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Notas del capitulo: ¡Por fin he vuelto! Esto me toma por sorpresa hasta a mí... (?) No tengo más que decir que lo acostumbrado, lamento mucho la tardanza pero ya está aquí el capítulo 
 
Por fin, luego de un par de horas que para la escritora resultaron eternas, la reunión con su editora y la representante de la editorial había concluido y con mejores resultados de los que todos esperaban. Caminaban rumbo al estacionamiento mientras la más alta se deshacía de su saco y soltaba su cabello para alborotarlo de nuevo.
—Debo aceptar que no me esperaba algo como esto—entró al auto y tomó asiento en el lado del copiloto esperando que la chica entrara a su lado—Pensé en todas las posibilidades pero esta era demasiado descabellada para creerlo.
—Anda ya, no es como si en verdad fuera tan difícil creerlo—encendió el motor del auto y empezó a conducir rumbo a su departamento—Lo único que quería era dejar mi antigua historia, pero sabía que no era tan fácil como eso así que debía proponer algo que la editorial aceptara.
—¿Y ya has decidido la trama para tu nueva novela? Últimamente eres más reconocida por el romance que el misterio.
—Aún no lo sé, sólo puse una excusa para dejar como quiero el final y no tener que preocuparme por el resto—siguió por unos minutos antes de avanzar hacia el estacionamiento de una plaza cercana—Aún tengo tiempo para pensarlo, por eso puse entre mis condiciones que me dieran un año antes de hacer el anuncio de mi nueva obra y medio más para su publicación.
—Sólo espero que de verdad dentro de un año puedas tener la idea y empieces a escribir—la miró con curiosidad esperando lo que tenía por hacer—De otra manera no esperes que sea yo quien pida plazos por ello.
—Todo irá bien, sólo necesito una buena fuente de inspiración—se detuvo en uno de los lugares disponibles antes de descender—¿Te traigo algo? Iré por otro par de cajetillas y otro six-pack de cervezas—al recibir la negativa cerró la puerta del conductor y caminó haci entrada para realizar sus compras.
—Espero que esta vez en verdad todo salga bien—suspiró profundo con los ojos cerrados apoyando su cabeza en el respaldo del asiento.
 
 
 
