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Out of the Darkness por Lunita Shinigami

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Out of the Darkness

 [Hannibal]

 

 

 

Nota: los personajes de Hannibal no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.

 

 

Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.

 

Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos.

 

Atentamente Luna Shinigami

 

Hannibal Au

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

Suit Dragon

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Sonó el timbre del teléfono.

 

Una

 

Dos

 

Tres veces.

 

Con cuidado se levantó, dejando que la bata blanca cayera a un lado de sus hombros, con suavidad, como quien acaricia suavemente la piel de la mujer.

 

Tomo el teléfono con cuidado, para no despertar a su acompañante - Alo- escucho murmullos parecidos al sonido de un animal herido, suaves gorgojeos que reconocería a distancias y tiempos, a crueles separaciones - ¿Hannibal?- dijo aún más suave y salió de la habitación, mirando de reojo al hombre en su cama y comprobando que en efecto no había despertado -Hannibal, sé que estás ahí, por favor respira- la voz de la mujer causaba un efecto mariposa en los sentimientos del más Joven - Respira- ordeno con candencia, escuchando levente la calma que precedía a los sollozos - respira- luego de segundos o quien sabe, minutos que parecieron una eternidad, pudo escuchar la voz anhelada, de aquel joven que había tenido y aún tenía su corazón.

 

-Lady Murasaki- la voz era suave, un murmullo quedo de un animal herido, casi gutural sin serlo, como todo Hannibal, hasta su voz era un bendito enigma y una contradicción.

 

-Hannibal- dijo de nuevo y no pudo evitar una pequeña lagrima traicionera por él- ¿Qué hiciste?- la única forma en la que llamaría pidiendo ayuda, de alguna forma, es porque algo hizo, porque algo había sucedido -¿Estas Herido?- preguntó.

 

-No- susurró - No, pero si hice algo, no pero...- se escuchó un sonido constructo - Asesine a alguien, lo acabe como acabo Grutas, disfrute de sentir su sangre maldita entre mis dedos, y su carne cayendo dentro de mis colmillos, me deleite con ver acaecer sus ojos y mirarme con un vacío de muerte, sabiendo que yo fui el verdugo de su perdición - hablo despacio, modulado, aun así, Lady Murasaki sabía que estaba enojado, dejando salir al monstruo debajo de la piel, pero hablando con tanto odio, que creyó escucharlo Hablar de Grutas.. Por un instante tuvo miedo ¿Ese hombre había lastimado a Hannibal de alguna manera? - no me pude contener- siguió el rubio - Iba a venderlo al mejor postor, iba a... -

 

-Hannibal ¿A quién iba a vender? ¿A quién queras proteger?-

 

-a William- respiró -es un niño americano, pare en un bar a tomar algo mientras llenaba el tanque de la gasolina, escuche al hombre infernal hablando de una deuda y luego como podrían cobrársela, en su hijo, ¡SU HIJO!- grito herido - es un niño, como lo fui yo cuando asesinaron a Misha incluso más pequeño... lo golpeo, Lady Murasaki, tiene fracturas de todo tipo, infecciones, desnutrición y es su hijo - la mujer escucho consternada a Hannibal - Las bestias que nos lastimaron, no nos debían amar, el Orfanato en el que estuve jamás debió quererme, pero a él.. Era su padre ¿Como un padre puede hacer esto? ¿Cómo puede dañar a una vida tan pequeña e indefensa? ¿Qué más podía yo hacer?-

 

La mujer apretó el teléfono, de solo pensar que aquella criatura hubiera tropezado con ella, le hubiese sacrificado, lastimar así a un pequeño. Aunque por como lo relataba el único sobreviviente de los Lecter, estaba segura que el niño lo tenía él. Hannibal aún tenía algo de ser humano, tal vez aquel pequeño americano, que le recordaba a Misha pudiera ser la salvación y la redención de su alma torturada.

 

-Sal de Estados Unidos- le ordenó - enviare un avión privado para que te recojan con el niño, irán a Roma, de allí a Verona y luego a Florencia, terminaras tus estudios allí, se invisible Hannibal- le ordeno -yo gestionare los documentos para el pequeño y borraremos su vida en América, ahora es tu responsabilidad-  escribió algo rápido en unas hojas - Te llamare en una hora, en dos sal al aeropuerto, van a investigar la muerte de ese hombre, te quiero lejos de allí-

 

-Gracias- susurro Hannibal, colgando el teléfono, sabiendo que en sus palabras dolidas, la unica persona que podria entenderla, era ella, su Lady Murasaki.

 

-¿Porque despierta en la madrugada?- unos fuertes brazos la atraparon causando una suave y enigmática sonrisa en la mujer.

 

-No podía dormir, anda Popil, ve a dormir, yo te alcanzare en un rato, iré a leer un poco. - le dijo besando sus labios - mañana debes trabajar, Inspector-

 

El hombre rio y regreso a la habitación sin ver el cambio de semblante de la inteligente mujer.

 

Ella no quería que atraparan a Hannibal, jamás lo haría y si estaba en sus manos defendería a dientes y garras al muchacho, no solo porque aun lo amaba, sino también porque confiaba en que a pesar de todo, aun había algo que amar de Hannibal y solo esperaba que ese algo, fuera recuperar5 su corazón con William, el pequeño niño americano.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

 

 

Hannibal se acercó al pequeño y lo alzo con suavidad, viendo como despertaba de su somnolencia - William-

 

El pequeño le sonrió y recostó su magullada carita en su pecho - eres un monstruo salvador-

 

-¿Monstruo?- el rubio quisiera sentirse ofendido pero quería averiguar porque le decía de esta manera.

 

Will giro su cabecita - siempre veo monstruos, veo en los ojos de los demás... me duele cuando lo hago, pero tú, eres oscuridad, aun así me salvaste,  eres un lienzo oscuro- dijo el niño - no siento nada cuando te veo-

 

-¿que ves?- pregunto intrigado Hannibal a las palabras del pequeño, tan adultas y dolorosas...

 

-Un Wendigo como en los cuentos- le aseguro - tocando en el aire algo imaginario - hasta ahora están creciendo las astas.... y tus manos son largas y con garras, las uñas son afiladas, con esas me liberaste de mi papa-

 

Hannibal no sabía si era la imaginación del niño, una vida de escape a su torturada mente. Cuando llegara a Florencia, mandaría exámenes a su pequeña cabeza.

 

-Un Wendigo y siempre voy a cuidarte William-

 

El niño solo asintió recostando su cuerpecito magullado, antes de que ambos se sumergieran en la clandestinidad y salieran de Estados Unidos, a un nuevo futuro juntos.

 

……Continuara….

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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