Ha pasado mucho desde la última vez que estuve tan preocupado por algo, la última vez que recuerdo haberlo estado fue cuando Glenn dijo que se mudaba. Encontrar a alguien en el departamento de Glenn es raro, no es buena señal. Siempre se cómo comportarme, incluso aunque la situación sea algo desesperada.
— Arashi ¿Qué haces aquí?— ¿Por qué me pregunta eso? no es la primera vez que vengo así a su departamento. Pero hoy no puedo sacarme de la cabeza la otra presencia en este lugar. Es completamente opuesto a nosotros, este rubio de ojos de color y gran sonrisa. Para los que creen en el amor a primera vista, yo creo en el desagrado a primera vista.
— Venia a invitarte…. Como sea, lamento si interrumpo…— no, no lo lamento, pero a él no puedo mentirle como lo hago contigo. ¿Qué hace aquí? ¿Glenn lo invito?
— descuida, yo ya estaba yéndome. Espero que no tengas más problemas con eso, Glenn. Hasta mañana— no sé si noto que no me agrada, parece incomodo a juzgar por la prisa que tiene al pararse y buscar sus cosas. Por mi está bien si se va de una vez.
— gracias por ayudarme.
— No fue nada— ellos se conocen, no es primera vez que hablan. Un nombre viene a mi memoria. Jacey.
Sí, él tiene cara de tener un nombre tan bobo como ese. ¿Qué hacía aquí entonces? La puerta se cierra antes de que Glenn pueda decir algo más. Ahora que se fue, todo está más tranquilo aquí, me voy a sentar a la barra, donde Glenn sigue enfracasado con un montón de papeles.
— ¿Qué es esto? ¿Y cómo está eso de que necesitabas ayuda?
— Formularios para un festival que se hará en la escuela— ah, cosas de esas. Nunca fui muy admirador de estas cosas, solo son una pérdida de tiempo— No sabía que actividades realizar.
— ya entiendo— parte de la condición de Glenn, le impide elegir como cualquier persona normal lo haría, para él es muy difícil tomar una decisión, por eso casi siempre yo tengo que decirle en cual lugar es bueno comer, cual película es la de moda, o incluso a donde sería bueno ir de vacaciones. A Glenn le causa mucho estrés el no poder decidir algo cuando esta solo— ¿Por qué no me pediste ayuda?
— tú tienes tu propio trabajo.
— sabes que siempre puedo hacer tiempo. No me has hablado en estos días, así que pasaba a invitarte a dar una vuelta y a cenar, ya sabes, ponernos al día— respondo con sencillez.
— déjame terminar de rellenar los papeles, quiero entregarlos mañana.
— ¿puedo ayudarte?
— no, está bien, esta es la parte sencilla— en sí, él puede tener una vida muy normal. Claro que hay cosas que se le dificultan más que a una persona normal, por eso mismo Glenn asistió años a terapia pero según él no había nada diferente a como antes. Glenn sería un excelente médico, pero siempre le gustaron las matemáticas. Nunca entendí porque se limitó tanto con su futuro. Al contrario que él, yo nunca le insistí para que cambiara de opinión, para mí fue mejor que no estudiara medicina ni tuviera una profesión muy demandante, ojala hubiera sido por que estaba preocupado por él, pero la verdad es que si lo hacía, Glenn ya no pasaría tiempo conmigo.
— Así que ¿un festival?— pregunto, cuando pasamos un buen rato callados.
— si, no sabía que realizaban esas actividades en esta escuela. La directora recién me lo dijo, y fue difícil pensar en algo. Todos tienen que hacer alguna actividad con un grupo.
— Que fastidioso, vayamos por una cerveza para relajarnos— aún es temprano pero que va. Solo quiero salir y hacer que Glenn solo este conmigo.
— ya casi termino— lo observo concentrado en sus labores. Glenn ha cambiado mucho desde que lo conocí, pero es obvio que cambiara si cuando nos conocimos éramos niños. Él siempre fue alto para su edad, y desde que lo conozco fue serio. Muy pocas veces cambio su corte de pelo, y siempre usaba la ropa que sus abuelos le daban. Nunca supe con exactitud qué había pasado en la familia de Glenn para que él estuviera con sus abuelos, creo que alguna vez escuche de mis padres que su madre se había casado otra vez o algo así.