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Por fin regresaba a casa luego de dos días fuera y tras cerrar la puerta dejó las llaves en la mesa de la entrada y se lanzó al sillón con el rostro hacia los cojines y las extremidades abiertas. Aún si no había hecho mucho se sentía física y psicológicamente agotada. Giró apenas lo necesario y se encontró con la nota de su madre avisando la limpieza del departamento, el lavado de la ropa y la comida congelada que guardó para ella.
—Y aún me pregunto porque mis padres no pueden dejar de verme como una niña—suspiró profundamente dejando salir todas las frustraciones contenidas mientras encendía su celular que mantuvo apagado durante todo el fin de semana—Estoy por cumplir veinticinco, no he podido tener una pareja estable desde la secundaria, sigo dependiendo económicamente de mis padres pese a haber salido de casa y mi madre aún debe encargarse de la limpieza y la comida o probablemente ya habría muerto—hundió su rostro en uno de los cojines que se encontraban sobre el sofá intentando ahogar el grito lleno de frustración que sus pensamientos le obligaron a dar.
No estaba conforme con el rumbo que tomó su vida tras terminar la universidad y lo que más le molestaba es que pese a ello prefiriera seguir sumida en sus frustraciones y resentimientos del pasado en vez de salir adelante y buscar un mejor futuro.
Seguía sumida en sus pensamientos sin separarse del sofá mientras revisaba sus mensajes, daba un vistazo a sus redes sociales y su blog personal dedicado a sus fanarts y el resto de trabajo independiente que realizaba intentando ponerse al día.
—Creo que debo desaparecer más seguido, con esto las visitas y votos aumentan—giró sobre el sillón para mirar hacia arriba y luego hacia su habitación pues sabía perfectamente el lugar en que su madre siempre guardaba el block de notas y su libreta de dibujo—Bien, quizá sea hora de ponerme a dibujar en vez de seguir aquí. Sólo espero que lo que sea que mamá dejó se pueda hacer en un sandwich.
Y tras tomar las cosas que necesitaba se dispuso a salir hacia el parque que estaba cerca de su departamento y tomar asiento en la banca que acostumbraba usar en momentos como ese. Se colocó los audífonos y comenzó a dibujar dando pequeños mordiscos a su comida deteniéndose apenas unos segundos para meditar lo que hacía.
Estaba tan absorta en su labor que ni siquiera notó cuando la misma mujer que le había entregado su block unos días antes pasó frente a ella intentando captar du atención. Hubiera seguido de la misma manera de no ser porque sintió como los audífonos eran alejados.
—¿Es que nunca puedes prestar atención a lo que sucede a tu alrededor?—la miró con molestia antes de hacerse espacio en la banca para sentarse a su lado.
—¿Y tú no sabes lo que es el espacio personal?—el volumen de su voz se elevó mientras la miraba de manera retadora—En ningún momento dije que pudieras sentarte aquí y mucho menos si sólo te sientes con autoridad para hacer lo que quieras.
—¿Disculpa? Te pedí que me dejaras sentar por lo menos tres veces y en ninguna respondiste. Lo siento pero si no me escuchaste por traer esa cosas no es asunto mío.
—Esta no es la única banca, pudiste buscar otra en cualquier lugar ¿Por qué esta si está ocupada?—tomó sus cosas mientras la miraba con molestia—Ya que tanto quieres esta banca ¡Adelante! Usala.
