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Tan distintas e iguales por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

*Nota: ¡Hola de nuevo! Una sorpresa que aparezca en menos de dos meses, lo sé... Pero como aún no acaban mis vacaciones pude avanzar un poco y bueno, nada, esto es lo que salió

Una vez más había despertado sin poder recordar del todo lo que había sucedido pero pudo sacar conclusiones dado que la chica del día anterior seguía durmiendo a su lado y la ropa seguía lanzada de manera descuidada en el pequeño sofá.

Supo también que toda esa confusión era a causa de la increíble cantidad de alcohol que habían ingerido, pues asumía que las dos botellas vacías de vodka que estaban sobre la mesa eran las culpables del caos que había causado.

Suspiró profundamente antes de tomar algo de ropa limpia y encerrarse en el baño para darse una ducha. No iba a negar que estaba consciente de que su pequeño encuentro terminaría de esta manera, pues llevaba muchos años haciéndolo de esa forma como para corregirlo en unos días, pero en el fondo se sentía mal por su poca fuerza de voluntad.

Luego de un largo rato bajo el agua, y tras terminar de arreglarse, salió del baño y encontró en la pequeña cocina improvisada a la chica. Ambas se sorprendieron al encontrar a la otra y la invitada se limitó a sonreír un poco antes de volver a su labor.

—Ya que estabas en el baño pensé que sería buena idea preparar el desayuno. No había mucho para cocinar y no soy muy buena para hacerlo pero espero que te guste.

No podía ver su expresión pero estaba segura de que había una sonrisa en su rostro, seguramente imaginando que a partir de ese día el amor surgiría y tendrían una relación estable y duradera.

—Lo siento pero voy muy tarde para una reunión importante—buscó uno de sus bolsos, su celular y sus llaves. Apenas había notado la decepción grabada en el rostro de la chica y el "Pero..." estancado en sus labios y sabía que era momento de dar por finalizado lo qué ocurrió—Por mi no te preocupes, compraré algo en el camino. Desayuna tranquila y date una ducha, no volveré hasta tarde así que tómate tú tiempo. Sólo asegurate de que la puerta esté cerrada cuando salgas—y sin dar tiempo a más dejó el edificio rápidamente.

Fue a refugiarse a la misma banca del parque frente a su edificio intentando unir las piezas para descifrar el misterio de lo que esperaba la chica en su departamento. Entendía lo fácil que una chica tan joven podía confundir lo que ocurría pero no terminaba de comprender como pudo llegar a esa conclusión sólo con lo que ocurrió.

Sacó un cigarrillo del bolso, quizá fumar fuera el único hábito que no estaba dispuesta a dejar, y más tardó en encenderlo que en llegar hasta la mitad. Dejó que el humo saliera de sus labios en un profundo suspiro mientras cerraba los ojos dejando caer su cabeza hacia atrás.

—¡Te ves horrible! ¿Te arrolló un autobús?—la risa escapó de los labios de la más baja mientras tomaba asiento al lado de la escritora.

—¿Estoy en un universo paralelo donde eres tú quien se encarga de molestarme?—ni siquiera intentó mirarla, le dolía la cabeza y sólo quería estar tranquila.

—Quizá sea así, no puedo asegurarlo realmente—meció un poco sus pies aprovechando la separación del suelo con estos—Simplemente pensé que querrías saber que debiste quedarte en casa o esperar a que no tuvieras esa horrible expresión.

—Bueno, en este preciso momento prefiero pasear mi horrible expresión que en el departamento lidiando con eso...

—¿Problemas con tu novio o cómo quiera que le llames a eso?

—¡Ojalá! Los chicos no me van y tampoco las relaciones estables—fue inevitable que la sonrisa se mostrara en sus labios, no podía evitar pensar en el pasado.

—Bueno, eso explica tus problemas en casa. Pero no puedo creer que sea peor que tu cara en este preciso momento.

—Sí que puedes ser bastante molesta si te lo propones—rodó lo ojos antes de mirarla—En este preciso instante veo como te sientes cada que llego a ver que haces—suspiro profundamente antes se revisar la pantalla de su celular—Incluso agradecería que Carolina estuviera aquí.