— ¿Ya?— pregunto, cuando veo que deja la lapicera a un lado.
— si, solo voy por mis cosas— no creo que importe mucho el motivo en realidad, tratar con Glenn siempre fue difícil, y no me gustaba mucho estar con él cuando éramos niños porque no entendía jamás los juegos. Cuando entendí cuál era su problema, entonces me propuse ayudarle y ser su amigo siempre. Claro que cuando tienes diez años todo parece sencillo.
— ¿y qué vas hacer al final? Con el festival— alzo la voz para que me escuche aun en la habitación.
— un rally. Le preguntare a otros profesores si quieren unirse y hacerlo más grande.
— oh, claro. Suena entretenido, cliché pero entretenido— Glenn siempre tiene una rutina para todo, y es bastante inusual que la rompa o que añada cosas nuevas a su rutina. Por ejemplo, cuando salimos siempre vamos a los mismo lugares, si queremos ir a comer solo hay como tres o cuatro opciones. Y si queremos ir a un bar, solo hay una.
— es lo mejor que se nos ocurrió— no puedo evitar enfadarme un poco. “Se nos ocurrió” es tan extraño, Glenn nunca pide ayuda y eso me deja con un mal sabor de boca. ¿Cómo puede alguien solo venir y pretender ayudar a Glenn?
— ah, claro… ese chico ¿trabaja contigo?
— Si, es Jacey— lo sabía— se ofreció a ayúdame, él ya tiene su actividad y dijo que era mejor apresurarse.
— claro ¿Qué quieres cenar?
— ¿También iremos a cenar?— pregunta, ya hemos caminando varias calles en dirección al lugar favorito de Glenn. Sonrió, adelantándome unos pasos.
— ¿Por qué no? Algo de comida antes de beber ayuda mucho— Glenn niega.
— Mañana tengo que dar clases, no puedo beber— yo suelto una risa, claro que ya lo sé, pero siempre intento bromear con Glenn. Solo lo intento porque él no entiende los chistes, no tiene sentido del humor. ¿Seremos como extraterrestres para él? Siempre intento que me entienda, y hace varios años que ya no me pregunta que significan.
— tonto, ya lo sé. ¿Cómo han ido tus días?— y así es como suelo cambiar la conversación con él. Vamos por mera costumbre a un restaurant de comida italiana, poniéndonos al día. Me cuenta más sobre el festival que harán y como todos parecen estar felices por eso. ¿Cómo una actividad como esa puede causar felicidad? Él se pregunta algo como eso cada que ve emociones tan intensas, cuando éramos adolecentes solía preguntarme a mí.
— Arashi ¿no tienes trabajo? Estas en el turno de la noche.
— Mi trabajo también tiene días de descanso, no te preocupes por eso— sé que no siente preocupación, aunque quizá si la sienta. Hace mucho que deje de sentir pena por él, Glenn no la siente, y a mí no me sirve de nada. En lugar de sentir eso, prefiero mejorar para poder entenderlo.
— ya veo. ¿Quizá quieras ir al festival? Si no estás ocupado podrías ir.
— No sé, creo que esas cosas no son para mí, además no sé cuándo me necesiten en el trabajo, pero si puedo ir iré— ¿debería ir? Estoy entre el deseo de estar con Glenn y la aversión hacia las actividades escolares, estar rodeado de niños y padres yendo por todos lados no me gusta. No mentí tampoco en lo referente al trabajo, hay días que no hago nada y otros que puedo pasar toda la noche despierto arreglando los problemas de los sistemas.
— bien.
— Por cierto ¿has planeado algo para las vacaciones?— sé que no, Glenn no es capaz de planear algo así sin contar que aún faltan varios meses para las vacaciones.
— no.
— bueno, había estado pensando en hacer una visita a mis padres, pero el trabajo ha sido muy pesado últimamente. Quedarse en casa se ha vuelto una buena opción, si te quedas podría pasar tiempo en tu casa.
— si quieres.
