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Cuando decir "Te quiero" no es posible por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

El final de este capitulo es basicamente la idea de la que surgio todo esta historia, despues de ver una imagen en internet. Y aunque en un inicio iba a ser un capitulo comico, la situacion se presto para algo mas serio. Espero lo disfruten.

Gracias por leer.

Es tan complicado todo esto. No entiendo aun del todo lo que estuvo a punto de pasar, tanto que aun sigo en el suelo, mirando a Glenn con su mano extendida hacia mí. Veo que mueve los labios, dice algo, pero sigo sin escuchar.

 

— Jacey, vamos— logro al fin escuchar. Y mi mano temblorosa se alza para tomarla. Mi cabeza da vueltas cuando me pongo de pie, mis piernas tiemblan como gelatina, que de no ser porque Glenn me está sosteniendo volvería de cara al piso— ¿estás bien?

 

— ¿Qué?— balbuceo.  No entiendo nada, quiero irme lo más pronto de aquí, a donde sea. ¿Lo dije en voz alta?

 

— Vámonos— Glenn me ayuda a andar hasta la salida ¿todavía estamos en el restaurant? Parece que hubieran pasado años desde eso, ¿en serio yo…?— ¿estás bien?— ¿bien? no lo sé,  no puedo pensar en otra cosa más que en estar en el suelo de ese baño. El aire de la calle me hace sentir solo un poco mejor.

 

 Esto es… horrible. Yo estuve a punto… ¿de verdad iba a hacerme eso? él parecía tan amable cuando estábamos en la comida. Y, en el baño… él iba a… iba a…

 

— ¿Señor?— ¿ah? Una luz directa en mis ojos me hace salir un poco de mis pensamientos— ¿me escucha?

 

— ¿Dónde estoy?—  hay mucho ruido ¿Qué lugar es este y como llegue?  Logro ver a Glenn un poco atrás de la persona que me está viendo, que ahora que lo veo mejor es un doctor. ¿Entonces estoy en un hospital?

 

— ¿Por qué no descansa unos momentos?— dice, dándose la vuelta y haciéndole una seña a Glenn. No recuerdo como llegue hasta el hospital.  Ah, estoy temblando.  La cabeza me da dolorosas punzadas, y tengo ganas de vomitar.  ¿Por qué estas cosas me tienen que pasar a mí? el robo de hace tiempo era mucho mejor que esto.

 

— Jacey…—  Glenn regresa, tan serio como siempre. Ahora desearía estar con alguien que en verdad conozca, tengo unas ganas enormes de abrazar y ponerme a llorar. Estoy tan avergonzado de que justamente él sea quien  me encuentre en estas situaciones— ¿Cómo estás?

 

— ¿Podemos volver al hotel?—  aun no sé cómo responder a esa pregunta. Él solo me dice que si con la cabeza. Estamos en la que parece la sala de urgencias de un hospital, por eso tanto ruido. Afuera, tomamos un taxi.  Ya no me importa cómo llegamos aquí, da lo mismo. Raymond… ¿Cómo alguien puede cambiar tanto? ¿Fue por el alcohol? quiero pensar, en verdad quiero creer que solo fue eso y que esa no es su verdadera personalidad.  Me tambaleo un poco cuando bajo del taxi. Quiero darme un baño,  quitarme esta horrible sensación de encima. Glenn tiene la llave del cuarto, entro primero, dirigiéndome al baño después de tomar mi maleta.

 

Arrojo la ropa a donde sea, ya no la quiero, no me la pondré más. Aun siento las manos de esa persona por todo mi cuerpo.

 

Y por más que talló  mi piel esa sensación no se va.

 

— ¿Jacey?

 

— ¿si?

 

— llevas una hora ahí ¿está todo bien?—  no, no creo que todo esté bien.  Cierro las llaves de la regadera, y me envuelvo en una toalla.

 

— Si—  el espejo del baño me muestra mi reflejo, con un parche en la frente. Ah, sí, recuerdo haberme golpeado la cabeza. Si no me hubiera perdido la conciencia… aparto la mirada, no soporto ver mi reflejo ahora mismo, y no solo eso la puerta cerrada está comenzando a ponerme nervioso. Quiero salir, no soporto estar encerrado.

 

— ¿Aun te duele?— le miro, sin ánimos. No sé qué me duele más así que me encojo de hombros, y me acuesto en mi cama, dándole la espalda y sin importarme que mi cabello siga mojado. Debería agradecerle, pero no quiero hablar con nadie— ¿necesitas algo?

 

— no.

