If we'd go again
All the way from the start
I would try to change
The things that killed our love
Yes, I've hurt your pride, and I know
What you've been through
You should give me a chance
This can't be the end
I'm still loving you
I'm still loving you, I need your love
I'm still loving you
Después de una fuerte carga de emociones, akihiko levantó a misaki, aún quedaban 20 minutos para las doce. Akihiko tomó la cintura de misaki, y lo acercó a él. El doncel, aún temeroso, puso su mano en el hombro de akihiko, y entre ambos sostenían la rosa con su otra mano. Akihiko quitó el velo que impedía la vista de su amor. Sus ojos estaban algo enrojecidos, pero eso no quitaba su infinita belleza.
Empezaron con un movimiento lento, atrás y adelante, guiados por la música y el ritmo. El corazón de misaki se sentía bien, y el peso de su espalda poco a poco empezaba descender. Los brazos de akihiko lo tomaban fuerte y dulcemente, una mezcla que lo dejaba extasiado. La sensación era la misma que akihiko intentó negar en un principio. Se miraban a los ojos, y eso era amor.
Se separaron un poco, y misaki dio una vuelta siguiendo el ritmo de la música, para finalmente poner sus brazos alrededor del cuello de akihiko, y este respondió rodeando su cadera con sus brazos. La rosa se calló, y se acercaron hasta sellar la distancia con un beso. Al separarse, se había acabado el maleficio, misaki era libre. Se separaron para mirarse un minuto.
“¿puedo confiar en ti?” “¿habré hecho bien?” “¿y si caigo de nuevo?” todas esas dudas acerca de su futuro lo atormentaban.
- te juro que no volveré a hacerte daño, y si no lo cumplo, que se quemen mis manos – esas palabras bastaron para acabar con las dudas de misaki, ya que lo pudo sentir… esta vez era real. El amor reprimido de semanas atrás ni se comparaba a la mágica unión que los mantenía juntos.
Fueron caminando tomados de la mano hasta la habitación de akihiko, muchos se sorprendieron al ver a misaki sin el velo y darse cuenta que ese “amor” que tanto sentían era solo momentáneo. A pesar de eso, todos estaban felices, ya que misaki, por fin era libre.
Kisa los vio desde lejos, pero decidió no interrumpir, ya que tanta felicidad no es fácil de conseguir. Estaba feliz, ya que si bien los había separado, por lo menos sirvió para que fortalecieran su relación.
Llegaron pocos minutos después, el pueblo era pequeño por lo que las distancias eran siempre cortas. Ya en el umbral de la puerta, akihiko robó un beso de los dulces labios de misaki, éste, se estremeció al instante, rindiéndose en esos brazos que lo sostenían tranquilamente.
El beso se tornó más profundo, y se vieron obligados a romperlo por la falta de aire. A empujones terminaron en la habitación al frente de la cama. Misaki, miró a los ojos de la persona que amaba.
- a partir de ahora… soy tuyo usagi san, por favor no me dejes caer
- no lo haré, te amo, gracias por unir tu vida a la mía, responderé a este rito como te mereces.
- yo también te amo – se acercaron nuevamente, y compartieron otro beso, esta vez un poco más demandante, la traviesa lengua del escritor entró en la tibia cavidad de misaki, acariciándolo y jugueteando en su interior.
Usami empujó a misaki a la cama, y se posicionó arriba de él quitándose los zapatos. Misaki estaba de lado, con su carita tierna e inocente que tanto enternecía al escritor. Le abrió la yukata, y se alejó para tener una visión completa de su niño así. Desnudo y tan ansioso.
- te amo, está vez lo haré de la manera correcta, así que solo enfócate en disfrutar.
- ¿de que habl….? Hhaaaagg – akihiko aprisionó uno de sus pezones entre sus dedos, y empezó a juguetear con él, arrancando jadeantes gemidos de la garganta de misaki. Akihiko estaba empeñado en hacer de esa noche, la más placentera para su pequeño.
Mientras estaba en eso, con su boca empezó a lamer su cuello, de vez en cuando hacía pequeñas mordidas, dejando marcas rojas por doquier.
- hhaaa, usagi … san – akihiko empezó a bajar por el pecho, se encontró con el otro botó rosa, y empezó a lamerlo, hacer círculos y otros juegos con él.
- no… usagi… si haces los dos al… mismo tiempo yo…
- ¿pasa esto? – le dijo poniendo una mano sobre su evidente erección, tapada aún por la tela, por lo que misaki dejó salir otro de esos gemidos que encendían a akihiko como a ninguno.
