Jon cabalgaba a prisa en dirección al castillo Stark, había salido para remediar unos asuntos con Tormund y el pueblo de los hombres libres pues Robb parecía demasiado cansado y ocupado esos días para poder acompañarlo, pero nada más al resolverlos un cuervo de parte de la misma Catelyn Stark le había llegado. “Tu presencia es urgente, los Greyjoy están aquí”.
Desagradable fue la sorpresa que se llevo al ver los estandartes Greyjoy al frente de su castillo y más aún cuando Catelyn le había explicado la situación “Theon desea volver a Winterfell”. Es lo que había dicho mientras Robb se hallaba encerrado junto con Sana y los hermanos del mar.
—Sansa—Catelyn se apresuro a ella al verla salir del salón principal, ahora que Sansa fungía como la principal consejera de Robb debía mantenerse a un lado, respetando sus posiciones—¿Qué es lo que ha pasado?—Preguntó la mujer a un lado de Jon, Sansa hizo una mueca de disgusto, si bien, Theon la había ayudado a escapar, también había sido un traidor y un cobarde en momentos críticos.
—Theon ha jurado nuevamente su espada a Robb y lady Greyjoy insistió demasiado, tanto que llego al punto de considerar una ofensa el rechazar a su hermano—Jon presiono la mandíbula, Robb no era estúpido para ceder ante las presiones, pero era demasiado blando en cuanto a su familia se trababa. Y Theon, para bien o para mal, había compartido su pasado lo suficiente para que lo considerara de esa manera—Si tuviera que adivinar, es como si los Greyjoy quisieran el norte para ellos—El de negro abrió la boca, indignado del atrevimiento de la mujer. En su noche en King’s Landing pudo conocer su carácter fuerte y dominante, pero no espero que tuviera planes para hacerse con el norte.
—Es tu deber proteger esta casa y a su señor cueste lo que cueste Jon Snow—Catelyn le recordaba aquel juramento que había echo en el puerto mientras Arya se marchaba. Jon estuvo a punto de contestarle, pero al parecer, la charla con los invitados por fin había terminado cuando las puertas del salón se abrieron—Debes cambiarte y estar presentable, la cena estará lista pronto—Asha miro la escena con curiosidad, saliendo justo después de Robb Stark ¿Desde cuando la tan temida Lady Stonheart era tan amigable con el Snow?.
En los caminos del castillo, Robb acompañaba a Jon a su habitación, escuchando el informe sobre el pueblo de los hombres libres, todo había sido solucionado cuando la pequeña Lady de la casa Mormont había accedido a ceder ciertas tierras para que el nuevo pueblo, pues ella misma aceptaba la falta de soldados en su casa. Aunque claro esta, siempre que estos demostraran merecerlas.
—Has tenido un buen viaje—Dijo Robb terminando de escuchar el pequeño informe, mirando como Jon se quitaba las prendas de viaje para usar unas más limpias y dejando desnuda su bien delineada espalda mientras lo hacía.
—¿Qué fue lo que decidiste?—Dijo Jon girándose de frente ya con la camisa puesta y haciendo que Robb subiera nuevamente su mirada, por la pregunta tan directa.
—Sansa fue rápida en contarte—Contestó sin ninguno tono aparente, no le escondía información a Jon, tampoco a Sansa, o al menos no desde que la bruja roja había desaparecido, algo que internamente había agradecido a los dioses.
—Contesta Robb—Demando acercándose a él sin ningún tipo de temor o nerviosismo. El mismo castaño lo había notado, desde que pasaron la noche juntos en el bosque helado, Jon había adquirido mucha más confianza, como la que contaban los de la muralla y el pueblo libre que tenía al comandar el norte.
—Él se quedara como un ayudante—Habló Robb sabiendo la poca gracia que le hacía a su familia tener a los Greyjoy dentro de su hogar—He permitido que se quede, pero no como mi escudero, ni siquiera como un soldado, será un simple mozo como cualquiera, incluso inferior a ellos—Jon giro su rostro, enfadado por la decisión.
—Ese hombre mato a tu gente, ¡Estuvo a punto de matar a Bran!—Los ojos del de negro parecían enfurecidos. Theon no era más que un traidor que no había hecho más que pavonearse como señor mientras servía a los Stark, solamente para darles la espalda en su momento de necesidad.
—¡También salvo a Sansa y apoyo el reclamo de tu reina!—Robb levanto la voz como el señor de Winterfell, incluso las doncellas que pasaron a un lado de su habitación habían escuchado la respuesta alzándose en el cuarto de Jon—Él no tocara un arma, ni siquiera se le permitirá estar cerca de ellas—Siguió Robb ante el silencio de Jon—Los Greyjoy aceptaron provisionarnos incluso después de que caiga la noche del invierno y también ofrecieron sus naves en caso de que las lleguemos a necesitar, todo eso por aceptar tener un mozo a nuestro servicio—Explico Robb sus motivos, pero Jon no pareció satisfecho con nada de ello.