—Vaya, eso es un halago viniendo de ti. Pero yo no tengo intenciones de arruinar tu día, tengo suficiente con el mío—giró para poder verla mientras reía—¿La ex que siempre solucionaba tu vida?

—Carolina es más bien una amiga, compañera de trabajo y autonombrada cuidadora. Es más hetero de lo que muchos que he conocido. Ella se encargaba de quitarme de encima a mis conquistas—suspiró profundo pensando en las posibilidades de que la chica se hubiera ido ya.

—Hmm... Suena como mi madre—suspiró profundo mientras miraba hacia arriba—Bueno, no es como que espante a mis nulas conquista, sólo pensé en ella porque también se encarga de corregir mis desastres cuando no tengo ganas de hacerlo. Además de ser lo más hetero que conozco. Además de mi hermana, claro, y de ella...—suspiró profundo apoyando su rostro sobre sus manos.

—¿No se supone que la que tiene un aspecto horrible soy yo?—colocó de nuevo el cigarrillo sobre sus labios y aspiró profundamente antes de mirarla—Si vas a deprimirte al menos hazlo en otro momento, no tengo ganas de que me contagies más.

—Sí, bueno. Tampoco he tenido un día muy agradable, por eso viniste aquí ¿O no?—se estiró antes de dar un gran bostezo y mirarla—Creeme que reconozco a la perfección la expresión de alguien con resaca y sé que tú la tienes.

—Entonces sólo deja de hablar y dame un respiro. De verdad puedes ser muy molesta...

—Cuando he tomado más de lo que debía eso pasa. Y ni siquiera preguntes que hago bebiendo tan temprano, que te baste con saber que ayer pasé lo que quedaba del día durmiendo y apenas hoy decidí ir a beber—hizo una pequeña pausa antes de mirar hacia sus pies—Aunque como tal no fui a beber, sólo compré lo primero que encontré en la vinatería y me encerré en casa, pero ya que mamá no deja de llamarme preferí salir y dejar mi celular dentro...

—Basta ¿Quieres? De verdad no tengo ganas de platicar—volvió a revolver su bolsillo buscando la cajetilla sin mirar a la chica.

—Pero no puedes ir a casa a menos que quieras encontrarte con ella y no tienes más opción que escucharme—el tono de burla fue evidente en su voz mientras mecía un poco más sus pies—Mejor cuéntame porque la metiste si no tenías intenciones de soportar a nadie.

—Dime por favor que no soy así de desesperante...—suspiró profundo cubriendo su rostro ante la mirada atenta de la más baja—No pensaba acabar con ella en mi casa, le invité un par de copas y esperaba que todo se quedara en un hotel cualquiera, no sé porque la traje.

—Que triste, pobre si espera más de ti—dio un largo bostezo mientras se estiraba—Pero bueno, entre andar con una y otra, saltando de cama en cama, y pasar años sufriendo por la misma creo que la elección es evidente.

—¿Vas a contarme tu historia o sólo estás dándome ejemplos? No sé que pensar ahora que sé que bebiste de más.

—No es gran cosa, sólo llevo nueve años enamorada de la misma chica que además de todo es tan hetero como tu amiga o lo que sea...—miró hacia el cielo con un gran suspiro antes de mirar a la escritora—Un día estás imaginando de que jodida manera vas a decirle que te gusta y al siguiente ayudándola a organizar su boda. Es una mierda hacerlo pero eres mucho más mierda que eso mientras más finges que no te afecta y qué estás más que feliz con eso.

—Oye, oye ¿No se supone que no querías terapia? Acabo de decir que no tengo humor y vienes con esto.

—Es tu culpa, preguntaste si iba a contarte mi historia. Querías saberlo, sólo hablé—la forma en que se expresó mostraba lo indiferente que parecía al hablarle con tanta sinceridad.

—¿Aún tienes algo para beber? Estoy harta de la resaca.