Y sin siquiera esperar una respuesta por parte de la más alta caminó de regresó hasta su departamento y se tiró sobre el sillón volviendo a colocar los audífonos dispuesta a seguir con su labor del que antes la distrajeron.
Escuchó el leve golpeteo en la puerta y sin ánimos se levantó y abrió la puerta lentamente hasta escuchar esa característica voz llamándola mientras le lanzaba un par de bolsas encima.
—Y la próxima vez espero que vayas a casa porque es horrible andar cargando de aquí para allá con las cosas que mamá quiere dejarte—y sin más la chica entró al departamento tirándose en el lugar que hasta antes había ocupado la mayor—Ni siquiera parece tu casa salvo por todo este caos sobre el sillón ¿No vives aquí acaso?
—Que linda y considerada, también te quiero y te he extrañado...—dejó las cosas sobre la mesa de centro dejándose caer sobre la recién llegada que sólo mdaba manotazos intentando apartarla—Si es comida debiste decirle que lo dejara así, ropa limpia aún tengo toda la que dejó cuando vino.
—Ya decía yo que no eres capaz de mantener esto en orden ni por un día—se levantó un poco consiguiendo que la otra se quitara—No es comida ni ropa, dice que son cosas tuyas que encontró mientras ordenaba y que no quería revisarlas ni tirarlas así nada más. Vienen algunos de los mangas yaoi que compraste así que deberías agradecer que los traje.
—Así que no los perdí—la emoción era inocultable y corrió a sacar las cosas de las bolsas abrazando sus preciados tesoros—Y esa no es manera de hablarle a tu hermana mayor, deberías respetarme.
—Claro, respeto por los ancianos—la miró apenas unos instantes antes de estallar en risas—Y ahora que lo analizo no entiendo porque tu cabello sigue igual que siempre, sólo se cayó el tinte.
—¿También tú piensas que sólo me corto o tiño el cabello cuando tengo problemas sentimentales?—tomó las cosas y comenzó a ordenarlas en el pequeño librero mientras su hermana se levantaba e iba hasta su lado—Que haya sido así por años no significa que seguiré así siempre... Además no sé que hacer con él, no puedo quitarme las capas aún o tendré el corte de Levi... En él se ve bien pero yo me vería muy extraña además me cansé del morado, cuando empieza a ponerse lila ya no me agrada.
—Sabes que si mamá y papá te ven con todo el cabello teñido algo les va a dar ¿Verdad? Sólo espera que termine de caerse el lila y vuelve a pintarlo azul, ese no te causó problema.
—Lo dejaré blanco o gris, ya sabes que el azul no me trae buenos recuerdos—se sentó sobre el suelo con las piernas cruzadas bajando los hombros—Y a todo esto ¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase.
—Si bueno, la profesora está enferma y hoy no tenía ganas de quedarme al ensayo con esos tipos; además mi hermanita necesita desahogarse y no puedo dejar que alguien más te vea llorando—volvió al sillón mientras la miraba.
—Iré por algo para beber, sabes que será tardado pero no te preocupes, ya lloré bastante con Sandra y hasta conseguí sushi y helado—se levantó de un salto caminando hacia la cocina.
—Su novio debe dejar de consentirte, suficiente tienes con mis papás.
—Sólo lo hace de vez en cuando, una vez que me adopten seguro será menos seguido—le mostró la lengua mientras reía antes de preparar algo para poder volver y tener esa conversación pendiente.
 
