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La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Yugioh! Ni ninguno de sus personajes me pertenece.

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Cuando Seto se dio por vencido con el jodido ensayo desvío la mirada a donde los menores jugaban tranquilamente, Mokuba le enseñaba a Serenity las bases de 'Monstruos Encapsulados' sin tomar en cuenta la tormenta de fuera... o la que azoraba su mente tras lo ocurrido con Joey.

 

Mientras trataba de distraerse con los infantiles jugueteos notó como el frío comenzaba a hacer mella en sus cuerpos; pequeños escalofríos, roces ocasionales de manos y la piel erizada.

Decidió entonces levantarse e ir a la cocina donde mandó a servir cuatro tazas grandes de chocolate caliente, tomó tres en sus manos y la otra se la dejó a una de las mucamas para que lo subiera a la habitación de Joey, con las otras en manos se regresó al salón para darle una a cada niño y quedarse con la otra, sentándose en un cojín cerca de ellos.

 

—Gracias, nii-sama —sonrió Mokuba, tomando un trago del dulce líquido que le calentó rápidamente la garganta.

 

—Muchas gracias, Seto-san —dijo educadamente la castaña, dedicándole una hermosa sonrisa y soplando un poco su taza antes de dar un pequeño sorbo que provocó un tierno rosa en sus mejillas.

 

Seto le regresó una pequeña y rápida sonrisa a la niña, no cabía duda alguna que era familia de su chico, esa sonrisa la delataba.

 

—Serenity —la llamó luego de unos segundos de observarla en silencio, meditando lo que quería decir —sobre tu viaje con Joey el mes pasado...

 

— ¿si dígame?

 

— ¿podrías contarme un poco de cómo les fue? Joey no ha querido hablar mucho sobre ello y tengo curiosidad —pidió de manera gentil, como siempre que se dirigía a la niña, ladeando la cabeza con gesto de inocente intriga.

 

Serenity sonrió, eso era algo que podía hacer. Se removió en su lugar y miró de frente a su cuñado mientras pensaba como comenzar su relato.

 

—Bueno, nuestro padre dijo que era un buen momento para que pasáramos tiempo de calidad con nuestros primos lejanos así que nos mandó a Joey y a mí con los hijos de unos primos suyos a una casa de verano que tienen en una zona rural a unos kilómetros de Yokohoma —Seto asintió para que la niña continuara —contándonos a mi hermano y a mi éramos 7 primos allí, al cuidado de mis tíos: tres chicas y cuatro chicos —rememoró —la casa era hermosa y grande, como una cabaña enorme. A los chicos les encantaba ya que el patio trasero daba a una especie de bosque por lo que podían corretear y jugar sin preocuparse de cubrir su apariencia natural. Solo había un chico y una chica humana aparte de mi pero aun así mis tres primos se la pasaban con Joey en el bosque mientras que nosotras nos quedábamos más cerca de la casa, la mayoría del tiempo —Serenity ahogó unas risillas —mi hermano parecía que tomara café y azúcar todos los días pues se la pasaba en movimiento desde que se levantaba hasta que oscurecía y aun así se veía reacio a dormir, parecía que le incomodaba quedarse en su recámara y una noche que me levanté por agua lo escuché gruñir y quejarse en su cuatro, creo que no podía dormir, me pareció escucharlo quejarse del calor —añadió lo último de forma inocente y distraída, llevándose una mano al mentón.

 

Seto por su lado desvió la mirada, sabiendo mejor a lo que la chica se refería.

Mientras Joey estaba jugando con sus primos podía controlar sus instintos, redirigiendo sus impulsos en actividad física continua; sin embargo, cuando ya era momento de dormir el celo hacia mella en su cuerpo, sabiendo lo que su instinto exigía aun cuando su compañero no estuviese cerca.

El calor y su lado animal lo debían de haber estado sofocando a sabiendas de que, de no estar allí, podría haber estado saciando sus necesidades y deseos más básicos junto a su compañero.

 

—Conocimos también a tres hanyou de otra familia que tenían una finca a pocas hectáreas de la cabaña —recordó ella —dos chicos y una chica. Hanyou de Tanuki* si no mal recuerdo —evocó —jugaron con nosotros, incluso se quedaron a dormir la segunda noche —Seto se tensó —fueron muy amables con nosotros, la chica y uno de los chicos incluso se ofrecieron a compartir dormitorio con Joey dado que él no quería irse a dormir.