Siguió dando besos por todo su estómago, hasta llegar a al deseo de misaki, terminó de quitar esa prenda, para tomarlo entre sus manos, y empezar a lamer la punta.
- aaagghhh … no, usagi san… es vergonzoso… aahhh.
- misaki – le dijo acercándose a su oído y susurrarle seductoramente – solo concéntrate en disfrutar, te ves hermoso cuando tus ojos me piden atención, y ver tu carita deseosa y ansiosa es lo único que deseo.
- pero… haaa… no
Akihiko se detuvo, lo miró dulcemente. La mirada fija de usami sobre su cuerpo desnudo solo ponía a misaki aún más nervioso de lo que estaba, no era su primera vez con el escritor, pero era la primera vez que le hacían el amor, en toda la extensión de la palabra.
- entonces me veré obligado a hacer esto – le dijo, tomó una tela de ceda de detrás de la cama, y la amarró frente a los ojos del pequeño
- ¿usagi san? – le preguntó – yo… nunca he… aahhhgg – sintió como akihiko tomaba su miembro con sus manos, y le ronroneaba en el oído
- solo concéntrate en el placer – para luego lamerlo, y morder el lóbulo de su oreja
- HHAAA ggg
Dejando silenciado a misaki, volvió a acercarse a su deseo, y volvió a lamerlo, desde la base hasta la punta, metiéndolo en su boca y sacándolo lenta y pausadamente, para aumentar el ritmo poco a poco.
Misaki se perdía en su mente, las palabras de usagi lo habían aturdido, y se había hundido en el mar del placer. Las sensaciones que usagi le hacía sentir eran nuevas para él, era la primera vez que sentía tal nivel de éxtasis. El hecho de no ver nada, aumentaba la sensibilidad del resto de sus sentidos.
- hhaaagg, hhhaaa, usagi… haa, me vengo…
Akihio al escucharlo, aumentó el ritmo, hasta sentir la esencia del pequeño en su boca, se retiró y volvió a verlo, cansado y jadeante, al parecer había sido muy intenso. Lo beso nuevamente, sus lenguas danzaban sensualmente en la boca del menor, adormeciéndolos nuevamente.
Akihiko lubricó sus dedos con un líquido que estaba cerca de la cama, y metió el primero en la estrecha entrada de misaki, éste se estremeció un poco por la intromisión. Akihiko lo relajó con caricias en su cabello y la nuca, metió los otros dos, y esperó pacientemente a que los quejidos de dolor se convirtiran en gemidos de placer.
Misaki sabía que el escritor estaba buscando “algo” dentro de él, hasta que.
- HHAAAAAGGGGG
- entonces aquí es
Retiró sus dedos, volvió a besar a misak mientras lo sentaba entre sus piernas, adentrándose en esa estrecha cavidad. Ambos gimieron muy fuerte, casi gritando. Se amaban, por primera vez hacían el amor.
Se miraron a los ojos, transmitiéndose todos sus sentimientos antes de empezar el suave y placentero movimiento, que los llevaba a las nuves y más allá en cada estocada.
- misaki… haaa… te amo… no lo olvides
- yo también te amo… hhaaa – la lujuria y el calor los abrazaba. Las ansias de terminar eran muchas, pero el deseo de fundirse y ser uno para siempre también era fuerte.
- no volveré a hacerte daño…
- hhhaaaaggg, me vengo
Empezó a masturbarlo para que no tuviera problemas en venirse, misaki fue a un viaje al paraíso, seguido segundos después por akihiko. Volvieron a la realidad, para hallarse a sí mismos, desnudos, sudando frío, y tumbados en la cama.
- te amo misaki, no lo volveré a arruinar
- resolveremos nuestros problemas de la manera correcta.
Fueron juntos a ducharse, para finalmente caer en los brazos de Morfeo.
- ahora sí estamos saliendo de la manera correcta kisa
- me alegro por ustedes… pero sí vuelve a hacerte algo, me dices y de un solo golpe realineo sus chacras.
- no creo que sea necesario – dijo yukina – ahora lo veo más responsable, no se arriesgará a perderte otra vez.
- me alegro por ustedes…
Un mes después, misaki fue a tokio y nunca más escondió su rostro, cuando misaki consiguió trabajo como editor, entre ambos compraron un departamento, más pequeño que el pent-house de akihiko, pero más grande que la casa de misaki. Después de un par de años se casaron.