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Cuando decir "Te quiero" no es posible por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Me disculpo por la... rudeza del titulo, pero bueno, a veces solo se acaban las ideas y es lo primero que viene XD y cuando lo tengo ya no puedo pensar en otra cosa, asi que quedo así.


En fin, como dije, las cosas se ponen mas interesantes, espero les guste ^.^

Un beso ¡Un beso!  Ni siquiera había pensado en eso, y ahora voy a casa con un beso de Glenn. Me he olvidado  de porque estaba molesto en realidad.  Ah, siento todavía el hormigueo  en mis labios.  Siempre he sido muy aficionado al romance, a esperar el momento adecuado, aunque suene un poco controlador.  Esto sinceramente no es lo que esperaba, mucho menos viniendo de la persona que no me hablo en toda la semana después de haberme ignorado en la última salida que tuvimos.


Estaba realmente, realmente molesto con lo que paso en la salida. Todo por culpa de Allan y su genial idea de ir, de haber sabido que no iban a ir, jamás le habría dicho a Glenn que llevara a su amigo, Arg, pensar en él me hace enojar.  He intentado ver el maldito asunto de forma objetiva, pero cada vez me convenzo más de que él me odia.  No creo haber hecho nada para merecer su odio.


¡Eso no es lo que importa ahora! Glenn me beso, él me beso.  Pensé sinceramente que no estaba interesado en mí, o sea, ni una sola llamada,  ni fue a buscarme en la escuela. Siempre soy yo el que está detrás de él.  Llegue a pensar que había sido solo por lástima que me había dicho que sí. Y no estaba dispuesto a aceptar tal cosa.


 


— Wow, Jacey ¿y esa sonrisa? ¿Te paso algo bueno?— anoche pude dormir muy bien, no recuerdo haber tenido sueños desagradables.


— quizá si— le sonrió más si es posible. Sean se muestra interesado. Estamos en un restaurant, esperando que llegue la comida— pero aún sigo muy molesto porque los dos me dejaron plantado.


— eso no fue mi culpa.


— ni mía.


— Pero me dejaron, y eso es lo que cuenta— reniego. Cualquier pretexto es bueno para ir a cenar gratis— si hubiera sabido que eso pasaría, mejor solo le hubiera dicho a Glenn que me acompañara—  no les he dicho que la salida fue un fiasco. No soportare las burlas de Allan.  


— no lo sabía… ¿sabes qué? Mejor solo olvídalo y pide lo que quieras— Sean es el primero en rendirse.


— muy sabio de tu parte.


— ¿y para que te quejas si al final solo fueron Glenn y tú?


— y el amigo de Glenn. Creo que no le agrado, fue muy incómodo— y es todo lo que les diré al respecto— pero no importa ahora—  en otras ocasiones, solía contarle a Sean sobre las cosas que  pasaban entre yo y mi pareja. No sé, como que es algo que necesitaba, Sean siempre me escucho, y no me importo sonar  dramático o algo egoísta. Esta vez, quiero conservar ese beso solo para mí.


¿Qué tan infantil he sido? Mucho, ahora que lo pienso.  Es vergonzoso decir que estoy madurado cuando tengo más de veinte años. Que Glenn sea tan serio conmigo es quizá lo que me está haciendo cambiar, digo quizá, porque… vamos, siempre que salí con alguien me dejaban hacer lo que quería. Glenn no es así.   


Por la mañana, como es domingo, creo que dar un paseo tranquilo es una buena idea. ¿Será bueno llamar a Glenn? La verdad, quiero besarle otra vez, y me siento un poco tonto por no haber aprovechado y quedarme más tiempo.  ¿Qué paso con lo de tomarse las cosas con calma?  Aún es temprano para invitarle a algún lado,  pero de todos modos más vale estar prevenido.


— ¿Glenn?   


Jacey.


— ¿te desperté? Lo siento…— no es tan temprano, pero bueno, hay personas que se despiertan tarde los domingos.