 

— si duele… el doctor me dio analgésicos, tuvieron que poner tres puntadas en la herida. Él en verdad…

 

— Quiero dormir— le interrumpo. No quiero saber nada de nada aunque no pueda pensar en otra cosa. Glenn se queda callado.

 

No sé qué hora es, ojala sea ya tarde. Me cubro con una de las cobijas, abrazando una almohada.  No tengo frio y aun así no puedo dejar de temblar. ¿Por qué me rendí y no seguí luchando? ¿En qué momento pensé que no tenía caso?  ¿No intente todo? Soy una vergüenza, ahora pensaran que yo quería, que solo me deje…   no puedo cerrar los ojos.  Glenn apaga la luz un rato después y escucho como se acuesta en su cama. ¿Qué pensara de mí ahora? Ni siquiera pude gritar… debí hacer gritado, golpearle más…  

 

 No dormí ni diez minutos seguidos. Cada que mis ojos se cerraban, las imágenes de lo que paso en el baño se repetían en mi mente.  Justo hace un poco ha pasado otra vez ¿Cómo se supone que voy a dormir si cada que cierro los ojos siento todo más real?  Incluso sentí de nuevo como me tocaban esas manos, imposible, no aguanto más.  Salgo corriendo al baño a vomitar.

 

Me siento tan mal… camino al lavamanos a enjugarme la boca con agua de la llave. Dios que mal aspecto tengo.  Suspiro, apoyándome en las paredes para regresar a la cama. 

 

— ¿Estás bien?—  que superficiales se escuchan esas palabras ¿bien? ¿Cómo es eso? afuera apenas está saliendo el sol, deben ser como las seis de la mañana.

 

— no se— reconozco. Me siento cansado, sé que debo dormir pero no tengo idea de cómo lo hare sin tener pesadillas.   Y aunque no durmiera solo quiero estar en la cama, quedarme ahí sin hacer nada.

 

— si necesitas algo…

 

— si, gracias— le digo, pero suena tan insignificante. Me vuelvo a acostar. De no ser por Glenn, esa persona entonces… ¿Cuánto tiempo se necesita para hacer eso?  Glenn, pensar en él hace que se llenen los ojos de lágrimas. Si no pasó nada más en ese baño fue solo porque Glenn llego justo a tiempo.  Ah…  y ni siquiera puedo darle las gracias como se debe. Cuando cierro los ojos, las lágrimas caen.  Nunca he sido muy afín al llanto, ni mucho menos sexista al respecto, pero ahora llorar lejos de liberarme me hace sentir peor.  

 

— Jacey… despierta.

 

— ¿umm?

 

— Tenemos que ir al aeropuerto— ¿me dormí?  Los ojos me arden, pero ya no me duele tanto la cabeza. La cortina está cerrada, así que no se qué hora es.

 

— Ya voy— aunque quiero quedarme todo el día en la cama, sé que no puedo hacerlo.  Antes que nada, vuelvo a bañarme, esta vez no tardo tanto. Me siento mucho mejor ahora que dormí.  El baño me causa una serie de recuerdos que me hacen temblar, y hago un enorme esfuerzo por pensar en otra cosa. Si tuviera más confianza con Glenn, dejaría la puerta abierta. Irme de aquí me hará muy bien, no quiero saber nada más.   

 

La ida al aeropuerto y el vuelo de regreso a Atlanta fueron relativamente tranquilos. Ni siquiera recuerdo él porque estaba tan nervioso cuando venia.   Aun de reojo puedo ver las miradas que me dirige Glenn de vez en cuando ¿está preocupado? No lo sé, no ha dicho mucho desde esta mañana, por alguna razón no siento la misma emoción que siempre por esos gestos de Glenn. Arg, es horrible sentirme así,  creo que no volveré a sentirme como antes y espero estarme equivocando.  

 

La voz del piloto me despierta esta vez, ¿en qué momento me dormí? Como sea, me despertó justo a tiempo, creo que tenía una pesadilla.  Qué bueno que no traigo mucho equipaje,  solo quiero irme a casa lo más pronto que pueda.

 

— hablo la directora, quería saber si ya íbamos a llegar… no le contestaste— ah,  ni siquiera sé donde esta mi teléfono.

 

— está bien…— digo, caminando en silencio a la salida— oye, ¿podrías no decirle a nadie lo que paso?— murmuro, me cuesta mucho decir esas palabras pero fingir que no paso nada delante de Glenn no va ayudar mucho que digamos.  ¿De qué me sirve que todos se enteren de eso? no, yo no quiero que nadie sepa.

