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Matrimonio de lobos por Bleryaoi

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Notas del capitulo:

Hola, ah pasado un tiempo, una disculpa por la tardanza

Tube unas merecidas vacaciones y las use lo mejor que pude, una disculpa de antemano por las faltas de ortografía XD espero no sean muchas.

Gracias a las personas que me tuvieron la paciencia hasta el momento.

Solo dire que en el siguiente cap, tendremos µás momentos RobbxJon nuevamente.

Sin más interrupciones los dejo con el capitulo ya 17 de matrimonio de lobos

 

 

*Este capitulo esta corregido el 28 de abril de 2020

Fueron un par de horas acompañadas de una mañana brillante y prometedora a pesar de las ventiscas y la hiel. Todo lucia, aunque le damnificara admitirlo, un poco más reluciente que como lo dejo, tan promisorio, con un trono tan cercano, con Starks todavía rondando los pasillos, como fantasmas que se negaban a irse de una vieja tierra encantada, pero eso se podía solucionar, todo se podía…incluso la muerte…solo necesitaba paciencia, tiempo y un par de manos que se movieran en su nombre, y las últimas…bueno, ya estaba trabajando en ello.

 

Solo necesito una noche y el manto de la obscuridad volvió a tornar sus ojos en terror puro y extático. Realmente extraño verlo así.

 

¿Cómo fueron tus años sin mi? ¿La pasaste bien?—Su mano cubría su boca evitando un grito de silenciosa agonía, mientras miraba sus uñas clavarse en la cabecera de la cama, tan llenas de tierra y sangre—Oh, no me veas así, mi fiel…fiel siervo…—Paso una mano gentil sobre su mejilla adolorida sin despegar la otra de su boca—¿No creíste que me iría por tanto verdad?—Pregunto con una sonrisa tan sincera y podrida que poco o nada se parecía a un hombre cuerdo—Pero no te preocupes, no estaré aquí por mucho, no te…pondré la misma atención que antes, así que escucha bien, solo necesito que hagas esto, un ínfimo favor, algo insignificante a cambio de…bueno, terminar estos dulces encuentros entre ambos—Dijo acomodándose en la cama a un lado suyo, sonriendo cuando el otro se quejo por haberse acostado sobre su mano adolorida—¿Entonces…entiendes lo que debes hacer?—Theon asintió, lento, casi temblando y Ramsey supo que podía contar con él otra vez.

 

En cambio, dentro la torre de cuervos, la dama Stark no podía estar tan segura de sus propios aliados.

 

—¿Qué es esta vez lo que te atormenta?—Robb preguntó a su hermana, quien no solo mostraba angustia por los recientes acontecimientos, pues, ya había perdido la cuenta de cuantos días seguidos había estado esperando una respuesta de su hermano menor.

 

Brann, no hay una sola noticia suya, y tampoco recibo respuesta de los otros maestros—La sombra peso en ambos. Si Brann no contestaba tendrían que enviar a alguien en su búsqueda, era insensato que estuviera tan incomunicado en esos tiempos.

 

Los maestres están exiliados gran tiempo, puede que solo este enfocándose de más—Intento consolar, pero ambos sabían que era improbable.

 

Esperamira—Ella camino hacia el frente, con la esperanza de una respuesta en el cuervo del horizonte, sin embargo, los cuervos detrás de la primera de las aves desvanecieron su sonrisa…algo estaba pasando.

Mientras tanto, en el patio principal, las espadas chocaban ensayadas y repetitivas, frente a la vista de Jon Snow, su hermana, postulada a guardia real y Jaime su supervisor personal, estaban allí, en uno de sus tantos entrenamientos.

 

Entonces…esa bruja es el principal problema—Arya. En el patio de entrenamiento, lanzaba a aguja hacia delante chocando con la espada de Jaime.

 

Arya—Jon, sentado tan solo a unos metros prudentes de sus ejercicios le advertía de sus palabras tan despreocupadas, pues se suponía, era un tema solo de familia.

 

Como si no hubiera regresado a escuchar—Se burlo de nuevo poniendo una mano en su espalda nuevamente, solo danzando con el león en un juego de golpear y defender.