— no, ¿se te ofrece algo?


— emm, no. quería saber si podemos vernos esta tarde, ir a algún lado. Una cita.  


— oh…— hay un largo silencio en el teléfono ¿no se cortó la llamada?— está bien.


— Genial ¿nos vemos a las seis?— desearía ir al cine, pero si algo aprendí también es que a Glenn no le gustan las películas. Tengo que preguntarle qué cosas si le gustan, sería un desastre elegir por mi cuenta.


— claro.


— Hasta las seis— alcanzo a decir, y luego la llamada termina.  ¿Será diferente ahora nuestra relación? No tengo idea, me gustaría que lo fuera, el beso fue un buen detalle.  Ah, si él dio el primer paso, entonces yo podría seguirlo. No tengo problemas para besarle, quiero besarle otra vez.


A las siete, llego a la casa de Glenn.  No sé qué hare todavía, pero bueno, cualquier cosa estaría bien al final de cuentas. Glen no parece cambiar nunca de estilo de ropa, siempre usa la misma ropa formal que lleva a la escuela.


— Hola— saludo, Glenn inclina la cabeza a modo de saludo— ¿quieres ir a algún lado especial?


— no, preferiría quedarme en casa.


— ah…—  no quiere salir conmigo. No entiendo… ¿Por qué me dijo que vendría entonces? Es muy confuso intentar entender— entonces ¿lo dejamos para otro día?


— quiero comprar un libro, no lo tienen en la librería que frecuento ¿conoces algunas?


— pues si— he ido con Sean a casi todas las librerías que hay por aquí, no porque a mí no me guste leer.  Para mi es más fácil hacer los pedidos de libros por internet.


— vayamos entonces.


—eehh bien—  ¿esto es una salida?  Me he perdido algo importante, creo.  Glenn solo cierra la puerta. Comienzo a caminar, pues no me ha dicho nada y solo se me ha quedado mirando— ¿te molestaría que fuéramos en autobús?  


— no ¿Por qué tendría que molestarme?


— no lo sé… bueno, ¿Cuál es la que conoces? En donde no está el libro.


— La del antiguo centro comercial— oh, si la conozco. Generalmente ahí tienen de todo, así que será difícil encontrar el dichoso libro.


—  bien, entonces iremos a otra— bien si ya voy a hacer esto, entonces tratemos de hacerlo lo más tranquilo posible— ¿Qué sueles hacer los domingos?


— Nada… a veces salgo con Arashi, pero hoy no está— otra vez Arashi. Entiendo que sean amigos de la infancia, pero vamos, debería tener un poco más de consideración conmigo si se supone que estamos saliendo. Espera, no se supone ¡estamos saliendo!


— Vaya…— silencio.  Solo el ruido de los autos pasando es lo que no hace que sea incómodo. Algunas personas están también en la parada.  Demasiado silencio para una salida, aunque se sienta que fue obligada— ¿es una novela?


— ¿Qué?


— el libro.


— no,  es de ejercicios matemáticos. No sé dónde quedo el mío— ah, típico. Glenn es una persona quizá demasiado aburrida: no va al cine, no sale, va a los mismos lugares y tampoco lee novelas. De seguro solo ve noticieros en la televisión.     


— ¿no te gustan las novelas?


— no mucho. No entiendo el punto de lo que pasa.


— bueno, tampoco leo nada muy pesado, solo novelas ligeras, no son muy difíciles de entender. Ah, ahora que lo recuerdo ¿Por qué no te gustan las películas?


— no las entiendo.


— ah…— incomodo— ¿vas hacer algo en las vacaciones?


—… no se.


— bueno… ¿te gusta la playa?


— no mucho. No me gusta la arena— me rindo, suspiro. Me pongo solo a ver si viene el autobús. Para mi mala suerte, no hay asientos juntos. De todos modos ¿quería sentarme con Glenn? Es algo cansando estar intentando hablar con él. Elegí a propósito la librería más lejana que recuerdo, solo para poder estar más tiempo con él. ¿Esto acaso no es forzarle? Él dijo que prefería quedarse en casa… me siento deprimido.   