—Bebiendo más no va a pasar, necesitas rehidratarte y quizá dormir un poco. Suerte con ello, rehidratarte es fácil pero mientras ella siga en tu departamento no creo que puedas ir a dormir—soltó una pequeña risa burlona antes de empezar a caminar dirigiéndose a una de las salidas del parque.

—Mierda, tendré que llamar a Carolina para que me deje estar en su casa un rato y tendré que decirle la dirección de este lugar...—hizo una mueca de resignación antes de tomar su bolso y revolver entre sus cosas hasta encontrar el celular. Luego de un par de timbrazos la mujer respondió un poco sorprendida pues no esperaba llamada de la chica tan pronto—¿Te parece si nos vemos en el restaurante que tanto me gusta? Necesito hablar de un par de temas contigo—sólo esperó la confirmación antes de salir rumbo al lugar en que acordaron la cita.

Mientras tanto, la más baja había vuelto a casa y se dejó caer en el sofá dando vueltas a sus redes sociales una y otra vez sin querer pensar en más. Seguía sintiéndose mal por lo ocurrido el día anterior y simplemente marcó rápidamente el número de su amiga esperando respuesta.

—Sandy, estoy aburrida...—alargó la última letra de la palabra mientras extendía sus extremidades mirando hacia el techo—Vamos a comprar mi tinte, por fin decidí el color.

—¿Qué haces despierta a esta hora? Aún no son las tres de la tarde—le sorprendía la llamada y quería molestarla un poco.

—Vamos a comprar mi tinte, tengo que aprovechar que me decidí o me surgirán miles de dudas después y no poder hacerlo.

—Sí que eres desesperante... ¿Vas a querer qué pase por ti o nos vemos allá?—sabía a la perfección que esa reunión iba mucho más allá de las compras y estaba preparada para escucharla.

—Pasa por mi, terminaré de arreglarme mientras vuelves...—y sin decir más, cortó la comunicación.

 

 

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—¿Qué se supone que intentas con este nuevo libro?—dio un pequeño sorbo al café que pidió mientras miraba a la menor revolver el azúcar del propio—Conozco a la perfección tu fuente de inspiración pero parece que decidiste escribir un diario y publicarlo.

—Pensé exactamente lo mismo, no sé que demonios estoy haciendo y no he podido escribir—bebió lentamente mientras desviaba su manera hacia el exterior del restaurante—Ni siquiera sé porque decidí retomarlo con ese personajes, definitivamente no puedo escribir algo de terror o los lectores se sentirán confundidos y no tengo humor para el romance.

—Tienes que definir eso ya, no puedes dejar que pasen y pasen meses sin que escribas, no quiero tener problemas en la editorial y ya te dije que no voy a resolverte nada.

—Sólo dame tiempo ¿Recuerdas a la chica de la libreta?—la editora la miró con cierto reproche esperando que continuara—He estado hablando con ella, sólo eso, pero al parecer tiene una historia interesante y quizá sea ella mi musa para sacar este proyecto adelante.

—¿Qué es lo que tienes en mente, Verónica? Esto no es ni de lejos parecido a lo que acostumbras ¿Quieres iniciar de nuevo? ¿No viste el fracaso que fue intentarlo la primera vez?—dio otro sorbo a su bebida mientras miraba a la chica—Sé que odias escuchar esto y que lo que menos quieres es que lo diga yo, pero sabes que al final algo no te va a gustar y terminarás por caer nuevamente en lo mismo.

—Gracias por animarme...—rio de manera irónica antes de volver su mirada hacia el exterior del local—Ya sé que tienes razón pero es horrible. Ya sé que lo mío no es cambiar, de hecho no estoy en mi departamento porque justo ayer metí a una chica y al parecer tiene intenciones de llevar lo que pasó más allá.

—Dios...—apoyó su rostro sobre sus dedos índice, medio y pulgar mientras su ceño se fruncía—Te dejo unos días y vuelves a poner tu mundo de cabeza ¿Qué estabas pensando?

—Los hombres piensan con el pene, yo con el clítoris, sólo eso—quería restarle importancia al asunto mientras volvía a beber su café—Fui por algo de beber, esa chica era muy guapa y tenía un cuerpo espectacular, ambas estábamos solas y beber así no es divertido. Pero no te preocupes, al parecer ni siquiera me reconoció así que no importa.

