Las palabras que Robb le había brindado momentos antes de entrar, ahora las entendía y bien pudo haberlas cambiado por “deja que yo me encargue”. Los sombríos rostros en cada uno de los asistentes a esa reunión fueron mostrados nada más al verlos entrar juntos. Las palabras crueles y los gestos de desprecio en cada uno de ellos poco a poco lo hacían sentir fuera de lugar y nada mejoro cuando, después de varios informes y decretos, Daenerys declaro el compromiso de Robb Stark con Jon Targerian como un hecho.
El silencio era una mala señal y ambos jóvenes lo sabían, pero una voz no tan agradable interrumpía el silencio entre todos. En ese instante, Jon solo pudo sentir la mano de Robb sobre hombro, presionando para recordarle que él estaba allí.
—Pues, que más podemos decir mi reina—Asha Greyjoy era aquella que quebraba el silencio—esperaremos la pronta invitación a la “alianza” Stark Targaryen—Robb tomo la mano de Jon inclinando la cabeza en señal de agradecimiento. Muy a pesar de su encuentro anterior, era la primera en mostrar su apoyo, Jon, sin embargo, se mostraba cabizbajo, pensativo por las acciones de Robb y recordando las palabras de Varys ¿Quién de los era el que de verdad se sacrificaba?
—Vamos Jon—Robb trato de despertarlo de su distracción, pero el moreno solo atino a seguirle, pensando detenidamente. Su hermano, siendo tan orgulloso, se exponía a las burlas y estragos que pudiera pasar su nombre con tal de tener al norte unido nuevamente. ¿Por qué?, Porqué era su deber, el deber que su padre había puesto en sus hombros—Jon…—Una mano en su rostro lo hizo alejarse mirando a los lados como la gente los devoraba con la mirada, la gran mayoría inconformé y con indicios de rabia en sus voces.
—Hay que salir—Jon empezó a avanzar con Robb detrás de él, se sentía abrumado, solo hasta ese momento ponía real atención a lo que significaba ese compromiso. Había sido una jugada demasiado arriesgada, pero ahora lo veía, si los Stark no hubieran tomado el lugar a lado del trono, ¿Quién hubiera reclamado ese puesto?
No pudo sacar de sus pensamientos esa pregunta durante toda la tarde, pasando casi todo el tiempo en completo silencio, interrumpido por una que otra pregunta acerca de su bienestar de parte de Robb, quien se mantuvo a su lado como solo Gosth solía hacerlo, lobo que ahora descansaba junto a viento gris en el más allá.
—Tranquilízate Jon, no creeré que esto es demasiado para ti—El mestizo tomo aire nuevamente, suficientemente alejado del salón principal para tener un poco de espacio, podía sentir las manos de Robb en sus hombros, justo detrás de él, protegiéndole.
—¿Por qué no me lo dijiste?—Jon pregunto entristecido por todo lo que alcanzaba a comprender—¿Por qué solo me decías que a nadie le importaría, que todo estaría bien?—se quejo indignado consigo mismo por no darse cuenta y haber dejado toda la carga en sus manos…no, no toda, más incluso con su actitud caprichosa e infantil, actitud que Robb tuvo que solapar y solventar para que los demás no se percataran de su disgusto.
—Vamos, debemos regresar—Jon tomo aire nuevamente, asintiendo, había pasado demasiado tiempo y se estarían preguntando por la nueva pareja—Jon— pidió Robb con más demanda, a lo que el otro empezó a seguirle, recordando la última vez que se sintió de esa manera, tan ignorante de todos los enemigos que le rodeaban, tan ingenuo…tan…imbécil.
Ambos entraron nuevamente a la ya casi sala vacía, Jon, mucho más serio que antes, había soltado ya la mano de Robb, no creía necesario demostrar más muestras de afecto que las de por sí el castaño les había regalado a todos.
—Y justamente de ustedes estábamos hablando—Tyrion los recibia sin desaprovechar ni una sola gota de licor—hemos empezado la celebración—levanto las manos, una con una copa y otra con una jarra llena de vino—con permiso de las damas presentes por supuesto…—Señalo a una sonrientes Daenerys y Missandei y a una molesta Catelyn Stark, quien no había tenido otro remedio que soportar la actitud jocosa de Tyrion.
—Este no es lugar para sus festejos Lord—Robb señalo a pesar de la presencia de la reina pero Jon se adelanto y le robo la copa a Tyrion, tomando todo el liquido que contenía con premura, en verdad lo necesitaba.
—¡Bien!—Alargo Tyrion aquella acción, mientras Jon se limpiaba el liquido derramado en sus comisuras—yo le enseñe a beber—dijo alegre y orgulloso mientras Robb entre sorprendido y confundido miraba a su compañero de caminata beber otro tanto.
