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Marca por cho-chan

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¡Muchísimas gracias por tomarse el tiempo de leer este fanfic, a decir verdad no esperaba tanto apoyo, me sorprendió bastante pero de igual forma me hizo muy feliz, tanto que me dedique a escribir esto a pesar de no haber dormido bien en días y de mi malestar físico.

No sé que más escribir aquí, son la 1 y media de la mañana y no estoy pensando adecuadamente.

Sin más, repito que los personajes no me pertenecen y que solo soy una modista que busca liberar estrés a través de esto.

 Me disculpo si hay errores de ortografía.

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Yuuri se sintió sofocado, era como si de repente el aire se hubiera tornado espeso dificultándole la respiración. Jadeo con la piel bañada en sudor y la visión nublada debido al éxtasis en el que su cuerpo se sumergió debido a la intensa fragancia que embargaba el ambiente. Era placentero, delirante y extremadamente excitante.

Jamás en su vida había experimentado tal cantidad de sensaciones en un mismo instante. Sin embargo, no podía dejar de buscar la fuente de origen de aquel magnifico aroma. Dulce, sutil, adictivo; es así como definiría lo que sus fosas nasales percibieron en aquel momento.

Jadeo de nuevo y paso saliva. Debía encontrarlo, saber de dónde venía y probarlo. Relamió sus labios imaginándose a si mismo deleitándose con aquel manjar desconocido; casi no podía esperar para ello.

Impaciente, enfocó su visión al frente caminando a la puerta de aquella habitación. No sabía dónde se encontraba pero no le interesaba por el momento, lo averiguaría una  vez que saciara esa curiosidad y sed de aquel fruto prohibido para él.

En el aire había una especie de camino dorado que destellaba con pequeños brillos, lo siguió con la esperanza de encontrar aquello que anhelaba. No entendía que era, el cómo ni en qué momento apareció pero lo agradeció interiormente si con ello lo descubría. Caminó por los pasillos desiertos de aquel lugar extrañamente familiar y fue entonces que el camino llegó a su fin.

Yuuri levantó su borrosa visión fijándola en el ente que  frente a él se encontraba. “Así que venía de aquí” pensó esbozando una ligera sonrisa de satisfacción. No podía creer que todo el tiempo lo tuvo frente a sus ojos y estuvo tan cegado para no verlo.

Manteniendo su sonrisa se acercó a aquella persona, alzó sus brazos y la rodeo con ellos posesivamente soltando un suspiro de alivio.

 “lamento haber demorado” movió sus labios queriendo decirlo pero solo quedo como una silenciosa oración. El otro ser no se movió, permaneció inmóvil, quizá sorprendido por la repentina acción que el rey de los demonios había realizado.

El gobernante sin embargo, no se sintió nervioso o preocupado por la falta de reacción de aquella persona. Sabía que le correspondería sin duda y no le apartaría sin importar nada. Algo dentro de sí lo decía, muy dentro, una voz gritaba Me pertenece y él no pudo estar más de acuerdo.

Se separó del abrazo y bajó su rostro en dirección al cuello del otro aspirando así su aroma. Se regocijo y algo en su interior gruñó en el  instante que lo percibió mucho más intenso que antes.

Sus sentidos se dispararon y solo una cosa se instaló en su mente. Probarlo.

Abrió sus labios sacando su lengua y pasándola por aquel delgado cuello. Gruño de nuevo, esta vez cargado de un enorme placer. Pensando en la sensación que obtuvo al hacerlo lo repitió una vez más para después darle un par de pequeñas mordidas. Estas eran suaves pero  poseía un significado especial.

Eres mío

Con ese pensamiento en mente terminó por separarse y; con el uso de su fuerza física, empujó a aquella persona contra la fría pared de piedra provocándole un grito de sorpresa por tan brusco y repentino movimiento. Le aprisionó sujetando ambas manos a cada costado de su cuerpo y le escuchó quejarse. No le dio tiempo de más ya que decidió acallarlo con la presión de sus labios sobre los suyos. Una, dos y tres veces fueron las que los probó con pequeños toques para después morder el labio inferior. La otra persona abrió la boca ante ello y él mismo se permitió ingresar en aquella cavidad para profundizar el contacto. Su lengua encontró la ajena deleitándose con su toque. Se sintió bien, más que bien con aquello, pero aún no era suficiente.

Aflojó el agarre de su mano derecha y la guió al cuello del otro. Le acarició con la yema de sus dedos y comenzó a descender hacia el primer botón de aquella blanca playera para aflojarla y posteriormente retirarla. Uno a uno los botones fueron liberando aquella piel hasta dejarla al descubierto; su mano traviesa se dedicó a explorar aquel torso; era una zona que deseaba conocer y grabarse en su memoria el resto de su existencia.

