# Capítulo 8. Lo mejor para Kouha soy yo. #
--Hakuryuu--
Cada día que pasa muero de ganas por conocer a mi bebito. Ya hasta puedo imaginar sus lindas carcajaditas; disfrutar de sus pequeños pasitos y por supuesto disfrutar de sus lindos y cálidos besitos. Kouha... mi amado hijo. Hoy solo se que soy la persona más afortunada del mundo y que mi vida la dedicaré a cuidarte y hacerte reír. Que los días que vivas sean los mejores y más divertidos. Que nunca conozcas el dolor y solo sepas de amor sincero. Que cada lágrima sea solo de felicidad y que cada día al despertar te sepas seguro al saber que estoy siempre para ti.
-¿Hakuryuu?
-Kouen... ¿qué haces aquí?
-Te vi a lo lejos y quise acercarme para ver como estas.
-Gracias, me encuentro muy bien. Solo estaba pensando en un montón de cosas que me gustaría hacerle saber a nuestro bebito.
-Ya veo-sonríe dulcemente-también me pasa eso por la cabeza. El antes y el ahora, son ahora tan especiales para mi desde que los tengo en mi vida. Las dos personas que más amo en el mundo.
-Yo también los amo, tanto que no me imagino ya la vida sin ustedes.
Kouha antes odiaba la vida pues sólo había conocido el dolor. Antes ni siquiera me amaba y tampoco podía amar a alguien. No me importaba el mañana ni me importaban las personas. Me daba igual el estar vivo o muerto. Para mi nada tenía sentido... pero ahora todo es diferente. Amo la vida, porque se que tengo a alguien por quien podría darlo todo. Ahora soy capaz de amarme porque llevo en mi vientre al más hermoso ser. Y el mañana... puedo decir que es el más dulce regalo de la vida, con cada día siento que me acerco más a ti. Pero la vida... esa si que va a cambiar, ahora si me importa y mucho. Hoy más que nunca agradezco estar aquí porque sin duda alguna tú eres lo más importante para mi. Mi amado bebé. Que Dios este siempre con nosotros.
-Me pregunto cómo será.
-¡Será muy apuesto por supuesto!
-¡¿Kouha?!
-Hola. Solamente venía de paso así que no los interrumpo más.
-Nada de eso, siempre es bueno verte-menciona con una serena sonrisa el cuarto príncipe.
-Es verdad-Kouen también le sonríe y acaricia su cabeza.
-Ay, la ternura de los padres ya se hace presente.
-¿Tu crees?-pregunta el azabache.
-Si y a lo mejor es porque está a punto de nacer.
-Vaya, lo dirás de broma, pero a decir verdad algo me dice que en cualquier momento me dice "papi ya quiero nacer" me veo como embarazada en etapa final, incluso la doctora me ha dicho que mi embarazo se está desarrollando más rápido de lo habitual.
-¿En serio?
-Si, aún no se sabe porque. Quizá se deba a que es un caso especial. Después de todo no siempre se escucha que un hombre quede embarazado, es más, nunca se ha escuchado eso-ríe.
-¿Entonces ya saben el sexo del bebé? ¡Ay, no mejor no me digan!
-Descuida, Hakuryuu y yo preferimos que sea sorpresa, así que tampoco sabemos.
-Va a ser un mocoso-menciona Judal que recién se agrega a la plática-verán que cuando llegue el momento mis palabras se harán realidad. No olviden que soy bueno en lo que hago.
-¿Tan seguro?-le desafía el cuarto príncipe.
-Por supuesto-le sonríe con cinismo-tan seguro que si lo es, seré su padrino.
-¡Entonces Judal y yo seremos sus padrinos!-Kouha se emociona mientras se cuelga del cuello del magi.
-Es inesperado que digas algo así.
-¡¿Qué te pasa Hakuryuu?! Si nunca he sido predecible.
-Si tu lo dices~.
-Bien, espero que tu mocoso no salga igual de odioso que tú o tan seco como este. Es más, yo merengues me encargaré de su educación.
-Parece que a alguien más le salió lo papá.
-¡Cállate! Ya te quiero ver a ti, seguro serás todo un consentidor y así no'mas lo vas a echar a perder.
-Ni como negartelo, seré un tío mega consentidor.
De broma en broma pasaron la tarde hablando de lo mejor para el pequeño bebé. Nadie podía ni quería esconder la emoción de sus corazones, por primera vez en mucho tiempo habían logrado abrirse tanto a los demás y era una sensación agradable.
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