—No se asusten Stark—Hablo Daenerys—él siempre es así cuando esta feliz—intento tranquilizarlos mientras, Jorah quien aunque animado e incluso un poco divertido con la escena, murmuro unas palabras al oído de Daenerys—me temo que debo retirarme a tratar unos asuntos de importancia—Se disculpo levantándose con sus seguidores a un lado—pero por favor continúen su celebración, aunque quizá quieran hacerlo en un lugar más propio—Ordeno disfrazando sus palabras en una sugerencia—Stark, Greyjoy—Robb volteo a ver la mujer del fondo que se encontraba charlando a solas con su hermano, esta hizo una reverencia y dio unas palabras de despedida a la reina, dejándolos solos.
—¿Y bien? ¿Dónde están las mejores mujeres en King’s Langing?—La morena Greyjoy se acerco a todos, tratando de integrarse en la conversación de Tyrion, siendo repelida por la única pelirroja en la sala.
—Pues, el antiguo burdel de meñique sigue en pie, he escuchado buenas, muy buenas historias de ese sitio ¿No es verdad Varys?—El eunuco sonrió con esa típica mueca que mostraba a la mayoría de personas, imparcial, indiferente, pero cortés—¡Las mejores pu…!—Estaba casi cantándolo y girando cuando la cara de Catelyn se apareció justo delante de él, había olvidado por completo su presciencia y parecía que en cualquier momento soltaría sus famosas y mordaces palabras, pero gracias al eunuco maestro de susurros, esta no tuvo la oportunidad de hablar.
—Me parece que gente como nosotros disfrutamos más los lugares tranquilos y apacibles mi lady—Dijo acercándose a la ofuscada mujer quien después de un par de intercambio de palabras y las señas de Robb accedió a ir a sus habitaciones dejando solos a los más jóvenes para que estos pudieran acompañar a Tyrion al famoso lugar.
Llegando casi la media noche, bromas y bebida habían sido intercambiadas en toda su estadía, Robb estando casi solo, pues Jon había pasado de beber una copa en el salón a beber dos jarras completas en el burdel, todas en compañía y festejo de Tyrion, quien contaba historias de la muralla para Jon y alguna que otra del mar para la joven Greyjoy quien solo reía de las palabras de ambos, los tres como si fueran amigos de toda la vida.
—Pero por favor hagamos que todos participen—Tyrion sonreía abiertamente, señalando a Robb con una copa, Jon lo miro y desvió ligeramente el rostro a otro lado, aún avergonzado por su comportamiento anterior y las acciones tan cuidadosas de Robb hacia su persona.
—Si a Jon le parece divertido este tipo de juegos…—Dijo el aludido acercándose a ellos y sentándose junto a su antiguo familiar. El enano en un principio le desagradaba por todas las malas jugarretas que los Lannister habían hecho a su familia, pero Bran le había convencido de que no era un mal hombre, solo uno muy peculiar, verlo ahora a un lado de un despreocupado Jon Snow no hacía más que confirmar esas palabras.
—Oh…eso no es verdad—Jon sonrió débilmente negando su premisa mientras bebía un poco más—Yo desconozco totalmente los juegos que propone—Las risas se escucharon, un poco por la desconfianza a Tyrion y otro tanto por la bebida en sus entrañas.
—Bien, bien…veamos, yo daré una aseveración sobre ustedes, si esta es verdadera, ustedes beben, sino, yo beberé, nadie pierde—Los presentes parecían interesados y optimistas por el nuevo juego—veamos…quien será el primero…—dijo señalando a los presentes, decidiendo—¡Usted! Mi dama marina—la mujer empezó a reír por el nuevo sobrenombre, pero levanto una copa, accediendo.
—Adelante, cuéntame algo interesante de mi misma diablillo—Tyrion hizo una mueca por el sobrenombre, pero no se desanimo, al contrario, lo tomo como un reto a vencer.
—Usted...—Se le quedo mirando, como buscando en sus ojos algo que le fuera de ayuda—usted, sino me equivoco ha pasado noches intensas…muy intensas pensando su majestad, incluso esta muy ofendida porque la alianza que propuso no fue entre usted y ella—Las caras de todos se centraron en Asha y más aun estupor fue escuchado cuando la dama empezó a beber de su copa, quien al terminar solo pidió que le sirvieran más y pidió que rellenaran su vaso.
—Eso no era para nada difícil, de hecho, ¿Quién en todo el reino no ah pensado lo mismo?—Ella empezó a reír a carcajadas, siendo la única mujer en ese lugar que no era una prostituta, una o dos comentarios más del tema fueron lanzados al aire hasta que Tyrion se centro en el Lord de Winterfell.