 

— ¿eso quieres?

 

— Si—  me dirige una larga mirada antes de asentir con la cabeza— gracias—  quizá después pueda pensar en decirles a mis amigos sobre esto.  Yo tomo un taxi para regresar, dejando a Glenn en el aeropuerto.  Entrar a mi casa casi me hace llorar de nuevo, pero esta vez, lo que siento es un alivio tan grande que me tengo que sentar en el sofá y tratar de respirar profundo. ¿Cómo no voy a querer más a Glenn con esto?  Siempre fui confiado con las personas, no tenía motivos para desconfiar de los demás, y creo que eso me ha llevado a meterme en problemas de los que siempre me sacan los demás. Soy tan torpe…  ¿Cómo pudo pasar eso siendo un chico yo también? Vamos, que aunque me gusten los hombres no quiere decir que lo haga con cualquiera, lo he hecho ya antes pero ninguna en contra de mi voluntad.  Es tan… horrible, y eso que no paso a más.  

 

Aun estando en mi casa, las pesadillas no me dejan dormir. Y cuando al fin tengo que levantarme, ya hace un buen rato que estoy listo.  Quiero volver a mi vida normal en un intento de dejar ese viaje atrás.  Y funciona, entrar en el salón me hace sentir tan tranquilo, que podría quedarme aquí para siempre. Aquí no hay nada que me recuerde que estuve a punto de ser forzado.

 

— Jacey… lo siento no quería asustarte— Leanne está en la puerta, sonriéndome. ¿Cómo es que puede sonreír aun? Ah, claro, solo soy yo el que por el momento no puede sonreír.

 

— descuida.

 

— ¿Cómo fue la reunión?

 

— Umm— aprieto los labios, volteándome para que no vea la mueca que hago. Fue desastroso, no recuerdo siquiera como fue la reunión— creo que bien.

 

— ¿de verdad? Eso espero, porque no tendremos una oportunidad como esta en mucho tiempo ¿tienes idea de lo difícil que es encontrar benefactores?— la ignoro, me da igual si nos apoyan o no, mientras no tenga nada que ver de nuevo con ellos.

 

— Leanne ¿no tienes que hacer algo más?

 

— ah, si… bu-bueno, te dejo— se acomoda los lentes antes de salir. Ah, que molesto no tengo ganas de hablar con ella, aunque sea un  poco irracional la culpo de lo que paso.  La hora de la clase comienza, y por fin tengo que ocupar mi mente en otras cosas.   Los niños hacen que me olvide de eso por un rato, pero mi ánimo no mejora mucho.  Cuando llega el recreo, prefiero quedarme a ir a la sala de profesores.

 

— ¿¡Donde estás?! ¿Jacey?—  ver a Allan entrar… ah, de nuevo quiero ponerme a llorar— te vas todo el fin de semana, ni una llamada, no respondes el teléfono ¿tienes idea de lo preocupado que estaba?... ¿estás bien?

 

— si, lo estoy…— mi voz se quiebra, y tengo que aclárame la garganta para disimular. No quiero ponerme a llorar aquí, me vería demasiado patético. 

 

— ¿¡Que te paso?! ¿Estás bien?

 

— Solo es un golpe, no es nada de importancia—  intento sonreír, pero por la mirada que me da Allan, creo que es mejor que no lo haga. ¿Cómo se supone tengo que actuar? No quiero fingir que estoy bien cuando no lo estoy.

 

— ¿Qué paso?— el tono de Allan se vuelve serio— no me hagas ir por Sean.

 

— No ocupas a Sean— digo, intentando evadir el tema. Si me presionan  un poco voy a quebrarme—  estoy algo cansando de la reunión.

 

— aja, claro. ¿Vas a decirme como te hiciste eso?— no puedo mirarle a la cara. Debería decirle, debería… pero no puedo.

 

— resbale en el baño— ah, no soné nada convincente. No ocupo ni ver a Allan para saberlo— fue algo muy tonto a decir verdad.   

 

— ¿Por qué estás aquí?— pregunta, acercando una silla para ponerse al otro lado del escritorio.  No sé quién será peor, si Allan o Sean.

 

— No tenía ganas de ir— murmuro, dejando que la apatía se note en mi tono. ¿Por qué quiere saber? Solo fue un viaje, no debió ser nada interesante, no se suponía que fuera a pasar nada raro, y aun así, casi fui… casi fui violado en un baño.

 

— ¿Quién te hizo eso?

 

— ¿ah? Nadie, ya te dije que me caí.