 
 
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Había salido para despejar su mente, cansada del concentrado olor a tabaco en su departamento, y fue directamente al parque donde había encontrado a la "chica misteriosa" la vez anterior. Una vez más estaba ahí y sólo por curiosidad se acercó a ella. Pensaba iniciar una conversación respecto a las motivaciones y el mal que le haría faltar a clases pero ella simplemente se levantó sin intenciones de escucharla.
—Tiene un caracter horrible, sólo quería hablar—sacudió un poco su cabello antes de acomodarse sobre la banca—Seguro es por eso que falta tanto a clases, nadie puede soportarla y prefiere estar en otro lugar. Tan parecida a Verónica de diecisiete años—suspiró profundo con los ojos cerrados.
Así es, ella misma tenía un muy mal carácter unos cuantos años atrás. El reciente descubrimiento y aceptación de su orientación sexual la hacían tener cosntantes choques con sus padres, amigos e incluso quien meses atrás fuera su pareja pues querían convencerla de que sólo estaba confundida y debía pensar bien las cosas.
Fue por eso que dejó la escuela y apenas tuvo oportunidad salió de casa de sus padres sin dar más explicaciones. Estaba cansada de la situación tan repetitiva en todos lados y prefería iniciar de cero que seguir soportando los sermones que le daban.
—Por su bien será mejor no involucrarse con nadie, los adolescentes tienen las hormonas a todo lo que da y cometen muchas tonterías—suspiró profundamente antes de tomar la llamada de su editora—¿Qué pasa Carolina? Ya sé que tengo que pensar en algo para escribir pero sólo van unas horas desde que lo dije, no necesito que me llames a cada minuto para recordarmelo.
Estaba un poco molesta, pese a que la mujer era también su mejor amiga de vez en cuando necesitaba olvidarse por completo del mundo y recibir llamadas suyas no era lo mejor; menos aún cuando de trataba de sus acostumbradas reprimendas.
—No sólo bebo y fumo, necesitaba algo de aire fresco, el olor a tabaco no me deja pensar tranquila. Una cajetilla está bien para relajarme pero no de cuantas llevaba ya.
Una vez más su discusión era a causa de la ausencia de la escritora en su hogar y sus constantes vicios que la hacían actuar de manera impulsiva, sin embargo, en esta ocasión no estaba de humor para escuchar lo mismo de siempre.
—Ya te lo dije, necesito aire libre y no, no fui a buscar con quien acostarme si es lo que tanto te preocupa. No soy adicta al sexo y aunque así fuera te he dicho miles de veces que dejes de pagarle a mis conquistas una vez que salen, no es secreto mi sexualidad así que sus escándalos no me importan.
Definitivamente necesitaba un nuevo comienzo, olvidar sus errores y rencores del pasado por más difícil que pareciera en ese momento. Terminó la llamada maldiciendo todo cuanto pudo antes de lanzar su teléfono contra el suelo.
—¡Mierda!—peinó su cabello hacia atrás con una mano—Démosle lo que esperan, un nuevo comienzo donde no hay nada. Eso necesita, empezar en un nuevo lugar sin preocupaciones.
Y tras recoger el aparato solo un poco dañado se dirigió a su departamento secreto dispuesta a adecuarlo para establecerse de manera fija en él y poder hacer los trámites de venta de la propiedad que tenía al centro de la ciudad para deshacerse de todo rastro de su vida hasta ese día.
"Tras su rompimiento con la única persona que hasta ese día había amado decidió iniciar de nuevo, quería volver a empezar y dejar en el olvido todo lo que pasó. Era toda una vida de esfuerzo y sufrimiento pero estaba decidida.
—Aquí empieza mi nueva vida, no hay marcha atrás—su cabello se sacudía con el aire mientras miraba hacia el horizonte con una disimulada sonrisa, a partir de ese día la chica que todos habían conocido dejaba de existir para convertirse en la mujer que siempre deseo."
Ese es el inició que había elegido para su nueva obra. No mentía cuando dijo que aún no sabía que trataría en su nuevo libro pero estaba segura que fuera cual fuera el tema que eligiera debía empezar de esa manera. Después de todo, su historia siempre fue basada en su propio sentir y sus experiencias, esta no podía ser diferente.
—Lo único que lamento es perder la privacidad que este lugar me da—se lanzó sobre la cama de su nuevo hogar mirando hacia el techo—Tendré que avisarle a Carolina de esto y darle la dirección... Aunque al menos este lugar será mucho más seguro que mi antiguo departamento al menos por unos meses.
 
