que el celo de los hanyou les alteraba más que solo las hormonas.

Purrrr —ronroneando, Ryou levantó las piernas y rodeó con ellas la cintura de Bakura para presionarlo más contra su cuerpo.

El calor del mayor en contraste con la fresca agua de la alberca le traía sumamente sensible, sentía deseos de deslizar sus garras por la espalda ajena, pero sus muñecas estaban aprisionadas y aunque no tendría ningún problema en soltarse o someter al mayor, le encantaba esa sensación de estar a la expectativa de lo que Bakura haría con él, de dejar su propio placer en manos del deseo y la curiosidad del humano que ahora mismo lo estaba haciendo hervir de necesidad.

—Dices que me detenga, pero mira cómo te gusta —descaradamente, Bakura movió sus caderas, frotando ambas erecciones bajo las prendas mojadas. Ryou gimió ahogadamente —ni siquiera te importa que estemos en la piscina ¿quieres que te tome aquí? —le susurró provocativamente, dejando el pálido cuello sólo para lamer una de las largas orejitas blancas.

— ¡S-Mghhh! —Ryou ni siquiera pudo contestar a eso cuando la cálida lengua acarició sus orejas, su empapada cola -que estaba enrollada en su propia cadera- se enroscó instintivamente en el brazo de Bakura mientras arqueaba la espalda cuanto podía.

— ¿Sí? ¿Quieres que lo hagamos aquí, Ryou? —volvió a decirle, tentador.

—Sí, lo quiero —respondió antes de mover la cabeza, para poder estamparle un necesitado beso salvaje a Bakura.

Sin cortar el desaforado beso y aun con el hanyou aferrado a él, Bakura lo separó del borde de la piscina para caminar hacia donde ésta era menos profunda, una pequeña escalinata que descendía desde el piso del patio hasta la propia alberca. Allí se arrodilló, dejando a Ryou sentado en la segunda escala, por lo que el agua le llegaba a la mitad del vientre al hanyou.

—Date la vuelta, de rodillas —le indicó apenas se separaron para coger aire. Se pasó la lengua por el labio inferior, cuya piel casi fue rota por los mordisqueos del usagi-neko, como adoraba a su apasionado conejito.

Ryou obedeció de inmediato, dándose la vuelta para poder apoyarse en manos y rodillas sobre los azulejos que tapizaban la piscina; quedando en cuatro frente a Bakura, meneó su cola frente a su entrada, como tentando al mayor.

—Pequeño travieso, ven aquí —Bakura se arrodilló tras él y tomó con sus manos el borde del bañador mientras se inclinaba para pegar su pecho a la espalda del hanyou — ¿te he dicho cuanto me encantas? —le susurró al oído para luego acariciar lentamente la oreja blanca con su lengua mientras deslizaba hacia abajo la tela impermeable.

—No me importaría si me los dices todos los días —le susurró de regreso el hanyou en un suave gemido ronroneante al sentir la dulzura con que Bakura acariciaba sus glúteos —prrrr ¿qué haces? —tembló al sentir que Bakura acariciaba su entrada con dos dedos.

—Tranquilízate, mi conejito —mordisqueó suavemente la punta de su oreja —apenas estamos empezando —con toda la paciencia del mundo, retiró sus dedos y los remplazó con su miembro, empezando un ligero empuje hasta que se introdujo lentamente, sosteniendo las caderas de Ryou para que este no se moviera.

-o-

— ¿Crees que lo estemos haciendo bien? —dudó un poco Yugi, acomodando lo que parecía ser la mandíbula roja de una criatura con forma de serpiente.

—Desde luego, todas las piezas están encajando de forma adecuada —le respondió Yami, colocando una segunda ala —aunque admito que es un rompecabezas… peculiar — ¿acaso ese ser tenía dos bocas? Las hilera de dientes de tiburón le daban un aspecto muy raro — ¿es un dragón?

—Eso creo —Yugi colocó una pieza azul con forma de joya que estaba en la frente de la que parecía ser la segunda cabeza —un dragón rojo… ¡mira Yami, creo que ya está completo! —Yugi deslizó un dedo por el alargado cuerpo rojo que trepaba en espiral alrededor de la base donde armaron el rompecabezas.