 

Seto frunció el ceño "no estuve con nadie, a pesar de que tuve más de una propuesta para ello"

 

—Sin embargo Joey los rechazó amablemente, diciendo que no necesitaba su compañía para descansar o algo así —recordó la castaña.

 

Seto sintió el remordimiento picarle el pecho con un fuerte pinchazo ¿Cómo había podido desconfiar de su chico de aquella manera tan recelosa?

Joey tenía sus razones para estar tan enojado con él.

 

—Ya veo, parece que se divirtieron —comentó suavemente cuando se dio cuenta de que la chica lo miraba atenta y curiosa.

 

—Sí, fue estupendo —sonrió Serenity.

 

Seto se atrevió a acariciar suavemente la larga cabellera castaña de su cuñada, la cual sonrió, continuando con su chocolate. El oji-azul se levantó luego de dedicarle el mismo gesto a Mokuba y regresó a su sillón, resistiéndose de volver a intentar terminar el ensayo; esperó a terminar su propio chocolate para subir por las escaleras de regreso al cuarto que ocupaba el rubio, con un poco de suerte este habría dejado la puerta abierta tras recibir la bebida caliente.

 

Para su infortunio, no fue así.

 

Golpeó suavemente la puerta, escuchando a Joey preguntar quién era; no contestó sino que volvió al golpear la puerta con ligereza, rezando porque la lluvia fuese lo suficientemente intensa como para cubrir su aroma del fino olfato de su pareja.

 

A la tercera tanda de golpes descubrió que, o tenía razón, o Joey se había cansado de poner resistencia -hacerse el orgulloso- dado que quitó el seguro la puerta y con las mimas se regresó a la cama, aparentando ignorar por completo al castaño.

 

Seto entró a pasos ligeros, cerrando la puerta tras de sí —...Joey —le llamó de forma suave, dispuesto a arreglar las cosas.

 

—... —pero su novio no le hizo el más mínimo caso.

 

—Vamos Joey, tan siquiera mírame —insistió, sin embargo tampoco obtuvo una respuesta más allá del levantamiento de la cola de Joey en una posición tensa que delataba indignación. Ni siquiera sus orejas estaban giradas en su dirección, lo cual usualmente delataba cuando le estaba poniendo atención.

 

Seto se sentó entonces en la cama, a un costado de la cadera del rubio —no debí hablarte de esa manera ¿okay? —finalmente la oreja derecha de Joey giró hacia Kaiba, pero el castaño no se percató de eso —Joey, deja de ignorarme —gruñó el castaño, acercándose más a su novio, pero en vista de que este, ni caso le hacía, lo tomó bruscamente del hombro, volteándolo de espaldas a la cama y forcejeando hasta que logró sujetarle ambas manos por sobre la cabeza y colocarse encima de él, acorralándolo.

 

Joey emitió un continuo gruñido bajo, con la tez fruncida y enseñando los colmillos. A pesar de ser muy consciente de que Joey podría hacerle mucho daño si realmente se lo proponía Seto no titubeó en su postura.

 

—Joey, deja de ser infantil y por lo menos ponme atención cuando trato de hablarte —exigió el castaño, sin dejarse afectar por la agresiva reacción defensiva de su pareja.

 

— ¿Ahora yo soy infantil? Anda y vete por ahí, Kaiba —dijo sin perder aquel amenazador gruñido.

 

—Lo estás siendo porque no quieres escucharme —afirmó el mayor.

 

—Ya escuché lo que tenías que decir, está claro que no confías para nada en mi —expuso resentido —ahora suéltame y quítate de encima o no respondo de mí —advirtió.

 

— ¿Qué se supone que harás? —lo tentó Seto.

 

Y ese fue su error.

 

La cola de Joey se envolvió por detrás en la cintura de Seto y, con una envidiable facilidad, el inu-hanyou les dio la vuelta a ambos sobre la cama; aun sin necesidad de soltar sus manos, invirtió sus posiciones, acorralando ahora a Seto en la cama y liberándose con facilidad de su agarre.