 

— ¿fue Glenn?

 

— ¿¡Que?! ¡No!— si no fuera por él no sé qué sería de mí en estos momentos— deja de decir tonterías.

 

— pero…

 

— Allan, por favor. No quiero hablar de eso— no sé qué fue lo que vio Allan en mí, pero parece que eso lo convenció más que cualquier palabra que diga. Él no vuelve a hacer preguntas en el rato que se queda conmigo.

 

Los días siguientes vuelvo a la sala de profesores, no sé si Allan hablo con Sean porque no me hace preguntas sobre lo que paso. Aún tengo el parche en la frente, no he dormido bien y tampoco tengo mucha hambre por estos días, por si fuera poco mi estado de ánimo está algo decaído.  

 

— la directora quiera hablar contigo— me dice Sean, estoy por irme a casa y me ha encontrado justo cuando estaba firmando mi salida.

 

— ¿Te dijo para qué?— no quiero ir, últimamente no quiero hacer nada.

 

— No, pero dijo que fueras o vendría por ti— ah, qué más da. Sean me sigue en silencio, al menos unos momentos.

 

—  oye, me había dicho que no haría nada y que iba a esperar, pero esto está tardando más de lo que pensé ¿Qué paso?— me quedo inmóvil, no porque quiera es más un acto involuntario.

 

— ¿Qué te hace pensar que pasó algo?

 

— vamos, has estado tan ausente desde que volviste que no pareces tu, y por lo olvidaste le dijiste a Allan que no querías hablar—  rayos, ojala fuera más prudente.

 

—  no es nada… solo necesito algo de tiempo…—  digo, suspirando y volviendo a caminar.  Sean no me sigue esta vez, de todos modos ya estoy casi en la dirección.  Leanne está sola cuando entro y me dirige una larga mirada cuando me ve. ¿Por qué ahora todos hacen eso? parece que no me han visto en mucho tiempo.

 

— ¿Por qué me han llamado para disculparse?

 

— ¿Qué?—  ¿de qué me está hablando?

 

—  el señor Walker me llamo para decir que lamentaba mucho lo que paso, que me disculpara contigo y que aceptaba ser benefactor de la escuela.

 

— ah, que bien—  ni siquiera me molesto en ocultar el desgano de mi voz. ¿Eso paso solo porque casi me violan en el baño?  Hace que se me revuelva el estomago solo de pensarlo.

 

— ¿y bien?

 

— Solo un accidente

 

— Glenn no me quiso decir nada— me muerdo el labio para no llorar. Me siento tan agradecido con él.

 

— hizo bien. No te preocupes, la reunión salió bien al final ¿No?— quizá a un costo un poco más alto del que creí.  Antes de que diga algo más, me giro y salgo de la dirección.  No puedo decirle aun a nadie sobre eso. Quiero olvidarlo y dejarlo atrás como un mal recuerdo.  No le mentí a Sean cuando  le dije que necesitaba tiempo, tiempo para volver a ser como antes, para dejar de estar roto.   Me repito hasta el cansancio que ya paso, pero no dejo de sentirme inútil, pienso que debí haber hecho algo mas esa noche,  como un chico pude haberme defendido… ah, ¿de nuevo? Debo dejar de darle vueltas a estos pensamientos, no me hacen bien.  

 

Ojala fuera tan fácil hacerlo.

 

El viernes está algo nublado, hace frio. El cambio de clima me hace sentir un poco mejor, el frio hace que me despierte. De nuevo estoy por regresar a casa,  voy tan metido en mis pensamientos que no me fijo que hay alguien en mi camino hasta que no choco con alguien, me tambaleo hasta que me sujetan.

 

— lo siento, creí que me habías visto.

 

— Glenn… ¿Qué…?— balbuceo, confundido. No le visto mucho últimamente… ¿ha estado yendo a la escuela?

 

— vamos a comer. 

 

— ¿Qué?..— como aun me está sujetando del brazo, me obliga a seguirle.  Es difícil intentar seguirle el paso, es más alto que yo y tengo que correr para poder ir a su paso— oye, espera… esto no…

 

 — Ya casi llegamos— ¿A dónde vamos?  Reconozco el camino ¿vamos al restaurant de siempre? Si, vamos allá— pide lo que quieras, yo pago.

 

— eso no es necesario, no tengo hambre…

 

— si, dijeron que dirías eso.

 

— ¿dijeron? ¿Qué rayos está pasando?—  murmuro lo suficientemente alto para que me escuche sin hacer un escándalo. Glenn me ignora leyendo el menú que pienso para estas alturas ya debería de saber de memoria— Glenn, responde.