El autobús llega y tengo que llamar la atención de Glenn para que bajemos. La librería queda a unas calles, así que solo me pongo a caminar.  


— ¿te molesto lo del otro día?


— ¿Qué?


— Que nadie más fuera a la feria— me arrepiento de decir “lo que hice el otro día”.


— No, las personas suelen tener imprevistos—  de nuevo caminando en silencio.


— ¿estás molesto?


—… no— hay un largo momento de silencio antes de que me conteste. Uh, si no está molesto, entonces al menos podría ser un poco más atento conmigo. Entre mi miedo y mi enojo… ya no sé qué hacer.  De nuevo, el amor hace de las suyas.


— aquí esta— soy yo quien abre la puerta.  Glenn solo entra y se va a buscar entre los libros. Ah, ni siquiera me dijo como se llamaba el libro— ¿no sería más fácil solo preguntarle al empleado?—  tengo que ponerle la mano en el brazo para que me mire.


— Supongo— sonrió, pero solo porque parece que Glenn no lo había pensado. Le guio hasta el mostrador— uh… voy a ver eso mientras preguntas— me desvió a la sección de manuales. Quizá haya algo para poder saber qué hacer. Eso o de plano comprarme un  libro de autoayuda— Jacey.


— ¿Qué?


— no lo tienen.


— ah. Vayamos a la siguiente—  claro que no voy a comprarme un libro de autoayuda. Pensarlo me hace sentir ridículo.  Me pongo a reír, y Glenn solo me observa, sus cejas un poco arqueadas— lo siento, pensaba algo divertido.


— está bien. Me gusta verte sonreír.  


— Oh…—  oh-oh… mi cara, me estoy poniendo rojo. Qué pena…— no te entiendo— digo, aun sonrió, pero creo que es una sonrisa avergonzada. Afuera está nublado y hace frio. No es el clima propio del verano.  


— ¿A dónde vamos ahora?


— pues, no sé exactamente como se llama el lugar, pero se llegar. Sean me trajo algunas veces. Si no hay, conozco otras tres.


— Conoces muchos lugares—  no es una pregunta. Le sonrió, ahora que sé que le gusta verme sonreír, creo que podría sonreír todo el tiempo


— Salgo mucho, me gusta salir— he tenido tantas citas, en tantos lugares… que mal, no puedo evitar sentirme un poco triste al recodar todas aquellas salidas. Siempre pensando que esa persona era la indicada. El cielo esta gris ahora mismo, con algunos rayos del sol. Ja, así me siento ahora mismo. No sé qué pensar de Glenn, de verdad le quiero, le he querido desde que me salvo aquella primera vez quizá, aunque fuera solo un amor superficial, porque ahora ya no lo es, mis sentimientos no son superficiales— tú no sales mucho— tampoco es una pregunta.


— no.


— Pero si con Arashi—  no puedo evitar preguntar. Espero que no me escuchara muy celoso, aunque yo más bien diría resentido.


— si… no sé porque.


— ¿no lo sabes?


—conozco a Arashi desde hace mucho tiempo— si, eso ya me lo sé.


— ¿Por qué no intentas conocer a otras personas?— a mí, por ejemplo— podrías tener más amigos si fueras más accesible. A mí no me molestaría conocerte más.


—…— Glenn solo me mira ¿con reproche? Parece que no le gusta lo que le digo— ¿Por qué?


— podrías tener más amigos.


— ¿para qué?


— ah, por dios, Glenn. Amigos, salidas… no te afecta tener más amigos. Pero olvídalo, solo es una observación—   aunque me moleste un poco, no puedo obligarle a hacerlo, es su vida. ¿Le estoy obligando de algún modo a estar conmigo?   


—  Arashi no me dice eso.


