—Rayos. Rayos. Rayos
Decía la diosa del amor corriendo por los pasillos de su templo mientras buscaba a su hermano y Percy.
Una de sus palomas le acababa de decir que uno de los pavo reales de Hera estaba espiando y escuchando lo del embarazo de Percy, debía actuar rápido e impedir que esa ave llegará con la mujer.
Afrodita llegó a la habitación de su hermano abriendo la puerta estruendosamente haciendo que Percy y Apolo se asustaran.
—¡¡maldición Afrodita!! ¡¡No entres así!!
—lo siento! Una emergencia, Apolo ven acá.
El Dios del sol calmó a Percy del susto dándole un libro sobre el embarazo para luego salir de su habitación.
—¿Que suce..
—un pavo real de Hera escucho todo.
Se quedaron callados pero serios.
—ve con Percy, yo iré a hablar con papá y el tío Poseidón.
Apolo desapareció en medio de una luz mientras Afrodita rezaba internamente de que lograrán atrapar esa ave.
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—¡¡QUE ESTAS DICIENDO!!!
—lo que escuchaste tío, debemos atrapar esa ave.
—hay que evitar todo lo posible de que Hera se de cuenta del estado de Percy.
Dijo pensativo el Dios mayor para luego empezar a idear un plan junto con su hermano e hijo.
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—¿Por que tardará tanto ese pavo real? ¿Será que se dio cuenta de algo y esta investigando más?
Se preguntaba así misma Hera.
Chisto con su lengua y luego se sentó en una silla mientras veía su jardín donde habían estatuas que ella mando a hacer. Esas estatuas representaban a todas las mujeres o donceles que había torturado por haber estado con Zeus.
—eso es lo que se ganan con lo que es mío.
—que posesiva y eso que tu fuiste la primera en engañar a tu "esposo"
—lo se. El solo puede ser mio pero yo puedo tener a quien quiera.
Le dijo a la sombra que se mostraba en la esquina de su habitación.
—eso es karma, tu te acuestas con quien sea y tienes hijos pero Zeus no tiene tantos hijos, sólo a Thalia.
—suficiente tengo con esa mocosa y Zeus no tiene hijos ya que yo me he encargado de desaparecerlos.
—sabes que es un delito y estas rompiendo reglas con hacer eso ¿Cierto?
—no me interesa, sólo yo puedo darle hijos a Zeus y cualquiera que sea su hijo desaparecerá de este mundo.
El hombre negaba con su cabeza. Sabía muy bien que Hera no era amor lo que sentía por Zeus, era una obsesión enfermiza que siempre tenía por el y no importaba que fuera su hermano, ella había hasta amenazado a sus padres hace siglos para que la comprometieran con Zeus.
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Percy estaba en su habitación, todavía en el tembló de Afrodita, había Le dio mucho sobre embarazos masculinos y ya se estaba cansado.
Su mano acariciaba suavemente su vientre plano pero sabía muy bien que ahí estaba el pequeño fruto de su padre y tío.
—Te vez hermoso así.
Volteo su mirada a la puerta y sonrió al ver a sus dos amores ahí.
—papá, tío ¿Qué hacen aquí?
—venimos a dejar un ave exótica que le gustó mucho a Afrodita.
Sonrió Zeus como si nada mientras el y Poseidón se acercaban a Zeus.
—te extrañamos mucho Percy.
—solo he estado un día lejos de ustedes.
Rio un poco mientras abría sus brazos y sus amados lo abrazaban y acariciaban con cariño su vientre.
Afrodita veía esa hermosa imagen desde afuera de la habitación pero su hermano hizo que cerrará la puerta y se la llevó a otro lado.
—nos costó un poco atrapar el ave, papá tuvo que pegarle con un rayo, quedó un poco chamuscada.
—por lo menos ya la tenemos.
Los dos hermanos se dirigieron hacia el sótano donde tenían el pavo real, le quitarían sus recuerdos ya que no lo querían matar y si se desaparecía por mucho tiempo Hera se daría cuenta.