 

Seto no pudo ocultar su cara de asombro, si bien era consciente de que los hanyou tenían habilidades superiores a las de los humanos, Joey nunca había hecho alarde de tal agilidad con él.

Cuando se peleaban, antes de ser novios, Joey siempre había demostrado una fuerza promedio a la de un adolescente humano -quizá solo un poco mejor que los demás- ahora le sorprendía descubrir que el rubio probablemente siempre se contenía con él.

 

—Escúchame bien, humano —Seto tembló, Joey nunca lo había llamado así —te daré un consejo de supervivencia: nunca provoques a un hanyou molesto —dijo en un gruñido más fuerte que antes, enseñando sus colmillos más alargados de lo usual. Seto notó que Joey temblaba levemente ¿se estaría conteniendo de hacer algo? El propio castaño tembló cuando la boca de Joey bajó hasta su cuello, pero el hanyou solo tomó entre sus dientes el dije que le había regalado al castaño, el símbolo de su unión. Seto temió que Joey fuera a quitárselo pero este únicamente lo levantó a la altura de sus ojos —tienes suerte de que seas mi compañero o solo sabía kami-sama lo que hubiera hecho —en un parpadeo Joey se había levantado de su postura, dirigiéndose a la puerta para abrirla, dedicándole a el castaño una última mirada de reojo —si llevarás la marca, seguramente te estuviera incomodando —murmuró más para sí, aunque Seto fue capaz de oírle.

 

Joey salió del cuarto y Seto se tomó un momento para sentarse correctamente sobre la cama, intentando regular su respiración. Llevó mano a su cuello mientras respiraba profundamente — ¿marca? —susurró confundido, volteando a ver su dije, las piedras que representaban los ojos del dragón estaban opacos.

 

-o-

 

En la casa Motou todo estaba a oscuras a excepción de la sala, donde la única luz era la que emitía el gran televisor al que los tres hanyou prestaban atención.

 

Yugi estaba sentado en el medio con un gran tazón de palomitas entre sus piernas, cruzadas al estilo indio; a su derecha Ryou estaba sentado con las piernas juntas hacia un lado y la cabeza recostada en el hombro de su primo; a la izquierda estaba Malik con una pierna cruzada sobre la otra y el brazo derecho sobre el respaldo del sofá.

 

En la mesita frente a ellos reposaban tres vasos de refresco y un botellón del mismo líquido.

 

A pesar de que la película era muy buena a opinión de los tres, Yugi desviaba cada tanto la atención a su teléfono, al parecer mensajeándose con alguien.

 

Nada más ni nada menos que con Yami.

 

Yami: entonces ¿qué tal estas pasando la tormenta?

 

Yugi: bien, estamos viendo una película.

 

Yami: genial, yo estoy jugando videojuegos con mi primo en mi habitación. Mis padres están abajo con su hermana.

 

Yugi: ¿tu primo?

 

Yami: sí, se llama Mahad. Es mayor que yo y él y su hermana menor están aquí porque sus padres viajaron a otra ciudad unos días.

 

Yugi: ya veo ¿te diviertes?

 

Yami: sí, es divertido jugar con él... Oye y ¿qué película ves?

 

Yugi: 'Como si fuera la primera vez'

 

Yami: oh sí, es una linda película.

 

Yugi: sí, opino lo mismo =)

Y ¿A qué juegan?

 

La siguiente respuesta tardó casi cuatro minutos en llegar.

 

Yami: Mortal Kombat (disculpa la demora, Mahad tomó mi teléfono y no quería dármelo, quería saber con quién 'hablaba tanto')

 

Yugi: está bien, tranquilo. Los dejó jugar entonces, hablamos al rato ;)

 

Yami: bien, disfruta el resto de la película ;)

 

-o-

 

—Yami, ya te toca —le avisaba un muchacho moreno de cabello castaño, lizo y algo largo.

 

—Ah, sí —algo distraído, Yami envió un mensaje y volvió a tomar el control para escoger a su personaje.

 

—Oye ¿con quién habas tanto? —le consultó mientras ambos apretaban los botones de los mandos con rapidez.

 

—Ah, con un amigo, compañero de clases —explicó concentrado en el combate.

 

— ¿Joey? —probó Mahad.

 

—No —contestó simplemente el tricolor.