Se detuvo en uno de los rozados botones que adornaban aquel pecho cuando sus labios se apartaron de esa exquisita boca. Observó a la persona frente a él, era casi de su estatura y poseía unos bellos ojos color esmeralda que adornaban un delicado pero a la vez hermoso rostro. Su vista se encontró con la suya perdiéndose en el mirar del otro; olvidando que todo lo demás existía. Ambas expresando el mismo deseo.

Yuuri bajó un poco su visión encontrándose con un lindo sonrojo que complementaba aquel rostro jadeante y cargado de placer. Lo tomaría, le haría suyo de múltiples maneras y terminaría marcándolo para que todo el mundo supiera que le pertenecía. Para que nadie más se atreviera siquiera a acercarse.

Le cargó pegándolo más contra la pared, el otro levantó sus piernas y Yuuri le ayudó sujetándole del trasero. Era suave, redondo por lo que su tacto pudo percibir y se impacientó al sólo pensar en tocarlo sin aquella ropa, golpeándolo una y otra vez mientras le embestía y llenaba su interior con su semilla.

Se atrevió a ir más allá en su imaginación cuando un par de pequeños  niños (quizá muchos más) vinieron a su mente correteando a su alrededor en el castillo Pacto de Sangre. Sonrió con ese pensamiento.

Tendría muy buenas crías.

Un gemido proveniente de la otra persona le saco de su ensoñación. Estaba frotándose contra su erección de una manera lenta y torturante. Yuuri soltó un gemido frustrado.  Aún no era suficiente.

-Yuuri…- salió su nombre de aquellos deliciosos labios, jamás este había sonado tan deleitante a sus oídos como en ese momento y proveniente de esa persona.

-Wólfram- le llamó para posteriormente, recapturar su boca y sumergirse en aquel embriagante placer.

Poco a poco la ropa fue retirada, las caricias se hicieron insuficientes al igual que los besos y el ambiente se calentó como una ola de calor en pleno verano.

Yuuri se olvidó de todo en algún punto  y poco le importo el mundo cuando su pene se adentro en aquella virginal cavidad; la cual, estaba suficientemente preparada y lubricando solo para él; lista para recibirle en su interior. Se sintió como la gloria misma.

Le embistió lento, con calma en un inicio pero aceleró casi al instante. Estaba deseoso, desesperado por aquel acto. Había fantaseado con aquello hace mucho y ahora que lo realizaba no podía parar.

Márcalo

Dijo una voz en su cabeza deteniéndolo de golpe. Salió del interior del otro para poder bajar las bien torneadas piernas que se envolvían en su cadera. Giró el cuerpo contrario, le sujetó por la cadera con ambas manos y le penetró de una vez para continuar con lo que había dejado pendiente unos segundos atrás.

El rubio apoyó sus manos sobre la pared buscando un soporte mientras Yuuri continuaba embistiéndole. Todo se sentía bien, era demasiado placentero pero ambos estaban seguros de que terminaría pronto.

Márcalo ahora

Yuuri obedeció al instante acercando su boca al cuello del otro, por debajo de su nuca. La abrió sacando un par de colmillos que aparecieron en un instante y terminó por morderlo cuando su semen llenó por completo el interior de su prometido.

Estaba hecho. Finalmente Wólfram era suyo y nadie podría alejarlo de él.

-Wólfram- exclamó Yuuri entre dientes removiéndose inquieto en su cama. Sus ojos se abrieron al instante cuando el golpe de una caída lo despertó. Se levantó de inmediato y enfocó su mirada en el lugar en dónde se encontraba. Estaba en su habitación en la tierra.

¿Cómo había llegado ahí si….

Su rostro enrojeció en el mismo instante en que descubrió que todo lo que había pasado se trataba de un simple sueño.

 Un sueño húmedo con Wólfram.

Se cubrió el rostro con las manos al sentarse en su cama debido a la vergüenza que le provocaba lo que su mente había creado en sus sueños.

-esto no puede estar pasando…- se dijo a sí mismo negando con la cabeza una y otra vez –no puede ser posible que tuviera precisamente ese tipo de sueños con Wólfram…. ¿Porqué con él?- se lamentó mientras descubría sus manos y bajaba su mirada –no puede ser cierto- se dijo con pesar al notar que el sueño había causado una reacción real en su cuerpo justamente en su entrepierna.

Se recostó de nuevo en su cama haciéndose bolita hacia el lado de la pared, maldiciéndose y rogando porque aquello se bajara solo. Esperaba que su madre ni nadie entraran en ese momento o no tendría forma de explicar tan vergonzosa situación.