El aludido lo analizó con la mirada, no faltaba ninguna pieza y todo parecía encajar perfectamente —tienes razón Yugi.

Al terminar de armar el rompecabezas debían anunciarlo tocando una pequeña campanilla que había en la mesa, ambos tricolores fueron a tocarla a la vez, provocando que sus manos se juntaran.

Un tenue escalofrío los recorrió. Yami miró a Yugi un tanto sonrojado y este solo le devolvió la sonrisa antes de tocar la campanilla.

— ¿Uh? ¡Parece que tenemos dos valientes concursantes que creen haber terminado el reto! —dijo el encargado —todos pongan pausa y veamos si es correcto —los otros concursantes se detuvieron, todos rezando porque los tricolores estuviesen errados. El hombre revisó el número en la caja y sacó de un sobre la imagen de cómo debía verse el rompecabezas una vez completado —hmmm, se ve bien —murmuró, dándole vueltas a la mesa para cerciorarse de que todo estaba donde debía desde todos los ángulos posibles —Paren todos los caballos ¡Tenemos ya al ganador! ¿O debería decir la pareja ganadora? —anunció.

— ¡Qué bien, Yami, lo logramos! —el neko rodeó la mesa para abrazar a su amigo.

El tricolor mayor se sonrojó al sentir los brazos del pequeño rodearle tan cálidamente, su corazón latía tan fuerte que ni siquiera oía los abucheos y maldiciones de los otros concursantes; le daba vergüenza saber que Yugi podía oírlo perfectamente, pero el joven hanyou no dijo nada al respecto, posiblemente lo atribuyó a la emoción de haber ganado el concurso.

— Pasen por favor —los invitó el hombre, extendiendo una mano hacia la puerta de la tienda —todo está preparado en la sección de videojuegos para que puedan probar la nueva consola. 

— ¡Genial! —de nuevo, Yugi tomó del brazo a Yami para halarlo suavemente al interior del local, mientras la gente empezaba a dispersarse. 

-o-

Malik botaba suavemente el balón anaranjado frente al aro de básquet en una posición ligeramente inclinado, entre medio estaba Marik en una posición similar aunque con los brazos un tanto abiertos, pendiente de los movimientos del kitsune en su frente.

No iba a dejarlo encestar.

Malik adelantó el pie derecho. Marik de movió hacia la derecha. La cola del kitsune acarició el lateral del rostro ajeno y Malik se empinó a darle un beso fugaz que dejó al mayor lo suficientemente aturdido para que el hanyou pudiese separarse, pasar a su lado izquierdo y arrojar la pelota que entró limpiamente en el aro.

— ¡Canasta! —celebró el menor, atajando de nuevo el balón.

Marik se giró a mirarlo mientras parpadeaba lentamente, asimilando lo que Malik había hecho.

—Ven aquí, tramposo —sin darle tiempo a escapar, lo rodeó con sus brazos desde atrás y lo levantó —eso no se vale.

—Todo se vale en el amor y la guerra —contradijo risueño mientras movía su cola, intentando hacerle cosquillas a Marik para que lo soltara.

Cosa bastante sencilla, tomando en cuenta que el moreno seguía con el torso descubierto.

— ¡He-hey! —se quejó, conteniendo las risas, y antes de soltarlo caminó hasta el césped que rodeaba la mini cancha de básquet con piso de cemento y tumbó allí a Malik, colocándose encima para acorralarlo.

Ambos soltaron la risa cuando estuvieron allí y se miraron a los ojos. Malik se abrazó a la espalda de Marik mientras que este acomodó el rostro entre el hombro y cuello del hanyou, aspirando suavemente el dulce aroma.

—Marik... —lo llamó en voz baja, deslizando sus garras por la espalda descubierta y dibujando figuras sin sentido.

—Dime —le respondió de la misma forma, depositando un beso en su hombro.

