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¿fantasía? por laraila

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Misaki despertó en medio de la noche, sudando y jadeante.

“estúpido usagi, por tu culpa me estoy convirtiendo en un pervertido” pensó el pequeño para sí, pero es que… ¡cómo se me pueden ocurrir esas cosas! De seguro es por su influencia. Decidió ignorarlo y volver a dormir.

Al día siguiente no pudo ni mirar a la cara a su casero. Esquivó todas sus miradas, estaba nervioso, y cuando por casualidad sus miradas se cruzaban se podía rojo de inmediato.

- misaki ¿te sientes bien? – le pregunto

- no te preocupes usagi san – le dijo bastante nervioso, solo pensar en lo que se le había ocurrido en la noche lo avergonzaba y obligaba a apartar su mirada. Akihiko no dejaría las cosas así, y estaba dispuesto a sacarle toda la verdad a su pequeño, pero apenas se acercó a su novio este lo esquivó astutamente.

- me voy a la universidad – le dijo, y se fue casi corriendo, usagi notó que dejó ahí la mitad de las cosas que tenía que llevar ese día. “¿qué le pasará?” tomó su deportivo y fue a la universidad dispuesto a averiguar todo acerca de su extraño comportamiento.

 

Una vez allí fue a la oficina de su amigo, hiroki, a esperar a que acabaran las clases y poder hablar con su pequeño. Fue al baño pero en la entrada pudo escuchar la voz de su pequeño, que hablaba con su amigo.

- he tenido miles de fantasías con mi novia, no creo que sea extraño que tú las tengas con tu novio

- no estoy acostumbrado a esto – le dijo el castaño muy avergonzado. usagi, al otro lado de la pared, lo único que quería era descubrir cuál era exactamente su deseo, el destino le sonrió.

- ¿me vas a decir con que soñaste o no?

- está bien, pero no se lo digas a nadie – de inmediato bajó la voz, y akihiko tuvo que levantar un poco la oreja y acercarse a la puerta – soñé que estaba con usagi en un hotel, de esos lujosos que no me suelen gustar, pero mientras estábamos en eso… nos grabamos, y to-tomabamos fo-fotos – eso último lo había dicho casi como un susurro.

 

Akiiko volvió a su departamento, si una grabación pornográfica de ellos es lo que quería, una grabación es lo que le daría. Pero antes debía ir a una reunión, para su suerte era algo bastante pequeño y corto, además no podía ir con misaki, pues se quedaría esa noche en el hotel, y misaki tenía trabajo que hacer, no le molestó porque usaría ese tiempo libre para preparar todo.

- entonces misaki, yo ya me voy

- adiós usagi san – “que extraño, usualmente se queja y se niega a ir a menos que yo valla… tal vez está madurando”.

Llegó al lugar y se encontró con una de las autoras que le iban a presentar ese día, en teoría todos los autores ahí presentes se reunían por hacer novelas  “normales” como diría misaki. Akihiko se quedó conversando con Nana, la autora de un libro que él había leído hace un tiempo.

- empecé a escribir desde muy pequeña

- ya veo – dijo algo interesado el escritor, al fin y al cabo tenían varias cosas en común, con el tiempo las copas hicieron efecto, y la honestidad de las respuestas era cada vez mayor.

- ¿aash leído “shueño dhe una noche de verahno? (acabo e inventar el nombre) – le dijo la mujer – fue mi primer yaoi

- ¿eres fujoshi?

- shi shi, pero el sheme “torturaba” a shu uke en una silla, creo que se llamaba bonduge, bandage… algo así

- ¿bondage?

- shi shi, eso – y se quedó dormida sobre la mesa…

“eso va a ser divertido”

- sí, hotel ****, quiero una habitación para este sábado… sí… también “ese” cuartito… sí… y una cámara… gracias, adiós.

 

 

- pero usagi-san, tengo cosas que hacer, no creo poder ir – replicaba el menor ante la insistencia de su novio.

- por favor misaki – le dijo rodeándolo con sus brazos – por mí.

- aaa, está bien – no se podía resistir cuando su casero lo miraba de esa forma.

