-Hey escoria, te estoy hablando, presta atención- dijo un muy irritado pelinegro de ojos rojos
-Si quieres nuevamente una pelea solo dilo, te morderé hasta la muerte para que no vuelvas a dirigirte a mí- respondió fríamente un chico alto pelinegro con ojos azul metálico
-Con gusto te partiré la cara bastardo- Xanxus se paró del sofá en el que estaba sentado para acercarse al otro pelinegro con una sonrisa siniestra
-No te arrepientas luego-Hibari enfrentó la mirada de su primo con la misma intensidad, aquellos dos demonios nunca cambiarían
-Voiii!!!! Es suficiente, Xanxus es hora de regresar a Italia- dijo un pelilargo con el ceño fruncido
-Ya era hora de que te largaras, no vuelvas a invadir mi departamento otra vez, porque me valdrán muy poco las lágrimas de mi tía cuando esté enterrando a su mierda de hijo ¿Me escuchaste?
-Ja… ¿Tú crees que podrás matarme?
La tensión se mostraba en el ambiente, los dos pelinegros eran tan fuertes y orgullosos que ninguno daba el brazo a torcer o bueno al menos Hibari no tenía nadie que lo hiciese dudar, en cambio Xanxus…
-Maldita sea, ¡Te he dicho que nos vamos!- Squalo golpeó en la cabeza a Xanxus mientras lo miraba desaprobatoriamente
-Tsk, maldita basura como…- por increíble que pareciera, al observar la mirada seria del pelilargo, la cual decía claramente “No habrá sexo por un tiempo”, Xanxus se calló
-Uhm…patético- Hibari sonrió de lado al notar el “poder” que tenía aquel chico de “buen cuerpo”, como había pensado al verlo por primera vez ese día, sobre su,lamentablemente, familiar
-Cállate escoria- Xanxus tenía ganas de matar a Hibari por lo que acababa de decir, pero la abstinencia en la que de seguro lo pondría el pelilargo es más importante- vámonos de una puta vez
-Bien- respondió Squalo para luego dirigirse al primo de su novio-hasta luego Hibari, lamento habernos conocido de esa forma- el pelilargo se sonrojó al recordar lo que pasó hace una hora en ese departamento
-Creo que entendí la situación, ya no tiene importancia- dijo serio el pelinegro
-Pero aún así me disculpo sinceramente, yo…
-Si en verdad lo lamentas ¿porque un día de estos nome visitas?, claro, sin el mierda ese- Hibari sonrió sínico- creo que la pasaremos bien tú y yo
Squalo se quedó mudo, estaba que no sé lo creía… ¡¿acaso todos en esa familia eran así?!
-Tsk…repite eso maldita escoria- Xanxus se acercó rápidamente a Hibari con la intención de matarlo a golpes; sin embargo, Squalo se interpuso y usando toda la fuerza que pudo lo sacó del departamento no sin antes responderle a Hibari con un “Con razón son primos”
El estudiante de negocios internacionales sonrió internamente al escuchar la puerta cerrarse
“Al fin estoy en paz”-pensó para luego dirigirse a su cuarto a buscar algo de ropa con la cual cambiarse, se daría la ducha que, luego de llegar de su trabajo de medio tiempo, no pudo darse por culpa de los dos que acababan de irse
No todos los días encuentras a tu primo teniendo relaciones con su novio en la sala de tu departamento ¿verdad?
No pasó mucho tiempo luego de verlos para que Hibari comenzara a golpear a Xanxus, el cual le respondió como siempre, ambos se iban a matar a golpes si no es porque “el chico de buen cuerpo” detuvo al de ojos rojos
Por lo que escuchó Hibari de la conversación de esos dos, el mierda de Xanxus había llegado de Italia hace unos días junto con el pelilargo, ese día tenían que regresar así que engaño a su pareja haciéndole creer que aparte del departamento en el que se habían quedado los días pasados, su departamento era de él también, y luego Xanxus procedió a tirarse al pelilargo en el sofá
Era posible de creer debido a que la familia de Hibari, que por desgracia para el estudiante universitario era también la de Xanxus, era muy acomodada, dueña de lujosos hoteles y otros importantes negocios en el país de la pasta.