—Yo quiero... —Marik levantó al rostro al sentirlo tartamudear y lo miró curioso, Malik se sonrojó —yo quiero que tu… —le acarició suavemente el tórax con la cola —quisiera que uses mi collar de nuevo, pero está vez como símbolo de que, ya sabes, estamos juntos —se encogió al punto de que sus hombros tocaron sus mejillas, se notaba realmente tímido.

Marik sintió su propio rostro calentarse de solo verlo así, era tan adorable —me encantaría —el mayor tomó una de las manos de Malik, entrelazando sus dedos para luego llevársela a la boca y besar el dorso de la misma.

—Marik… te quiero —Malik se lanzó a besarlo con dulzura ¡Se sentía tan feliz! Nunca antes había tenido ese nivel de cercanía con un humano, sabía que Marik era especial y realmente deseaba estar a su lado.

—Mi pequeño zorro travieso —murmuró Marik entre besos, apropiándose de la dulce boca a la cual se declaraba adicto.

Las orejas de Malik empezaron a temblar de pronto en sacudidas esporádicas, escuchaba algo que le indicaba alerta pero, entretenido como estaba en la insaciable boca de Marik, lo dejó pasar, hasta que fue su olfato quien golpeó su sistema con un mazo que decía en letras rojas y mayúsculas “Precaución”.

Sus instintos actuaron por él.

Cuando se quiso dar cuenta había empujado al mayor, rodando hasta ponerse sobre él y luego se sentó a horcajadas de su cintura, tratando de evitar cualquier roce que pareciera incitante mientras trataba de procesar la información que sus sentidos le propinaban.

— ¿Qué pasa, lindura? —tumbado como estaba, Marik le dirigió una mirada pícara mientras deslizaba lentamente sus palmas por las piernas del kitsune.

— ¿Qué hora es? —el kitsune dirigió su mirada al cielo rojizo, bajando un poco el tono de voz.

—No lo sé ¿por qué?

—Se nos pasó el rato volando, tu hermano ya viene… ¡E Ishizu viene con él! —casi chilló en lo que volvía su mirada a Marik, solo para escandalizarse — ¡ponte un camisa! —reclamó, levantándose de un salto con el pelaje erizado.

Marik se levantó también, aunque con una expresión divertida —ya voy, ya voy —se dirigió a la puerta mientras el kitsune iba por el balón —pero ¿acaso no piensas decirle a ella?

—Aun no —sentencio el menor, suspirando profundo para asegurarse de que los fuertes olores que delataran su ‘jugueteo’ de hace una hora, se hubiesen desvanecido ya, por suerte esa tarde había una ligera niebla y la humedad estaba en el ambiente.

Marik frunció el ceño mientras iba a su habitación a por una playera. Malik retomó el botar del balón mientras miraba distraídamente al cielo —hoy lloverá fuerte —murmuró a la nada, escuchando los pasos de Marik regresando y el movimiento de la tela mientras se cubría el torso, además de las llaves en la cerradura de la puerta principal “¡¿Qué estoy haciendo?!” se dijo a sí mismo mientras sentía la mano de Marik acariciar su cola. De un pequeño sobresalto hizo desaparecer su cola y orejas — ¡Vamos Marik, te toca!

El aludido lo miró extrañado cuando elevó el tono de voz, pero inmediatamente lo comprendió a escuchar pasos acercarse —muy bien, vas a ver cómo se juega…

—Marik, estoy en casa —se anunció Odion, llegando a la puerta —oh, no sabía que traerías invitado.

—Buenas tardes —saludó Malik con una pequeña sonrisa, inclinando la cabeza.

—Malik ¿Qué estás haciendo aquí? —Ishizu llegó más atrás de Odion mirando a su hermano menor con genuina confusión.

Malik se llevó una mano tras la nuca —bueno, Ryou no fue hoy a clases y Yugi tenía cosas que hacer, así que iba a irme a casa cuando Marik me invitó a jugar —dijo con inocencia.

—Yo iba a acompañarlo a su casa, pero nos entretuvimos tanto que se nos olvidó la hora —lo apoyó Marik, arrebatándole el balón para hacerlo girar sobre su dedo índice.