— Glenn, ese no es el punto ¿Qué quieres tú?
— Aún falta mucho para las vacaciones ¿Por qué quieres saberlo ahora?— me rio, deteniéndome para esperarle, aunque no viene muy atrás.
— tienes razón. Piénsalo de todos modos— le digo, entrando al restaurant. Yo soy quien pide, y no porque Glenn no pueda hacerlo, simplemente es algo que hago por costumbre, Glenn siempre come lo mismo cuando venimos. Glenn me habla un poco más sobre el dichoso festival, parece que le preocupo más de lo que pensé al inicio para que siga hablando de eso aun después de que ya me hablo de eso ¿o acaso está emocionado? No hay mucha gente, pues no es fin de semana que es cuando esta mas lleno, así que rápido llega nuestra cena temprana, un espagueti y lasaña— ¿Pasa algo?— Glenn se ha quedado mirando el espagueti, más serio de lo que es.
—… ¿hay comida italiana que no tenga tomate?
— ¿Comida italiana sin tomate?— de no ser porque Glenn no tiene sentido del humor creería que es un chiste— no lo sé, no creo. ¿Por qué?
— Estaba pensando a donde podría ir a comer con Jacey— ¿Qué?..— Quedamos de salir a comer otra vez.
— No… no me dijiste que habías ido a comer con alguien— ¿Cuándo fue eso? ¿Por qué yo no supe? Me cuesta intentar sonar normal, pero al demonio, él no sabe si mi voz es molesta o lo que sea.
— lo olvide. Fuimos al restaurant japonés que me mostraste.
— ¿Ah, sí? ¿Por qué?
— Somos amigos— el pedazo de lasaña que tenía en el tenedor cae al plato, salpicando salsa por todos lados. ¿Amigos? ¿Glenn tiene otro amigo?— quedamos en salir otra vez, pero no hemos hablado de eso otra vez.
— ah…
— No creo que sea buena idea venir aquí— alcanzo a escuchar, pero no estoy poniendo mucha atención. Glenn nunca considero a alguien más que yo como amigo, siempre eran solo compañeros, personas que no tenían nada más en común con Glenn que estudiar o trabajar en el mismo lugar, personas que no tenían ninguna trascendencia en su vida.
— ¿Por qué?— ¿eso es lo que quiere? ¿Cómo permití que pasara eso? con mi trabajo y el suyo cada vez pasamos menos tiempo juntos, ¿sería diferente si yo hubiera estado ahí? No debí alejarme tanto, ahora tiene otro amigo ¿no seré reemplazado? ¡Jamás! No voy a dejar que eso pase.
— Arashi ¿te pasa algo?— no es la voz de Glenn la que me hace reaccionar. El dolor de mi mano apretando con fuerza el tenedor es lo que me trae de regreso de mis pensamientos.
— no, estaba caliente y me queme la lengua.
— ten más cuidado.
— si… ¿entonces Jacey te estuvo ayudando? ¿Se lo pediste?— me cuesta mucho pronunciar el nombre de esa persona. Ahora mismo no sé si Glenn se dará cuenta de que no quiero hablar o no. me cuesta pensar en otra cosa más que alguien está intentando acercarse a Glenn.
— no, él se ofreció su ayuda. Parece que siempre tiene muchas ideas.
— ah…— ¿soy masoquista? A lo mejor, pero quiero saber que intenta esa persona. Glenn se queda en silencio, comiendo— voy al baño.
— Umm— necesito relajarme un poco, estoy siendo paranoico con esta situación. En el baño no hay nadie, así que me permito suspirar, mirando mi reflejo en el espejo.
— Todo está bien— susurro. Que Glenn tenga otro amigo no quiere decir que me vaya a dejar de lado, ni que Glenn lo prefiera. Además ¿alguien más sabe del problema de Glenn? No, nadie más sabe cómo vivir con Glenn. Solo yo sé cómo tratar a Glenn, todos los demás se alejan en un tiempo de él, no es la primera vez que intentan ser amigos de Glenn y ese rubio es todo lo contrario a Glenn, con su sonrisa tonta no aguantara el hecho de que Glenn no se ría, que no entienda sus expresiones.
