Al llegar al departamento encontró que la mesa estaba servida, a pesar de que desayunó bien, tenía un hueco en el estomagó.
-Bienvenido Yugi – Y ahí estaba Joseph con esa boba sonrisa – Imagino que tienes hambre pero descuida, es normal. Los jóvenes en desarrollo tienden a estar hambrientos a toda hora y en tu caso lo estas al doble por la bebida de ayer.
“¿Bebida? Sí. Recuerdo que tome algo que me entorpeció bastante, ya era hora de obtener un par de respuestas.”
-¿Qué se supone que era eso? Estaba dulce y al pasarla quemaba la lengua y garganta.
-Un ligero tónico para la ocasión.
-¿Ocasión? ¿De qué hablas?
Suspiro pesadamente - ¿Tienes la menor idea de en donde estabas el día de ayer?
-¡Eso es lo que quiero saber, Wheeler!
-Estabas en la zona roja, niño. ¿Cómo es que llegaste ahí? ¿En que estas metido? Sabes bien que esos barrios de mala vida no son aptos para alguien como tú.
“¿La zona roja? Debe ser un chiste de mal gusto ¿Cómo fui a parar ahí? Estaba desesperado por huir pero… ¿Tan mal estaba como para haber corrido sin rumbo?”
Pensó antes de responder ¿Qué le podía decir? “Estaba paseando y de repente me perdí. Ni yo la creería.”
-Tuve problemas.
-Aja ¿De qué tipo? ¿Buscabas trabajo? ¿Tienes alguna deuda fuerte por pagar?
-¡No! No se trata de eso. Verás, hace unos días conocí a una chica muy linda. Desgraciadamente no puedo estar con ella por el simple hecho de que ya está comprometida.
-Dejame adivinar… ¿Primer amor?
-Sí, algo así.
“Espero que sea lo suficiente ingenuo para creer esa mentirilla piadosa.”
-Ya veo ¿Dónde la conociste? – Preguntó emocionado.
-E-en el trabajo.
-¿Trabajo? ¿En que puede emplearse alguien tan pequeño como tú?
-¡No soy un niño! ¡Y le ayudo a mi abuelito con su tienda de juegos!
-¿Vivías con tu abuelo?
-S-si.
-¿Dónde tiene su tienda?
-En la planta baja de la casa.
-¿Y por qué te mudaste?
“Suficiente, por lo visto no tiene pensado parar su bocota.”
-No es asunto tuyo ¿Qué eres? ¿Un agente del FBI o la CIA? – En verdad le irritaba, ahora caía en cuenta que fue bueno no involucrarse desde un inicio.
-No, pero soy estudiante de periodismo. Es normal que sea tan curioso. Y a juzgar por tus reacciones hay algo que te tienes bien guardadito ¿eh?
-No, no es normal. ¡Maldita sea! Regresando al tema ¿Qué era ese tónico?
Se alzó de hombros – Una mezcolanza concentrada de licores, jugo de arándano y un estimulante especial – le miro pícaramente guiñándole un ojo – tú sabes de que hablo. En ese tipo de lugares es lo normal para la situación. Tuviste suerte de no ingerirlo todo.
-¿Cómo sabes que no lo tomé todo? Ni yo lo recuerdo.
-Lo vi. En cuanto tomaste el primer sorbo lo soltaste, entonces supuse que no tenías la menor idea de lo que habías pedido normalmente se toma de un jalón para mejores resultados – Suspiro – En fin, para que no sigas preguntando así estuvo la cosa. Yo paseaba por los rumbos en busca de una primicia para mi proyecto y encontré lo que buscaba. Uno de los más grandes empresarios de Dómino entrando a un burdel, burdel que tuviste que escoger para ahogar tus penas. Me compadecí de ti y fui a auxiliarte antes de que alguien más lo hiciera. De no haber hecho algo, de seguro ahora estarías aún dormido, quizá junto a una piruja en una de esas habitaciones y hubieran tomado tú cajita dorada como pago. Así que… un gracias no estaría mal.
Al escuchar todo eso Yugi quedo pálido.
-¿Cu-cuál caja dorada?
-La que escondiste debajo de la cama.
Corrió a la habitación para comprobar que ahí seguía. No estaba, se volvió hacía Joseph tomándolo de la camisa y estampándolo en la pared.
-¿Dónde está Wheeler? – Sin embargo no se inmutó en lo más mínimo, así que aumentó la fuerza del agarre – ¡Dime donde está!
-Relájate Yugi, uno de mis principios es la honestidad y la confianza ¿Sabías que algunas de estas habitaciones tienen escondites secretos? Algo así como los rompecabezas mecánicos.
-No me jodas y dime donde la dejaste.
Lo aparto gentilmente, se metió por debajo de la cama, abrió un compartimiento secreto en la pared después de una serie de sonidos mecanicos y saco la caja.
-Aquí está tu caja. La puedes esconder ahí el tiempo que quieras y aunque algún curioso entre a buscarla, puedes estar seguro que jamás la encontrará. Parece ser muy importante para ti ¿Algún familiar fabulosamente rico te la heredó?
-Sí, es muy preciada para mi abuelito y por ende, para mí también.
-Bueno, bueno. Ahora que tenemos un poco más de confianza que te parece si me dices cómo terminaste en el burdel.
No podía negarlo, era simpático y tenía gran carisma aun así debía ser cauteloso “¿Por qué no ver que puede decirme?”
-Ya te lo conté, Joey. Estaba despechado, no pensé bien lo que hacía. Lamento haber hecho que te concentraras en mí y no en tú empresario.
-¡Bah! Descuida, a Maximillian Pegasus se le puede encontrar casi en cualquier lado.
-Oye Yugi ¿Estas bien? – La pregunta fue en verdad preocupada, ya que el pequeño palideció inmediatamente al escuchar aquel nombre, cosa que le resulto curioso a Joey - ¿Lo conoces?
Entonces Yugi reaccionó - ¿Eh? ¿A quién? – Ups, demasiado tarde.
-¿Tienes algún problema con ese hombre?
“Fantástico ¿Ahora qué?”
No dijo nada y salió del apartamento rumbo a la oficina del Pegasus, necesitaba más que solo respuestas, necesitaba… ¡No! Él requería explicaciones.
CONTINUARA