—No puedes seguir así, si llegan a filtrarse imágenes tuyas con alguna de tus conquistas la editorial va a hacer mucho alboroto y ambas estaremos en problemas.

—Por favor, Carolina ¿Cuánto tiempo llevo haciendo esto? Salvo un par de notas en revistas más irrelevantes que mis primeros escritos, no ha habido rumores. Sería el colmo que algo así pasara luego de tanto.

—¿Qué te preocupa entonces...?—la miró atenta intentando mantener la calma.

—Parece estar demasiado entusiasmada con tener algo conmigo y temo no haber sido suficientemente clara respecto a que no quiero nada. Si pudieras ayudarme y...

—No, ni pienses que voy a fingir ser tu pareja o cualquier persona de tu familia sólo para quitartela de encima, y tampoco pagaré por ello ¿Acaso olvidas cuanto te molestó la última vez?

—Ya sé que lo he pedido antes pero esta vez sólo quiero que entres y revises si sigue ahí. Si pregunta quien eres dices que eres mi amiga y que sólo ibas por mis maletas porque debo salir ¿Sí? ¡Por favor! No volveré a pedirte más—la miró con atención intentando convencerla.

—No sé porque sigo tus tontas ideas...—suspiró profundo antes de terminar por completo su bebida mientras la menor celebrara por su victoria antes de intentar abrazarla—Pero será la última, ni una más luego de esto—la detuvo antes de llamar al mesero para pedir la cuenta.

 

 

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—¿Tanto lío por un gris?—la más alta rodó los ojos mientras miraba la caja del tinte que la chica había comprado—Tanto te tardaste para dejar un simple gris, eres tonta.

—Es plata, no gris. Además, en Storm luce grandioso, es el color de cabello de Zero también y sabes cuanto me gusta. Lo usaría rojo como Rin pero creo que no me va y rosa como Shuichi ya lo usé, el púrpura termina en este lila y del azul ya hablamos. Plata es la mejor opción—volvió a tomar la caja y luego un mechón de su cabello.

—Claro, y no tiene nada que ver que Araceli eligiera un tono plateado para las invitaciones ¿No pensaste que quizá si era un azul más oscuro no te causaría problema? Así quedarías perfectamente combinada con ella.

—Te odio ¿Sabes? Lo único que quiero es probar un estilo totalmente a lo que he probado antes ¿Cuál es el problema?—se sentía un poco molesta con él comentario pues, aunque ese color lo había elegido en parte para ir acorde al evento, sentía que declarar que era el único motivo era demasiado.

—El problema es que siempre haces lo mismo, dices no creer en aquello de dejar que tus penas se vayan junto con tu cabello y cada que decides cambiar tu aspecto es porque algo en tu vida no va bien.

—Sandra, no voy a negarte que sí pensé que el plata iría bien para la boda pero no es el único motivo. También sé que es mi culpa por actuar siempre así pero ¿Qué más puedo hacer? Para el punto al que llegó no puedo simplemente llegar y decirle: "Araceli, me gustas desde que estábamos en preparatoria. Quizá sea un poco tarde pero, por favor, deja a tu prometido y vamos a hacer una vida juntas"—suspiró profundo antes de dejarse caer en el sillón dejando el tinte sobre la mesa—No puedo con esto, Sandra.

—¿Sigue siendo por lo que pasó el otro día? Angélica, sabes que no me gusta hacer esto pero déjalo ya, por favor—se acomodó a su lado antes de tomar la caja y mirar las indicaciones que tenía el envase—No puedes permanecer así por siempre, ella va a casarse y tú accediste ser su madrina y ayudarla en la decoración y las invitaciones y no sé que más. Debías saber que algo así pasaría.

—Ya sé, ya sé que esto iba a pasar pero no te imaginas como me sentí cuando los vi juntos—sintió su voz quebrarse y un par de lágrimas conteniéndose para no salir—Él es todo lo que ha deseado, es perfecto para ella y yo lo sé.