 

Para tu sorpresa, no lo hice—Jaime le sonrió petulante. Entrenando casi con el mismo aburrimiento que ella, ambos consientes que por su herida no podrían hacer mucho más. Arya le devolvió la sonrisa—No me interesan las historias de fantasmas—Agregó para darse veracidad.

 

No son historias de fantasmas Jaime—Jon corrigió—desearía que lo fueran…—Dijo pasando casi inconsciente la mano por su pecho, haciendo que el rubio prestara nuevamente esa atención inusual a su persona.

 

Jon, ¿No deberías ir con nuestros hermanos?—Arya se apresuro a interrumpir los ojos de Jaime, pasándose enfrente de su hermano con algo de recelo, dando por finalizado su infructífero encuentro—Sansa y Robb ya deben estar desocupados en este momento—Añadió haciendo que se levantara, solo un poco dolido de que su hermana favorita lo desairara de aquella forma, pero aún así, asintiendo. Solo necesitaba un poco de aire después todo lo ocurrido.

 

Tu tampoco tardes en venir—Ofreció Jon, dando un asentimiento de cabeza a Jaime al retirarse, y el caballero, como siempre, sonrió ampliamente para despedirlo.

 

Arya, sin embargo, no dejo de mirarlo, avanzando a una pequeña barda para tomar una cantimplora y beber de ella, observando sin discreción hasta que su hermano termino de marcharse.

 

—¿Te gusta mi hermano?—Preguntó ella sin ninguna delicadeza. Había estado esperando para hacer esa pregunta, especialmente desde esa noche, donde Jaime parecía genuinamente preocupado por su bienestar.

 

—¿Celosa?—Jaime sonrió pícaro a la más joven y esta refunfuño—pensé que ya tenias a tu amigo el Baratheon—Arya presiono sus labios, se daba cuenta de que no la tomaba ni un poco en serio.

 

—¿Qué es lo que quieres?—Preguntó otra vez, esta vez con más firmeza y seriedad—¿Qué quieres de nosotros?—Especificó sin dejarlo evadir la pregunta.

 

—¿De ustedes?—Jaime pensó en que su aversión a los Stark realmente si tenia fundamentos, siempre tan recelosos de los extranjeros…tan precavidos qe era molesto—De ustedes no me interesa nada, mi único deber es proteger al príncipe—Contestó resignado, bajando su espada para escuchar lo que tenía que decir la espadachín.

 

—¿Por qué?—Insistió Arya tratando de ver más allá de sus palabras—él ya tiene a Robb—Expuso sin entender que es lo que motivaba al ahora zurdo a buscarlo de esa forma.

 

—¿Y tu hermano lo tiene a él?—Regreso la pregunta con enfado camuflado de cinismo. Pero la afirmación hecha de manera tan natural había sido un golpe bajo—A tu hermano, medio hermano—corrigió—no le conviene estar en el norte, a nadie de hecho, seria mejor llevarlo de vuelta a Kings Landing—Observo retador.

 

Robb jamás dejaría que se fuera, él le cortaría la cabeza a cualquiera que lo intentara—Puntualizo como si intentara defenderlos, aunque no estaba muy segura de que.

 

Tu hermano no duraría en una pelea, no ahora por lo menos. El pudo haber ganado una batalla alguna vez, pero eso no lo hace invencible, mucho menos cuando su único entrenamiento es andar a caballo y dar ordenes—Afirmo sin miramientos, señalando lo que Arya no podía negar.

 

¿Esta seguro de eso Sir?—La voz salió con un aire de amonestación, alta y clara, precisa y totalmente intencionada a reprender. Sansa llegaba apresurada con una carta en manos, escuchando apenas la conversación en el jardín.

 

¿Mi lady?—Jaime presiono sus labios en una mueca forzada. Sansa, aun cuando podía mantener la edad de una jovencita, no era una persona con la que deseaba enfrentarse, la política no era su territorio y había escuchado el rumor de cómo dejo morir al traidor Bolton a manos de sus propios perros de caza. Definitivamente una batalla que no quería librar si no era necesario.

 

Le llego una carta de su hermano—Jaime bajo el rostro, ¿Qué más podía hacer contra la niña? Ya tenía suficiente discutiendo contra la otra hermana.

 

Le agradezco—Dijo recibiendo la carta con el sello del león.