- por cierto – le dijo cuando ya estaban en el auto, y ya había arrancado – supe que hay algo que quieres hacer – misaki se puso rojo de inmediato

- ¿de-de que hablas usagi-san?

- de que haré realidad ese sueño que tuviste, y una cosa más que fue idea mía – misaki no podía hablar de lo avergonzado que estaba, sabía que esa sería una muy larga noche.

 

Llegaron y dejaron sus bolsos en la habitación, para después bajar a cenar. Misaki estaba demasiado nervioso, ¡no querían que lo grabaran en ese estado! Y sinceramente, tenía miedo de lo que usagi era capaz de hacer.

- no tienes nada que temer – le dijo usagi – jamás te haría daño, apenas terminamos si quieres borro la grabación y las fotos – eso en parte lo tranquilizó, pero ¿¡cómo se había enterado!? De igual forma eso ya no importaba.

- us-usagi san, yo… no estoy seguro

- no te preocupes, te haré relajarte – le dijo con su lasciva sonrisa.

Al terminar la cena misaki se estaba dirijiendo a la habitación, pero fue detenido por usagi, quien presionó el botón 10, el último piso.

- nuestra habitación está en el piso 7

- no vamos a la habitación misaki.

El pequeño uke estaba demasiado ansioso, no sabía a donde lo llevaban, pero presentía que no era para nada saludable.

Entraron a un pequeño salón, muy simple, había un sillón, con algo extraño en la parte de arriba, un espejo al frente, una cámara grabadora a cada lado, y otra fotográfica encima del sillón, y una puerta que al parecer llevaba a un baño.

- usagi… yo… esto…

Ni alcanzó a decir una palabra, usagi lo besaba mientras cerraba con llave la puerta detrás suyo, apretó un botón de un control remoto y una voz interrumpió el silencio.

*iniciando grabación*

- ¡no! Espera, ¡usagi-san!

- ¿Por qué no? Esta es tu fantasía

- ¿pero qué es eso? – preguntó apuntando a la estructura arriba de la espaldera del sillón.

- ya lo verás – le dijo – tu relájate.

Lo recostó sobre ese mueble rojo de terciopelo, y empezó a besarlo hambrientamente, no podía negar que la sensación era tanto o más excitante a como la recordaba en su sueño. Usagi sacó de debajo del sillón una botella de vino blanco que estaba en una cubeta de hielo. Abrió la botella, tomó un poco del vino, y lo besó nuevamente, el sabor del alcohol mareaba la poca conciencia que le quedaba al pequeño.

Los primeros gemidos de la noche empezaron, y con ello su ropa empezaba desaparecer. Primero quitó la chaqueta y la camisa del menor, dejándolo únicamente con la corbata.

- ¿misaki, quieres que me  quite la camisa? – le preguntó

- usagi-baka – le dijo con los últimos rayos de lucidez. Usagi lo levantó y lo hiso sentarse sobre sus piernas, ambos frente al espejo

Acarició con su lengua la parte de atrás de su cuello, jugaba con ellos haciendo círculos para que no se diera cuenta de lo que estaba haciendo con sus manos, para cuando  miesaki se dio cuenta, ya era demasiado tarde. El pequeño castaño estaba sentado en ese sillón, con las muñecas atadas a la espaldera ¡para eso era!

- ¿¡qué haces!?

- divertirme

- ¡no juegues conmigo! – le replicó

- jamás te humillaría – le dijo seriamente – va a ser una nueva experiencia – le dijo mientras salía de esa posición. Bajó los pantalones del pequeño y pudo ver su semi erección. La escena era demasiado apetecible. Se acercó a esa parte tan sensible del pequeño y empezó a masajearla. Una descarga eléctrica lo inundó desde esa parte hasta el resto de su cuerpo.

- ¿quieres que haga algo con esto? – le preguntó algo divertido

- cállate.

Usagi tomó un caramelo de anís que estaba en la cubeta, y empezó a chuparlo muy sensualmente frente a misaki, mientras este solo podía imaginarse que ese caramelo era su miembro, y su erección crecía cada vez más frente a los ojos de su casero.