—Eres blando Robb, eso puede costarte la cabeza—Jon sabía bien que tocaba una fibra sensible en su hermano, pero aún así prosiguió, no le importaba ser duro si eso le daba una oportunidad de mantener a su hermano con vida—y dudo que Lady Stark vuelva a encontrar un bruja que te regrese con nosotros si vuelves a fallar—Adviritió pasando a su lado, esquivándole para evitar tocarlo, él mismo había sufrido las consecuencias de su benevolencia cuando incluso un niño se había atrevido a apuñalarlo y la decisión que Robb tomaba era simplemente un camino rápido a la muerte.
Al comenzar el banquete todos los invitados esperaban ver al lobo blanco y al primer rey lobo estar juntos alegremente pero grata fue la sorpresa para los Greyjoy al ver a Jon mucho más concentrado en revolver su comida que en conversar con su futuro compañero de vida y notar a Robb también renuente a iniciar una conversación, dejando que el silencio fuera el principal acompañante.
—¿Los Stark son así de fríos?—Asha preguntó en la mesa principal justo enfrente de Sansa refiriéndose a la joven pareja que comía junta a un lado de ella—pensé que estarían retozando de amor después de las demostraciones en el castillo de la reina—Robb suspiro, recordaba perfectamente como había estado detrás de Jon todo el tiempo mientras este le había ignorado por completo.
—No sé de que manera demuestran el amor en las islas de hierro mi Lady, pero aquí tenemos nuestras propias formas—Catelyn, para sorpresa de la mayoría contesto a los comentarios incisivos de la mujer kraken. Después de la promesa que Jon había hecho y el riesgo que corría nuevamente su hijo no dudaba que Jon fuera una mejor opción que cualquier Greyjoy—¿No es verdad Jon Snow?—Jon la miro de regreso, comprendiendo bien que es lo que quería la mujer.
—Es verdad—Dijo bajando la cuchara a la mesa—Nosotros, al contrario de los sureños, confiamos plenamente en la lealtad y fidelidad de nuestros compañeros, no necesitamos muestras más allá del entendimiento mutuo—contesto suspirando por lo que estaba a punto de decir—y si es por tranquilizarla mi Lady, puedo decirle que incluso pensamos consolidar nuestra unión mucho antes de lo planeado—Robb parecía confuso por la declaración y las largas palabras que estaban dando, pues Jon parecía renuente al tema siempre que el o cualquiera lo tocaban, pero se repuso rápidamente y tomo la mano de Jon sobre la mesa.
—Trato de dejar que Jon descanse, acaba de regresar de un largo viaje, ese es el porque de nuestro silencio mi lady, pero puedo asegurarle que este matrimonio es más que una alianza con su majestad—Robb comento con una sonrisa, cubriendo la mentira de Jon y haciendo que Asha junto con Theon parecieran fastidiados con esas palabras.
Y así, el banquete termino a la noche, cuando ya todos parecían haber olvidado el asunto con Theon. Incluso su hermana, quien empezaba a preparar a sus hombres para su pronta partida en la mañana frente a la ventana de la habitación de Jon Snow.
—Seré digno de su apellido…—murmuro Jon sus propias palabras a Catelyn Stark, recordando como lo detuvo al salir del banquete un par de horas atrás.
“—Jon Snow, tu regreso no era solo para que posaras ante ellos—dijo la mujer indolente a la confusión ajena—Todo aquel que quiera al norte, querrá pasar sobre ti, así como todo aquel que quiera el trono, querrá pasar sobre Robb—ella hablaba fuertemente pero en tonos bajos, especialmente con los Greyjoy cerca—ellos esperan solo un motivo de tu parte para poder actuar Jon Snow, por eso el Greyjoy esta aquí, te estan probando—Jon cruzo su mirada con la de Theon, quien no había dejado de observarle en toda la noche—debes demostrar que no lo harán, convierte en lo que se espera de ti, vuélvete nuevamente el lobo blanco de Winterfell, ese que logro conmover a nuestra gente hasta el punto de llamarte el rey del norte aún sobre mi hijo, se la pareja prometida para el rey lobo y se digno del apellido Stark—Habloe más como una orden que como una petición, mientras Asha Greyjoy pasaba junto a ellos, lanzando una mirada de sorna al de negro.