— yo no soy Arashi— Arg, ni hablar. Intento dejarle atrás caminando más rápido, pero Glenn es más alto, así que no le cuesta mucho seguirme el paso.  Genial, no puedo molestarme a gusto.


— Jacey…


— Allí es— le señalo la librería. Incluso yo escucho mi tono cortante.  La librería no tiene el libro, tampoco la siguiente, y yo tengo que caminar con Glenn hasta la que sigue. Me estoy cansando, no solo de caminar como loco, si no de esto. No fue una buena idea, debí saberlo desde que Glenn me dijo que no quería salir.  Solo hemos estado caminando en silencio, dejo que Glenn pregunte por él libro, mientras yo me pongo a ver algo que llame mi interés entre lo que hay en las tiendas. La ultima librería esta un centro comercial, bastante lejos de donde vivo.


— Jacey, aquí si lo tienen— ni siquiera sé porque es tan importante el libro.


— que bien— solo paga y terminemos con esto.  Glenn se va a recoger el libro, y yo me adelanto a la salida. Vaya, al menos no está haciendo frio.  Son casi las ocho, llegamos justo antes de que cierren las tiendas. Y tengo hambre, me quiero sentar.


—  listo.


—  voy a la maquina por un refresco—   esta es una cita rara, no puedo decir que sea la peor, porque en serio, la vez que llego la pareja de una de mis citas al lugar donde cenábamos, o cuando me enferme y tuve que ir a vomitar fueron peores.


— Estás molesto— la voz de Glenn a mis espaldas me sorprende, tanto que pego un brinco. 


— ¡Me asustaste!— acuso, entrecerrando los ojos. La lata cae con mucho ruido, y me inclino a recogerla.


— ¿Por qué estas molesto?


— No estoy…—él me ve, y parece que lo que sea que vaya a decir, no le va a interesar mucho— un poco—  ¿Por qué es tan difícil decir, si, estoy molesto?


—  ¿Por qué?


—… dijiste que no querías venir— murmuro, mirando la lata. Total, si ya sabe que me moleste, al menos que lo sepa bien. Ojala mi voz sonara más molesta— y creo que no te la pasaste bien. Ahora estoy cansando, y tengo hambre, pero quiero ir a casa—  sigo murmurando, jugueteando con mis manos y la lata.


— ya veo… es cierto que no quería salir, pero nunca quiero salir. No es personal.


— umm.


— y me la pase bien, creo, conocí muchos lugares— claro, solo cuatro librerías más a las que puede venir sin mí— y no sentí nada desagradable.


— ¿y?


—… ¿quieres que vayamos a cenar?— como odio estar enamorado, en serio que me vuelvo más tonto cada que me enamoro de alguien. Estúpido amor.


— Si, si quiero—  no tengo muchas ganas de pensar ahora— te sigo— le digo, porque parece que no va a hacer nada si no se lo digo.  El solo se pone a caminar más, ¡caminar más! como si no hubiéramos caminado mucho hoy. Me quejo.


— ¿Qué pasa?


— estoy cansando— vuelvo a quejarme. Me parece que Glenn está sonriendo, pero no creo, debo estar muy cansado.


—no queda lejos. ¿Puedes caminar más?


— Eso creo— no me queda de otra más que decir que no y volver a mi casa en taxi.  Glenn tiene razón, llegamos hasta un pequeño local de comida japonesa. Ay, no, mas palillos no. podría ponerme a llorar.


—   no es tan formal, el lugar está en un área donde no hay tantas personas asiáticas. Así que  puedes usar un tenedor.


— Enséñame a usar los palillos—  le digo. Me dice que si con la cabeza, y si no estuviera tan cansado, me pondría a brincar. El local es pequeño, y no está lleno. Nosotros elegimos la mesa, o más bien Glenn solo se dirige a una de las mesas libres.


— dos platos de tempura de verduras— pide a la mesera que  nos atiende.


— oye… ¿eso no tiene tomate?— generalmente cuando dicen verduras el tomate viene incluido.