—Tienes razón, llevamos tanto tiempo jugando que ya olvidé cuantas canastas lleva cada quien —añadió el menor.

—Sí, solo sé que yo voy ganado —se rio Marik.

—Eso no es verdad —Malik le volvió a quitar el balón, dándole un empujón con la cadera —yo voy ganando —le guiñó un ojo, sacándole la lengua.

—Claro que no —Marik se le abalanzó, tratando de quitarle de nuevo el balón pero el menor lo esquivó y pasó de largo, de nuevo hacia el aro para encestar — ¡Me las cobraré, Malik!

Ishizu y Odion solo se quedaron perplejos, viendo a sus hermanos jugar como amigos de toda la vida.

-o-

— ¡Uno, dos, switch! —dijeron al mismo tiempo los tricolores mientras salían de la tienda.

— ¡Eso fue realmente divertido! —dijo Yugi, levantando ambos brazos —no puedo esperar a que salga a la venta esa consola —añadió emocionado.

—Sí, pero tiene muy pocos juegos para el lanzamiento —contradijo Yami, levantando el dedo índice mientras que la otra mano estaba en su bolsillo —esperaré a que salga más variedad para encargarla. 

—En eso tienes razón, pero aun así sigue siendo una excelente consola de juegos —acotó —os mandos son cómodos y la pantalla se ve bien, el sistema corre los gráficos de forma fluida y la duración de la batería es buena.

—Vaya, eres muy detallista, se nota que te gusta mucho este tipo de cosas —le dijo Yami, mientras caminaban de vuelta por los pasillos del centro comercial.

—Es lo que tiene estar en la cadena familiar de Industrias Ilusión, pero aun así, amo los videojuegos —le sonrió el neko.

Yami miró su celular para distraerse un poco del adorable pequeño tricolor —aún es temprano ¿quieres hacer algo más?

Yugi desvió la mirada a unos cartelones que había colgando del techo alto — ¿qué te parece si vamos a ver una película? —propuso el hanyou.

—Suena bien para mí, Yugi, vamos —esta vez fue el oji-vino quien lo tomó de la muñeca para llevarlo al piso donde estaba el cinema. Yugi se dejó llevar entre risillas.   

~Dos horas después~

—Estuvo muy bien ¿no lo crees? —Yugi caminaba junto a Yami, con un batido grande -que había comprado para acompañar las palomitas- casi vacío en manos. Salían al final de todos los espectadores, por el pasillo que los llevaría fuera del cinema

—Sí, y creo que tendrá secuela.

—El final fue muy abierto como para no tenerla —estuvo de acuerdo el oji-amatista, de pronto Yugi se estremeció.

— ¿Ocurre algo malo? —Yami se detuvo, mirándolo con atención.

—No, bueno, yo… está lloviendo fuera —explicó el hanyou —y parece que será una larga tormenta —expresó con preocupación.

—Oh… lo siento Yugi —Yami pensó que el neko se molestaría con él por haber sido atrapado por la tormenta fuera de su casa.

— ¿Por qué te disculpas, Yami? —le miró confuso.

—De no ser por mí, estarías tranquilo en tu casa sin tener que preocuparte de la lluvia.

Yugi le sonrió condescendiente —sí, estaría en casa, sólo y aburriéndome como una ostra —acotó —Yami, ha sido una tarde genial, de verdad que me he divertido mucho contigo, así que no te disculpes por nada… yo sólo…

— ¿Qué pasa?

Un trueno resonó tan fuerte que incluso dentro del corredor Yami pudo escucharlo a la perfección. También escuchó el maullido lastimero de Yugi quien se hizo bolita donde estaba, cubriendo con su manos ambas orejas negras las cuales -al igual que su cola- saltaron por el susto que se llevó.

— ¿Yugi? —Yami miró a su alrededor y se apresuró a sacarse la chaqueta para colocarla sobre el menor, viendo que cubriera por completo sus apéndices.

—Ah, yo… lo siento —se disculpó, levantándose con ayuda de Yami —me-me dan miedo las tormentas eléctricas, no soporto los rayos, truenos o centellas —explicó avergonzado.