Hibari se dirigió al baño de su gran habitación y se metió a la ducha rápidamente “Quizá así se me quite todo este maldito estrés”-pensó mientras dejaba que el agua mojara su nuca
Luego de unos 15 minutos salió con una toalla enredada a su cintura, mientras unas gotas de agua recorrían su torso musculoso y secaba sus hebras negras con una pequeña toalla
-Creo que al final sigo estresado- se dijo mientras comenzaba a colocarse su ropa
Justo cuando terminó de hacerlo su celular sonó indicándole que había recibido un mensaje. Tomó el dichoso aparato y al terminar de leer lo que decía sonrió de lado
-Espero que esto sirva para quitarme el maldito estrés- tecleó una respuesta, hizo clic en “enviar mensaje” y fue hacia su sala en busca de su portátil, tenía trabajo que terminar
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Al llegar a casa no pude evitar sorprenderme, nadie me había avisado nada y aunque siempre me golpeara por diversión, me alegraba verlo de nuevo
-Tío Reborn- dijo Tsuna sonriendo- no pensé que este año pasarías la navidad con nosotros
El castaño se acercó al pelinegro de rizadas patillas para abrazarlo, sabía que luego su “querido” tío intentaría golpearlo pero no le importaba
-También extrañe dame-Tsuna- dijo el de fedorra para luego dirigir un puñetazo hacia el estómago de su sobrino, el cual fue esquivado con dificultad
-Extrañe verte también Tsuna
Esa voz, dulce y risueña, en verdad no podía creer que fuera pareja de su tío… “¿Alguien tan lindo e inocente como él con Reborn?, no…simplemente aún le era imposible de creer
-¡Hola Lambo!-El castaño se lanzó a abrazar al chico de cabellos negros ondulados y lindos ojos verdes
-Hace dos años que no nos vemos, no has cambiado nada Tsuna-respondió Lambo al término del abrazo
-Ni tú tampoco
Tsuna no mentía, seguía igual de adorable que cuando tenía 18, ahora Lambo tenía 20 años, también estudiaba en una universidad en Italia, vivía con su tío Reborn, el cual era empresario y le llevaba 9 años
-La comida está lista- se escuchó decir a Nana desde el comedor
Los presentes en la sala del hogar “Sawada” se miraron y sonrieron mientras se dirigían al comedor
“De seguro mi madre cocinó una deliciosa cena”-pensó el castaño antes de entrar al lugar donde su madre los esperaba
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Un nuevo día comenzaba y por ende un nuevo día de trabajo también. Tsuna llegó a las 10 de la mañana al café, saludó a Gokudera, el cual llegaba siempre minutos ante que él debido a que vivía cerca de allí y se dispuso a hacer su trabajo: recibir amable y elegantemente a todo cliente… así empezaba su día en “Sweet Fragrance”
Eran la 1 de la tarde, era ya su hora de descanso, así que se dirigió a la cocina de la conocida cafetería para almorzar
Se sorprendió al escuchar por parte de su jefe que alguien lo buscaba, así que salió de allí dejando a Gokudera, quien se encontraba comiendo frente a él
“Ya regreso”- dijo el castaño mientras salía de la estancia
-Perdón por venir a molestarte Tsuna, pero no sabía a quién más recurrir…- el peliblanco de ojos grises lo observaba con la mirada triste
-R-Ryohei…- Tsuna estaba un poco sorprendido, pues su querido primo no solía visitarlo en el trabajo, en lugar de eso iba a su casa y siempre lo llamaba antes de hacerlo… “Algo debió suceder”-No te preocupes, no me molestas en lo absoluto, todo lo contrario Ryohei- Tsuna sonrió- me alegra mucho verte
-A mí también Tsuna- Ryohei sonrió forzadamente, pues no podía estar del todo feliz aunque quisiera… y su tristeza tenía nombre y apellido
-Sucedió algo ¿no?... tu cara me lo dice todo, ven, vamos a platicar- el castaño tomó de la mano a su primo y lo guió hacia el parque cercano al café
Al llegar allí se sentaron en una banca y el castaño esperó a que el peliblanco comenzase su relato
-Yo… me encuentro muy mal Tsuna- los ojos de Ryohei se fueron llenando de lágrimas al recordar a cierto peliverde
-Algo grave debió pasar para que te encuentres así de triste- el castaño colocó su mano sobre el hombro de su primo, dándole su apoyo
-Todo tiene que ver con Koyo… él y yo…
Ryohei le contó todo lo que sucedió con Colonello-sensei, el libro que este le regaló, su caída y lo que Koyo pensó que había hecho. No pudo evitar llorar desconsoladamente, le dolía que la persona que amaba no quisiese saber de él por un mal entendido, pero lo que más le dolía era que Koyo no hubiese confiado en él…eso había terminado por romperlo
-Calma Ryohei, no me gusta que llores así- Tsuna abrazó a su primo, no sabía qué hacer para que dejara de llorar
-Pero…él…yo lo amo Tsuna- decía el peliblanco en medio del llanto
-Lo sé, pero así no se solucionará nada, lo primero que deben hacer es aclarar las cosas
-De seguro él no quiere verme más Tsuna, estoy seguro que me odia ahora- Ryohei se separó del cuerpo del castaño ojos caramelo para luego limpiarse las lágrimas que seguían derramándose por sus hermosos ojos
- Yo estoy seguro que todo lo que te dijo e hizo ayer fue por impulso, sabes que es un poco celoso y la situación en la que te encontró daba mucho que imaginar ¿no?, creo que él debe estar como tú ahora, además yo sé que él te ama, lo veo en sus ojos cada vez que me visitas junto con él, hasta mi madre me lo ha dicho- Tsuna habló calmadamente mientras acariciaba los cabellos de Ryohei
