If we'd go again
All the way from the start
I would try to change
The things that killed our love
Your pride has built a wall, so strong
That I can't get through
Is there really no chance
To start once again
- misaki ya dijo que lo pensaba hacer – decía kisa a su novio
- es realmente muy triste… pero hacerlo… ¿Qué significa?
- sellará su soledad, pero no sé si nadie se enamorará de él, o si él perderá la capacidad de querer, eso nunca fue especificado.
- ¿no hay nada que podamos hacer? – preguntaba insistentemente yukina, no quería ese destino para su amigo
- rechazó a todos los que le pidieron bailar con él, y me pidió que no le dijera a nadie donde está…
- ¡MIREN LAS NOTICIAS!… ¡¡RÁPIDO!! - gritó una chica en la tienda
Miraron todos los diarios, la entrevista de usami akihiko para un canal bastante popular, donde hablaba en exclusiva de su situación amorosa. En ese espacio, habló de los amantes que tubo, pero también de su arrepentimientos por haber engañado a misaki con tomoiko, e intentarlo con su amigo.
- debo decírselo a misaki, ¡antes de que sea tarde!
Fue al lugar en donde se encontraba su amigo, una colina en el patio de la escuela a la que solían ir. Se podía ver todo el pueblo desde ahí, y el festival se celebraba a 15 minutos de ahí, la música y el ruido alcanzaban a escucharse. Kisa corrió antes de que el festival empezara, misaki tenía su velo puesto, pero aún no se decidía a empezar el rito.
- ¡MISAKI! ¡TIENES QUE VER ESTO!
- ¿Qué pasa kisa? – le dijo decaído y cansado
- mira esto, usami sensei habló de ti – misaki solo miró al suelo sin ganas de leer lo que ponía.
- escucha misaki, sé que cometió errores, muchos de ellos, incluso yo quise matarlo por hacerte daño, pero si lo lees verás que está completamente arrepentido – “no es menor que haya puesto en peligro su carrera”
- kisa… yo…
- ya sé lo que quieres hacer – le dijo quitándole el velo, dejando sus hermosas orbes esmeraldas al descubierto, aunque no importaba porque no había nadie – pero por lo menos espéralo, si lo que te dice no te convence, entonces haz lo que quieras.
- ¿por qué haces esto? – le preguntó al borde de las lágrimas, la música del festival ya había comenzado
- no quiero verte sufrir el resto de la vida, al principio no confiaba, pero creo que te ha demostrado su convicción, solo espera un poco más, ¿sí?
- no creo que…
Misaki fue interrumpido por el sonido de la los pasos de alguien, en un principio no pudo ver bien de que se trataba, y tenía la esperanza de que fuera yukina y no…
- usami san
- te dejo – le dijo kisa – pase lo que pase, la decisión que tomes será la correcta – y se fue dejando a la ex pareja sola en el salón. Al cerrarse la puerta ninguno se atrevió a hablar. Misaki notó que en la mano de usagi había una rosa roja… igual que todos los otros, pero las espinas de esta dolían más que cualquier otra.
- misaki… yo…
- no es necesario, yo decidí… bailar solo – eso calló como un balde de agua fría sobre akihiko, quien sabía perfectamente a qué se refería.
- ya te di las disculpas, y repetirlas no viene al caso – le dijo sentándose cerca de él, pero manteniendo una dolorosa distancia – si tú te cierras al mundo… yo también lo haré
- ¿qué? – le dijo sin poder creerle
- lo que oíste, y muy posiblemente no me creas, pero sin ti viviré en soledad, lo de tomoiko fue un error – le dijo acercándose un poco más a su castaño, hasta estar lo suficientemente cerca e inclinarse para quedar a su altura. – Renuncié a todo mi prestigio, y en tus manos tienes la prueba – le dijo apuntando al periódico – tú tienes la última palabra – le dijo ofreciendo la rosa.
- no te creo – debía negar sus sentimientos, negarlos hasta que se acostumbrara al dolor.
- entonces bailaré solo – eso confundió al castaño
- ¿de qué hablas? – le dijo extrañado
- si tu bailas solo, yo también lo haré, aunque yo no sufra tu maldición, sé que jamás conoceré a alguien como tú ¿no sería mejor que bailemos juntos en vez de cada uno por su lado? – le dijo insistiendo con la flor
Los pensamientos de misaki eran un caos, que sí, que no, tal vez, en un tiempo, pero no hay… pero antes de que su lento cerebro pusiera en orden sus ideas, sus brazos saltaron a corresponder un abrazo. Lloró en el hombro de esa persona, esa que amaba tanto.
- última oportunidad – le dijo
- lo sé