 

— parecía que estabas actuando diferente desde el sábado. Realmente no puedo entender cómo te sientes, todos estos días no fuiste el mismo, pero no estaba seguro y no sabía qué hacer.

 

— no tenías que…— me quedo muy quieto, mirando mis rodillas, no puedo mirarle a la cara.

 

— tus… amigos vinieron a preguntar si sabía que había pasado, no les dije que paso. Sin embargo, me pidieron que hablara contigo. No sé cómo hacer eso, así que si quieres hablar al respecto, puedes hacerlo.

 

— en realidad, quisiera olvidarme de eso.

 

— ya veo… creo que fue muy malo— ¿Cómo puede decirme eso con un tono tan indiferente? Ni siquiera hay el más mínimo intento por sonar amable o compasivo.

 

— ¿crees? Fue muy malo… yo pensé que… intente…— las palabras no salen completas, mi lengua es muy lenta para todo lo que quiero decir— debí haberme defendido, no pude hacer nada y me siento tan mal por eso.

 

—  Estabas inconsciente, no podías hacer nada aunque quisieras. El golpe en tu cabeza fue serio, y por cierto, tienes que ir a que quiten las puntadas, pondrán cintas de espadrapo— ¿Qué está pasando aquí? Me siento algo perdido— ¿Qué vas a pedir?

 

— ¿Pero que pasa contigo?— suspiro, pidiendo solo una ensalada.  No dije nada en el tiempo que duro la comida, Glenn tampoco.

 

— Vamos, te acompañare al hospital— supongo que es inútil luchar, así que le sigo hasta una pequeña clínica. La enfermera que me atendió es amable, aunque dolió bastante cuando me quito las suturas— ¿duele?— ahora estamos solos, esperando a que regrese con las cintas de espadrapo.

 

— un poco—  le digo, sonriendo un poco.  Glenn me observa, y una expresión más tranquila aparece en su rostro.

 

— Se ve mejor— me dice, la enfermera llega y comienza con su trabajo que no es tanto porque he estado cuidadme la herida. Cuando salimos, ya está oscuro. ¿Cuándo fue la última vez que salí?—   Jacey… ¿estabas asustado? ¿Ese día, y después de eso?

 

—… mucho.

 

— entiendo.

 

— ¿Por qué? ¿Por qué fuiste al baño?— esa es una de las preguntas que me asaltan la cabeza a cada rato.

 

— Tardaste mucho así que fui a buscarte— ¿en serio? aprieto los labios, de nuevo intentando no llorar— ¿sabes? no dejare que nada te pase, así que no tienes que preocuparte— ¿cómo se supone que tengo que interpretar eso?

 

—… gracias… por haber ido y…— ah, estoy llorando. Me froto la cara en un intento de limpiar las lágrimas— en serio, estoy muy agradecido. De no ser por ti… gracias.  

 

— solo deja de llorar ¿Si?— Glenn se ve tan incómodo con mis lágrimas, que inevitablemente me pongo a reír.  ¿Cómo es que no note antes que Glenn había estado al pendiente de mí? Desde que me salvo en el baño, ha estado preguntándome como estoy, incluso hoy me invito a comer aunque no sabía qué hacer. He sido un poco tonto.

 

— está bien.

 

— Gracias—  le sonrío, aun con el rostro húmedo.  Glenn es realmente una persona grandiosa, lo supe antes de todo esto, y ahora…  solo es un todo o nada.

 

— Te amo—  le digo, no tengo otra manera de expresar todo lo que siento. Él me sigue mirando, sus cejas se curvan un poco, como si estuviera confundido. Antes estaba tan preocupado por si me rechazaba, si no le gustaban los chicos… hoy creo que me daría igual  si me dice que no, y quizá mañana me muera de vergüenza, pero hoy no.

 

— eh… gracias.  Nos vemos mañana— me dice, caminando en dirección contraria y dejándome confundido en medio de la calle. 

Notas finales:

Jacey se armo de valor, aunque el resultado... no es el esperado. En el proximo capitulo por fin tendremos un capitulo narrado por Glenn, toda esta situacion desde su punto de vista.

PD: Si ven que la numeracion en los capitulos no coincide, es porque cuando actualice el capitulo 12, un rato despues la pagina entro en mantenimiento despues de lo del hacker, y entonces, tengo dos veces el capitulo 12, pero uno a parecer es un capitulo fantasma, asi que no se ha perdido de nada. 

Hasta la proxima.


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