 

— ¿Bakura? —preguntó esta vez con algo de burla.

 

Yami soltó un sonido entre bufido y risa —para nada —se distrajo un momento a ver su teléfono, creyendo que había vibrado un nuevo mensaje.

 

Cosa que Mahad aprovechó para hacerle un golpe definitivo.

 

— ¡Ey!

 

—Eso te pasa por no prestar atención —se encogió de hombros para luego quitarle el teléfono de la pierna con facilidad.

 

—Mahad, regrésamelo —se quejó Yami, intentando recuperar su móvil.

 

—Veamos quien es la persona que te distrae —Mahad se levantó para evadir a Yami y, aunque este también se puso en pie, el moreno era más alto por lo que se la puso difícil.

 

—Así que se llama Yugi —musitó, buscando la foto de contacto del chico —vaya, se parece un poco a ti.

 

—Mahad, basta. Ya dámelo —se quejó de nuevo, haciendo lo posible por recuperarlo pero el mayor no se lo dejaba fácil.

 

— ¿Tienes más fotos de él? —Mahad iba dando giros y saltos por el cuarto para evadir a Yami — ¡Vaya! Pero si le has tomado algunas fotos a escondidas —río sorprendido al ver unas tres fotos de Yugi, donde era obvio que el menor ni sabía que estaba siendo fotografiado.

 

Ruborizado, Yami se alegró de no haberle tomado ninguna en su forma hanyou... aun.

 

— ¡Mahad! —gritó exasperado.

 

—Oh vamos, solo estoy ju... —el castaño reparó en el sonrojo de su primo menor —oh Yami... no me digas que ese chico te gusta —exclamó con una sonrisa pícara.

 

Yami gruñó, dando un salto para recuperar finalmente su celular — y si fuera así ¿qué? —dijo a la defensiva.

 

—No es nada malo, no te molestes —lo calmó, sentándose de nuevo frente a la consola —o sea que sí te gusta —afirmó.

 

Yami solo desvío la mirada, mordiéndose el labio inferior sin decir nada.

 

—Tomaré eso como un 'sí' —rió —oh mi Ra, Mana chillaría.

 

— ¡No se lo digas! —reclamó el oji-vino —no se lo digas a nadie —insistió con el ceño fruncido.

 

—De acuerdo, de acuerdo —lo calmó —y... ¿ya se lo has dicho?

 

— ¡Mahad! —chilló apenado —no, no se lo he dicho —respondió, luego de haber contestado el último mensaje de Yugi.

 

— ¿Y a qué esperas? ¿A que otro u otra se te adelante? —le presionó, retomando el juego.

 

Yami se tensó, mandando un último mensaje —es que... aun no tenemos mucha confianza —respondió —lo transfirieron a la escuela este semestre así que solo llevamos unas pocas semanas de conocernos.

 

— ¿y eso qué? —rebatió el mayor — ¿ese es tu problema? ¡Pues invítalo a salir y asunto arreglado!

 

— ¿eh? ¿A salir?

 

— ¡Claro! ¿Acaso no son las citas para que las personas se conozcan mejor? —le dijo —es tan sencillo como: oye ¿quieres ir por algo de comer, o un helado tal vez? —dijo con una voz más grave de lo habitual —sí ¿por qué no? vamos —habló esta vez agudizando la voz —y ya, pan comido —concluyó, encogiéndose de hombros.

 

Yami no pudo evitar las risas ante la actuación de su primo.

 

—Bueno, quizás tengas algo de razón, Mahad —dijo entre risas.

 

—Claro que la tengo —sonrió el mayor —ahora pon atención al juego para que pueda apalearte como se debe —bromeó.

 

— ¡Ja! Ya quisieras.

 

Continuará...

 

Notas finales:

*Tanuki: perro mapache.

Puuuuuuzzle! Puuuuuuzzle! <3 cute! Me encanta escribir de esta forma sobre ellos, lo juro *da vueltas con corazones en los ojos*

Seto y Joey siguen peleados, pero prometo que ya para el próximo capítulo le pondremos las pilas a Seto para que intente arreglar las cosas ¡palabra de fan! ;)

Os quiero mucho ¡nos leemos en el siguiente!

Ja ne~nya! ^^/  

 


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