 

Y yo agradecería que dejara de provocar a mis hermanos, esta aquí para ayudar, no para causar más problemas—Lo regaño y Jaime casi pudo ver a su madre en ella, mucho menos intimidante, pero ciertamente con la templaza de una mujer que haría cualquier cosa por su familia.

 

Lo intentare—Prometió mientras Sansa se alejaba con su hermana con cierta urgencia, permitiéndole leer en privado la carta de su hermano.

 

En ella hablaba de la situación Westeros, no mucho mejor que la de ellos. Rencillas, pleitos, odio a los Stark y a la reina por respaldarlos. Y Tyrion, bueno, el estaba en la cima de otra protesta, los pocos Lannister que se mantenían en Casterly Rock no lo reconocían como una autoridad, claro, lo escuchaban, ¿Cómo no hacerlo cuando tenía a la reina y al fuego de sus dragones? Pero, en cuanto tenían la oportunidad, faltaban a sus reuniones, saltaban su autoridad y proponían a miembros “mas aptos” para ser la cabecilla de casa del león.

 

Hasta cierto punto, nada fuera de lo usual o pronosticado, sin embargo, un problema más era el que realmente llamaba su atención y la de su hermano, pues lo resaltaba con un poco más de ímpetu que todo lo anterior.

 

“—Hay un nombre del que debes estar al tanto “el señor de Bravos” le dicen, no se si fue el destino o la eficacia de nuestro maestro de susurros, pero ese nombre ha pasado de ser un rumor a una constante en nuestras charlas y tú, querido hermano, estas demasiado lejos para que te interesé un hombre del país libre, pero no cierres los ojos, no descuides tu espalda y asegúrate de mantenerte vivo—”

 

Jaime suspiro y guardo la carta nuevamente dejando caer una invitación dorada detrás de la carta. No estaba tranquilo con las palabras de su hermano, Tyrion no era un hombre supersticioso ni de malos augurios así que debía tomar en cuenta su advertencia.

 

Estas angustiado por él—El cabello platinado de Daenerys brillaba con la luz que entraba por vitral justo detrás de ella. Adivinando las preocupaciones que pasaban por la mente de su mano.

 

Tyrion y ella apenas habían tenido un minuto para hablar a solas; del reino, de la desobediencia de los norteños, de las represalias de los pueblos libres, de la inusual calma de los de bravos al perder todos los interés que generaba su antigua deuda.

 

Él esta muy lejos—Mustio Tyrion, por un momento arrinconado por los pensamientos de su último familiar con vida. Había cambiado tanto y tantas veces…

 

Y tu estas aquí, deberías concentrarte más en todo lo que esta pasando—Regaño esta vez, solo tomándose un minuto para suspirar—Lo siento, pero esto no esta bien…¿Acaso me equivoque? ¿Tome la decisión errada con ellos?—Pregunto la reina poniendo apenas dos dedos en su frente, pensando en los hombres del norte, eran todos tan difíciles.

 

No su majestad…no al menos todavía—Intento consolar el enano acercándose al pie del trono de hierro.

 

—¿Debí elegir al asesino de mi padre en vez de el honor de los Stark?—Tyrion negó rápidamente, casi con demasiada fuerza en su cabeza. Jaime no debería tomar el trono, no era un candidato bueno para ello, no con todas sus…perdidas a cuestas.

 

Mi reina…si creyera que Jaime hubiera sido un buen compañero para Jon, yo mismo lo hubiera propuesto—Dijo con verdad en su corazón, acercándose apenas para sostener la mano de la mujer angustiada.

 

Lo rechazas…incluso cuando lo amas más que a mi—Tyrion bajo el rostro por la acusación. Amaba a su reina, la admiraba y le serviría hasta el último día de su vida pero…Jaime era su hermano, su familia.

 

No lo hago—Contestó sin negar aquella verdad—pero…él ya estuvo demasiado tiempo en este lugar, hay demasiados demonios acechándole—Relato con tristeza y lastima.

 

Necesitamos que vuelva Tyrion, el debe retomar Casterly Rock—Tan contundente como solo ella podía ser ella lo miro y el no tuvo otra opción más que asentir.

 

Sin importar lo que su hermano deseara, lo que el norte deseara, lo que Jon deseara, todos tenían que volver una vez más.