—Adelante—Robb sonrió haciendo que un variedad de cortesanas se le acercara y le ofreciera sus servicios, los cuales rechazo a la brevedad—veamos que puede hacer el Lannister con sus habilidades de deducción—la duda se asomo en los ojos de Robb, quien apenas empezaba a divertirse en aquel lugar después de haber sido ignorado casi todo el tiempo.
—Lord Stark, el lobo huargo y macho alfa del norte—Se quejo y burlo Tyrion a la vez que buscaba algo en su mirada tal cual hizo con su anterior víctima—tu…—Observo como Jon se le quedaba mirando Robb, totalmente concentrado en su rostro—ya lo tengo—Tyrion celebro, le parecía un momento adecuado para jugar con ambos y a la vez relajarlos—recuerda que no debes mentir lordS—advirtió—es un juego solamente de verdades y confesiones—El hombre enfrente suyo asintió con una ligera mueca divertida muy parecida a la de su fallecido padre.
—¿Dudas del honor de un Stark?—La risa nuevamente estallo en su pequeño y peculiar circulo de amigos por la mención tan famosa que caracterizaba a su casa, quizá su honor quedara a la par de su paciencia justo después del famoso lema de “el invierno se acerca”.
—Jamás me atrevería—Aseguró.
Jon al fin parecía divertido y alegre con el espectáculo que presentaban su hermano y su amigo, también disfrutaba de la compañía a pesar de los Greyjoy. A diferencia de Theon, quien se encontraba en una esquina bebiendo a pequeños sorbos, como un perro regañado, incluso su hermana era una bendición en comparación, con su carácter alegre y cándido lograba quebrar los pocos silencios que se formaban, tratando de mitigar un poco los recuerdos desagradables sobre su hermano, quien, aún cuando estaba arrepentido de haber traicionado a los Stark, no mostraba la misma actitud ante las humillaciones y jugarretas en contra del viejo bastardo.
—…con Jon...—Logró escuchar su nombre, siendo lo único que logro atrapar de la aseveración de Tyrion hacía Robb y no sabía con exactitud lo que el Lannister había preguntado pero la mirada de todos estaba sobre él, incluso la de Robb se notaba turbada aun cuando no dejaba de mirarle, llena de sorpresa como si Tyrion hubiera logrado atraparlo con la guardia baja—Entonces…¿Beberá mi lord?—Reto el enano nuevamente seguro de su afirmación hacia Robb.
El Stark pasaba saliva un poco nervioso, pero se recupero bastante rápido y frunció el seño descontento con las palabras en su contra, miro su copa unos instantes y posteriormente a Jon quien parecía no enterarse de nada de lo sucedido minutos atrás.
—Bebe—Dijo finalmente provocando los abucheos de los presentes y un leve berrinche de parte de Tyrion, quien bebió lo último de sus jarras, dando a entender que había cometido un error.
—¿Qué fue lo que le preguntaste?—Jon preguntó animoso—Jamás en toda mi vida lo vi poner esa cara—Rió nuevamente, bebiendo ya mucho más despacio que antes. Lo que decía era verdad, en todo lo que llevaba de conocerlo, no recordaba haber visto esa cara de sorpresa y nerviosismo en su hermano.
—Nada que el puro y casto Jon Snow deba saber—Robb se apresuro a intervenir antes de que alguien levantara la voz y lleno la copa de Jon en el acto, este solo levanto una ceja curioso—Solo una broma Jon—Afirmo tratando de olvidar el tema.
—El perfecto Robb Stark avergonzado por primera vez…quien lo diría—Jon dijo al aire, aceptando el olvido del tema y recordando como siempre Robb iba un paso delante de él, más fuerte, más popular, con más clase o cualquier adjetivo digno de un hombre, no se imaginaba en que pudieron haber dicho para avergonzarlo aunque sea por unos segundos.
—No es la primera vez…—Por un momento hubo un shok en todos cuando Theon, con copas de más, empezó a hablar—el siempre se avergonzaba así cuando salíamos juntos del burdel—El silencio cayo sobre todos y Robb calló más de golpe que los demás, como si hubieran delatado un terrible secreto.
Jon no comprendía el cambio tan repentino de animo de su hermano, no era un misterio que de vez en cuando ambos salían en busca de mujeres, incluso le habían invitado, pero el siempre los rechazo por el apellido Snow que cargaba en ese entonces.
—¿Como te atreves a hablar sobre mi?—Robb murmuro bajo, pero perfectamente audible para los más cercanos, logrando que la hermana de Theon y el Lannister se alertaran por el cambio de ambiente que había tenido la conversación.