Suspiró con cansancio y recordó como había iniciado todo aquello. Cuando hace algunos días había besado a Wólfram en el dormitorio que ambos compartía y el cómo estuvo tentado (por alguna razón desconocida) a tocar más del rubio.

Yuuri había salido corriendo en el instante que reaccionó y se preguntó hasta donde habrían llegado si no hubiera escuchado a su razón y en cambio, hubiera seguido a su instinto. Negó con la cabeza de nuevo alejando esos pensamientos e imágenes de su mente.

El instinto era bastante peligroso.

No tenía forma de mirar al otro a la cara, era por  eso que había huido y se negó a volver por unos días.

¿Qué le diría a Wólfram de todas formas?

Yuuri no podía decirle que simplemente se dejó llevar porque ni el mismo se creería eso después de argumentar en el pasado que los hombres no eran de su interés. Si, Wólfram era atractivo, demasiado si se lo preguntaban y estaba seguro que podría conquistar a cualquier persona que quisiera. Cualquiera que no fuera él.

Giró su cuerpo varias veces en la cama enredándose con la cobija debido a la frustración y confusión que sufría.

-¿Por qué me pasa esto a mí?-  se quejó sonoramente antes de decir encargarse del problema él mismo en su habitación. Rogó interiormente que nadie se enterara de aquel episodio vergonzoso de su vida.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

 

Habían pasado 3 semanas desde que Yuuri se marchó repentinamente aquella noche.

Wólfram sabía que su enclenque prometido no volvería pronto debido a que no sabía cómo lidiar con esa situación. Probablemente estaba confuso con ello y terminaría negando todo o pidiendo que olvidase lo sucedido.

Suspiró con cansancio mirando la ventana de la habitación que ambos compartían; ya era de noche y estaba seguro de que tampoco volvería ese día. Se encaminó a la cama y se recostó a un lado de Greta. Su hija había estado durmiendo con él desde hace varios días atrás y era algo que agradecía profundamente. Con ella no se sentía tan solo en aquella enorme habitación.

La ausencia de Yuuri se había tornado cada vez más insoportable, quizá debido al vínculo de pareja destinada que compartían o porque su cuerpo lo reconocía como su alfa y necesitaba de él. Sea cual fuera el caso hacía estragos en su estado anímico. Se sentía triste, solitario y rechazado.

El que Yuuri le haya besado causo en él una gran felicidad que jamás esperó sentir y que reaccionara a él fue una dicha mayor. Sin embargo, el que se haya alejado tan repentinamente de él y se marchara de igual forma causó un enorme dolor en su omega interior. Los omegas no consienten el rechazo de un alfa, se deprimen y llegan a tener periodos de depresión. Necesitan sentirse deseados, saber que atraen a su pareja.

Un omega que no es deseado por su alfa es una completa vergüenza.

Wólfram lo sabe muy bien. La sociedad se ha encargado de hacérselo saber de múltiples maneras. Durante meses ha escuchado rumores, comentarios indirectos  (y directos), chismes, entre otras cosas; todos enfocados en la misma cosa. Él no es un buen omega. Era la vergüenza de la raza.

Su entrecejo se frunció ante esos pensamientos, no era un mal omega, simplemente Yuuri recién despertaba su lado alfa y era un poco lento para darse cuenta de las cosas. Wólfram quería creer que tarde o temprano ese lado del rey despertaría por completo y terminaría correspondiéndole de todas las formas posibles. El que lo haya besado aquel día era prueba de ello, era solo el comienzo de todo y esperaría paciente a que las cosas se dieran de forma natural.

Sin presiones. Es por ello que hablaría con el otro y le diría que deje de darle vueltas al asunto y que por el momento (y aunque le doliera en el fondo) olvidaran ese suceso. De esa forma Yuuri no se sentiría presionado de ninguna forma y se daría cuenta de todo con el tiempo.

Aunque esperaba que ese tiempo no fuera demasiado extenso, estaba cansado de tener que ver aquellas cartas de alfas pidiendo su mano antes de que concluyera su compromiso.

Aún tenía poco más de 2 meses para que eso pasara.

 

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Notas finales:

Capitulo ligeramente más corto que el anterior pero no menos importante,  sobre la pregunta que hice antes acerca de que animal es Yuuri aun sigue en pie, díganme sus teorías :D
Pueden decirme también que animal piensan que son Gunter o Wólfram por ejemplo, alguien en un comentario me pregunto que es Gunter pero quiero saber que piensan ustedes.

Tengo la historia bien pensada y planeada, se bien que es cada quien pero me gusta leer sus comentarios y me ayudan a tomar ideas que puedo incluir.

En fin, no olviden dejar un sensual review, no cuesta nada y hacen feliz a este intento de autora.

Quizá el fin de semana haya actualización nueva.

¡Hasta el próximo capítulo!


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