- ¿quieres que haga algo con esto? – le volvió a preguntar tocando la punta de su miembro con su mano, cosa que arrancó un gemido de la garganta de misaki. El pequeño puso una cara suplicante, por el momento fue suficiente para el escritor.

Tomó uno de los hielos de la cubeta, y lo pasó por todo su torso hasta llegar a su vientre, muy cerca de su miembro y lo dejó ahí unos segundos. Misaki solo podía seguir gimiendo.

- usagi… por favor…

Usagi captó el mensaje, tomó el miembro del pequeño y lo puso en su boca, subía y bajaba por toda la extensión de este, jugaba con su lengua y lo volvía a meter, lo lamía y le daba besitos. Misaki estaba ido de tanto placer, el saber que estaba siendo grabado le daba gratificación extra,  la sensación fría del hielo sobre su miembro le hiso gemir todavía más fuerte.

- estás muy sensible hoy – le dijo usagi - ¿será que verte a ti mismo te excita? – le preguntó haciendo referencia al espejo frente suyo, y siguió lamiendo.

- usagi… ahhg, me vengo

- aún no – le dijo, y tapó su miembro para evitar que terminara, sacando un quejido de dolor de misaki.

- usagi san

- iré a darme un baño – le dijo, y salió de la habitación a esa segunda pieza tan tranquilo. El miembro de misaki le dolía, quería venirse, se vio a sí mismo rojo por la excitación, con unas pequeñas lágrimas de placer, no podía deshacerse él mismo de su problema porque estaba atado, y ahora que lo notaba, otras cadenas amarradas a los pies del sillón le impedían cerrar sus piernas, por lo que se veía obligado a dejar su miembro expuesto a las cámaras que estaban a los lados.

Escuchó el agua de la regadera correr, y su estado actual solo le permitía imaginarse a su casero en el baño, desnudo, con las gotas de agua bajando por todo su esbelto cuerpo, por sus brazos bien formados, por su abdomen plano, por sus piernas largas, por su miembro duro también. Pero esas imágenes solo aumentaban su agonía.

Salió del baño solo son la toalla puesta, y se sentó al lado del castaño, tomó la cámara y lo besó, sus lenguas danzaron dentro de su cavidad de manera sensual y placentera, tomó una foto de eso, y otra con las bocas separadas, pero sus lenguas unidas aún. Se separaron finalmente por la falta de aire, solo un hilito de saliva los mantenía unidos.

Empezó nuevamente a tocar el abdomen de su pequeño, su toalla se salió dejando ver la magnitud de su deseo también.

- usagi san, por favor, me duele

- ¿Qué quieres misaki?

El misaki común y corriente jamás le diría, pero en su estado actual, tan urgido por terminar de una vez, dejó su orgullo de lado.

- hazme venirme, por favor. – le dijo muy excitado, con las pequeñas lágrimas de placer saliendo de sus verdosos ojos, y un hilito de saliva cayendo de la comisura de sus labios

- no faltaba más.

Volvió a chupar el miembro muy erecto de misaki, subía y bajaba, mordía y besaba toda su extensión, tomó otro hielo y lo puso en los pezones del pequeño, endureciéndolos de inmediato.

-¡AAAAAGGGHHHH! – misaki terminó en la boca de su casero, había sido realmente muy intenso, demoró unos minutos en recomponerse, cuando recobró la vista su casero le mostró una foto de él justo en el momento en que se vino.

- usagi hentai, ¡bórrala!

- te dije que lo haría cuando terminemos – le dijo lujuriosamente.

Desató sus pies y sus manos, y lo llevó al frente del espejo, como aún estaba bastante aturdido por la sensación tan extrema que había sentido, no fue difícil amarrar sus manos nuevamente un poco más alto que su cabeza. Aún tenía la cámara en su mano. Acercó tres dedos a misaki.

- lámelos – le dijo casi como un gruñido en la oreja, éste, en busca de más placer, lo hiso, mientras veía como las cámaras de video los habían seguido.

Misaki simulaba una felación, mientras el escritor registraba cada movimiento con una foto, una vez listos, encajó el primero, sacando nuevos quejidos, lo mismo pasó con el segundo y el tercero, poco a poco fueron bajando hasta encontrarse ambos en el suelo, nuevamente, misaki se encontraba urgido por venirse, la experiencia era realmente enloquecedora.