Ah, sí, no lo entenderían. Me fui demasiado por las nubes con la presencia de Jacey en casa de Glenn, al fin y al cabo, no deja de ser su compañero de trabajo.
— tardaste mucho.
— bueno, en verdad necesitaba ir al baño.
— tu comida se enfrió.
— Te dije que estaba caliente— claro que mi comida se enfrió, pero me la como de todos modos, hablando con él sobre las más recientes películas que están en cartelera. Glenn de vez en cuando hace un comentario. Nos quedamos un rato más después de que acabamos, y después nos dirigimos a un pequeño bar. Nunca he visto a Glenn borracho, siempre que vamos a fiestas o a beber, solo bebe poco. Yo hoy tengo muchas ganas de emborracharme y quizá lo haga si lo primero que pido es lo más fuerte que tienen en el bar.
— ¿solo eso vas a pedir?
— mañana tengo que dar clases.
— Ya lo habías dicho— él solo tiene una cerveza, y lo conozco lo suficiente para saber que solo pedirá otras dos. ¿Quién mas sabría estas cosas de él? nadie, por supuesto. La música electrónica llena el lugar, eso y el alcohol relajan mi mente.
— ¿Arashi? Vamos…
— ¿eh? Aun es temprano, quiero bailar— creo… creo que estoy algo borracho ya.
— te llevare a casa.
— vamos, Glenn— me quejo, siento mucho vértigo cuando camino, pero aun puedo andar… creo. Me rio tontamente cuando salimos. Yo solo quiero quedarme y seguir de fiesta con Glenn— tú nunca bailas, bailemos.
— vamos a casa.
— No— me quiero quedar aquí, donde no puedo pensar— Y no estoy tan borracho, solo para que sepas— Glenn niega, jalándome del brazo.
— vamos.
—Déjame aquí— ¿¡Porque tiene que ser tan alto!? Es fácil llevar a cualquiera a la fuerza si eres tan alto.
— Oye, espera…— afuera hace frio, y ninguno trajo chaquetas— Glenn— tropiezo, cayendo hacia adelante, pero no llego al suelo— ¡Ten más cuidado!
— solo vayamos a casa— ah, sería tan fácil besarlo ahora mismo, con su rostro tan cerca... Gritarle que me gusta y que no quiero que dependa de nadie más que de mí, que siempre este a mi lado. ¿Es eso malo? Sé que es egoísta, que soy egoísta por querer eso.
— Bien— le digo, soltándome. Ni siquiera tomado he sido capaz de decirle lo que siento, no es la primera vez. Quiero que se dé cuenta al menos de que algo pasa conmigo, es mucho pedir que él mismo sepa de mis sentimientos, pero si me dijera al menos solo una vez que está confundido con lo que siente hacia mí— eres tan idiota.
— ¿Dijiste algo?
— no. vamos antes de que me arrepienta— me da lo mismo como le hacemos para regresar, me quedo dormido en el taxi que consiguió Glenn ¿ya estamos en casa? Glenn aun me sujeta para que me vuelva a caer— tengo frio.
— Ya estamos en tu casa, dame las llaves— “No sé donde están” ojala pudiera decirle eso, en cambio solo meto la mano a uno de los bolsillos del pantalón y se las doy. Reconozco mi casa, y aun así, Glenn me lleva hasta la habitación. ¡Pero qué bien suena eso!
— si, si…— murmuro riendo. Como ya estoy borracho, da igual si hablo de más o me pongo a reír como loco. —ah…
— Ya me voy— Glenn apaga la luz.
— quédate…
— ¿Dijiste algo?
— no, no se.
— duérmete pronto— no ocupa decírmelo. Como deseo que se quede, ¿soy cobarde? No lo sé, no quiero confundir a Glenn. Me siento, buscando algo más cómodo para dormir. Todo esto solo porque alguien fue al departamento de Glenn, bah. No es solo eso, Glenn nunca habla de las personas a menos que pase algo con ellas, ¿Qué será? Me duermo con dos palabras dándole vueltas a mi cabeza:
“Somos amigos”
Pero que dolor. Ya es de día, es tan temprano aun, ni siquiera con resaca puedo quedarme mucho tiempo dormido. Bostezo, pasando mi mano por el cabello. ¿Anoche no dije nada indebido? No, nunca lo hago. Bueno, otro día más como si nada pasara.