—¿Y por qué aceptaste entonces? Si ibas a dejar que ver su relación te afectara a tal punto debiste rechazar el trabajo, incluso pudiste avisarme y hubiera llegado un par de días antes a tu casa para que todo aparentara que en verdad no te estaba dando ni un respiro.

—Quería convencerme a mí misma de que estaría bien, de que por fin había superado todo y que entendía mi lugar—suspiró profundo y sin poderlo evitar una de las lágrimas corrió por su mejilla—Y no, de nuevo no hice más que ser la misma tonta de siempre que nunca se atrevió a hablar y que ahora sufre por ello. Y lo odio, sabes cuanto odio sentirme así.

—¿Y si te dejas las puntas en rojo?—de pronto su amiga había cambiado de tema, y no porque estuviera cansada del anterior ni mucho menos, sólo quería que se despejara y se sintiera más tranquila—Apuesto a que lucirá genial, quizá rojo completo no luzca tan increíble pero con el plata primero. Algo degradado, incluso cuando se ponga rosa lucirá genial—giró un poco para estar frente a la menor intentando animarla—Sí, incluso yo invito el tinte y te ayudo a hacerte un corte que lucirá genial en ti. Vamos, vamos. Tenemos que ir de compras de nuevo—y sin que siquiera pudiera quejarse ambas salieron del departamento de la más baja a toda velocidad.

 

 

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—Pues al parecer le quedó bastante claro que no vas en serio—luego de un pequeño recorrido por el lugar, mientras revisaba por todas partes en busca de alguna nota o mensaje, dejó su bolso sobre la mesa de centro antes de tomar asiento en el sofá—Ni rastro de ella o que espere volver a verte.

—¡Grandioso! No podría soportar que anduviera tras de mí todo el tiempo—suspiró profundo antes de cerrar la puerta y tomar asiento junto a la editora.

—Al menos obtuve tu dirección gracias a eso—miró a la menor quien parecía no estar prestando atención—A todo esto ¿Qué tiene que ver la chica de la libreta con tu nuevo libro?

—Hay aspectos de su personalidad que me agradan, quizá con un toque de eso logre corregir el rumbo. Ni creas que tengo intenciones de algo más con ella, será mi musa y nada más.

—Pues espero que esta musa te de lo que necesitas o sólo perderás tiempo—suspiró profundo jugando un poco con sus dedos sobre el apoyabrazos—Vas atrasada si es que de verdad pretendes cumplir los plazos de la editorial.

—Ya prometí que lo tendría a tiempo. Además, ahora que tienes mi dirección estoy segura que te mantendrás muy al tanto de mi actividad.

—Bueno, no vas a tenerme aquí día tras día si es lo que esperas. Me di cuenta de lo agotadora y poco productiva que es esa tarea así que no la haré más—se acercó al borde del asiento y extendió su mano para poder tomar su bolso de nueva cuenta—Y deberías ir a buscar a tu musa, si no escribes algo pronto pasará el primer trimestre y no tendrás ni veinte páginas—se levantó de su asiento mientras miraba a la chica.

—Tranquila, antes de cualquier cosa necesito ganarme su confianza o no me dejará ver como es realmente y de nada servirá.

—Date prisa, el tiempo corre y sólo tienes doce meses, sabes que los otros se irán entre las revisiones, la publicidad, el diseño editorial y todo eso que te aburre—suspiró profundo antes de salir sin esperar una contestación.

—Sí, sí. Como si fuera tan fácil, con lo mucho que me ama seguro si llego y le digo "¡Hey! Quizá aún no lo sepas pero soy escritora, y ya que quiero cambiar el rumbo de mi historia me encantaría analizarte y ver que aspectos tuyo puedo integrar a mi historia", ella accederá y me contará todos sus secretos—suspiró profundo mientras jugaba un poco con su cabello—Quizá si voy al parque en un par de horas la encuentre—y sin esperar más, tomó sus llaves para poder salir del departamento.

Notas finales:

Y nada, espero haya sido de su agrado y podamos leernos en el siguiente capítulo


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