—Está bien, todos le tienen miedo a algo —lo consoló — ¿podemos hacer algo con tus orejas? Recuerda que aún estamos en el centro comercial.

Yugi cerró los ojos, tratando de ocultarlas pero fue inútil, todo su pelaje estaba erizado debido a la electricidad en el ambiente —no puedo cambiar —susurró.

—Está bien, puedes usar mi chamarra pero déjame acomodarla bien —gracias a la forma del cabello de Yugi, Yami no tuvo problema en acomodar la tela de forma que las orejas no se notaran —tu cola…

—Con esto bastará… espero —Yugi enrolló su cola en su propia cadera, simulando un cinturón.  

—Yo también —Yami le pasó un brazo por sobre los hombros a Yugi —salgamos de aquí, tal vez hallemos un taxi en la entrada.

—Sí Yami —el menor solo se dejó hacer.

Hacía tiempo que no se sentía así de ¿consentido?
No lo sabía con exactitud, pero sí sabía que le encantaba el trato de Yami.

-o-

—Entonces ¿cerraron temprano? —preguntó Malik.

—Sí, la próxima semana tendremos nuevas excursiones, hay que preparar todo —le explicó su hermana —gracias Odion —la morena le sonrió al recibir un vaso de jugo de uva.

Malik y Marik, que estaban sentados en otro sofá, tragaron en seco.

— ¿Algún tema en específico? —curioseó Marik. Ishizu les tendió un par de hojas —Mmm ¿Qué es esto? —murmuró.

Malik se inclinó junto a él para leerla —“Una noche de luna llena las doncellas celestiales la vistieron con el manto de plumas celestial para llevarla a la luna” —leyó —he escuchado esto antes…

—Claro, es del Cuento del Cortador de Bambú —le hizo ver Marik.

—Es cierto, La Leyenda de la Princesa Kaguya, la Doncella Luna —recordó el Kitsune.

— ¿Saben algo al respecto? —preguntó la pelinegra, mirándolos con curiosidad.

—La escritora Murasaki Shikibu dice que El Cuento del Cortador de Bambú es el más antiguo de todos, la madre de todas las historias —recitó Malik, lo que había oído decir a su profesora de Historia Japonesa.

—Está considerado un clásico entre clásicos —apoyó Marik.

“¿De qué me sirve el secreto de la inmortalidad si nunca volveremos a vernos y paso mis días derramando tantas lagrimas como para flotar sobre su estela?” —volvió a leer Malik —este es un poema que el emperador le escribió a la princesa, tiempo después le ordenó a sus sirvientes que quemaran la carta junto con el elixir de la inmortalidad en la cima de la montaña más alta de Japón, la Montaña Sugura —recordó el hanyou —desde ese momento a la montaña se le conoció como ‘Fuji’ que significa ‘Inmortalidad’ 

—De algo sirvió dedicarnos tanto a ese tonto reporte… —Malik le siguió en las risas tras ese comentario —Esto es puro folclor japonés —añadió, mirando de nuevo las hojas — ¿qué no era un museo egipcio? 

—Que la exhibición principal sea del antiguo Egipto no significa que no sea un museo versátil —lo regañó su hermano.

Marik levantó las manos en señal de paz.

Malik lo miró con una pequeña sonrisa — ¿podemos ir cuando esté listo? —le preguntó a su hermana —a ver la exhibición no a trabajar como la vez pasada —añadió con un puchero.

Ishizu y Odion compartieron unas risas cuando Marik apoyó el comentario del Kitsune.           

Continuará....

Notas finales:

*levanta las manos antes de que la cubran con tomates podridos, chanclazos y ¿eso era un taco dañado?* Lamento la demora, me quedé un poco trabada con este cap, pero la maravillosa imagen de mi muy querida amiga Viki me dio pie a muchas escenas ^^

Por fin puedo actualizar ¿qué les parece el cap? Espero les haya gustado
^^

¡¡Feliz Semana Santa~nya!! ^^/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).