-Yo quiero verlo, quiero abrazarlo Tsuna…quiero explicarle todo- Los ojos del pelilargo volvieron a derramar lágrimas mientras que el castaño trataba de limpiarlas con sus pulgares
-Y lo harás, confía en mí- Tsuna sonrió- lo primero que debes hacer es ir a casa, tomar un baño para relajarte y dejar de llorar, luego puedes ir a buscarlo, créeme que todo se solucionará
-¿Tú crees Tsuna?- Ryohei lo miro esperanzado
-Estoy completamente seguro- el castaño despeinó los cabellos de su primo
-Gracias por escucharme Tsuna, y perdón por ser un llorón, soy un año mayor y aun así…
El menor negó con la cabeza- eso no tiene nada que ver, quizá sea porque nunca me he enamorado que no puedo comprender del todo como te sientes, pero te aseguro que si estuviese en tu situación, lloraría de la misma manera
-Eres adorablemente lindo y buena persona, estoy seguro que pronto encontrarás a esa persona especial
-Jaja, ya lo veremos…
Tsuna y Ryohei platicaron por un rato más hasta que el castaño tuvo que despedirse, pues su hora de descanso había terminado y tenía que volver al café. Le alegró notar que Ryohei estaba más animado cuando se fue y estaba seguro que al siguiente día le haría saber que su relación con Koyo marchaba bien nuevamente
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Salió del trabajo a las 5de la tarde, pensó en ir directo a su departamento a ducharse y dormir, pero recordó la cita que tenía ese día, no pudo evitar chasquear la lengua por el fastidio que le resultaría pero debía liberarse del estrés
“Espero esto funcione, cada día estoy más irritado”
Luego de unos 15 minutos en auto llegó a su edificio, dejó su movilidad en el garaje y fue hacia su departamento
Se duchó y cambió rápidamente, algo informal pero no por eso menos elegante. Tomó su celular y sus llaves para irse nuevamente y no le sorprendió que lo llamasen, pues era casi la hora de su “cita”
-Llegaré en unos minutos- fue todo lo que dijo para luego colgar y salir del departamento
Le tomó 10 minutos el llegar al lugar cuya dirección la noche pasada fue enviada a su celular, ese parque era muy conocido y sabía que había una cafetería muy famosa cerca a este
“Apuesto a que querrá ir allí”
-Hibari, me alegra verte- la voz de una mujer de cabellos rojos se dejó oír
-¿Esperaste mucho?- el pelinegro se acercó a ella y sonrió de lado
-Seductor como siempre eh- la pelirroja de esbelta figura sonrió- no solo unos minutos- dijo para luego tomar del brazo al pelinegro, acto que por supuesto no le agradó mucho a este, pero estaba muy cansado para discutir con ella, así que la dejó hacerlo, ya en la noche se las descobraría
-¿A dónde quieres ir?-preguntó por cortesía el pelinegro
Hibari Kyoya era una persona solitaria, de actitud fría y sarcástica. No le gustaba estar rodeado de “multitudes”, como él les llamaba, razón por la cual dejó su casa en Italia a los 18 años para viajar a Japón y realizar su vida. Pocas personas se acercaban a él, Kusakabe por ejemplo era su compañero en la empresa donde trabajaba medio tiempo, luego de que lo vio pelear con bandidos que osaron tratar de asaltarlo, el de peinado extravagante se autodenominó su discípulo. Otra persona que se acercaba a él era su compañero de carrera Yamamoto Takeshi, el cual se autoproclamaba su amigo, aunque esa palabra no existiese en el vocabulario del pelinegro.
Como todo hombre Hibari tenía sus “necesidades”, cuando le daba la gana de satisfacerlas no tenía más que aceptar las invitaciones de las diversas, por no decir muchas, mujeres, tanto de su trabajo como de la Universidad, las cuales solas se le ofrecían en bandeja de plata el mismo día de haber salido con ellas
Natsuki por ejemplo era una de esas mujeres, trabajaba en la misma empresa que él y le llevaba 5 años. Recordó que lo invitó muchas veces pero siempre la rechazaba, odiaba tener una mujer chillona al lado que lo fastidiase cada 3 minutos, así que prefirió no tener nada que ver con ella. Sin embargo la noche pasada, el pelinegro había estado muy estresado, por lo que al recibir el mensaje de la pelirroja, el cual decía “Soy Natsuki, Hibari, ¿tienes tiempo mañana?, yo tengo el día libre y quería saber si quieres salir… podemos divertirnos mucho”, no lo pensó si quiera y respondió con un “Tengo tiempo, donde quieres que nos encontremos”… quizá teniendo sexo, su estrés disminuiría.
-Hay un café muy famoso cerca de aquí, podemos ir allí- respondió la pelirroja
“Por qué no me sorprende”…
-Vamos entonces- el pelinegro solo quería que llegara la noche, quería que su estrés se fuera de una puta vez, así que se dirigió junto a la pelirroja en busca de su auto, el cual estaba aparcado cerca de allí
Llegaron al dichoso café, el pelinegro observó el lugar y no le desagradó del todo, era elegante pero sencillo a la vez, tomarse un café de vez en cuando en ese lugar no sería muy malo
Estacionó su lamborguini negro y entraron al lugar. Fueron recibidos amablemente, un chico se les acercó y Hibari no pudo evitar quedar estupefacto…