—¿Quién no habla de ti en estos momentos Lord Stark?—La cara de Tyrion se ensombreció aún más cuando otra voz no invitada interrumpía su pequeño y exclusivo festejo.
—De verdad los dioses no quieren verme coger esta noche—Se quejo el enano al ver a su hermano acompañado de Bronn, y el último levanto los hombros tan solo cuando noto la mirada matadora que le lanzaba su amigo.
—No pude detenerlo, lo siento—Bronn, despreocupado se disculpo con él y se sentó junto a ellos a beber, ahora Jaime también estaba frente a todos bebiendo de la misma jarra que minutos antes habían compartido como buenos amigos.
—Creo que es hora de que nos retiremos—Robb, para su propia sorpresa, trataba de evitar las disputas con creces, no quería manchar el nombre de su casa con una pelea de borrachos.
Jon se había levantado para seguirle despidiéndose apenas con un gesto, pero la mano de Jaime lo detuvo.
—Vamos…—Ladeo la cabeza invitando al moreno a quedarse—¿No quieres divertirte conmigo en tu último día en King’s Landing? No creo que él…—señalo a Robb—…te divierta mucho esta noche—Jon parecía casi sobrio después de las intervenciones repentinas y tan solo se quedo a escuchar para lograr estabilidad en sus piernas.
—No es mi último día en King’s Landing—Contestó ignorando completamente la insinuación del rubio, si bien, debía marcharse al otro día rumbo a Winterfell tampoco es como si no pensara visitar a todos en la corte—así que no festeje mi partida Sir Jaime—Jon sujeto la mano del rubio con ambas propias para presionar y soltarse, retirándose junto con Robb de aquel lugar. Ya todos habían celebrado demasiado.
Solo un momento después de su partida las mujeres habían ido para sentarse en las piernas de Bronn y las jarras habían sido llenadas nuevamente, los Greyjoy también se habían retirado rumbo a sus estancias en el reino, dejando a un enano molesto y otro Lannister borracho en aquella cantina.
—Hermano, de verdad no entiendo tu afán por molestar a los Stark—Tyrion estaba sentado a su lado, irritado por haber terminado la felicidad momentánea.
—No tengo un “afán” por molestar a los Stark—Corrigió Jaime sin darle tanta importancia.
—¿Entonces que vinieras a esta cantina en especifico fue una coincidencia?—Tyrion acusaba al otro.
—Sí— Contesto sínico el hermano mayor pero recibiendo un bufido de la mano—Bien, bien…él lobo del norte me tuvo prisionero por más de un año, ¿Ves esto?—levanto su mano de oro—esto fue en gran parte por su culpa—dijo tomando otra copa—no me parece justo que a un niño como él, que solo tomo una venganza inútil y llevo a la ruina a su casa le entreguen la llave de King’s Landing—Bronn, que solo estaba con las mujeres volteo a verlos, asintiendo, de acuerdo con la afirmación de Jaime.
—Tu hermano tiene un punto—Tyrion lo miró con reproche, exigiéndole una explicación creíble a su mercenario amigo—desde mi punto de vista, los que libramos las batallas siempre fuimos nosotros, arriesgando nuestro pellejo más que…bueno, casi cualquiera—dijo Bronn intentando darse a entender lo mejor posible—y no malinterpretes, yo soy feliz con mi titulo y mi esposa, pero ese chiquillo, el “cabeza de lobo” solo murió y de repente vive de nuevo para tomar la gloria en la última pelea…en cambio tu hermano…—Tyrion se levanto, callándolo en el acto antes de que terminara aquella idea.
—Por favor Jaime, no me dirás que ahora estas interesado en ese muchacho—Dijo Tyrion refiriéndose claramente a Jon, uno de los actuales tesoros de la reina.
—En su mano—Puntualizo el rubio con cautela—si pudiera tenerla sin todo lo demás no me quejaría…poder, gloria, y el reino a mis pies—parecía imaginarse todo aquello en cada palabra—claro, tendría que lidiar con ese mocoso una que otra vez pero…—su mirada disto un momento de ese lugar como si se hubiera perdido en otro mundo.
—Bueno, aún con todo eso, la decisión ya fue tomada y no se puede hacer nada al respecto—Tyrion saco un pequeño saco lleno de monedas de plata dejándolo en la mesa—los dejo, tengo que preparar asuntos para mañana, pero por favor, celebren en mi nombre—Molesto, se retiro de aquel lugar sin querer escuchar más del asunto. Ya Jaime había cometido demasiados errores en nombre del amor a su hermana, pero esta vez, ni siquiera podía imaginar que cosas pasaban por su mente desequilibrada.