 
 
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Su hermana había salido antes de que el atardecer cayera y ahora se encontraba de nuevo tirada sobre el sofá con su celular entre las manos sin detener su lectura mientras la música seguía reproduciéndose sin cesar siempre con la misma canción que le recordaba a quien siempre llamaria su primer amor.
—¡Fuck!—el cansancio estaba presente en su voz, faltaban apenas unos minutos para la media noche y en todo ese tiempo la canción siempre fue la misma—No debí volver a contarlo, luego del fin de semana me sentía mucho mejor pero ahora—suspiró profundo mirando una última vez la pantalla de su celular detenida en la fotografía que tomo junto a los futuros esposos—Un nuevo hermano ¿No?—sintió como el nudo en su garganta se formaba al notar el título con el que subió la foto a sus redes sociales—Hoy dices eso ¿Y antes? ¿No lo viste como un intruso e incluso como un rival?
Se desplomó de nuevo, apenas podía creer lo que estaba haciendo. Una cosa era ocultar sus sentimientos como si nunca hubieran existido por el bien de su amistad y otra muy diferente pregonar por todas partes lo feliz que se sentía por el compromiso de su amiga cuando por dentro deseaba que todo fuera una pesadilla o que, como en las películas que desde su adolescencia odiaba, el día de a boda ella llegara a declarar su amor y con ello los sentimientos de la otra cambiaran por arte de magia haciéndola correr a su lado buscando un futuro juntas.
¿Se sentia como una persona horrible? Sí, no pudo parar de decirlo y pensarlo desde el día en que el desastre se desató. Probablemente el sentimento seguiría ahí incluso con el pasar de los años y los miles de momentos que pasarían en ellos.
Estaba por volver a sumirse en la crisis que la mantuvo pegada a su amiga el fin de semana hasta que su celular sonó debido a un mensaje del grupo que compartía con sus amigos.
"Urgente, necesito reunirlos a todos sin ninguna excusa. Diganme que día pueden porque de verdad necesito que todos estén y quien se atreva a faltar voy a odiarlo por el resto de la vida" fue lo que decía Araceli en su mensaje.
Pensaba preguntar a que se debía tanta urgencia pues no esperaba un mensaje suyo a esas horas pero no tuvo tiempo de hacerlo pues de inmediato recibió un mensaje privado del mismo remitente "Angélica ¿Sigues ahí? necesito hablar contigo antes de que salgamos todos" y con eso tuvo para entender que ocurría.
Su risa irónica apenas logró escucharse antes de responder el mensaje leyendo atentamente lo que la chica esperaba para el anuncio de su compromiso pues quería reunir a sus amigos y familiares más cercanos para comunicarles la noticia.
Hablaron un cerca de una hora para detallar algunos aspecto de las invitaciones y las ideas que tenía para la decoración y la planeación de la pequeña reunión ya que en ella se haría la petición formal y quería que fuera tan memorable como su boda.
No podía negarse a lo que estaba pidiendo por más miserable que se sintiera, se había comprometido y pese a que siempre era un caos cuando de trabajo de trataba no podía fallar así tuviera todo en contra; se había prometido que al menos en ese ámbito no fallaría.
—Vamos vamos—se decía mientras esperaba que su laptop terminara de encenderse—Si lo tomas como trabajo será más fácil, no es la primera vez que estás encargada de realizar invitaciones de boda, no hay manera de que esto sea diferente—tecleó rápidamente su contraseña antes de cubrir su rostro con ambas manos—Es una boda cualquiera, de la que eres madrina... Y en la que verás casada a quien llevas años amando en secreto.
Se apoyó sobre el teclado con evidente frustración, las cosas estaban pasando demasiado rápido para su gusto y simplemente no encontraba manera de sentirse mejor. Por más que intentara distraerse, leer o hacer algo para no pensar en ello de una u otra forma volvía a lo mismo.
—¡Carajo! Ya no quiero saber más ¿Por qué no estudié cualquier otra cosa? Así al menos no tendría que encargarme de esto. Soy horrible...—sopló bajo su flequillo para hacerlo flotar tal como era su costumbre antes de cerrar el aparato y lanzarse sobre el sofá abrazando uno de los cojines—¿Por qué no vivo en un manga? O cuando menos un doujinshi, ahí sería mucho más probable que eso sucediera.
Sus ojos ardían entre las muchas horas de llanto y las que había pasado pegada a una pantalla así que prefirió mantenerse en esa posición hasta que el cansancio la venció obligándola a caer dormida sin siquiera oponer resistencia.
"Esto es sólo trabajo, hazlo bien y todo habrá acabado"era lo que se repetía una y otra vez para convencerse de que no habría más problema.
 
 
 
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—Espera... ¿Qué hago aquí?—presionó sus sienes intentando calmar el dolor instalado en su cabeza antes de girar su vista al sentir el calor de otro cuerpo justo a su lado—Mierda... ¿Por qué justo cuando tengo planeado cambiar?
No recordaba lo que había pasado, sólo podía pensar en el momento que llegó a ese bar y que, tras beber más de la cuenta hasta que sus sentidos se volvieron lentos, salió con la chica que ahora dormía a su lado.
Se levantó rumbo al baño y comenzó a buscar entre las cosas del botiquín un analgésico. Lo tomó y partió hacia el parque nuevamente, sólo quería estar sola y despejarse un poco de la realidad que le aguardaba en su hogar.
—Bueno, al menos esta vez no estará Carolina y no va a poder pagarles por su silencio. Además dudo que sepa mi nombre, no se lo dije así como ella no lo hizo—miró alrededor con un gran suspiro.
Pese a no ser una zona precisamente deshabitada o lejana a las zonas más concurridas le parecía mucho más tranquila que su residencia anterior, reinaba el silencio y sólo la luminaria pública alumbraba las calles.
—Bien, a partir de mañana iniciaré de nuevo—sacó el último cigarrillo de la cajetilla que portaba en el abrigo con que salió y tras encenderlo y darle una larga calada se recostó sobre la banca mirando hacia el cielo, que contrario a las noches anteriores estaba despejado, mientras se mentalizaba en iniciar de cero.

 

Notas finales:

Y esto ha sido todo, espero que podamos leernos pronto... ¡Me esforzaré porque sea así!


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