Afortunadamente para Yugi, cerca de la sede al que fue asignado, encontró departamentos a precios sumamente accesibles.
Una vez instalado, fue llamado por Pegasus para presentarle a su supervisor y entregarle su uniforme.
Fueron considerados con el pequeño y sus primeros meses fueron de entregas normales y capacitación para los trabajos más pesados que le comenzarían a asignar en cuanto tuviera los requisitos mínimos para realizarla. Desarrolló resistencia y fuerza física, debido a su baja estatura, era sencillo que en caso de una agresión cuerpo a cuerpo tuviera la ventaja; también una velocidad impresionante para eludir lo más posible las balas y esquivar armas punzo cortantes. Pero una cosa era el patio de juegos y otra, la vida real.
Las primeras misiones dentro de las correspondencias ilícitas eran básicas, hacer el trabajo sucio de los secuestradores y extorsionistas. La única preocupación en estas era el ser perseguido por la policía en busca del vándalo, sin embargo, para Yugi no fue problema en absoluto. Agradeció que su supervisor fuera suave con él pese a ser un adolescente. El único adolescente en un campo de adultos.
Y entonces llegó el día en que mandaron a Yugi a su primera misión de nivel medio de riesgo. Recibió el sobre negro con los datos necesarios:
Receptor: Marik Ishtar
Condición: Trastorno de la personalidad
Ubicación: Parte sureste de Dominó, condominio 0849.
A entregar: Carta.
Recogió la carta a entregar y la metió en su bolso. Repaso por última vez la descripción y alisto el equipo necesario para lidiar con el receptor en caso de una psicosis. Antes de salir a la misión, incineró el sobre.
Con un sentimiento de emoción e inseguridad, partió al ocultarse el sol.
Si no mal recordaba, la parte sureste era de las más prestigiosas zonas en Dominó. Lo más probable era que se trataba de algún empresario corrupto.
Justo como imagino, los condominios eran ridículamente lujosos por donde se le viera. No tardó mucho en encontrar la dirección y llamar al recinto.
Atendió un hombre joven y bien parecido vestido de traje. No había que imaginar que en efecto, era un mayordomo.
-Busco al Señor Marik Ishtar.
Hizo pasar a Yugi sin cruzar palabra y le llevo a una elegante sala en donde le pidió esperar.
Pasaron cerca de 15 minutos en los cuales el ojiamatista pudo observar que la persona que buscaba era un sofisticado coleccionista y amante de la cultura egipcia. Estaba absorto en la colección de jarras, pendientes, sarcófagos y demás; aquello sería un paraíso para su abuelo, de ser posible ahí podría encontrar lo que buscaba el día que consiguió el trabajo. Una repentina voz grave lo saco de sus pensamientos.
-Disculpe la espera.
Volteo y ante sus ojos estaba un joven fornido, ojos violeta, peli cenizo y tés morena; bien vestido y con una cálida sonrisa.
Yugi se acercó y entrego el sobre junto con el formato que debía firmar el receptor. Había demasiada calma, lo cual hizo que Yugi bajara la guardia.
Estaba a punto de salir de la casa, cuando sintió una punzada en nuca y los parpados sumamente pesados.
CONTINUARA