—Lo hare, no pienso faltar a mi promesa Lady Stark—”
Jon pensaba en su promesa, en las palabras que Robb le había dicho en el bosque también, todo era demasiado complicado, también se preguntaba como estaría su reina en Kings Landing, Arya, Tyrion y también Bran, estaba seguro que ninguno de ellos dudaba del camino que había tomado…en cambio él…
—¿Qué te preocupa Jon Snow?—La voz de su hermano le despertó de sus pensamientos, estaba justo detrás de él, acercándose lentamente hacia su persona hasta estar a su lado—siento haber pasado sin tu permiso pero toque la puerta y nadie contesto—explicó y Jon solo atino a sonreír débilmente sin contestar a la primer pregunta, volviendo su mirada a la ventana y observando a los Greyjoy en una especie de festejo de despedida—dime, ¿Desde cuando estamos ansiosos por casarnos?—Robb preguntó tratando de reír al recordar a Jon en la cena.
—No se me ocurrió otra cosa para callar los comentarios de lady Greyjoy, ella es demasiado mordaz, tal vez hubiera sido una buena esposa para ti—Dijo tratando de reír por sus propias palabras—ella estaba segura de que yo no quería esto—Dijo a Robb sin dejar de ver a los hombres que empezaban a cantar enfrente de su torre, en verdad parecían no tener la intención de descansar.
—¿Y lo quieres? ¿No preferirías casarte con una dama?—Preguntó Robb arqueando una ceja y Jon por fin lo encaro. Por alguna razón no se sentía de ánimos para complicarse ese día con los sentimientos que podían existir entre ambos, así que, y solo para cortar con aquel momento desagradable que amenazaba con formarse, soltó una broma.
—Pues…la pequeña lady Mormot parecía interesada en mi cuando fui a verla—Dijo riendo mientras se ganaba un golpe en el brazo por parte de Robb—también…los Lannister—Dijo recordando el cabreo de su hermano con Jaime y tan solo miro a Robb se dio cuenta que este ya no parecía tan enfadado como las veces anteriores que los había mencionado.
—Pues si tu deseo es casarte con Tyrion Lannister no lo impediré, escuche que la verga de un enano es de buena suerte y que tiene bastante buena fama entre las prostitutas—Esta vez fue el turno de Robb de jugar y el de Jon para golpear el brazo de su hermano, ambos empezando a reír, destensando el ambiente con facilidad, pero nuevamente el ruido de fuera los distrajo.
—Parece que pasare la noche en vela…—Se quejo Jon mirando hacia el patio y para mala racha a la mujer Greyjoy volteando a su ventana, no teniendo otra opcopn mas que el saludarla con cortesía con un gesto de su rostro—no cree en mis palabras—aseguró sin despegar su vista de ella, no esperando que las manos de Robb se colocaran nuevamente en su rostro, girándolo para quedar frente a frente—Robb...qué haces?—Murmuro Jon sin moverse sabiéndose observado por la gente de Asha.
—¿Quieres callar sus rumores no?—Pregunto Robb acercándosele y girando levemente la cabeza, Jon cerro los ojos con fuerza mientras se abstenía de respirar— no te muevas…—Susurro Robb cerca de sus labios, tan cerca que podía incluso sentir el aliento cálido sobre los suyos, seguro de que si se movían un poco rozarían podría llegar a besarlo. Jon no tomo aire hasta sentir los labios de Robb alejarse y sus manos resbalar por su rostro hasta soltarlo.
—¡Lady Grayjoy!—Robb gritó a las afueras de la torre, sabiendo perfectamente que le escuchaba—pase una buena noche y siéntanse libres de celebrar antes de partir—La mujer coloco las manos sobre sus caderas, aún incrédula a pesar de la demostración que acababa de ver.
—¿No despertaremos a su prometido Lord Stark?—Le grito de regreso, burlándose por el beso que se había presentado entre ambos solo por estar en su presencia.
—¡No hay de que preocuparse mi lady! ¡Esta noche la pasara en mi habitación!—Dijo Robb pasando un brazo por la cintura de Jon y llevándolo consigo fuera del cuarto a pesar de la cara de sorpresa y cuasi pánico que había puesto el de rizos al escucharlo.
Ambos salieron con esa pose por todo el pasillo hasta la habitación principal que ahora era ocupada por Robb, con los ojos de las doncellas y mozos sobre ellos, murmurando entre risillas lo cariñosos que parecían ambos caminado de esa manera.
—Robb creo que esto es demasiado—Dijo Jon con los labios empezando a secársele cuando unas doncellas los miraron sin pudor alguno, admirando a los dos atractivos hombres que caminaban en su dirección.
Robb sonrió por aquella gran oportunidad, apretando más su agarre y susurrándole al oído.
—No estés nervioso, son solo doncellas—La cara de Jon no pudo ser más divertida en ese momento, el color blanco pálido que tenia parecía volverse tan rojo como la de los campesinos sureños en verano.
Las mujeres enrojecieron al ver la escena tan intima que empezaba a formarse entre su señor actual y el anterior, alejándose de ellos para darles su espacio como pareja.