 

Robb, a su vez, estaba junto con sus hermanos, leyendo la misma carta dorada que el Lanniser había recibido poco antes, pero esta dirigida a su apellido.

 

Ni siquiera tenemos un caballero al cual mandar—Sansa se quejo, recordando a Brienn.

 

La invitación, no era para otra cosa que un torneo de caballería, uno obligatorio y con carácter de urgente. La reina argumentaba que después de sus inconvenientes en la unión de sus casas, necesitaban reafirmar lo antes posible la posición de ambos. Mostrar la fuerza de sus ideales con una batalla.

 

No están pidiendo un caballero—Robb se inclino hacia delante, la realeza estaba al tanto de su capacidad militar, de su gente de confianza y de la carencia de la misma—Están llamando a uno de nosotros—Todos guardaron silencio un momento.

 

Era una invitación directa a la unión Stark, Jon o Robb, cualquier de los dos debía enfrentarse a quien sabe que hombres y mercenarios con tal apagar las revueltas causadas por su unión.

 

—¡No!—Sansa inmediatamente miro a Jon—No puede ir ninguno de los dos—Añadió también mirando a Robb, recordando sin desear las palabras recientes del Lannister. “No ha hecho más que cabalgar y ordenar”

 

Puedo hacerlo yo—Arya se ofreció rápidamente, pero aun mirando al suelo, era imposible que aceptaran a una mujer tan joven para representarlos.

 

Aún estas herida Arya, jamás dudaría de ti, pero no te dejare combatir sabiendo eso—Jon señalo mirando por un momento a garra a su lado, ciertamente no estaba en su mejor estado, pero el que tenía más experiencia en ese momento, era él.

 

—¡Lo haré yo!—Robb levanto la voz—Soy y seguiré siendo el señor del norte y si es necesario hace esto para demostrarlo, que así sea

 

Robb, tu no—Jon intento llevarle la contra, pero Robb se puso al frente suyo.

 

¿Yo no que? ¿No soy tan bueno como tu?—Jon guardo silencio de inmediato al igual que sus hermanas—Yo voy a ir Jon—Aseguro sin prestarse a escuchar más—soy la mejor opción para esto—Susurro al final mirando su propia espada. Ninguno de sus hermanos pudo discutir.

 

¡Esto no esta bien!—Sansa volvió a negar, buscando entre sus pensamientos una sola persona que pudiera representarlos, pero solo se encontraba con el vació.

 

—¡Sansa!—Robb le gritó, por primera vez en mucho tiempo—Sansa…Arya…Jon, ¿Creen que puedo ganar?—Les pregunto mirándolos a cada uno, quedando en silencio por segundos que parecieron hacerlos dudar.

 

Yo creo que puedes ganar—Por fin, Jon rompió el silencio mirándolo a los ojos—pero tendrás que tener más ímpetu que todos allá—Aconsejo poniendo una mano en su hombro con fuerza, con confianza.

 

Ya regresaste una vez de la muerte, tal vez puedas hacerlo otra vez—Arya le sonrió y bromeo con solidaridad. Haciendo que su otra hermana tuviera que reír a la fuerza por su sinceridad cruel.

 

¿Quién cuidara el norte cuando no estén?—Se quejo Sansa, mucho menos gallarda que minutos atrás.

 

Tu lo harás…siempre lo has hecho o no?—Ella no pudo decir nada más ante las palabras de su hermano, suspirando derrotada.

 

Iré a darle una respuesta a la reina—Salió del lugar sin poder creer que una vez más sus hermanos estarían a prueba. Caminando solitaria hacia la habitación principal, demasiado pensativa para notar al hombre con el que chocaría justo en ese momento.

 

Sansa…—La voz familiar la hizo levantar el rostro. Se suponía que esos pasillos ya estaban prohibidos para la servidumbre.

 

Theon—Ella movió su cabeza a modo de saludo pero sin entender que estaba haciendo allí.

 

Tienes que ayudarme…

 

Notas finales:

Gracias por leer! contestare los reviews mañana por la mañana, pero agradezco las a Amy y Galatea :3, me dan animo y si mi situación mejoro un poco XD

Gracias a los lectores y nos vemos en el siguiente capitlo! 


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