— Buenos días— murmuro cuando entro al departamento de Glenn, sin cambiarme la ropa, sin peinarme y arrastrando los pies.
— buenos días. Hay café en la estufa.
— Preferiría un jugo de naranja— le digo, sentándome en la barra de la cocina. Ayer ese chico estaba en este mismo lugar. Glenn ya esta vestido, con el cabello húmedo y arreglado. Muchas veces me pregunto cómo es que no puedo ser algo mas para Glenn, ya pasamos muchísimo tiempo juntos, lo conozco muy bien y él me conoce muy bien. Aun así, seguimos viviendo en lugares contiguos, siendo “amigos”.
— toma.
— gracias.
— ¿Quieres desayunar?
— No, creo que vomitare— esa resaca. También me duele la cabeza, pero nada que un par de aspirinas no arreglen. Claro que aunque esté aquí, no puedo pasar mucho tiempo con Glenn, el se va pronto a la escuela, dejándome solo de nuevo.
Ah, pero que mala suerte. Soy tan cobarde. ¿Cuándo podre decirle que le quiero? Desearía que pudiera ser pronto. Le quiero mucho, siempre le he cuidado de los demás, conformándome con estar con él, con ser el único que estaba a su lado.
Los siguientes días no veo mucho a Glenn, mi trabajo se pone pesado algunos días y pues solo puedo ir por las mañanas a verle. ¿Qué es mucho? a mí nunca se me hace mucho el tiempo que paso con Glenn.
— ¿Vas más temprano hoy?— pregunto, apenas entro. Todas sus cosas están listas, y veo un plato sucio en el fregadero.
— si, hoy es el festival.
— oh, ¿es hoy?— se me olvido por completo, es mas no recordaba eso desde que me lo dijo. ¿Qué tiene de emocionante? Para mí, nada.
— sí. ¿Vas a ir?
— No sé, quizá no— el desinterés es notorio en mi tono, claro que para Glenn no.
— me voy ya. Tengo que arreglar cosas aun.
— Entiendo, si voy te llamo— le digo, alzando la voz porque él ya se va. Umm ¿Sería bueno ir al dichoso festival? no tengo ganas de ir, anoche tuve trabajo y regrese hace muy poco tiempo, regresare a dormir y si alcanzo a despertar para ir me lo pensare.
Ah, pero que ridiculez. Me siento tan tonto rodeado de niños. ¿Por qué he venido? Si, al final he venido casi sin pensar porque creí que no sería tan malo, pero esto es mucho peor de lo que pude pensar. No me desagradan las personas en sí, porque he ido a más de una feria, pero si es escolar… bueno, no es lo mismo que una feria. Ya son casi las seis ¿Cuándo dijo Glenn que tenía tiempo libre? No me acuerdo, demonios debí haber puesto más atención.
— ¿Dónde estás?— murmuro, pasando entre la gente. ¿Cómo puede haber tantos estudiantes aquí? vine solo un par de veces antes aquí, acompañando a Glenn para sus entrevistas. No debe ser tan grande ¿O sí? Bah, no tiene caso, entre tantos puestos de comida y gente mejor le llamo por teléfono. No tengo muchos números, y el de Glenn esta en marcación rápida, solo espero que tenga su teléfono con él. Ah, ahí está.
— ¡G…!— no le llamo, ni le grito pues no está solo, aun en donde estoy distingo el cabello rubio. ¿Incluso aquí? bueno, es normal si trabajan en el mismo lugar ¿no? Los dos se han sentado en una de las mesas puestas para el festival, Glenn serio como siempre y Jacey sonriendo.
No puedo estar aquí, fue un error haber venido, me largo. Me importan poco las quejas de las personas que golpeo en mi salida.
Es la primera vez que veo a ese chico sonreír, pero siento que odio como nunca esa sonrisa. Porque aunque Glenn estaba serio, pude saber que estaba contento, Glenn estaba contento con alguien más que no era yo.