—Te has pasado Robb—Jon se quejo nada más al entrar en la habitación y escuchar a la puerta cerrarse—creo que en verdad te pasaste con esto—Robb sonrió divertido por la manera en que el moreno manejaba la presión—casi me besas—Jon negó con el rostro empezando a servirse un baso del agua en su tocador.
—Jon…—El moreno empezó a beber hasta la última gota del vaso, Robb parecía completamente calmado, de hecho, más de lo que esperaba después del pequeño conflicto que habían tenido en la tarde—te di mi palabra que no haría nada que no quisieras—Comento calmado empezando a desvestirse de espaldas bajo la mirada de Jon—me alegra…—Hablo nuevamente quedando solo en un pantalón suelto, pero colocándose la bata larga y caliente que usaba en comodidad antes de voltear a verlo.
—¿Qué cosa?—Preguntó Jon, empezando a imitarle para empezar a dormir, había sido un día terriblemente cansado y necesitaba tumbarse un rato y cerrar los ojos.
—Qué no te sientas incomodo al desnudarte enfrente mío—La camisa de Jon se quedo a medio desvestir cuando las palaras de Robb terminaron de pronunciarse, pero el moreno se despabilo pronto, dejando caer la prenda al suelo.
—No tengo porque estarlo, te conozco desde que éramos niños Robb, al igual que tu a mi—Se volteo para darle el frente sin esperar que la cara del castaño mostrara una expresión curiosa, sin una sonrisa y con la mirada totalmente fija en él, pero no de manera morbosa como la que los hombres libres a veces lea lanzaban, más bien, como esa que tenía cuando lo vio retirarse al muro—¿Qué pasa?—preguntó al notar su tristeza.
—Es verdad…—Robb se acerco a Jon y este estuvo a punto de retroceder, pero sintió la mano del castaño sobre su abdomen, específicamente sobre una de las cicatrices más grandes y un punto que le indico que no estaba intentado propasarse con él—¿Cómo pudieron…?—Se pregunto Robb a si mismo, tocando las cicatrices permanentes que habían quedado en el ex comandante de la guardia nocturna.
Jon solo bajo la cabeza, sintiendo los dedos rozar sobre cada una, recorriéndole un poco el frio del ambiente por permanecer sin sus telas.
—Es el pasado Robb…—Tomo la mano ajena para alejarla, sospechando lo que estaba sintiendo su hermano por él en ese momento, tratando de no recordar aquel evento ingrato que las causo—…ya no es importante—termino diciendo, pero la mano de Robb tomo la de él impidiendo que le diera la espalda, soltándola solo al haber logrado su objetivo, sabía que Jon había sufrido, quizá más qué él, pero eso no era lo importante, porque sabía que aún guardaba los recuerdos de cada persona que lo daño…justo como él mismo hacía.
—El pasado aún importa—Robb abrió su bata lentamente, no demasiado, solo lo suficiente para dejar ver las marcas que adornaban su cuerpo haciendo que Jon subiera su mirada lentamente hasta la enorme cicatriz que rodeaba su cuello, llena de puntos que habían sido alguna vez costuras—el pasado me marco, nos marco Jon…—Jon subió su mano hasta presionar uno de los puntos en su cuello, haciendo que presionara con fuerza la otra hasta hacerla temblar.
Lo había escuchado, como el cuerpo de Robb había sido unido a la cabeza de viento gris, quiso creer que no fue más que una exageración, pero al ver la cicatriz no pudo sentir más que odio por sus viejos enemigos y sino hubiera sido la misma mano de Arya la que le dio sentencia al mismo Walder Frey, hubiera condenado a cualquiera por no haberle permitido a él mismo tomar venganza.
—Robb…—Dijo Jon decidido, acercándose al más alto, comprendiendo el porque de su juramento a Lady Stark y el porque de su matrimonio con Robb—no dejare que nadie vuelva a tocar a esta familia—Dijo pasando saliva mientras tomaba una de las manos ajenas y colocándola en una de sus cicatrices, dándole el permiso a Robb de recorrer aquella zona y la piel que deseara tocar.
—Jon…—Robb toco cada cicatriz en un suave toque, recorriéndolas hasta pasar a sus brazos y dejar a su diestra posarse en el rostro níveo. Jon y él eran mucho más cercanos y parecidos que cualquiera en los siete reinos pudiera ser y ambos lo sabían—yo tampoco dejare que nadie más vuelva a dañarnos…—su pulgar acaricio los labios claros del moreno y este lo dejaba a pesar de la intención que empezaba a formarse en la mirada gris del Stark—…te arrepentirás después?—pregunto Robb por última vez acercándose lentamente a los labios secos y fríos del moreno.
—Jamás Robb…—