— no, aquí no— solo por ser un poco masoquista, tomo un par de palillos.  De no ser porque he visto comer a los demás con estas cosas, yo diría que es imposible.


— Así— me dice de pronto, y su mano cubre la mía por unos momentos.  Mi corazón late muy deprisa, mientras sus dedos acomodan los palillos entre los míos— mueves solo este, y este sujeta.


— Oh…— parece sencillo, pero siento que mis dedos se van a acalambrar— es un poco difícil.


— solo necesitas práctica—  claro. Ojala fuera sencillo. La comida llega, huele bien. Es hora de la segunda ronda contra los palillos.


—  Tsk— y no quedo muy bien. Es la cuarta vez que se me cae la comida.


— Ya casi—  me dice Glenn, que ha estado comiendo tranquilamente— lo sujetas mejor que la vez anterior.


—  Pues gracias— le digo, dejándolos y tomando un tenedor. Tengo hambre, quiero comer y a este paso, tardare horas. La comida esta buena, me gusta. Acabamos pronto, al parecer no soy el único con hambre. 


 


¿Cómo pude terminar aquí otra vez? Ahora estoy en casa de Glenn, bien, afuera de su casa. Debí tomar un taxi a la mía y ya. De nuevo, es culpa del amor y mi completa falta de juicio.


— ¿quieres pasar?


— Yo… debería irme— digo. No es tarde.


— Gracias por acompañarme— me dice.  Y ¿Qué hago?  Tengo que, terminar la salida de algún modo ¿no? siento que se me va a salir el corazón, pero con todo y eso, tengo que besarlo. Y lo Hago, me estiro y le atraigo hacia mí.  Cierro los ojos antes de juntar nuestros labios. El beso se intensifica.  


Me separo, respirando agitado. Mi cuerpo está pegado al de Glenn, sus brazos alrededor mío.


— esto…— murmuro, pero no puedo decir más, me vuelve a besar.  Ahora soy yo quien le abraza, su cuerpo se siente cálido, su beso me roba el aliento. La puerta esa abierta, así que entramos, no sé quién es quién guía, solo sé que de pronto, ya estamos en el sofá. Yo encima de Glenn, sentando en sus piernas, frente a frente, besándonos sin parar.


Sus manos son frías cuando pasan por debajo de mi ropa, jadeo por la sensación.  Oh, por dios ¿en serio vamos hacerlo?  No importa. Alzo los brazos, y mi camisa va a parar al otro extremo del sofá.  Le tomo de la cara y le beso otra vez.  Sus manos recorren mi espalda, me olvido del frio, solo puedo sentir calor, calor por todas partes.  En un arrebato de desesperación, le desato la corbata y  abro los botones de su camisa.  Comienzo a tener un problema entre mis piernas. Sus manos me acarician con suavidad,  son caricias lindas. Me besa el cuello, yo solo puedo ahogar un gemido y enredar mis dedos en su cabello. Le beso otra vez, su lengua jugando con la mía… tan caliente… tan…


— Glenn,  lamento llegar tarde pero… ¡Oh, por favor!—  me quedo congelado. Glenn también deja de moverse. ¡Noooo! Maldición.


Arashi está ahí, se dio la vuelta, pero parece que está refunfuñando algo. Esto le roba la pasión a cualquiera. Ah, y claro, podría matarte de vergüenza también.

Notas finales:

Arashi rompiendo momentos romanticos -.-, pero no se confundan, no, de hecho, le alegra haber llegado en ese momento...

...Pasando a otras cosas, si no se dieron cuenta, publique ya mi nuevo fic, Bloodless, otra historia original y de vampiros, por si les interesa, pueden leerlo Aqui, Les recuerdo que tambien pueden leerlo en Wattpad y Fanfickers, los links a las paginas estan en mi perfil ^.^

Muchas gracias por leer y a las personas que han estado comentando, Espero que les este gustando.

Hasta la proxima


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