- ¿Qué quieres que haga misaki? – le preguntó lascivamente el escritor, como un susurro en su oído, la cordura ya no existía, por lo que dejó afuera todo el pudor que habría podido tener, y respondió.

- por favor, hazlo

- ¿hacer qué?

- mé-métela – le dijo completamente excitado, y sorprendido de sus propias palabras, pero la respuesta lo avergonzó aún más de lo que ya estaba.

- no lo haré, deberás solucionarlo tú.

Vio en el espejo la cara de satisfacción de usagi mientras él, resignado ante las circunstancias, acercó su entrada al miembro del escritor, y con solo un poco de ayuda se auto penetró mientras usagi le tomaba fotos del proceso. Se quedaron unos segundos así, uno detrás del otro, sin decir nada, las respiraciones eran entrecortadas, y calor asfixiante, y las ansias infinitas.

- usagi san, por favor… - le dijo esperando para que se moviera como solía hacerlo.

- te dije que lo solucionaras – le dijo para luego lamer su cuello.

Misaki, ayudado por la cadena que mantenía sus brazos en alto, empezó a subir y bajar lentamente por toda la extensión del miembro de usagi, en parte quería vengarse de él por haberlo hecho sufrir antes, pero sus propias ansias de acelerar el ritmo le jugaban en contra.

Sintió nuevamente ese frío del principio, usagi había llevado un hielo, y lo empezó a pasear por toda la espalda de éste, dándole espasmos de placer infinito. El miembro de su novio tocó ese punto especial en él, que nublaba su vista y le daba una fuerte descarga eléctrica.

- misaki, me vuelves loco – le dijo el mayor mientras tomaba la cadera de su novio, y empezaba a subirlo y bajarlo salvajemente mientras lo masturbaba con la otra mano, las cámaras seguían grabándolos y el calor seguía aumentando, las descargas eléctricas eran cada vez más intensas, hasta que misaki no pudo más y terminó manchando el espejo. Mientras intentaba recobrar su conciencia, se fijó en la cara de usagi reflejada en el espejo, ansioso por terminar, las gotitas de sudor que escapaban de su frente, sus labios apretados por la urgencia, sus ojos firmemente cerrados, y sus mejillas muy rojas a causa del calor, subiéndolo y bajándolo para llegar al ansiado orgasmo, hasta que por fin.

- ¡aaaahhgg! – un ronco gemido por pare del escritor que indico el fin de esa muy intensa noche, infinitamente más que todas las otras. – te amo misaki.

 

 

- no puedes decir que no lo disfrutaste – le dijo el peliplata mientras lo abrazaba dulcemente dentro de la bañera de la habitación.

- usagi baka, cuando te fuiste al baño dolió realmente mucho

- tal vez me excedí un poco, pero por lo que vi lo disfrutaste – le dijo mostrándole la cámara con la evidencia de lo que pasó ese mismo día, minutos atrás.

- dijiste que las borrarías.

- pero que desperdicio, ni siquiera las hemos visto – puso al pequeño entre sus piernas y empezó a ver las fotos, misaki estaba realmente muy avergonzado, había dicho y hecho muchas cosas que jamás se creyó capaz de hacer.

- ya bórralas, no quiero que nadie las vea – le dijo el castaño

- yo tampoco, esas expresiones tuyas son solo mías

Mísaki no respondió a eso, porque en el fondo, muy en el fondo, misaki tampoco quería que nadie viera esa expresión en usagi.

- también voy a borrar las cintas de las cámaras de video

- está bien – le respondió misaki

 - aunque haya sido algo brusco, nunca dejaré de amarte – le dijo mientras empezaba a lavar su cabello y frotar con la esponja su cuello.

- también te amo – dijo casi como un susurro, pero perfectamente audible para el escritor.

Notas finales:

¿les gustó? ¿no les gustó? ¿tomates? díganme en las reviews

si quieren la fantasía de alguna otra pareja háganmelo saber, tal vez me animo :D

gracias por leer ^^


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